llegué a un grupo donde todos se veían mucho más grandes y fuertes que yo.
Los demás cadetes me miraban de pies a cabeza, analizando la carne fresca del grupo.
–¿Cuánto tiempo le das? – Dijo uno de los cadetes.
–Máximo un año, ese pobre chico no durará mucho tiempo solo.
Entré al cuarto donde dormiría los siguientes dos años y con algo de preocupación eligí una de las camas vacías. "Ok, concentrate, debes ser fuerte para poder sacar de este lugar a los demás", trataba de no dejarme llevar por mis pensamientos, pero no había nada más que preguntas sobre mis hermanos. –Espero que los demás estén bien... – Solté un suspiro pesado para luego dejarme caer en la cama.
No faltaba mucho ya para el anochecer. Antes de que la luna se posara en el cielo, los cadetes habían ido a cenar, excepto yo, claro, no tenía apetito y tardaría un poco en acostumbrarme a comer más de una vez al día.
Se sentía raro dormir en aquella cama, era extraño no sentir frío por las noches, se sentía igual usar ropa nueva; pero a pesar de ahora tener una cama, ropa y sentir calor, aquel lugar no era agradable, no me sentía seguro en esos grises muros.
El resto de la noche no fue muy cómoda, solo miraba el techo o me removía en la cama, pero no lograba conciliar el sueño, mi mente estaba plagada de dudas. "¿Cómo están los demás? ¿Habrán podido dormir? ¿Y si los lastiman? No podré protegerlos. ¿Habrán cenado?" Palabra tras palabra mi preocupación aumentaba y por más que me pesaran los ojos no lograba conciliar el sueño.
°°°
Un nuevo día se hizo presente.
no había conseguido dormido en toda la noche, estaba cansado y adolorido, mi mente daba vueltas, no quería levantarme. No quería estar ahí, esperaba poder dormir y que al despertar todo hubiese sido un mal sueño, pero seguía en ese lugar.
No pasó mucho para que nuestro superior abriera la puerta de un golpe y levantara a los soldados con trompetas. –¡Arriba, nos espera un largo día, los espero en el campo central en dos horas! Quien llegue tarde será sancionado. – Y así sin más salió delos dormitorios y los cadetes se pusieron en marcha al campo para dar comienzo al entrenamiento.
Dudé un poco acerca de ir, me iría mal si no hacía caso a las órdenes de aquel superior, pero no planeaba hacerle caso a un humano cualquiera. Lo pensé un par de minutos y decidí ir, ¿Qué tan malo podría ser? eso no podría compararse al entrenamiento que URSS me mandaba hacer cuando era más joven. Eso era tortura.
Tras finalmente salir de mi cama y llegar al campo con los demás cadetes, solo tenía algo en la cabeza: escapar de ese lugar. ¿Era buena idea? Definitivamente no, ¿quería quedarme en ese lugar? Definitivamente no, ¿tenía más opciones? Definitivamente No.
Mientras mi mente divagaba por las nubes y nuestro superior preparaba algunas cosas, los cadetes al lado de mí me miraban detenidamente. Uno de ellos llamó la atención de su amigo.
–¿Has visto las cicatrices en su cara? – Susurro.
–Recién me doy cuenta, se ve algo... peligroso.
–Creo que mejor nos alejamos de él.
–Me pregunto cómo se habrá hecho esas heridas...
Al poco tiempo me percaté de que me estaban observando y devolví la mirada, cosa que asustó un poco a los otros dos cadetes. "¿Qué les pasa?" Lo pensé un momento. "¿Será por mi apariencia?" con mucho cuidado me acerqué a un charco de agua que estaba cerca y miré mi reflejo, llevaba años sin ver mi cara, y hubiera deseado no haberlo hecho, "Valla... No me veo para nada bien." Regresé a mi lugar antes de que alguien se diera cuenta y noté a los dos cadetes mirándome, estos al darse cuenta de que habían sido atrapados regresaron la mirada al frente rápido. "¿Así de mal me veo? ¿Me tienen... miedo?" Pensé, sabía que no era atractivo, pero eso fue realmente un golpe duro a mi autoestima, no podía imaginar cómo es que mis hermanos se acostumbraron a verme, cómo es que no me tenían miedo.
