Enemigas Y Algo Más - Camren...

By SmarlyCastro

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Enemigo: Persona o grupo de personas contra el que se lucha en una guerra o conflicto armado. Persona que odi... More

I
II RAZONES
III DESTINO
IV PRIMER ERROR
V ¡ERAS TÚ!
VI JUEGO SUCIO
VII DOBLE JUGADA
VIII LA PROPUESTA
IX ACORRALADA
X DECISIÓN
XI NUEVA INVITADA Y CAMBIO DE PLANES
XI NUEVA INVITADA Y CAMBIO DE PLANES II
XII SEDUCCIÓN
XIII LA PRIMERA CITA.
XIV EL FIN DE LA PACIENCIA
XV CONSUMACIÓN
XVI CAFÉ DULCE Y COMPAÑÍA AMARGA.
XVII JUEGO DE UNO, JUEGO DE DOS.
XVIII CAMBIOS
XIX UNA NUEVA TÁCTICA.
XX DÍAS DE PAZ.
XXI CENA EN CASA.
XXII PROBLEMAS.
XXIII QUIERAS O NO.
XXIV SORPRESA, SORPRESA.
XXV MALOS PASOS.
XXVI NUEVAS EMOCIONES.
XXVII SALTO AL PRECIPICIO.
XXVIII INDIFERENCIA.
XXIX LA INCERTIDUMBRE Y LA NUEVA TEMPORADA.
XXX ¿EL FIN?.
XXXI ¿CELOS?.
XXXII LA SILENCIOSA VERDAD.
XXXIII SI ESTÁ MAL.... NO QUIERO TENER RAZÓN.
XXXIV NUEVO COMIENZO.
XXXV ESCÁPATE CONMIGO.
XXXVI SOLO TÚ Y YO.
XXXVII ACEPTANDO EL HECHO OBVIO.
XXXVIII QUIERO QUE TE QUEDES.
XXXIX RECUERDOS QUE VUELVEN.
XL CONOCIENDO MÁS DE TI.
XLI PARÍS.
XLII VISITA SORPRESA.
XLIII TE RETO A QUE ME DEJES SER LA ÚNICA.
XLIV ALGO MÁS.
XLV DESCUBIERTAS.
XLVI LO MEJOR DE MI.
XLVII TRAICIÓN.
XLVIII SOLA OTRA VEZ.
XLIX REVOLUCIÓN.
L ¿HAY UNA POSIBILIDAD?.
LI KEANA MARIE .
LII EL PASADO REGRESA.
LIII LUIS FELIPE.
LIV SIEMPRE NOS QUEDARÁ PARÍS.
LV ALGUIEN DEBE CEDER.
LVI SI ES REAL, ES INCONDICONAL.
LVII MÁS Y MÁS.
LVIII LO INESPERADO.
LIX A TU LADO.
LX BUENAS NOTICIAS.
LXI LOVE GAME.
LXII CORAZONES ROTOS.
LXIII AHORA O NUNCA.
LXIV UN TRISTE PASADO.
LXV REINA DEL DESASTRE.
LXVI RAPTO.
LXVII TE AMARÉ POR SIEMPRE.
LXVIII ÁNGELES POR SIEMPRE.

EPÍLOGO.

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By SmarlyCastro

EPÍLOGO.



La mujer corrió por el largo pasillo, sabía que estaba entregando los papeles tarde y eso incrementó su nerviosismo. 

Al menos agradece que no le tocaba lidiar con su otra jefa, había escuchado durante toda su vida su reputación y ella no se sentía con el coraje suficiente para tener que soportar alguna de sus exigencias y recriminaciones. 

Calmó su respiración justo cuando observó la puerta de su oficina y tocó suavemente. Nadie notaría que hasta hace unos momentos había entrado en un colapso nervioso. 

Respiro profundo y volvió a tocar la puerta una vez más al no recibir respuesta. Volteo su mirada hacia atrás, y entonces tomó coraje y abrió la puerta por su cuenta. 

Sabía que no estaba permitido al menos que la orden viniera desde adentro, pero de todas maneras se arriesgo, cada segundo contaba ya que alargaba su tardanza con los papeles.

Dio un vistazo completo y entonces noto que la oficina estaba completamente vacía. Aquello sí que era raro. 

