·𝑬𝒎𝒑𝒂𝒕𝒉𝒚 & 𝑰𝒍𝒍𝒖𝒔�...

By lagatanegra03

2.7K 436 2.9K

Escrita junto con @anfitriteytalasa ✿.。.:* ☆:**:. Fanfic Fate: The Winx Saga .:**:.☆*.:。.✿ Alphea, el interna... More

●Cast de personajes●
💜🧚🏻‍♀️💚 PREMIOS 💚🧚🏻‍♀️💜
Capítulo 1: El chico de los cuchillos
Capítulo 2: Hada del engaño
Capítulo 3: Lío de habitaciones
Capítulo 4: El hipotético rubio
Capítulo 5: ¿Has tenido un mal día?
Capítulo 6: Meteduras de pata
Capítulo 7: Temperamento explosivo
Capítulo 8: Habilidades sociales
Capítulo 9: Cobarde, capullo e insoportable puercoespín
Capítulo 10: Exnovias y futuras novias
Capítulo 11: Encuentros fortuitos, los Haaly y una nueva amenaza
Capítulo 12: Una mañana catastrófica
Capítulo 13: Las comparaciones son odiosas
Capítulo 14: La cólera del hada verde
Capítulo 15: La fuerza de la mente y del cuerpo
MUSA
Capítulo 16: El estratega
Capítulo 17: Los celos del traidor
Capítulo 18: Susurros tras la puerta
Capítulo 19: Presentimientos y champú de coco
Capítulo 21: Los poderes de Melody

Capítulo 20: Espiando conversaciones y enfrentando monstruos

70 12 109
By lagatanegra03

Una hora antes de que Pitt fuera herido. 

Miro mis deportivas con una mueca. No combinan con el resto del atuendo, pero es que no tengo tiempo de ponerme algo más cómodo por dos simples razones: la primera, Terra me está esperando desde hace un buen rato, y la segunda, no pretendo llamar la atención disfrazada de ninja. Bastante tengo con el hecho de que medio colegio murmura a mis espaldas que soy una clase de monstruo capaz de jugar con la mente de los demás haciendo uso de mis repudiados poderes. ¡Qué pesados son todos!

Renuncio a adoptar el aspecto de una persona con sentido de la moda y, al mismo tiempo, acepto que Stella me va a martillear la cabeza haciendo comentarios sobre el mal gusto que tengo. La realidad es que voy a jugarme la vida para ayudar a una de las hadas más pedantes de la escuela a recuperar su anillo mágico y asumo desde ahora mismo que no recibiré un simple «gracias» a cambio. 

Suspirando salgo de la habitación para toparme de frente con Beatrix en el salón. Está hablando por teléfono con alguien. Luce bastante iracunda, tanto que no me ha oído. Está absorta en la conversación. 

—¿Hablas en serio? ¿Eres idiota o qué te pasa? ¡Nos la vamos a cargar por tú culpa! ¡Ella se va a enfadar!

Me intriga saber a quién grita —podría tratarse de cualquier persona, más que nada por que la enana furiosa se pasa el día chillando— y también tengo curiosidad por saber de qué hablan. 

Doy un paso al frente y el suelo cruje bajo mis pies. Vaya, qué mala pata. Mi odiada compañera de cuarto se gira rápidamente y echa un vistazo a su alrededor. Sin embargo, no ve nada extraño y eso es porque inmediatamente he hecho uso de mis poderes para crear la ilusión de que en nuestra sala común no hay nadie. ¡Já! ¡La próxima vez llamas hada del engaño a otra, bonita!

Sí, lo sé. Esto es espiar a la gente y está muy mal, pero recordemos que esta pequeña enana de pelo rojizo se ha pasado las últimas horas contando por el colegio qué clase de hada soy para que todos me hagan el vacío. Así que disculpadme si decido saber qué demonios se trama ahora. 

—¿Danny, me has escuchado? ¡No podemos hacer eso! —repite Beatrix—. Por Riven no te preocupes, eso está bajo control. 

