Subastada al mejor postor

By SarahiSalinas_

2.8M 152K 32.9K

[Contenido +18 y +21] Desde recién nacidas somos arrancadas de los brazos de nuestras madres o algunas son de... More

Sinopsis
Personajes principales
1. Origen
2. Dulces dieciocho años
3. Llego el día
4. La subasta
5. Los Friedrich, una nueva vida
6. Jayden Friedrich
7. Beso
8. Secretos y una perforación
9. Un rubio de ojos grises
10. Boda a medias
11. Luna de miel o hiel
12. Eso que huelo ¿acaso son celos?
13. Locuras que llevan nuestro nombre
15. Lo que pasa en las Vegas, se queda en las Vegas
16. La correcta
17. Después de todo el pasado regresa
18. Decisiones
19. ¿Soy una Klein?
20. La libertad que merece
21. Nueva integrante
22. Divorcio
23. El tiempo lo sana todo ¿O no?
24. Solo piel
25. ¡Quiero un papá!
26. Reencuentro inesperado
27. Volverte a ver
28. Hablar, solo quiero hablar
29. Antes de lo esperado
30. La verdad
31. Un paso a la vez
32. ¿Aún queda una segunda oportunidad?
33. Escándalo
34. Unas cuantas verdades
35. Bésame hasta que me harte
36. Dilema
37. Aguarda, aún falta algo...
38. La venganza se sirve en un platillo frío
Epílogo

14. Te llevaré a las estrellas y al mismo tiempo al infierno a sentir las llamas

98K 4.4K 1.3K
By SarahiSalinas_

Jayden Friedrich


¡Jodida mierda!

¿Qué hemos hecho?

Cuando me he despertado por la claridad que se colaba por todos lados mi cabeza empezó a doler, me levanté y mire enfocando donde me encontraba por qué claro estaba, en el hotel no estaba. Me levanté y me sujete la cabeza, es como si hubiera bebido mucho recuerdo que si bebí pero solo un par de copas no más. Después recordé que hubo la última que me ofrecieron fue aquella extraña bebida que me dieron, me deje llevar y no supe en qué acabo lo demás.

Mis recuerdos son confusos, pequeños fragmentos pasan por mi mente pero ninguno es tan claro como yo quisiera.

Estaba en un sillón y a mi lado Eliane quien dormía plácidamente, la desperté. Nos cambiamos en diferentes lugares, ella en el sanitario de mujeres y yo en el de los hombres.

Cuando me estaba lavando la cara para despejar un poco el sueño note que en mi pecho llevaba algo rojizo en el lado izquierdo. Casi pego un grito que contuve.

¡Era un puñetero tatuaje!

Por un momento quedé en shock total asimilando lo que decía ahí.

"Elaine" en letra cursiva muy bien escrita.

¿Qué coño hice?

Cómo pude salí de ahí, fui directo donde la encontraría. Llegué donde están ella, ya llevaba puesto el vestido.

—Elaine, dime qué esto es una jodida broma —señalo el lado izquierdo de mi pecho.

Observo como levanta su vestido dejando a la vista el bikini rojo.

—Mira esto —baja un poco su bañador para que vea lo siguiente.

Me cago en la puta madre —lo pensé, pero no sé lo dije—.

Ahí en la parte de su cadera, en la parte derecha puede notar claramente mi nombre "Jayden" en letra cursiva como la mía.

—Nos hemos tatuado nuestros nombres —sigo sin poder procesar esto.

—No recuerdo nada de lo que pasó anoche después de beber —veo como su cara se preocupa, estoy en las mismas que ella—. La regamos.

—No solo la regamos, la cagamos en grande. ¿Cómo se nos pudo ocurrir hacer está locura? —por un momento hasta sentí que se esfumó todo tipo de resaca. Yo tampoco recuerdo nada, todo es confuso.

—Tal vez podamos preguntarle a Kyllian —sugiere—, tampoco es como si hubiéramos hecho más cosas o eso espero.

—Olvídalo, no les preguntaremos seguro están igual que nosotros o peores. Mejor vámonos no quiero seguir aquí y no quiero saber que más estupideces hice —me termino de colocar mi ropa.

Ya listos salimos de ahí, sigue habiendo una que otra persona durmiendo. Subimos al coche, empiezo a manejar en silencio.

Me pongo a pensar. ¿Ahora cómo me quitó el tatuaje?

Estoy molesto conmigo mismo, ya no estoy en mi etapa de juventud donde me valía las locuras que hacía, ahora es distinto aún más llevar el nombre de Elaine en la piel. Esto si que se salió de control.

Llegamos al hotel, le entrego las llaves al valen parking. Nos encerramos en la habitación.

—No saldremos hoy, suficiente con lo que sucedió ayer, además me duele la cabeza —anuncio a Elaine.

—Esta bien tampoco me apetece ir por allí, también me duele la cabeza siento que no la aguanta siento como si me fuera a reventar —toca su cabeza masajeando los lados, como si intentará disminuir el dolor.

La está pasando fatal.

