Scorpion | Jacaerys Velaryon...

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"A veces nos centramos más en la serpientes e ignoramos al escorpión quien con su veneno y sigilo puede ser m... More

Scorpion | Jacaerys Velaryon x Helaena Targaryen
Capítulo 1
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5

Capítulo 2

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By kari-x

El príncipe Jacaerys Velaryon sabía tres cosas con certeza desde que era un niño: algún día sería el Rey de los Siete Reinos, se casaría Helaena Targaryen y su padre no era quien le habían dicho. A su corta edad Jace, como lo llamaban sus cercanos, descubrió la obvia verdad de quien era realmente su padre. Harwin Strong, el espada juramentada de su madre era mucho más similar a él y a sus hermanos que Ser Laenor Velaryon, el esposo de la princesa Rhaenyra. Sin embargo, esto no había hecho que Jace tuviera que sufrir las penas de los Siete Infiernos. Siempre fue reconocido como un príncipe, y no como uno cualquiera, sino como el sucesor de su madre para sentarse en el Trono de Hierro. Pero esta posición trajo otras complicaciones al joven príncipe. Los susurros se escuchaban cuando pasaba por algún lugar, la gente se lo quedaba observando y había escuchado la palabra bastardo innumerables veces.

La corona, el legado de la casa Targaryen y los Siete Reinos recaerían en él tarde o temprano. Y si era sincero consigo mismo, eso lo aterraba. Rogaba día y noche porque su abuelo siguiera respirando, y también rogaba porque el inminente reinado de su madre fuera largo. Así él tendría bastante tiempo para prepararse, podría aprender, podría estar listo. Porque su mayor miedo siempre había sido ser un mal Rey, no ser un digno sucedor de Aegon el Conquistador. Pero es que también cómo podían pretender su madre y su abuelo que él, que quien era simplemente Jace, fuera un Rey en algún momento. Ni siquiera en su mente cabía esa idea, pero sabía que el reloj avanzaba con rápidez, y el día en el que tuviera que tomar un papel real para el Reino se acercaba.

Sin Harwin Strong a su lado, sin su verdadero padre, ¿cómo lograría prepararse? ¿Cómo podría ser un buen guerrero? ¿Quién le enseñaría sobre el honor, sobre las batallas, sobre la vida? Amaba a su madre, pero no era lo mismo, y Ser Laenor estaba ahí pero a la vez no estaba. Era complicado.

Observó el barco que zarpaba desde Driftmark trasladando al Rey, la Reina y tres de sus hijos y suspiró pesadamente. Entrecerró sus ojos, intentando enfocar su mirada para ver si veía a Helaena con la carta que le había escrito, pero no lo logró, estaba muy lejos ya.


– ¿Crees que ella estaba enojada conmigo? – preguntó a su madre.

Rhaenyra lo miró curiosa, sin entender de qué hablaba el mayor de sus hijos.

– La princesa Helaena – le aclaró Jace.

– Oh – fue lo único que pudo decir la mujer, reprimiendo una sonrisa al ver a su hijo notoriamente preocupado mientras miraba el barco en el que iba su prometida – No lo creo, Jace. Solo debe estar consternada por lo que le ha pasado a tu tío Aemond.

Jace se volteó a mirarla con un claro terror en sus ojos.

– ¿Y si ella cree que lo hicimos de manera intencional? ¿Y si me odia por eso? – la voz del niño de 11 onomásticos se rompió un poco – Te juro que no queríamos hacerlo, él atacó a Baela y luego me atacó a mi y a Luke. Nos dijo cosas horribles.

– Te creo, Jace – le dijo ella pasando su mano por su cabello en un intento por calmarlo – Estoy segura que ella también lo sabe, además leerá tu nota y todo irá bien. ¿Qué le escribiste por cierto?

Las mejillas del niño se volvieron de un tono rojizo y Rhaenyra tuvo que evitar sonreir ante eso. Le parecía dulce que Jacaerys se pusiera así de nervioso al estar ya compromedito, y la verdad ella pensaba que sería una buena unión. Pero sabía que no podía dejar que Jace fuera ese niño dulce e ingenuo siempre, tenía que darle un golpe de realidad si quería que creciera como un hombre listo para ser Rey. Y ella sabía que el hecho de que su matrimonio con Helaena funcionara era muy importante. Observó a lo lejos a su tío Daemon, quien también la estaba mirando, algo debía hacer.