–De acuerdo, serán entrenados hasta que se les rompan los huesos y no quiero que se quejen. Hacen esto por su patria y si no son capaces de luchar por esta nación, no me hagan perder el tiempo y vallanse.
Aquel discurso puso un poco más nerviosos a los cadetes, y era verdad, ¿por qué entrenan ahí si no son capaces de disparar un arma? Muy probablemente muchos de ellos están ahí en contra de su voluntad.
Justo como yo.
Mi mente seguía en las nubes, no era capaz de pensar en algo que no fueran mis hermanos. La persona al mando me sacó de mi burbuja.
–Ya que estás tan despreocupado como para distraerte, haz tú la primera demostración del circuito. – Se acercó a mí con la barbilla en alto y mirándome hacia abajo. –Demuestranos que sí sirves para la armada cadete.
No dije nada, solo miré con algo de ira al hombre enfrente de mí y sin mirar atrás me puse en marcha.
Lo único bueno de los entrenamientos de URSS es que descubrí mi destreza para moverme ágil y rápido, "Algo finamente útil para este lugar." pensé.
Realizé el circuito sin muchos problemas en buen tiempo. El comandante se volvió a acercar a mí.
–Casi pareciera que ya tienes experiencia en esto... ¿Ya habías estudiado en una escuela militar?
–No señor, mi... – Hize una pausa, jamás sería capaz de llamar a aquel hombre mi "padre" – ... Mi tío está en el ejército. Él me entrenó desde que era un niño. – "Tío" fue lo mejor que se me ocurrió. Aunque ahora que lo pensaba, URSS no era digno de ser considerado algún familiar mío.
–En ese caso te irá bastante bien por aquí, pero no es suficiente, ¡comenzaremos dando 20 vueltas al campo!
Los cadetes lo miraron extrañados, eso era demasiado para ellos.
–¡Dije 20 vueltas y las quiero ahora!
Sin pensarlo dos veces comenzaron a trotar.
Me que de mirando al comandante unos segundos antes de irme. Los ojos de ese hombre eran oscuros y se veía que tenía planeado hacernos sufrir este par de años que estaríamos aqui.
—
Cuando Rusia se fue, el comandante soltó un suspiro aliviado. – Ese muchacho es aterrador. – Analizó un poco lo que había pasado "URSS dijo que era muy terco en cuanto a no querer seguir órdenes, ¿por qué habrá sido tan fácil hacerlo correr?" pensó, "Quizás el chico planea algo." Trató de no pensar mucho en eso y se puso en marcha a vigilar a los cadetes.
—
Me encontraba al final de grupo, como siempre pensando en mis hermanos, y los cadetes frente a mí parecían un poco nerviosos, no lo quería aceptar pero quizás era por mi presencia.
Finalmente salí de mi mente percatandome de los dos cadetes frente a mí susurrando cosas, "¿De qué estarán hablando?" Aceleré un poco el paso para poder escuchar bien, normalmente no soy chismoso, odiaba a la gente entrometida pero estaba aburrido.
–Al principio me asusté por sus cicatrices, ahora realmente creo que puede hacernos algo, es muy hábil. – Decía entre susurros uno de los cadetes.
–También tengo miedo de que nos haga algo, parece del tipo que pelea por ser el líder.
"¿Peligroso?¿Aterrador?" Los compañeros a los que yo tanto temía porque podrían hacerme algo, me tenían miedo a mí, "¿Ellos creen que yo... les haré daño?" Mi paso se hizo cada vez más lento hasta detenerme. –Ellos me temen... – Dije para mi mismo. Toqué mi mejilla con una mano para sentir mis cicatrices "Doy miedo." Pensé.
—
El comandante lo vio y corrió hasta él. –¿Qué crees que estás haciendo? Corre. – "No pensé que tendría problemas tan pronto." Pensó.
