INTERESES ლ [Adap. BrightWin]

By Bell_WinBright

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INTERESES [BrightWin] Bright está tan desesperado por las deudas y la necesidad de someter a su madre con cán... More

ANTES DE LEER
Introducción
¹| El famoso Win Metawin Opas-iamjakorn
²|Te gustará tanto como a mi
³|Larga como sus dedos... gruesa como su voz
⁴|Cheque en blanco
⁵|Como un ciudadano independiente
⁶|Sumiso y dispuesto a obedecer
⁷|Por nada más que el placer...
⁸|Por un poco de diversión
⁹|Su amo
¹⁰|Castigo lento y delirante
¹¹|Me exprimes la energía
¹²|Furioso y dolido
¹³|Me gusta
¹⁴|Solo negocios
¹⁵|Sentimientos
¹⁶|¿Dónde está Bright?
¹⁷|Cautivo y enamorado
¹⁸|Voy a encontrarlo
¹⁹|Pistas
Especial •§• Gun
²⁰|Deseo de matar... a Nani
²¹|Su debilidad
²²|Información
²³|Un gato astuto y malvado
²⁴|Engatusado y embarazado
²⁵|Aroma a flores
²⁶|Un nudo en el estómago
Especial •§• Barcode
²⁷|Presentimiento
²⁸|No soy el enemigo
²⁹|Un último intento
³⁰|Desarmados y expuestos
³¹|Arrancando el problema de raíz
³²|Sentir y no pensar
Especial •§• Sólo Gun
³³|Seguir indicaciones del doctor
³⁴|Como un fiel sirviente
Final. Un verdadero recuerdo
EXTRA¹
EXTRA²
EXTRA³
Epílogo

Epílogo. Intereses

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By Bell_WinBright



Win se despertó con un cosquilleo en la nariz. No abrió los ojos, sabía que su gato acostumbrara dormirse sobre la almohada y frotar su cola contra su cara. Pero algo era diferente esa mañana y sabía lo que era, sabía que el calor que podía sentir en el otro lado de la cama era algo que no había experimentado antes. Lo hacía sentir extraño, vulnerable de una manera que nunca había experimentado.

Había sido un niño indefenso una vez, hace muchos años y sintió la vulnerabilidad de no ser fuerte para defenderse, de tener que recibir golpes de quienes se suponía que debían cuidarlo, la vulnerabilidad de solo tener a Off para acurrucarse en un rincón por las noches, hasta que fueron lo suficientemente mayores para escapar del orfanato y sobrevivir por su cuenta.

Esa época también había sido mala y la fragilidad de estar a la intemperie reemplazó la de ser un niño indefenso al maltrato, pero habían sido esas debilidades las que habían hecho nacer su fortaleza, su coraje y el propósito de ser mejor de lo que parecía estar destinado para él. Tomó la fragilidad de ser un niño y la usó a su favor, utilizó de cualquier manera posible lo que tenía a la mano, que era más que nada una audacia nacida de la necesidad y se hizo su propio camino ayudado de la única persona que estuvo desde siempre con él. Dejó de ser débil y se convirtió en un hombre al que respetar o al que temer y Win prefería el temor que el respeto. La gente se olvida de los valores, pero el miedo los mantiene a raya. Win aprendió a dejar el miedo atrás.

Pero dónde estaba ahora, no era miedo lo que sentía, tampoco era la fragilidad de un niño que no tiene manera de protegerse a sí mismo. No era sentirse abandonado al camino para valerse por sí mismo. Era la vulnerabilidad que venía con un sentimiento que se le había negado desde que nació y que aprendió, que no valía la pena mendigar por ese sentimiento o siquiera dárselo a alguien que no lo merecía. Pero ahí estaba él, despertando una mañana en su cama, sabiendo que por primera vez en la vida había pasado la noche con alguien, alguien que había llegado a mover su mundo por completo y que pasara lo que pasara marcaría una diferencia enorme en su futuro.
Ese alguien, el hombre, que llegó a su casino como cualquier otro en cualquier momento, pidiendo lo que todos le piden a un mafioso y lo que Win fácilmente les concedía a cambio de un beneficio. El hombre tímido y sumiso que pidió un préstamo y enloqueció cuando le dijo que tenía que hacer algo a cambio. El hombre que fácilmente se había sometido a Win como un pequeño lobito necesitado de caricias.