Algo debe decirle el tal Danny que a la pequeña psicópata no le acaba de gustar porque frunce el ceño y esboza una mueca antes de responder con mal tono:

—Sky no es un problema. ¡Si Riven no le hace ni caso! Te lo digo yo, está controlado por esa parte, lo que hayas visto hace unas horas en el Ala de los Especialistas no significa nada... ¡No, Danny, no me ha tirado del cuarto! —Beatrix gruñe y grita—. ¡Me tienes hasta las narices, maldito sabelotodo! 

Después de eso cuelga el teléfono y lo lanza con violencia contra el sofá. No me atrevo a dar un paso porque temo que el suelo vuelva a crujir. Creo ilusiones visuales, pero no puedo alterar el sonido. Si el suelo cruje, lo escuchamos ella y yo. No obstante, el mundo me da un respiro cuando el hada de la electricidad recoge sus cosas y se marcha de la habitación sin mirar atrás. 

Respiro hondo y el verde lima de mi mirada desaparece. Ya estoy a salvo y, la verdad sea dicha, siento mucha curiosidad por saber qué significa todo eso. ¿Cómo que Riven está controlado? ¿Quién es Danny? Es un nombre demasiado común, estoy convencida de que hay cantidad de estudiantes que se llaman así en Alphea... ¿Y quién es la qué se va a enfadar si se entera? Pero lo más inesperado y que no me podía tan siquiera imaginar, es que Beatrix tuviera amigos. 

Pensando en estas cosas salgo del cuarto, no sin antes dejar pasar unos minutos de margen para asegurarme de que La Bruja Mala del Oeste no me ve. Corro hacía el invernadero. Con lo que he tardado no me extrañaría que Terra hubiera terminado de hacer la poción esa para dormir al quemado hace ya rato. Seguro que está aburrida esperándome y yo me siento fatal por haberla dejado colgada más tiempo del necesario... Entre la conversación con Sky, la aparición estelar de Sam y ahora espiar a Beatrix, me he entretenido demasiado. 

—¡Lo siento, Te...!

Interrumpo mis gritonas disculpas en cuanto entró al invernadero y veo a mi amiga riendo como una niña mientras habla con un chico. Me suena haberle visto antes en el campo de entrenamiento de los especialistas, creo que el día que vi a Sky por primera vez. Aun así, desconozco su nombre o a qué curso va. Tiene pinta de ser de primero y está claro que a Terra le encanta su compañía y a él la de ella.

–¡Ellie! —dice ella cuando me ve de pie como un robot mirándolos con cara de tonta—. Ya has llegado, te estaba esperando... ¿Conoces a Dane?

¿Dane? No me suena ni un poquito. 

—No —digo escueta, pero me aproximo al chico, que sonríe amablemente, y le estrecho una mano—. Encantada, Dane. Yo soy Ellie. 

—Sí, lo sé. Todo el mundo habla de ti. El hada de las ilusiones que ha aterrorizado a media clase en su primer día. Qué mal inicio de curso, chica... Pero tranquila, a partir de ahora solo pueden ir las cosas a mejor.

Mira que majo. Desde luego, no tiene el don de la oportunidad. Me ha dicho eso como si nada, no se le ve malas intenciones y sigue sonriendo como si no entendiera que esa clase de comentarios es mejor guardarlos para uno mismo. 

—Pues a mí nadie me ha hablado de ti —le suelto. No va a ser él el único sincero de la sala.

Dane se sonroja y mira a Terra que está recogiendo la pócima y riendo incómodamente. 

—Qué bien que os llevéis tan bien —miente tras su risa nerviosa—. Bueno, Dane, me ha encantado hablar contigo, pero tengo que irme con Ellie. 

Yo asiento, sonriente. 

—Ha sido un placer. La próxima vez que nos veamos te enseño cómo funciona mi magia. —El chico abre los ojos como platos. Parece que piensa que soy una clase de bruja macabra—. ¡Hasta luego!