—Llamaré a recepción para que nos consiga algo para el dolor de cabeza y ordenaré la comida —tomo el teléfono para marcar.

—Te lo agradecería, mientras llega me daré un baño —va a su cuarto, tarda un poco mientras ella hace eso hago la llamada para que traigan el desayuno y consigan unas pastillas.

La salir, lleva su ropa la sigo con la mirada, me levanto de mi asiento antes de que se encierre. Detengo la puerta.

No hablo, ni ella lo hace. La acorraló contra la pared. La miro fijamente.

—Me estás volviendo loco

—¿Qué quieres?

—A ti —agarro sus caderas—, tus labios se están volviendo mi adicción favorita.

—¿Y eso es malo? —no protesta, ni se enoja que la tenga así.

—Para ti puede serlo, por qué cuando me vuelvo adicto a algo no lo dejo ir; no hasta que me sacie de ello —mi voz se vuelve lujuriosa—.

—Entonces eso es lo que quieres, saciarte de mi y luego dejarme —noto como su voz se apaga—. Si va ser así será mejor que te alejes de mi.

—Demasiado tarde. No solo quiero zacearme de ti, de alguna forma no quiero que acabe. Al principio dije que solo eres una chiquilla para mí —recuerdo que también dije que no me dejaría llevar—. Todo ha cambiado, quiero mucho y quiero todo de ti.

Creo que la bebida de anoche me hizo daño, si debería ser eso. Yo no puedo estar diciendo esto.

—Hace un rato estabas muy molesto por los tatuajes, no te entiendo —trata de comprender.

—Y sigo estándolo, ya disminuyó un poco pero no quita que desee cada vez más tus labios y todo de ti —cada fibra de mi cuerpo quiere tocar su piel.

—Entonces que...

—Te beso, me correspondes y dejamos que fluya. Olvidemos lo de los tatuajes. No pienses solo déjate llevar como lo haré yo —la atraigo más a mi.

Sus brazos los posa en mis hombros y se para de puntitas para tratar de llegar a mis labios, se avienta a juntar nuestros labios.

Jodidamente me estoy volviendo adicto a sus labios, a su cuerpo más pequeño que el mío y a ella. Elaine está siendo una adicción demasiado grande.

Esto no estaba en mis planes. Dejo de pensar, profundizó el beso, tomo a Elaine de los muslos y la alzó pengándola más a la pared. El vestido se sube por completo. No quiero tocarla más allá de lo permitido, me freno a no tocar sus nalgas. Solo besos, por ahora.

Quiero tocar, acariciar hasta su alma.

La bajo sutilmente, es tan bajita que me encanta que lo sea. A mi lado es una enana, mi altura y musculatura hacen que se vea más chiquita de lo normal.

—Dejo que te duches, yo esperaré el desayuno —salgo dejándola sola.

Después no tarda mucho en llegar el servicio y consigo unas pastillas para dolor de cabeza, me tomo una dejo otra para Elaine. La veo salir con un shorts que hace que se le vean sus redondos glúteos, lleva una camisa muy grande se ve muy linda.

Ante mis ojos ella es bella.

Me freno por mis pensamientos muy pervertidos hacia ella, aún está aprendiendo de besos de lago lento a algo más pasional.

—Aquí está el desayuno, vamos a comer —nos sentamos en la mini sala.

Hay fruta picada, waffles han traído jugo y café. Elaine se sienta alado mío, sube sus piernas y las cruza en forma de indio. Toma con un tenedor la fruta picada, se la lleva a los labios yo solo puedo seguir sus movimientos la veo ingerir la fruta como se relame la comisura de los labios.

Me está tentando a querer probar mi pecado, mi nuevo vicio.

—Detente —veo como deja a mitad del camino un trozo de waffle. Me mira intenta comprender.

—Me puedes explicar... —lo demás lo deja al aire para que yo continúe.

—Deja de hacer eso —hago una seña con mi mano.

Si, se que no me va a comprender. Me estoy poniendo caliente por un simple acto natural que hace.

—¿El qué?

—Hacer con tus labios, relamerlos —voy a quedar como un tonto a lo que diré—, me pones mucho, me están dando tremendas ganas de ser yo aquella fruta o waffles.

Parece comprender lo que digo por qué inmediatamente se pone roja como costumbre.

—Perdón, no sabía —intenta disculparse.

—No lo hagas que soy yo un pervertido que piensa que lo que haces es sexual, se que no lo es —su color sube a más rojo cuando ya estaba disminuyendo lo sonrojado—. Él que debe disculparse soy yo.

—Si, no te preocupes se que es natural entre nosotros los humas sentirnos atraídos de esa forma cuando alguien nos gusta o cuando nos sentimos atraídos físicamente; así como reacciones involuntarias del cuerpo.

¿De dónde carajos a sacado aquello que ha dicho?

—Te mencione que nos daban clase en el orfanato, muchas teníamos dudas y preguntábamos —sigue comiendo como si nada.

—Entonces si sabes que pasa entre dos personas se sienten atraídas físicamente, lo carnal —tanteo a ver si sabe a qué me refiero.

