La situación era bastante incómoda para Lisa, todos los invitados paseaban por el gran salón, hablando y comiendo. Parecían tan tranquilos con su presencia o simplemente la ignoraban, no lo sabía.
La pelinegra estaba sentada en el trono al lado de Jennie, la castaña sonreía con los labios sellados mientras degustaba de su platillo, estaba contenta por su decisión. Lisa no creía que ese era su lugar, no estaba a la misma altura, clase como la de ellos. Ni siquiera su ropa era adecuada, hasta podría decirse que aún tenía popó de paloma sobre su pantalón desgastado y con rasgaduras.
Pan seguía escondido detrás de su hombro, estaba asustado, veía a toda esa gente que no conocía, era algo nuevo para él, normalmente la gente intentaba matarlo, pero ahora nadie se acercaba.
_Ten - Jennie ofreció al pequeños roedor un pedazo de tocino.
Pan observó curioso, se acercó con precaución mientras era observado por Lisa. Olfateó por un momento y gustandole el olor, lo tomó con sus patas y comenzó a comerlo rápidamente.
_Tambien come - ofreció Jennie, el plato de Lisa aun no había sido tocado.
_¿Eso es mío? - preguntó con asombro, era un gran banquete frente a ella.
_Sí, ¿No te gusta? Podemos pedir algo más.
_¿Está diciendo...que puedo comer todo esto? - señaló sin poder creerlo - ¿Todito? ¿Todo, todo esto? - Jennie rió levemente, asintiendo - ¿Y si me empacho? - a Jennie se le escapó una pequeña risa por la palabra.
_Coma lo que pueda. También su cuy puede hacerlo.
Rosé estaba de pie a su lado, mostró un gesto de desagrado al ver que la rata comía al lado de los platos. A esa mujer no parecía importarle tomar la misma pieza que ese animal había tocado con sus patas. La rubia cerró los ojos con frustración al ver que Lisa comía con las manos y ensuciaba su mentón. Esto debe de ser una broma.
_Princesa...- llamó Lisa con la mejillas llenas.
_Dime - Jennie estaba impecable.
_Después de comer...¿Puedo hablar con usted?
_Podemos ir a mi habitación ahora si desea.
Rosé la observó con extrañeza, ¿Y esas confianzas?
_Mmm, está bien.
***
_No puedo casarme con usted - pronunció con serenidad.
Jennie mostró el rostro desencajado.
_¿Estás rechazando a la propia princesa, Lisa Manobal? - preguntó sin poder creerlo.
_Princesa - mantenía la mirada baja, temiendo que la castigara por negarse - yo...no deseo casarme. Espero sepa comprender y no me obligue a hacerlo. Sé que si usted lo dice, no podría hacer nada para evitarlo.
Jennie tensó la mandíbula, estaba esforzándose para no molestarse, pero ese atrevimiento estaba llegando a su límite.
_¿Qué debo hacer para que te cases conmigo? - esa pregunta le sorprendió a Lisa - dime, ¿Bajo qué condiciones aceptarías?
_Yo...no lo sé - respondió de manera tímida - solo no quiero casarme, me gusta mi libertad y perdón si le gusto, pero aunque sea la princesa, aun no estoy preparada.
_¿Gustarme? - frunció los ceños - tú no me gustas.
Lisa levantó la mirada, confundida.
_¿Entonces...porque quiere casarse conmigo?
_Porque así será la única manera en la que pueda gobernar - Lisa pareció comprender - si te casas conmigo, seguirás siendo libre, podrás ir a las calles si deseas, ir a donde quieras, salir cuando quieras y con quien quieras. La única diferencia, es que tendrías dinero - se fue acercando a ella - tendrás poder, y lo más importante en alguien como tú, tendrás el respeto de todos, ya nadie te va a menospreciar . ¿No quieres eso?
Estaba tentando a Lisa, la dudas en su cabeza estaban siendo silenciada por cada palabra de la castaña.
_No - respondió rápidamente antes de que pudiera convencerla.
_¿No? - Jennie frunció los ceños con molestia. Iba a acercarse pero Pan salió a la defensa de Lisa, desde el hombro de la pelinegra, soltaba fuertes chillidos como advertencia hacia la castaña. Jennie retrocedió asustada y sintiéndose humillada por un animal, simplemente bufó y se cruzó de brazos, quitándole la mirada - vuelvo a preguntar, ¿Bajo qué condiciones aceptarías?
_Lo siento, princesa - respondió segura, reprimiendo su miedo - pero no voy a casarme con usted - Jennie estaba sorprendida por su audacia, era increíble que la esté rechazando - ¿Puedo retirarme?
El silencio las invadió por unos segundos, Jennie no le quitaba la mirada de encima.
