Polluelos / ASL ONE PIECE FAN...

By Melody146089

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Wendy Darling se vuelve madre del ASL, uniendo asi sus historias. Peter pan dejara ser un simple cuento, los... More

SALVAR UN HERMANO [V.F]
JUNTOS NOSOTROS 4 [VF]
TENEMOS MAMÁ [VF]
ENCUENTRO DE MADRES [V.F]
DESDE LAS CENIZAS (1/2) [V.F]
DESDE LAS CENIZAS (2/2) [V.F]
VOLANDO SIN MIEDO [V.F]
TU NOBLE CORAZÓN [V.F]
ESCUELA [V.F]
TAMBO, TAMBO [V.F]
PREPARANDO UNA SORPRESA [V.F]
PAJARO AL ROJO [V.F]
FELIZ CUMPLEAÑOS LUFFY [V.F]
ANUNCIO!
PUÑO DE FUEGO [V.F]
PERDIDO [V.F]
EL REY [V.F]
LILING, LILIN, LIN (1/3 V.F)
LILING, LILIN, LIN (2/3 V.F)
LILING, LILIN, LIN (3/3 V.F)
ROSAS DEL AYER (1/2 V.F)
ROSAS DEL AYER (2/2 V.F)
ACE VS DOFLAMINGO [V.F]
EL NACIMIENTO DE UN DIOS [V.F]
Mellizos Li [Art 1]
EL REVOLUCIONARIO
LA ALIANZA
JARDINES DE KENSINGTON
PRESO
Nota
JURAMENTO
✖Travesura Nocturna✖
PESADILLA
WENDY DARLING
EL POPPER
ENTRE AQUÍ Y ALLÁ (1/2)
ENTRE AQUÍ Y ALLÁ (2/2)
ECLIPSE ROJO
PAÑOLETA DE PROMESAS
JUEGA COMO CABALLERO
BIENVENIDOS A TEX-TEX
TAYSON EL COBARDE
PELEA A TODA RUEDAS
TODOS VS GRAN "B"
SABAODY
MASACRE EN LA ISLA
IMPEL DOWN
¡LA GRAN FUGA!
LA BATALLA EN LA CUMBRE
PIRATAS DE LA VIEJA ERA
EL FINAL DE UNA ERA
INTENTARÉ CREER
LA INVITACIÓN
LA ISLA DE LA FIESTA
CASITA DEL TERROR
PARAÍSO ROSA
NEROLAND
GOLDEN BIRD CASINO
EL OSO Y EL AVE

LA ISLA DE LA PROMESA

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By Melody146089

Sara, también conocida como Wendy, volaba por los aires en su camino de regreso al escondite cuando avistó un inesperado barco enemigo. Este evocaba imágenes inexplicables de suntuosas lámparas doradas y las gélidas noches de invierno. Algo que le provocó una mezcla de miedo e incertidumbre que la embargó mientras vacilaba, contemplando si investigar más o retirarse rápidamente y alertar a sus compañeros sobre el barco.

Sin embargo, antes de que pudiera tomar una decisión, un estruendoso estruendo resonó en el aire. El inconfundible sonido de un cañón disparándose.

Sara fue alcanzada por la bala del cañón, haciendo que cayera en picada desde el cielo.

Los chicos que estaban cerca se apresuraron a investigar, y como se esperaba, descubrieron a su princesa tendida en el suelo.

En ese trágico momento, escucharon un ruido que les apretó el corazón. Escucharon a Prince graznar.

"¡Prince!" exclamaron, ya que esa era su forma de anunciar su regreso.

"Escondámosla." susurraron, reuniéndose rápidamente alrededor de Sara. El resonante graznido volvió a sonar, y Prince se acomodó frente a ellos.

"¡Hola, chicos!" exclamó, pero sus saludos fueron seguidos por un incómodo silencio.

"He vuelto." declaró apasionadamente, ya un poco irritado.

"¿Por qué no están emocionados?" Abrieron la boca, pero no salieron gritos de alegría.

En su entusiasmo por compartir su gran idea, lo dejó pasar. "¡Tengo una idea!" Prince exclamó. "¡Vamos a preguntarle a Sara si quiere jugar a ser nuestra mamá!".

El silencio persistió, salvo por un ligero golpecito producido por Lelo.

"¿Alguno de ustedes la ha visto?" preguntó Prince con preocupación. "La vi volar en esta dirección." dijo, recordando el vívido recuerdo de su vuelo.

"Apártense, gemelos, y dejen que Prince vea". Lelo se volvió hacia los gemelos y aconsejó.

Todos retrocedieron, dándole una vista clara. Mientras observaba la escena ante él, Prince se sintió perdido sin saber qué hacer.

"Ella... está muerta." pronunció Lelo, justo cuando el brazo de Sara se movió ligeramente de su posición original.

"¡Miren su brazo! ¡Se movió!" exclamó Chunk, acercándose y poniendo su oído cerca del corazón de Sara. "¡Y su corazón está haciendo Tam, Tam!".

Pero, ¿qué debían hacer con Sara en un estado de salud tan delicado?

"Llévemosla al escondite." sugirieron al mismo tiempo Chank, y Chunk. "Exactamente, eso es lo que haces con las damas".

"No, no", interrumpió Prince, "¡No podemos tocarla! ¡Sería irrespetuoso!".

"Eso es precisamente lo que tenía en mente." dijo Lelo.

"Pero si se queda aquí, morirá." admitió Chunk, reconociendo que la isla era tan peligrosa como encantadora.

"En ese caso, ¡construiremos una casa alrededor de ella!" exclamó Prince.

El anuncio llenó a todos de alegría.

"¡Rápido!" ordenó Prince con urgencia. "¡Cada uno de ustedes debe buscar y traer lo mejor que pueda encontrar!".

En ese momento, estaban ocupados como sastres en vísperas de una boda. Iban y venían, buscando ropa de cama y recolectando leña.

"¿Qué están haciendo?" Bourgeois apareció repentinamente detrás de Prince. "Estamos construyendo una casa para Sara." Explico Prince.

"¿Para Sara?" preguntó Bourgeois.

"¡Sí! Ella es la princesa, y nosotros solo somos sus sirvientes." añadió Lelo.

"Y tú también lo eres. Date prisa y ayúdalos." ordenó Prince con tono autoritario.

Bourgeois pronto fue arrastrado para cortar, cortar y llevar. "Primero, sillas y una cerca." instruyó Prince. "Luego construiremos la casa alrededor de eso".

"Sí", dijo Chunk, "así es como se construye una casa. Lo recuerdo."

Prince tenía todo bajo control.

"Chunk", ordenó, "trae un médico."

"Sí", respondió Chunk rápidamente y desapareció, rascándose la cabeza.

Sabía que tenía que obedecer a Prince y regresó después de un rato, con un sombrero y una expresión solemne.

"Por favor, señor." dijo Prince acercándose a él. "¿es usted un médico?"

La diferencia entre los otros chicos y él en un momento como este era que ellos sabían que todo era de mentira, mientras que para él, lo imaginado y la realidad eran exactamente lo mismo. A veces esto tenía sus desventajas, como cuando tenían que fingir que habían comido. Si dejaban de fingir, él les golpeaba los nudillos con un látigo de nueve colas.

"Sí, joven." respondió Chunk ansiosamente, sus nudillos crujieron.

"Por favor, señor," explicó Prince, "tenemos una dama muy enferma."

Ella estaba tendida a sus pies, pero Chunk tuvo el sentido común de no tocarla.

Mientras todo esto ocurría sin que nadie se diera cuenta, Sabo los miraba incrédulo.

"Pondré algo hecho de vidrio en su boca." dijo Chunk, fingiendo hacerlo, mientras Prince esperaba. Hubo un momento de angustia cuando quitó el vidrio invisible.

"¿Cómo está ella?" preguntó Prince.

"Bien, bien", dijo Chunk, "esto la ha curado."

"¡Qué alegría!" exclamó Prince.

Sabo estaba entre las ganas de golpearlo y reírse porque eso fue de las cosas más infantiles que había visto.

"Vendré a verla de nuevo por la noche," dijo Chunk "dale caldo concentrado de carne en un tazón hondo."

Después de quitarse el sombrero, soltó suspiros fuertes, que era su costumbre al escapar de dificultades.

Mientras tanto, el bosque se había llenado del sonido de hachas, casi todo lo necesario para una acogedora morada estaba ahora a los pies de Sara.

"Ojalá supiéramos," dijo uno, "qué tipo de casa es el que más le gusta."

"¡Prince!" gritó otro, "se está moviendo en sus sueños."

"Está abriendo la boca." exclamó un tercero, mirando dentro con respeto. "¡Oh, qué hermosa!".

"Quizás comience a cantar en sus sueños." dijo Prince. "Sara, cántanos sobre el tipo de casa que te gustaría tener."

Inmediatamente, sin abrir los ojos, Sara comenzó a cantar:

Me gustaría tener una casita hermosa,
La más pequeña que hayas visto,
Con encantadoras paredes de color rojo,
Y un techo de verde musgo.

Chirriaron de alegría, pues por una increíble suerte, las ramas que habían traído estaban cubiertas de savia roja, y el suelo estaba cubierto de musgo. Mientras armaban la casita, comenzaron a cantar:

Hemos levantado las paredes y el techo, y hemos hecho una encantadora puerta, así que dinos, Princesa Sara, ¿hay algo más que desees ahora?.

A lo que ella respondió emocionada:

Además de todo eso, creo que me gustarían ventanas alegres, con rosas asomándose y bebés mirando afuera.

Con unos buenos golpes, hicieron las ventanas, y grandes hojas amarillas sirvieron de persianas. Pero, ¿qué pasa con las rosas?

Rápidamente fingieron que las rosas más hermosas estaban creciendo y trepando por las paredes.

¿Bebés? Para evitar que Prince pidiera bebés, inmediatamente cantaron nuevamente:

Hemos hecho rosas que miran,
bebés están en la puerta,
no podemos volver a nacer,
nacimos hace años, ya ves.

Prince, al darse cuenta de que era una buena idea, inmediatamente pretendió que era suya.

La casa era muy encantadora, y sin duda Sara se sentía cómoda dentro, aunque, por supuesto, ya no podían verla.

Prince se movía supervisando los toques finales. Nada escapaba de su aguda mirada. Justo cuando parecía estar completamente terminada, exclamó, "La puerta no tiene aldaba".

Estaban bastante avergonzados, pero Lelo entregó la suela de su zapato, y está pronto se convirtió en una excelente aldaba. Ahora sí está completamente terminada, pensaron.

En absoluto.

"Falta la chimenea." se dio cuenta Prince. "Tenemos que poner una chimenea."