Suelta su plato que ya casi está vacío: —Si lo se, te refieres a las relaciones sexuales entre una pareja, tener sexo, hacer el amor, unir tu cuerpo con otra persona ya sea con una mujer u hombre.

—Entonces te estás haciendo la idea de que si seguimos con los besos en un determinado punto vamos a desear más —no le diré que yo ya lo deseo—, y ocurrirá lo que tenga que ocurrir, bueno si tú lo quieres no te obligare a tener sexo conmigo. Se que será tu primera vez, para muchas mujeres es especial.

—No lo había pensando, ahora que lo mencionas puede que suceda, no se si lo haría contigo. Si me haces sentir segura y el día que esté lista lo haría contigo —casi me atragantó con la comida, si me sorprendió su respuesta—. Cómo lo has dicho sería mi primera vez, me gustaría que fuera bonito, como tocar el cielo, las nubes y estrellas.

—Se que en parte nunca sabes en qué momento estás lista, solo sucede. He visto películas de romance donde la chica se enamora y se entrega al chico cuando sabe que está lista; podría ser hoy, mañana quizá en unos días e incluso meses pero se que cuando diga que lo quiero es por qué será verdad y lo desee —continua hablando, no veo vergüenza hablar sobre el tema, es mejor estar precavidos, que yo no sea un brusco y cometer un error con ella —.

—¿Te gustaría que fuera yo? —mi lado posesivo quiere, desea que sea yo quien la tenga por primera vez y él único.

—Si sucede si. Solo que prométeme que me trataras de la mejor manera —apunta con el tenedor mirándome sería.

—Te lo prometo, nunca te haría daño físicamente, si soy yo te voy a tratar como la persona más valiosa del mundo —es verdad, no miento.

Me gusta el sexo duro pero no por eso lastimaría a una mujer, me gusta dejar marcas en el cuerpo con quién me gusta pasar el rato y que las marcas sean consentidas pero con Elaine trataría de ser suave, después la llevaría al placer de mis manos, besos.

—Gracias por asegurarme a mí y a mí cuerpo —una sonrisa cálida aparece en su rostro.

Continuamos comiendo, cuando acabamos llamo al servicio para que venga a recoger los platos sucios. Nos pasamos viendo televisión, platicando un poco y otra rato comiéndonos a besos.

Tengo preparado una cena para un día antes de que nos vayamos, tengo que tener todo reservado, será una noche genial, la llevaré a ver el espectáculo del agua del circo del sol "O" las fuentes de Bellagio.

En un punto detengo los besos, me pongo duro, una erección se asoma en mis pantalones de tela. No quiero que la vea sabrá que me he puesto erecto y no quiero que se espante por mucho que sepa de la sexualidad ni quiero que piense que estoy desesperado por tener sexo.

—Voy al baño —aviso huyendo de la situación.

Me encierro con pestillo para que no escuché maga. Una ducha o una paja.

La ducha me disminuirá la erección pero no las ganas, la paja será buena pero no quiero que escuche Elaine mientras me corro pensando en ella.

Bajo mis pantalones juntos con mis calzoncillos, dejo al descubierto mi pene que esta duro. Mi mano la dirijo a mi falo, acaricio la punta donde se sacude, se engrosa un poco más.

Acaricio de la punta a la base, reprimo mis jadeos, cierro los ojos imaginándome el cuerpo de Elaine imagino acariciar sus curvas, imagino tocar sus nalgas, sus piernas, sus pechos. Imagino como se sonrojaría a tal acto.

Sigo mis caricias, en un momento aumento mis movimientos con la mano que son hábiles en hacer esto. Me he hecho muchas pajas a lo largo que descubrí mi sexualidad y el querer tocar el cuerpo de una mujer. Trato de que esto sea rápido.

Siento que estoy apunto de llegar al clímax, mis manos siguen en movimiento hasta lograr correrme. Cuando siento mi liberación sigo hasta sacar todo mi semen. Me lavo las manos eliminando todo rastro de mi semen. No pienso salir así, me meto a la ducha para limpiarme mejor.

Me corrí pensando en Eliane, no puedo seguir besándola sin pensar en acariciar y tocar su piel.

¡Me está jodiendo la cabeza!

s bien te las va joder tu —que mente más pervertida tengo—.

Me voy a reprimir de todas las formas posibles, por el momento mi única manera de calmar esas ansias son las pajas. Podré tener autocontrol, sin embargo en un punto se acaba y lo puedo mandar a volar hasta China.

Los últimos días aquí serán mi verdadera tortura más bonita que voy a recibir.

°•✮•°

Elaine

Ya han pasado días, hoy es nuestra penúltima noche aquí, y mañana la última junto a la cena que está esperando por nosotros. Al siguiente día partiremos de nuevo a su casa, ahora creo también que la mía.

Hoy no saldremos a ninguna parte esperaremos mañana, Jayden fue a conseguir algunos snack y palomitas vamos a ver una serie. Me he puesto cómoda, llevo puesto uno de los camiones que están en mi maleta este es negro con un poco de encaje. Estoy en la sala esperando ha que regrese.

