Invierno de colores✓

By Mari_p08

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LIBRO 3. SAGA «COX» Ethan es el prototipo de chico tímido que por lo general no tiene muchos amigos. Mack es... More

SINOPSIS.
UNO
DOS
TRES
CUATRO
CINCO
SEIS
SIETE
NUEVE
DIEZ
ONCE
DOCE
TRECE
CATORCE
QUINCE
DIECISEIS
DIECISIETE
DIECIOCHO
DIECINUEVE
VEINTE
VEINTIUNO
VEINTIDOS
VEINTITRES
VEINTICUATRO
VEINTICINCO
VEINTISÉIS
VEINTISIETE
VEINTIOCHO
VEINTINUEVE
TREINTA
TREINTA Y UNO
TREINTA Y DOS
TREINTA Y TRES
TREINTA Y CUATRO
TREINTA Y CINCO
EPÍLOGO

OCHO

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By Mari_p08

8. Será nuestro secreto.

El viernes había llegado por fin.

Debía reconocer que estaba más que nerviosa, estaba muy ansiosa y emocionada al mismo tiempo. Como jamás me había emocionado.

Digamos que tenía razones de peso para ello.

El como me había atrevido a dar el paso, por ejemplo. Soy consciente de que fue algo atrevido y quizás pudo haber salido mal, pero por suerte no fue así, sino todo lo contrario a eso.

Había salido muy bien.

Después de que sí llevaba un tiempo prolongado intentando hacer semejante propuesta a semejante chico, por fin había tenido las agallas para decírselo. Y, a pesar de que al principio pensé que me diría que no, supongo que supe manejar la situación y él se lo tomó bien.

Lo que ahora mismo, me sacaba una sonrisa.

Bueno, al menos uno de mis muchos arrebatos había salido como esperaba.

Y eso me trasportaba a este momento.

Mi mano se movía distraídamente con el tenedor alrededor del plato. No probé gran cosa, solo me distraje pensando en una forma oficial de preguntar lo que debía preguntar. Estaba un poco nerviosa, sí, y quizás eso fue suficiente para llamar la atención de las demás personas en la mesa.

Jonas frunció el ceño, pidiéndome con su mirada que le dijera por qué no comía. Mientras que Mike, masticaba lentamente con tal de no hacer ni un minúsculo ruido.

Pasé saliva

Sin decir nada, me adelanté y saqué el tramo de hojas que tenía en mis piernas. Los ojos se posaron en mí, especialmente cuando lo dejé en el centro de la mesa.

Mi padre me miró lentamente

—Son borradores —expliqué—. He estado muy concentrada en escribir el ensayo de admisión a la universidad. Seleccioné varios temas y realicé tres opciones que quiero que veas.

Pareció curioso

—¿De verdad?

—Sí, además de que he leído todos los libros que has dejado en mi habitación. Voy en el último, ahm... las últimas páginas.

Por primera vez, juro que lo vi algo satisfecho. Tomó las hojas y las ojeó sobre su plato. Esperé alguna reacción de su parte, tomando mis dedos bajo la mesa.

Él asintió al cabo de unos minutos

—Es... interesante. ¿Cuál de los tres escogerás?

—Esperaba obtener tu opinión al respecto.

Volvió a asentir

—Debes trabajar más en el primero —dejó todo sobre la mesa otra vez—. Me lo llevaré y le haré unos cambios que dejaré en tu escritorio esta noche.

Esta noche

Titubeé, mordiéndome los labios

—Hablando de eso... quería hablarte sobre algo.

—¿Sobre qué? —continuó comiendo con normalidad

Tomé aire profundamente, controlando la ansiedad

—El baile de la escuela es esta noche, yo... quisiera ir.

Todo se quedó en silencio después de eso

El hecho de que no pudiera siquiera decirlo con una voz normal o al menos segura me recordaba que en esta casa, la relación de los hijos con los padres literalmente no existía.

Por suerte, mi madre a veces abogaba por mí.

Algunas veces, cabe recalcar.

—Me parece que Mack se lo ha ganado —habló por primera vez—. Mírala, de verdad se está esforzando.

Mi padre mantuvo su postura

—Solo un montón de irresponsables asistirían a un baile. Puede terminar enviciada al licor o más allá de eso.

—Conoces a tu hija —continuó ella—. Mack no es así, solo quiere divertirse con sus amigos. Además, Mike irá como pareja de Wendy, él puede cuidarla.

