Unos pequeños pajaritos pasaron volando por encima de sus cabezas. Se veían tan jóvenes, disfrutando de sus vidas, como ellos.
El sol estaba en su retirada, solo quedaban los últimos rayos anaranjados y amarillos esparcidos por el cielo. La luna estaba del otro lado saludando al sol con su oscuridad.
Se encontraban sentados en una de las posadas de la Academia, admirando ese precioso paisaje.
- Cyno..
- Hmm?
- ¿Que quieres ser cuando grande?
El pequeño niño moreno se lo pensó unos momentos. Eran de esas preguntas infantiles que todo el mundo hacía cuando uno era niño.
- Quiero ser parte de la Matra
- Es un trabajo peligroso..
- ¿Que más da? Podría asegurarme de detener a todos los delincuentes..
- Hm.. - ella frunció se ceño -
- Y mantenerte a salvo también.. - él se acercó a ella y le tomó de las manos, unas manos suaves y limpias -
El sol hizo su magia e iluminó sus rostros de unos colores cálidos y pasteles.
- ¿Por qué?
- No lo sé, solo lo haré, no dejaré que te hagan daño, lo prometo. - entrelazaron sus dedos meñiques en forma de cellar la promesa -
- Ni que fuera una flor de loto - ella se quejó -
- Quien dice que no... - dijo en voz baja el pequeño niño sonriendole a la nada - Una bella flor..
Una falsa promesa, una promesa infantil, de niños. Pero él siempre la llevó en su corazón, soltó sus lagrimas cuando no estuvo con ella durante ese largo periodo. Pero quien pensaría que se volvieron a encontrar.
Pero ahora fue él, el autor de esas falsas palabras, él fue quien rompió esa promesa.
Cyno abrió sus ojos de golpe. Era ya de día. La humedad se podía sentir en el aire, toda la noche el cielo lloró por ellos. El ambiente era frío y el viento pasaba como ráfagas heladas por su nariz, que estaba congelada del frío.
Se removió en las sábanas para protegerse del frío. Suspiró pesadamente al recordar su sueño.
De alguna manera, esos sueños siempre los recordaba de sus peores momentos, ya sea un mal día hasta estas situaciones. ¿Que sería de él sin ella? Nada.
Estuvo alrededor de media hora mirando el techo de madera.
Ahora que volvió un poco al mundo real, recapacitó de que estaba en la habitación de _______. Se había quedado dormido toda la tarde y recién había despertado. Ys era un nuevo día y no recordaba haber visto a la chica llegar a casa. ¿Estaría ella ahí?
Siendo que él durmió en su cama, probablemente ella fue a dormir a otro lado para no toparse con él.
Se levantó con los ojos cansados y caminó por el frío suelo de madera. La vivienda era un completo silencio y se podía escuchar el crujir de la madera bajo su presencia.
Buscó por toda la casa pero rastro de _______ no había. Tal ve si había venido a la vivienda, pero en la noche mientras el dormía, pero salió temprano por la mañana. Se percató que la cama de la habitación que usaba estaba deshecha, él recordaba haberla hecho ayer y eso solo significaba una cosa: Ella había dormido ahí para no tener que dormir con él.
Parece que su plan para resolver las cosas con ella iba de mal en peor. Y no creía que ella tuviera los ánimos de verlo.
Dió un largo suspiro y caminó por la oscura casa en busca de su 'amada' sabiendo que nunca la encontraría.
La peliazul paseaba por las heladas calles de la ciudad de Sumeru, veía como los niños corrían de un lado a otro, veía adultos abrigando a sus hijos, adolescentes paseando y adultos mayores comprando en la feria.
Pasó por cada puesto de toda la ciudad solo para despejar su mente y caminar un largo rato. Pasó por fuera del puesto de dulces en el cual había comprado el regalo oara Cyno.
Un sentimiento amargo invadió su corazón y le empezó a doler la cabeza, prefirió pasar de largo para olvidarse del tema.
Se percató de que sus pasos la llevaron hasta una taberna. El olor a alcohol llegaba hasta sus fosas nasales y las canciones de los bardos se escuchaban a kilómetros.
A veces solía tomar vino por simple gusto o para relajar sus sentidos después de un día estresante. Esta vez necesitaba alcohol, y mucho.
Entró a la taberna aún con desconfianza en si tomar unas cuantas copas o no. Llegó hasta la barra y pidió el alcohol mas fuerte.
Habló bastante rato con el cantinero y le contó sus problemas con drama y todo. Este, muy amable le dio algunos consejos. Le sugirió que fuera s hablar con el chico, aunque no quisiera, para hablsr de lo sucedido, aclarar malentendidos o simplemente aceptar su fin.
Ella tenía miedo, pero finalmente tomó una desición, una muy importante. Suspiró profundamente y se quedó perdida en sus pensamientos.
Cyno ya comenzaba a preocuparse, o tal vez su preocupación era innecesaria, pero eran aproximadamente las 12 de la noche y _______ aún no llegaba.
Si, se había quedado despierto para recibir a la chica y con suerte ver si podían resolver algo o mínimo hablar las cosas. Empezaba a extrañarla, pero excesivamente, odiaba sentirse así, y francamente podía decir que su vida no tenía sentido sin su amor.
Estaba sentado en la mesa de la cocina con una pequeña lámpara prendida y un libro de sudokus en mano para intentar distraer sus nervios. Pero no funcionaba del todo.