Ya no volvimos a ver a Kyllian y a Karim, mi siquiera nos despedimos. Karim me cayó muy bien, que me hizo sentir que tenía un amigo. Le deseo lo mejor con Kyllian que aunque no sepa valorarlo o sepa ver el amor que él le tiene, espero que se de cuenta lo antes posible y no tarde.

No encontraba chocolates, tuve que hacer fila para las palomitas —llega anunciando.

Coloca las bolsas que lleva en las manos en la mesita que hay. Busco entre las bolsas, tomo una chocolatina y una bolsa de palomitas.

Le da play a la serie para iniciar.

Terminamos después de un par de horas, varias bolsas abiertas reposan en la mesita, recogemos lo que ya está vacío y lo echamos a la basura.

—Hay que ir a descansar, es tarde —me dice.

—Yo no tengo aún sueño, soporto ver una película más —ando con mucha energía más de lo normal.

—Fue mala idea que comieras demasiado chocolate —casi me terminó yo sola todas las barras, tuve que darle unas a Jayden.

—No importa ahora, ¿quieres ver otra película más conmigo? —suplico

—Deja lo pienso, ya es tarde, será mejor otro día —inflo mis mejillas—, deberías intentar dormir.

—No quiero, anda hay que ver una más —junto mis dos manos en modo de súplica.

Ignora mis palabras, ya va levantarse del sillón por instinto para que no se vaya me subo a su regazo antes de que logré irse. Mis piernas quedan a cada lado. Me mira con cara de querer asesinarme.

—¿Entonces si? —hago ojitos.

—No hagas eso, moverte —me detengo.

—¿Si? —voy a insistir hasta que diga que si.

Me agarra mis manos, me detiene.

—No sigas, vas a despertar a cierta parte de mi cuerpo —su agarre no están fuerte.

—Oh

—No dirás nada ahora

—Fue suficiente información con lo que diste —mi vestido se ha subido más exponiendo un poco de piel.

Sus manos bajan a mis muslos no los mueve, siento una corriente y una adrenalina al mismo tiempo. Con la yema de sus dedos empieza a trazar círculos suaves y ligeros.

—Puedo parar si quieres —el ambiente cambia.

Puedo sentir una tensión. Me gusta lo que está provocando en mi, algo nuevo algo que descubrir.

—Me gusta —no lo niego.

Sube un poco más sus manos llegando casi donde se puede notar mis bragas. Yo observo cada movimiento hecho por él.

—Tu piel es tan suave, como me lo imaginé aún mucho mejor —la voz sexy y ronca.

Bajo la mirada a sus labios tentadores, me centro en ellos y las ganas que tengo de besarlo y que él haga lo mismo.

—Si te beso voy a necesitar más —susurra muy cerca de mis labios.

—Yo quiero que me beses también necesito mucho más de ti —justo en estos momentos no puedo sentir la vergüenza a decir la verdad.

Sus manos suben a mi cintura me aprieta, me acomoda mejor en su regazo. Sella nuestras bocas, busco con ansias ese frenesí, no me suelta. Mi manos jalan el pelo de Jayden despeinándolo por completo.

Aquel camisón se sube hasta mi cintura dejando a la vista mis bragas negras. El beso se torna deseosos, no es un beso amable es voraz, hambriento. Siento la necesidad de moverme, de sentirlo.

No sé a dónde se ha ido la valentía por qué de la nada aparece la vergüenza de no saber que hacer en esta situación, soy primeriza en todos los sentidos.

Ya no besa mi boca, desciende a mi cuello dejando besos húmedos, mi boca se abre dejando salir un suspiro. Debajo de mi siento algo duro. Trago saliva de lo nerviosa que estoy.

—Tenemos que parar o voy a tener que tomarte aquí, y así no. Te prometí algo, lo voy a cumplir —habla mientras sigue besando la parte sensible de mi cuello—. Estoy tan duro y es por ti, seguro lo sientes.

¿Que si seguro lo siento?, no es fácil de disimular, claro que siento el bulto de sus pantalones estoy encima de él.

—Me gusta como me tocas, me gusta que lo hagas no me siento presionada y necesito tu toque lo ansío —mi pecho sube y baja ante el agotamiento.

—A mí me encanta tocarte, por hoy es mucho, mañana si quieres haremos lo que quieres, solo déjame preparar algo lindo para ti que sea digno de la belleza que tengo como esposa —un mecho de cabello cae enfrente de mi cara, lo acomoda detrás de mi oreja—. Te voy a tratar como una reina, una diosa.

Se que quiere decir, mañana me tendrá, yo quiero estar con él; entregarme a él.

Me acompaña a mi habitación para que vaya a descansar.

—Ven a mi cama, duerme a mi lado —lo digo antes de que me arrepienta.

—Ya no te tocaré es un peligro para los dos —acaricia mi mejilla.

—Prometo no moverme, no acercarme tanto a ti. Además sería la primera vez que vamos a dormir juntos.

