[Pov Freen]
El fuerte sol daba fuertemente sobre mi rostro, a pesar de que estoy dentro de mi auto éste pega muy fuerte sobre el parabrisas. Típico de Tailandia.
Mi nerviosismo se acumula cada segundo en mi cuerpo, se apodera de mi sin piedad alguna.
Espero la señal del señor Rey que estaba dentro del edificio y me avisaría para salir y enfrentar de alguna forma a la pareja de Nita.
—Señora Sarocha. Cambio—escuché la voz del señor atraves del woki toki
Lo tomé.
—¿Si?—hablé
—El joven por fin salió, se dirige hacia los elevadores. Esté atenta el tipo puede salir en cualquier momento—avisó—.Cambio
—Gracias. Cambio
—Le aviso, es ahora o nunca. Yo me encargo de avisarle a los demás. Cambio y fuera
—Está bien, gracias nuevamente. Cambio y fuera
Volví a dejar el aparato sobre mi portafolio que está en el asiento del copiloto.
Enderece mi vista hacia el edificio, y ahí... Lo vi salir... Iba con el celular sobre su oreja.
—Aquí vamos, Sarocha—susurré mientras bajaba de mi auto
Me aseguré de cerrar bien mi vehículo, comencé a caminar serena, no quería causar ninguna sospecha a la gente que transcurría por ahí. Él seguía concentrado en su charla por teléfono, que ni si quiera se percató de que ya estaba tras él.
—Por fin te vuelvo a ver...—le hablé y él, instantáneamente volteó a verme sorprendido ante mi presencia
—¿Fre- Freen...?—habló sorprendido—.¿Que? qué haces aquí?
—A decirte esto—le solté un puñetazo sobre su mejilla derecha, que hizo que callera al suelo y su celular botara debajo de un auto
—¿Qué te pasa idiota?—bufó y como pudo se levantó del piso tocándose su mejilla roja—.¿Por qué mierda me golpeas?
—Por haber querido quitarle a mi hija a su madre, ¿¡A caso pensaste que nunca iba a saberlo!?—le grité llena de ira
—¡Yo no fui!—gritó seguro
Reí sarcásticamente
—Y todavía lo niegas—le solté un golpe en su mejilla sana—¡Eres un sínico!
Me abalancé a él para poder seguir golpeándolo más fuerte; en su abdomen, rostro...
—¡Para! Está bien... Lo acepto, fui yo quién intentó secuestrar a tu hija... Pero fue por órdenes de Nita...—soltó ya rendido
Lo golpeé nuevamente en su rostro.
En ese momento el señor Rey salió del edificio, y el comisario McCann junto a su equipo de policías aparecieron.
—Soy el Comisario McCann, queda usted arrestado por intento de secuestro—le mostró su placa—.Llevenselo
Ordenó, e inmediatamente sus hombres le pusieron las esposas al hombre lastimado por mis golpes.
—¿¡Qué!?—gritó él melancólico—.¡Yo no fui quién quería secuestrar a la niña, fue Nita! ¡Fue ella quién la quería matar!
¿¡Matar!?
—No se preocupe joven, también nos encargaremos de ella...—el comisario dio varias palmadas en su hombro—.Llevenselo
Lo metieron a la patrulla a la fuerza mientras él gritaba que la culpable era Nita y no él.
—Creo que dos estarán tras las rejas, señora Sarocha—me dijo el comisario McCann
—Al parecer...—suspiré
—¿Le pasa algo?
—No... O bueno sí—me miró—. Nita quería matar a mi hija...
Él suspiró y me tocó del hombro.
—Se hará justicia, gracias a Dios no pasó y su hija está con usted—asentí—.Cuidenla mucho señora Sarocha
En ese momento comencé a escuchar gritos de una mujer cuyos gritos provenían de la entrada del edificio, era Nita quién venía gritando y tratando de safarse del agarre de los policías.
—¡Quiero a mi abogado!
—Tiene derecho a guardar silencio—habló uno de ellos
Ellas iba a protestar pero me vio junto al comisario y dijo:
—¡Diles que me suelten, idiota!—me gritó
—Señora Issartel guarde silencio o todo lo que diga será utilizado en su contra—habló el comisario McCann
—¡Yo no hice nada!