_Puedes irte...- respondió por lo bajo, Lisa agradeció con una reverencia y tomando a su amigo en brazos, se retiró de la habitación.
***
Esa noche Lisa volvía a dormir en los cartones que había encontrado, el frío había desaparecido mientras dormía y al amanecer, un delicioso aroma la despertaba.
Abrió los ojos con pereza y se sentó en medio de un bostezo. Pan se estiraba en sus piernas. Ambos notaron algo extraño, vieron con duda aquellas mantas que cubrían a Lisa. Era unas mantas realmente hermosas y parecía de buena calidad, muy agradables y suaves al tacto.
_¿Y esto? - preguntó Lisa, Pan levantó los hombros - ¿Hicieron caridad?
Su mirada se guió a su izquierda y sus ojos se abrieron sorprendida al ver grandes canastos de flores hermosas y frutas. Pan quedó boquiabierto al ver otro canasto igual de enorme con muchos quesos dentro y el papel que decía "Para Pan"
_¿Qué...qué son estás cosas? - no lograba entender.
Se puso de pie, dudosa, se acercó a los canastos, viendo la cantidad de frutas que había. Giró en busca de alguna explicación y quedó en shock al ver mucha comida colocada en una mesa en la calle, justo a su lado.
Guió su mirada a una pequeña nota, la tomó rápidamente y era una linda letra que decía "¿Aún no quieres casarte conmigo?"
***
_¿Está tratando de conquistarla? - preguntó Rosé con extrañeza.
_Conquistarla no, convencerla - caminaban por el jardín del palacio - no le hace daño a nadie y nos beneficia a ambas.
_Princesa, la princesa Moon es la mejor opción, aún puede aceptar. Si habla con ella, puede darle un poco más de poder en las decisiones. Es muy inteligente y con modales. Además, ¿No le parece atractiva?
_Si te gusta tanto, mejor cásate tú con ella - sonrió, siguiendo su camino.
_Solo busco lo mejor para usted, princesa.
_Lo sé, Rosé. Te lo agradezco. Pero yo sí le veo lo atractivo a esa chica.
_¡¿Qué?! - Rosé frenó en seco - ¡¿Cómo le puede parecer atractiva esa chica?! ¡Digo, ¿la ha visto bien?! ¡Huele a desagüe y parece que tiene pulgas!
_Claro que la he visto bien - se veía tranquila - tiene muy hermosos ojos y lindos labios - Rosé la veía incrédula - no solo veas la ropa y el cabello, Rosé. Esas cosas se pueden arreglar.
_Pero no solo es su aspecto. No tiene modales, es agresiva, no tiene higiene y tiene a una rata como amigo. A UNA RATA, PRINCESA. Eso es, es desagradable.
Jennie sonrió levemente al escucharla.
_Rosé, tengo una nueva orden para tí.
_Dígame, princesa.
_Quiero que vayas al pueblo, en el lugar de comerciantes, y compres una rata.
_¿Perdón? - preguntó extrañada - ¿Una rata para qué?
_Va a ser tu mascota - siguió su camino.
_P-pero...princesa - apresuró sus pasos tras ella - ¿Está bromeando?
_No, quiero que adoptes a un roedor. Cuídalo y manténlo siempre contigo. Es una orden, Rosé.
Rosé reprimió su desagrado.
_Sí, princesa. Como usted ordene.
***
Lisa no sabía cómo reaccionar, a cualquier lado que pasaba, recibía una reverencia y un aperitivo de regalo. Agradecía incómoda y seguía su camino, pero otro comerciante le ofrecía fruta o carne.
_Gracias...
Eso estaba siendo muy extraño, normalmente ellos la echaban, no quería ni siquiera que camine cerca de sus puestos. ¿Y ahora la alaban?
En cambio Pan, mantenía el mentón en alto, orgulloso.
_No te acostumbres a esto, Pan - aconsejó Lisa - solo será por un corto tiempo porque piensan que me voy a casar con la princesa - Pan bajó la mirada, entristecido - lo sé, Pan. Pero no puedo casarme, entiendo que te guste la comida y el respeto que nos dan ahora. Pero casarse ya es algo muy serio. Bueno, aunque ella dijo que tendría mi libertad - comenzaba a dudar - ash, esto me está confundiendo.
_Para usted, princesa - Lisa y Pan gritaron del susto cuando pusieron una cabeza de cerdo muerto frente a ellos.
***
Rosé entró a esa tienda de animales. Veía a todos esos animales juntos, haciendo mucho ruido. Una gallinas correteaban por sus pies y tenía que tener cuidado al caminar para no caer.
Llegó frente al trabajador que parecía dormír con un sombrero de paja tapando su cara, sus ronquidos eran audibles.
