"Louis comía gomitas que había separado por colores encima de la mesa de la cafetería, recogiendo una a una. Estaba extremadamente aburrido.
Observaba su teléfono de vez en cuando, pero no había mensaje alguno de su, oh sí, su precioso, divino, hermoso, perfecto, ángel del cielo, regalo de Dios, novio. O sea, Zayn.
El mayor le había mensajeado por la mañana, Louis deducía que estaba durmiendo ya que trabajaba por la noche y siempre despertaba tarde. Tenía más de una semana sin verlo.
Demonios, lo extrañaba.
Y por alguna razón Niall estaba muy callado. Y eso no era normal, porque parlanchín era el segundo nombre de Niall. Él nunca se callaba, siempre tenía alguna cosa tonta para decir.
Louis volteó a ver a su amigo, pero Niall simplemente no parecía estar ahí. Miraba a un punto fijo detrás de Louis, lejos, pareciendo muy, muy concentrado, así que Louis volteó también tratando de averiguar que era tan importante para mantener a Niall con la boca cerrada.
Alzó una ceja—. ¿Qué tanto le miras a Capaldi? —exclamó, extrañado. Sus ojos encontraron los de Niall.
Niall pareció haber sido empujado de su nube con brusquedad, porque sacudio la cabeza y casi le da un pisotón a Louis.
—¡Cállate! —siseó con pánico—. Yo no lo estaba viendo. Yo solo- ¡Cállate!
A ese punto, sus mejillas se pusieron rojas. Louis alzó más la ceja mirándole acusadoramente y Niall apartó la vista, entonces Louis supo que estaba muy avergonzado de haber sido pillado.
—¿Estás bien? Pareces un tomate.
Entonces Niall lo amenazó con un fruta, específicamente una fresa, literalmente.
—Tú crees que estás cosas no caben por tus fosas nasales, pero si no te callas justo ahora haré que te des cuenta de que sí —balbuceó, dándole una mirada intensa.
Y Louis soltó una carcajada.
—Pero no te pongas así, no hay nada de malo en observar a-
Entonces el rubio le arrojó la fresa.
—¡Por favor! —pidió—. Cállate, por favor. Yo no estaba viendo a nadie. Él simplemente... Se puso en medio.
—No tiene nada de malo Niall.
Entonces el rubio se desparramó dramáticamente en la mesa—. Sí que lo tiene. Seguramente le gustan las chicas lindas, y rubias, y de ojos azules, y delgadas, y bonitas...
El castaño parpadeó.
—Tú eres todo eso, pero con pene, no demasiado importante.
—No ayudas, enano estúpido.
—Así que Lewis Capaldi —rió—. Opino que deberías hablarle.
—¡No! Estás loco. ¿Por qué le hablaría? No sabe quién soy.
Louis rodó los ojos—. Exactamente por eso. Niall, llegó hace dos días a la escuela. Es el típico chico nuevo que se sienta solo en el almuerzo ¿y serás tan egoísta de no permitirle tener un grandioso amigo como yo, obvio, y a una molestia en el trasero como tú? Eso es no tener un corazón."
Louis sonreía. Al final, Niall y Lewis resultaron tener más cosas en común de lo que sabían y Louis se encontraba ligeramente sorprendido sobre Niall interesado en el chico.
Es decir, Niall nunca había mencionado nada sobre alguna preferencia por los chicos, aunque tampoco había mencionado estar interesado en las chicas...
Bueno, era su problema en realidad. Louis estaba ahí, para apoyarlo en cualquier cosa, y Harry también, y todos sus demás amigos.
"—Estamos en el siglo veintiuno, ya nadie es heterosexual." Niall había dicho cuando fue cuestionado al respecto. Todos rieron, pero ninguno dijo nada más.
Louis le deseaba a Niall suerte con Capaldi, ya que aunque llevaban alrededor de una semana y media hablando, todavía Niall no era capaz de admitir que le gustaba por completo.
No es tu problema. Louis se recordó.
Lo que sí era su problema, era Zayn. Con quién no había hablado desde la noche anterior. Y a quien debía ver ese día sin excepción alguna.
Era su maldito cumpleaños. Y no habían hablado nada sobre salir o festejar de algún modo. Según tenía entendido, a Zayn no le gustaba mucho la idea de celebrar pero iban a hacerlo, le gustase o no. ¿A quién no le gustaba festejar en su cumpleaños? Por favor.