–Cállate... – Dijo Rusia en tono bajo.
–¿Cómo dices? Ponte a correr ya.
–¡Cállate! – Tomó al comandante por el cuello de su camisa. –En lo que a mi concierne, no eres mi jefe, no eres mi padre solo un soldado enviado para entrenar cadetes, solo otro soldado enviado por URSS para decirme que hacer.
–¡Soy tu superior, soy tu jefe! – Soltó el agarre de Rusia y lo empujó al suelo. –Me harás caso o tendrás consecuencias. –Aplastó el pecho de Rusia con su pie. –Tengo muy poca paciencia, te daré solo tres oportunidades para hacerme caso, la cuarta vez que me desobedezcas, te clavaré una aguja. "No me gusta lastimar a inocentes, pero no tengo muchas opciones y URSS dijo que amenazarlo funciona."
Rusia miró con furia a aquel hombre, definitivamente no quería más cicatrices, pero por otro lado no quería obedecer. Acabó por aceptar que no podía contra ese hombre. Al menos por ahora. –Bien... Ahora quita tu pie de mí.
El comandante quitó su pie y ayudó a Rusia a parase del suelo. –En ese caso, espero que seas un buen cadete y te conviertas pronto en soldado. –Sin nada más que decir se fue y continuó observando a los demás cadetes.
–Si... Hacerte caso, claro... –No tenía intenciones de hacerlo, o almenos no por mucho tiempo.
🍁
Una nueva mañana y mi estómago ya no aguantaba un día más sin comida, comenzaba a doler y eso fue suficiente para hacer que me levantara de la cama y acompañara a los demás cadetes hasta la cafetería.
El lugar era grande, habían muchas personas ahí así que solo seguí a mis compañeros para saber que hacer.
Tomé una bandeja, me formé y esperé mi turno. Cuando finalmente llegó mi turno tuve una enorme y muy grata sorpresa. Ahí, parado frente a mí estaba Kirgui, quien me dio un saludo con la mano el cual devolví emocionado.
–¿Kirgui, qué haces aqui? –dije emocionado, no podía evitar sonreir de alegría y emoción, estaba tan feliz de verlo que tenía la sensación de querer llorar.
El mencionado sacó de su bolsa un inhalador. –No me querían poner en un grupo de soldados, asi que me dejaron trabajar aqui.
–Dios mio, hermano, de haber sabido que estabas aqui habría venido hace tiempo.
–¿Y por qué no lo hiciste?
–Estaba demaciado enojado y triste como para salir de la cama a no ser que fuese orden de mi comandante.
–Lo entiendo, pero alegrate un poco, ten te serviré un poco de comida.
–Gracias Kirgui. – Luego de que me sirvieran la comida me moví un poco a un lado para seguir agarrando otras cosas y ahí encontre otras dos personas que extrañaba mucho. –Vietnam... China, ¿qué hacen aquí?
–¡Rusia! Mi niño, estoy feliz de que finalmente viniste.
–Hola, nos ubicaron aquí junto a Kirgui, y ¿qué tal te va en tus entrenamientos?
–Supongo que nada mal. – Mi corazón latía con fuerza y en mi cara se notaba una pequeña sonrisa por finalmente volver a verlos, volver a ver almenos a tres personas que quería.
me fui a sentar en una mesa vacía para poder comer. Claramente los susurros de las demás personas se hicieron presentes y sus miradas con duda y miedo no se apartaban de mí, me sentía como un animal de zoologico, siendo observado y juzgado para el entretenimiento de otros. "No pienses en eso, no pienses en eso" decía una y otra vez en mi mente para tratar de ignorar ese horrible sentimiento de estar rodeado de ojos que te miran con miedo y duda de lo que puedas o no hacer, esos ojos que te dejan sin aliento y marean tus pensamientos, tus ojos se nublan y solo piensas una cosa. Sacame de aquí. Y eso era justamente lo que haría, sacaría a todos de este lugar.