—¡Mandaste a secuestrar a mi hija!—le respondí y ella me miró—Y querías matarla... ¡Matarla, Nita!
—Estás demente, Sarocha—soltó—¡Yo soy inocente!
—Silencio por favor—repitió el comisario
—¿Sabes que? Te diré la verdad para ya no hacer esto más difícil. Si me quieren encerrar bien, ¡háganlo! En fin y al cabo no me queda nada... ¡Yo mandé a secuestrar a la pequeña Sarocha para poder matarla!—apreté mis puños ante su confesión—.Pero era para hacerte sufrir, Sarocha
—¿Hacerme sufrir, Nita?—pregunté molesta—.¡Es una niña! Ella no tiene la culpa de mis errores que cometí—ella río sarcásticamente
—Es tu hija, por eso decidí con ella... Porque sabía que te iba a doler, al igual que a Becky. Ambas iban a sufrir
—Estás loca, Issartel. ¡Piensa en tu hija!—le dije
—¿¡Qué no entiendes que ya no me queda nada!?—no entendía lo que ella me decía—.Perdí a mi hija cuando nació...
—Llevensela, señores—ordenó el comisario McCann
[POV Becky]
—¿Cuánto falta?— Yuri me preguntó mientras tomaba asiento en el borde de mi cama
—Espera...—le dije mirando la prueba
¿Será positiva? Quiero que sea positiva.
—Walz...—me volvió a llamar
En ese momento la prueba ya estaba lista, pero como siempre me termino decepcionando...
—Negativa...—dije
—Oh...—fue lo único que me dijo Yuri
Me levanté de la cama y me dirigí al baño que está en mi habitación, cerré con el seguro y escuché los golpes que mi amiga daba en la puerta para que le abriera.
Yo quería que saliera positiva.
—¡Becky, por favor abre!— Yuri me gritó del otro lado de la puerta—. Becky... Por favor Walz, abre la puerta
—Quiero estar sola, Yuri—le respondí
—¿Y qué ganas estando sola?—me preguntó—.Anda, sal de ahí
—No, Yuri—respondí seria
—beby, no sé como te sientas pero... Sabes que cuentas conmigo siempre
Quizá Yuri tenía razón, no ganaba nada quedándome aquí sola. Tiré la prueba en la basura y decidí abrir, y encontrarme a Yuri con un semblante de preocupación.
—Ven aquí...—me brindó un abrazo cálido, cual le respondí de buena manera, y lo necesitaba—.Ya pasará, Becky
—Lo sé...—le respondí dándole una sonrisa débil
—Ahora vamos por tu hija —asentí mientras me dirigía a mi cama a tomar mi bolso—.Después de ir por ella podríamos las tres de compras—sugirió
Rodé los ojos.
—Ay Yuri, tú siempre quieres ir de compras, acaso ¿no te aburres de ir al centro comercial?—le reproché, pero esta vez ella puso los ojos en blanco
—No, no me aburro. Necesito comprarme un vestido para la comida con mis suegros—solté una risita—.Entonces, ¿vamos? De paso te compras ropa y a tu hija también
—Está bien...—hablé rendida—.Vamos por Sam y después al centro comercial
—¡Genial!—comenzó a dar pequeños saltos y aplausos
****
—¿Dónde está mamá Fre? Se suponía que hoy pasaría por mí—habló Sam mientras ingresabamos a la gran plaza—.¿Ella está bien, verdad?
Freen me avisó hace tres días que no iba a poder pasar el fin de semana con Sam, al parecer tuvo problemas con su empresa. Y dijo que vendría solo a verla el domingo por la tarde.
—Si hija, ella está bien. Al parecer tuvo problemas en el trabajo—le respondí
—Pude haber ido con ella, ¡yo pude haberle ayudado!— Yuri río discretamente por la ocurrencia de Sam
—No bebé, son problemas de adultos y sabes que...—me interrumpió ella
—Los niños no deben meterse en problemas de los adultos, lo sé mami...