Levantó su teléfono con una mueca y observó el panel de notificaciones, estaba vacío. Decidió escribirle, por tercera vez.
"Estoy esperando que te dignes a responderme... Podría morir por tu ausencia." exageró, pero todavía sonreía cuando apartó el teléfono y lo dejó a un lado.
Niall y Lewis estaban delante suyo, discutiendo con cartas extrañas en las manos. Era un juego de cartas con personajes, una carta más poderosa que otra, de colección había dicho Niall, y extraordinaria había agregado Lewis. Sinceramente, no tenía ganas de ir profundo en ello. Parecía demasiado nerd para su gusto.
Decidió comer en silencio su almuerzo, ignorando el ruido de la cafetería alrededor. Tembló un poco por el frío salvaje de enero y tragó la comida en su boca.
Un brazo se deslizó por encima de sus hombros y saltó un poco, volteando a su costado. La bonita sonrisa de Harry le saludó, y pudo relajarse entonces sonriendo también.
—Hola Lou —él dijo.
—Hola Hazza.
—¿Hace frío? Te vi temblando —frotó suavemente su brazo y alzó las cejas.
Louis rió un poco—. Solo estaba siendo exagerado, pero hace un frío mortal aquí.
El rizado asintió, robando una papa frita de su plato—. ¿No te hablan más? —Harry señaló con su cabeza a sus amigos delante, quienes ni siquiera habían recaído en la llegada de Harry a la mesa aún.
Louis rió—. No, creo que no. Están muy metidos en asuntos.
—Sus asuntos —Harry dijo—. Asuntos en los que no estás invitado.
—Claramente no. Babean el uno por el otro.
—Ahhh, el amor —Harry tarareo, riendo después—. Tan inocente y puro.
Louis rió—. No creo que el amor tenga algo de inocente.
—El amor lo es —el joven le dedicó una mirada burlona, alzando una ceja—. Lo que hacen las personas enamoradas es cosa distinta.
—Oh cállate, no vamos a tener una conversación así.
Finalmente Harry se echó a reír, levantándose de la mesa—. Me voy, todavía tengo que recoger un libro de la biblioteca antes de la siguiente clase.
Louis asintió—. Ve con cuidado.
—Y tú, Lou. Nos vemos.
Le observó alejarse con una sonrisa y pronto su teléfono vibró. Le sujetó de inmediato, alzandolo y esbozando una sonrisa.
No era Zayn.
Suspiró, extrañandose al leer el nombre de Madorie en la pantalla. Respondió de inmediato.
—¿Hola?
—¡Louis! —ella sonaba contenta, por lo sonrió también.
—Hola, buenos días Madorie.
—Buenos días cielo, ¿están en la hora de receso cierto?
—Sí, lo estamos.
—Bien, ¿está Niall por ahí?
—Sí, lo tengo justo delante mío.
—Oh, trata de que no escuche lo que voy a decirte —ella dijo.
Frunció un poco el ceño pero asintió inconscientemente, Niall no estaba prestándole nada de atención de todas formas. Louis no tenía el rostro de Lewis, así que...
—No, él... Él está entretenido en otras cosas.
—Bien, bueno... Hoy, hoy es cumpleaños de Zee —la mujer murmuró.
Louis sonrió de lado—. Lo sé.
—Doblaré turno hoy y... No podré verlo, pero yo-... Es decir, a él no le gusta mucho pero, pero yo adoro consentirlo, es... Todavía es mi bebé, ¿sabes? Y haría lo que fuese para hacerle sentir bien en su día pero, no puedo estar con él.
A Louis se le apretó el corazón al escucharla hablar, tan distraída y apurado a la vez... Louis realmente estaba al tanto de lo mucho que ella amaba a Zayn, de lo mucho que se preocupaba por él como madre.
—¿Qué sucede, Madorie? —preguntó con voz cálida.
—Le he... Preparado un pastel. Su favorito. Y le tengo un regalo, pero... Él nunca viene aquí en su cumpleaños porque dice que gasto dinero en cosas que no necesita y que es mejor evitarme la molestia, así que... Me preguntaba si pudieses llevárselo por mí, ¿pasarás el día con él?
