Mordo había acompañado a la guardia que había llevado a Kelyani ante el tribunal de los Iluminati. Una vez que se encontraban cerca de la puerta del acceso al laboratorio, la agarró del brazo. Mordo se acercó para besarla, pero sintió una cachetada en el instante, provocando que el moreno la observará asombrada por su acto.
— No vuelvas a tocarme – le sentenció para continuar caminando.
— Nunca entendí tu preferencia hacia Strange. Nunca viste el peligro que él conforma para todos.
La hechicera le agarró el cuello de su traje de hechicero provocando que el hombre temblará. Kelyani lo vio, percatándose del miedo que demostraba en sus ojos. Él sabía que su amiga tenía demasiada experiencia en el combate cuerpo y que podría irle peor si volvían a enfrentarse.
— Prefiero a Stephen que a ti porque él me conoce mejor que nadie. Él ve el mundo más amplio que tú. Sé que él me cuidará sabiendo que yo me sé cuidar. A diferencia de ti, él nunca me sobreprotege – lo aventó antes de que ingresaran al laboratorio.
La hechicera ingresó al laboratorio sin darse cuenta que tres personas la observaban asombrados. America se encontraba aliviada de que hubiera regresado y Stephen se preocupó al ver a su esposa herida, así como cuestionándose porque Mordo la acompañaba, aunque vio las heridas.
— Antes de que me vuelvas a encerrar como un animal, solo quiero decirte que eres un sunkysin. Mam nadzieję ze smazysz się w piekle – le dijo enojada.
Kelyani subió los escalones haciendo que se sintiera observara. Una vez adentro, le dio una pata en el cristal, causando que se aguantara el dolor por el golpe que había recibido. Ella no vio como Mordo se llevaba a Stephen ante el tribunal.
— ¿Te duele? – preguntó la adolescente preocupada.
— No – se sentó para tocar su pie –. Sí.
— Hasta donde recuerdo, no te enseñe a maldecir a otras personas en otros idiomas – la hechicera volteó al escuchar una voz familiar para ella –. Creo que dejarte salir con Aleks Gruszka fue una pésima idea.
— No puede ser – dijo America asombrada.
Kelyani no podía creer lo que estaba viendo haciendo que recargara sus manos contra el cristal. Su respiración empezó agitarse al ver de quien se trataba. A pocos metros se encontraba otra persona.
— ¿Mamá? ¿Papá? – preguntó confundida.
— Es un gustó volverte a ver, hija – Zoe Knowlton trataba de esconder sus emociones.
— Un minuto, si ellos no están muertos. ¿Cómo es que Kelly terminó siendo hechicera? –preguntó America.
— Tu hermana Aruna murió el día que Banner se enfrentó a Blonsky.
— No, no. No – respondió poco convencida por lo que acababa de escuchar –. Por Vishanti. ¿Por qué siempre tengo que perder a alguien para convertirme en hechicera?
Se hincó sin importarle el dolor que ella sentía en su pie. No podía creer lo que estaba viendo ante sus ojos. Realmente esperaba que fuera un sueño porque estaba teniendo muchas emociones fuertes para los últimos dos días. Ella se volteó porque quería que todo parara. Eran demasiadas emociones en poco tiempo.
— Perdón – se disculpó la adolescente.
— No te culpes. Aún así, debemos de encontrar una manera de salir de aquí. Por Vishanti. Es mucho que asimilar.
Christine observó por unos instantes a Kelyani porque era la primera vez en su vida que la conocía en persona. La único que había sabido de ella era en las conversaciones que había tenido con Stephen antes de que empezará a deambular por el multiverso. Después de la muerte de su Strange, los señores Knowlton y Mordo era quienes hablaban de ella. Christine no sentía celos por Kelyani Knowlton, le tenía envidia porque la hechicera había logrado algo que la científica nunca pudo. Era demostrarle a Stephen Strange que había una vida más allá de la medicina.
— Hola, Christine. Es bueno ver una cara conocida – se quedó en silencio por un momento –. Ay, no. Soné como Banner cuando regresó a nuestro mundo.
— ¿Nos conocemos? – preguntó la científica interesada sin quitar su vista del registro que se encontraba en sus manos.
— Por la fecha de mi muerte asumo que nunca nos conocimos aquí. Pero en mi universo, nos llevamos bien hasta el punto que terminaste por invitarme a tu boda.
— No, nunca nos conocimos. Y te sugiero que no trates de entablar una conversación entre los señores Knwolton o conmigo porque no creo que nos parezcamos nada a los de tu universo. Te quiero evitar una decepción.
— No creo que vayas a decepcionarte como Mordo ya lo hizo. La peor parte es que lo hizo en dos universos – respondió triste haciendo que obtuviera la atención de America, Christine y los señores Knowlton –. No creo que ya nada me puede decepcionar más.
Kelyani soltó un suspiro en lo que se sentaba en el piso. Ahora, solo tenía que esperar que Charles los ayudará, o eso creía. Él parecía ser el único dispuesto a ayudar en esa sala. Esperaba que Stephen ayudara con su audiencia, aunque la presencia de Mordo, creía que complicaba las cosas.
La hechicera se limitó a pensar en sus pequeños. Debería de estarse asegurando que Clara hubiera hecho su tarea o ayudarle para que terminara lo más pronto. Debería de estar arrullando a Arthur para dormirlo. Ella y Stephen debían de estar acomendándose para descansar de un largo día.