– Quizás puedas escribirle cartas – dijo en una sugerencia – Puedes contarle cosas de ti y preguntarle cosas a ella.

Jace se volteo a mirarla, sin saber qué decir. Cartas. Quizás podría funcionar. Porque él sabía que era algo torpe, quizás si solo tenía que escribir eso podría funcionar mejor.






Onomástico 13 de Helaena

Princesa Helaena,
ha pasado un tiempo desde que nos vimos por última vez y sé que prometí escribirle, pero no sabía realmente qué decir en mis cartas. Mi madre me ha comentado que esta semana se harán celebraciones en su honor. Me hubiera gustado estar ahí, pero es difícil que podamos viajar a Desembarco del Rey.

Le enviaré un regalo, espero que le guste.

Con cariño,
Jacaerys Velaryon.



Meses después

Princesa Helaena,
me disculpo con usted por no escribirle antes. Las cosas no han ido bien por acá y me tomé un tiempo para pensar en todo. Creo que supo que mi padre fue asesinado. Ha sido duro para mi, pero en especial ha sido difícil para Luke por ser más pequeño. Hay cosas que aún no logra entender como los más grandes. Pero no lo sé, a veces pienso que quizás debería sentirme peor, que debería estar llorando aún, pero si le soy sincero no era tan cercano Ser Laenor, no tanto como me hubiera gustado en realidad.

Lord Corlys ha enloquecido un poco y se marchó nuevamente a la guerra. La princesa Rhaenys solo llora por los pasillos, si soy sincero me da lastima, me gustaría hacer más por ella, pero no sé cómo. ¿Haz experimentado ese sentimiento de que no te puedes romper? Es exactamente como me siento, y está de la mierda (tachó la grosería).

Mi madre se ha casado con el tío Daemon. La verdad no sé cómo sentirme al respecto, son muchos cambios. El hombre me agrada, pero es distinto a mi padre, y si soy sincero me intimida un poco. Rhaena y Baela ahora viven con nosotros, me gusta poder pasar más tiempo con ellas, nunca tuve hermanas así que es agradable, aunque si soy sincero Baela parece más un muchacho que una dama.

Me hubiera gustado que usted estuviera en el funeral de mi padre, pero entiendo que por la salud del Rey no pudieran viajar. ¿Usted ha estado bien? Me gustaría saber qué hace para entretener sus días, aunque imagino que sigue estudiando los insectos como antes. Quizás algún día podría enseñarme lo que sabe.

Espero su respuesta con ansias.

Con cariño,
Jacaerys Velaryon.



Onomástico 14 de Helaena

Princesa,
No ha respondido ninguna de mis cartas ¿va todo bien? Me gustaría saber de usted, pensaba incluso que si nos lo permiten podría usted venir a Dragonstone unos días y podríamos volar en nuestros dragones. Ya tuve mi primer vuelo con Vermax y ha sido genial. ¿Usted ya ha volado con Dreamfyre, verdad?

Me haría muy feliz poder compartir un vuelo con usted. Estoy seguro que si acepta mi madre hará los arreglos con el Rey y la Reina y se le permitirá pasar unos días acá. No sé si usted ha estado en Dragonstone antes, pero es un lugar hermoso y me gustaría poder mostrárselo.

Espero que sus días sean alegres.

Con cariño,
Jacaerys Velaryon.



Onomástico 15 de Helaena

Helaena,
¿Puedo llamarla así, verdad? Creo que ante su nula respuesta puedo asumir que no le gusta volar. Me parece válido que no le guste. No a todos nos gusta lo mismo. Aunque a mi si me encanta volar.

Pensaba que quizás esté interesada en un libro que he encontrado en la biblioteca de Dragonstone, habla de distintos tipos de venenos de las arañas.

Si soy sincero a mi me asustan un poco, pero recuerdo que a usted le agradaban bastante. Le he pedido permiso al Maestre Gerardys para enviárselo, y aunque me ha dicho que no arranqué las hojas que me parecieron más interesantes para que las pueda leer. ¿Puede mantener este secreto? Espero que si, porque si me descubren me enfrentaré a severas consecuencias. Tómelo como un regalo por su onomástico.

Cuando las lea me gustaría saber qué opina, si le ha parecido interesante o ha aprendido algo nuevo con ellas. Aunque quizás ya sepa todo lo que dicen porque creo recordar que era bastante inteligente.Solo le pediré un favor, cuando nos casemos mantengamos las arañas alejadas de mi. A cambio de eso usted puede pedirme algo, lo que quiera y se lo concederé.