—Está bien, dormiré contigo

Entramos a la recámara, me hecho a un lado, me acuesto boca arriba, él hace lo mismo.

—No pensé que terminaríamos así, besándonos, atrayéndonos y deseándonos —me pongo de lado viendo su cuerpo, no lleva camisa su torso está desnudo dándome una imagen de sus brazos bien hechos su abdomen bien trabajado.

Jayden también se voltea quedando frente mío.

—Lo sospeche, tenía miedo acercarme a ti. Elaine tu belleza me llamo la atención desde el momento en que te vi, no pude apartar la mirada pero tenía que hacerlo lo que empezabas a ocasionar en mi no era bueno yo creo que lo sigue siendo, aún así estoy dispuesto a correr el riesgo —sus manos envuelven mi cintura.

Puedo dejarme llevar, dejar que fluya como dijo a ver qué nos repara el destino, si va ser tendrá que ser y sino ni modo.

Me lleva a su cuerpo, mi cara queda en su pecho.

—Duerme chiquilla que me vuelve loco —besa mi frente, poso mis brazos en su cintura.

Nuestros cuerpos encajando tan bien. Duermo en sus brazos y Jayden en los míos.

Me remuevo, unos brazos me aprisionan para no dejarme escapar. Mis ojos se abren lentamente dejando que la luz entre en mi. Me asomo desde la cama, el sol ya está. Seguro ya es tarde.

Jayden no me soltó en toda la noche, una de sus piernas está entrelazada con una mía. Su semblante mientras duerme es tan pacifico.

Tiene una pestañas muy largar y espesas, una cejas pobladas pero no a exceso, sus labios son otra cosa rojizos no tan gruesos. Dirijo una mano a su rostro, tocó con mis yemas con cuidado de no despertarlo, acaricio suavemente su rostro. Me veo tentada a tocar sus labios.

Cuando voy hacerlo una mano me detiene rápidamente.

—No lo hagas —me lo dice con los ojos cerrados aún—. Es temprano para tentarme.

—Imagine que seguías dormido —mis cachetes están rojos por la pena.

—Desperté al mismo tiempo que tú, te moviste —eso debí imaginarlo no es como que me haya movido lentamente—. Quería escuchar que hacías, mirar mientras uno está descansando lo tomarían como acoso.

—Tu lo has dicho, me dijiste que me mirabas todo el momento desde que llegué eso quiere decir que se asume como acoso ¿o no? —rebato.

—Touche

—Y a todo esto, buenos días Jayden

—Buenos días Elaine, ¿lista para la cena de esta noche?

—Ni te lo imaginas, ya quiero que llegue ¿y tú?

—De solo pensar de todas las cosas que te haré, ya te lo imaginarás —una sonrisa juguetona suelta.

Mis mejillas se tiñen de rojo.

—Me gusta verte con las mejillas sonrojadas, me gusta eso de ti nunca lo cambies.

—Voy a ir a asearme —me paro para ir.

—Antes de que te vayas dame un beso

—Te lo daré en la mejilla —me coloco a lado de su cachete.

Estoy a punto de tocar su piel cuando me toma por desprevenido y le plato el beso en la boca. Me doy cuenta que me la ha jugado, sonríe mientras le sigo el beso.

Después de un rato me meto a la regadera, me cambio por algo cómodo, tengo que buscar un bonito vestido en la maleta para esta noche.

Voy hacia la maleta a buscar un poco. No tardó con dar con la ropa que queda adecuado al lugar.

Desayunamos, vemos un poco de tv mientras nos acorrucamos juntos, reímos un tanto.
En un punto me quedé dormida.

El sofá no es de lo más cómodo, la almohada es un firme pecho, una mano me está acariciando mi cabello.

—¿Cuánto he dormido? —mi voz suena pastosa.

—No mucho como una tres horas —su mirada la mantiene en la película que está pasando.

—Has estado aquí por tres horas soportando mi peso —su cuerpo de Jayden está debajo y el mío encima.

—Si, la verdad no me molesta, verte dormir como un ángel —ha detenido sus caricias—. Ya es un poco tarde son las seis deberías ir a arreglarte para la cena.

—Por un instante lo olvide —me reincorporo, estiró un poco mi cuerpo.

Voy al cuarto ahí en la cama se encuentra dos piezas de ropa, una falda larga con una abertura en la pierna y un top de tirantes que se amara en la parte del cuello, ambas piezas son de color negro. Me tomo mi tiempo de vestirme, colocarme un poco de perfume, me pongo unos lindos pendientes y peino un poco mi cabello.

—Siempre sorprendiendo con tu belleza Elaine, si tengo una tremenda diosa enfrente mío —llega a mi lado con un traje negro a la medida—. Tengo una esposa como una digna diosa.

—Y tu tan halagador

—Es que contigo me sale natural

—Agradezco por cada palabra dicha. Ya estoy lista —anuncio.

—Partamos al restaurante una velada nos espera.

No tardamos en llegar ya que el restaurante se encuentra frente al hotel donde residimos.