Mi hermano se tensó, con su vista fija en el plato. Mi cuerpo de igual forma se puso rígido, pues el hombre de la casa decidió mirarme, aumentando mis nervios.

—¿Tú quieres ir, Mackenzie?

Asentí levemente

—Sí me gustaría. Volvería antes de las doce... o antes de eso. A la hora que me digas. No me embriagaré o beberé, lo prometo.

Pareció pensárselo, de esta forma, mis esperanzas aumentaron

—Ya deja esa cara larga —mi madre tomó su mano—. Debes entender que tu hija está creciendo, ¿de acuerdo? Cuando entre a la universidad no podrás vigilarla. Debe aprender a convivir con las personas y tener amigos.

Al parecer, las palabras de mi madre ayudaron en gran medida esta vez.

¿Mi padre lo estaba considerando?

Definitivamente, era un verdadero milagro.

Lo vi soltar un muy largo suspiro

—Irás únicamente porque has estado trabajando en tu admisión a la universidad —me apuntó—. Pero te quiero aquí antes de las doce.

—A la una —carraspeó mi madre, recibiendo su mirada reprochadora—. ¿Qué? Una hora más una hora menos.

No podía creer lo que estaba sucediendo.

—Bien, a la una —aceptó—. ¿Con quién irás?

—Wendy y Mike.

Evité mencionar a Ethan. Sí, puede que eso se oiga mal o se malinterprete después. Pero sinceramente prefiero no decírselo ahora mismo que está cediendo en darme un permiso por primera vez en mis dieciocho años de vida.

Más tarde se lo diré.

—Llevaré a tu madre a cenar, así que puede que volvamos más o menos a la misma hora.

Incluso la mujer pareció sorprendida de la repentina propuesta, sin embargo, eso le causó una sonrisita en la cara.

—¿Y yo qué? —Jonas levantó la cabeza al instante

—Tú irás con nosotros. —le indicó, a lo que mi hermano pareció un poco más satisfecho—. Me gusta que te comportes como una muchachita de tu edad sin descuidar tus responsabilidades.

La sonrisa se estiró por las comisuras de mis labios

—Bien hecho —finalizó

Solté el aire de una sola bocanada sin poder evitarlo.

Al parecer este sería uno de los mejores días de toda mi vida.

Obviamente, tan pronto mi padre se fue a trabajar y mamá nos llevó a la cafetería, me fui más feliz de lo que normalmente iba a algún sitio.

Mi mente empezó a rememorar el vestido que había comprado únicamente para esta ocasión, enviándome imágenes de cómo me vería y el peinado que me haría. Todo estaba completamente planeado, y que papá hubiese invitado a mamá a cenar a último minuto fue suficiente para que el momento se tornara más que perfecto.

Incluso mi madre estaba feliz, casi saltando en un pie.

En tantos años de matrimonio solo salían muy de vez en cuando, en uno que otro aniversario. Esta vez era algo sorprendente que puso a la mujer más contenta de lo que hubiese estado jamás.

Al parecer, todo iba bien.

Esta vez, me puse el delantal y atendí las mesas con una sonrisa en mi rostro. Lo hice mejor de lo que lo hubiera hecho antes, por lo que me dieron más propinas. Dinero que guardaría para más adelante.

Me recargué en la barra, suspirando

—¿No te parece extraño?

Volteé la cabeza rápidamente hacia la persona que murmuró eso. Jonas tenía la vista perdida, al mismo tiempo que masticaba su puré de manzana de la forma más lenta posible

—¿Estás en otra dimensión o qué?

—No creo que sea normal... ehm... que papá actúe así.

—Es normal. Se dio cuenta de que sus hijos sí le obedecen.

—Es que me invitó a cenar y todo —me miró, con confusión desbordada—. No crees que me dejará tirado a medio camino, ¿o sí? Porque no sé pedir dinero.

—¿De qué hablas?

—Antes de irse... besó mi cabeza —su rostro no podía tener una mueca más grande—. Lo oí decir algo de que me quería, ¿crees que es normal?

Sonreí

—Sí, es normal —revolví su cabello—. Papá nos ama, lo que pasa es que su forma de demostrarlo es... no tan buena como se espera, creo.

Asintió para sí mismo

—Bien, porque ya estaba pensando en la forma de llevarlo a un doctor sin que se diera cuenta.

