— ¡Hola mi hermano del alma, mi mejor amigo! —Carlos Sainz palmeó de manera brusca y sonora la espalda de Checo, apenas este se le acercó —. ¿Qué tal has estado? Siento que no te veo desde hace una eternidad.
—Eres un exagerado.
Sainz se rio y posó su mano en uno de los hombros de Sergio.
— ¿Cómo van las cosas en el Reino Unido?
Tras aquella pregunta, Checo sintió que no solo tenía una mirada fija en él, sino dos. Desde el sillón que estaba a un par de centímetros de distancia, Charles Leclerc lo miraba, atento a la respuesta que iba a dar.
—No he ido al Reino Unido desde Silverstone —respondió Sergio, mirándolo con extrañeza.
El mexicano se acercó hacia el sillón en donde estaba Leclerc, dejando atrás a Carlos y saludó al monegasco con un apretón de manos, para luego sentarse a su lado. A los pocos segundos, el español les hizo compañía. Los pilotos estaban prontos a dar la rueda de prensa del Gran Premio de Singapur, por lo tanto, uno a uno iban llegando al sitio, el cual, estaba abarrotado de gente, sobre todo periodistas.
A los pocos segundos una alta figura se posó frente a los tres pilotos, con una sonrisa en el rostro.
—Hola, muchachos —apareció Max y saludó a todos chocando su puño, sentándose junto a Sergio.
Carlos miró fijamente a Checo durante unos segundos, hasta que empezó a reírse solo y carraspeó.
—Perdón, me confundí, ¿Ya conquistase al británico? —dijo en tono burlón, haciendo reír al otro piloto de Ferrari presente.
Ambos estaban pendientes de Sergio, quien frunció el ceño ante lo que Sainz le había dicho. No entendía de qué hablaba, ¿Reino Unido? ¿Británico? ¿Conquistar? Por un momento se sintió muy desubicado. Es verdad que Carlos Sainz puede ser demasiado raro cuando se lo propone e incluso decir cosas sin sentido, pero en esta ocasión Pérez no entendía absolutamente nada.
Es porque está loco, fue lo primero que se le vino a la cabeza para justificar la extraña pregunta de su mejor amigo, porque carecía de lógica.
— ¿A qué británico va a conquistar? —esta vez quien habló fue Max Verstappen, el cual frunció el ceño de manera repentina.
Cuando su compañero de escudería terminó de hablar, todo hizo más sentido para el mexicano. Escuchar aquella pregunta otra vez, le hizo reaccionar.
— ¡Ahhhhh! —el de Red Bull expresó en voz alta y por lo bajo pateó al madrileño, quien tenía una extraña sonrisa en su rostro —. ¿Crees que es gracioso, Carlos?
—No es chiste, te lo pregunto en serio.
Las carcajadas de Charles Leclerc ambientaron la conversación y llamó la atención del par de ojos azules que estaban detrás de Sergio, los cuales no entendían absolutamente nada de lo que hablaban.
Repentinamente la imagen de Lewis apareció en la cabeza de Sergio e inconscientemente sonrió, aunque a veces no entendiera el doble sentido de Carlos y sus bromas extrañas, por un momento le agradeció por ser tan imprudente y hacerle pensar en el británico. Ellos no habían hablado físicamente desde aquella ocasión en la que salieron a comer juntos, pero habían mantenido el contacto por medio de mensajes.
Algo es algo.
Sergio entendía que Lewis debía estar muy ocupado con su escudería y entrenando, así que era consciente de que no debía entrometerse o distraerlo. El británico se toma muy en serio el automovilismo, además de su carrera como piloto de la fórmula 1, por lo que era demasiado importante para él el tener un buen desempeño y Checo lo sabía muy bien, más aún después de escucharlo hablar sobre cómo se sentía con respecto al monoplaza que conducía esta temporada y, además, por el accidente que había tenido hace poco.
—Eh, no sé, supongo que las cosas van bien —contestó el mexicano después de un rato de completo silencio, haciendo reír a Carlos.
—Qué serio, hombre.
—Siempre soy serio —debatió el mexicano.
—Te ves bien, Checo —esta vez intervino el piloto de Mónaco —. Te veo como...no sé, como que más feliz. Hasta luces más joven.
— ¿Me ves cara de viejo o qué? Viejo le deberías decir a tu novio, Leclerc —lo empujó levemente, molestándolo.
—Oigan, no sé de qué carajos están hablando —se escuchó el acento de Verstappen a los pocos segundos.
El neerlandés seguía manteniendo una expresión de duda en su rostro, sus cejas estaban fruncidas al igual que sus labios y sus ojos se encontraban un poco achicados.
—Mexicano conquista a británico —fue la rápida respuesta de Sainz, quien se acercó a Charles y lo abrazó por la espalda.
Checo se rio por el comentario y se giró a mirar a Max, a quien parecía que se le había dibujado un signo de interrogación en la cara.
—Sigo sin entender —habló de nuevo el campeón del mundo.
—Qué lento eres, Max —se quejó Charles —. Lewis y Checo, Carlos se refiere a Lewis y a Checo.
—Oh.
Repentinamente el rostro del piloto de Países Bajos se puso serio, los ojos claros de Max se fijaron en su compañero de equipo durante unos segundos, hasta que decidió hablar.
