El día que la luna dejó de br...

By marvzcc

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«El día que te lances por el precipicio sin miedo a caer con tanta fuerza va a ser el día en el que en verdad... More

PRESENTACIÓN
BOOK TRÁILER
DEDICATORIA
• PRÓLOGO •
Capítulo 1.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Cartas que nunca llegaron.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Cartas que nunca llegaron.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Cartas que nunca llegaron.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Carta I y II.
Cartas que nunca llegaron.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Epílogo.
Especial | Amor Cristalino

Capítulo 2.

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By marvzcc


Se supone que actualizo hasta el sábado, pero me pareció buena idea publicar este capítulo para conocer un poco mejor a los personajes, así que...

Vacations - Young.
«What's the use?
I'm not talking sense
Call it a ruse
On myself»

Capítulo 2.

Amigas de la infancia


Inmediatamente una señora de estatura media, con el cabello negro, ojos color miel, nariz pequeña y labios delgados nos recibe con una pequeña sonrisa. Su mirada recae unos segundos sobre la mía y su sonrisa se amplia.

—Mayra, por fin llegan—dice entusiasmada tratando de darnos ánimos. Mi madre se acerca a ella y la envuelve en un fuerte abrazo.

Al pasar el pasillo principal —que era gigante, he de aclarar—. lo primero que diviso a mi derecha es una sala enorme con dos sofás blancos formando una "L". En medio de estos una mesa de vidrio elegante y una televisión que parece pantalla de cine.

Después de dar una "pequeña" inspeccionada a la sala oigo a la amiga del alma de mi mamá gritar dos nombres. Supuse que los de sus hijos.

Mi madre me lo había comentado en el viaje, tenía dos hijos, dijo que probablemente iba a llevarme bien con ellos. No pude escucharla más ya que venía muy distraída. O simplemente no me interesaba mucho socializar en estos momentos.

—Melanie y Jaden, ¡bajen a recibir las visitas! —les dijo la mujer con un grito que casi me deja sorda.

Una chica de edad pequeña—si es que la vista no me falla a lo lejos, que mas bien ya se veía como una preadolescente—. delgada con cabello negro por encima de los hombros, y muy parecida a su madre baja laa escaleras con precaución. Su mirada recae sobre mí por unos segundos en los que me abaliza. Enarca una ceja enarca una ceja mientras me da un repaso de arriba hacia abajo.

—Cada día más locos entran en esta casa.—susurra acercándose a su madre poniendo los ojos en blanco.

La primera fuiste tú, de seguro...

Me tento a contestarle mal, pero recuerdo que tengo que llevarme bien con ellos si no quiero que nos echen a la calle, así que me retengo. Aunque sé que va ser algo difícil llevarme bien con ella. Los niños pequeños no son ni creo que sean mi fuerte.

Aunque ella ya no parece una niña tan pequeña, si mal no recuerdo mi madre dijo que tenía 13 años...

Y ni hablar de su actitud tan sarcástica.
Lo he notado en su manera de hablarme y mirarme.

—Melanie... —le dice su mama en un tono de advertencia.

Dirijo mi vista hacia las escaleras cuando veo bajar a un chico alto, de pelo negro alborotado, ojos verdes, nariz respingada y labios entreabiertos.

Su mirada recae sobre mí por varios segundos, y casi desearía que no me hubiera volteado a ver, porque esta guapísi...

Borro esos pensamientos de mi mente porque aquí se viene la peor parte. 
Y es que voy a compartir habitación con este chico.

No quisiera hacer la situación incómoda.

A parte, dudo mucho que alguien como él pueda fijarse en una chica como yo.

Así de triste es mi realidad.

Pero al menos si mi madre me hubiera avisado que compartiría habitación con un chico el triple de guapo que el resto de los qué había conocido. Me habría planteado tirarme del avión o algo así.