La mujer golpeó el suelo con un pie, esos papeles debían ser entregados si o si y ella ya estaba en un problema. 

Detestaba ser la nueva y tener que depender tanto de los demás, pero no quedando más alternativas, decidió que lo mejor era consultarlo con su compañera. 

Había estado tan apresurada por salir y ahorrar más tiempo, que impactó con otro cuerpo al querer marcharse a ciegas nuevamente por el pasillo.

-Lo siento señorita, no era mi intención-se disculpó apenada- es que ni siquiera estaba viendo, estaba apresurada por entregar estos papeles-dijo señalandolos.

-Descuida, sé cómo se siente eso-dijo sonriendo. Ella había pasado muchas veces por aquellas experiencias- ¿debes entregarlos hoy?.

-Así es y acabo de salir de la oficina y la señora no se encuentra- se lamentó con temor- no tengo la menor idea donde debo dejarlos.

-Dámelos a mí, yo voy a encargarme de ellos- dijo tendiendo su mano.

-No lo sé, es que la señora…-dijo recelosa.

-No te preocupes, irán a parar en buenas manos-la tranquilizo- ¿o quieres problemas por no haberlos entregado a tiempo?.

-No-dijo negando- se lo agradezco mucho señorita, acaba de salvarme el trabajo.

-Eres nueva, sabrán entender-dijo sonriendo- ahora vete, seguro tienes otras cosas de las que ocuparte.

-Así es-dijo asintiendo- y de nuevo gracias.

-Tómatelo con calma- dijo viéndola irse. La mujer sonrió recordando a ella misma ¿así era como lucía en esos tiempos? Gracias al cielo las cosas habían cambiado.

Avanzó con total tranquilidad por el pasillo, hasta que se detuvo en una puerta similar donde había tropezado con la nueva secretaria. 

Golpeo sutilmente y escucho la voz del lado de adentro dándole el paso. Apenas entro, observo el rojo cabello de la mujer que le daba la espalda, parecía estar buscando algo sin tener éxito.

-¿Señora Cabello?-preguntó la mujer. La nombrada volteo y la reconoció al instante.

-Ariana, ya te he dicho que simplemente me llames Lauren. Pensé que ya habíamos aclarado eso-respondió siguiendo con lo suyo.

-Lo sé, pero de alguna manera me recuerda a viejos tiempos-dijo sonriendo al recordar la joven con la que había tropezado- por cierto, tengo los contratos que necesitaba Camila. Su nueva secretaria acaba de conseguirlos- dijo colocándolos sobre su escritorio.

-¿Los contratos?-dijo leyendo- ¿y por qué me los das a mi?.

-Camila se ha marchado hace hora y media Lauren, supongo que nuevo olvido avisarle a su secretaria.

-Y por lo visto a mi también, no puedo creerlo-dijo comenzando a enojarse- además ¿Por qué se marcha mucho antes? Es que…-dijo recordando- ¡Santo cielo! ¿Qué hora es?.

-Aún podrías llegar a tiempo-dijo sonriendo- vine para recordártelo si es que lo habías olvidado, al parecer no estaba nada errada.

-Cielos Ariana, no puedo llegar tarde-dijo guardando sus cosas- ¿podrías encargarte…?.

-Ya lo he hecho-completo- también tengo las correcciones al día, puedes irte tranquila. Mañana hablaremos de ello.

-Gracias-dijo suspirando- ¿Qué podría hacer yo sin ti?.

-Obviamente, no estarías tan tranquila como luces ahora- respondió- recuerda que fui tu secretaria por años, se tus mañas- dijo riendo. Ariana observó como Lauren acomodaba ligeramente sus cosas. 

Últimamente las cosas habían cambiado demasiado, al punto que ella y Lauren habían comenzando a tener una amistad que estaba fortaleciéndose con el paso del tiempo.

Lauren había cumplido cuando prometió a sus fieles trabajadores darles nuevamente trabajo cuando estos habían ido a demostrarle su fidelidad. 

En cuanto Camila pudo terminar aquel edificio, dejó a su esposa el poder de decidir todo como hasta el momento sucedía y eso incluía al nuevo personal.

Unificaron ambas revistas de manera tal que trabajaban cómodamente una con la otra, muy por el contrario de todo lo que se imaginaban. 