Camino acompañada por Terra hacia la salida del invernadero. Aisha ha avisado por el grupo de WhatsApp que tenemos las siete y Sky —excluyendo a Beatrix por no ser parte de nuestro operativo suicida—. Sky ha dicho algo así como que no vendría porque tiene que distraer a la directora Farah, pero yo creo que la verdad es distinta: se ha quedado mal después de nuestra conversación y el plan tan idiota de Sam y está haciendo lo posible por evitarme. Ni celos ni nada, entre Sam y yo, hemos deprimido al especialista estrella de Alphea. Me pone triste pensar eso. 

—¿Todo bien, Ellie? —pregunta Terra—. Te noto distraída... ¿Ha pasado algo antes?

—¿Antes?

—Sí, después de tartamudear delante del hermano mayor de Melody y marcharte acompañada del novio de Stella —dice como si nada. 

Me detengo a mirar a Terra con una sonrisa ladeada. 

—¿Por qué no les llamas por su nombre? Pitt y Sky.

—Porque considero interesante que analices la clase de chicos en los que te fijas: el hermano de tu mejor amiga y el novio de tu compañera de cuarto. Hay más chicos en Alphea súper interesantes...

—Espero que no me saques tú también a Sam Harvey —digo molesta—. ¡Qué insistencia!

Terra se detiene y me mira sorprendida. Parece que he dicho algo bastante grave por su expresión y me pregunto si ella estará enamorada de Sam, aunque por lo que he visto hace unos minutos, parecía bastante interesada en Dane. Qué hablaré yo, si cada vez me fijo en un chico diferente...

—¿Te gusta mi hermano? —pregunta—. Ellie,  no fastidies, ¿no puedes conformarte con el de Melody? ¿Es necesario que ahora una de mis pocas amigas salga con mi hermano? ¡Él ya lo tiene todo! Se lleva bien con la gente, no es un bicho raro como yo y...

—A mí no me gusta Sam y no sabía que era tu hermano —la interrumpo—. Pero es amigo mío, Terra. Le conocí antes que a ti y a las chicas, me crucé con él al llegar a Alphea.

Terra mira al suelo, dudosa. No quiero herirla, de hecho, le estoy diciendo la verdad. Yo no sabía que estaban relacionados y mucho menos que hay una especie de rivalidad ficticia —de la que juraría que Sam no tiene conocimiento— porque Terra se siente insegura frente al resto de estudiantes.  Ella suspira y vuelve a reírse nerviosamente. Seguramente ahora se siente un poco ridícula por haber dicho eso, pero creo que la entiendo. A veces, aunque queramos muchísimo a una persona, no podemos evitar sentir un poquito de celos cuando vemos que son capaces de hacer cosas que nosotros no podemos. 

—¿Te cuento una cosa? —digo—. Cuando yo era pequeña, a los nueve o diez años, tenía mucha envidia de Melody. Ella siempre hacía amigos y se llevaba bien con todo el mundo, pero yo solía quedarme sola en los recreos del colegio y era repudiada por los demás a causa de mis poderes. 

—Lo siento mucho, Ellie. Debió ser muy duro para ti. 

Asiento y sigo caminando, seguida por los pasos de Terra. 

—Los demás niños me veían peligrosa, ellos y sus padres. Todos menos la propia Melody a la que yo envidiaba. ¿Irónico, no? Tenía celos de la persona que me protegía y me apoyaba. Tuve que recordarme que ella no era mi enemiga. Quizá a mí me cueste más hacer amigos, pero no significa que sea peor que Mel. Somos diferentes y cada una brilla en un aspecto más que en otro —explico—. Como Sam y tú, ¿verdad? 

—Así es, él siempre está ahí cuando lo necesito. Aunque no sé en que brillo yo exactamente... —murmura mirando al suelo.

—Bueno, amiga mía, ahora vamos a dormir a un quemado gracias a tus habilidades como botánica —bromeo—. Eres la pieza fundamental de este operativo, sin ti no habría plan.

Creo que he dado en el clavo porque eso le saca una sonrisa sincera y veo como sus hombros se relajan. Parece que Terra se siente mucho mejor ahora que le he dado valor a sus acciones y me encargaré de que las demás le den las gracias también, incluida la Princesa Purpurina. Quizás a ambas nos cueste hacer amigos, pero también tenemos nuestros puntos fuertes que nos hacen imprescindibles. 

—Gracias, Ellie —me dice. 