Louis sonrió—. Intento averiguar si esos son los planes. Él no ha respondido mis mensajes, me escribió por la madrugada, seguramente todavía está durmiendo.
—Oh bueno... Cuando regresen tú y Niall a casa yo no estaré así que...
—Lo haré. No se preocupe, los deja a la vista y yo se los llevaré.
—¿De verdad? ¿Harías eso por mí?
—Claro, Madorie. Estoy seguro de que estará feliz por ello.
—Oh cielo, muchas gracias. Eres un dulce.
—No se preocupe.
☹︎☺︎
Lo admitiría. Estaba nervioso. Su cabeza veía en distintas direcciones mientras se escurría entre aquellas calles de mala muerte del vecindario donde vivía Zayn. Claro, porque era imbécil y no aprendía sobre nada referente a no ponerse en peligro. Sobre no volver por ahí luego del incidente de meses atrás.
En realidad, esperaba no toparse con nadie de nuevo. La última vez que caminó solo por ahí fue literalmente ultrajado y Zayn tuvo que aparecer a su rescate, con algo de suerte, eso no volvería a suceder.
Tenía el pastel de Zayn en sus manos. Madorie lo había decorado con chispas de colores y tenía chocolates de colores también, era de chocolate y se veía realmente apetecible. Por supuesto Zayn no estaba enterado de que estaba camino a verle, mucho menos que su madre le había mandado un pastel y también un regalo que Louis mantenía en su mochila. Él también le había comprado un regalo a Zayn, realmente esperaba que le gustara.
Cómo Louis tenía de todo, menos suerte pronto se encontró delante de tres chicos. Sus rostros los recordaba, el miedo le hizo pararse abruptamente. El pastel casi se desliza de sus manos.
Joder.
—Vaya... Así que el marica está de vuelta.
Erick. James. Y el otro.
Sintió el corazón latirle con fuerza.
—Y-Yo no...
—¿Has traído un pastel para disculparte? Parece que Malik no estará aquí para salvarte de nuevo, eh.
Comenzó a dar pasos hacia atrás, pero pronto un auto frenó con brusquedad a su costado. Los tres chicos voltearon, e incluso Louis. Del auto bajo un hombre robusto, de traje y cadenas demasiado lujosas. Tragó saliva.
—Erick, hijo de puta —el hombre dijo.
—Papá.
—Llevo todo el puto día buscándote, sube al auto.
Louis tragó saliva, de pronto se sintió todavía más intimidado. El hombre era... Mavelier. Él jefe de... Parpadeó. Era el padre del chico que Zayn había agredido por su culpa. Y ahora estaban ahí, los tres.
—¿Tú quién eres? —el hombre se le acercó.
El pastel tembló en sus manos, Louis casi sentía que podía vomitar.
—Yo, s-soy...
—¿Recuerdas que Malik me apuntó con un arma? —Erick se aventuró a decir.
Louis apretó los ojos. Cállate, cállate, cállate. Lo merecías.
—Sí, lo recuerdo —la mirada del hombre se quedó encima suyo. Ojos oscuros, analizándolo.
—Bueno. Fue por defender a este de aquí.
Louis ni siquiera quería abrir los ojos. Estaba convencido de que estaba jodido ahora.
—¿Y ya te disculpaste? —el hombre dijo. Louis creyó haber oído mal.
—¿Qué?
—Que si ya te disculpaste por molestar al chico.
Louis entonces abrió los ojos, confundido. El hombre parecía ir en serio con sus palabras, y la mirada incrédula de Erick le confirmaba que realmente decía aquello con veracidad.
—No. —Erick dijo—. ¿Por qué...?
—Porque estabas molestándolo sin motivo, creyendote un estúpido pandillero criminal con autoridad aún cuando eres una rata cobarde. —lo señaló con su dedo índice, su mano cubierta por brillantes anillos—. ¿Hubieses atacado al chico sin la compañía de estos dos imbéciles? No lo creo. Porque jamás puedes hacer nada por ti solo, me tienes aquí, persiguiendo tu culo por toda la puta ciudad para hacer cosas que deberías hacer solo, como ir al jodido dentista, por ejemplo.
Louis parpadeaba lentamente. Sin duda aquello se estaba convirtiendo en una discusión personal de padre e hijo pero seguía sin encontrar la valentía para moverse. Tragó saliva, los ojos de Mavelier volvieron a los suyos.