Ariana ya no cumplía el simple rol de secretaria, Lauren se había encargado de darle su merecido puesto que los años de experiencia a su lado le habían facilitado para saber manejar y desenvolverse en su obligación laboral.

-Por cierto, espero que estés libre el próximo fin de semana. Habrá celebración-explico.

-¿Celebración?-dijo mirándola- ¿Qué hay que celebrar?.

-Esto-dijo levantando su mano y dejando ver un brillante anillo.

-No es posible-dijo Lauren sorprendida- al fin te lo ha pedido.

-¡Al fin lo ha hecho!-exclamó feliz Ariana- ¡Voy a casarme, Lauren!.

-¡Felicidades, Ariana!-dijo abrazándola- si el tonto de Chris seguía tardándose, yo misma iba amenazarlo.

-Lo sé-dijo riendo- pero ya no es necesario. Estoy tan feliz.

-¿Y ya tienen una fecha?.

-Tenemos varias, pero sé que elegiremos algo que nos dé tiempo. Ya sabes, ambos estamos algo nerviosos.

-Pues no deberían, ya verán que es una tontería- la tranquilizo.

-Cierto, estaba olvidando que hablaba con una mujer de familia- comentó Ariana. En eso el celular de Lauren sonó dejando a ver esta sonriente- lo siento ya no voy a quitarte más el tiempo, disfruta de tu día. Luego voy a avisar lo de mi anuncio.

-Este bien, Ariana. Mañana arreglaremos y quiero más detalles-dijo sonriendo.

-No lo dudes-respondió yendo hacia la puerta- saludo a los pequeños, por cierto- dijo antes de marcharse.

Lauren terminó de ordenar sus cosas y de pronto fijó su vista sobre el escritorio, más específicamente sobre la foto enmarcada que tenía. Aquello adornaba como una luz cálida cada día de su vida. 

Tanto ella como Camila se mostraban sonrientes, cada una con uno pequeño bebés que también lucían felices. 

Era imposible no adorar aquella imagen y siempre recordar el maravilloso regalo que había venido a su vida sin esperarlo, pero sin duda, en el fondo siempre lo había deseado.



FLASHBACK



-¿Ni siquiera una pequeña pista?-preguntó desesperada- Camila tienes minutos de estar misteriosa, sabes que no soporto esto- bufo.

-Lo siento, cariño. Pero si te adelanto algo, definitivamente arruinaré la sorpresa y eso no es lo que queremos ¿cierto?- busco su mano y le dio un ligero beso y siguió conduciendo.

-Ni siquiera recuerdo porqué acepté esto, siempre terminas haciendo lo mismo-dijo cruzándose de brazos.

-Me amas-respondió riendo- simplemente lo haces por eso.

-¿Y por qué te ríes?-protesto- ¿estás burlándote de mí?-dijo fingiendo enojo.

-Nunca-respondió deteniendo el auto- ya hemos llegado.

-Finalmente-suspiro- ¿ya puedo quitarme esto de mis ojos?.

-Ni lo intentes- dijo deteniéndola- sólo será cuando yo te lo diga-dijo antes de salir.

-Es que esto nunca va a acabar-protestó nuevamente. Camila abrió la puerta de su lado y ayudó a su esposa a salir, con los ojos aún completamente cubiertos.

-Eso eso, ahora quiero que estés frente al lugar-dijo girándola- eso es.

-¿Ahora si ya se me permite ver?-preguntó impaciente. Camila la beso en los labios siendo correspondida.

-Ahora sí- respondió para su sorpresa. Lauren no dudó un segundo más y quitó la venda que le obstruía la visión. Primero pestañeo varias veces acostumbrándose a la luz y luego fijó su vista en el edificio que estaba frente a ella y su corazón bombeó con fuerza- feliz segundo aniversario, amor- dijo Camila sonriendo.

Lauren observó el lugar y después fijó su vista en Camila, quien esperaba su reacción. Luego volvió a ver el sitio y nuevamente a su esposa, entonces comprendió. 

Las lágrimas comenzaron a salir de forma lenta, obligando a Camila a también aguantar las suyas propias.

-¿Camila… esto… esto es… lo que creo que es?-dijo con la voz temblorosa.

-Lo que sea que crea mi querida esposa, será-dijo tendiendo su mano.

-Te amo, te amo- dijo saltando a sus brazos- gracias Camila, gracias-susurro.