"Sí, necesita una chimenea." dijo Chunk, intentando sonar importante. Esto le dio una idea a Prince.

"Chunk, ¿puedes pasarme el sombrero que tenías antes?" Prince le pidió a Chunk, quien inmediatamente buscó por todas partes el sombrero y cuando lo encontró se lo entregó a Prince.

Inmediatamente hizo un agujero en él y colocó el sombrero en el techo. La casita estaba tan contenta de tener una chimenea tan bonita que, como muestra de agradecimiento, el humo comenzó a salir inmediatamente del sombrero.

Ahora sí, estaba completamente terminada. No quedaba nada por hacer excepto llamar a la puerta.

"Vístanse lo mejor posible." les advirtió Prince, "las primeras impresiones son muy importantes." Estaba contento de que nadie le preguntara qué eran las primeras impresiones, todos estaban demasiado ocupados preparándose.

Golpeó educadamente la puerta, y el bosque ahora estaba tan silencioso como los niños; no se escuchaba ni un solo sonido.

La puerta se abrió y salió una dama. Era Sara. Todos se quitaron los sombreros. Parecía apropiadamente sorprendida, tal como esperaban que fuera.

"¿Dónde estoy?" Sara preguntó.

Naturalmente, Presuntuoso fue el primero en hablar. "Princesa Sara," dijo rápidamente, "hemos construido esta casa para ti."

"Oh, di que estás contenta", exclamó Chank.

"Qué casa tan hermosa y acogedora." dijo Sara, y eran las palabras justas que ellos habían esperado que dijera.

Prince vio este como el momento perfecto para hacer lo que había estado esperando con tantas ansias. Se inclinó y susurró a Lelo, quien a su vez susurró a Chunk, y el mensaje se transmitió desde Chank a Bourgeois y continuó en cadena hasta que todos se arrodillaron y extendieron los brazos.

Con un entusiasmo tremendo, exclamaron colectivamente "Oh, Princesa Sara, ¿serías nuestra madre, por favor?".

Sara, radiante de alegría, preguntó: "¿Debo hacerlo?" Y continuó, "Por supuesto, es fascinante, pero el asunto es que soy solo una niña pequeña. No tengo experiencia real."

A pesar de haber técnicamente criado al pequeño de Marco, eso fue como su hermana, ella no tiene idea de como tiene que ser una madre, cualquier recuerdo de la suya son escasos.

"Eso no importa." dijo Prince, como si él fuera el único presente que lo sabía todo acerca del tema, aunque en realidad era el que menos sabía. "Lo que nos hace falta es simplemente una persona agradable y maternal."

Sara, tratando de ocultar una pequeña risa, respondió, "¿Sabes qué? Creo que eso es exactamente lo que soy." fingiendo sorpresa.

"¡Sí, sí!" todos gritaron, "lo notamos de inmediato."

"Muy bien." dijo ella, "haré todo lo posible. Pasen rápidamente, bribones, estoy segura de que tienen los pies mojados. Y antes de que se metan en la cama, tengo justo tiempo suficiente para contar una historia."

Estaban a punto de partir cuando Prince sintió un repentino clic en su pequeña y curiosa mente, similar al sonido de mil campanas.

"Nunca pregunté por qué Sara estaba tendida en el suelo en primer lugar." la pregunta de Prince detuvo a todos en seco, dejándolos reflexionando en busca de una respuesta.

"Creo que fue una bala de cañón." respondió Sara, lo que hizo que Prince frunciera inmediatamente el ceño.

"¿De quién?" Si alguien tuviera que describir el tono frío y sin emociones con el que Prince pronunció esas palabras, sería tan gélido como las aguas polares.

"Hay un barco pirata cerca de la bahía." concluyó Bourgeois, dándose cuenta de que podrían haberle causado daño a Sara. "En realidad, Capitán, tenía la intención de informarte, pero me distraje."

En ese momento, Prince no le prestó atención, su única preocupación estaba fija en avanzar hacia el enemigo.

"¿A dónde vas, Prince?!" exclamó Bourgeois, viendo partir en silencio a su capitán.

"Y una vez más, se ha ido." comentó Lelo a Bourgeois.

"Iré a buscarlo, por si acaso. Después de todo, esta gente no es cualquier cosa si lograron pasar a los reyes marinos." declaró Bourgeois mientras intentaba localizar a su capitán, quien ya se dirigía hacia la costa.

En ese momento, Sabo recordó una escena de la novela donde el infame archienemigo de Prince hablaba mal de él, pero el niño se burlaba inteligentemente de su oponente sin inmutarse. Esta mentalidad se extendía también a las batallas, incluso frente a un golpe formidable, la sonrisa de Prince permanecía firme.

Sin embargo, había momentos en los que su sonrisa flaqueaba, siempre que alguno de sus amigos resultaba herido o insultado de alguna manera. Para Sabo, esto le recordaba la filosofía que Shanks impartió a Luffy durante su tiempo en el Pueblo Foosha.

Jalad, izad, pongámonos al pairo,
al abordaje saltemos,
y si un tiro nos separa,
¡allá abajo nos veremos!.

A medida que Prince se acercaba al barco enemigo, podía distinguir gradualmente el cantar melodioso de los piratas a bordo.

Con una traviesa sonrisa Prince ocultó su presencia y hábilmente se coló dentro, como un ágil ratón. Y como un ratón, inspeccionó cautelosamente los alrededores, rastreando con cuidado hacia el almacenamiento de alimentos.

"¡Ahoy, señorita Carne! ¿Por qué te encuentro tan sola?" exclamó Prince, dirigiéndose a un pedazo de carne acunado en su palma. "Oh, señorita Carne, ¿dónde te has ido?" preguntó una vez más, aunque esta vez sus palabras se disiparon en el vacío, ya que se había devorado la carne por completo.

"¡Hola a todos! Ustedes deben ser los amigos de la señorita Carne." exclamó alegremente Prince, mientras se acercaba al resto de la comida. Sin ninguna demora, se entregó ansiosamente a la comida disponible, devorándola con gran entusiasmo.

"Corta, corta, y al tazón." Mientras tanto Wilington cantaba. Preparaba hábilmente las verduras para la sopa, mientras Prince se comía las reservas de comida.

"Corta, corta, y al tazón... Corta..." Wilington se detuvo abruptamente en medio de su tarea al darse cuenta de que se había quedado sin zanahorias.

"¡Bones! ¡Tráeme más zanahorias!" ordenó rápidamente a su ayudante, quien se apresuró hacia el área de almacenamiento solo para descubrir que estaba desprovista de cualquier tipo de alimento.

"¿Qué es esto?" Bones reflexionó para sí mismo, al ver un movimiento cercano.

Intrigado, se acercó y encontró a un niño hinchado y cubierto de migajas de comida. Sin pensarlo dos veces, su mano instintivamente alcanzó su cuchillo, pero antes de que pudiera hacer un movimiento, alguien abrió violentamente la puerta.

"¡Bones! ¡Ahí estás! ¿Por qué...." Era Wilington, furioso por la lentitud de Bones.

"¡Tú!" Wilington rugió al notar a Prince y el almacén vacío.

"Oh... um, buenos días." saludó Prince adormilado, despertado por el alboroto.

"¡Primero mi restaurante y ahora la comida de mi tripulación!" Wilington estaba perdiendo la compostura. "¡Escúchame bien, ratón somnoliento! ¡Estos son los cuchillos que uso para cortar carne!" Amenazadoramente, blandió sus cuchillos de corte frente al joven príncipe.

"¡Oye! ¡Tu eres el bacalao de la otra vez! ¡No me di cuenta de que también eras un pirata!" exclamó Prince con una mezcla de diversión y burla.

"¿También un pirata? ¿De qué demonios estás hablando?" El chef miró a Prince con incredulidad mientras respondía con confusión clara.

"Exactamente lo que dije" Respondió Prince confundido por qué el chef encontraba difícil creerlo.

"Entonces, si eres un pirata, ¿no te importaría que resolvamos esto a la manera pirata? ¡Me pagarás, pero con tu vida!" Wilington declaró, intentando atacar al pequeño pero formidable niño, quien esquivó rápidamente el ataque.

"Je, tal vez no seas realmente un bacalao... ¡sino simplemente un pececillo!" Prince se rió burlonamente.

"Le avisaré a todos.." exclamó Bones, corriendo hacia la cubierta con el corazón acelerado. "¡Intruso a la mira!".

Todas las miradas se volvieron para presenciar la expresión de pánico en el rostro de Bones. "Vaya, vaya, cálmate, a ver dinos, ¿Cómo se ve este intruso?" preguntó Starkey, uno de los luchadores más hábiles a Bones quien estaba visiblemente nervioso y preocupado.

"Es un niño..." Bones intentó explicar, pero tan pronto como mencionó la palabra "niño", todos, incluido Starkey, estallaron en risas.

"¿En serio? ¿Por eso estás tan preocupado? Bones, permíteme preguntarte algo, ¿tomaste tus medicamentos?" Starkey provocó a Bones, presionándolo.

"¡Te lo advertí, si algo sucede, no asumiré la responsabilidad! ¡Tú lo harás!" Bones gritó y se marchó furioso.

"Bien, ¿qué les parece, chicos? ¿Regresamos a la fiesta y cantamos esa canción que yo tanto adoro?" exclamó Starkey, bebiendo otro trago de ron.

- Viva, viva la vida del pirata,
un cráneo y dos tibias en la bandera.

Viva la alegría y una buena soga y viva el buen Satán que nos espera.

Con cada trago sucesivo de ron, los piratas se embriagaron cada vez más, llegando al punto en que podían tropezar de cabeza contra una pared y confundirla con una nube esponjosa en lugar de madera sólida.

"¿El chico? ¿Dónde está?" Wilington irrumpió, su apariencia parecía la de un gato enredado en espinas y arañado por todas partes.

"Ton, ¿qué te pasó?" Starkey preguntó.

Ignorando a su tripulación, la rabia de Willington lo consumió mientras buscaba al niño. "¡Ahí está, encima de la travesía!" exclamó, vislumbrando la sombra de una pequeña figura detrás de la vela.

Prince, luchando por contener su risa, bailoteó alrededor, emitiendo innumerables sonidos burlones que capturaron la atención de todos.

"Vaya, Wilington, ¿a dónde crees que vas?" Starkey detuvo a Willington en seco, este último apretando fuertemente sus cuchillos, listo para reanudar su persecución. "Solo es un chico, no representa una amenaza real", le dijo Starkey a Willington.

