Hanna.
Las clases durante las primeras horas estuvieron tranquilas, durante estas no creí que Souichi fuera una persona participativa hasta que lo vi levantar la mano varias veces y contestando de manera correcta, aunque al final parecía maldecir a todos cuando aplaudían.
— Idiotas, no soportan tener a alguien tan increíble e inteligente como yo —
Escuché susurrar a Souichi y eso hizo que una risa saliera de mí, tapo mi boca y al final solo siento su mirada encima. Después de todo seguía siendo él.
El timbre suena y de inmediato todos empiezan a guardar para salir al almuerzo, yo lo hago con toda tranquilidad, Aiko ya está esperándome en la puerta y antes de ir con ella volteo para ver a Souichi, él no parece tan animado en querer salir.
Así que yo me animo para invitarlo.
— Vamos a comer algo, Souichi — dije extendiendo mi mano
Los que quedaban en el salón, los cuales eran muy pocos, se quedan callados y mirando hacia nosotros después de escucharme. Souichi se me queda viendo con una expresión vacía y después mira a mi mano.
(... ... ...)
Se escuchan los suspiros de asombro del resto presentes, cuando pegué un brinco en donde estaba, aparto mi mano y solo veo a Souichi con incomodidad, él se ve molesto. Después de ofrecerle salir juntos, él golpeó mi mano alejándola y dándome un susto por su reacción.
Su golpe si había dolido.
Souichi se retira pasando a mi lado y haciéndome tambalear cuando chocó hombro conmigo, me volteo y veo como los presentes se alejan cuando Souichi pasa por su lado, doy con Aiko quien me mira preocupada.
(...)
— No sé porque te aferras con hablarle, es un rarito que tiene a todos asustados — dijo Aiko
Estaba delante de mí haciendo fila para el almuerzo, ambas con nuestra charola en mano y listas para que nos sirvieran. Cuando pasó lo de Souichi, hace pocos momentos atrás, de ahí ya no lo volví a ver ni siquiera en la cafetería.
— No le digas así, debe tener razones para actuar como lo hace ¿no? —
— No, Hanna — Aiko voltea para verme directamente — Souichi es casi como Katashi, no se mete con nadie físicamente, pero aun así intimida a todos —
— Aun así, no deberían ser duros con él — seguí defendiendo — Por cierto ¿tú no lo haz visto? Parece que no ha venido a cafetería —
Llegando a una mesa, Aiko no quita su mirada de mí mientras yo busco a Souichi ¿por qué lo hago? Ni idea.
(¿Será porque te preocupa?)
Por supuesto que no... solo un poco.
— Hanna, incluso parece que te gusta Tsujii —
— ¿¡Qué!? — la mira sorprendida y ella se echa a reír
Siento mis mejillas arder.
— Bueno, tal parece que si —
— N-No, por supuesto que no, Aiko que cosas dices — negaba
Empecé a comer sintiéndome nerviosa por las palabras de Aiko y porque realmente no estaba equivocada, Aiko ya no habla del tema y se mantiene callada como yo el resto del almuerzo. Trato de distraerme alejando mis pensamientos de Souichi, así que viajo con la mirada por las mesas y viendo caras diferentes, una que otra conocida de la clase hasta sentir una mirada pesada sobre mí.
Busco por cada mesa, cuando veo a ese idiota de nuevo, es Katashi y se ha dado cuenta que ya lo atrapé viéndome y aun así no aparta su mirada de mí. Trae un tapón de papel metido en la nariz, recuerdo el golpe que le di y analizando su expresión, él está molesto por eso que me mira con ira.
(Ese idiota me llega a hacer algo y terminará bajo tierra)
— Ya hay que irnos, el profesor que nos toca es un insoportable, no quiere ni un minuto tarde de nuestra ausencia — dice Aiko levantándose
Solo asiento y veo por última vez a Katashi, una vez que me levanto, él hace lo mismo siguiendo nuestros mismos pasos. Eso hace que me ponga nerviosa, acelero el paso y dejando las charolas, tomo a Aiko de la mano para salir de prisa.
Ya en los pasillos, volteo constantemente para ver que no se haya atrevido a seguirnos. Vamos camino al salón donde ya compañeros están presentes junto al profesor, saludamos y regresamos a nuestros lugares... me es inevitable no notarlo, pero Souichi no está en su lugar y él siempre es el primero en llegar.
— Adelante, pasen jóvenes, la puerta se cerrará dentro de poco y ya se la saben, no entrarán ya — dijo el profesor
Veo entre el grupo que entró, pero no está Souichi, veo la puerta una y otra vez y solo entran los últimos que faltaban, pero él no llega. Todos estamos, menos Souichi, así que levanté la mano llamando la atención del profesor.
— Disculpe, profesor — sentí la mirada de todos — Amm falta alguien aquí, Souichi no ha llegado —
Y de nuevo empiezan a susurrar.
— Señorita Denkins, bien saben que si no llegan a mi clase a tiempo se quedarán afuera —
Me quedé callada y acepté el hecho de que quizá Souichi haya estado escondido en algún lado y llegaría tarde, si, tal vez eso podría ser... o no.
(Maldito seas, Souichi ¿por qué no sales de mi cabeza?)
La clase empieza, presto la mejor atención que puedo, pero mis pensamientos están en otro lado, más bien, en alguien. De solo ver el asiento vacío a mi lado me hace sentir ese extraño sentimiento, no me doy cuenta del movimiento repetitivo que tengo en mi pierna derecha y ya no puedo evitarlo más.