Rosé carraspeó.
_Buenas tardes.
El trabajador brincó del susto y se puso de pie rápidamente.
_¡Tienda Kim! ¡De la familia Kim! ¡De Jisoo Kim! ¡Vendemos gallinas, cerdos, cabras, ratas, leche de vaca de la mejor calidad y todos los alimentos para mascotas! ¡¿Qué desea comprar?! - la pelinegra sonreía agitada.
_Busco...un roedor - respondió por lo bajo, sentía mucha vergüenza.
_¡Claro, claro! ¡Tenemos a pequeños que podrían ser sus mejores amigos o ser grandes cazadores para los bichos molestos! ¡Tenemos de diez centímetros, quince centímetros y una gorda que es tamaño de un zapato! - sacaba cada jaula mientras mostraba a cada animal - ¡Este se llama Juana, este Rodolfo, este Beatríz, aquí está Bartolini, un guapote y esta belleza de aquí se llama Leidy, es una coqueta! ¡¿Cuál le gusta?! - no dejaba de sonreír.
_Eh...- veía a cada animal, uno más feo que el otro. Vió a la blanca con ojos rosas, al menos ella se veía más de la realeza. Estaba comiendo con delicadeza a diferencia del resto que se rascaban con dientes y patas - a esa - señaló.
_¡Una rata hermosa para una belleza como usted! ¡Tiene apenas dos meses y come queso, choclo, camote, lechuga y demás cosas que solo puede encontrar aquí! ¡¿Quiere bolsa o en la jaula?!
_Jaula...
_¡Tenemos de distintos colores, mi bella dama rubia! ¡Amarillo, rojo, azul, negro, verde, morado, dorado...
_¡Ya, ya! - la detuvo - deme el amarillo y listo.
_¡Aquí tiene hermosa salerosa, son dos monedas de oro chula!
_Tenga - se lo entregó en mano y comenzó a retirarse, veía con disgusto a la rata que no dejaba de mirarla.
_¡Un gusto para mí ver a tal belleza! ¡No se olvide de recomendar la tienda Kim, de la familia Kim, de Jisoo Kim!
_Sí, claro...- forzó una sonrisa hasta salir - ni loca vuelvo a aquí.
***
Lisa veía frente a ella el gran palacio, estaba dudosa y acercarse. Vió su ropa y trató de sacudirse. Se arregló el cabello con sus dedos y peinó un rato a Pan.
Dió un suspiro y decidió acercarse. Cuando iba a hablar con los guardias, ellos simplemente le abrieron las puertas. Lisa agradeció por lo bajo e ingresó tímidamente.
_Aun no estoy segura, Pan - mencionaba para su amigo - ¿Qué significa exactamente casarse con la princesa? ¿Debo hacer algo en específico? ¿Estaré bajo los órdenes de ella? ¿Debo tener reuniones con otro reinos? Si eso pasa, no sabría que decir, no sé absolutamente nada. Ni siquiera sé hablar como esa gente. Me gusta levantarme tarde, no me gusta usar vestidos, mucho menos tacones. Me gusta mi personalidad, no quiero ser una mujer refinada. ¿Sabes qué? Mejor no, ni sé porqué vine - giró para poder irse.
_No tienes que cambiar en nada - encontró a Jennie frente a ella.
_Princesa - bajó la mirada.
_No irás a reuniones, no tendrás que levantarte temprano, no usarás vestidos, tacones, ni mucho menos tienes que cambiar tu personalidad. Solo tienes que hacer algo.
_¿Qué...debo hacer?
_Darme tu apellido. Ser mi esposa. Solo es la única condición.
_Pero...princesa, mireme - se explicaba - ¿No sentirá vergüenza que vean la clase de esposa que tendría?
_Solo es ropa. Mandaré a hacer trajes solo para tí. Trajes cómodos y que te gusten. Ya te lo he dicho, no cambiará nada. Podrás hacer lo que quieras con tu vida. Puedes seguir en la calle o puedes mudarte aquí. Te atenderán, te cuidarán, tendrás los mejores tratos y los festines más caros y deliciosos para tí. Solo sé mi esposa, Lisa.
Lisa bajó la mirada, pensativa. Miró a su amigo y él también estaba dudoso.
_¿Sí...? - le preguntó.
Pan lo pensó bien, no quería seguir viendo a su amiga en la calle, quizá esto puede ser un cambio favorable. Sonrió levemente y asintió, esto hizo sonreír de igual manera Lisa.
_Es...está bien - pronunció Lisa - me casaré con usted...princesa.
_Ya no me llames princesa - Lisa levantó la mirada - llámame Jennie. Seré tu esposa, Lisa. Llámame por mi nombre.
Voten ❤️