"Oh no, Starkey, ¡no toleraré que te pongas blando con él solo porque es un niño! ¡Robó mi comida!" Willington gruñó, despreciando el robo. No le importaba si la gente pedía algo, pero si lo tomaban sin permiso, los veía como nada más que el hombre que le robó los zapatos.

"Lo entiendo, chiquillo." dijo Starkey, con su mano descansando suavemente en la espalda de Willington, tal como solía hacer hace años cuando el Gloria aún surcaba los mares.

"Ya no soy un chiquillo, pero haz lo que quieras. ¡Tengo tareas más importantes que atender, como terminar la sopa!" refunfuñó Willington, su partida impregnada de un toque de amargura.

"Bueno, ¿quién eres, chico?" Starkey saludó a su manera habitual, curioso por Prince.

"Soy la juventud, soy la alegría, soy un pajarillo recién salido del huevo." exclamó Prince con entusiasmo, saltando desde la travesía al centro de la cubierta, rodeado de piratas mientras cargaba una bolsa que no dejaba de moverse.

"Fascinante..." Starkey sintió una oleada de emoción recorrerlo, similar a la anticipación antes de un subidón de azúcar. ¿Cuándo había conocido por última vez a alguien tan intrigante? No estaba nada mal para un niño, por decir lo menos.

"Bueno, chico, mi esposa me cortaría la cabeza si no te doy una opción. Así que déjame preguntarte, ¿pelear o marcharte?" Pregunto Starkey.

Starkey esperaba que el niño eligiera irse, no porque dudara de su capacidad para luchar, de hecho, tal vez tenía esa creencia momentos atrás, ya que no se esperaba que los niños poseyeran la fuerza que revelaba una vida de experiencia.

Pero en el momento en que el niño habló se dio cuenta de que este era una excepción entre excepciones.

El abrumador aislamiento de Starkey fue un resultado directo de la peculiar auto presentación del niño.

Si su capitán decidía salir de su camarote era inevitable que notara a este chico y él estaba decidido a proteger a otro niño de unirse a la creciente lista de víctimas dejadas detrás su formidable y letal capitán.

"¡Tengo una idea aún mejor! ¿Qué tal si todos ustedes se embarcan en una expedición a las aguas más profundas del mar?" Exclamó Prince triunfante, mientras una oleada de haki del conquistador dejaba fuera de combate a los piratas más débiles.

"Bueno, parece que es hora de subir la música un nivel..." Starkey respondió con un toque de arrogancia. Hizo señas a Valiant para que le pasara la guitarra.

"¡Prepárense para el impacto sónico!" Starkey rasgueó su guitarra, liberando un potente sonido impregnado de haki del conquistador, que fue contrarrestado por la propia onda de Prince.

"¡Guau! ¡Es tan genial!" exclamó Prince, completamente cautivado por lo que consideraba la habilidad más asombrosa.

Sin embargo, su distracción hizo que fuera enviado volando y chocara contra el mástil.

"¿Estás bien?". Starkey momentáneamente bajó su guardia, después de todo, es un padre.

"Ésto es divertido, pero ¿No vine aquí por algo? ¿Qué era?" Prince expresó en voz alta sus pensamientos, ignorando las preocupaciones de Starkey y concentrándose en recordar su propósito original.

Claramente no era la comida, aunque estaba deliciosa, tampoco era la emoción de la pelea o la vista de un barco tan interesante.

"S...s...Sara?".

Prince de repente se dio cuenta de que había venido porque nadie lastima a sus amigos sin consecuencias, y rápidamente se lanzó hacia adelante con su daga lista para atacar el cuello de Starkey. Habría logrado un golpe si alguien no hubiera intervenido. No era otro que Yin, el formidable vicecapitán.

"Vete." Yin ordenó con un tono agudo y frío, algo inusual en su comportamiento, lo que dejó a todos sin poder hacer otra cosa que mirar.

"No sigo reglas." respondió Prince desafiante.

"Está bien, yo tampoco, niño Cocodrilo." Yin aprovechó la sorpresa de Prince y lo pateó, enviándolo volando directamente hacia el mar.

Cuando estaba a punto de golpear el mar Prince vio al adulto parado en la barandilla. Intercambiaron miradas, y eso fue todo lo que necesitó para entender que la otra persona era como él, una amenaza en pocas palabras.

"Pájaraco, te mataré." declaró Prince, sus palabras saliendo de su pequeña boca mientras el agua lo rodeaba. En lugar de ahogarse, el niño dejó que su cuerpo respondiera al llamado y nadó de regreso a la orilla, donde su amigo lo estaba esperando.

"Te tomaste tu tiempo." Le dijo Bourgeois.

Prince entró en pánico de inmediato al darse cuenta de que había sido descubierto en su forma gyojin. Incluso su cola estaba expuesta para que todos la vieran.

"No mires. ¡Es una orden! ¡Órdenes del Capitán!" Dijo, pero solo recibió una burla de Bourgeois.

"Lo siento, Capitán, pero es demasiado tarde. Ya he visto todo lo que necesitaba ver, y eso es..." Bourgeois saboreó el momento, deleitándose en el miedo de su capitán.

"Nada. ¡Porque soy ciego!" afirmó Bourgeois con irritación.

"¡Sí, recuerdo eso muy bien!" se rió Prince, acercándose a su amigo ahora más seguro.

"¡Espera! ¿Quién viene contigo?" Bourgeois preguntó, finalmente reconociendo a las dos personas cerca de Prince.

"¡Eso es algo que debes ver!" exclamó Prince, deteniéndose y alcanzando la bolsa que había estado llevando.

"Una vez más, soy ciego."

Esta vez, Bourgeois fue completamente ignorado mientras Prince se preocupaba más por desatar un nudo y liberar a dos niños pequeños, que inmediatamente comenzaron a respirar rápidamente.

"¡Estos dos son George y Michael! ¡Se uniran a nuestra tripulación!" presentó Prince a Michael y George, a quienes había encontrado mientras escapaba de ese cocinero loco.

"¿Por qué están tosiendo?" Bourgeois estaba lleno de preocupación mientras cuestionaba la razón detrás de sus desesperados jadeos por aire.

"Los metí en una bolsa y los traje aquí." respondió Prince como si hacer eso fuera algo totalmente normal.

Si alguien pudiera escuchar los pensamientos de Bourgeois, expresaría su fuerte deseo de ser sordo en su lugar.

Sin que Bourgeois lo supiera, Sabo realmente podía escucharlo, a diferencia de todos los demás personajes.

"Eso es genial", dijo Bourgeois con una sonrisa, aunque sus pensamientos resonaron - 'Es increíblemente estúpido.'

Mientras tanto, Sabo estaba disfrutando al máximo. Esta experiencia superaba con creces la lectura del libro, que parecía haber sido editado y censurado en gran medida por su madre.

Incluso empezó a preguntarse si ella había inventado algunas cosas...

Independientemente de eso, observó con deleite cómo los niños interactúan entre ellos. Sabo no pudo evitar cuestionarse por qué esos dos estaban en el barco. (No había presenciado lo que había ocurrido después de que Wendy dejó la isla, así que perdonen su ignorancia).

Sin embargo, permaneció completamente atento a su entorno. En ese breve lapso de tiempo, ocurrieron varias cosas.

Los niños aparentemente se adentraron en un lugar repleto de árboles singulares. Estos árboles, a diferencia de otros que puedas haber visto, poseían una característica peculiar, cada uno tenía un agujero de tamaño variable en su centro.

Una de las primeras cosas que hizo Prince fue tomar medidas de George y Michael para árboles huecos.

"Realmente no debería molestarse. Creo que fácilmente cabemos en cualquier árbol." dijo George firmemente, expresando su desagrado por depender de los demás. Prince ya había hecho demasiado por ellos, incluso si fue por egoísmo y por seguir la corriente.

"A menos que un árbol te quedé, será difícil subir y bajar. Créeme, nuestro tonto capitán lo intentó antes." afirmó Bourgeois a George, quien inmediatamente concedió que no había forma de ganar este argumento.

Sabo asintió en acuerdo, dándose cuenta de que a diferencia de la ropa hecha a medida para una persona, uno debe adaptarse para encajar en un árbol.

Agregó que si recuerda correctamente, en los libros (es un nerd), generalmente es muy fácil hacerlo, por ejemplo, usando demasiada o muy poca ropa, pero si uno sobresale en lugares inapropiados o si el único árbol disponible tiene una forma extraña, Prince hace una serie de cosas a uno, y después de eso, uno encaja, es necesario tener mucho cuidado de seguir encajando.

Una vez dentro, uno puede tomar aliento en la superficie y descender a la velocidad justa, mientras que para ascender, uno alterna entre tomar aliento y soltarlo, serpenteando su camino hacia arriba. Naturalmente, cuando uno domina el asunto, estas cosas se pueden hacer sin pensar, y nada es más elegante.

Pero uno simplemente tiene que encajar, y Prince mide a uno para el árbol tan cuidadosamente como para un traje.

"Parece que tu hermanito lo hizo a la primera." bromeó Prince, su tono impregnado de un toque de burla juguetona. A diferencia de George, que necesitó múltiples ajustes para su árbol, Michael encajó sin esfuerzo en su árbol al primer intento.

"Es algo..." murmuró George, dejando ver su molestia al referirse a su recién nombrado capitán. El capitán se lanzó de inmediato a su árbol sin esperar más instrucciones.

"Habla por ti." intervino Bourgeois, sorprendiendo a George. Bourgeois se disculpó rápidamente, "Perdón por asustarte." expresando su pesar.

"No, está bien. No hay nada de qué disculparse." dijo George, sintiéndose un poco avergonzado por tener que pedir un favor. "Bueno, ¡supongo que es hora de irnos!" dijo Bourgeois mientras finalmente bajaba de su árbol.

"¡Espera por mí!" gritó George a través del agujero del árbol. Al darse cuenta de que no obtenía respuesta, se apresuró a ir a su propio árbol y saltó.

No estaba acostumbrado a acrobacias tan atrevidas y estaba claro que tampoco estaba acostumbrado a bajar de los árboles.

"Oh, George, ¡finalmente lo lograste!" lo recibió Bourgeois cuando llegó a lo que Prince llamaba 'Nuestro escondite'.

"Esto es incluso mejor que los libros." pensó Sabo, con la mandíbula casi cayendo de asombro ante la vista ante él. El lugar era realmente extraordinario.

El suelo del lugar era tan notable que incluso se podía cavar para pescar. En este suelo, brotaban vibrantes hongos de colores que servían como taburetes. Sin embargo, lo más impresionante era su tamaño. Era increíblemente espacioso, acompañado de numerosas casitas, cada una habitada por niños.

Sabo nunca había presenciado tantos niños en un solo lugar.