Acabé mi comida con normalidad, al final de todo esa sensació se quedaba siempre dentro de mi cabeza y no simbolizaba una amenaza. Al menos por ahora supongo.
Regresé a mi cama ya con el estómago lleno y una pequeña luz de esperanza iluminando mis ojos. Esa noche no se sintió como las demás, aquella noche pude dormir, podrían decir que fue el hecho de ver a mis seres queridos, y en parte es cierto, pero esa noche solo tenía algo en mente, crear un plan para escapar.
Tras consultarlo con la almohada durante varias noches llegué a una conclusión. No podría escapar así como así en cualquier momento, llamarían a URSS y estaría en muchos problmeas, pero, si termino esos dos años de tortura en aquel lugar y luego regresamos a manos de URSS actuando como militares, quizá podriamos escapar, pero necesitaba apoyo.
🍁
–Kirgui, hermano, tengo algo que decirte.
–Claro, ¿qué sucede?
–Tengo una idea, una idea que nos podría sacar de las manos de URSS para siempre.
–Espero que no sea una estupidez, Rusia.
–No, no, no, escuhca, si todos acabamos nuestro entrenamiento militar URSS nos llevará de regreso a la cabaña, él nos quería convertir en militares desde el principio.
–Ok, pero ¿entonces como escapamos de él?
–A eso voy, no te desesperes, si volvemos actuando como militares nos enviaría a misiones con el resto de sus militares, con eso ganaríamos su confianza pues él creería que finalmente nos tiene dominados.
–Ok... Algo me dice que esto va a acabar mal.
–Callate, mira, luego de eso podríamos volver a contactar a Finlandia y con su ayuda podemos lograr salir de las garras del gigante rojo.
–El plan no suena tan mal, pero no creo que valla a funcionar Rusia, ese gigante tiene todo bien controlado, ¿cómo planeas contactar al señor Finlandia y de qué forma podríamos escapar?
–Es por eso que terminaremos nuestros estudios en esta academia, usaremos todo lo que hallamos aprendido para escapar y eso implica una pelea limpia contra URSS.
–¡¿Quieres luchar contra URSS?! Rusia ahora si te volviste loco, ¿estas enfermo?
–Claro que no, mira, solo piensalo, mañana le dire a China y Vietnam.
–No creo que ellos esten de a cuerdo con todo esto.
–Te lo pido, piensalo, necesito que todos esten de acuerdo para poder planear cómo atacar a URSS.
Kirgui suspiró –Bien, pero no te prometo que estare deacuerdo con esto, lo pensaré.
–Gracias hermano.
–Ya, toma tu comida y vete. –Kirgui se quedó mirando a Rusia mientras pensaba. –Sip, definitivamente vamos a morir...
Un soldado de acercó con su bandeja al lugar donde kirgui estaba sirviendo la comida. –Hola, disculpa, vi que estabas halando con aquel joven ruso, ¿podría hacerte un par de preguntas?
Kirgui miró al soldado, su cara le parecía familiar. –Seguro... Disculpa ¿Te he visto en algun otro lado?
–No lo creo, primero que nada, ¿podrías decirme tu nombre?
–Kirgui... ¿Qué quieres preguntar hacerca de mi hermano?
–Siento que he escuchado tu nombre en algun otro lado, como sea, veras, yo soy el comandante que entrena a Rusia y quería saber un par de cosas hacerca de él.
–Bien, entonces no te diré nada si la pregunta me parece muy invasiva.
–De acuerdo, él no está planeando algo en contra de mí ¿cierto?
–Para tu suerte o no, no, no te preocupes él no planea hacerte daño.
–Bien... entonces creo que ahora solo tengo otra pregunta, ¿ustedes son los niños que URSS nos dijo que entrenaramos hace un par de años?
–Hace un par de años... Bueno si, ¿Tú eras uno de esos soldados?
–Asi es, me preguntaba que había sido de los chicos ahora.
–Espera un momento... creo que sé quien eres.
–¿Eh?