Win abrió por fin los ojos y se quedó viendo al techo, mientras dejaba que la cola peluda de Ame siguiera frotando su cara, mientras seguía analizando eso que sentía. Extendió el brazo y tocó el costado de la cama que seguía tibio, pero se encontraba vacío. Sonrió. Win se había vuelto un completo idiota por un hombre que le había hecho la vida un completo desastre. El hombre heterosexual que lo folló con su vida, que lo sacó de su zona de confort, que lo hizo sentir lo que nunca había sentido y luego desapareció e hizo que Win lo buscara hasta debajo de las piedras, el que puso dentro de él esa pequeña cosita que ahora se movía como un pez dentro de una pecera.

Dios. Win nunca había querido tener hijos. Sabía lo que era y lo que era capaz de hacer su cuerpo, pero eso no hacía que quisiera traer niños al mundo que solo significarían una distracción para alguien como él. Y ahora se encontraba ahí, boca arriba en su cama sintiendo como la pequeña vida crecía dentro de él y solo podía imaginar si se parecería a él, o al hombre que acababa de abandonar la cama, si sería un él o un ella. Win sabía que pondría a todo el maldito distrito boca abajo en el fango para que sirviera de alfombra para los pequeños pies de su hijo o hija ¿Qué tan patético lo hacía ver eso?

Honestamente no le importaba una mierda.
No le importaba una jodida mierda la forma en que había cambiado su vida. Tenía una familia, la que no había tenido cuando era niño y pensó que nunca había necesitado, pero que ahora no se veía sin ella. Desde la dulce señora que podía oír al fondo en la cocina, el hombre con el que había pasado la noche y el bebé que llevaba en el vientre.

Demonios. Off había sido el único en su vida, como un hermano, hasta que conoció a Jeff y se unió a ellos y ahora había más personas a su alrededor; y nunca se lo diría a nadie ni para salvar su vida, pero hasta Gun se había añadido bien a la locura que ahora era el entorno de Win. El gato insolente que había doblegado a su mejor amigo, así como lo habían doblegado a él. Así como Bright lo había atrapado a él.

Bright con su sonrisa, su timidez, su sumisión que solo acariciaba mucho más el ego de Win. Bright con esa manera suya de ser y con sus labios, sus manos, su cuerpo. Bright que después de todo lo que habían pasado no lo recordaba. Aunque no fuera su culpa, ni la de Win, pero que de todos modos seguía sin ser su Bright, no totalmente. Todo por el cabrón de Nani y lo malditamente desquiciado que estaba.

Win solo podía esperar a que un día sucediera un milagro y si no, pues tratar de intentarlo todo desde el principio. La noche anterior ya habían hecho eso y fue fantástico. Win no mentiría sobre que disfrutó cada segundo de estar entre los brazos de Bright. Sintiéndolo, recorriéndolo, probándolo. Era una cosa buena que el cuerpo de Bright tuviera memoria propia y le diera a Win todo lo que había deseado y extrañado por meses.

El calor entre las sábanas se estaba desvaneciendo, así que Win decidió que era hora de levantarse y ver a donde se había ido Bright.

Se sentó, estirando los pies por el borde de la cama. Bright debió vestirlos a ambos de nuevo en algún momento de la noche porque no recordaba haberlo hecho él mismo. Se estiró un poco y recorrió la mirada por la habitación. Entonces lo vio, sentado en la silla en la esquina del dormitorio, con la mirada fija en algo entre sus manos. Win estrechó la mirada, el destello dorado era inconfundible. Bright sostenía el arma de Win y acariciaba sus dedos sobre los números tallados en oro sobre el cañón.

—¿Lobito?

Bright no levantó la mirada, como si no hubiera escuchado a Win llamándolo. Así que lo intentó de nuevo.

—Bright ¿Qué haces?

Bright levantó la mirada entonces.

—Cuando Gun insistió en que deberíamos probar suerte con la lotería, tenía la certeza de que la suerte no era algo que pudiera ir en la misma oración junto con mi nombre. Incluso cuando hizo que yo eligiera los números, pensé que era solo una pérdida de tiempo. Entonces, lo único en lo que pude pensar fue en estos números y que los había visto cada vez que estaba aquí contigo y nunca me atreví a preguntar su significado. No quería ganar la lotería. No porque creyera que tendría tanta suerte, sino porque eso significaría que tendría que pagarte y se acabaría el trato y no te vería más. —Win se quedó ahí, quieto como una escultura, escuchando a Bright hablarle sobre un acontecimiento pasado con tal naturalidad que era confuso—. Me asustaba ese pensamiento. La idea de que quería pasar mis noches de sábado o incluso las noches de toda la semana con un hombre y no precisamente charlando, sino follando. Pero me asustaba más pensar que si algún poder cósmico hacía que ganara ese sorteo, esas noches de sábado se acabarían. Nunca tuve una maldita suerte en nada y cuando la tuve, lo detesté. No quería pagarte, pero no por aferrarme al dinero, sino a ti ¿entiendes?