"¿Por qué estás tan sorprendido? Las tripulaciones de los más infames piratas tienden a ser grandes." señaló Bourgeois a George, quien no podía contener su asombro.

Sabo se rió de la reacción de George, sobre todo porque recordó que en los libros, el escondite y la tripulación se retrataban como más pequeños. Quizás era porque Luffy había proclamado incansablemente: "¡Voy a tener diez tripulantes!", y su madre asumió que Luffy quería que su ídolo ficticio fuera igual.

Como de costumbre, su madre, siempre indulgente en consentirlos, probablemente había alterado esa parte de la historia para la felicidad de Luffy.

Aunque también les trajo felicidad a todos, porque si no lo hubiera hecho, Ace seguramente lo habría utilizado para burlarse de Luffy y demostrarle que una tripulación más grande es superior.

"Luffy, tienes mucha suerte de que sea yo quien ve esto y no Ace." pensó para sí mismo, sabiendo que era absolutamente cierto. Si Ace supiera esto, se burlaría implacablemente de Luffy cuando se reunieran. En respuesta, Luffy llamaría a Ace mentiroso, y sin duda comenzaría una pelea tonta entre los dos.

"¡Bourgeois! ¡Ayuda!" De repente, alguien pasó corriendo, gritando por Bourgeois. Sin dudarlo, Bourgeois siguió apresuradamente al individuo, con George a su lado, solo para descubrir que Prince estaba castigando su propia sombra.

"No puedes andar diciendo esas cosas sobre ella." se quejó Prince de Campanita, expresando su frustración.

"¡Yo no dije todo eso! ...bueno, tal vez una parte." respondió Campanita con sus las manos.

"¡Campanita!" exclamó Prince, irritado hasta la médula con el comportamiento de Campanita.

"Está bien, lo dije. ¡Pero no es mi culpa que sea molesta!" replicó Campanita.

"Eso es todo, voy a... ¡George, por fin llegaste!" Prince estaba a punto de decir algo más a Campanita pero se detuvo abruptamente al notar la presencia de George.

"¡Ah, me olvidé! Tu hermano está con Sara. ¡Vamos!" exclamó Prince emocionado, lanzándose hacia adelante y agarrando la mano de George, tirando de él hacia donde estaba su hermano.

Mientras tanto, Campania empezó a gritar con sus manos, "¡La odio!".

Después de soportar todo, finalmente llegaron al lugar donde estaba el hermano de George, sostenido en los brazos de Sara.

"¡Sara!" gritó Prince, haciendo que Sara detuviera sus acciones y se diera vuelta para encontrar a George parado frente a ella.

"¿Wendy?" logró articular George mientras se acercaba a ella.

"Supongo..." respondió Wendy con nerviosismo solo para concluir, "tengo mucho que explica.." sintiéndose un poco avergonzada.

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.

.

Sara estaba frustrada al darse cuenta de que George tenía más que explicar que ella. "Mentir no es un rasgo de caballeros, George." comentó, su molestia evidente en su voz.

George procedió a compartir su versión de la historia, aclarando que Jonathan Black era el capitán del barco en el que se habían escondido. Habían logrado escapar con la ayuda de Prince en su búsqueda para encontrar a Wendy, aunque convenientemente omitió ciertos detalles, en particular todo lo relacionado con Yin.

George, claramente molesto con la mera mención de haber mentido, respondió a la acusación de Sara, "Un mentiroso no es digno de ninguna sociedad, son traicioneros, aprovechándose engañosamente de la confianza de otros para engañarlos. Es algo por lo que preferiría morir antes que ser."

"Entonces no mientas." Respondió Sara, negándose a ceder.

"Nunca miento, y no mentí." insistió George.

"¡Sí lo hiciste! ¡Querías asustarme!"

"¡No, no es así! ¡Solo estoy siendo honesto!"

"Y cruel." dijo Sara, apretando su vestido con las manos.

"Sara..." finalmente George se dio cuenta de que Sara sí le creía, pero tenía miedo de admitirlo. Era como cuando rompes el jarrón favorito de tu madre y sabes que está mal, pero tienes demasiado miedo de su decepción para admitirlo.

"Lo siento." murmuró George, abrumado por el remordimiento. Su arrepentimiento era palpable, evidente en su incapacidad para mirarla a los ojos.

La habitación quedó en silencio después de momentos de gritos y discusiones, en marcado contraste con el caos anterior.

"Entonces, Sara, ¿vienes conmigo? Sí o no?" Prince rompió abruptamente el silencio, cansado de sus discusiones. Lo único que quería saber era si Sara se uniría a él en una pequeña aventura en la Laguna de las Sirenas.

"¡Hay sirenas!" exclamó Prince.

En respuesta Sara respondió, "¡Oh! ¿Y qué más haremos y veremos?".

Prince reflexionó por un momento, no demasiado porque pensar demasiado puede dar dolor de cabeza.

"Sara, en lugar de dormir, ¡podemos ir y contar historias divertidas con las estrellas! ¡Tú mencionaste que puedes volar, ¿no?!" exclamó Prince, saltando hacia adelante hacia ella, "¡Oh! ¡Y hey, Sara, hay mucho más que mostrarte antes de eso!".

"Oh, claro, si no te importa que George y Michael también vengan." respondió Sara, sintiéndose más segura.

"Si quieres." respondió él con indiferencia, sin preocuparse por su presencia.

"Y cuando regresemos, te contaré una historia..." declaró Sara, haciendo que Prince se detuviera y la mirara directamente a los ojos.

"¿Tú cuentas historias? ¿Conoces historias? ¡¿Por qué nunca lo mencionaste?!" exclamó Prince, lleno de felicidad.

"¡Así es!" George contestó con una pequeña sonrisa orgullosa en su rostro.

"Bueno, entonces está decidido, ¡vamos a ir!".

Bourgeois se les unió rápidamente, siguiendo a un adormilado Michael.

Al salir, su atención se dirigió a un flamenco cojeando.

*Cacareo*

"¡George, mira! ¡Es el pájaro que disparaste!" exclamó Sara.

"¡En mis sueños!" replicó George.

Prince, al oír la proclamación de George, quedó inmediatamente perplejo. Su mente fue golpeada de repente por un recuerdo, lo que provocó una risa alegre que brotó desde lo más profundo de su corazón, resonando como el poderoso rugido de un león.

"¿Por qué se ríe?" George claramente se sentía incómodo y fuera de lugar.

"Algo es divertido, pero eso solo él lo sabe." dijo Bourgeois, notando su incomodidad.

Y no estaba muy lejos de la verdad. Sin embargo, Prince no era alguien que guardara tales revelaciones para sí mismo. El aire llenó sus pulmones, y la risa se transformó en una declaración.

"¿Aún no se han dado cuenta? Esta isla..." Las palabras de Prince captaron la atención de todos, incluso la misma isla.

De repente, un profundo silencio envolvió los alrededores. Los pájaros detuvieron su construcción, el viento detuvo su animada danza, e incluso los ríos se aquietaron, como musas que detienen sus melodiosas canciones y quedan mudas al instante.

"Es un sueño eterno." exclamó Prince, extendiendo sus brazos, como si pudiera abarcar todo el mundo en su alcance.

"¡Eso es cierto!" exclamó Bourgeois, estallando en risas.

Después de todo, esta isla parecía haber sido tomada directamente de la imaginación más salvaje de un niño, quizás porque realmente nació del propio sueño de un niño.

Si un niño sueña con esta isla y se pierde durante al menos siete días, descubrirá que es transportado mágicamente a este lugar encantado, donde sus fantasías más salvajes cobran vida. Ya sea monos bailando o cualquier otra cosa que hayan imaginado en su sueño, todo se convierte en realidad ante sus ojos.

"Eso es absurdo no pueden ser lo mismo." objetó George, siempre siguiendo el camino racional.

"Díselo al pobre pájaro." Dijo Sara su comentario lleno de burla, provocando que George se ruborizara de vergüenza.

"Yo..." George balbuceó, intentando articular un contraargumento, pero ninguna palabra salió de sus labios, dejándolo sin más opción que ceder.

Mientras el grupo continuaba su emocionante aventura por la isla, Sara quedó asombrada al encontrarse cara a cara con un cachorro de lobo que reconoció al instante de su sueño.

"¡Es increíble!" exclamó el capitán, incapaz de contener su emoción. Tomó suavemente al pequeño lobo de las manos de Sara y lo acunó entre sus brazos.

"Entonces, Sara, ¿cómo lo vas a llamar?" preguntó Prince, vigilando atentamente al pequeño cachorro. "Su nombre es Whisper, y no lo puse yo. Esa fue la elección de su madre antes de morir." respondió Sara, su risa desvaneciéndose mientras Prince lanzaba el cachorro al suelo.

"¡Oye! ¡No hagas eso! ¡Pudiste lastimarlo!" protestó Sara, molesta.

"No me importa." respondió Prince, alejándose y listo para marcharse.

"Entonces a mí tampoco me importas." Dijo Sara, llendose también, seguida por Bourgeois y el pequeño Michael.

Prince se quedó solo con George.

"Deberías de disculparte." agregó George, mirando a Prince con desaprobación.

"¿Por qué?" preguntó Prince, genuinamente curioso sobre el razonamiento de George.

"Primero, porque ella es terca y no se rendirá hasta que te disculpes..." Respondió George.

Esto hizo que Prince arrugara su rostro, mientras su mano y su mente trabajaban en su respuesta. "Pero no quiero..."

"Entonces ella no te perdonará, y yo tampoco. Un caballero no anda por ahí tirando cachorros." afirmó George firmemente.

Con esas palabras, George se fue decidido a encontrar a Sara y reunirse con el resto del grupo. Prince se encontró de repente solo, abrumado por la molestia.

"¡Esto es culpa tuya!" exclamó, desahogando su frustración con el cachorro, que inocentemente no comprendía la razón detrás del estallido.

Ajeno a la tensión, el cachorro se acercó a Prince y cariñosamente restregó sus pies.

Esta acción provocó emociones conflictivas en Prince. Sintió el impulso de golpear al cachorro, pero una extraña calidez recorrió su pecho, haciéndole dudar. Incapaz de articular sus inexplicables emociones, gruñó molesto, "Cachorro tonto, deja de restregarte..."

"No finjas que te importa..."

.

.

.

"Déjame como todos los demás."

.

.

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"No lo harás.... ¿verdad?"

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.

.

"Quizás no debería haberte lanzado, pero no es mi responsabilidad que quieras ser como yo."

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.

"Espera... ¿así no funciona?"

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"¡Entonces es culpa de tu madre!"

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.

.