La entrada se encuentra una mujer en una falda de tuvo y una camisa blanca de maga larga con un gafete en el lado derecho de su pecho.

—Bienvenidos señor y señora Friedrich —nos da una bienvenida—. Ya se encuentra listo todo, síganme por favor.

Jayden me ofrece su brazo para que lo tome, seguimos a mujer. Al entrar el lugar está completamente vacío, en cada mesa hay una vela encendida que alumbra el lugar hay un candelabro que cuelga en el techo con una bombillas que alumbran en color blanco en un toque bajito. Todo es elegante, lujoso e íntimo.

Las ventanas son de piso a techo, donde se cuela la noche. Tiene una maravillosa terraza con una vista increíble de las fuentes de Bellagio.

—¿Por qué somos los únicos en este sitio?

—Me tome la libertad de alquilar todo el lugar, querría una velada tranquila y solo con tu compañía —la mujer nos espera en la mesa que da a terraza.

—En un momento vendrán a atenderlos —se retira.

Es un lugar muy sofisticado con cabinas de cuero de madera oscura, cada detalle es elegante.

—Sin duda es un lugar muy bonita, ni se diga de la vista tan magnífica muero por ver el espectáculo. Sigo sin poder creer que hayas pagado todo esto.

—Lo haría por ti

Un mesero se acerca a nosotros pone una botella de champagne y dos copas, llena cada una.

—La cena será traída en unos minutos, cualquier cosa avisarme estaré en la barra del otro lado.

—Salud por está noche que sea inolvidable —levanta su copa, lo omito para chocar con la suya.

—Salud —lleva la copa a mis labios y bebo poco.

Unos meseros empiezan a colocar los platos de la cena, una carne muy bien hecha con verdura adornada, se ve exquisita.

Cenamos mientras charlamos, una música de fondo suena.

—¿Te gusto la cena?

—Si, la carne tenía muy buen sabor —ya nos han traído el postre.

—Ya está iniciando, ven —me da la mano para levantarme de mi asiento.

Puedo ver cómo el agua se levanta hacia arriba en un impulso formando un círculo, las luces alumbran dando una vista increíble, cuando vuelve a caer el agua queda quieta por un instante y al otro vuelven a impulsarse haciendo una fila derecha de agua cayendo de nuevo. Cada vez que sale el agua es algo diferente, solo puedo apreciar la vista mientras la canción de fondo lo hace aún mejor.
Jayden posa una mano en mi hombro atrayéndome a él.

—Es un espectáculo muy bonito

—Sabía que te gustaría. Te gustaría bailar una canción antes de irnos.

—Me encanta la idea.

Hay un pequeño espacio donde podemos danzar un poco. La canción que suena es lenta. Me abraza, yo hago lo mismo.

—La noche es perfecta —recargo mi cabeza en su pecho—. Terminando aquí iremos a la suite y te demostrare de todas las formas posibles que eres una diosa, está noche te voy a venerar.

Una mano posa en mi cintura dándome un agarre para nada fuerte pero si dando a entender que estoy a su lado.
Unas dos músicas más, al acabar de bailar salimos del lugar para ir directo al hotel.

—Te tengo algo preparado, te prometí que hoy haríamos todo lo que tú quieras si así lo deseas. No haré nada de lo que tú no quieras —estamos fuera de la suite.

Coloca la tarjeta que da acceso al interior. Abre lentamente la puerta. Una sorpresa me llevo al ver el lugar llegó de velas y adornos de rosas.

—¡¿Has hecho todo esto tú?! —tapo mi boca para reprimir un grito.

Lo único que alumbra son las velas que desprenden un olor tan suave.

—Lo he hecho por ti y para ti. Me dijiste que querías algo lindo, me tomé el atrevimiento de organizar algo inolvidable para ti.

—Lo has logrado, nunca olvidaré está noche. La noche en la que te voy a entregar mi cuerpo.

Acaricia mis brazos enviándome mil sensaciones. Toca mis mejillas con el dorso de la mano cierro los ojos para disfrutar de la sensación.

Baja su cabeza a mi altura depositando un suave beso.

—Si no quieres dímelo, no voy a obligarte a nada, quiero estar seguro que tú lo estés —puedo observar sus ojos tan atrayentes.

—Quiero hacerlo, quiero que me toques. Estoy segura —soy yo quien besa sus labios con una desesperación.

Su lengua choca con la mía sintiendo el metal de su perforación. Me lleva a la recámara donde él ha estado durmiendo.

—Como te dije, está noche te haré tocar las estrellas y al mismo tiempo te llevaré al infierno a arder juntos —susurra muy cerca de mi, estoy a espaldas de Jayden.

—Y yo pensé que me llevarías a tu frialdad —contesto volteándome.

—Justo ahorita no tengo ganas de envolverte con mi frialdad, estoy que ardo en llamas. Vamos arder en el infierno, apagaremos los dos nuestro deseo —me aprisiona con sus brazos mientras me inunda su aroma varonil que desprende.

Besa mis labios para nada suaves, un beso desesperado, ansioso, deseoso de más; mucho más.