Digo, mínimo me hubiera dicho algo así como: "oye hija, el chico con el que estarás compartiendo habitación parece modelo, no sé si quieras irte preparando mentalmente para hacer el ridículo a lado suyo." ó " Hija, escogí un chico guapo para poner a prueba que tan capaz eres de controlar tus hormonas cuando ERES UNA ADOLESCENTE con ganas de..."

Creo que estoy un poco alterada por la situación.

El chico va a saludar primero a mi madre y acto seguido va por mí.

Este es el momento en el que me da un infarto.

El chico me dedica una sonrisa de lado antes de hablar.

—Soy Jaden, un gusto...— deja la frase en el aire para que pueda contestarle.

Así se llama el responsable de tu perdición, que interesante elección.

—Ashley —digo sin más.

Yo y mis habilidades para socializar...

—Un gusto, Ashley —dice observándome muy atentamente din quitar su sonrisa de lado. 1

Que deje de hacer eso si no quiere que me desmaye aquí mismo, por favor.

¿Por qué tenía que compartir habitación con alguien tan guapo?. Las cosas se me complicarían más así. Ahora tendría que estar concentrada en no mirarlo ni hablarle mucho.

Aunque los chicos no son lo que más me preocupan en estos momentos, debería centrarme. No viajamos hasta acá para que yo este con mis tonterías.

Rompo el contacto visual algo nerviosa volteando a ver a la pequeña Melanie que acaba de pegar un grito. Resulta que se había pegado en el dedo pequeño del pie con la esquina del sofá.

Así que la niña es igual de torpe que yo, eh.

Parece que desayune 86 circos y 104 payasos...

Su madre se acerca a su hijo tomándole poca importancia a la niña que se acaba de golpear.

—Bueno —dice ella abrazando a Jaden por los hombros.— Creo que lo mejor es que lleves a Ashley a tu recámara para que pueda irse adaptando y se instale—dice con una sonrisita. El chico no ha parado de verme desde que bajó las escaleras, así que en ese momento parpadea rápidamente como volviendo al mundo real y asiente con la cabeza mientras me dedica una pequeña sonrisa.

De seguro se quedó sorprendido por lo expresiva que me veo.

Ya cayó ante mis encantos.

Ojalá.

—Acompáñame, Ashley. Vamos a instalarte.

Dicho esto, me ayuda con las maletas, y subimos las escaleras.

Son personas amables. Lo he notado apenas he cruzado la puerta. También son muy atentos. Supongo que ahora mismo mi mamá estará instalándose también en su habitación.

Al subir las escaleras no puedo evitar darle una repasada de arriba hacia abajo. Quito la mirada inmediatamente sacudiendo la cabeza.

¿Qué estoy haciendo? Un poco de respeto a este chico, por favor.

Llegando al segundo piso lo primero que veo son tres puertas a frente mío y una sola a la izquierda, que es a la que nos dirigimos.

Jaden abre la puerta de la habitación y me hace un gesto para que pase. Me apresuro en pasar para no tenerlo tan cerca y sufra el riesgo de desmayarme.

Al pasar a la habitación me encuentro con un cuarto sombrío, cuyas luces led y las luces que se encuentran en el techo son las únicas que iluminan el lugar. Y sin duda, no es como me lo pude imaginar. La habitación por fuera se ve bastante pequeña, pero al adentrarse a esta es bastante grande.

Demasiado, diría yo.

Lo primero que veo es una cama pegada a la pared de mi lado izquierdo, a lado de esta hay un pequeño buro y a lado de este hay un closet muy elegante.

Por lo que veo en esta casa todo es muy elegante.

Al otro lado de la cama solo se encuentra un buró con una lámpara. Mi vista se dirige hacia el pasillo que está frente mío. Me adentro por este y logro ver un gran ventanal que se encuentra en la habitación que está cubierto por cortinas. A lado de este hay un sillón muy elegante y una tele empotrada.

Es que literalmente parece una casa dentro de una recamara.