–Si, si, eres el soldado que fue amable conmigo, espera...– Kirgui comenzó a buscar entre sus bolsillos hasta sacar un pequeño inhalador. – ... Eres tú el que me dio esto, ¿no es así?
El soldado miró con atención aquel pequeño objeto por un par de segundos y entonces sus ojos se posaron en la mirada del joven muchacho enfrente de él. –Tú eres ese niño que conocí... bueno, creo que ya no puedo llamarte niño.
–Wow, no pensé que fuera posible volver a verte... Oye, ya que estas aqui, ¿podrías responderme a mí una pregunta?
–Seguro. – El joven comandante estaba un poco nervioso sobre cuál sería la pregunta de Kirgui.
–¿Podrías decirme tu nombre?
–¿Cómo?
–Quiero agradecerte por tu ayuda de la forma correcta y bueno, me gustaría saber tu nombre.
–Emm, mi nombre es Mikhail.
Kirgui le sonrió. –Muchas gracias por tu ayuda Mikhail, oye, no quiero molestarte pero, ¿puedo hacerte otra pregunta?
–Seguro. – "Ese chico no se parece para nada a sus hermanos, es mucho más relajado que ellos"
–Es acerca de en cual bando estas...
–Adelante, preguntame.
–Bueno, trabajas para URSS pero, ¿Tú lo apoyas? quiero decir, si yo escapara, ¿le dirías a URSS?
–... Yo...
—
Luego de haberme sentado tras tomar mi comida pude ver como el comandante que me entrenaba llegó y se detuvo a hablar un rato con Kirgui. –Me pregunto de qué están hablando...
No pasó mucho tiempo para que ese hombre se fuera del lugar sin siquiera haber comido algo, eso me hizo sentir algo extraño, realmente quería saber de que habló con mi hermano, pero no era el momento para preguntarle a Kirgui, quiza no me diría nada o evitaría el tema, debía esperar un tiempo para preguntarle o alguien podría sospechar si de repente hablo mucho con él.
Cuando volví a mi cama comence a pensar en el plan –Sería bueno poder ver a mis demás hermanos y avisarles de mi plan, de lo contrario nada de lo que haga va a funcionar.
Pero los días pasaron y no tenía ni una idea de cómo podría contactar con mis hermanos, quizás escabullirme, pero sería muy facil encontrarme y es aún más dificil si intentara escabullirme a donde estudian mis hermanas. –Creo que mi plan se estancó... – En ese momento sentí el dolor de mi irresponsabilidad. Mi estómago estaba rugiendo, había estado evitando comer, de nuevo, por estar pensando.
Entré junto a un par de cadetes para comer una ligera cena, me sorprendió ver que Kirgui aún estaba ahí atendiendo. –Oh, Kirgui, creí que ya estarías en la cama.
–Lo mismo digo de tí, Rusia, normalmente no cenas, ¿qué te hizo ve ir aqui esta noche? Digo, antes en el almuerzo ya habíamos hablado.
–Si... Hacerca de eso, no tengo mucho tiempo Kirgui, necesito que me des tu respuesta lo antes posible.
–Rusia, ya te había dicho-
Interrumpí lo que estaba por decir, no quería ser grosero pero ya estaba algo desesperado.–Shhh, ya lo sé, ya lo sé, sé que te di tiempo para que lo pensaras pero...– Dejé de hablar en ese momento, no tenía idea de porque Kirgui me miraba de esa manera, sus ojos se veían tristes pero tenía una pequeña sonrisa en su rostro, eso me dejó desconcertado. –¿Qué pasa?
–Esta bien, te daré mi respuesta, estoy de acuerdo contigo, ahora dime que piensas hacer.
Escuchar auellas palabras realmente me alegró, sin darme cuenta estaba sonriendo, esa pequeña ventana de oportunidad que veía tan lejos comenzaba a brillar cada vez más. –Bien, Kirgui necesito que cuando veas a nuestros hermanos les cuentes el plan, será más fácil para todos de esa forma.
–De acuerdo, aun que no atiendo todo el horario asi que es posible que algunos no se enteren.
–Tranquilo, ya se me ocurrirá algo.
