Omega

By verdelimalimon

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Ivory no soporta a los omegas, Oker tiene motivos para odiar a los alfas. Ambos acabarán enredados en una his... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44

Capítulo 45

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By verdelimalimon

A Oker le costó levantarse solo de la silla de su despacho, su vientre estaba enorme y aún no había llegado siquiera al octavo mes, ese cachorro iba a ser enorme.

La cabeza de Milo apareció por la puerta como si tuviera un radar cuando su amigo, y ahora también su jefe, estaba en problemas.

Le tendió una mano y Oker se lo agradeció profundamente.

—El taxi ya está aquí —le informó.

—Perfecto, ¿ha llamado Ivory?

Milo asintió: —Su avión aterrizó hace media hora, Zec ha ido a por él.

Oker sonrió, su alfa había volado a otra ciudad como su representante, él no podía hacerlo ya en su estado.

Lea apareció vestida con un bonito traje azul.

—¿Nos vamos?

—Sí, sí, ya voy, os querría ver moveros con este barrigón que tengo. —Las hormonas del embarazo le ponían de un humor horrible a veces.

Milo y Lea se miraron y rodaron los ojos.

Eran sus mejores amigos, pero comenzaba a tenerlos harto.

Sus trabajadores, en su mayoría omegas, se levantaron para despedirle y Oker sonrió contento, el olor era potente, pero no podía estar más que contento con ellos.

Dos meses después de su enlace, su padre omega apareció con una propuesta que Oker hubiera rechazado si Ivory no le hubiera pedido que la escuchara.

—Sé que no quieres tener nada que ver conmigo y con tu padre —dijo Selle Montgomery— pero eres un Montgomery y tienes derecho a parte de nuestra fortuna.

Iba a decir que no la quería, pero Ivory le acarició la mano, aunque el gesto hacia su padre fuera tan hosco como el suyo propio.

—Hay una filial que puede ser tuya si quieres, cuentas propias, dirección propia, toda tuya.

—¿Y qué quieres tú a cambio? —preguntó Oker, había aprendido a las malas.

—Me gustaría poder verte más, y a tu hijo, pero no es obligatorio —dijo el omega— pero esto no te obliga a que sea así, es tuyo, sin mí, sin tu padre.

A Oker, a veces, el corazón le dolía. Él había querido a su padre, y sabía, que a pesar del dolor, ese sentimiento aún residía en él, cada vez que le rechazaba también se hacía daño a sí mismo.

Aún no, se decía, aún no estaba preparado para aceptarlo, ya no hablaba de perdonarlo, sencillamente de poder volver a tenerlo en su vida.

—Me lo pensaré.

Su padre omega asintió, su alfa seguía en la cárcel, a pesar de lo que le había dicho a Macon, su condena no había sido tan pequeña como había esperado.

Sabía que Selle estaba sufriendo, no podía ni imaginar cómo se sentiría si Ivory estuviera preso y alejado de él tanto tiempo.

Ambos pusieron la propuesta Montgomery sobre la mesa. Oker aún no había encontrado trabajo, ahora como omega enlazado todo hubiera resultado más sencillo, pero la realidad era que pocos omegas enlazados trabajaban.

Pocos omegas trabajaban, punto, y los que lo hacían eran en puestos anecdóticos.

Pero si algo sí debía reconocerle a su padre era que él como omega era el primero en dirigir una empresa tan grande y potente.

—Podría cambiar algunas cosas —dijo Oker en voz alta.

Ivory le acarició la mano, su alfa ya había pensado en eso cuando le dijo que se lo pensara.

Lo que no esperó fue que Ivory se pidiera una excedencia en su trabajo para ayudarle a crear el suyo.

Las empresas Montgomery tenía múltiples líneas de trabajo, pero las importaciones era una de ellas, y fue la que Oker explotó.

Que al otro lado estuviera un omega hizo que muchas líneas se cortaran al otro lado del teléfono, pero las más inteligentes, se mantuvieron, sobre todo cuando sabían que el enorme grupo empresarial Montgomery la respaldaba.

Oker contrató a omegas de la asociación a los que les costaba inmensamente encontrar trabajo por su condición, omegas que habían sido usados contra su voluntad, omegas abandonados, omegas engañados, omegas de capas tan bajas que no podrían llegar a sacar la cabeza del barro en el que los habían querido ahogar.