Realmente espero que le guste mi presente y que me pueda escribir pronto. Estaré esperando con ansias su respuesta.

Con cariño,
Jace.


Meses después

¿Supo que ya tengo dos hermanos más?
Lo siento, he olvidado saludarla. Espero que esté llevando todo bien. Aegon y Viserys me tienen cansado, realmente creo que agotan todas mis energías. Los niños pequeños y yo al parecer no funcionamos, ¿a usted le parecen agradables los niños?

No me dijo que le parecían las páginas del libro que le envié así que asumo que fue información básica que usted ya sabía. Me disculpo por eso, no soy muy conocedor de esa área.Quizás si tuviera una pista de algo más que le guste podría enviarle otro presente que sea más de su agrado.

Me disculpo por no escribirle en todo tantos meses, he estado un poco ocupado entrenando, Daemon no da descansos en ese tema, pero supongo que me prepara para ser un buen Rey algún día. Créame que esa es una de las cosas que más me asustan, quiero realmente ser digno de esta herencia.

Créame que aún no pierdo las esperanzas a que conteste al menos una de mis cartas.

Con cariño,
Jace.

Meses después

No sé si tenga sentido seguir escribiéndole. No comprendo por qué ha sido tan descortés al no responder ninguna de mis cartas.


Onomástico 16 de Helaena

Solo le escribía para desearle un feliz onomástico. Espero que todo vaya bien.

Atentamente,
Príncipe Jacaerys Velaryon.


Onomástico 17 de Helaena

Princesa,
Sinceramente ya no sé por qué sigo escribiendo esto. Dejé de esperar una respuesta hace años y creo que ahora las escribo más para mi que para usted. Es estúpido, lo sé, pero es la verdad.

Me hubiera gustado poder conocerla, aunque fuera por cartas, antes de su llegada a Dragonstone, pero creo que esa no fue una cortesía que usted me quisiera regalar.

Pronto llegará a Dragonstone y creo que al igual que yo debe estar nerviosa. Solo quiero que tenga la certeza de que soy un caballero, un hombre respetuoso, y espero que me de la oportunidad que me negó todos estos años, conocernos.

Ni siquiera sé si lee mis cartas, pero por si las lee, nos vemos pronto.

Atentamente,
Príncipe Jacaerys Velaryon.







Habían pasado al menos cinco años desde la última vez que Jacaerys Velaeryon había visto a Helaena Targrayen, y a pesar de sus intentos por comunicarse con ella, nunca pudo hacerlo. Jace había perdido el sueño innumerables noches pensando por qué ella no contestó ninguna de sus cartas. ¿Las leería? Quizás él escribía mal, quizás le parecían infantiles, aunque dudaba de eso porque ella a penas le llevaba un año de diferencia. ¿Existía la posibilidad de que ella nunca recibiera esas cartas? O quizás simplemente no tenía nada que decirle. Todas esas dudas habían estado rondando en su mente todos esos años y finalmente ese era el día en el que quizás podría obtener respuestas.

Su abuelo había pactado que en el onomástico 16 de la princesa ambos se casarían, pero la Reina Alicent había logrado convencer al Rey de aplazarlo un año, así que a penas cumplió sus 17 años Helaena fue enviada en un barco a Dragonstone. Había sido una jugada inteligente por Rhaenyra al solicitar que ella fuera enviada ahí en lugar de que ellos fueran a Desembarco del Rey. Si podía tener a esa niña bajo su cuidado sin la interferencia de Alicent sería mucho más productivo y podrían ganarla pronto para su causa. Había contratado distintos espías en esos años y algunos guardias de la ciudad leales a Daemon les daban información. Cómo era la princesa, qué le gustaba, qué le disgustaba, cómo se comportaba.

Y en base a eso, Rhaenyra había instruido hace unas semanas a su hijo mayor. Debía ser respetuoso, caballeroso, atento y amable. No importaba que no hubiera amor, ella misma sabía que los placeres de la vida y el sentimentalismo se podía buscar en otro lugar lejos del matrimonio. Pero si necesitaba que Helaena se sintiera cómoda en esa familia, que sintiera que pertenecía con ellos. Y para eso Jacaerys tenía un papel clave. Pero ¿cómo esperaban que él lo hiciera si ella ni siquiera respondía sus cartas?