-No tienes que darlas-dijo acariciando su espalda- espero que no desperdicies tu regalo de aniversario. Vamos, están esperándonos- aviso.

Lauren tomó su mano y caminó detrás de Camila con las emociones a flor de piel. 

La morena lucía completamente satisfecha, sabía que iba a lograr aquella reacción, pero ninguna imaginación o suposición se comparaba con vivir las cosas en carne propia. 

Estaban aproximándose a la puerta cuando esta se abrió y salió un rostro que ambas conocían muy bien.

-Camila, Lauren, estamos esperándolas - informó Allyson. Lauren tomó consciencia en ese momento que Camila seguramente tenía tiempo de haber preparado todo aquello. No podía sentirse más enamorada de su esposa por hacer aquello.

Apenas habían puesto un pie adentro cuando sintió una rara sensación en su pecho. 

Observo todo como si fuera la primera vez que lo hacía, las cosas en su sitio, cada pequeño rincón, cada minúsculo detalle que antes había ignorado, ahora captaba su entera atención. 

Había estado tantas veces en aquel sitio, pero ahora, desde lo profundo de su corazón que martilleaba con alegría, sabía que el motivo por el que se encontraba ahí ahora era diferente.

Allyson las condujo al sitio que no era nada nuevo para ella, en cuanto la puerta se abrió, ella fue la primera en entrar. 

Los niños la reconocieron al instante y no dudaron en abrazarla como siempre lo hacían al verla. Camila sonrió viendo la escena y supo que había hecho lo correcto para aumentar aún más la felicidad de Lauren.

La pelirroja se había tomado su tiempo para conversar y pasar el rato con cada niño que le contaba alguna interesante historia. 

Ella los observaba de manera especial, al menos ahora, sabía que cuando se marchara, no iba a hacerlo con las manos vacías y eso hacía mucho más especial el momento.

Allyson tampoco había querido interrumpir el momento, así que esperó hasta que lo vio apropiado y las llevó a ambas hacia otro lugar. 

Habían entrado a una habitación donde había mucha más tranquilidad, Lauren había sostenido a cada bebé que ponía su vista en ella. 

Pero había uno en especial, con brillantes ojos marrones brillante que captó su atención, lo tuvo en sus brazos y en cuanto este le regaló una sonrisa, sintió su corazón derretirse.

-Camila miralo, es tan pequeño- dijo sin apartar la vista de él. La morena se acercó y se apoyó en su hombro, observando al risueño bebé que también sonrió al verla.

-Tendrá el cabello moreno- dijo acariciando su pequeña cabeza.

-Tú también lo eres-dijo Lauren sonriendo- Camila, el…

-Entiendo-dijo Camila asintiendo. Observo a Allyson, quien también había comprendido.

-Antes, deben saber algo-dijo la mujer acercándose, teniendo la atención de ambas- el pequeño no vino solo.

-¿A qué te refieres?-preguntó Lauren confundida.

-Pues verán-dijo acercándose a otra cuna- mellizos- fue todo lo que dijo. Camila se acercó y se encontró con otro risueño bebé muy parecido al que tenía Lauren aun en brazos- es una bebé muy tranquila.

-Lauren…- la llamó girándose. Encontrándose con unos suplicantes ojos que la miraban fijamente.

-Camila, por favor-pidió. La morena sin poder negarle nada al respecto, observó a Allyson.

-Si serán ambos, deben entender que el papeleo será distinto al igual que los requisitos- se adelantó la mujer. Camila ni siquiera tuvo que preguntarle a Lauren que era lo que iba a hacer.


FIN FLASHBACK


Lauren bajó de su auto y saludó a su querido chofer y amigo. Estaba sonriendo en cuanto observo al cielo, de qué manera habían cambiado las cosas desde aquel entonces. 

Observó su mansión, donde tanto ella como Camila habían optado qué era lo mejor para ambas, el espacio no tenía comparación ahí. 

Camila no había protestado y ahora sabían que fue la mejor decisión, los niños tenían un jardín donde jugar.

En cuanto entró, el lugar por dentro era un caos. Observó que todas las empleadas correteaban de un lugar a otro y ni siquiera habían reparado en su presencia.

-Lauren, gracias al cielo que estás aquí- apareció Sinuhé luciendo aliviada- pensábamos que algo había sucedido.