"Vale, vale, deja de morderme. Está bien, ni siquiera sé lo que estoy diciendo." exclamó Prince, dándose cuenta mientras el cachorro mordisqueaba su pierna.

"Whisper, ¿eh? Ese es un buen nombre." reflexionó Prince, comenzando a apreciarlo. Se asemejaba a un recuerdo tenue, un amor que susurra aquí y allá.

Qué sabía era la madre loba...

"Pero un buen nombre merece un buen apellido. A ver..."

Pensar no era el punto fuerte de Prince le mareaba, pero podía intentarlo.

"¡Pink! ¡Ese será tu apellido!" proclamó Prince, solo para ser atacado nuevamente por el cachorro juguetón.

"¡Hey! ¡No es culpa mía que seas rosa!"

A Prince no le importaban los ataques repetidos, de hecho, de alguna manera le divertían. Las travesuras del cachorro le recordaban a Jon Jon, oh Jon...

Jon solía reaccionar de la misma manera cuando le daban nombres basados en su cabello o cejas. ¡Era lo más gracioso del mundo!

Prince deseaba que Jon estuviera aquí, aunque probablemente no tomaría su lado. Seguramente diría algo como: "Eres un idiota".

Luego se uniría a Prince en su aventura, y así como Sara, lo haría disculparse. En ese aspecto, Sara era como Jon, sabían cómo ponerlo en su lugar.

Sara lo hacía con su ingenioso juego de palabras, afilado como una espada, y Jon con sus ojos desaprobadores que podían hacer que cualquiera se sintiera como un ratón frente a un gato.

"Deberías dejar de morderme, o te llamaré... ¡Jon Jon!"

Finalmente, eso hizo que el cachorro se detuviera, obviamente no quería que le cambiaran el nombre. Y el rubio se sintió más seguro mientras llevaba al cachorro lejos, declarando en voz alta,"¡Así está mejor! Ahora vamos. Tenemos que encontrar a un grupo de traidores." mientras los dos se dirigían hacia la laguna de sirenas.

Ese era su destino acordado, donde esperaba encontrar a sus amigos... eventualmente. ¿Y no era la laguna tan especial? Prince no quería perderse nada de ello.

"Oye, Whisper, ¿alguna vez has estado en la laguna de las sirenas?" preguntó al cachorro, que ladró en negación.

"¡Las burbujas son tan, pero tan divertidas para jugar!" gritó Prince felizmente

Y, ¿sabes qué, querido lector? No podría estar más en lo cierto.

Si uno cierra los ojos y tiene suerte, a veces puede ver un charco indistinto de preciosos colores pálidos flotando en la oscuridad; luego, si uno entorna aún más los ojos, el charco comienza a tomar forma y los colores se vuelven tan vívidos que con otro entorno, estallan en llamas. Pero justo antes de que estallen en llamas, ves la laguna. Esto es lo más cercano que puedes llegar en el mundo real, un momento glorioso, si pudiera haber dos momentos, podrías ver las olas y escuchar a las sirenas cantar.

Los niños solían pasar largos días de verano en esta laguna, nadando o flotando la mayor parte del tiempo, jugando a juegos de sirenas en el agua y cosas así. En días soleados después de la lluvia, cuando las sirenas emergían en gran número para jugar con burbujas. Usaban burbujas multicolores hechas de agua de arco iris como pelotas, pasándolas alegremente entre ellas con sus colas e intentando mantenerlas sobre el arco iris hasta que estallaran. Los goles están en cada extremo del arco iris, y los porteros solo pueden usar sus manos. A veces hay un montón de sirenas jugando en la laguna a la vez, es una vista muy hermosa.

"¡Hemos llegado!" susurró Prince emocionado cuando finalmente llegaron a su destino.

"Mira, ¿no es hermoso?" dijo Prince, pero no se dio cuenta de que Whisper se había escapado de su abrazo mientras intentaba acariciarlo.

"¡Whisper, no puedes hacerme esto!" exclamó Prince cuando notó la falta de pelo en su mano, culpando una vez más al travieso cachorro.

Aunque no había mucho que pudiera hacer, Prince lo dejó pasar y se dirigió hacia la laguna, donde encontró a Sara jugando con las burbujas, acompañada por otros. Absorbiendo la belleza del momento, todos disfrutaron de la alegría de su aventura juntos.

Su aliento estaba, como, súper súper cerca de Sara, y ella simplemente no podía ignorarlo más. ¡Sus ojos estaban, como, totalmente fijos en ella sin pestañear!

"Umm, Prince, ¿Que pasión nos agobia?" preguntó entre irritada y pícara, haciendo que Prince diera un paso atrás, molesto.

Respiro hondo antes de responder, o más bien evitando la pregunta y haciendo la suya.

"¿Por qué estás jugando con las burbujas así?" Pregunto Prince.

Y como se esperaba, Sara se voltea, dispuesta a ignorarlo. "Lo siento por dejar caer a Whisper." Dijo Prince.

Puede que sea considerado uno de los chicos más valientes que jamás hayan vivido, pero tiene una idea equivocada sobre la valentía. Cree que involucra no tener miedo, cuando en realidad es todo lo contrario.

Sin embargo, así es como su mente infantil percibe la valentía. Por otro lado, Sara, siendo más perceptiva, entiende que Prince no es alguien sin temores. De echo, ve que tiene un poco de miedo de perder a un amigo. A pesar de su miedo, admira su valentía al enfrentarlo y seguir adelante.

A sus ojos, es un acto valiente seguir adelante incluso cuando hay miedo presente.

"Me alegra." Responde Sara, reemplazando el miedo de Prince con pura emoción, una vez más.

Inmediatamente olvida todo lo que no parece importante y vuelve a centrar su atención en la forma en que están jugando con las burbujas.

"Así que, ¿por qué todos lo están jugando de esa manera?" pregunta Prince.

"Bueno, George introdujo una nueva forma de golpear la burbuja, usando la cabeza en lugar de su mano, y las porteras sirenas lo adoptaron." explicó Sara. Esa fue la única huella que George dejó en la Isla de la promesa.

Prince quedó completamente cautivado por la nueva dinámica de juego, así que se unió de inmediato a esta emocionante forma de jugar con las burbujas.

Y eso es exactamente lo que hicieron durante el mayor tiempo posible, reír y disfrutar de la diversión llena de burbujas, hasta que Prince eventualmente se aburrió un poco del juego. Sintiendo la necesidad de un cambio, sugirió que cambiaran a algo diferente y que la aventura continuara.

¡Y sucedió súper rápido!.

"Sara, ¡tengo otra idea para un juego!" gritó Prince, acercándose para susurrar algo en su oído.

Sara se rió y, como por arte de magia, convirtió sus brazos en hermosas alas y sus pies en garras. Con un giro grácil, invitó a Prince a subirse, y juntos volaron por los cielos.

"¡Vamos por ese lado!" Prince señaló hacia un montón de nubes grandes y esponjosas, tan coloridas como un arcoíris. A veces, los pájaros traían pequeños trozos de las nubes a los niños, pero nunca era suficiente, y siempre querían más.

Verás, cada nube tenía su propio sabor único, que iba desde nada hasta...

"¡Es limonada!" Sara chilló emocionada mientras probaba una de las nubes rosadas. "Mmm, ¡delicioso! ¡No he probado esto en..nose..mucho, mucho, más o menos! ¡Y todavía hay muchos más sabores por probar! ¡El pastel de arándanos es uno de mis favoritos!" Prince señaló otras nubes, y su boca comenzó a salirle baba como loca.

"¡Eres como un pozo sin fondo, ¿eh?!" Sara lo provocó juguetonamente antes de probar cada sabor por sí misma. Terminaron todos desordenados y pegajosos, pero ¡vaya, la diversión que tuvieron valió totalmente la pena!

"¡Sara, mira abajo! ¡Son los siete ríos de jugo!" Prince exclamó emocionado, señalando abajo donde se podían ver siete ríos, cada uno de un color y sabor diferente. ¡Quizás por eso las nubes son tan únicas!

"¡Y ahora, gira! ¡Ta-da! ¡Esa es la ciudad Lluviosa! Ahí es donde vive la bruja." dijo, señalando una vez más un lugar donde siempre está lloviendo, creando un hermoso arcoíris alrededor de la isla.

Oh, y tal como dijo Prince, ¡ahí es donde vive la anciana con una nariz de gancho, a quien Prince llama bruja! Pero no te preocupes, no es tan aterradora, solo un poco mágica y misteriosa, jeje.

"¿¡Y eso!?" Sara chilló emocionada, brincando de felicidad. Era como si todos sus problemas simplemente desaparecieran y ahora estaba llena de risas y emoción.

"Oh, ahí viven los gnomos." canturreó Prince, señalando hacia adelante. "Y mira a tu izquierda, es la ciudad brillante donde viven los nativos, pero mejor no te acerques demasiado." advirtió, poniendo una cara seria.

Y hay una gran razón por la que no puedes acercarte demasiado: esos nativos son súper reservados y no confían en nadie, ni siquiera en los niños. Quiero decir, son piratas, ya sabes. No puedes confiar en seres tan egoístas como los piratas.

Aparte los niños también pueden ser bastante cabezotas, a pesar de sus pequeños cuerpos. Sobre todo ese capitán rubio, pero apuesto a que ya lo sabías.

Después de todo, en la Isla de la promesa, todos están listos para la pelea. Es y siempre ha sido un todos contra todos, ya sean niños, piratas, gnomos, nativos, y cualquier otro, en esta isla de locos.

"¿Por qué?" preguntó Sara, poniendo una cara curiosa y linda mientras notaba que Prince se ponía un poco incómodo. "Porque son adultos." declaró Prince, arrugando la nariz y apartando la mirada.

"Esa no es una respuesta..".

"Sí, lo es".

"No".

"No, sí".

"Esa tampoco es una respuesta".

"Sí, lo es, cara de nuez".

"¿De verdad? Entonces eres igual de terco que un adulto." bromeó Sara, causando que Prince se congelara como un gatito asustado en una tormenta de nieve. La idea o comparación entre él y los adultos le daba asco.

El nivel de disgusto que sentía era tan intenso que decidió abandonar todo el debate y en cambio, seguir volando con ella por un rato. Durante su vuelo, diligentemente le señaló cada parte interesante de la isla hasta que parecía que habían cubierto todo. Finalmente, Prince sugirió que deberían regresar a la laguna.

Al llegar a la laguna, se sorprendió al encontrar a Rizos y Presuntuoso de entre todas las personas presentes allí.

Sorprendentemente, fue Rizos quien propuso ir a la Roca Abandonada.