– ¿Sigues escribiendole? – la voz de Lucerys resonó en la habitación haciendo que Jace se sobresaltara y la tinta negra cayera sobre la transcripción en Alto Valyrio que le había solicitado el Maestre Gerardys – Porque si le envías algo ahora no lo leerá, su barco está pronto a arribar.

– Mierda, Luke – dijo cabreado mientras intentaba limpiar sus manos, las cuales ya tenían una gran marca de tinta negra.

Lucerys soltó una risa mientras miraba a su hermano intentando limpiar aquel desastre, sumamente cabreado con él.

– Arruinaste mi transcripción – dijo enojado.

– Pensé que eran tus cartas de amor – dijo burlón.

Todos en su familia sabían que él le había escrito a Helaena los primeros años, y también todos sabían que ella no le contestó. Pero cuando Luke y Baela se rieron de eso, Jace dijo que le había dejado escribir. Les hizo creer a todos que en realidad no había pasado de dos cartas, cuando la verdad es que le había escrito hasta poco antes de su llegada. Era ridículo, incluso vergonzoso. Pero había encontrado algo bueno en escribir. La verdad es que sus últimas cartas ya no eran para Helaena, eran más para él. Sentía que podía expresar algunas cosas de su vida personal que no podía hablar con nadie más. Y aunque le costaba admitirlo, muy en el fondo tenía la esperanza de obtener una respuesta en algún momento.

– Ya no le escribo y lo sabes – dijo Jace mientras se acercaba a Lucerys y lo hacía caminar fuera de la habitación.

– Madre dice que el barco de tu prometida ya ha llegado, eres requerido para recibirla.

Jace tragó saliva incómodo. Ni siquiera tenía tantos recuerdos de su tía Helaena, nunca compartió tanto con ella. Recordaba más que nada que era un chiquilla callada, que por lo general tenía su cabello suelto tapando su rostro, y solía estar en el suelo buscando insectos, lo cual parecía no poner feliz al Rey.

– ¿Crees que sea linda? – dijo Luke en un tono burlón.

Él lo miró cabreado.

– Sabes, espero que te comprometan pronto, disfrutaré mucho verte intentar ganar el favor de una dama – dijo Jace reprimiendo una sonrisa.

El rostro de Luke palideció. No había pensado que cuando Jace estuviera casado, el siguiente sería él y si era sincero no quería, porque casarse significaba dejar de ser un niño y tener que tomar su papel como futuro Señor de las Mareas.

– Yo... iré a buscar a Rhaena – dijo un poco nervioso.

Jace sonrió burlón mientras veía a su hermana alejarse con un caminar bastante torpe. Caminó, con los nervios de punta, hasta las puertas principales de la Fortaleza de Dragonstone. Ahí ya se encontraba su madre, actuando un poco histérica en torno al orden, con Daemon despreocupado a su lado, y Baela a quien obviamente había sido imposible ponerle un vestido, así que llevaba un traje de montar negro. Jace sonrió ante eso.

– Si envían a Crispin con ella lo voy a disfrutar – dijo Daemon riendo mientras bajaba las escaleras y se acercaba a su familia.

– Daemon – dijo Rhaenyra en advertencia – No creo que Cole se atreva a separarse de Alicent.

– ¿Crees que él y Alicent...? – dijo Daemon por lo bajo a su esposa con una sonrisa burlona en los labios.

Rhaenyra levantó las cejas, asqueada por la insinuación.

– Si preguntas si creo que la Reina comete adulterio y engaña a mi padre, no Daemon, no lo creo – dijo seriamente – Y cuida lo que dices en frente de los niños.

– Ya no son niños – observó fijamente a su hijastro mayor por un momento, luego puso su mano en su hombro – Te llevaré a un burdel, Jace.

– ¿Qué? – las mejillas de Jace enrojecieron un poco y escuchó como Baela se reía de él por eso. Seguramente lucía patético, porque su hermanastra siempre se estaba burlando de él.

– Tienes que aprender algunas cosas ahora que te casarás, no queremos que tu princesa Hightower hable mal de tus habilidades en la cama ¿o si? – dijo Daemon reprimiendo una sonrisa – No la decepciones, joven príncipe.

Jace no supo que responder, abrió la boca, pero no pudo decir nada. En parte porque Daemon lo intimidaba un poco, y por otro lado porque nunca antes habían hablado con insinuaciones sexuales.

– No lo llevarás a un burdel – dijo Rhaenyra de mala gana – Además, ¿qué harías tú? ¿Entrarías con él?