—¿Quieres obtener una disculpa? —le preguntó.
Louis estaba confundido. Muy confundido. Ese hombre había lastimado a Zayn porque él había apuntado a su hijo con un arma, y ahora estaba ahí, ofreciéndole una disculpa. Pero era amenazante, aunque le hablara con familiaridad y una calma que le perturbaba.
—N-No... No hace falta. —murmuró.
—¿Él pastel es para él? —le preguntó. Sabía que se refería a Zayn, porque le sonrió. Todo era tan malditamente confuso.
Louis asintió suavemente—. Sí. Su madre... Lo preparó para él.
—Hm, Zee es un chico afortunado, su madre... Muy buena mujer —él dijo. Se encaminó hacia su auto, y rebuscó algo en un bolso en el asiento trasero. Volvió con un pequeño paquete que dejó encima de la caja del pastel, sonriéndole de lado—. Dile feliz cumpleaños por mí, este es mi regalo. Que haga con ello lo que quiera.
Louis tragó saliva—. ¿Q-Qué es...? —deducía la respuesta, pero todavía quería estar seguro sobre ello.
El hombre alzó los hombros—. Droga. Lo suficiente para mantenerse forrado los últimos tres meses.
Se atragantó. Lo había estado esperando pero aún así se sorprendió.
Erick chistó—. ¡Pero papá, él te faltó al respeto! ¡Malik dijo que podrías chupar su pene!
Louis palideció, recordaba aquello. ¿Por qué no simplemente alguien metía un tapón en la boca de ese chico? Aún así, Mavelier soltó una risa—. Ya te hubiera encantado a ti obtener esa oferta, ¿ah qué sí? Sube al maldito auto, y ustedes dos largo de aquí.
Solo hizo falta que lo dijese una vez, Erick bufó pero obedeció y los otros dos chicos se esfumaron.
Mavelier sacó un cigarro de una cajetilla en su bolsillo y lo encendió. Erick azotó la puerta del auto—. Detesto tener una rata cobarde como hijo —le dijo—. Detesto que esa rata haga cosas que no me gustan, como molestar a personas solo porque siente que puede.
Louis parpadeó.
—No es...
—Conozco a Malik hace muchos años. —él siguió hablando, Louis se calló—. Su padre trabajaba para mí, Zayn siempre fue un buen chico. Me gustaría poder llamarle hijo, es todo lo que un padre querría para sentirse orgulloso. Preocupado por su madre, siempre pendiente de sus hermanas, su familia... Cómo él solo pocos.
Louis se encontraba desubicado. Muy, realmente muy desubicado. El hombre parecía tomárselo todo con normalidad, como si este tipo de charlas honestas le sucedieran a diario. Sin embargo, Louis tenía que estar de acuerdo. Zayn era realmente muy bueno.
—Sin embargo... Usted lo golpeó. —murmuró cuidadoso.
El hombre le miró—. Sigue siendo mi hijo al que apuntó con un arma —explicó algo pensativo—. No es mi orgullo, pero es lo único que tengo. ¿Ha estado demasiado mal? Pedí solo una pequeña lección para él.
Louis le miró con confusión. Al final, alzó apenas los hombros—. Se recuperó bien. Pero ha sido algo duro igual.
—Hmmm... —Mavelier hizo una mueca, fumó de su cigarrillo y asintió—. Me encargaré de eso después.
Louis se quedó callado. No sabía que más decir.
—Nadie volverá a molestarles, me aseguraré de ello. —él volvió a decir—. ¿Es tu novio?
Louis apretó los labios—. ¿Sí...?
Mavelier sonrió, terminó su cigarrillo y luego tiró la colilla al suelo, pisándola—. Sí. —repitió—. Dilo con seguridad. A nadie le importa si prefieres un pene o unas tetas, ¿entiendes eso?
Louis tragó saliva, asintió—. Sí.
—Sí —él suspiró—. Ojalá Erick entendiera eso. Está colado por Zayn, cree que no me doy cuenta. El chico es guapo, lo entiendo. Pero tú estás bien para él, ciertamente lo estás. Algo joven, pero eres bueno para él. Quiero algo bueno para él.
Louis volvió a parpadear. No entendía un carajo pero no era valiente para despedirse primero.
—Se preocupa por... Él —le dijo por lo bajo.