Debía haber sido muy bonito ver a los niños descansar en una roca durante media hora después del almuerzo. Sara insistió en que lo hicieran, y tenía que ser un descanso genuino, aunque la comida fuera de mentira. Así que se acostaron al sol, lo que hacía que sus cuerpos brillaran, mientras ella se sentaba a su lado con un aire de importancia.

La roca era pequeña, pero todos sabían cómo ocupar poco espacio, y se quedaron dormitando o, al menos, acostados con los ojos cerrados, pellizcándose cuando pensaban que Sara no miraba. Ella estaba muy ocupada cosiendo. Mientras cosía, ocurrió un cambio en la laguna.

Pequeños temblores la recorrieron, el sol se escondió y las sombras se extendieron sobre el agua, enfriándola. Sara ya no tenía suficiente luz para enhebrar la aguja, y cuando levantó la vista, la laguna, que hasta entonces siempre había sido un lugar alegre, tenía un aire formidable y amenazante.

Sabía que no se había convertido en noche, pero algo tan oscuro como la noche había llegado. No, peor que eso. No había llegado; había enviado ese escalofrío a través del mar para anunciar su llegada. ¿Qué era? Todas las historias que le habían contado sobre la Roca Abandonada vinieron a su mente. Se llamaba así porque los malvados capitanes abandonaban a los marineros allí y los dejaban ahogarse.

Se ahogan cuando sube la marea porque entonces se sumerge.

Al despertar, sus pensamientos corrieron hacia los chicos, no solo por la ominosa presencia que se acercaba, sino también porque la roca que antes estaba caliente donde dormían, ahora se había vuelto fría.

Sin embargo, antes de que pudiera actuar, Prince, alertó como un sabueso, se levantó de un salto y con un grito de advertencia, despertó a los demás, quedándose quieto con una mano en su oído.

"¡Piratas!" exclamó Prince. Los demás se acercaron a él. Una extraña sonrisa bailaba en su rostro, y Sara la vio y se estremeció.

Mientras sonreía de esa manera, nadie se atrevía a hablarle, lo único que podían hacer era estar preparados para obedecer.

Dio la orden abrupta y decisiva "¡Al agua!", y en un instante, la laguna parecía desierta. La Roca Abandonada se alzaba sola en las aguas sombrías, como si ella misma estuviera abandonada.

Sara sentía todo su cuerpo entumecerse, así como sus fuerzas se iban lentamente.

El mar es una de las debilidades de los Fenghuang como la rama secundaria, pero a diferencia de los usuarios de frutas del diablo que se volvían tan duros como rocas, esto solo los debilitaba y impedía usar sus habilidades.

Si bien algunos de los fénix mayores eran menos afectados, los más jóvenes sufrían más. Por eso Bourgeois hizo todo lo posible por ayudarla.

Cuando el bote se acercó, Sara notó que era una pequeña embarcación con tres personas a bordo, y entre ellas estaba Jonathan...

"Wendy, deja de jugar al escondite. ¡Tus fanáticos no tienen todo el día para este juego!" Elian el despiadado secuaz de Jonathan, ladró mientras cargaba hábilmente su arma con esas malditas balas mata aves. Vinieron por Wendy, y ella mejor que nadie lo sabía.

Las apuestas eran altas, tenían una vivre card,eso significaba que nada los detendría de conseguir lo que vinieron a buscar, la encontrarán a donde sea que vaya.

Afortunadamente, los niños se mantenían sorprendentemente callados, y los piratas no los habrían notado en el agua si no hubiera sido por el estornudo de Presuntuoso.

"Presuntuoso." exclamó Prince molesto, solo para darse cuenta de su error demasiado tarde.

"¿Quién eres tú, desconocido? Habla." exigió Jonathan, quien se acercó al borde del barco mientras su linterna iluminaba las malvadas sonrisas de sus compañeros de tripulación en respuesta.

Los niños se dispersaron rápidamente, buscando refugio para no ser vistos. Algunos de ellos regresaron a la seguridad de la tierra, mientras que otros buscaron refugio en la roca de los abandonados.

Entre ellos, Rizos y George decidieron no unirse a ninguno de los grupos.

"¡Tu mamá!" Prince respondió sin intimidarse por la conciencia del enemigo sobre su presencia. Trató de pasar desapercibido, pegado al barco y luciendo una sonrisa sutil.

"¡No es cierto, no es cierto!" gritó Jonathan con voz ronca.

"Joven, no hables así de tu madre," respondió Prince. "¡repítelo y te castigaré!".

Jonathan intentó una actitud más conciliatoria.

"Si eres mi madre," dijo casi humildemente. "dime, ¿quién soy yo?"

"Un Bacalao," respondió Prince. "nada más que un bacalao."

"¡Un Bacalao!!" Jonathan intentó repetir, sin entender, y solo entonces, su orgullo se derrumbó. Vio a sus hombres alejándose de él. "¿Hemos sido liderados por un bacalao todo este tiempo?" murmuraron. "Es degradante para nuestro orgullo."

Incluso sus propios perros se volvieron en su contra, pero no importaba cuán trágica se volviera su situación, apenas les prestó atención. Frente a tal evidencia espantosa, no era su confianza lo que necesitaba, sino la suya propia. Sintió que su ego se desvanecía.

"No me abandones, muchacho." susurró con voz ronca. En esa personalidad oscura, había un toque de feminidad, como en todos los grandes piratas, y a veces le proporcionaba perspicacia. De repente, eligió jugar a un juego de adivinanzas.

"Madre," llamó. "¿tienes otra voz?".

Prince nunca pudo resistir un juego y respondió alegremente con su propia voz: "¿Otro nombre?"

"Sí."

"¿Vegetal?", preguntó Jonathan.

"¿Mineral?"

"No. ¿Animal?"

"Sí."

"¿Humano?"

"¡No!, ¿Sí?, ¡No!" la respuesta resonó con desprecio.

"¿Niño?"

"Sí."

"¿Niño común?"

"¡No!"

"¿Niño maravilloso?"

Para disgusto de Sara, la respuesta que llegó esta vez fue: "Sí".

"¿Estás aquí?"

"Sí".

Jonathan estaba completamente desconcertado.

"Ustedes pregúntenle algo." les dijo a los demás, mientras se limpiaba la frente.

"No saben, no saben", cantó Prince. "¿Se rinden?"

Por supuesto, por vanidad, llevó el juego demasiado lejos, y los granujas aprovecharon la oportunidad.

"Sí, sí." respondió Jonathan impacientemente.

Prince estaba a punto de gritar su respuesta, pero los gritos de los otros dos compañeros de tripulación, los compañeros de Jonathan, lo interrumpieron. Estaban siendo atacados por Rizos y George, quienes habían invadido su barco. La atención de Jonathan se desvió brevemente cuando finalmente notó a Sara varada en una roca, jadeando después de que el agua había entrado en su boca.

Tomando el control de la situación, Jonathan dirigió el barco hacia Sara, mientras Rizos era derribado y arrojado por la borda. Presuntuoso rápidamente fue en ayuda de Rizos, sacándolo de nuevo a tierra firme. Mientras tanto, Bourgeois valientemente los defendía contra otro pirata que se les acercaba.

George continuó luchando ferozmente, incluso cuando el barco empezó a alejarse hacia la tierra donde el resto de la tripulación estaba en plena batalla. Sin embargo, surgió una pregunta: ¿Qué le había pasado a Jonathan?

Parecía que ya estaba en la roca antes de que su barco se desviara.

Sara se esforzaba por mantener el equilibrio en la resbaladiza roca, pero en cuanto posó sus ojos en aquel rostro que atormentaba sus sueños, su entorno pareció cambiar. El terreno inestable se transformó en tierra firme, iluminada por un fuego radiante que parecía consumir todo a su alcance.

"Nos encontramos de nuevo, pequeña." su voz se acercaba, haciéndose más fuerte. Instintivamente, dio un paso atrás, solo para perder el equilibrio y chocar con la roca, quedando inconsciente.

"No temas, todo terminará pronto", tranquilizó Jonathan, intentando arrodillarse y ayudarla a levantarse, pero en ese momento, Prince percibió el peligro que amenazaba a Sara.

Nado y trepó rápidamente hacia la roca, chocando accidentalmente con Jonathan.

En su lucha por recuperar el equilibrio, quedaron entrelazados en los brazos del otro. Al levantar la cabeza, sus rostros quedaron sorprendentemente cerca, un reencuentro sorprendente e inesperado después de tantos años.

Un silencio envolvió a Prince mientras estaba frente al hombre que parecía un retrato viviente de su amigo, aunque mayor. Su corazón luchaba con la duda: ¿cómo podía estar seguro de que era realmente su amigo y no solo alguien similar?

Sin embargo, el hombre ante él traicionó el miedo en sus ojos, de la misma manera que Jon Jon lo habría mostrado.

Sus dedos se agitaron, eco del nerviosismo de Jon Jon.

"Pan..." Jonathan intentó hablar, pero el miedo y la confusión lo tensaron, su cuerpo se endureció en un intento de alejarse de la situación, una reacción demasiado familiar para Prince.

La gravedad del momento pesaba mucho, y el silencio hablaba por sí solo, dejando a Prince lidiando con un torbellino de emociones, entre ellas...

la negación.

"Puru-puru, puru." El distintivo sonido del Den Den Mushi portátil de Jonathan resonó fuertemente, llamando la atención de Prince cuando su amigo perdido respondió finalmente a la llamada.

"Oh, eh, oh, Capitán." Una voz balbuceó de manera cómica e intoxicada.

"¿Quién es?" Jonathan respondió algo curioso pero sorprendido.

"Natan, ¡devuélveme eso!" Otra voz intervino, indicando que Natan había tomado juguetonamente el Den Den Mushi del llamante original.

"¡Capitán! ¡Ayúdame! Tu mejor amigo para siempre, tu otra mitad, me está molestando." La queja de Natan resonó a través de la llamada.

Mejor amigo.

Para siempre.

Mejor amigo.

Para siempre.

A pesar del alboroto, Prince luchaba por concentrarse, y ni siquiera el sonido de la pelea llegó a su atención, solo esas tres palabras.

"Disculpa por eso, ¡Natan y los demás no me dejan en paz!" La voz finalmente retomó el control de la llamada. "Iré al grano, ¿dónde estás? ¿Estás bien, Jonsy? ¡No respondes, Jonsy!, Hay tormenta, más te vale responder, por que me voy a volver loco, ¡Jonsy!" Yin preguntó desesperado.

En el momento en que escuchó ese tonto apodo, Jonathan supo que era Yin. Sin preocuparse por errores o malpronunciaciones, respondió con confianza.