🍁
Al día siguiente en el entrenamiento algo se sentía diferente, por alguna razón sentía una sensación de paz, o quizá mas bien era como confianza, pero, ¿Por qué? Aún no había realizado nada, ni un solo movimiento de mi plan.
–Rusia. – El comandante se acercó. –Estas distraído, concentrate o no lograras graduarte. – Se fue sin decir nada más, eso me pareció extraño, ese hombre era naturalmente alguien controlador conmigo y me miraba de forma amenazante.
Mientras hacía mi entrenamiento el comandante volvió a acercarse a mí un par de veces, pero no parecía querer ser hostil conmigo, eso realmente me tomó desprevenido y luego de que al terminar el entrenamiento me felicitara por mi trabajo lo seguí y lo acorrale en un pasillo del edificio. –Ok, esto es muy raro, explicame por qué estas siendo tan amable conmigo.– Dije mientras lo tomaba del hombro.
–Tu hermano me pidió que fuera más amable.
–¿Qué? pero- Me interrumpió
–Escuchame bien, Rusia, hago esto sólo porque tu hermano me lo pidio y no pienso discutir contigo asi que espero que también me trates bien como lo hago yo.
–De acuerdo, no tendré problemas con eso pero, bastaba con que no fueras hosti, ¿por qué te estas pasando de amable?
–¿No es obvio? quiero ayudar a Kirgui a salir de este lugar, no quiero que vivan lo mismo que yo viví con su padre, y eso implica que debo ayudar a todos y cada uno de ustedes, tal como Kirgui me lo pidió.
–OK...No es por molestarte pero, ¿por qué lo haces? Digo, ya dejaste en claro que no quieres que vivamos lo mismo que tú, pero, ¿por qué? – Solté su hombro y me aleje un poco.
–Kirgui es un joven amable y en sus ojos aún queda algo de esperanza e inocencia... si yo fuera tú tampoco querria que mi hermano acabara con una vista en blanco y negro del mundo.– Comenzó a caminar para irse.
–Pero... – Me giré para poder alcanzarlo.
–No todas las personas buscan hacerles daño, Rusia, yo quiero ayudarlos.– Aquel extraño hombre se fue y solo pude pensar en lo que dijo, quizá tenía razón, pero yo jamás podre saber quien quiere dañar a mis hermanos y quien no...
🍁
Ya habían pasado meses desde que mi plan había comenzado a realizarse, solo estaba esperando a que Kirgui me informara cuando todos mis demás hermanos ya estuvueran enterados del plan. Mientras esperaba, el comandante me daba de vez en cuando un poco de información de las instalaciones del lugar para que en el momento justo pudiera ir por todos y cada uno de mis hermanos, para contarles la parte final de mi plan.
–Rusia, ¿qué planeas hacer cuando vuelvan con URSS?
El comandante Mikhail y yo estabamos esperando a los demás cadetes que aún se encontraban entrenando.
–Planeo buscar ayuda y atacar a URSS para vengarme por todo, luego me iré y jamás volveré a esa cabaña.
–¿Quieres contactar a alguien? ¿A quién?
–Un viejo amigo, él es importante para mi y quiero contarle que estoy bien, también me gustaría tener su apoyo en mi plan, supongo que así tendría más confianza...
–Ya veo, si tú estas de acuerdo con esto, yo podría ayudarte a comunicarte con esa persona.
Miré a Mikhail algo sorprendido. –¿Hablas en serio?
–Si, quiero ayudarlos todo lo que pueda, almenos así podre saldar un poco mi deuda.
Podía sentir mi corazón acelerarse con solo pensar que podría hablar con Finlandia de nuevo e inevitablemente una sonriza se apodera de mi. –Muchisimas gracias, en verdad te lo agradezco mucho, no sabes lo feliz que me haría eso. – Tomé las manos de Mikhail entre las mías, apretabdolas un poco por la emoción.
–Valla, me estas agarrando muy fuerte, si que tenías ganas de hablar con esa persona.