Tenía 2 teorías. La primera, ella se había quedado a dormir con los Aranaras, después de todo, eran como una familia, o algún amigo/familiar para pasar la noche afuera de ese ambiente, aunque esto último lo dudaba, porque ella siempre se mostraba muy responsable en cuanto a su recuperación, bueno, no es como si pudiera morirse porque sí, pero aún no terminaba su licecia.
La segunda teoría es que le había sucedido algo, unos monstruos la habían atacado y la habían dejado sin salida, o había tenido un accidente que la haya dejado sin caminar o moverse, o tal vez se quedí atrapada en una cueva, un hoyo gigante o se precipitó a un acantilado.
Sobrepensar no iba a ayudarle en nada, asi que solo se limitó a intentar dejar su mente en un vacio interminable. Derepente, escuchó como alguien abría la puerta con una llave de manera muy torpe.
En el umbral de la puerta divisó u a silueta familiar, era la peliazul, con un aspecto.. desordenado. Su cabello estaba suelto y algo enredado, su ropa tenía pequeñas partes rotas, cargaba una bolsa que estaba manchada con tierra.
Al parecer ella no se percató de su presencia y caminó a paso lento hasta su habitación. Tenía la mirada algo distraída y sus pasos eran torpes.
-_______... ¿podemos hablar? - preguntó temeroso el moreno -
- Uh ¿yo? He, yo no me llamo ______ - ella se rió sin mantener contacto visual - Yo me llamo.. Ah si, _______. - esto le costó pensarlo - No tengo ganas de hablar.. ¿Quién eras?
- Eh.. ______, soy yo.. Cyno - esto lo desconcertó bastante asi que intentó hacer que ella lo mirara a los ojos -
- Cyno.. ¡Cyno! - ella se rió al pronunciar su nombre - Mi moreno - ella soltó una carcajada -
- ¿Qué? ¿Tomaste... alcohol? - preguntó el peliplateado al oler el aliento de la chica -
- ¿Yo? Solo unas copitas nada mas - volvió a reirse sin razón - Copitas de vino, alcohol.. je
Cyno solo pudo mirarla atónico, no dijo nada solo.. se puso muy triste. Se odió por todo lo que había hecho al punto de que su amada tomara una sobredosis de alcohol por su culpa.
- _______, ¿podemos hablar? - preguntó algo esperanzado, solo lo haría porque las personas borrachas eran las mas honestas -
- ¡No! Yo.. estoy molesta contigo - dijo en voz alta la peliazul aún desorientada -
- Por favor, no fue mi intención... No pensaba lo que decía, nada de eso es real.
- la chica soltó una carcajada - Chicoo, todos cometemos errores.. el mío fue haberte conocido - se lamentó ______ en voz alta aún sin consciencia -
¿Escucharon eso? Fue el sonido del corazón de Cyno al romperse. Se sintió totalmente devastado, eso.. sonó muy sincero.., demasiado. Y literalmente lo primero que hizo fue inventarse posibilidades ante esta.. supuesta mentira que dijo la chica.
-¿ _-______ estás escuchando lo que d-dices? - preguntó el moreno acercandose a paso lento a la chica -
- ¿Hm?
- Princesa.. porfavor, n-no se te ocurra decir eso de nuevo.. no sabes que yo dependo de tus palabras y tu ser para vivir - el chico sintió un sentimiento amargo en su garganta, a eso lo llamaban: 'angustia' -
- _______ solo se rió ante el comentario tomándolo con 0 seriedad, bueno, estaba ebria, que esperaban - Tienes taaantas ganas de besarme que te hace ver estúpido
Cyno solo abrió sus ojos y luego frunció en ceño a modo de enojo, le enojaba el hecho de que ella no se tomara esto con la seriedad necesaria.
- ¿Y qué si lo hago?
La no respondió, solo se quedó con una mirada neutra, al parecer buscando la respuesta. Tal vez fue él, pero sus mejillas se pusieron mas rojas de lo que ya estaban con el alcohol.
Tomó las caderas de la chica y las acercó a las suyas con rudeza, apoyó una de sus manos en la mejilla de _______, mantuvieron contacto visual por unos momentos.
Cyno acercó sus labios hasta cerrar el espacio. Se unieron en un beso, bueno, muchos, muchos besos apasionados y muy lentos. Sus labios hacían sonido al chocar entre ellos, las manos de la chica se posaron en el pecho de Cyno.
Caminaron torpemente a la cama y se recostaron abrazados. El peliplateado apoyó su cabeza en el pecho de la chica y hundió su cara ahí. Derepente, su cuerpo comenzó a dar pequeños saltitos.. Estaba.. ¿sollozando?
El moreno no pudo mas y lloró en completo silencio mientras mantenía su cara y su pena oculta, no dejó que la chica lo mirara mientras lloraba, y ella solo se dedicó a acariciarle los cabellos aún algo ebria pero de alguna manera estaba volviendo a la realidad.
Ambos se quedaron dormidos abrazados como si solo la muerte los fuera a separar, o tal vez ni siquiera eso. Durmieron juntos como antes. Habían resuelto algo ¿no?
Por lo menos se comunicaron sin palabras y no olvidaron lo tanto que se amaban.
...
..
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"𝑯𝒐𝒘 𝑰 𝒉𝒆𝒂𝒓𝒅 𝒚𝒐𝒖 𝒔𝒂𝒚"