— ¿Así que sí era en serio eso de que te lo querías ligar? —le preguntó a Pérez, en un tono áspero que no pasó desapercibido para los pilotos de Ferrari, quienes solo se limitaron a mirarse con complicidad.
La falta de palabras de Sergio y la expresión que se plantó en su rostro tras aquella pregunta, fue lo que le dio su merecida respuesta a Max Verstappen. Se formó un extraño silencio incómodo durante un rato, creando una especie de tensión entre los dos pilotos de Red Bull, Checo no podía decirle en voz alta que sí porque no quería que nadie escuchase, estaban muy expuestos en ese sitio y la información podría llegar a la prensa por error, además, aún le cuesta aceptar lo que siente por el piloto de Mercedes, aquel sentimiento que se había generado era un poco nuevo para él, por lo que había empezado a descubrirlo; tenía muchas dudas al respecto, pero cada que veía la brillante sonrisa de Lewis y sus ojos marrones, sentía que se desvanecía por completo.
—Que sí joder, ¿Qué te pasa hoy, Max? ¿Por qué te cuesta entender las cosas? —Carlos cortó el silencio —. ¿Te pegaste en la cabeza o qué?
Todos se rieron menos el rubio, quien permaneció serio durante unos segundos, hasta que mostró una especie de sonrisa que tenía pinta de ser una mueca.
—No, solo que creí que era una manera de molestar a Checo —fingió una risa —. Él hasta se enojaba con nosotros por decírselo.
—Jo, al inicio fue así —explicó el español —. Pero luego sucedió en serio.
—Qué vueltas da la vida, eh —apenas dijo el neerlandés.
De repente el ambiente se había tornado muy incómodo, demasiado siendo honestos. El comportamiento de Verstappen estaba siendo un poco extraño y todos se dieron cuenta, sin embargo, el neerlandés fue mayormente analizado por Carlos Sainz, quien lo llevaba notando raro desde hace varios días. Nuevamente se formó un extraño silencio entre los pilotos, hasta que alguien del staff de Red Bull se acercó a Max, para llevárselo y se fue.
Sergio frunció el ceño ante lo sucedido y se giró hacia los otros hombres que aún permanecían en silencio.
— ¿Saben qué le pasa a Max? —les preguntó —. Se porta extraño.
—Está así desde la mañana, después de que George estuvo de chismoso y le mostró esa foto que te tomaron con Lewis en Italia —habló Charles, quien era el más cercano a él —. Todo el mundo ha estado hablando de eso y lo inesperado que fue, así que bueno, no entiendo qué le pasa realmente.
—Yo creo que le gustas —soltó Carlos sin más, en un tono un poco más bajo —. De hecho, tengo una teoría al respecto.
— ¿Qué teoría?
—Me he dado cuenta de cómo te mira y la forma en la que se comporta cuando está contigo, es como si fuera alguien distinto —explicó el español —. Además, cuando te llevas a Lewis a quién sabe dónde y desapareces, siempre nos pregunta por ti o te busca.
— ¿Y eso qué?
—No seas estúpido, Sergio —Carlos frunció el ceño —. ¿Qué persona, en su sano juicio, buscaría a otra hasta el cansancio si no le gustara? Está siempre pendiente a ti y busca estar a tu lado.
—Tiene razón, Max nunca ha sido de los que busca a alguien, él prefiere que lo busquen —intervino Leclerc, elevando sus hombros —. Lo digo porque lo conozco.
—Max es solo mi amigo y compañero de equipo, nada más.
Hace tiempo él había pensado en aquello, pero creyó que solo eran paranoias suyas. De un momento a otro su compañero de equipo se puso más pegajoso con él, al inicio pensó que solo era porque tienen una relación muy cercana, pero luego supo que no solo era por eso. Notó que había algo más.
—Nadie está diciendo lo contrario, Pérez —escuchó la voz de su mejor amigo —. Solo dije que hay una probabilidad muy alta de que sienta algo por ti...y quizás le disgustó un poco enterarse que pasaste tiempo con Hamilton y escuchar lo que dije antes.
—Eres muy imprudente, Sainz.
—Yo solo digo verdades —Carlos le guiñó un ojo.
Todos se rieron y notaron como alguien más había entrado al lugar, la presencia de Lewis Hamilton era brillante. El británico venía junto a su compañero de equipo sonriendo y saludando a la gente de su alrededor.
La camiseta blanca de su escudería que llevaba puesta le quedaba tan bien y se ceñía perfectamente a su cuerpo tonificado. Su manera de caminar y gestos, le daban cierto aire de elegancia que casi hace que Sergio desfalleciera; no sabía si el hecho de no haberlo visto en varios días le había afectado, pero tenía la sensación de que el británico lucía mucho más atractivo que antes, tanto que sus latidos se aceleraron levemente.
Checo nunca creyó que sentiría ese tipo de cosas solo viendo a Lewis Hamilton caminar y ahora que pasaba se sentía surreal.
Era como si alguien lo hubiese flechado.
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Los que me siguen en tik tok espero que hayan visto el edit que hice para este fic, con la escena del accidente. Me gustó cómo quedó. I'm so proud.
Espero que les guste.
Gracias por leer y esperarme<3