—Ah, bueno, no me las des hasta escuchar lo que tengo que decirte... —Rio avergonzada, ni siquiera sé por donde empezar y ella me mira con curiosidad—. Respecto a tu hermano, bueno... Digamos que tiene unas ideas un poco locas, como, por ejemplo, fingir que es mi novio para poner celoso a Sky...

—¡¿Qué?! —grita.

—Sí, lo sé. Es todo una completa locura, pero fue idea de Sam y yo no supe reaccionar a tiempo. 

Le cuento a Terra mi conversación con Sky después de planear la operación secreta en el comedor —ahora que lo pienso, aquel no era el mejor lugar para hacerlo— y la posterior intervención de su hermano que, por muy bien que me caiga, estaba cotilleando detrás de los arbustos. 

—Eso va a salir mal —sentencia mi amiga—. Lo único que vas a conseguir es que Sky piense que no te interesa y se quede con Stella.

—Estoy de acuerdo, pero... No sé, Sam está convencido de que le pondré celoso... —Suspiró—. Se me dan fatal estas cosas, yo nunca he salido con nadie, ¿sabes? Todos se van corriendo con eso de que mi magia engaña a las personas... Parece que no soy de fiar.

—Pero ¿alguna vez la has usado con algún amigo o...? —pregunta con disimulo.

—No, ¡por todas las hadas, Terra, no! Jamás se me ocurriría. —Me abstengo de mencionar que hace unos instantes sí la he utilizado para espiar a Beatrix, aunque a mi juicio la situación no es comparable. La enana rabiosa se trama algo y sospecho que está poniendo a Riven en riesgo.

Apenas hemos salido del edificio principal y pronto parecen oírse unas voces próximas. No las reconozco al principio y por eso le hago un gesto a Terra ordenándole que se detenga. Aquí hay muchos estudiantes y no necesariamente tiene que ser nuestros amigos quienes estén charlando. Estamos desobedeciendo las normas más básicas de Alphea y bajo ningún concepto podemos dejar que nos descubran, así que hay que ser discretas. Bastante tengo ya con los rumores como para ahora encima sufrir un castigo. 

—¿Te has enfadado con él? —dice una voz aguda y automáticamente sé de quién se trata ahora que la he escuchado con claridad. 

—Un poco, le veré lo justo y necesario porque es mi compañero, pero... —Ese tonito inseguro y tímido también me suena. Juraría que es el grandioso cotilla al que casi mato esta mañana. Pobre chico, la verdad es que me he pasado un poco con la bronca. 

Terra me estira del brazo y se pone el dedo índice sobre los labios, indicándome silencio. Lo comprendo al instante: quiere oír que se traen esos dos y no me extraña. ¿Con quién se ha enfadado Timmy? Menudo día llevo yo que no paro de escuchar conversaciones ajenas sin permiso. Pero... ¡Está interesante! Melody intenta averiguar qué ha pasado entre Timmy y otra persona —utiliza el pronombre «él» así que sabemos que se trata de un chico y yo sospecho que seguramente sean Riven o Sky— aunque no hay manera de que el cotilla suelte una palabra. Para ser el chismoso por excelencia de Alphea, hoy se le ve bastante hermético. 

Cuando ambos se despiden con una actitud demasiado tierna para ser simples amigos, Terra y yo intentamos verles asomando discretamente y Melody nos pilla de pleno. Claro, es que demasiada suerte he tenido yo con Beatrix, no se iba a repetir otra vez. 

—¿Algo que contarme, Mel? —pregunto con una sonrisa traviesa pintada en la cara. 

—¿Algo que contarme sobre Sky, El? —me suelta ella con la misma clase de sonrisa.

Qué orgullosa estoy, la he entrenado bien. Poco a poco la alumna superará a la maestra y, cuando no me de cuenta, Melody será la nueva reina de las pullas y me tocará abdicar en su nombre. ¡Y con mucho gusto lo haré, claro que sí!

Es tarde y no me entretengo poniéndole al día con el complot de Sam para ganarme la atención de Sky. Ya habrá tiempo para contarnos todo cuando terminemos la misión suicida. Ahora debemos enfrentarnos a un quemado y nuestra mente tiene de estar centrada única y exclusivamente en eso. 