Prince no pudo evitar notar la facilidad de Jonathan al hablar con Yin, una sensación de ser atrapado en una tormenta y ser arrastrado por ella lo hundió.

Solo con él, Jon Jon bajaba la guardia y solo él le podía poner apodos. Eso era algo exclusivo entre ellos.

Así siempre ha sido.

"¿Acaso no tienes mi vivre card, tonto Yin? ¡Búscame con eso!" dijo Jonathan, relajándose e incluso sonriendo.

"Ah, tienes razón..." el Den Den Mushi finalmente se quedó en silencio y Jonathan volvió a la realidad. Sin perder tiempo en un enfoque confrontacional, Jonathan se centró en lo que había venido a hacer, ir por Wendy.

"¡Eh, no la toques!" Prince le dio una bofetada a Jonathan, colocándose entre ellos. "No es trabajo de un caballero tocar a una dama sin su consentimiento." agregó con un toque de burla. Oh, cómo disfrutaba burlarse de Jon Jon.

Extraño tanto hacerlo...

Después de todo solo él sabía cómo poner a Jonathan en su lugar.

"¡No me importa! Ella le pertenece a mi madre. Ella escapó, así que no tiene nada de malo venir por ella. ¡Sí, no está mal en absoluto! ¡Ella es la maleducada por irse sin permiso!" Las palabras de Jonathan salieron tan rápido que casi se mordió el labio. Parecía que estaba tratando de convencerse de algo.

"Todavía hablas estupideces, ¿verdad?" Prince se burló una vez más. Parecía que la tendencia de Jon Jon de complicarse las cosas aún seguía intacta.

"Y tú todavía eres un niño..."

"Y estoy agradecido por eso".

"Bueno, ¿puedes moverte?"

"No."

"¿Por favor?"

"No."

"Entonces tendré qué hacerlo yo." declaró Jonathan, preparándose para pelear incluso en la resbaladiza roca.

Mantuvieron una pelea puramente basada en armas, sin haki, sin habilidades especiales. ¿La razón? Quizás en el fondo, ninguno de ellos quería lastimar al otro...

Nah, solo bromeo.

Estar en una roca resbaladiza en medio de una tormenta les hizo ser cautelosos para no romperla. Sin embargo, su lucha por mantener el equilibrio era evidente, y ambos casi se cayeron varias veces.

"¡Sara!"

Hablando de caídas, el cuerpo inconsciente de Sara casi se deslizó. Sin dudarlo Prince empujó a Jonathan para liberarse y corrió a ayudarla.

Al llegar a Sara, sintiendo su propia conciencia desvaneciéndose, Prince notó que el agua estaba subiendo. Sabía que estaban en peligro, desmayarse podía llevar a ser presa o atacados por criaturas marinas.

Tumbados uno al lado del otro, los pies de Sara fueron suavemente arrastrados por una sirena hacia el agua. Prince, desesperado por evitar que se alejara, luchó por recuperar la conciencia justo a tiempo para salvarla.

Intentó despertar a Sara suavemente, diciéndole la verdad. "La roca, Sara," dijo. "se está cubriendo de agua. No pasará mucho tiempo antes de que esté completamente sumergida".

Con la mente aún confusa, apenas comprendía la situación.

"Sara, ¿crees que puedes volar hasta la isla?" preguntó Prince, pero ella tuvo que admitir que estaba demasiado cansada.

Suspiró frustrado.

Mientras estaban allí, algo rozó a Prince tan suavemente como un beso y se detuvo, como si preguntara tímidamente, "¿Puedo ser útil en algo?"

Era la cola de cometa de Presuntuoso, que había construido unos días antes. Se le había escapado de las manos y volado lejos. "La cometa de Presuntuoso." dijo Prince indiferente, pero luego la alcanzó y la trajo de vuelta hacia él.

Al observarla, una idea comenzó a tomar forma en su mente.

Era la única manera, no necesitaría hacerlo en circunstancias normales, después de todo, en ellas los chicos habrían nadado junto a él, gritando de emoción, pero ahora se sentían inquietos porque habían perdido tanto a Prince como a Sara y estaban buscándolos por la laguna, llamando sus nombres.

Encontraron el barco y regresaron a casa en él, gritando "¡Prince y Sara!" en el camino, porque Bourgeois se había desmayado exhausto, pero no obtuvieron respuesta, solo las risas burlonas de las sirenas.

"Deben estar nadando de vuelta o volando." decidieron los chicos. No estaban muy preocupados por su fe en Prince. Se rieron como los niños que eran, pensando que se acostarían tarde, todo por culpa de "Mamá Sara."

"Tengo una idea." Le dijo Prince a Sara, capturando su atención.

Era usar la cometa para salvar a Sara.

Ella se aferró a él se negaba a irse sin él. Pero con un "Adiós, Sara", la alejó de la roca y en cuestión de minutos, desapareció de su vista en el aire.

Solo entonces se dio cuenta de la extraña ausencia de Jonathan.

"¡Jon, Jon!" gritó al ver a Jonathan aferrándose desesperadamente a una roca.

En un intento por ayudarle, este bajo
la guardia, lo cual Jonathan aprovechó para apuñalarlo y usarlo para impulsarse hacia arriba.

No fue el dolor, sino la injusticia de la situación lo que dejó atónito a Prince. Lo dejó impotente, solo pudo observar horrorizado. Todos los niños reaccionan así la primera vez que son tratados injustamente. Lo único que creen que tienen derecho cuando se acercan a alguien de buena fe es un trato justo.

Después de que alguien ha sido injusto con ellos, es posible que todavía se preocupen, pero nunca serán los mismos.

Para Prince, era la primera vez que Jonathan lo había tratado injustamente, y el impacto fue tan profundo que ni siquiera se dio cuenta cuando el agarre de Jonathan se deslizó, enviándolo de caída al mar.

Ahora solo y herido en la roca abandonada, Prince no pudo evitar sentir un profundo sentido de soledad.

La roca era muy pequeña ahora, pronto quedaría sumergida. Rayos pálidos de luz se deslizaban sobre el agua, y luego se escuchó un sonido que era tanto el más musical como el más triste del mundo: las sirenas cantando a la luna.

Prince no era como los otros chicos, pero finalmente sintió miedo. Un escalofrío recorrió su cuerpo, como un temblor que pasa por el mar, pero en el mar, un temblor sigue a otro hasta que hay cientos de ellos, y Prince solo sintió ese.

Su corazón palpitaba rítmicamente como si fuera un tambor, y aún asi se puso de pie en aquella roca, con esa sonrisa en su rostro y un redoble de tambor dentro de él que decía:

《 Morir será una emocionante aventura 》.

.

.

.

"Así que ¿tanto Bones como Elian están muertos?, Bahaha".

En el Jolly Roger, estaban tan alegres como siempre, a lo mejor por que son un montón de adictos al alcohol.

Uno de los dos barcos que habían enviado en busca de su Capitán y compañeros de tripulación regresó, pero con la noticia de que sus compañeros habían perecido.

"Jajaja, Bones ahora hace honor a su nombre." a Natan le parecía bastante divertido que Bones hubiera encontrado su final.

"No, es gracioso." objetó Wilington, pero su protesta fue ignorada por Natan quien se unio al lado de Starkey en una pequeña danza de celebración.

"Oh, Ton, todavía eres un mocoso." bromeó Starkey, riendo a carcajadas mientras se acercaba a las escaleras de la cubierta.

"¡Muy bien, compañeros, cantemos en honor de esos hombres malolientes!" declaró Starkey, y en cuanto todos escucharon la mención de hombres malolientes, supieron qué canción iba a liderar su músico.

Hombres sucios, mal olientes
Si es que "hombres" se pueden llamar
Ratas borrachas sin pelo ni dientes
Maltrechos y castigados.

El aroma a ron se hizo más fuerte mientras los piratas comenzaban a cantar con su alegría habitual. Uno podría asumir que los piratas temieran la muerte como cualquier otro hombre.

Sin embargo, los piratas no le temían, se reían en su cara.

El diablo y la sed llevaron el resto
¡Yo,ho,ho! Y una botella de ron
Ni el viento del mar puede olerlos
Es tan repugnante su ser.

En medio de su juerga ebria, la escena estaba viva con piratas bailando, algunos riendo tan fuerte que lloraban.

El diablo y la sed llevaron el resto
Junto a esta canción.

Natan y Starkey destacaban como los más ebrios, participando en una competencia animada para determinar quién podía consumir más licor. A pesar de su embriaguez, su camaradería era evidente, verdaderos compañeros de bebida, unidos por una fuerte amistad.

Quince hombres en el cofre del hombre muerto,
¡Yo, ho, ho, y una botella de ron!
La bebida y el diablo se llevaron al resto,
¡Yo, ho, ho, y una botella de ron!.

Sus imprudentes payasadas resultaron en una colisión con la pared, dejándolos con uno o dos golpes, pero apenas les prestaron atención, encontrando humor en sus propios traspiés.

Sin embargo, su actitud despreocupada cambió abruptamente cuando, en lugar de chocar con la pared, chocaron con Yin. Él emergió llevando en sus brazos un inconsciente y empapado capitan.

"¡Blaint, Bona! Necesito que ambos atiendan al capitán, junto con el resto del equipo médico." la orden autoritaria de Yin interrumpió la juerga de los gemelos, y no tuvieron más opción que despedirse de las festividades.

Al notar el aspecto empapado de Prescott, Natan no pudo resistir burlarse. "Oh, Prescott, ¿por qué ese aspecto empapado? ¿Decidió el capitán darse un chapuzón y tuviste que rescatarlo?"

"El capitán estaba en peligro de ahogarse, alguien tenía que ir a ayudarlo." Explico Prescott.

Poco impresionado, Natan respondió de manera borracha y burlona. "Más bien, Stella los ató a ambos con sus cintas y los sacó a la superficie".

"¿¡Por qué no pude ir yo en su lugar?! ¡Soy mucho más útil, después de todo soy el navegante! ¿Por qué? ¿Por qué?" Natan retrocedió, quejándose como un niño petulante.

"Vamos, Natan, estás muy borracho. No serías de ninguna utilidad en ese estado."Prescott dijo mientras se abría paso para encontrar a Stella, quien ya se había retirado al interior.

"En cierto modo, tiene razón." Starkey intervino, tratando de darle un abrazo reconfortante a su amigo.

"Pero aparte de eso, ¡es una lástima que Bona tuviera que irse! Es una competidora de bebida fantástica." añadió Starkey, expresando su propia queja.

"Sí, ¿por qué tuvo que irse? ¿A quién le importa ese idiota de todos modos?" Natan exclamó, atrayendo la atención de todos, que se volvieron para escuchar sus habituales opiniones contundentes.