Me reí. Él siguió comiendo con tranquilidad

En eso, escuché la campanita sonando con la entrada de alguien más. Wendy se adentró al local, quitándose la bufanda al mismo tiempo que se acercaba a nosotros

—Hola, Mack —revolvió el cabello de mi hermano—. Hola, pequeño Jonas.

—Wendy —él suspiró—. ¿Ya te dije que cada vez que te veo es como si iluminaras mis días?

—Cálmate, Shakespeare —bromeé—. Sigue comiendo.

Mi amiga sonrió, enternecida

—Lindo, lindo —caminó hasta detrás de la barra para soltar el pequeño bolso que traía, y después rebuscar su delantal para ponérselo—. ¿Cómo van las cosas? ¿Irás? ¿Iremos? ¿Paso por ti?

Le sonreí poco a poco

—Puedo decir, con total seguridad, que el plan ha funcionado perfectamente —levanté mi mano y ella chocó los cinco—. Mis padres se irán a cenar y nosotras nos iremos al baile.

—¡Wow! Sí —celebró—. Seremos dos mejores amigas bailando juntas y pasando un rato agradable. Al diablo las parejas.

Mi sonrisa se borró. Ella pareció notarlo rápidamente

—¿Qué?

—¿No te dije?

—¿Decirme? ¿Qué tenías que decirme?

Me rasqué la nuca, dudando

—Verás, ahm... sé que te dije que no llevaríamos pareja y que iríamos juntas a pasar un buen rato, pero... me armé de valor.

—¿Qué quieres decir con eso? —se inclinó—. ¿Qué hiciste, Mackenzie Blythe?

Solté una pequeña risa, cerrando mis ojos

—Invité a Ethan y me dijo que sí, ahora es mi pareja e iremos combinados y toda la cosa —lo dije de corrido, lo más rápido posible

Al abrir mis párpados, ella estaba procesando la información

—Oh.

—Sí, oh —le di una tensa sonrisa—. Lamento no habértelo dicho.

—No, da igual —le restó importancia—. Me alegra que te hayas atrevido. Y no te preocupes por mí, ¿sí? Bailaré sola.

—En realidaaaaaaad —alargué la palabra, con cara de saber más de lo que debía saber

Wendy me miró sin creerlo

—¿Qué hiciste?

—Tal vez... deberías prepararte para esto.

—¿Prepararme para qué, Mack? Dime algo, loca.

No lo hice, pues todo empezó en ese preciso instante

Una especie de canción ochentera sonó por los pequeños altavoces del lugar. Todos los clientes presentes dejaron de comer para prestarle atención a la persona que salió de la cocina abruptamente, luciendo más nervioso de lo que debería.

Mike se hizo a mi lado, sosteniendo una especie de letrero doblado. Wendy no dejó de mirarlo y confirmé, que mi hermano estaba casi temblando por la propuesta

—Wendy —aclamó

—No... ¡No! —Jonas golpeó su plato—. No te atrevas.

—Sé que esto es precipitado, pero lo diré —se posó justamente en la mitad de la cafetería, donde todas las mesas podían verlo, incluyendo a la susodicha que ahora parecía a punto de avergonzarse

Entonces, abrió el cartel y reveló el mensaje

«¿Aceptarías ir al baile conmigo?»

Las sonrisas cargadas de ternura no se hicieron esperar.

—¡Esto es denigrante! —exclamó Jonas—. ¿Cómo se te ocurre hacer semejante...?

Le metí un pan a la boca antes de que continuara

—Dile que sí —le susurré a la chica

Esta pareció caer en cuenta de la realidad

—Tú... ¿hablas enserio? ¿Me estás invitando?

—Sí... como mi pareja.

Al parecer este día no podía ser más raro.

Mike, había dejado de ser un auténtico cobarde.

—Acepta, acepta, acepta, acepta —los clientes se pusieron de acuerdo para animar, golpeando las mesas levemente

Mi madre salió en ese momento, confundida

—Wow —elevó sus cejas

Wendy puso una cara de angustia total

—No tienes que decir que sí si no quieres —le murmuré—. Pero ¿por qué no piensas en que sí quieres? Te conozco más que nadie, no lo olvides.

Finalicé con un guiño. Ella pareció escucharme

—Sí quiero. —susurró

Los aplausos rápidamente retumbaron por todo el lugar. Mike soltó todo el aire retenido, viéndose completamente aliviado de que no lo hubiese rechazado después de tanto.