Muy suavemente me acuesta en su cama, siento lo cómodo de la cama. Su cuerpo sube encima mío sin aplastarme no para de besarme. Sus besos bajan a mi cuello donde se detiene a dar besos húmedos y largos. Siento su lengua recorrer desde mi mandíbula hasta llegar casi al borde de mis pechos.

Me levanta un poco para desamarrar el top. Me mira para buscar mi consentimiento, asiento dándole entender que puede seguir. Baja completamente la prenda dejando expuestos mis pechos. Por un momento me da pena pero su mirada me penetra tanto que lo olvido.

Besa el borde de mis pechos. En medio donde se separan pasa su lengua haciendo sentir el metal, suelto un suspiro.

Vuelve a subir. Una de sus manos tapa uno de mis pezones, su tacto tan delicado aprieta un poco sin hacerme daño, masajea uno mientras puedo sentir su aliento muy cerca del otro. Su boca va directo a mi pezón lo cubre, un suspiro más de mi parte. Su lengua hace círculos en toda la circunferencia sacándome un gemido de mis labios. Lame, chupa y muerde el botón, me derrito en la cama. Deja de lamer uno para dirigirse al otro, hace lo mismo repita la acción.
Yo parezco una gelatina. Su boca hace magia, el piercing es un incentivo más para hacer un mejor trabajo.

¡Bendita sea su perforación!

Sus besos bajan a mi abdomen dejando un rastro de saliva, sus manos jalan la tela de la falda bajando lentamente.

—Voy a retirar esto, ya no lo necesitas —lo ronca que se ha vuelto su voz.

Se toma el tiempo necesario para bajar lentamente mi falda dejándome expuesta con solo mis bragas cubriéndole lo necesario mi instinto hace que cruce una encima de la otra.

—No lo hagas, déjame apreciarte Süße —sus manos recorren con cuidado mis piernas.

Se desase de su saco y la camisa dándome la vista de su pecho desnudo, bajo la tenue luz se aprecia el tatuaje de tinta negra. Allí acostada observo cada movimiento que hace, quita su cinturón, desabrocha la bragueta de su pantalón de vestir se puede apreciar un poco de la tela de sus bóxer.

—¿Estás lista para que quite la última prenda que queda encima de ti? —jala un poco mi braga del elástico.

—Nerviosa si estoy, hazlo —doy mi consentimiento para que prosiga.

Los dedos tocan mi piel, jala la tela se me corta la respiración, no aparto mi mirada. Al momento de deslizar va dejando caricias leves hasta caer la última prenda al suelo.

Se agacha a mi altura para tomar mis labios, este beso es tan lento y caliente.
Desliza sus pantalones dejando solo la prenda que tapa su masculinidad, se puede apreciar que su pene está recto haciendo un bulto.

—¿Te gusta lo que ves?, por qué me tienes así, caliente y duro —jala mis piernas quedando al borde de la cama mis nalgas—. Quiero que abras esas lindas piernas para mí.

Hago caso, dejando a la vista mi vagina.

—Carajo de aquí puedo apreciar lo mojada que estás, tu mojada para mí y yo duro por ti —como un depredar se acerca—. Voy a darte el mejor placer con esto —señala su piercing.

Ahora sí sabrás la magia que hace.

Voy a tocarte Elaine, si no te gusta me dices que pare ¿entendido?

—Si

Una mano la coloca en el hueco de mi cintura y la otra la dirige a mí parte baja. Con las yemas de sus dedos toca mi piel más sensible la sensación es inimaginable. Puedo sentir como recorre mi cavidad, también puedo sentir lo mojada que estoy.

Puedo observar como se inca quedando su cabeza a la altura de mi entrepierna.

—Tengo a una diosa en mi cama, y a las diosas se les reza. No soy católico pero está noche si rezaré —esas palabras son pervertidas.

Su aliento choca con mi sensible carne, su lengua hace contacto con mi vagina. Se me escapa un gemido de mis labios.

El metal toca mi clítoris, empieza a hacer círculos lentos pero certeros. Yo me convierto en una gelatina, mis piernas tiemblan y manos estrujan las sábanas de la cama.

Baja su lengua hasta chupar mi abertura, muerde un poco sin llegar a lastimar, mi espalda se arquea. Introduce un poco su lengua en mi vagina sintiendo su piercing.

—Mi lengua puede sentir lo apretada que estás no puedo parar de imaginar cómo se sentirá mi polla en tu estrechez —se detiene para hablar—. No quiero llevarte al límite así, te vas a correr cuando yo esté dentro de ti por el momento no.

Abandona lo que está haciendo para pararse, no se de dónde saca un sobrecito cuadradito que rompe. Baja sus bóxer quedando ahora sí por completo desnudo. Cada parte de su cuerpo es una obra de arte, detengo mi vista en su erecto pene, coloca en la punta aquel condón.

—Entrare en ti trata de no moverte eres estrecha y puede que llegue a dolerte, no quiero lastimarte. Cuando ya esté dentro tuyo me detendré un instante cuando sientas que está lista me avisas.