"Natan, creo que deberíamos poner fin a la bebida." Starkey intentó razonar con su amigo.

"No, Starkey." Natan apartó a su amigo. "Tú de todas las personas, deberías estar de mi lado. ¡La mayoría de nosotros ni siquiera entendemos por qué estás aquí en primer lugar!"

Algunos no pudieron evitar escupir sus bebidas y dar un paso atrás, sorprendidos por la repentina tensión.

"¡¿Qué hay de 'roban a los pobres bajo el amparo de la ley y la justicia' ?!" exclamó Natan mientras todos los demás miraban a Starkey con ojos juzgadores.

"¡Nadie ha olvidado el día en que Sparkey se apoderó de un barco de la marina, siendo un don nadie!" Natan sonrió, sus ojos iluminados por la nostalgia.

En los días en que el Gloria aún surcaba los mares, Starkey se encontró cara a cara con un barco de la marina en la bahía. Todos sabían que no había forma de que pudieran superar las probabilidades, pero Starkey era un hombre intrigante.

Los marines quedaron desconcertados e incapaces de poner una pelea adecuada; incluso llegaron a cubrirse los ojos desesperadamente.

Durante el encuentro, Starkey se rió a carcajadas.

Tú, hombre maloliente y sin honor, un día la justicia te llevará al cofre de Davy Jones... — dijo el Capitán de la marina, intentando ponerse de pie, pero Starkey no movió sus pies de su espalda.

No me des lecciones sobre el honor. Todos ustedes, Marines, no son más que cachorros escondidos, se someten ciegamente a leyes creadas por los ricos para su propia protección.— afirmó Starkey, presionando su pie con más fuerza contra la espalda del marine, haciéndole gritar de dolor.

Cachorros cobardes, sin el valor para defender lo que ganan a través de su astucia. Pero malditos todos ustedes por completo: malditos sean un grupo de bribones astutos, y tú, que los sirves, por un mísero trozo de pollo. Nos difaman con corazones llenos de malicia, ¡hipócritas! La única diferencia es esta: ellos roban a los pobres bajo el amparo de la ley.

Es mejor ser uno de nosotros, que acechamos sigilosamente a los villanos para ganarnos la vida .— Así pensaba Starkey, el intrépido Capitán del Gloria, el hombre que se convertiría en uno de los piratas más ricos y renombrados que jamás surcaron los mares.

"¿Oh, te refieres a esa vez en que Starkey y su tripulación atacaron a los marines completamente desnudos?" preguntó uno de los piratas, provocando una ráfaga de risas entre la ya ebria pandilla.

"Sí, entonces, ¿por qué lo hiciste, Starkey? ¿Por qué aceptaste el perdón divino?" continuaron preguntando.

Mientras Starkey se servía otro trago de ron, encontraba las preguntas insistentes bastante molestas.

"Jubilación." respondió, con un tono ligeramente desafiante. "Y si eso significaba ser un hipócrita, bueno, ¿acaso no somos piratas?", reafirmó firmemente, sosteniendo sus palabras.

Pero no era que Starkey dudara de sus creencias, es solo que las circunstancias habían cambiado. Su decisión de aceptar el perdón divino no fue fácil. Se había vuelto tan infame que tuvo que vivir escondido, y esa no era la vida que quería para su familia.

Sin embargo, se aferró a la convicción de que había tomado la decisión correcta, incluso si eso requería hacer ciertos compromisos. Aparte ella se lo había pedido, no podía romper una promesa, el tiene honor.

"Y para ser justos, Natan, eres peor que yo. Siempre alardeas de ser el hombre más afortunado que jamás haya vivido, pero eres el primero en sentir miedo por esta misión aunque pretendas lo contrario." señaló Starkey.

"¡Eh, no temía a la muerte! Tengo suficiente suerte para no morir. Pero ustedes tienen una mala suerte de los mil demonios. Probablemente me hubiera preocupado más por perder mis privilegios si esta misión hubiera sido difícil. Pero, ¿saben qué? No parece tan difícil, así que me relajé." respondió Natan, enfatizando su falta de miedo debido a la percepción de la facilidad de la misión.

"¿Privilegio? ¿Es eso lo único que te importa?" respondió alguien.

"Querido Valiant, ¿quieres saber cuántas veces me dijeron, 'Conoce tu lugar. Estos ricachones son mejores que tú. Con tus orígenes, no puedes aspirar más alto. Somos quienes somos, agradece las pequeñas misericordias, acepta tu destino. O eres un rey o no eres nada'." respondió Natan apasionadamente, y la multitud comenzó a asentir en acuerdo.

"Me ensucie las manos para llegar a donde estoy, y si ese perdon me permite conservar mi riqueza mientras disfruto de un poco del privilegio que algunos tienen desde el nacimiento, ¿por qué no aprovecharlo?. Después de todo, Starkey dijo una vez, que los ricachones como nuestro capitán tenían las cosas fáciles a nuestra costa. ¿Y qué si no me importa si muere? A ellos no les importamos; nunca les importamos. Es por eso que estamos aquí en primer lugar." Dijo Natan.

En consecuencia la multitud estalló en cánticos: "¿A quién le importa si muere?".

La fiesta se había vuelto tan bulliciosa que llegó a los aposentos del Capitán, donde Yin se encontraba cada vez más molesto por el ruido.

"¿Yin?" susurró Jonathan, sus intentos de despertar evidentes. "Idiota, no hables, vuelve a dormir..." Yin lo reprendió, notando su inútil esfuerzo por levantarse.

"Laguna, roca, Wendy, Pan..." murmuró Jonathan antes de volver a caer inconsciente. Los médicos se apresuraron a atenderlo mientras Yin retrocedía y salía en silencio de los aposentos, buscando una manera de escapar del barco sin ser notado. Incluso se puso su máscara y traje del ave del nunca jamás.

Afortunadamente, todos estaban profundamente absortos en su bebida, y cantos estruendosos, lo que facilitó que Yin escapara por una ventana sin que nadie notara su partida.

De la espalda de Yin, dos alas blancas hechas de llama aparecieron.  Salto y voló lejos.

Mientras surcaba el cielo, sus agudos ojos escudriñaron la zona, buscando una laguna y una roca con alguien cerca.

Una sensación incómoda lo atormentaba. Jonathan había estado tratando de comunicar algo antes de perder el conocimiento. Dio la vuelta al lugar donde lo habían encontrado, examinando meticulosamente los alrededores y las áreas cercanas. Pronto avistó una roca con un niño inconsciente, peligrosamente cerca de estar completamente sumergido en el mar.

Rápidamente recogió al niño y lo llevó de regreso a la seguridad de la tierra. Mientras evaluaba cuidadosamente el estado del niño, se dio cuenta de la gravedad de las heridas y el estado crítico en que se encontraba. Era evidente que se necesitaba una acción urgente, si no se proporcionaba ayuda inmediata, la vida del niño pendía de un hilo.

"luanshi yi yèjian shéi céng yánxiào yàn yàn."

Con los nervios al límite, comenzó a cantar, buscando consuelo en la melodía familiar que no había abrazado en años.

"érjin shuãi xuè tàpò wo jiayuán.

El efecto reconfortante de su canto hizo maravillas, aliviando gradualmente sus nervios y permitiéndole manejar sus llamas curativas con una confianza renovada.

"ziwěn göng men qián hui yi wu yuà.

La condición del niño mejoró rápidamente, y Yin acunó al pequeño en sus brazos, cantando con un sentido de tranquila gratitud.

"chéngquán shirén yuan zhi xu yi jiàn."

La tranquilidad fue efímera cuando notó a alguien acercarse. Preparado para un posible peligro, se sorprendió al ver a una niña... y no cualquier niña, sino Wendy.

"¿Usted es un fenghuang, verdad?" preguntó ella, sin mostrar miedo alguno al acercarse.

Las sospechas de Yin se confirmaron, su máscara había ocultado bien su identidad.

Para la niña, probablemente parecía ser el único otro fenghuang existente, no el traidor que vivía contento con aquellos que habían invadido la tierra natal de su madre.

"Supongo, aunque solo la mitad, soy medio humano." respondió con cautela.

"Entonces, ¿cuál es tu nombre?" Pregunto Wendy aún más curiosa.

Su nombre era Fenghuang D. Yin, pero no quería que Wendy lo supiera.

"Puedes llamarme el Ave del Nunca Jamás." contestó Yin.

Pido disculpas por engañarte, mi querida prima.

PRÓXIMO CAPÍTULO:
ENTRE AQUÍ Y ALLÁ (1/2)

Sinópsis:

Cuando no estas aquí ni allá,
Las cosas se pueden complicar.

Cuando estás entre aquí y allá puedes ser mucho más.


Notas del autor:

• Varías cosas se mantuvieron de la novela original de Peter pan, como la roca de los abandonados, hasta la laguna de las sirenas. Hubieron cambios y cosas nuevas ya que no es la isla de nunca jamás, al menos no como la original.

Otras cosas que se mantuvieron fueron la canción de Wendy del libro original. Y dos canciones piratas del libro original.

• Otra cosa a añadir es la canción pirata que canta Starkey al final del capítulo; se le conoce como; Quince hombres en el cofre del hombre muerto.

De está solo se conoce la estrofa, pero para esté capitulo use una versión completa de mis favoritas, creo que mantiene bien el mensaje de la estrofa.

Es un famoso cántico pirata, con años, años, años de antigüedad, hasta está en el planeta del tesoro.

• La canción que canta Yin al final se llama; Lluvia oscura en el bosque de bambú. De heavens official blessing.

• Starkey está inspirado en un famoso pirata de la vida real conocido como Sam Bellamy. De ahí su forma de pensar como que su pelea contra el barco de la marina, haya sido desnudo, al final de cuentas Sam Bellamy hizo lo mismo solo que con un barco francés.

Pueden buscar más sobre éste infame pirata, pero les recomiendo que no lo hagan si no quieren llevarse algún posible spoiler del pasado de Starkey, ya que está bastante influenciado al del infame pirata.

▶ Comentarios del autor:

¡Un mes!, Pero con justa medida, este capítulo fue tanto largo como desafiante. Aparte que se me juntaron muchas cosas en el mes de Julio, pero ya saben que yo nunca los abandono, no importa que me tarde un mes, les daré su capítulo.

Por cierto la idea original era que Campanita fuera varón pero cambié de opinión y por eso siempre se refieren a Campanita como ella. Quería dejar en claro ue es su propia persona.

Aparte la campanita original era mujer, decidí que quedaba mejor dejarlo como estaba jaja.

¿Opiniones?, ¿Teorias?

Memes:

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