Miré cómo caminó en dos zancadas hacia ella y de inmediato inclinó su rostro en busca de el de mi amiga. Esta reaccionó rápido y puso algo de distancia, nerviosa

—No te adelantes

—Sí, lo siento —el chico balbuceó, sacudiéndose el cabello—. Dijiste que sí.

—Dije que sí.

—Bien.

—Bien.

Luego de que todo pasó por fin y cada quien volvió a la normalidad, pude ver perfectamente que el puesto de Jonas estaba desocupado. Lo busqué con la mirada, solo para encontrarlo saliendo de la cocina con el tarro de crema batida sacudiéndose en una de sus manos

—Te dije que no y lo hiciste.

Mike reaccionó rápido, abriendo sus ojos con sorpresa

—¡Quítenmelo! —corrió del otro lado

Mi madre los siguió a ambos intentando calmar la situación. De todas formas, supongo que el niño pequeño supo aceptar su derrota, aunque nos se quedó con las ganas.

❄️

Cuando la noche llegó, me encontraba más nerviosa que antes, con el cuerpo temblando ligeramente y la emoción desbordándose por mis poros.

Wendy y yo estuvimos la mayor parte de la tarde encerradas en mi habitación, mirando el vestido tanto suyo como mío, observando videos en youtube para el peinado y demás.

Mike intentó más de una vez ingresar, así que nos encargamos de él.

Por otro lado, cuando el reloj marcó las siete en punto de la noche, mi hermano mayor y yo estábamos despidiendo a los demás miembros de nuestra familia que se irían a pasar una noche inolvidable.

Jonas seguía un poco molesto

—Debí golpearlo de verdad —masculló para sí mismo

—Pásenla bien —agité mi mano en señal de despedida

Mi padre condujo, mamá se subió a su lado y Jonas atrás. Antes de que el último ingresara, se volteó para señalar sus dos ojos con sus dedos, y después señalar a Mike en señal de advertencia

—Adiós —se despidió este, tenso

Apenas el auto partió por fin, me adentré primero para correr hacia mi habitación donde mi amiga ya tenía rulos en su cabello. Nos encerré, subiéndole un poco de volumen a la música

—Llegó la hora —suspiré

Teníamos una hora y media en total para estar listas, ya que, la invitación que nos dieron y la que le llevé a mi acompañante decía a las 8:30. Por lo que teníamos el tiempo medido para arreglarlos, maquillarnos, peinarnos y que todo saliera según lo planeado.

La sonrisa en mi rostro no se borró con nada.

Sí, estaba muy nerviosa, pero eso no le quitaba que anhelaba de verdad que la fiesta empezara ya mismo. Sabía, de antemano y en el fondo de mi corazón que sería un día inolvidable, por eso quería vivirlo lo más pronto posible.

Era la primera vez que asistiría a una fiesta, o a una salida con amigos.

La única vez que algo así pasó fue hace como dos años cuando Wendy planeó una fiesta para su cumpleaños. No fue nada comparado a eso. Ese día la celebración empezó a las nueve y mi padre fue por mí a las once, por lo que no la pasé tan bien y ni siquiera alcancé el pastel.

Esta vez, el hecho de que me hubiese trasnochado casi hasta la madrugada redactando ensayos y demás fue suficiente para que todo valiera la pena al fin. Antes de pedirle a Ethan que fuera conmigo, pensé en las cosas que podría hacer para que mi padre me permitiera asistir.

Esa fue la única que se me ocurrió. Y la que más efectiva resultó.

El tiempo pasó demasiado rápido. Por lo que, al estar listas por completo, ambas nos miramos en el enorme espejo que tenía colgado en mi pared.

Mi vestido era rosa pastel, con brillitos en el torso. No tenía escote, pero sí una pequeña malla que era increíblemente cómoda y sutil. Caía hasta mis tobillos y marcaba mi cintura.

Era como un traje de princesa.

El de mi amiga era parecido, solo que era color azul marino y con una abertura en el muslo. Había dejado sus crespos visibles, de manera que no tenía un peinado en específico. Su piel blanca resaltaba perfectamente.

En otras palabras, las dos estábamos hermosas.

