INTERESES ლ [Adap. BrightWin]

By Bell_WinBright

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INTERESES [BrightWin] Bright está tan desesperado por las deudas y la necesidad de someter a su madre con cán... More

ANTES DE LEER
Introducción
¹| El famoso Win Metawin Opas-iamjakorn
²|Te gustará tanto como a mi
³|Larga como sus dedos... gruesa como su voz
⁴|Cheque en blanco
⁵|Como un ciudadano independiente
⁶|Sumiso y dispuesto a obedecer
⁷|Por nada más que el placer...
⁸|Por un poco de diversión
⁹|Su amo
¹¹|Me exprimes la energía
¹²|Furioso y dolido
¹³|Me gusta
¹⁴|Solo negocios
¹⁵|Sentimientos
¹⁶|¿Dónde está Bright?
¹⁷|Cautivo y enamorado
¹⁸|Voy a encontrarlo
¹⁹|Pistas
Especial •§• Gun
²⁰|Deseo de matar... a Nani
²¹|Su debilidad
²²|Información
²³|Un gato astuto y malvado
²⁴|Engatusado y embarazado
²⁵|Aroma a flores
²⁶|Un nudo en el estómago
Especial •§• Barcode
²⁷|Presentimiento
²⁸|No soy el enemigo
²⁹|Un último intento
³⁰|Desarmados y expuestos
³¹|Arrancando el problema de raíz
³²|Sentir y no pensar
Especial •§• Sólo Gun
³³|Seguir indicaciones del doctor
³⁴|Como un fiel sirviente
Final. Un verdadero recuerdo
Epílogo. Intereses
EXTRA¹
EXTRA²
EXTRA³
Epílogo

¹⁰|Castigo lento y delirante

908 133 15
By Bell_WinBright




Cuando la puerta se abrió de pronto, Bright no sabía si sentirse aliviado o asustado. La chica rubia con la que se encerró, estaba tratando de hacerle una mamada, pero aun cuando no estaba totalmente duro porque no se sentía bien la boca de ella sobre él, ella tampoco estaba haciendo su mejor esfuerzo para llevarse toda su polla hasta la garganta. Ella no tenía la boca de Win y era incómodo que mientras tenía a una mujer desnuda de rodillas frente a él, no pudiera dejar de pensar en un jodido hombre, uno que sin una segunda respiración habría podido tragarse toda su polla hasta la raíz y succionar con fuerza en sus gordos y húmedos labios, mientras lo miraba a la cara y movía la cabeza sin un atisbo de atragantamiento.

¡Ahg! Bright realmente debía estar dañado para estar pensando en eso justo en ese momento y que su polla saltara como ya normalmente lo hacía ante el pensamiento de Win Metawin, pero al menos eso lo mantenía medio erecto y evitaba que se humillara ante la chica, aunque, a ¿quién engañaba? No le estaba gustando absolutamente nada lo que la rubia le estaba haciendo. Su olor era ofensivo, sus curvas eran raras y sus ojos marrones no eran del color que Bright se había acostumbrado a ver cuando estaba por correrse. Había intentado tomar a la chica por los pelos amarillentos y esta se había quejado de que lo hizo muy fuerte, Win le habría ordenado tirar más duro y habría abierto más la boca alrededor de su polla.

Como preámbulo a todo eso, Bright había desnudado rápidamente a la chica y mamado sus tetas para recordar la sensación en su boca, pero eran muy grandes y aguadas, chupó en su cuello, pero el aroma de vainilla lo empalagó rápidamente y la chica se quejó de que solo los animales mordían. Win le habría dicho que no estaba mordiendo lo suficientemente fuerte. Pero cuando Bright se hartó de estar pensando y comparando a una mujer con un hombre, mientras la tenía abierta de piernas para él, bajó hasta su coño y trató de comerlo con ansia. La jodida mujer dijo que no le gustaba.

De nuevo, Win habría mandoneado porque hundiera la lengua más profunda y más enérgicamente en su agujero.