El rostro de Daemon se desfiguró por un segundo, pero luego su cínica sonrisa se volvió a dibujar y acarició el vientre bastante abultado de Rhaenyra. Ella puso los ojos en blanco y se volteó para inspeccionar a sus dos hijos menores que estaban con las doncellas.

– Oye, lo digo en serio, si quieres aprender puedo llevarte donde te enseñarán – le susurró Daemon a Jace y luego se alejó de él.

– Que inmoral eres Jace, no llegarás puro y casto al matrimonio – Baela soltó una risa burlona y Jace cerró los ojos soltando un suspiro cansado.

– No molestes ahora – le dijo un tanto enojado.

Baela lo observó por un momento y medio sonrió. Se veía lindo estando nervioso.

– No estes nervioso.

– Me sudan las manos, mira – levantó su mano y tomó la de ella.

Sus manos estaban frías y un tanto húmedas por el sudor, pero aún así el tacto, aunque sólo duró unos segundos, hizo que la chica se estremeciera y sonriera. No, no, no, se dijo a sí misma, obligándose a poner un rostro más serio.

– Solo cálmate, estarás bien. Tu princesa es una chica tranquila y callada según he escuchado, no creo que de muchos problemas – le dijo ella intentando reprimir una mueca que se formó instintivamente en sus labios – Seguro que también es muy bonita.

Jace la observó por un momento, intentando calmar su respiración y seguir el consejo de su hermanastra, no estar nervioso. Pero no pudo.

– ¿Y ustedes dos dónde carajos estaban? – la voz de Daemon, ruda y dura, sonó fuerte.

Ambos se voltearon a mirar al hombre que tenía su mano en su espada y miraba fijamente a Lucerys y Rhaena que caminaban tranquilamente hasta ellos. Daemon siempre había sentido debilidad por Rhaena, porque era la definición de lo que debía ser una dama. Delicada, amable, bondadosa, con gusto por la música, el arte y una peculiar admiración por el mar. A veces Daemon dudaba que fuera su hija y de Laena, porque era tan dulce y frágil que en cualquier momento se podría romper. Baela por su parte era más ruda, detestaba llevar vestidos, y optaba por sus trajes de montar, y él estaba seguro que podría derrotar a un ejército completo.

– Estaba buscando un regalo para la princesa Helaena – dijo Rhaena sonriendo a su padre haciendo que su semblante se suavizara – Creo que sería lindo que le dieras esto Jace.

La chica extendió un pañuelo blanco que tenía bordados pequeños emblemas de la casa Targaryen y Velaryon y en un costado decía Jacaerys escrito con hilo azul. El chico lo tomó en sus manos y lo examinó con sumo cuidado. Baela, a su lado, también lo observó fijamente sintiendo como algo se movía en su interior.

– Lo he hecho yo misma – dijo Rhaena sonriendo – Creo que es lindo que le des algo que lleve tu nombre. Ahora se van a pertenecer de cierta manera.

Baela tosió un poco luego de esas palabras ganándose una mirada interrogante por parte de su gemela. Sin embargo, solo bajo la mirada al piso, evitando ser el centro de atención en esa escena.

– Gracias Rhaena – dijo Jace sonriendo.

– Es un bello gesto, linda – dijo Rhaenyra poniéndose a su lado.

El ruido de los caballos se hizo presente, indicando que la escolta de la princesa Helaena ya estaba cerca. Rhaenyra ordenó a su gran familia ordenarse correctamente, ella y Daemon en el centro, a su derecha Jace, Luke y Joffrey y al lado de Daemon Baela y Rhaena, mientras Aegon y Viserys eran sostenidos por sus damas. Jace suspiró pesadamente y a medida que los caballos y el ruido de un carruaje se escuchaba más cerca. Quería salir de ahí, o vomitar, cualquier opción era válida en ese momento.

Entonces, una pequeña comitiva hizo su aparición. Al menos cinco caballeros de la guardia de la ciudad y un capa blanca, portaban los estandartes Targaryen y Hightower. Jace movió sus ojos, en busca de alguna melena platinada pero cuando vio el carruaje, supuso que su prometida venía dentro de este. Luke rió un poco al ver el rostro de miedo de su hermano y Jace lo golpeó sutilmente en el abdomen, haciéndolo reír.