–Es lo único que quiero en este momento. –Solté sus manos antes de que alguien nos viera. –Me iré a entrenar otro rato antes de cenar, te lo agradezco de nuevo Mikhail, me hiciste el día. –Me fui a correr un poco dejando solo a Mikhail, quería correr a toda velocidad y gritar de la emoción, finalmente podría volver a hablar con Finlandia, finalmente volvería a escuchar su dulce voz.
—
Tal y como Mikhail me lo prometió, logró darme algo con lo cual contactar a Finlandia, una linda paloma mensajera, mascota y mejor amiga de Mikhail.
–Que linda paloma, pero, ¿cómo va a encontrar a mi amigo?
–Vienen en par, he estado entrenando un perro por años y a la paloma igual, la paloma seguirá al perro y este será quien rastree y encuentre a tu amigo, ¿tienes algo de él que pueda usar?
Me quede pensando, era una buena idea, pero no creía tener ninguna poseción de Finlandia, lo que haría más difícil la búsqueda. –Lo lamento, no creo tener algo de él...
–Esta bien, Rusia, entonces solo me queda mandar a la paloma y ver si tenemos suerte.
–De acuerdo, pero, no creo que ella sepa encontrar a esa persona.
–Esta paloma me la dio un amigo, alguien como tú, estoy seguro que lo encontrará, escribe tu carta y describele a la paloma la apariencia de esa persona.
–De acuerdo... – No dije nada más y me concentré en resumir lo que quería decirle a Finlandia.
Al final pude hacer un carta que me convenció lo suficiente, la até a la pata de la paloma y le dije a quien buscar, luego de eso la paloma salió volando y mientras la miraba irse solo tenía una cosa en mente: "Finlandia... Espero que recivas el mensaje."
–¿Todo bien, ya mandaste la carta?
–Si, gracias por tu ayuda Mikhail. – Solté un pequeño suspiro casi inaudible pero que la persona a mi lado escuchó.
–¿Qué sucede?
Miré a Mikhail con la boca un poco abierta, no sabía si contarle o no, pero a estas alturas no podía hablar con nadie más y realmente quería dejar salir esa preocupación. –Me preocupa que él no reciba la carta y no se entere de todo lo que quería decirle...
–Cuando era más joven también me preocuoaba que mi familia no reciviera mis cartas, cuando volví a casa pude saber que si las habían leído, que simplemente no me habían dado a mi la oportunidad de saber de ellos...
–Eso suena horrible.
–Lo fue.
–Pero, supongo que ahora si esta en contacto con su familia, ¿no es así?
Mikhail cambió su sonrisa por una expresión seria, se giró y me dijo: –No, jamás volví estar en contacto con ellos.
–¿Por qué? –Dije curioso, no tenía la intención de incomodarlo, pero quería saber.
–Haces muchas preguntas, ya se porque URSS dice esas cosas de ti.
–Oh, lamento si te incomode.
–No te preocupes, eso pasó hace años ya y debería poder ser capaz de contarle a alguien, lo siento Rusia, pero ese alguien no eres tú.
–Lo comprendo... – Fijé mi mirada al horizonte que estábamos admirando.
Era una vista maravilloza.
🍁
Habían ya pasado aquellos tan anhelados últimos meses en la academia militar y estaban por graduarse todos y cada uno de los estudiantes.
Con mucha alegría fueron pasando al frente a recibir sus felicitaciones y demás. Pero una vez ahí sentía que algo hacía falta.
–Hola Rusia. – Era kirgui, se había acercado a mí para saludar.
–Hola, uff, no puedo creer que estemos tan cerca de la segunda fase del plan, ¿nuestras hermanas ya estan enteradas?
–Si, todas y cada una.
–¿Y nuestros hermanos?
–También, no te preocupes.
–Menos mal-
Kirgui me interrumpió. –Pero, no he visto a Armenia hace un tiempo, me preocupa que no haya comido nada como tú.
–Ahora que lo mencionas, ¿dónde está él? – Mire a todos lados buscandolo pero no logre verlo.