—Gracias Jayden —deposita un beso.

Se mete entre mis piernas quedando muy cerca de mi vagina. Agarra con sus manos su falo lo dirige a mí entrada. Introduce un poco dentro de mi.

La invasión es extraña, no entra de todo, vuelve a salir, y vuelve a introducir un poco más, puedo sentirlo. Un dolor atraviesa mi vagina, me exaltó poniéndome rígida.

—Tranquila Süße, si te pones dura no podré continuar y si lo hago así te lastimare —muerde mis labios.

Me relajo un poco. Vuelve hacer la misma acción, mete su pene, saca y introduce más; allí está de nuevo, trato de relajar mi cuerpo. Introduce más, me siento demasiado llena, se siente muy grande.

Y sin más me penetra, suelto un quejido, unas cuantas lágrimas se acumulan en mis ojos. Eso dolió, no mucho pero si.

—No te muevas Elaine, tranquila ahora tu cuerpo se va a adaptar a mi tamaño. Me dices cuando pueda empezar a moverme.

Un ardor, un poco de dolor. Se siente la incomodidad aún pero creo ya estar lista.

—Puedes hacerlo

No necesita más para empezar a moverse a un ritmo lento, no sale su falo de mi. Sigo con el dolor, comienza a disipar poco a poco.

Las penetraciones son más rápidas, está vez sale de mi, ingresa sacándome gemidos, suspiros. Mis uñas acarician sus espaldas dejando un rastro de rasguños.

Sus embestidas son duras, certeras, rápidas. De un momento a otro nuestros cuerpos empiezan a sudar. Besa mi cuello, mis pechos toca mi cuerpo mientras sigue un ritmo, baja la velocidad a algo más lento.

—Me gusta que tú vagina apriete mi polla —unas palabras guarras me las susurra.

Estando yo abajo y él arriba me sonrojo.

—Quiero correrme ya así que voy a empezar a darte muy rápido y algo duro, no demasiado tu cuerpo aún no está listo para mí ritmo.

Toma mis caderas, las embestidas son rápidas, co.o dijo duras pero no tanto. Su vista baja a dónde conecta nuestros cuerpos.

Puedo sentir su pene más grande.

—Voy a correrme, tu también chiquilla. Vamos hacerlo juntos.

Yo también empiezo a sentir una sensación que se acumula en mi parte baja.

En mi interior explota, el orgasmos se hace presente, escucho como jadea Jayden, un gemido sale de sus labios.

Se detiene, un minuto después sale de mi vagina. Retira el condón usado. Acaricia mis pechos, me da un beso que yo correspondo.

—¿Estás bien?

—Lo estoy, te portaste muy bien.

—Me agrada escuchar eso. Quiero repetir de nuevo —traza círculos en mi piel—, pero tienes que descansar, ya habrá más tiempo.

—Te llevaré a la bañera, tomaremos un baño y descansaremos. Mañana regresamos a casa —la sola idea de regresar me causa miedo.

—Ahora si no solo soy tu esposa de título...

—Ahora eres mi esposa así como de título tanto como de cuerpo Süße porque eso es a lo que sabes a Süße —cuando habla en alemán se escucha su voz más ronca.

—¿Qué has dicho ahorita?

—Nada, solo no preguntes que no lo diré.

—Escuche hace ratos lo mismo, me intriga lo que me has dicho —trato de hacer que me diga.

—No lograrás que te diga. Vamos a tomar esa ducha esposa mía.


🫧🫧🫧

Más de 6 mil palabras para este capítulo 🔥🥵 estuvo intenso y hot 🔥 yo creo que la mayoría ya lo esperaba, aquí se los traigo.

Espero hayan disfrutado de esto 😏🔥 hace calor por acá jajaja.

No se olviden de votar y dejar muchos comentarios 😏

Hablando Jayden en alemán es otro tema 🛐

Mañana es mi cumpleaños número 19 !!! 🥺✨ Ya me siento un poco vieja 😬😩 jaja estare esperando sus felicitaciones 🥺🫶

📌Vayan a seguirme por mi instagram como sarahi_salinas04, para chismear y para que me apoyen 🫶

Ya cambié la portada del libro me la hizo Criispet_a ❤️ muchas gracias 🫂

Süße: dulzura/dulce

Continue Reading

You'll Also Like

5.1M 266K 73
«PRIMER LIBRO DE LA SAGA TORMENTA Y OSCURIDAD» Ellos han estado en guerra desde que nacieron. El poder los ha acompañado desde que decidieron gobern...
59.7M 1.4M 17
Sinopsis Kaethennis ha disfrutado de los placeres de la vida, mucho, casi se puede decir que demasiado. Un alma libre, al menos así se definiría el...
104K 17.5K 30
Aisha deberá investigar cómo deshacer el vínculo que la une a un desconocido antes de que se enamore de él. ...
261K 2.8K 7
| DISPONIBLE EN DREAME | Ella: Lider de la mafia mas poderosa del pais "The Italian Darkness", Al igual que sus amigas, es fria, ruda y calculadora...