Carajo, estaba tan nervioso que podría salir corriendo de ahí ahora mismo. ¿Cómo sería la chica? ¿Sería amable con él? ¿Y si intentaba sacarle el ojo a él o a Luke en venganza por lo de su hermano? ¿Sería dulce? ¿Le gustaría hablar o más bien estar en silencio? Todas esas preguntas invadieron la mente de Jacaerys en ese momento. Pero de pronto, un rugido se escuchó en el cielo y sobrevolando el lugar apareció un hermoso dragón de escamas azuladas, Dreamfyre pensó Jacaerys mirando al enorme dragón que estaba pasando por ahí en ese momento, y entonces sus ojos se fijaron nuevamente en el carruaje.

Era como un sueño, como un sueño placido, profundo y hermoso. Con su vestido verde claro, su cabello platinado suelto cayendo bien su espalda, sus manos delicadas tomando la mano de su capa blanca para que la ayudara a bajar y con su rostro tímido y asustado. Era lo más hermoso que había visto en su vida. Nunca antes había visto a una mujer tan bella como ella.

– Helaena – dijo Rhaenyra en un intento por parecer cercana a su hermana menor y caminó unos pasos hasta ella.

Quizás Rhaenyra hubiera esperado un saludo más afectuoso, un abrazo o algo que demostrara que eran familia, pero no. La verdad tampoco la juzgaba, ella misma sabía que nunca fue cercana a sus hermanos menores, y si era sincera se culpaba por eso.

– Princesa – dijo Helaena haciendo una leve reverencia ante su hermana mayor.

– Nos complace tenerte aquí, querida – Rhaenyra tomó su mano en un intento de parecer cercana, pero su hermana la alejó temblando un poco.

– Es un lugar muy agradable – dijo Helaena educada.

– ¿Ha sido un buen viaje? Pensé que llegarías volando.

Helaena levantó su cabeza y observó fijamente a su hermana mayor. No le diría que su madre no le permitía volar mucho, eso sería humillante para una Targaryen.

– Prefiero los barcos – mintió.

Daemon, sabiendo a qué se debía que la princesa no volara, rió un poco y fue golpeado levemente por Rhaena quien sonreía a la princesa Targaryen. Baela por su parte se mantuvo inspeccionándola de pies a cabeza, era muy bonita, muy delicada, muy educada, toda una dama.

– Ser Erryk ¿no? – dijo Rhaenyra mirando al capa blanca que acompañaba a la chica.

– Arryk, princesa – le aclaró.

– Oh, claro, discúlpeme. Usted y su hermano son tan similares.

El hombre asintió y lanzó una mirada a la princesa Helaena, como si le estuviera recordando las palabras de su madre. Se educada, linda y haz parecer que eres ingenua. Ella carraspeó con la garganta mirando en dirección al mayor de los hijos de Rhaenyra, quien parecía un niño perdido al no cerrar la boca en ningún momento.

– Creo que recuerdas a Jacaerys ¿no? – dijo Rhaenyra con una sonrisa en los labios – Tu prometido.

Ella se acercó a paso lento hasta él, y Jace sintió como su respiración estaba fallando un poco. Sus manos sudaban y hace un rato había dejado de escuchar lo que todos decían. Solo tenía sus ojos en la princesa.

– Es un gusto verlo, príncipe Jacaerys – ella extendió su mano hacia él, en busca de alguna cortesía por su parte, pero el chico solo se quedó observándola fijamente.

– Jace – susurró Luke dándole un leve golpe con el codo lo cual lo hizo reaccionar y dejar de mirar los hermosos ojos violetas de su prometida.

– El... el gusto es mío – tomó su mano, sintiendo como la propia temblaba, y depositó un suave beso en ella – Princesa.

Ese día, por primera vez en su vida, Jacaerys Velaryon supo como era sentirse enamorado.

Rhaenyra sonrió ante eso y observó a Daemon quien asintió sutilmente con la cabeza, dejándole en claro que pensaba lo mismo. Jace ya había caído, y si lo hacía bien y seguía sus instrucciones de ser amable, bueno y caballeroso, era cuestión de tiempo para que Helaena también cayera. Pero ellos no sabían que la princesa no era tan inocente como pensaban, no sería tan fácil de manipular, y ya contaba con un plan en su cabeza para ser la perdición de Rhaenyra y sus hijos.

~~~~

Holaa

He vuelto por acá, después de bastante tiempo.

Estoy de vacaciones así que espero tener bastante tiempo para escribir y poder avanzar en esta historia, que de a poco ya se va formando.

Gracias por leer 💗

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