Apliqué el perfume en mi cuello y terminé de alisar los mechones sueltos del moño bajo que había armado en mi rubio cabello. Una vez quedé completamente lista, tomé mi pequeña cartera con las cosas que podía necesitar, mientras Wendy agarró las llaves de su auto que nos llevaría

—¿Lista? —me preguntó

—Lista —sonreí

Mientras bajábamos las escaleras percibí pasos de un lado a otro que pertenecían a Mike. Este se quedó completamente quieto al vernos descender. No por mí, claro, sino por la forma en la que sus ojos tuvieron forma de corazón al ver a mi amiga.

Los dejé diciéndose lo que tenían por decirse, simplemente me apresuré a salir en busca de mi cita de esta noche. La que me topé tan pronto abrí la puerta, pues Ethan se dirigía hacia mí con algo en sus manos, susurrando palabras que fueron únicamente para él

Bajé los escalones del pórtico, esperándolo. Pareció percibir mi presencia, pues detuvo sus pasos y levantó su cabeza justamente para que nuestros ojos se conectaran

Lucía... muy bien. Extremadamente bien diría.

Ese traje se ajustaba a su cuerpo y me demostraba esa silueta que quizás no había visto antes, con brazos más fuertes de lo que aparenta. Me acerqué unos pasos, quedando a una distancia más corta

Se había puesto la corbata del mismo color de mi vestido, y su cabello estaba tan bien peinado que por un momento pensé que había tenido ayuda.

Tal como lo imaginé, sus abuelos nos veían por la ventana

—¡Dile algo! —gritó el señor Edward.

Ethan tenía los labios entreabiertos, mirándome con fijeza

—Te ves como todo un galán —di el primer paso, soltando una pequeña risa divertida

El chico pestañeó, comprendiendo mis palabras

—Tú... luces espectacular —halagó por fin, en un murmullo—. Muy... muy bella.

Mis mejillas subieron de tonalidad al igual que las suyas

—Gracias —me fijé en el objeto en sus manos—. ¿Qué tienes ahí?

—Oh, fue algo... es para ti —abrió la pequeña caja, sacando de allí lo que parecía ser un ramillete hecho con distintos tipos de flores—. Espero te guste.

—Me encantará —me acerqué otro poco para que me lo pusiera. Adornó mi muñeca, cumpliendo con la tradición—. Es muy bonito.

—Genial —sonrió

Le quité la caja y la arrojé al suelo sin importancia. Pasé a tomar sus manos, dándome cuenta de que estaban frías, idéntico a mí. Lo que quería decir que ambos nos encontrábamos igual de nerviosos.

—Gracias por aceptar —me empiné y dejé un beso en su mejilla

Ethan tragó grueso

Antes de que pudiera responderme de alguna forma, las pisadas se acercaron a nosotros. Ethan y yo nos fijamos en la pareja que salió de casa, ambos exactamente igual de acalorados.

Wendy se apresuró a sacar sus llaves

—Todos suban a mi auto —indicó, pasando por nuestro lado para quitarle el seguro al vehículo.

Mike saludó a Ethan de un asentimiento y la siguió, ocupando el lugar del copiloto. El chico y yo compartimos una mirada, igual de confusos

Ooooookey —murmuré—. Es mejor irnos ya.

Enlacé su mano a la mía y lo guie hacia el auto donde nos subimos. Antes de abordarlo del todo, me despedí de los señores Houston y ambos nos miraron de la misma forma.

Satisfechos.

El trayecto fue completamente silencioso. Nadie dijo nada o pronunció nada al respecto. Se me hizo un poco extraño y sin embargo no dije nada al respecto, mantuve mis pensamientos a la raya, observando por la ventana al mismo tiempo que era consciente de algo.

Ethan no había soltado mi mano.

Eso me sacó una sonrisa que permaneció por el resto de la noche.

El gimnasio de mi escuela era sorpresivamente grande. Ahí fue donde se llevó a cabo la celebración. Apenas ingresamos, nos recibió un enorme letrero que decía «felicidades graduandos» Además de música un poco alta, decoración en cada esquina, una mesa grande con aperitivos de todo tipo, una pista despejada y una tarima.

Bueno, no era tan malo.

De hecho, lucía muy normal y disfrutable.

Y digo disfrutable porque no sé que otra palabra podría definir la situación. Siendo la primera fiesta a la que asisto, ni siquiera sé si ya tenemos que bailar o eso se hace después.