Cuando cambiaron las posiciones y la mujer estaba de rodillas frente a él, creyendo que su polla palpitaba por ella y el trabajo que estaba haciendo en apenas un tercio de su extensión, sin poder meterse más en la boca, el estallido de un disparo y la puerta abriéndose de una patada hizo caer de golpe el pobre intento de erección de Bright y cuando vio a Win de pie bajo el marco se alegró —por un breve momento— de que el hombre que había estado en su cabeza todo el rato, se materializara para salvarlo de la mala experiencia que estaba teniendo, pero cuando vio el arma en su mano y su expresión enfurecida se dio cuenta de que al parecer no había llegado a salvarlo, sino a convertirse en un verdadero problema.

Win tomó a la rubia por el pelo y tiró de ella hacia atrás, con los ojos ardiendo en ira y la mano derecha fuertemente apretada alrededor de su arma.

—¡Vístete! —ordenó Win, sin dejar de ver a la rubia.

—Y-yo no te conozco.

—A ti no, estúpida. ¡Vístete! —repitió y apuntó su arma hacia la ropa amontonada en el piso.

Bright saltó sobre sus pies y recogió sus prendas sin objetar.

Así me gusta lobito. Sumiso y obediente.

—Tienes veinte segundos para recoger tu mierda y largarte —le dijo ahora a la mujer.

—Estás demente ¿Quién carajos eres tú?

—El tipo que te va a abrir un hueco en la sien si no te apuras y te largas. Tienes diez segundos... diez, nueve…

—Win…

—Tú te quedas callado —le espetó a Bright ahora— te has portado muy mal y a mí no me gustan los lobitos que se portan mal, así que tendrás un castigo.

A Bright le dio un vuelco el estómago, ante el tono oscuro en la voz de Win y la amenaza de un castigo, pero para su propio desconcierto, no podía decir que fuera miedo.

—... dos…

La chica salió corriendo envuelta en nada más una sábana y un segundo disparo hizo volar polvo cuando impactó y abrió un hoyo en la pared junto a la puerta,
—Nos vamos. —Win guardó su arma y jaló a Bright por el cuello de la camisa y lo sacó a empujones de la habitación del hotel.

En el pasillo, Gun en calzoncillos veía a su mejor amigo seguir al otro hombre con la mirada en el suelo.

—¿Bright? ¿Qué sucede?

—Vuelve a casa Gun.

—Pero…

—Todo está bien Gun. Mañana hablamos.

Gun reconoció al mafioso del casino Souri por la descripción que Bright le había dado antes. Guapo, esbelto, elegante y el cabello rubio con mechones.
»Cuando Win tiró a Bright dentro del auto y se subió al lado del conductor, la ira todavía bullía en sus ojos color bosque, se incorporó a la carretera y Bright vio las dos camionetas negras seguir el Audi todo el camino.

—¿Qué fue todo eso? —se atrevió a preguntar Bright, después de unos minutos en silencio.

—No te he dado permiso de hablar. No hagas que te dé un castigo más duro si sigues haciéndome enojar.

Bright guardó silencio obedientemente y se preguntó internamente de qué iba todo eso, cómo sabía Win donde estaba y por qué estaba tan enojado.

Cuando aparcaron el auto frente al edificio de Win, la expectación en Bright le hacía un nudo en el estómago, cuando Win lo empujó dentro del elevador, el silencio le estaba corroyendo los huesos y cuando tropezó dentro del loft ya no tenía dudas de que iba a ser castigado severamente y todavía no sabía por qué.

—Ve a bañarte, que apestas a zorra barata.

Bright abrió la boca para replicar, pero la mirada aguda de Win lo silenció antes de que pudiera decir algo. Se dirigió al baño y tomó una ducha, en parte muy necesaria, para quitarse la sensación de la chica de la piel y en parte porque había sido una orden de Win y Bright había descubierto que a Win no se le decía que no cuando ordenaba algo y Bright se sentía bien obedeciendo.

Cuando salió del baño, su ropa no estaba por ninguna parte cerca de donde se la había quitado.

—Se fue a la basura. —Win seguía sonando molestó— Cuando te vayas puedes ponerte algo del armario, pero tu ropa está en el basurero.

—¿Ahora si puedo hablar? —preguntó Bright, tentativamente.

—No veo que tengas algo interesante que decir, pero te daré la oportunidad antes de castigarte.

Bright escuchaba la palabra castigo y no entendía lo que significaba o por qué le hacía sentir raro.