-Lo siento mucho, es que me olvidé un tanto de la hora- contestó- ¿Qué es lo que sucede?.

-Al parecer Camila se ha olvidado de encargar algunas cosas, pero por suerte hemos conseguido otras cosas.

-¿Y dónde está?-preguntó buscándola- pensé que había salido temprano por eso, además esta mañana me aseguro tener todo en orden.

-Por favor, Lauren, ya sabemos como es Camila- contestó Sinuhé- acaba de irse con Alejandro, supongo que van a demorarse.

-Es una mentirosa-susurro- ¿y mis hijos?.

-Shawn está jugando con ellos, Verónica está en la cocina encargándose de algunas cosas-dijo- en cuanto te desocupes puedes venir, no nos vendría mal una mano-dijo antes de marcharse. 

Lauren asintió y se marchó hacia el cuarto donde sabía que encontraría a sus hijos. De todas maneras, Sinuhé ponía demasiada fe en ella, las cosas que tuvieran que elaborarse, siempre y cuando no tuvieran que ver con la moda y crear una revista, jamás fueron lo suyo.

A medida que fue avanzando escuchaba las risas desde el pasillo y abrió lentamente la puerta. 

Shawn estaba armando un espectáculo de marionetas para los niños que lo observaban completamente entretenidos.

-Hola- dijo desde la puerta. Todas las cabezas se dirigieron su dirección sonriendo. Los mellizos se levantaron sincronizadamente y corrieron hacia ella.

-¡Mami!-gritaron felices antes de abrazarla.

-Mis bebés-dijo agachándose a su altura para besarlos y abrazarlos.

-¿Qué esperas? Saluda a la tía Lauren- dijo Shawn a su hijo. El niño obediente se levantó y fue hacia el encuentro.

-Hola tía Lauren- la saludo.

-Hola para ti también, pequeño-dijo abrazándolo- ¿están portándose con el tío Shawn?- preguntó. Los mellizos asintieron sonrientes.

-Son unos niños muy tranquilos a decir verdad-dijo Shawn levantándose- muy obedientes.

-¿Qué esperas? Son mis hijos, Shawn- respondió Lauren orgullosa.

-Camila te contagio eso-susurro- y hablando de Roma ¿ya ha llegado tu esposa? Supongo que ya debes saber que todo se ha retrasado por su culpa.

-Ya me lo han informado, no me lo recuerdes-dijo- ¿Y dónde está Sophie?.

-Supongo que estará ayudando en la cocina, ya sabes, ella dice ser una niña grande para estar jugando con esto-dijo señalando un muñeco.

-Está creciendo Shawn, es normal- respondió.

- Lo sé, ¿puedes creer que mi hija ya tiene nueve años?-preguntó nostálgico. Lauren sonrió por lo que dijo, Shawn le había dado su apellido a Sophie y la veía como tal.

-Supongo que todos pasaremos por eso-dijo observando a sus hijos jugar- iré a cambiarme, te encargo a los niños-dijo retirándose.

-No te preocupes, están en buenas manos- respondió antes de volver a sentarse.






* * * * *





-Supongo que eso es todo ¿verdad?-preguntó Alejandro cansado luego de colocar las cajas en el baúl.

-Por supuesto, creo que ya no falta nada-contestó Camila.

-Espero que esta vez sí sepas que esta será la última vez que te salvó de un aprieto, no puedo creer que siempre haces lo mismo Camila- se quejó.

-Ya papá, puede sucederle a cualquiera- se defendió.

-Camila, hemos arreglado esto con mucho tiempo de anticipación.

-Simplemente lo olvide ¿está bien? Tengo esposa, una familia y trabajo, a cualquiera se le puede olvidar con tantas cosas en la cabeza.

-Ya, olvidemos esto-dijo- tienes el postre ¿cierto?-preguntó casualmente. Camila se quedó en silencio detrás de él- Camila…

-¡Demonios! ¡Debiste recordármelo antes, papá!.

-¿Yo? ¿Quién se supone que se había comprometido a comprar todo?.

-No importa, tú adelántate. Entrega lo que conseguimos y dáselos a las empleadas, ellas sabrán qué hacer.

-Está bien, no te tardes demasiado. Aunque de todas maneras no vas a salvarte de lo que te espera-dijo riendo.

-Gracias por tu apoyo, papá - susurro viéndolo marcharse.