Tras una breve caminata hasta la barrera, nos encontramos con el resto de las chicas —Aisha discutiendo a voces con Stella, pero ¿quién no lo haría?— y Terra enseña la poción que tiene por nombre Sambac, aunque yo prefiero llamarla Simbad porque suena más aventurero. Ponemos rumbo a la cabaña. Hay que darse prisa o Silva y los soldados llegarán antes que nosotras, lo matarán y nos quedaremos sin anillo y con una Stella muy, pero que muy, insoportable en el cuarto. 

Al internarme en el bosque recuerdo los hermosos paisajes de Linphea, mi hogar, y respiro el aire puro de la naturaleza. Terra se ha puesto a dar órdenes en plan sargento, más que nada porque conoce la zona de maravilla y nos está haciendo de guía, y yo sigo a las demás procurando no perderme. Por muchas plantas que haya, no tengo ni idea de dónde estoy y hay criaturas mágicas y misteriosas poblando este lugar. 

No han pasado ni quince minutos y me doy cuenta de que Melody se ha quedado atrás. Me giro a contemplarla y le veo algo preocupada, con la cara pálida y mirada perdida. No sé qué le ocurre, así que decido aproximarme para preguntarle. 

Bromeo sobre Timmy, pero no consigo hacer ningún bien. Parece que ella está empezando a llevarse demasiado bien con él porque no se ríe, es más, me recuerda que es su amigo y que debería estar molesta con Beatrix, pues lo cierto es que el pequeñín de las gafas no hizo nada. Ahí tiene razón y me toca disculparme.

—¿No te parece que está todo muy silencioso? —dice de repente—. El, tengo un mal presentimiento.

—¿Qué pasa? —La observo preocupada, no sé de dónde saca esas conclusiones.

Miro a nuestro alrededor y pronto descubro que estamos solas. Hemos perdido de vista al resto y ni siquiera nos hemos dado cuenta. Tampoco pueden andar muy lejos, al fin y al cabo solo han sido unos segundos de despiste. 

—El Quemado está suelto, puedo sentirlo—dice Melody.

¿Cómo que puede sentirlo? Hasta hace dos días mi amiga no sentía nada, solo transmitía y absorbía. Es decir, Melody no tiene la habilidad de Musa. Al menos eso pensaba yo, pero aquí la tengo, diciendo que sabe que hay un maldito quemado dando vueltas por aquí tan tranquilo. 

Antes de que pueda preguntar qué narices pasa aquí, me ordena reunirme con Aisha, Bloom y Stella, que no tengo ni idea de dónde están, mientras ella se dirige hacia Terra y Musa. Echo a correr como alma que lleva al diablo, buscando por todas partes a las demás. Si el quemado está suelto, estamos todas en grave peligro. Por no decir que como ataque a Bloom lo mismo la pelirroja incendia el bosque entero y morimos todas abrasadas. 

Llego a la cabaña, pero no veo a Bloom y a las demás. No sé qué está pasando, así que decido salir al bosque de nuevo y pedir ayuda. Tropiezo con las raíces salientes de un enorme árbol, caigo de bruces sobre el barro y me tuerzo el tobillo. 

—Joder, joder, joder... —repito nerviosa y a duras penas consigo ponerme en pie.

Estoy sucia, perdida y atemorizada. Creo oír algo arrastrándose entre las sombras y miro en todas direcciones. Sé que es el quemado. Quizá no tengo los poderes de Musa o Melody, pero no soy tonta. Ese bicho está aquí cerca y si me ve, me mata. 

Rápidamente uso mi magia para crear una ilusión. Al sentirme nerviosa me cuesta concentrarme y no puedo hacer más que fingir que soy un árbol. De esta manera, el monstruo no me verá a mí, sino a un moribundo abeto que contrasta notablemente con el resto de la vegetación de este bosque en el lugar en el que realmente estoy yo. Si Melody estuviese aquí, sin embargo, lo reconocería al instante: es el árbol que hay frente a mi casa en Linphea. Mi hermano Logan suele treparlo a menudo porque nuestro gato, de alguna extraña manera, siempre se queda atrapado en una rama sin saber cómo bajar. Joder... ¡Le tendría que haber pedido que me enseñara a trepar! A Logan, no al gato.