Siento que podría avergonzarme.

Aunque, parece que Ethan está igual a mí, mirando todo con cautela, como si quisiera formar parte, pero a la vez no. Comprendo su situación, y con más razón me sorprende que hubiese aceptado venir conmigo.

Una razón más para no soltar nuestro agarre.

—Mack y yo iremos por bebidas —Wendy se apresuró a enganchar su brazo con el mío—. Andandoooo

Dejé que me arrastrara porque sabía que quizás necesitaba alejarse un poco más de mi hermano. Lo cual confirmé tan pronto llegamos a la mesa de la comida, pues se sirvió un vaso de ponche y lo bebió de un tirón

—Wow —pronuncié

—No debí haber aceptado —se lamentó—. Mierda, ¿por qué no me quedé viendo una maratón de crepúsculo?

—¿De qué hablas? —me acerqué un poco

Soltó el aire de un solo golpe

—El tonto de tu hermano me dijo que le gustaba —bufó—. Corrección: me dijo que todavía le gustaba.

—¿Qué?

—Eso —asintió para sí misma—. No podía solo decirme que estaba hermosa, no, él tenía que decirme que todavía le gusto y ya imaginarás lo que le sigue a eso.

Apreté mis labios

—¿Y qué opinas?

Soltó un suspiro, sirviéndose otro

—Lo que opino es que vine aquí para olvidarme de mi vida y él no me hará recordarla —bebió un sorbo—. Además, quizás lo dijo por impulso. No creo que esté hablando de verdad verdad, a lo mejor... se le escapó.

—Claro —ironicé

—Lo digo enserio.

—Sí, ¿cómo sea? —serví dos vasos de lo mismo—. Deberías olvidar la situación y solo pasarla bien. Si lo dijo por error no lo repetirá, pero si se arma de valor y te lo repite... bueno, ya sabrás tú.

Lo pensó para sí misma

—¿Eso crees?

—Eso creo —tomé ambas bebidas—. Iré con mi pareja, te aconsejo que hagas lo mismo con la tuya. No te amargues por eso. Recuerda que es nuestra única noche libre.

La dejé perdiéndose en sus pensamientos y me encaminé a la mesa donde Ethan y Mike se encontraban hablando. Apresuré el paso, llegando junto a mi acompañante para tenderle la bebida que tomó

—Wendy sigue en la mesa —hablé en voz alta, bebiendo de la mía—. ¿No tienes sed, Mike?

Aunque quiso negarlo, se levantó de camino hacia allí

—¿Y bien? —le pregunté a Ethan ya que habíamos quedado solos—. ¿Cómo la estás pasando?

—Ahm... bien, sí.

—¿Seguro? Porque yo estoy un poco aburrida.

—¿Ah sí? —me miró

—¿No crees que el hecho de que esto sea un baile y que nadie baile es... contradictorio?

—Quizás —terminó respondiendo

—Yo creo que sí —busqué a alguien x entre el público. Terminé señalando con disimulo a una chica sentada completamente sola—. ¿Qué crees que le pasó?

Él miró a donde yo veía. Por instinto, ya que era obvio, se acercó un poco más a mí. Y no voy a obviar el hecho de que su respiración en mi hombro me causó un escalofrío que traté de disimular

—Quizás la dejaron plantada.

—O quizás su pareja ya se embriagó.

—Quizás vino sola.

—O tal vez tiene un yeso en su tobillo y no puede bailar.

En efecto, lo tenía. Ethan se rio, así que yo también reí

—Tiene lógica —murmuró

—¿Y a él? —señalé a otro chico parado con el dj—. ¿Qué crees que intenta hacer?

—Lo que creo es que está pidiendo una canción lenta para bailar con la chica que intenta impresionar.

—Lo que creo yo es que no tiene pareja y es el mejor amigo del dj.

—Lo que creo es que ni siquiera es de esta escuela y vino porque el dj es su hermano.

—¿Y si en realidad es la pareja del dj?

Nos miramos a los ojos, tan pronto yo terminé de decir mi teoría. Fue como si los dos nos hiciéramos una idea de lo que habíamos dicho, y al final, terminamos soltando una pequeña risa, al mismo tiempo, y de la misma forma.

—Okey, tienes dos puntos —se rindió

—Gracias, gracias —hice una reverencia en burla

—Aunque eso no es justo porque estudiabas aquí.