–No lo he visto desde hace unos dos meses, me preocupa que el gigante rojo le hiciera algo...
–Oh, dios... Kirgui, debemos ir a buscar a Armenia ahora, junta a todos y diles que esperen en el punto de reunión, yo iré por Armenia. –Salí corriendo de ahí para comenzar la búsqueda.
A los lejos pude ver como kirgui comenzaba a juntar a todos los demás, estaba feliz de que por primera vez en años, nuestra vida estuviera llendo bien, pero ahora estaba comenzando a preocuparme, ¿estará Armenia bien? Es lo único que pasaba por mi mente...
Corrí por varias horas recorriendo cada lugar que conocía y al que tenía acceso en la academia, pero no estaba ni cerca de encontrar a mi hermano.
–Mierda, Armenia, ¿dónde estas? – Me senté en un tronco seco a pensar un momento dónde buscar, entonces sentí una mano en mi hombro.
–¿Necesitas ayuda?
Me gire para encontrarme con un joven soldado. –Quien...
–Me llamo Jivan, un gusto, no te había visto por aquí.
–Hola, si, no soy de esta área, estoy buscando a alguien.
–¿A quien? Si gustas podría ayudarte en eso.
–Mhh. – Al mirarlo sentía que había algo mal en él, no solo el hecho de que tenia una arma, ese sujeto se veía extraño. –No, pero gracias por ofrecerte... – Me levanté del tronco y comencé a caminar lejos de aquel hombre.
Ese muchacho me seguía viendo, podía sentirlo, y su presencia aun no había desaparecido, estaba inmóvil viéndome caminar.
–Buscas a Armenia, ¿no?
Me giré. –¿Cómo lo sabes?
–Él está en la colina de allá. – Apuntó a una colina bastante lejana. –Si fuera tú me apuraría.
–¿Eh?
–Lleva ahí desde hace dos meses... No lo he visto bajar.
Pude sentir como una ola de escalofríos recorrían mi cuerpo, no quería pensar en los mil escenarios trágicos que mi cabeza imaginaba. Sin pensarlo dos veces salí corriendo hasta aquel lugar, solo esperaba no llegar demasiado tarde como para hacer algo.
Tenía miedo, mucho miedo de lo que podría encontrarme ahí, ¿estaba muerto? ¿mal herido? Esperaba que no. Corrí con todas mis fuerzas sin detenerme hasta finalmente llegar. Subí la colina de poco a poco con miedo, mis piernas temblaban y aún estaba tratando de recuperar el aliento.
–¿Qué haré ahora?
Escuché, era él, era la voz de Armenia, estaba vivo, un par de lagrimas de felicidad salieron y las limpie rápido. –Armenia...
Él se giro y me miró sorprendido.–Rusia...
–Hermano. – Me agaché y estiré mi mano. –Es hora de salir de este lugar, ¿nos acompañas?
Armenia me miró sorprendido y yo lo mire sonriendo a la espera de una respuesta.
–Claro que si. – Tomó mi mano, se levantó y antes de irnos se giró hacia un montón de tierra con una rama encima. –James... Prometo volver a visitarte. – dijo casi susurrando.
Me quedé ahí parado viendo como Armenia se despedía de alguien. En ese momento pensé "¿Cuantas cosas les han pasado y no me he enterado?" era una escena triste ver como Armenia mirava con tanto cariño aquella pequeña tumba, no sabía de quien era exactamente, pero me causaba dolor ver así a mi hermano.
–Bien, Armenia, el día de hoy iremos por todos los demás.
–¿Y después?
–Ya verás.
Bajamos la colina lentamente, mire a un lado para observar el atardecer, era hermoso.
Era una vista espectacular.
Hey, cuanto tiempo xd
Pase las vacaciones dibujando y haciendo otras cosas, así que lamento no haber traido este cap hasta ahora, me apure en hacerlo ya que en epoca de clases tardo una eternidad en escribir, así que aquí les dejo el cap.
Espero que les haya gustado, no olviden tomar aguita y parpadear.
Chao! 🍁