Espero unos minutos y de pronto mi entorno se silencia. Creo que el quemado se ha marchado, lo cual puede significar que está siguiendo a alguna de mis amigas. Sea lo que sea, dejo de usar mis poderes y reanudo la caminata. La razón me suplica que vuelva derechita a Alphea y pida ayuda, pero el corazón me ordena que les ayude. Así que temblando me obligo a seguir adelante. 

Un ruido violento, como un cañonazo de agua, se escucha a poca distancia. En seguida pienso en Aisha y acelero siguiendo el sonido del torrente. No debe de estar muy lejos, ya que al poco tiempo escucho voces familiares. 

—Bloom, ¿estás bien? —Sin duda, es Aisha la que habla.

Así que están las dos juntas. Eso es bueno. Consigo divisarlas a lo lejos y sonrío. Siento un enorme alivio y sin pensarlo me lanzo a la espalda del hada del agua abrazándola por sorpresa.  

—¡Socorro! —grita.

—Es Ellie, solo es Ellie —se apresura a decir Bloom y me saluda sonriendo. Parece tan cansada como Aisha o como yo misma, y enseguida entiendo el porqué.

El asqueroso y repugnante cuerpo del quemado se exhibe tras ella enclavado en un tronco partido. Está muerto, al menos eso parece. Me detengo a apreciarlo en toda su esencia, pues es la primera vez que veo a esa criatura del infierno. Es alto, tiene forma humana, con las extremidades increíblemente largas y no tiene rostros. Tampoco parece que esté recubierto de piel, sino de una textura negra y pegajosa que se asemeja al alquitrán. Es repulsivo. 

—Mira —Aisha señala una de las costillas del quemado—. ¿Eso no es el anillo?

Un ligero brillo se hace espacio entre tanta asquerosidad. Concuerdo, eso tiene pinta de ser la joya de la corona de Solaria, lo que me hace reírme en una estruendosa carcajada que sorprende a las otras dos. 

—Pero bueno, ¿tú de qué te ríes? —me dice la pelirroja—. ¿Sabes que esa cosa casi me mata?

—Es que ¿cómo se te ocurre adentrarte sola en el bosque? —la riñe Aisha—. ¿Estás loca?

Dejo de reír y me limpio la cara. 

—¿Os dais cuenta de la cara que va poner Stella cuando le digamos que su adorado anillo mágico está manchado de sangre de quemado? —Vuelvo a reír porque las miserias de la retorcida pija me hacen feliz. Está mal reconocerlo pero es cierto. 

A las chicas se les escapa una ligera sonrisa y Aisha, la más responsable, niega con la cabeza. 

—Venga, coge el anillo y vámonos de aquí —dice—. Toda esta zona es peligrosa... Además, tenemos que volver a la escuela para saber cómo se encuentra el entrenador Silva.

La sonrisa tan inoportuna que durante un buen rato se había asentado en mi cara, desaparece por completo. No sé de qué están hablando, apenas conozco a Silva de hace un día y no he tenido mucho diálogo con él, pero, si no recuerdo mal, era quien lideraba la partida de soldados en la que salía Pitt hace unas horas. 

—¿Qué le ha pasado al entrenador? —pregunta Bloom.

La miro brevemente para comprobar que la pelirroja anda tan perdida como yo y frunzo el ceño. El hada del agua respira hondo y señala el anillo de Stella que sigue incrustado en el cuerpo del quemado muerto. 

—Cuando llegamos a la cabaña el bicho este ya no estaba encadenado, por lo que supimos que se había escapado. Después, Terra, Musa, Stella y yo salimos al exterior y encontramos a todos los soldados de Solaria muertos, despedazados por el suelo...

—¡¿Qué?! —exclamamos Bloom y yo a la vez. 