Christine se encontraba comparando algunos análisis entre las dos Kelyanis y los dos Stephens para ver sus similitudes y sus diferencias con sus contrapartes multiversales. Los señores Knowlton estaban ayudándole con el historial médico de su hija. La mujer que se encontraba en la celda era su hija y, al mismo tiempo, no lo era.
— No entiendo como es que Scott no se aburría en prisión – pensó Kelyani en voz alta.
Un ruido hizo que todos los que se encontraban en el laboratorio estuvieran en alerta al escuchar la sirena de alarma. Kelyani se levantó de su lugar preocupada haciendo que volteara en dirección donde se encontraba la adolescente. Las dos viajeras del multiverso sabían lo que significaba. Wanda venía por America.
— Es Wanda – anunció la adolescente preocupada.
— Christine, escúchame. America está en peligro y mi Wanda no le importara todas las personas que se interpongan en su camino – explicó Kelyani –. Necesito que me saques de aquí para poder ayudarlos. Si quieres, cuando acabe esto, puedes volver a encerrarme aquí. Pero por ahora, mi prioridad es esa niña y mantenerla a salvo. Por favor, seré de más ayuda afuera de esta celda.
— Señores Knowtlon, vayan por las reliquias confiscadas.
Christine corrió directo a la computadora para abrir las celdas. La pelirroja logró abrir las puertas de cristal del lugar donde se encontraba resguardada la hechicera. Zoe se acercó con una caja y Alexander llevaba un dispositivo en sus manos haciendo que se liberara de las esposas.
— Encontramos a Crearrwy y Adgaddu – dijo el señor Knowlton a su hija en lo que Kelly se las ponía en sus muñecas –. No encontré la Capa de Protección.
— No se preocupen por ella – Kelyani llamó a su reliquia con un chiflido –. Y gracias por recordarme sus nombres. Yo les digo cosa 1 y cosa 2.
Christine continuaba intentado abrir la celda de la latina, pero se le dificultaba debido a la interferencia que estaba provocando la Bruja Escarlata. La hechicera se iba acercar cuando se empezó a sentirse debilitada. Vio como la magia caótica prevalecía en sus brazaletes. Una vez que vio a los Iluminati aparecieron, ella parecía recuperar sus fuerzas.
— Rápido, no tenemos mucho tiempo – Kelyani se acercó a la celda donde se encontraba America.
Los cuatro intentaban acceder a la celda, pero parecía que Wanda había trabado la maquinaria y caído el sistema con su magia. La mayoría de los trabajadores habían salido después de que las centinelas habían terminado desechas por la sokoviana. Al parecer, la celda era en contra de cualquier tipo de amenaza.
— Está bloqueado – anunció Christine frustrada.
— Debe de haber otro modo para sacar America de aquí – comentó Kelyani en lo que intentaban abrir los candados.
Los señores Knowlton señalaron hacia el frente haciendo que America, Kelyani y Christine empezaron a preocuparse. La hechicera se volvió a sentir debilitada haciendo que cayera al piso como si su energía se hubiera desvanecido. La pelirroja agarró un extintor para golpear el vidrio, pero no estaba dando resultados. Alexander y Zoe se acercaron para ayudar a la variante de su hija. America vio al vidrio, dispuesta a dar un golpe haciendo que la grieta tuviera forma de estrella. Todos se quedaron asombrados.
— Tenemos que sacarte de aquí – Zoe ayudó a levantar a su hija.
— No, America es mi responsabilidad – protestó Kelyani tratando de mantenerse en pie por ella misma –. Ya le fallé en dos universos, no pienso hacerlo una tercera vez.
— ¡Basta! – los cinco escucharon una voz cerca del laboratorio, se dieron vuelta para ver a Charles como una última barrera antes de acercarse a la latina.
Wanda alzó su mano en dirección al hombre mientras que Xavier alzaba su dedo en dirección a la sokoviana. Ese era el momento perfecto para escapar. Kelyani recuperó sus fuerzas y entre las dos viajeras multiversales, lograron romper el vidrio para escapar.
Introduciendo a:
Pierce Brosnan como Alexander Knowlton
Eve Best como Zoe Knowlton
(Nota de la autora:
Ahora, ya conocen a los papás de Kelyani Knowlton. Inicialmente, el papel de Alexander iba tener el faceclaim de Harrison Ford, pero con eso que anunciaron que sería Thadeus Ross en Thunderbolts y Capitain America: New Order; tuve que cambiarlo y quien cabía dentro del perfil es Pierce Brosnan. Y Eve Best me encanto como Rhaenys Targaryen.
Por si quieren saber en que idioma Kelyani insultó a Mordo fue en polaco. Porque el exnovio que su mamá mencionó era polaco, es por eso que sabe del idioma. Y no me digan que no se los advertí porque lo había dicho en el cuarto acto.
La verdad, todo lo relacionado con los Iluminati, me divertí mucho en escribir todo lo relacionado a ello. El próximo capítulo es el último relacionado con los Iluminati. Lo que se viene es bueno y también será satisfactorio.
Ahora, ¿quién ya vio Into the Spiderverse? Denme sus opiniones sin spoilers.
Nos leemos el próximo domingo con un nuevo capítulo.
April Hdzz Capaldi, fuera.)