Santo infierno. Bright se estaba confesando. El Bright que apenas anoche no recordaba ni la vez que se conocieron.

—Lobito ¿Puedes recordar todo eso?

—Sí. Recuerdo todo. —Dijo Bright— No me preguntes cómo, solo sé que desperté está mañana, respiré el aroma a flores en las sábanas y todo vino a mi como una avalancha.

Win extendió la mano hacia Bright y éste fue hasta él obedientemente, como Win sabía que lo haría.

—Dime qué más recuerdas.

—Que mi madre pateó mi trasero del hospital aquella noche para que fuera a buscarte y decirte cómo me sentía. Que sentí que me iba a morir sin haberte dicho lo hermoso que eres cuando Nani me secuestró y que debí decirte que me estaba enamorando de ti como un tonto.

—Pero lo dijiste. Se lo escupiste a él en la cara y eso fue lo más caliente que he visto y oído lobito.

—Bueno. Me alegra eso. Pero ¿ahora qué?

¿A qué se refería Bright con eso?

—¿Sobre qué? —Preguntó Win con el ceño fruncido— Si me dices que vas a irte a tu casa y ver qué procede a partir de ahora, olvídate de esa mierda, Bright. Eres mío. Lo has sido desde que concertamos el acuerdo. Me importa un carajo si podías pagarme o no, he decidido embargarte de todos modos. Además, tienes que hacerte responsable de esto —dijo Win, tocando su vientre.

La sonrisa de Bright era enorme y brillante.

—Okey. Tú eres el jefe.

—Lo soy.

—Entonces…

—Fóllame.

»Bright lanzó a Win de vuelta a la cama y le arrancó la ropa. Besó sus labios y todo su cuerpo, deteniéndose por mucho tiempo en su vientre y acariciando ahí suavemente, antes de bajar más y meterse entre sus piernas.

La boca de Win se abrió en un grito ahogado y luego gimió, retorciéndose sobre la lengua de Bright que lamía su agujero en largas pasadas de atrás hacia adelante, haciéndole delirar sintiendo la polla dura hasta casi doler de necesidad, de placer. Win no era un virgen o inexperto, pero desde la primera vez que Bright lo tocó y lamió así supo que sería un adicto. La lengua de Bright era experta entrando y saliendo del culo de Win en rápidas embestidas y succiones demasiado deliciosas como para aguantar. Win quería correrse muy mal y muy fuerte, pero más que la boca de Bright en su trasero, quería su polla, grande, dura y caliente, llenándolo hasta el fondo, hasta que no hubiera un espacio entre ellos y era como si Bright supiera lo que quería, lo que necesitaba.

Bright se irguió de nuevo sobre Win, acariciando sus muslos y caderas. Primero con suavidad y luego apretando la carne de Win bajo sus dedos, justo como a Win le gustaba. Amasando la piel lisa y sedosa bajo sus palmas calientes y luego subiendo por sus costados hasta sus pezones sensibles y en punta, pellizcando cada uno y haciendo a Win gemir más fuerte.

—Dime lo que quieres, bebé.

—Quiero que me folles. Ya te lo dije.

—Sí, pero dime cómo lo quieres y te lo daré.

Win no lo pensó. Siempre había estado a cargo. Siempre se hacía a su modo. Incluso la noche anterior había incitado a Bright que lo tomara de la manera en que lo quería, pero esta vez quería saber lo que se sentía dejarle el control a él, que Bright hiciera lo que quisiera. Sabía que sería igual de bueno, pero con el factor sorpresa de no saber lo que venía a continuación.

—Hazlo de la manera que prefieras —le dijo a Bright.

—¿Seguro?

Win asintió. Quería dejar que Bright dominara por él. Dejarse hacer.

Bright se recostó a su lado e hizo que Win se recostara sobre su costado, quedando frente a frente. La pierna de Win fue puesta alrededor de la cintura de Bright y la polla larga y gruesa de Bright se acomodó pesada y caliente entre los muslos de Win y la polla de Win quedó atrapada entre sus cuerpos. Bright besó sus mejillas, sus parpados, su nariz y luego sus labios, suave y lentamente, sin prisa, al mismo tortuoso compás en que inclinaba las caderas hacia adelante y hacia atrás, burlándose del orificio húmedo y palpitante de Win. Las grandes manos de Bright se aferraron a las redondas nalgas de Win y lo movió al mismo ritmo que él lo hacía, creando la deliciosa fricción que volvía a Win loco y necesitado de más.

—Bright —gimió Win entre los labios de Bright todavía devorándolo.