Mavelier asintió—. Mucho más de lo que él sabe. Ahora lo sabes tú, pero, ¿tienes idea de lo que es guardar un secreto?
Louis apretó los labios. La profunda mirada de Mavelier casi le hacía temblar—. Supongo...
—¿Lo que es guardar un secreto para mí?
—Eh... Yo... Sí.
El hombre le sonrió—. Buen chico. —palmeó su hombro, le extendió una tarjeta que sacó de su bolsillo—. Cualquier cosa que necesites, para Zayn, o para ti, llámame. Lo que sea.
Louis cogió la tarjeta, la miró durante unos segundos. Seguía confundido.
—¿Me llamarás si necesitan algo? —le preguntó, asegurándose.
Louis parpadeó—. Eh... Sí. Lo haré.
Mavelier suspiró. Le dedicó un gesto vago y dio la vuelta—. Nunca estuvo conmigo, pero todo el tiempo mantuve un ojo encima suyo, hasta ahora lo hago. Yo siempre me voy a preocupar por él. Ten un buen día, déjale mi regalo y dile que se tome el día.
—Sí, yo... Lo haré.
Antes de subirse al auto, Mavelier le dio una mirada severa—. ¿Cuál era tu nombre...?
—Louis... Louis Tomlinson.
Él le sonrió, por primera vez le pareció algo... Familiar.
—Un gusto, Louis Tomlinson. Soy Mavelier.
Louis asintió—. Sí, yo... Yo ya lo sabía.
No hubo una respuesta más, tan solo Louis observando el auto marcharse a la distancia.
☹︎☺︎
Llegó a casa de Zayn. Todavía pensaba vagamente en la situación extraña que acaba de vivir, la tarjeta que recibió de Mavelier pesaba en su bolsillo y sus ojos no se apartaron del pequeño paquete encima del pastel.
Tragó saliva. Había sido una conversación muy extraña.
Tocó el timbre. Una y otra vez. Había mucho silencio, estaba por volver a tocar cuando la puerta se abrió.
—Enhorabuena —espetó, sonriendo en grande.
Zayn estaba ahí. Con ojos pequeños de recién despertar, cabello desordenado y nada más que en boxers. Louis lo observó como si observase a la criatura más surrealista y perfecta del planeta.
Ciertamente, Zayn lo era.
—¿Algún día aprenderás a avisar antes de venir a mi casa? —dijo Zayn por todo saludo, haciéndose a un lado para dejarle parar. Encantador.
Louis sonrió—. No me respondías el teléfono, estaba incluso preocupado.
—Estaba durmiendo —Zayn cerró la puerta detrás de sí. Se talló un ojo y siguió a Louis hasta la cocina.
Louis colocó la caja del pastel sobre la maltrecha mesa del comedor, mirandole con ojos cariñosos. Tan pronto tuvo las manos libres, volvió hasta Zayn y estiró los brazos, sujetándo sus mejillas para después alzarse en las puntas de sus pies y darle un beso en los labios. Zayn se dejó, y luego lo abrazó contra su cuerpo.
—Feliz cumpleaños, amor de mi vida —susurró a su oído, sujetandose bien a su delgado cuerpo.
Sintió el rumor de la risa de Zayn, atinó a sonreír también.
—Amor de mi vida... —Zayn repitió con burla—. Eres tan cursi.
—Cállate, en un par de años te miraré arrodillado frente a mí con un anillo en tu mano y flores en la otra, pidiendo que me case contigo.
Ahora sí que Zayn se rió por lo alto—. Eso no pasará.
Louis se alejó, dejó un beso más sobre sus labios y finalmente lo soltó—. Eso sí pasará.
—No —Zayn negó, pero sonreía.
—Te hice un pastel —mintió, yendo hasta el comedor—. Merezco que te cases conmigo.
—¿Me hiciste un...? —frunció apenas el ceño—. No me gusta...
—Sí, sí. Nunca festejas tu cumpleaños, ¿por qué?
Zayn se rascó un brazo, alzando los hombros mientras se acercaba también a la mesa—. ¿Para qué celebrar el día en que llegué a este mundo de mierda? —soltó.
—Okay, cállate —Louis dijo—. Yo estoy emocionado por ello y no quiero que te pongas profundo ahora con mierdas depresivas.
Zayn rió alto, Louis se deleitó.