—Eso no quiere decir que recuerde a las personas que están aquí —miré hacia ningún lado en específico—. Por ejemplo, recuerdo a la maestra de deportes que está en esa esquina, pero no al tipo a su lado.

—¿Y si es su esposo?

—¿Y si es su hijo?

—¿Y si es su amante?

Solté a reír. Él me acompañó al instante

—Eres malo —le di un codazo

Negó con su cabeza, rendido

En ese momento, la canción que estaba sonando, cualquiera que sea, se cambió rotundamente por una más lenta. El volumen aumentó y la pista dejó de estar vacía para llenarse de parejas que se acercaron a bailar.

Bebí de mi vaso, disimulando

¿Quería que me invitara? Por supuesto que quería que me invitara. Pero también era consciente de que Ethan se ponía nervioso con facilidad y quizás el estar aquí lo hacía sentirse nervioso.

Yo también estaba nerviosa, sin embargo, el querer bailar con él superó cualquier pensamiento que se me cruzaba por la cabeza. Lo que me dio el valor para intentarlo.

Dejé mi bebida sobre la mesa

—¿Quieres bailar? —le pregunté directamente

Titubeó

—Ah... no.

—Bien, podemos buscar un lugar entre las... —me corté a mí misma, siendo consciente de su respuesta—. ¿No?

No me respondió.

Genial. Viniste a un baile y no bailarás con el chico que quieres bailar.

Que inteligente, Mackenzie.

—Está bien, lo entiendo —me acomodé en mi lugar—. Tampoco me gusta, sinceramente.

¿Es aquí donde me avergüenzo? No, es aquí donde quiero que la tierra se abra y me trague sin permitirme regresar otra vez. Era, quizás lo segundo más humillante que me hubiese pasado. Suerte que no actué por impulso o me hubiera rechazado frente a todos y eso sí sería peor.

Carraspeé

—Iré al baño...

Antes de levantarme, su mano envolvió mi muñeca y me detuvo. Lo miré, Ethan parecía tener una lucha interna consigo mismo

—Sí quiero bailar contigo, Mack.

—¿Ah sí?

—Sí, pero yo... no sé bailar —murmuró, en voz baja—. Le dije a mi hermana que me enseñara, estuve practicando, pero no... no puedo hacerlo, y sinceramente no quiero que pases vergüenza.

Todo eso enterneció mi corazón

—Tú... ¿estuviste practicando para bailar conmigo?

Asintió, sin darle gran importancia

La sonrisa volvió a mi rostro, esta vez con más ánimo. De nuevo, actuando por impulso me acerqué y dejé otro beso en su mejilla

—Eres increíble, Ethan Cox.

Mis palabras lo dejaron más confuso de lo que estaba antes. Sin dejarlo procesar nada todavía, tomé sus dos manos y me puse de pie para arrastrarlo conmigo. A pesar de su mirada alarmada, nos llevé al centro de la pista y lo dejé frente a mí, a una corta distancia

—Mack... —miró de lado a lado

—Ojos en mí —tomé su rostro suavemente, obligándolo a mirarme. Al ver que no se movió, llevé sus manos a mi cintura, posándolas allí con firmeza. Y finalmente, subí mis brazos a su cuello para atraerlo—. ¿Has visto películas?

—¿Quién no?

—Genial, entonces sígueme.

Di un paso hacia un lado y él me siguió al segundo, luego al otro, también me siguió. Y sin que se diera cuenta, estábamos bailando el vals en medio de las personas, sin que eso nos detuviera, y sin que el ruido a nuestro alrededor nos desconcentrara.

Mantenía mi vista en la suya, y él en la mía

—¿Lo ves? No es difícil.

Eso le sacó una pequeña sonrisa

—No sé cómo lo haces tan fácil.

—Soy una buena maestra —me encogí de hombros, presumiendo

Era más alto que yo, por lo que le costaba un poco mantenerse recto. Así que, aproveché mis tacones para enderezarme, de esta forma, no tuvo que agacharse tanto para mantener el contacto visual, y por el contrario, pegué mi frente a la suya, centrándome únicamente en él y en mi corazón latiendo muy rápido de repente.

Su agarre en mi cintura no fue tímido, sino que cambió en ese segundo. Sin vergüenza, envolvió sus brazos en esa parte de mi cuerpo, manteniéndome pegada a su pecho

No voy a negar el escalofrío que dejó mi piel de gallina

No voy a negar nada de lo que me hace sentir.