Alejandro se apresuró a llegar a la mansión sin más demoras. Necesitó de la ayuda de algunos empleados para bajar todas las cajas de las cosas que habían comprado con Camila y vaya sorpresa se llevó cuando se encontró con todas las mujeres reunidas en la cocina.

-No te preocupes Alejandro, ya nos encargamos nosotras- dijo Sinuhé. 

El hombre, sin más alternativas se marchó de ahí sin protestas alguna. Como nadie requería de su atención, fue junto a Shawn para disfrutar de un momento con sus nietos. 

Los niños habían querido salir, así que todos vieron cuando Camila llegó apresurada a la mansión, obviamente demasiado tarde.

-¡Mami!- dijo la pequeña niña corriendo a su encuentro. Camila la carga y saluda a su hija.

-Mi pequeña Olivia ¿Cómo te encuentras?.

-Bien-respondió sonriendo.

-Eso quería oír, porque vas a hacerme un pequeño favor-dijo- en cuanto veas a tu mami Lauren, esto vas a decirle-dijo dándole explicaciones a la niña.

Tanto Alejandro como Shawn se divirtieron al ver esto. Olivia se bajó de los brazos de su madre y se marchó corriendo tan rápido como sus pequeños pies se lo permitían. Camila se encargó de bajar las cosas restantes siendo ayudada por Shawn.

-Vas a lamentar esto cuando te duela el estomago por el resto del día-dijo Alejandro apareciendo de la nada con su nieto en brazos.

-Mamá-dijo el pequeño teniéndole sus bracitos, Camila lo cargo.

-¿A qué te refieres?.

-Tanto tu madre, como Lauren y Verónica están en la cocina-explicó Alejandro- aunque de Verónica no puedo quejarme, pero ¿y el resto? Recuerda cómo terminamos la última vez que probamos aquello con lo que tanto tardaron en hacer.

-Cómo olvidarlo-se lamentó Camila.

-Exacto-dijo su padre- espero estés contenta Camila, se que tu tampoco eres una chef de renombre, pero al menos no intentas algo que sabes que fracasaras.

-Gracias por tu fe, padre- dijo con sarcasmo.

- ¿Y sabes que es lo mejor?-dijo divertido- creo escuchar que Lauren ha preparado un plato especialmente para ti-dijo riendo. Camila abrió grande sus ojos aumentando la burla de Alejandro- espero que esto te sirva de recordatorio para la próxima vez- y se marchó.

-Cielos Cameron, esto es más serio de lo que creí-dijo mirando al pequeño. Este simplemente levantó sus hombros sin entender, logrando que Camila riera- somos Cabello, nuestro estómago es fuerte- repetía Camila una y otra vez con el niño en brazos

Cuando Verónica anunció que ya estaba todo listo, ninguno se tardó más de lo debido y fueron a sentarse en su lugar correspondiente. 

Olivia había querido que Camila la cargara, así que la morena lo hizo sin ningún problema. 

Solo que no contaba que Cameron haría una escena de celos, así que para no crear más disturbios, Lauren lo cargo logrando que el niño se quedara tranquilo.

-Esto lo hizo especialmente Lauren para ti, Camila- dijo Sinuhé sirviendo. Camila fingió su sonrisa y observó a Alejandro, quien disfrutaba su sufrimiento- y esto es para ti, querido- siguió la mujer. Ahora era el turno de Camila de reírse.

-Espero tengas buen provecho, Camila- dijo el hombre.

-Tú también, padre- pronunció en el mismo tono.

De alguna manera milagrosa Lauren no se había enfadado con Camila respecto al olvido de las cosas. 

Sabía que su esposa tenía cosas de las cuales ocuparse y comprendió que aquello simplemente podría sucederle a cualquiera. Observó a su familia y supo que no había nada más que le hiciera falta. 

Tenía nuevamente a sus padres con ellas, quienes ahora tenían una respetuosa relación en la cual se hablaban como si jamás hubiera sucedido nada, Lauren sabía que solo era decisión de ellos lo que iban a hacer, así que respetaba eso. 

Tenía unos hijos maravillosos a los cuales amaba con toda el alma, que todos los días lograban sorprenderla con algo nuevo. 

Sabía que cuando fueran grandes serían unas personas sensacionales y con un gran futuro por delante. Y luego estaba Camila, su tan amada esposa. 