—¿Realmente me hiciste un pastel? —preguntó.
Louis sonrió, destapando finalmente la caja—. No. Tu madre te lo envía. También te mandó un regalo, está en mi mochila.
La sonrisa de Zayn creció un poco más—. Siempre le digo que no se moleste.
—Pero todavía te ama.
—Sí, ella lo hace. ¿Qué es esto? —Zayn frunció el ceño y alcanzó el pequeño paquete que tan familiar le parecía. Sus ojos de pestañas pobladas llegaron hasta los de Louis.
—Te lo manda tu jefe, él también te desea un feliz cumpleaños —dijo despacio.
—¿Mavelier? —pareció confuso, y claramente alerta—. ¿Te hizo algo? ¿Dónde...?
Louis negó, apurandose a hablar—. No fue más que amable conmigo. Me encontré... De nuevo con su hijo, pero él estaba ahí. Me ofreció... Disculpas y, tuvimos una pequeña charla.
El ceño de Zayn seguía fruncido, no se había relajado en absoluto aún—. ¿Qué charla? ¿Qué te dijo?
Louis fue por lo más fácil—. Él dijo que... No le agradaba lo que su hijo hacia, y se disculpó. Y creo que mencionó algo sobre Erick colado por ti... —dudó—. Sabe que somos novios, y me dijo que estuviese contento con eso. Que eras un buen chico y... Me pidió que te diera eso y te deseara feliz cumpleaños también.
Zayn parecía todavía más confundido que antes.
—¿Qué mierda...? —murmuró.
Louis asintió completamente serio—. Sí, yo también estaba muy sorprendido pero se me dio bien disimularlo.
☹︎☺︎
Zayn había tomado una ducha. Se había dignado a limpiar un poco la sala de estar y ofreció poner una película de DVD en su antigua televisión. Encargaron una pizza y también comieron pastel, acomodándose en el sillón y abrazándose para pasar la mayor parte de la tarde.
Louis solo podía suspirar y disfrutar del calor de Zayn a su lado, pensaba en lo mucho que le amaba y lo absolutamente loco que era estar ahora ahí, en su compañía.
—Creo que te amo —le dijo a Zayn por lo bajo.
Zayn acarició su brazo, ya que le rodeaba en un abrazo por los hombros—. ¿Me amas? —le dijo con una pequeña sonrisa.
La televisión seguía reproduciendo la película, pero ninguno prestaba demasiada atención—. Sí, creo que lo hago.
—Hm. Yo también creo.
—Dimelo.
—¿Que te diga que te amo?
—Sí.
—Te amo.
Louis se levantó del sofá, alcanzando su mochila—. Casi lo olvido, tu madre te mando un regalo. Yo también te traje uno. O dos, depende de cómo lo veas.
—No tenías que molestarte —Zayn suspiró, mirándolo sentarse de nuevo en el sofá.
—Shh. Cierra la boca y abrelos.
Le entrego una pequeña caja envuelta. La que venía de parte de su madre, en la etiqueta de dedicación lo decía. Sonrió de lado y rasgó el papel de envoltura, abriéndolo en poco tiempo. Se encontró con un portaretrato, la fotografía ahí le apretó el corazón. Se trataba de la primera foto que él y su madre tuvieron, era ella sosteniendole contra su pecho cuando nació. Se veía tan pequeño y ella tan joven. Tuvo que sonreír, sus ojos se llenaron de lágrimas al leer la caligrafía en la foto.
"Terminaremos como empezamos, solo tú y yo y nadie más."
—Oh, ella... Ella es la mejor —sonrió—. Iré a verla, yo-
Louis sonrió, acercándose para darle un abrazo—. Tiene turno doble, por eso me pidió traerlos por ella.
Zayn sorbió suavemente su nariz—. Joder. Odio que trabaje tanto, pero se niega a aceptar que yo...
—Cuando ella se cansé, te lo dirá —Louis acarició su espalda—. ¿Estás bien?
Zayn asintió. Sonrió al ver la fotografía otra vez y soltó un suspiro—. Lo estoy, sí. ¿Cuál es el tuyo?
Louis sonrió en grande—. ¿Prometes que no te vas a reír?
—Prometo que lo intentaré —dijo a cambio.
Louis rió, sacando un bolso de su mochila. Se lo tendió. Zayn rebusco dentro pronto.