El momento era más que único y especial. Bailamos toda la canción y las otras dos que siguieron después de esa. No tuvimos que decir nada, nuestros ojos lo dijeron todo. Todo lo que ambos queríamos oír.

Acaricié su cabello con la punta de mis dedos

—Me gusta —murmuré, haciendo referencia a eso que estaba tocando

Su sonrisa volvió

—¿Es aquí donde nos decimos las cosas que nos gustan del otro?

—Sí.

Ambos reímos a la par

—Yo no puedo decírtelo.

—¿Ah no? —mi ceño se arrugó

—No —movió un mechón rebelde de mi rubio cabello para ponerlo detrás de mi oreja—. Porque me gusta todo.

El calor en mis mejillas volvió al ser consciente de lo que había dicho. El se sorprendió de sí mismo, y por supuesto que también terminó sonrojándose

—Yo...

Sh —lo corté—. Será nuestro secreto.

Asintió, sin pronunciar nada más.

El momento se cortó abruptamente cuando la canción se terminó y lo siguiente que sonó fue algo de pop de esos en los que la gente se pone a saltar de la nada. Eso fue lo que siguió después. Las parejas separándose y los cuerpos de todas las personas chocando con nosotros. La música aumentando su volumen y la fiesta comenzando por fin.

Ethan se sorprendió, sin embargo, no dejé que se fuera. Sostuve sus manos entre las mías y dejé que la diversión se colara en mi organismo, recordándome que nunca más viviría un momento similar.

Alguien arrojó globos por todas partes, algo parecido a agua con espuma. Las risas, el ruido, Wendy y Mike llegando a donde estábamos para divertirnos. Ethan manchando su traje de confeti y demás, las personas repartiendo alcohol de verdad, el pop cambiando a algo parecido al Rock and Roll de los ochenta.

Fue un momento, de verdad inolvidable.

La noche pasó demasiado rápido después.

Me preocupaba el hecho de que Ethan fuese tímido y no la pasara bien, pero después de la verdadera fiesta, hasta él se divirtió, con risas, un baile improvisado y demás. Los cuatro estuvimos cerca. Jamás había visto a Mike ser el alma de la celebración, pero admito que lo fue. Wendy se arruinó el peinado por todo lo que arrojaron de la nada.

Cuando la media noche pasó, tuvimos que volver a casa. Al menos esta vez, el trayecto de vuelta no fue como el primero. Todos hablamos con todos. Recordamos los momentos que nos sacaron una sonrisa y reímos, con la radio encendida.

Luego de que mi amiga nos dejó en nuestra vivienda, Mike fue el primero en decirle que condujera con cuidado, yo le dije que me enviara un mensaje al llegar. Y así, la noche se terminó.

—Mamá y papá no deben tardar en llegar —pronunció mi hermano—. Será mejor que vayamos dentro.

—Sí, ahora voy.

Pareció comprender, pues se despidió de Ethan y se adentró él mismo. Me quedé en la acera, balanceando mi cuerpo de lado a lado

—Entonces... gracias por acompañarme —murmuré—. La pasé muy bien.

—También la pasé muy bien —asintió—. Gracias por... invitarme.

Silencio.

¿Por qué actuábamos así después de haber bailado juntos como bailamos?

Siento que hay una rara conexión entre nosotros. Me gustaría que él también lo sintiera de la misma forma.

—Ahm... nos vemos luego, ¿sí? Aún tenemos que terminar ese ático.

—Lo haremos —confirmó—. Te veo luego también.

Sorpresivamente, esta vez no fui yo quien se acercó. Ethan tomó mi mano y, dejándome sin habla, se inclinó para presionar sus labios suavemente sobre mi mejilla

Al alejarse, estaba rojo igual que yo

—Me voy ahora sí —señaló a sus espaldas, retrocediendo

—Adiós.

—Adiós —soltó una pequeña risa

Al estar más lejos, dio media vuelta y caminó hacia su casa. Lo curioso, fue que la puerta se abrió antes de que él siquiera avisara de su llegada. Lo siguiente que oí fueron murmullos provenientes de los señores Houston.

Una risa tonta escapó de mis labios

Y con esa sorpresiva felicidad, me adentré a mi casa. 

*

Espero les haya gustado el capítulo:)

¡Gracias por leer!

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<3

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