Quien había tenido la paciencia más grande para con ella, y que además, simulaba muy bien estar a gusto con su comida.

-Esto lo ha hecho Verónica-dijo alcanzando otro plato. Y aunque Camila no había dicho nada, supo ver el agradecimiento en su mirada.

Lauren observó mientras Camila le daba de comer a Olivia, sabía que la niña ya podía hacerlo sola, pero la culpaba si disfrutaba que su madre la consintiera. Ella estaba haciendo lo mismo con Cameron.

-¿Y cómo van las cosas de la revista, Camila?-preguntó Sinuhé- ¿ya pudieron mover todo?.

-Así es, ahora oficialmente estoy instalada en mi edificio- respondió- ¿pueden creerlo? Tengo mi propio sitio, ya no tengo que pagar por el espacio.

-Eso es bueno, estamos tan orgullosos de ti, cariño-dijo Sinuhé.

-Aun no puedo creer que no hayas querido compartir con el mío, iba a darte mucho espacio hija.

-Se tus intenciones papá, luego terminaría teniendo algo que ver con tu empresa y sabes que eso no es lo mío.

-Lo sé, sé que no quieres saber nada con dirigirlas. Pero el día de mañana, quién sabe- dijo mirando especialmente a sus nietos.

-Eso sí que no-protestó Camila- no le metas cosas en la cabeza a mis hijos, ellos lo decidirán cuando sea su momento, pero sin obligación, serán lo que quieran ser.

-Sería muy tonto negarse a eso-dijo el hombre.

-Camila tiene razón, papá-dijo Shawn- cuando crezcan lo decidirán.

-Como sea-dijo Alejandro- pero sé que al menos uno seguirá los pasos de su abuelo- comentó finalizando la discusión.

-Nunca se cansara de discutir por lo mismo- susurro Sinuhé para Lauren- es como convivir con otro niño más.

-Ya lo creo-contestó Lauren. Levantó su servilleta y limpió el rostro de Camila. Quien le agradeció con una sonrisa.

-Vaya Camila, no sabía que te tenían que limpiar como si fueras un bebé- se burló Shawn.

-Cállate tonto, no me hagas hablar- amenazo. Shawn obedeció y la comida siguió sin más.







* * * * *







-Espero podamos repetir todo nuevamente, Camila- saludo Clara- es bueno pasar estos ratos en familia.

-Estoy segura que si, no duden que serán avisados.

-Hasta pronto Camila- dijo Michael saludándola.

-Recuerda de llevar esos papeles mañana temprano- le recordó Shawn mientras era el turno de Verónica para saludar.

-Claro que si ¿piensas que lo olvido todo?-preguntó mientras saludaba a su sobrino.

-Ni siquiera voy a discutir-contestó.

-Adiós Lauren, todo ha estado magnífico como siempre. Espero pronto nos visiten también- dijo Sinuhé.

-Nada que no se pueda arreglar, pero pronto estaremos ahí- respondió.

-Es bueno escucharlo, les tomaré la palabra-dijo Alejandro saludándola. Cada abuelo saludo a su nieto y pronto todos estaban alejándose.

-Pensé que iban a tardar más en marcharse- dijo Camila con una Olivia casi dormida en brazos.

-¡Camila!-se quejó Lauren siguiéndola.

-¿Qué? ¿Vas a negarme que a veces ni siquiera tú sabes cómo hacer para que se marchen? Debemos madrugar, hay trabajo que hacer mañana.

-Lo sé, pero son nuestros padres y quieren un momento con nosotras y sus nietos-dijo entrando a la habitación de los niños. Cada uno cambió a uno y los acostaron en sus camas- son hermosos, unos pequeños ángeles-dijo observándolos.

-Nuestros hijos- dijo abrazándola.

-Nuestros hijos-repitió suspirando.

-¿Te imaginas cuando crezcan y se marchen para realizar sus vidas a su manera?.

-Ni siquiera quiero imaginar ese momento, quisiera que sean así, por siempre.

-Sabes que eso no es posible ¿cierto?-dijo Camila- crecerán algún día.

-Lo sé, pero deja de poner esas ideas en mi cabeza. Déjame disfrutarlos así mientras pueda.

-Tienes razón-dijo riendo- me apetece una copa de algo ¿quieres una?.