Pero Oker en pocos meses comenzó a recibir candidaturas de otro tipo de omegas, omegas sin marcar, libres y otros que lucían hermosas marcas en su cuello.

La primera empresa de importación nacional donde la mayoría de su plantilla eran omegas fue noticia a nivel nacional, pero también internacional.

Oker no sabía donde meterse, lo menos que había querido con eso era ser ejemplo de nada, que ninguna cámara se centrara en él.

Solo quería hacer bien su trabajo, volver a su casa y amar a los suyos con todo su corazón, lo demás, no le importaba.

Pero tras su tercer celo juntos, Oker comenzó a notar los cambios, su primer embarazo había estado rodeado de tanto dolor que no pudo disfrutarlo como ahora disfrutaba el de su segundo cachorro.

Ivory tuvo una pequeña crisis nerviosa cuando supo que iba a ser nuevamente padre, para él Kyle era su cachorro, y no toleraba que nadie dijera lo contrario.

Pero la primera etapa dulce estaba pasando, ahora las piernas se le hinchaban, juraría que su tripa era el triple de grande que con Kyle, y cada día le costaba más todo.

Eso no restaba para que estuviera deseando sostener a su cachorrito en brazos.

—Ha llamado tu padre —dijo Milo.

Eso era otra, Selle había sido más discreto, pero desde que su padre alfa había salido de la cárcel hacía todo lo posible para reunirse con Oker.

—No, ya lo saben, cada uno por su lado.

Milo asintió, pero ya sabía lo que pensaba su amigo, Milo creía en las segundas oportunidades, y quizás tuviera razón, pero ese día no. Ese día era la graduación de Kyle y no quería dramas innecesarios.

—¿Ivory ha llegado ya? —volvió a preguntar, dándose cuenta de que tenía demasiadas cosas en la cabeza y que se repetía.

—Cariño, creo que la empresa puede estar sin ti una temporada —dijo Lea acariciándole la mano— es hora de que te lo tomes con calma, que ese alfa tuyo buenorro te dé todo su amor, y que Milo y yo mantengamos esto listo para ti.

Oker sabía que iba a llegar el momento en el que él no pudiera encargarse personalmente, pero esa empresa era como otro bebé, uno al que había dado forma y del que se sentía tanto orgulloso como responsable.

Milo tomó su otra mano, y ambos le dieron ánimos en silencio.

Llegaron al colegio donde muchos padres ya estaban entrando para asistir a la graduación de sus cachorros.

Habían pasado ya tres años desde que habían puesto el pie allí dentro, Oker sintiéndose un estorbo para su hijo, cargando la culpa de ser un omega usado que solo le restaba posibilidades a su cachorro. Pero todo lo que encontró en esa escuela fue comprensión y respeto, el mismo que le daban a todos los demás.

Kyle lo abandonaba ese día, y comenzaría en una escuela solo para alfas, había pedido la opinión de Chase, pero este sí le había recomendado un buen colegio donde la educación a los alfas no era tan tradicional.

El sistema educativo aún era arcaico, pero aún no existían escuelas intermedias mixtas, alfas por un lado, omegas por otro, y los betas moviéndose en un mundo mucho más libres que el de ellos.

Esa había sido la pequeña burbuja que esperaba le hubiera servido a Kyle, aún así, su entorno era diverso, respetuoso y contaba con buenos apoyos.

Se dirigieron al salón de actos, Buddy les había reservado unos asientos cerca del escenario, y los tres tomaron asiento.

Ivory aún no había llegado y su sitio a su lado aún estaba vacío cuando los niños subieron al escenario.

Lo había visto en casa con su túnica amarilla, pero encima del escenario su cachorro de siete años parecía más mayor, y a la vez solo su cachorrito que buscaba su cuello para calmarse.

Cuando se separó del resto de sus compañeros y subió al atril, Oker se sorprendió, no sabía que leería, ¿o lo sabía y lo había olvidado?

Una mano le agarró de la extinguida cintura.

—Escucha, te va a gustar —le dijo Ivory al oído, proporcionándole una pequeña dosis de feromonas tranquilizados.

—¿Tú lo sabías? —preguntó emocionado.

—Lo hemos estado ensayando durante semanas —sonrió orgulloso su alfa mirando a su hijo.