—¿Qué se supone que fue todo eso? ¿Cómo supiste donde estaba? ¿Y cómo por qué necesito un castigo? No entiendo por qué te volviste loco allá. Casi matas a la chica y ni siquiera le diste oportunidad de vestirse.

Lobito ingenuo. Aprenderás a quien perteneces.

—Sé todo lo que haces, con quien lo haces y a dónde vas. Te recuerdo que tenemos un acuerdo y tú me debes dinero. El acuerdo te incluye a ti como parte del abono a los intereses y no tienes permitido joder con nadie mientras el acuerdo esté vigente. Y no me volví loco, tú eres mío hasta que no pagues y yo no comparto lo mío con putas de la calle. Esa también es la razón por la que voy a castigarte.

¿Qué demonios le pasa a Win? Nunca le dijo a Bright que no podía follar con nadie más y ahora se autoproclama su dueño. Eso hacía sentir a Bright... ¿Cómo lo hacía sentir? Bright quiso sentirse enojado, pero no era precisamente un sentimiento en él ahora mismo ¿Usado? Sí, pero él sabía eso y no se sentía mal —para su sorpresa— entonces, no sabía cómo reaccionar correctamente ante la posesividad de Win, solo podía sentirse extraño.

—Nunca dijiste eso.

—Te lo estoy diciendo ahora y no quiero escucharte más. Sube a la cama ¡Ahora!

—¿Vas a golpearme o algo así? —preguntó Bright asustado.

—Algo así— respondió Win.

Bright subió a la cama, sentándose en el borde y Win se arrodilló frente a él en la alfombra. Bright seguía desnudo después de la ducha y Win comenzó a acariciar los muslos desnudos y fríos.

Bright iba a enterrar sus dedos en el cabello de Win, como de costumbre. Como a Win le gustaba, pero Win lo detuvo y le ordenó mantener las manos quietas.

—Sin tocar esta vez, lobito. Esto es un castigo.

—¿Qué tiene de castigo recibir una mamada? —Bright ya estaba casi completamente duro y necesitado de la dulce boca de Win en su polla. Lo había necesitado desde que estaba en el hotel con la rubia.

—¡Silencio!

Bright dejó de hablar y Win se dedicó a mamar. Lento y delirante, humedeciendo y endureciendo la carne en la grande polla de Bright con la punta de su lengua y su saliva caliente, para después llevárselo todo hasta el fondo de la garganta y ahuecar las mejillas en una succión deliciosa y gratificante a los sentidos y piel sensibles de Bright, que no hacía más que gemir como animal herido y aferrarse a las mantas para no desobedecer a Win y tomar su cabello entre los dedos como realmente quería, o follarle la boca como a Win le gustaba. Ahora comprendía realmente el significado de lo que Win dijo, cuando le prometió un castigo. Estaba haciendo que rozara el cielo con la punta de los dedos, pero no lo dejaba agarrar las nubes.

Bright perdió la noción del tiempo mientras nadaba en el placer y la euforia que le daba la boca de Win, hasta que sintió su orgasmo construirse y pensó que tendría el tan ansiado placer de la liberación que buscaba desde que había entrado al hotel. Para su decepción, Win se retiró en el último momento y se dio la vuelta.

—Ve a buscar algo que ponerte en el armario y vete.

—¿Qué? —Bright sintió que sus bolas se caerían al suelo, vueltas un par de rocas inertes.

—Que te vistas y te vayas. Mañana mandaré por ti a las seis en punto.

Win se perdió dentro de una de las habitaciones en el amplio espacio y Bright se quedó viéndole la espalda como si fuera un bicho raro. Lo había dejado a mitad de un orgasmo y se había ido como si nada.
Maldito Win. Si no te quisiera....

Bright se quedó petrificado ¿De dónde había salido eso? Win Metawin lo había enfermado gravemente.


Enfrente del hotel que ya había quedado atrás, un hombre escondido entre las sombras hacía una llamada telefónica.

—Señor. Win Metawin acaba de salir del hotel donde trabajan nuestras chicas y llevaba a un tipo con él.

—Excelente Apo. Averigua quién es el tipo. Esta podría ser la oportunidad que estaba buscando para demostrarle a Metawin que conmigo no se juega.

—Claro señor Hirunkit. Por la mañana tendrá toda la información que necesita en su oficina.






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