—Esa es mi niña—besé la punta de su nariz
—¡Bueno ya!—dijo Yuri—.Comencemos con nuestras compras
—¿Iremos a ver ropa para mujer?—Yuri asintió—.Diug! Yo no quiero, mejor vamos a ver la tienda de música y vídeo juegos
—No, niña. Iremos primero por mi vestido y ya veremos después si pasamos a dónde dices que quieres ir— Sam negó
—Tú te tardas mucho en escoger un vestido, tía Yuri
—Yo no me tardo mucho. A lo menos tres horas, no es tanto
—¡Tres horas!—exclamó ella y la Polinesia asintió y comenzó a caminar hacia la tienda—.Tres horas—susurró ella sin creerlo
—Tranquila, en lo que ella busca su vestido, tú y yo podemos ir a buscar ropa para ti, ¿te gustaría?
—Sí, mami— ella respondió más relajada
La tomé de la mano y comenzamos a seguir a Yuri, quién iba ya muy adelantada.
—¿Por qué la tía Dinah es muy indecisa?—me preguntó mi pequeña al ver que Yuri no se decidía por cual vestido probarse
—Así somos nosotras las mujeres—respondió Yuri, al parecer escuchó lo que preguntó Sam
—Ummm no... Mami Becky no es así, ¿por qué tú si?— Sam frunció el ceño
—Porque quiero verme hermosa, Sam— ella asintió
—Mami, ¿ya podemos ir a buscar ropa para mí?
—¿Me van a dejar sola aquí, ingratas?— Yuri me miró
—Será rápido Yu, solo buscaremos algo de ropa para Sam le hacen falta blusa y pantalones—ella rodó los ojos—.Te vemos aquí
—¡Está bien!—fingió ella molestia
—Vamos hija
Entramos a una tienda infantil, desde que Sam comenzó con querer usar ropa de "niña grande" y no más ropa para bebés decidí traerla a esta tienda.
—¿Te gusta?—le pregunté mientras ells se miraba en el espejo y modelaba unos jeans que se había probado
—Me gustan pero me hubieran encantado si tuviera un pequeño dobladillo aquí—señaló la parte baja de los jeans
—Nosotros podríamos doblarle cada vez que lo uses
—Me parece bien—respondió convencida
Mi celular comenzó a vibrar desesperadamente.
—Te llaman, mami—avisó Sam
Busqué mi iPhone en mi bolso y viendo que quién me llamaba era Kendall. Respondí la llamada
Llamada telefónica
—Hola hermosa—escuché la voz de mi novia del otro lado del teléfono
—Hola Keny—le respondí
—Fui a tu casa a verte pero tu mamá me dijo que iban a llegar un poco tarde porque salieron con Dinah
—Ups! Se me olvidó avisarte—le respondí—.Te pido disculpas Keny, te juro que olvidé por completo que irías—escuché una risita por parte de ella
—Tranquila, no te preocupes bebé. ¿Qué hacen?
—Vinimos con Yu a que se comprara un vestido para la comida que tiene con sus suegros
—¿Y Sam? ¿No se ha aburrido?
—Yep, pero ahorita está escogiendo ropa para ella—le informé
—Muy bien... Y ¿tú?, ¿no piensas comprarte ropa, tu?—preguntó
—No lo sé... Pero dime, ¿tú qué estás haciendo?
—Revisando unos apuntes de la facultad. Algo aburrido—reí un poco—.Bueno, te dejo preciosa. Veré si en un rato más te voy a ver, ok?
—Ok.. Tampoco quiero que por ir a verme descuides tus estudios, Kendall
—No lo haces creo que desde que comenzamos andar he subido de calificaciones—soltó una risita—.Me saqué la lotería contigo, bebé
—¡Te adoro!—le dije
—Yo mucho más. Bueno, te dejo ¿si? Me saludas a Sam y a Yuri. Adiós, bonita
—Yo les digo, gracias.
—Bien, adiós. Te quiero
Fin de la llamada telefónica
Cuando Sam terminó de escoger su ropa, fuimos a pagar a la caja. Salimos de la tienda y fuimos en busca de Yuri. La Polinesia estaba conversando con una señorita de los probadores.