La vocecita aún infantil pero clara y brillante de Kyle abrió el discurso, pero no dejaba de mirarle a él.

Era un discurso alegre, como lo era Kyle, estaba tan orgulloso de él, su cachorrito.

—Y gracias a mi padre omega que me trajo aquí cuando ya nos habían rechazado en otros colegios —dijo mirando con los ojitos emocionados, Oker esperaba que no lo recordara.

Se alegró que aquella línea de su vida, la que estaba trazada, no se hubiera cumplido, allí estaba, rodeando de otros padres pudiendo ser partícipe de su vida, ahora y siempre.

Apretó la mano de su alfa y no pudo evitar llorar sonriendo cuando todos aplaudieron.

Ω

Milo ayudaba con la organización de la graduación, se lo había prometido a Buddy que cada final de curso se ocupaba de todo.

Pero esta quería que fuera especial, sería la última de Chase como director. Al año siguiente, su pareja sería el nuevo director de la escuela infantil.

Milo lo veía ir de un lado a otro, sonriendo, coqueteando con unos y con otros. Hacía años eso le había causado una gran inseguridad. Ahora sabía que era la manera de Buddy de socializar y que pocas veces tenía nada que ver con una atracción real.

Ambos se iban a enfrentar a un nuevo reto, Buddy con la dirección de la escuela y él, como subdirector de la empresa de Oker, dirigiéndola en su ausencia.

Miró a su jefe y mejor amigo, ni en su época escolar ni en su posterior reencuentro, Milo pensó que ambos podrían llegar a ser así de cercanos.

Tampoco esperaba que su vida fuera la que era ahora, después de dos años, aún a veces sentía la marca fantasma de Zec.

Habían deshecho la unión, había sido realmente doloroso y se alegró de contar con Buddy. Esa parte nadie la contaba, nadie hablaba del dolor, de la ansiedad una vez la marca se retiraba, nadie hablaba de los efectos secundarios. Que algunos imbéciles le miraran mal fue el menor de los males para Milo esos días.

Pero aún así se alegraba, sin marca, sin un lazo que lo ataba a su yo del pasado, con Buddy a su lado, como iguales.

—¿Crees que falta algo? —le preguntó su novio mirando a todos lados.

Milo le besó, habían comenzado a hacerlo desde el enlace de Oker e Ivory, a quien no le gustara que no mirara.

—Todo es perfecto —le dijo. Y Buddy sonrió relajado por primera vez desde que había empezado la graduación.

Ambos miraron alrededor, era cierto, todo el mundo tenía una bebida, los niños lucían sus túnicas amarillas y correteaban de un lado a otro, y Chase parecía completamente feliz.

—Dice que quiere irse a la playa a vivir —dijo Buddy, Chase había sido como un padre para él, y sabía cuanto le preocupaba que se fuera lejos de él.

Buddy no dejó solo a Milo cuando se deshizo de la marca, al principio por necesidad, pero poco a poco se dieron cuenta que habían comenzando a vivir juntos, y desde entonces no se habían separado.

—Iremos a visitarle a menudo —le aseguró Milo, creyendo firmemente en que un omega se merecía hacer con su vida lo que le viniera en gana.

—Le voy a echar mucho de menos. —Y esa era la verdad, a veces son los hijos los que no están preparados para separarse de los padres aunque ya fueran adultos.

Eso le hizo volver a darle vueltas a un tema que hacía meses le rondaba la cabeza.

Miró la enorme tripa de Oker, había pensado que al romperse su matrimonio, sus opciones de ser padre habían desaparecido. Ni siquiera lo había pensado, le importaban otras cosas más que un cachorro en esos momentos.

Pero el deseo había vuelto con el embarazo de su amigo.

Lo habían hablado y Buddy estaba de acuerdo, ahora solo tenían que decirle que sí a la proposición de Zec para que les donara un poco de su semen.

A pesar, de que no habían empezado con buen pie su relación, deshacerse de la marca los había unido más, contra todo pronóstico. La marca no solo le había asfixiado a Milo.

Lo vio aparecer junto a un  alfa que daba absoluto miedo, curiosamente el mismo miedo que en su día le había producido Ivory.

Ω

Zec notaba a Logan cerca, muy cerca, no sabía si había hecho bien en invitarlo a la graduación de Kyle. Ellos después de todo solo habían tenido sexo como animales durante la última semana.