— Profesor ¿podría salir al baño? Es urgente — alcé la voz
— Hm, adelante señorita Denkins —
— Gracias —
Doy mi mejor sonrisa y me levanto para dirigirme a la salida, veo a Aiko y ella solo niega sabiendo lo que haría, me encogí de hombros y salí. Estando en el pasillo, me alejo del salón y es donde pienso...
¿A dónde iría Souichi?
Paseo un rato pasando por los baños "disimuladamente" esperando verlo salir o encontrarlo en los rincones del colegio, pero no hay señal de él, así que no queda más que salir al patio y empezar a buscarlo. Hay algunos estudiantes en las jardineras, no prestan atención el que ande yo por ahí así que paso con normalidad hasta irme a la parte trasera de los vestidores que tenía el colegio, ahí es donde escuché ruidos.
Me acerqué y voces aparecieron.
— ¿Qué piensas hacerme? ¿Lanzarme una maldición? Uuuh mira que miedo tengo —
Risas siguieron de esa voz.
— No te atrevas a tocarme o te juro que te arrepentirás, Katashi —
¡Ese es Souichi!
Ay no, debe estar en problemas.
Me acerco lentamente hasta asomarme desde la esquina y ver que el idiota de Katashi lo tiene acorralado con tres tipos más, Souichi no mantiene expresión alguna como si fuera lo más normal para él que lo molestaran, veo en su rostro algunos golpes y eso me hace molestar. Esta vez no será así.
Cuando vi que estuvieron a punto de golpearlo de nuevo, busqué en el suelo y tomé una roca mediana hasta lanzarla dándole justo en la cabeza a Katashi, este se agarró y se quejó.
— ¡Agh! ¿¡Quién fue el hijo de perra!? — gritó
— ¿Por qué no se meten con alguien de su tamaño, imbéciles? —
— Ah pero miren quien es. Es la puta bruja que me golpeó —
Katashi dejó a Souichi, no sin antes darle un golpe en el estómago haciendo que se retorcida y cayera al suelo con dolor. Eso hizo molestarme.
— Y lo volveré a hacer si vuelves a ponerle un dedo encima a Souichi —
— ¡Ja! ¿Ese idiota? — rió y se acercó con los otros tres — Solo le damos su merecido —
— Cuatro contra uno, que valientes — dije dando un paso atrás cada que avanzaban
— Tal como un bicho, si lo pisas, nadie sabrá que lo hiciste y menos sabrán quien era — se detuvo — Tendrás el mismo final si te atreves a ayudarlo —
Veo sobre su hombro, Souichi trata de levantarse, pero al parecer el dolor no lo deja y cae de nuevo sentado, Souichi gira su rostro a donde estoy y solo me mira con molestia.
— ¿Te sientes superior golpeando a estudiantes menores que tú? No eres más que un idiota en busca de atención ¿tu mami no te la dio de niño? —
Molesté.
(Hanna, a veces deberías callarte por más que quieras hacer el bien)
— Hija de... ¡Agarrenla! —
Ordenó a los otros tres y por superarme, no solo en número sino también en altura, pudieron agarrarme de los brazos y lástimandome al toque. Katashi se acerca con una sonrisa podrida.
No dice nada, solo siento el arder de mi mejilla y algo gotear de mi nariz.
El idiota me había golpeado.
— ¡Wow, Katashi! No creí que fueras a golpearla — dijo uno de los tipos
— ¿Y qué les importa, idiotas? —
— Es una mujer —
— Esta mujer es una maldita bruja — se acercó a mí rostro — Deberías tener cuidado, preciosa, no te conviene enfrentarme —
— ¡Señor Yoshida! —
Gritaron. Los tipos que me sujetaban me soltaron de golpe haciendo que cayera y raspara mis manos.
— Mierda — murmuró y volteó a verme con enojo — Algún día me las pagarás, tú y ese bicho —
Varios profesores se acercaron y tomaron a Katashi llevándoselo junto a los tres que le acompañaban, varios estudiantes llegaron viendo la escena conmigo de protagonista por estar en el suelo y con una nariz sangrando. Aiko salió entre el montón y corrió hacia mí tomando mis manos para levantarme.
— ¿Estás bien? ¡Dios mío! Estás sangrando, hay que llevarte a la enfermería — dijo casi arrastrándome
Iba a seguirla, no sin antes ver hacia donde estaba Souichi para ir y ayudarlo, pero él ya no estaba.
— Ni siquiera se acercó para saber si estaba bien — dije con desilusión
— Ay, Hanna, te lo he dicho... a Souichi no le importa nada ni nadie, deja de querer ayudarlo. Vamos —
Un tipo acababa de golpearme, algo que jamás creí que pasaría con tan solo dos días de estar aquí, ni siquiera Azumi se había atrevido a tanto. Aiko me llevó a enfermería, limpiaron mi nariz y me dieron hielo para desinflamar el lado izquierdo de mi rostro tras el golpe.
No podía dejar de pensar en Souichi y su indiferencia conmigo.
Acabando con todo el drama, se dió la hora de ir a casa y se esparció el gran rumor de que Katashi había sido expulsado después de lo que sucedió. Me despedí de Aiko y tomé camino a la casa de los señores Tsujii, todo el camino estuve pensando en Souichi, sé que no tenemos tan buena comunicación, pero estábamos a punto de llevarnos bien y...
A quien engaño. Cada momento que pasé con él ha sido por pura molestia, he querido forzar un inicio que no tiene un buen desarrollo y tampoco un final.
Souichi simplemente no está interesado y lo ha demostrado. Que tonta me siento, hasta recibí un golpe por querer ayudarlo ¿y él? Decide por desaparecer y darle igual todo... Aiko tiene razón.
Será mejor alejarme.
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Hanna, date cuenta.