—Debe ser una broma —la voz de Zayn sonó ahogada. Estaba conteniendo una risa.
—¡Dijiste que no ibas a reírte! —Louis lo acusó.
—Pero Lou, esto es simplemente...
Louis le arrebató una de las playeras—. ¿Simplemente genial? Lo sé, es increíble —acompletó por él, dándole una mirada la playera.
La verdad había sido una broma, una broma que le calentaba el pecho con sentimientos bonitos. Sonrió. Eran ese par de playeras bobas en pareja con una frase tonta. La de él decía "tengo novio" y la de Zayn la complementaba con un "yo soy el novio." Y en su momento, cuando estaba comprandolas le habían parecido geniales.
Estaba por reír y disculparse, cuando Zayn le besó en los labios inclinandose suavemente hacia él.
—Las usaremos en nuestra próxima salida, lo prometo —le dijo con una sonrisa.
Louis suspiró, riéndose por lo bajo—. ¿De verdad?
—Sí, de verdad.
—Okay. —las mejillas de Louis se sonrojaron un poco y mordió su labios, ladeando la cabeza—. Dije que tenía dos regalos.
Zayn apartó su mirada de la camiseta—. ¿Cuál es el otro?
—Creo que este otro será tu favorito.
Louis metió su mano a la mochila, y al sacarla, mostró que traía consigo una pequeña caja de condones. Sonrió de lado.
El mayor parpadeó, ladeando la cabeza—. Bueno, al menos ahora tienes la mayoría de edad. Ven aquí —le dijo, palmeando suavemente sus muslos.
Louis rió, gateando sobre el sillón hasta treparse en su regazo. Echó sus delgados brazos alrededor del cuello de Zayn y bajó la vista encontrándose con sus preciosos ojos de pestañas tupidas.
—¿Entonces no quisiste hacerlo aquella vez porque no tenía la mayoría de edad?
—No. —murmuró—. Te dije por qué no lo hice.
—Querías que estuviera seguro. —Louis repitió en tono bajo lo que había en sus recuerdos de aquella charla que alguna vez tuvieron. Parecía tan lejana.
—¿Estás seguro ahora? —Zayn preguntó.
Louis se acercó para rozar suavemente su nariz con la ajena y luego presionó sus labios juntos, sintiendo aún las estúpidas mariposas en su estómago porque sin duda alguna, estaba completamente enamorado de Zayn Malik.
—Soy tuyo... —murmuró—. Pero quiero ser todavía más tuyo.
Escuchó la risa de Zayn y tuvo que separarse, alzando una ceja mientras mantenía una pequeña sonrisa de lado también. El mayor echó la cabeza atrás sobre el respaldo del sillón y le vio desde ahí, negando suavemente mientras le enseñaba esa sonrisa que pocas veces se veía tan real y genuina. Louis la guardó en su memoria, siempre era una bendición verle sonreír.
—Eres tan jodidamente cursi, ¿de dónde sacas todo eso? —se burló.
Louis entonces entendió que quizás Zayn no había tenido que ser un Romeo nunca con nadie más, considerando que probablemente él era la primera persona con la cuál se estaba involucrando de forma romántica también.
Sin embargo, Louis sonrió. Deslizó una de sus manos del cuello de Zayn y tomó la de él, que descansaba aún sobre su cintura. Arrastró la mano llena de tatuajes por todo su pecho hasta colocarla sobre el lado izquierdo de su pecho. El mayor le veía con atención.
—Salen de aquí —murmuró—. De mi corazón. Por todo el amor que tengo por ti.
Zayn volvió a sonreír, negando con suavidad.
—Eres increíble —le dijo, pero todavía se estaba riendo de él.
Louis llevó su mano hasta sus labios y besó su dorso con cariño, disfrutando de aquel momento.
—¿Te hago feliz? —le preguntó, su cabeza ladeandose suavemente.
Zayn le observó entonces, su sonrisa se hizo más pequeña hasta casi desaparecer y se le escapó un pequeño suspiro. El mayor asintió al cabo de dos segundos, sin pensarlo mucho más.
—Me haces más feliz de lo que puedo admitir —le dijo.
Una pequeña confesión, pequeña, pequeña, que hizo a Louis inclinarse hacia adelante y rodearle de nuevo con ambos brazos, presionándose contra su pecho en un abrazo lleno de cariño.