—Menos el entrenador Silva, que está gravemente herido y envenenado, el resto han muerto —resume—. Stella ha ido a pedir ayuda, Terra y Musa están curándole las heridas a Silva hasta que lleguen los refuerzos y yo me he separado para encontrar a Bloom.

Se me ha parado el corazón, no soy médico ni tengo forma de comprobarlo por mí misma, pero estoy segura que ese dolor punzante que siento en el pecho es una parada cardiaca. Mi mente solo piensa en una persona y reconozco que no es Silva. Pitt iba en esa partida, estaba con los demás soldados y Aisha ha dicho que todos han muerto menos el entrenador de los especialistas. 

—-¿Es-estás segura de que todos...? —No llego a terminar la pregunta, se me atragantan las palabras.

Aisha asiente lastimosamente y me acaricia el brazo. 

—Pero no he visto al hermano de Melody. No quiere decir que esté vivo...

—Algo es algo —la interrumpo, agarrándome por completo al rayito de esperanza que acaba de filtrarse en mi corazón. Si no hay cadáver, no hay muerte. Solo debo tener fe en que las cosas salgan bien para él. 

Nos quedamos las tres mirando al monstruo. Luego Bloom se arma de valor y mete sus dedos en el cuerpo de la criatura hasta arrancar el anillo. Está hecho un asco y a Aisha le entran arcadas al verlo, pero yo me he fijado en otra cosa. Algo ha caído al suelo. 

Mis ojos recorren el trayecto de caída, pero parece que soy la única que se ha dado cuenta de ello. Oigo a Bloom quejarse por tener que limpiar la sortija de Stella con su ropa y Aisha repetir por enésima vez que nos vayamos porque allí fuera estamos en peligro. No comprendo por qué si ya hemos matado al monstruo, pero reconozco que no me gusta estar allí.

—Como se entere Dowling de que estamos fuera de la barrera, nos expulsan. —Doy un respingo. No me acordaba de la directora.

Las chicas comienzan a caminar de regreso a la escuela y, para no perderlas porque me da pánico quedarme sola ante la presencia del ser demoníaco cuyo cadáver sigue enclavado en la rama de un árbol, recojo rápidamente lo que ha caído y lo estudio mientras sigo los pasos de mis amigas. No es más que un trozo de tela negra. Aunque quizá es negra por la sangre del quemado. 

Espera. Parece que hay unas letras bordadas. 

«En el auge de nuevos líderes y nuevos títeres»

¿Eh? ¿Ya está? ¿Esa frase no está a medias? Miró de reojo hacía atrás donde poco a poco la silueta del quemado se hace más y más pequeña. Ni de coña pienso volver a recuperar el resto. 

Guardo el trozo de tela en mi bolsillo para enseñárselo a Mel más adelante. A lo mejor es parte de la ropa de una de las víctimas del Quemado. No lo sé, tengo cosas más importantes en las que pensar como por ejemplo, si Pitt está vivo. 

A ver, a ver, a ver...¿con quién narices hablaba la Beatrix? ¿Qué es ese fragmento que Ellie encontró? ¿Pitt estará vivo o no?👀

Pues os dejamos con la duda, en el siguiente capítulo se verá resuelto todo ;) Advertimos que pagamos los pañuelos pero no los psicólogos después de ello.🤡

Continue Reading

You'll Also Like

158K 16.8K 38
⠀⠀⠀⠀ ⠀★ jeongguk es un ⠀⠀⠀⠀⠀⠀famoso actor porno ⠀⠀⠀⠀⠀⠀y taehyung un lindo ⠀⠀⠀⠀⠀⠀chico que disfruta de ⠀⠀⠀⠀⠀⠀public...
204K 11.5K 19
El maldito NTR pocas veces hace justicia por los protagonistas que tienen ver a sus seres queridos siendo poseidos por otras personas, pero ¿Qué suce...
73.3K 6.1K 18
"No, claro que no, es obvio que no me gusta Bradley, el es mi enemigo y... Maldito idiota, sal de mi mente, haces que mi corazón se acelere." Max es...
859K 127K 101
Toda su vida fue visto de menos y tratado mal por las personas que decían ser su familia, estaba cansado de que todas las noches llorara por aunque s...