—¿Alguna vez te han hecho el amor, bebé?

Win agitó la cabeza, negando, sin poder hacer salir las palabras. Estaba abrumado por la forma tan suave, pero placentera en que Bright lo estaba tocando, besando, adorando. Era una nueva sensación de placer, sin prisas, pero con la misma pasión.

—Voy a hacerte el amor ahora ¿Lo quieres?

Win volvió a mover la cabeza, en aprobación a la pregunta y Bright volvió a tomar sus labios en un beso abrasador, demandante, pero dulce a la vez. Un beso que Win no había dado ni recibido antes, pero que le gustó y le hizo hormiguear la piel de placer.

Bright elevó un poco más la pierna de Win, deslizando despacio la punta de su polla por el borde del agujero tierno de Win, haciéndole sentir la plenitud de ser estirado lentamente cuando enganchó la cabeza de su polla en el apretado anillo y se deslizo a casa, donde Win sentía que Bright pertenecía. Dentro de él. Empujando despacio, como una dulce tortura para el sensible cuerpo de Win que temblaba en sacudidas casi imperceptibles, pero enloquecedoras, que no se detuvieron hasta que Bright estuvo tan dentro de Win como le era posible y eso era muy, muy profundo, en su núcleo, presionándose contra su punto dulce y haciendo que Win jadeara como si le faltara el aire.
Una vez que Win sintió que Bright no podía ir más profundo, levantó la vista y conectó sus ojos con los oscuros de Bright. Diciéndose sin palabras todo lo que sentían.

—¿Estás bien? —Preguntó entonces Bright— ¿No es incómodo? —agregó, acariciando el vientre de Win presionado suavemente contra el abdomen de Bright.

—Estoy bien —Murmuró Win sin aliento y se recostó contra el pecho de Bright, inhalando el aroma masculino y embriagador que desprendía naturalmente su piel, dejando un beso ahí, sobre su corazón.

Bright empezó con movimientos lentos y medidos, probando la comodidad de Win en esa posición y luego tomando un ritmo constante y certero. No era lento, pero tampoco era rápido y desesperado, solo movimientos acompasados y profundos, certeros dentro de Win que no podía dejar de gemir sobre el pecho de Bright y aferrarse a su espalda con las uñas cavando la piel.

Follar era siempre intenso, un desfogue a la pasión y la lujuria, al deseo del cuerpo por liberarse y recibir placer. Hacer el amor, era conectar, sentir la piel, el calor, los latidos y Win podía sentir todo eso de Bright. Incluso su aliento era una brisa cálida sobre su sien.
Hacer el amor era positivamente abrumador y en niveles demasiado altos, satisfactorio. Win quería que Bright le hiciera el amor por siempre. Ese momento se sentía como si durara por siempre, pero como si no fuera suficientemente prolongado. Win estaba a punto de llegar a un poderoso orgasmo y no estaba recibiendo las fuertes embestidas, ni apretones, ni mordidas que siempre le han gustado, estaba a punto de explotar de éxtasis por sentir la polla de Bright rozando su próstata tan malditamente despacio y certero y estirándolo hasta el borde mientras le acaricia el cuerpo con cariño y le susurra al oído que lo quiere, que lo ama, para después besarle la cara con labios suaves y húmedos.

Win se vino con un gemido amortiguado sobre el pecho de Bright, apretándose alrededor de la polla que lo llenaba y sintiendo solo un segundo después el calor de la corrida de Bright dentro de él y sus brazos acercándolo tanto como lo permitía el bebé en su vientre sin lastimarlo.

Sin salir del hueco entre los brazos de Bright, Win escucho su voz profunda, retumbando en su pecho mientras hablaba.

—¿Cómo te sientes?

Win levantó el rostro hasta Bright y recibió el beso que le daba.

—Perfecto.

—¿Y?

—No vas a salir de esta cama en mucho tiempo si vas a seguir haciéndome el amor así.

Bright acarició la mejilla sonrosada de Win y apartó los  mechones húmedos de sudor de su frente.

—Estoy de acuerdo, pero debes alimentarte, asearte, ir a las citas con el médico y dirigir a toda una organización criminal. Además, dijiste algo como que ya no importa si pago mi deuda o no.

Bright se rió de la cara de Win cuando levantó una ceja en desafío.

—Dije que ya no más deuda. Pero todavía me debes mis intereses.

Bright se inclinó y besó otra vez los labios de Win.

—Okey. Entonces estaré feliz de pagar esos intereses.





😭😭😭😭
Es que esto es tan lindooooooooo
Tia Holly de verdad te luciste con esto
🤧💜
Amanding totalmente este epílogo.

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