Sin duda es un lugar muy acogedor, demasiado grande. Incluso hay una pequeña nevera y una barra con alimentos, como una mini cocina. A lado de esta veo una puerta, supongo que es el baño.

En el sillón logro ver una laptop y restos de documentos regados por todos lados. Y no paso por alto la decoración. El lugar es muy elegante, pero siento que el pelinegro le quiso dar su toque con esos posters de música que tiene.

Ya hasta apodo le tienes al chico...

—Yo dormiré en el sofá para que puedas estar más cómoda, tus cosas puedes guardarlas en el closet. Cuando quieras cambiarte puedes pedirme que me vaya de la habitación o puedes ir al baño, como te sientas más cómoda. No hay horarios de dormir, ni reglas estrictas. Siéntete como en casa—dice con una pequeña sonrisa.— Y si necesitas algo, no dudes en pedírmelo.

Demasiado que procesar. Este chico habla muy rápido.

—Gracias—le digo de todas formas todavía viéndolo.

Tiene unos ojos muy hipnotizantes, es como si no pudiera despegar mi mirada de ellos pero quisiera hacerlo de lo nerviosa que me encuentro.

—Cualquier cosa estoy abajo, Ashley. Te dejo para que te instales—Dicho esto, sale de habitación y me deja sola.

Cuando Jaden me deja sola suelto un suspiro de alivio y decido salir a explorar un poco la ciudad, aunque sea sola. Esperaba no iniciar mal y perderme... sería un mal desenlace para este nuevo comienzo.

• ☆ •

Empiezo por hacer un recorrido por la carretera que estaba rodeada de montañas cubiertas de pasto. Acababa de llegar y por más que me cueste admitirlo, amaba la naturaleza de esta ciudad.
Me entraba algo de nostalgia pensar en la ciudad que acababa de dejar atrás.

Claro que también tenía lugares impresionantes y que marcaron mucho en mí. No sólo por ser tan únicos, sino por las personas que en un momento llegué a compartir esos lugares tan privados. No puedo evitar soltar una lágrima. Claro que dolía, estaba bien salir adelante, pero eso no significaba que fuera fácil. Porque para mí, definitivamente salir adelante después de la muerte de alguien que marcó una huella tan importante en mi vida, no era fácil.

Seguí caminando por aproximadamente una hora, no sabía ni por dónde estaba y el cielo daba señales de que llovería.

A lo lejos de la carretera pude ver una banca de madera rodeada de árboles y una farola a lado suya. Una planta de cerezos resaltaba mucho en aquella banca.

Cuando llegue a esta prácticamente me lancé sin ningún cuidado, estaba muy agotada.

Dejé caer mi cabeza en el respaldo de la banca y voltee a ver el cielo. Las vistas eran preciosas. El cielo era oscuro, pero no lo suficiente para no dejar ver las estrellas. La luna ya no brillaba tanto como cuando solía verla en mi otra ciudad. Me fue inevitable no ponerme a pensar en todo lo que ha pasado. En cómo mi vida cambió tanto de un instante a otro. Dentro de una semana iniciaría clases en una nueva escuela por lo que tendría que acostumbrarme a nuevos profesores, nuevos compañeros y a una nueva vida, lo cual el estarlo pensando tanto ya me tenía agobiada.

Unos minutos después cuando el viento comienza a ir más fuerte me pongo de pie y me encamino a la casa de los Wilston.

Al llegar ya es tarde, por lo que simplemente agarro un pijama y me dirijo al baño que está en la recámara de Jaden tratando de no hacer mucho ruido. Terminando de asearme y cambiarme salgo del baño y miro de reojo el sillón en el que debe de estar Jaden. Sin hacer ruido me asomo por este y lo veo ahí, durmiendo como si no se enterara de nada.

No creo que le moleste si agarro algo de su mini cocina, ¿o sí?, ¿o sería mucha confianzita?

Mejor no arriesgarme.

Me voy directamente a la cama y apago la lámpara esperando que el insomnio me deje dormir por lo menos esta noche.

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