—¿Acabaste?—le pregunté al verla y ella asintió
—¿Qué te parece?—me mostró su vestido
—Está muy bonito, Yu. Te verás muy hermosa
—Gracias, Walz
****
—¡Abuelita!— Sam corrió hasta mi madre quién estaba en la sala junto a mi hermana viendo un programa de reality show
—Mi niña—besó ambas mejillas de mi hija—.¿Cómo les fue?
—Muy bien abuelita, mi mamá me compró ropa
—Wow... Qué bonita mija
—Ve a dejar tu mochila a tu cuarto y ahorita bajas a enseñarle tu ropa, ¿vale?
—Está bien—corrió hasta las escaleras—¡Ahorita regreso, abuelita!—gritó desde las escaleras
—¡Te espero aquí, mi niña!—le gritó ella
Me encargué de saludar a mi madre y a mi hermana, y me uni a ellas a ver el reality show.
—¿Dónde está papá?—pregunté
—En el despacho trabajando—me respondió mi madre sin dejar de ver el televisor
—¿Y mi hermana?
—Salió con una chica—está vez respondió Sofi—.Creo que ya es su novia—habló ella emocionada
—¿Una chica?—pregunté y mi madre asintió
—Se llama Taylor pero no me gusta para Meena, es mayor que ella—dijo mi madre
—Bueno, si Meena está saliendo con ella y ella es feliz pues tenemos que darle apoyo, ¿no crees?—le dije
—Creo que tienes razón, cariño—me dijo Phon
Al poco rato, Sam apareció nuevamente en la sala, le mostró a mi madre y a Sofi su ropa nueva.
Mandé a Sam a ducharse pero como todo niña de seis años y de todas las edades... No obedece cuando le dicen que haga las cosas, aún así yo creo que Sam no es como algunos niñitas que les tienen que estar dice y dice las cosas.
*****
—Buenas noches, te amo—le dije mientras besaba su frente
—Yo te amo más—me sonrió mientras la arropaba con sus cobijas—.¿Mamá?
—¿Si?
—¿Crees que pueda llamarle a mamá Freen?—hice una mueca
—Ya es tarde, será mañana ¿si? Ya debe estar durmiendo
—Son las diez... Ella siempre duerme tarde porque se la pasa viendo lo de su trabajo. Además los fines de semana se devela porque vemos películas
—Se desvela porque estás tú—besé su nariz provocando una risita de su parte—.Mañana le hablas, ok?
—Ok...—habló rendida
—Buenas noches, amor—besé por última vez su frente y me levanté de la cama
—Buenas noches, mami—dijo ella y apagué la luz antes de salir de la habitación
Entré a mi habitación, encendí la luz, me quité mis zapatillas. Tomé mi libro "La tempestad" de William Shakespeare, me senté en el borde de mi cama para comenzar a leer.
Después de leer unas diez páginas escuché que tocaban la puerta de mi habitación.
—Adelante...—dije para dar el acceso
—Mija—entró mi madre—.¿Qué lees?—cerro la puerta
—La tempestad de Shakespeare—cerré mi libro y lo dejé sobre mi cama—.¿Ya llegó Meena?
—No aún no—dijo ella—.Hija, quería preguntarte algo...
—¿Sobre qué...?—pregunté
—¿Por qué te hiciste una prueba de embarazo?—se cruzó de brazos
Mi semblante cambio por completo, tiré la prueba pero olvidé quitar la caja de mi cama. ¿Cómo lo olvidé? Joder.
— Becky, te estoy hablando. Respóndeme, quiero que me digas por qué te hiciste una prueba de embarazo
—Yo...
— Becky, te hice una pregunta
—La pru-prueba esa no es mía...—mentí
—¿Entonces? ¿De quién?—me estaba poniendo más nerviosa de lo que ya estaba
—Es de Yuri, mamá—volví a mentir
—¿De Yuri? No me mientas Becky
—No te miento, es de Yuri. Ella y Nam quieren tener ya un hijo y ya comenzaron el tratamiento de la inseminación artificial. Pero Yuri no quedó embarazada en el primer intento. De ella es la prueba
Mi madre me miraba atenta y seguía con los brazos cruzados a su pecho.
—Hmmm... Espero que Yuri quede embarazada a la próxima