Y aquello era como un acto familiar, además del hecho de que Logan, aunque muy bueno en su trabajo, era el sustituto en su empresa del puesto que había dejado Ivory.

Pero había salido de la cama como había podido y le había dicho a donde iría al día siguiente, no sabía si había llegado a invitarlo o el otro se había autoinvitado.

No era el primer alfa con el que salía de la cama y lo sacaba al mundo, pero sí el primero que iba a conocer a sus amigos.

—¿Comes omegas para desayunar? —le preguntó Buddy, Logan ni siquiera entendió la broma del omega, pero sintió cómo le tomaba de la mano.

Ivory se había encargado de formar a Logan personalmente antes de irse y desde que se lo había presentado sintió algo que no había sentido antes, o al menos, no tan fuerte.

Sí, había habido alfas, incluso volvía recurrentemente a Olson y Thar, que se habían convertido en su lugar seguro antes, durante y después de cualquier amago de relación.

A pesar de lo extraño que podía resultar Logan le hacía sentir bien, cómodo. Era el alfa más jodidamente literal que había conocido nunca, y eso que su mejor amigo era Ivory.

De sentido del humor iba corto, pero cada vez que Zec le hacía una broma, Logan le besaba.

Era extraño, pero debía reconocer que le gustaba, le gustaba mucho y Milo lo miró intensamente. Su ex marido era ahora una de sus personas más cercanas, lo apreciaba muchísimo y también se llevaba los mayores rapapolvos de su parte.

Serían buenos padres juntos si al final Milo se decidía a dar ese paso.

¿Qué le parecería a Logan que tuviera un hijo con su ex omega después de haberse desenlazado?

Es que era excesivamente pronto hasta para hablarle de eso, se daba cuenta.

—¿Habéis visto como ha hablado Kyle? Este cachorro va a ser lo que él quiera con esa labia —dijo Olson, acercándosele y dándole un abrazo de oso de los que tanto le gustaba pero sin apartar los ojos de Logan.

Les había hablado escasamente de él por teléfono, y tanto Thar como él tenían curiosidad en el "alfa".

—¿Tú eres la máquina sexual? —Le extendió la mano Thar, Logan le miró sin entender, pero lo que sí entendió fue que aquel apretón de manos era algo más y la cara de Thar aguantando el duro apretón lo demostraba.

—El mismo —respondió Logan, arrancándole a todos una carcajada, salvo a él, que acaba de descubrir que en el fondo el alfa sí tenía sentido del humor.

Sarah apareció con uno de los hijos de Lea de la mano, todos se miraron, solo eran niños, pero uno de los motivos por los que Kyle iría a una escuela solo de alfas era porque sus instintos habían comenzado a desarrollarse, y con solo siete años había comenzado a celar a la beta.

Drama, se venía drama, pero los niños se escabulleron corriendo en sus juegos cuando Lea apareció como un torbellino azul secándose las lágrimas de emocionada tía de la estrella.

—Presidente del gobierno va a ser, lo que yo os diga —todos sonrieron— Ha salido al padre, que menudo pico tiene cuando quiere. —Hola —le dio dos besos a Logan que se quedó estático ante la beta —¿Tú eres el ligue de Zec? Trátalo bien o estos dos —dijo señalando a Olson y a Thar— te romperán las pelotas si no lo haces.

Zec se atragantó, Buddy comenzó a reír a carcajadas y Thar se crujió los nudillos.

Si Logan seguía queriendo salir con él iba a ser todo un milagro, pero se acercó hasta él para agarrarlo por la cintura y tomarse lo que había dicho Lea como una misión vital, lo que le dio una tremenda vergüenza.

No debería de gustarle tanto, era un alfa hecho y derecho, pero lo hacía, la verdad es que le gustaba cada día más.

Ω

Ivory miraba a Kyle mientras recibía las felicitaciones de todos sus profesores, había estado ensayando con él antes de su viaje y durante este hablaban todos los días para calmar los nervios de su hijo.

Casi no llega por el retraso en uno de sus vuelos, pero Zec y su ¿novio? Estaban listos para recogerlo. En algún momento casi deseó bajarse del coche, pero había llegado justo a tiempo.