-Adelántate, me quedaré un momento aquí y luego te alcanzaré.

-Está bien- Camila la beso, observó a sus hijos una vez más y bajó a la cocina.

Lauren se había tomado unos cuantos minutos más de lo previsto. Camila estaba parada en la puerta que daba al jardín cuando sintió unas manos en su abdomen.

-¿En qué piensas?- preguntó Lauren en su oído.

-En todas las cosas que nos han sucedido por las que hemos pasado para estar donde estamos ahora-respondió.

-¿Y valió la pena para ti?.

-No te imaginas cuánto-respondió- sobre todo la tranquilidad de la que estamos disfrutando ahora, nos la merecíamos después de tanto.

-Tienes razón- dijo antes de comenzar a besarla.

Luis había tenido su merecida sentencia, tanto por amenazas, secuestro y el intento de homicidio que quiso cometer con Camila. 

Tanto Lauren como ella se habían encargado de que este ni siquiera conozca la palabra libertad y fue enviado a una prisión de máxima seguridad donde cumpliría ahí dentro hasta el último de sus días.

De Keana no habían podido saber demasiado, ya que al parecer había obedecido las palabras de Lauren y en cuanto le dijo donde se encontraba Camila, se marchó para nunca más volver. Al parecer finalmente había entrado en razón.

Camila besó el cuello de Lauren y sintió como esta se relajaba y hacia a un lado su cabeza para darle mayor acceso. La morena sonrió y se detuvo abruptamente para luego ir donde estaba su copa.

-Eso fue cruel-se quejó la pelirroja.

-¿Cruel?-preguntó riendo- si hablamos de ser cruel, te recuerdo que lo que hiciste esta mañana no fue precisamente piadoso de tu parte - le recordó- marcharte así, justo en el mejor momento-negó.

-Camila, te dije que se nos hacía tarde para asistir a la revista-dijo acercándose- además, dije que esta noche te lo iba a recompensar.

-Ya no sé si creer en ti- dijo fingiendo estar ofendida.

-¿Es una broma?-dijo riendo- ¿me crees capaz de no cumplir?.

-No lo sé, sigues aquí hablando y no haciendo nada para que opine lo contrario- Lauren levantó una ceja.

-Entonces-dijo acercándose a su oído- ¿me acompañas arriba? Debo cumplir una deuda con mi caprichosa esposa.

-Ahora si estamos hablando de lo mismo- dijo besándola- dime una cosa.

-Pregunta-dijo observando sus labios.

-Del uno al diez ¿Qué tan feliz eres?-preguntó Camila como a veces acostumbraba.

-¿Diez?.

-¿Por qué lo dices de esa manera?-preguntó.

-¿De qué manera?.

-Así, como si lo estuvieras dudando.

-Es que lo estoy dudando-respondió Lauren. Camila se alejó de ella.

-¿Dudas de tu felicidad conmigo?.

-No-dijo abrazándola- dudo si el diez ya sea un número suficiente- respondió. 

Si Camila hubiera querido expresar la respuesta con su rostro, Lauren tenía frente a ella la imagen viva de un ser completamente lleno de felicidad y amor mezclado a la vez.

-¿Sabes que ese tipo de cosas hacen que me enamore aún más?-dijo colocando un mechón de pelo detrás de su oreja.

-No tenía idea, pero supongo que voy a ponerlo en práctica más seguido.

-Sabes que solo tengo ojos para ti y nadie más.

-Eso dile a las otras-dijo retrocediendo- no hay fiesta donde esas no te miren comiéndote con la mirada.

-Pero entonces llega mi celosa esposa y las espanta-dijo tomándola de la cintura- ¿o me equivoco?.

-No sé porqué se empeñan en buscar donde ya no deben-murmuró.

-Nadie está a tu altura-dijo rozando su nariz con la suya- ¿sabes? Se me acaba de ocurrir una grandiosa idea.

-¿Cuál?.

-Tú, yo, la tina ¿Qué te parece?.

-Una magnífica idea-dijo sonriendo- iré preparando todo, no tardes.

-Llevaré las copas- dijo buscándolas.

-Camila- Lauren se detuvo justo en las escaleras.

-¿Si?-dijo mirándola.

-Te amo, nunca lo olvides-dijo.

-Tu tampoco Lauren-dijo respondió- porque yo también te amo igual.












FIN.
✌🏾

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