Antes de sentarse junto a su omega, Chase, aquel omega que tan duro le había tratado al conocerlo dejó una de sus pequeñas manos en su pecho palmeándoselo y asintiendo sonriéndole.

—Lo has hecho bien, hijo —le dijo antes de marcharse enredado con cualquier cosa de la organización dejándole sin palabras.

Llegó al asiento que le habían reservado y abrazó a Kyle viendo como Kyle subía al escenario, y respiró su aroma. En casa, por fin estaba en casa.

Su ausencia había sido casi como si le faltara un órgano, todos sus instintos clamaban por él, por su omega que además ahora cargaba a su cachorro.

Hacía años no se hubiera creído que trabajara bajo las órdenes de un omega, mucho menos que estuviera enlazado con él y que no pudiera más que respetarlo por lo bien que lo estaba haciendo.

Ser su apoyo ahora era todo lo que le importaba, nada más, y lo que estaban haciendo era bueno además de tremendamente rentable.

A Oker la publicidad sensacionalista no le gustaba, pero Ivory era partidario de que en una batalla todas las armas eran buenas, para los negocios ocurría lo mismo.

—¿Por qué no me lo habéis contado? —preguntó Oker de su mano.

—Kyle quería darte una sorpresa.

—Y vaya si me la ha dado —sonrió su omega, a Ivory le costó tragar, a veces solo con mirarle se quedaba sin habla, tres años después y ese omega le tenía tan alrededor de su meñique como el primer día.

Lo miró, la tripa hermosamente redonda, sus mejillas rellenas y ese aroma delicioso.

—¡Oye! —le dijo medio escandalizado, medio excitado, le olió perfectamente.

—Solo soy una alfa que ha echado mucho de menos a su omega. —Le atrajo en un beso un tanto aparatoso por su barriga.

—Y yo un omega que necesita mucho que su alfa lo cuide.

—¿Crees que si nos escondemos en alguna de esas clases desiertas ahora alguien nos encontrará? —bromeó.

Oker se apoyó en él, e Ivory le acarició suavemente, su omega estaba cansado.

—Mi padre no deja de llamar —dijo.

Ivory lo sabía, y sabía lo que iba a decirle porque antes se lo habían dicho a él.

Macon había muerto, después de dos años y con la ayuda de Thar y algunos amigos que aún conservaba en la policía tres de los cinco violadores de Oker habían acabado en la cárcel, justamente en la misma que Macon, los otros dos habían muerto en extrañas circunstancias.

Nada estaba relacionado, pero Hanker Montgomery había acabado con los que hirieron a su hijo.

Lo que el alfa no comprendía era que él había sido uno de ellos al rechazar a su hijo y que esa herida no se curaría ni con dinero ni con venganza.

Y mucho menos dejaría que alguien se acercara a su omega a pocas semanas de dar a luz, los muertos seguirían muertos, ahora y después.

Quizás esa decisión no le correspondiera a él tomarla, era consciente, pero también una parte de él se alegraba con aquella resolución. Su lado alfa entendía lo que había hecho el padre alfa de su omega, si alguien le hiciera daño a Kyle o al cachorro que Oker aún llevaba dentro lo mataría con sus propias manos.

Kyle llegó a ellos todo orgulloso con su diploma y los abrazó.

—Estoy tan orgulloso de ti, mi vida —se inclinó Oker para besarle y el niño brilló.

Ivory asintió y le tendió la mano, le preguntó a su omega si quería irse ya a casa pero Oker negó dirigiéndose a sus amigos.

—Aún no, aún hay mucho que celebrar —dijo Oker, e Ivory comenzó a andar con cada uno a un lado, tan complacido con la vida que habían conseguido que ese recuerdo lo guardaría casi como una instantánea en su memoria, junto al resto que había creado y todos los demás que vendrían.



FIN

Pues recién salido del horno acabo con esta historia.

Todo tiene un principio y un final, y este es el de esta historia que tanto me ha gustado escribir.

Casi seis meses de publicación semanal.

Solo puedo daros las gracias a las que habéis estado aquí conmigo día tras día, semana a semana tirándonos de los pelos con todos estos que no hacían más que sufrir.

Lo que costó el primer beso, pero han acabado todos felices y contentos, porque no concibo otro tipo de final 🤣🤣

Espero que os haya gustado.

Nos leemos en otras historias.

Besos

Sara

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