Caja De Cristal |Namjin|

By Madmosel_57

37.4K 3.9K 1.4K

Kim Namjoon acepta la invitación de su socio a pasar las vacaciones con su familia, Namjoon accede después de... More

PRÓLOGO
UNO
DOS
TRES
CUATRO
CINCO
SEIS
SIETE
OCHO
NUEVE
DÍEZ
ONCE
DOCE
TRECE
CATORCE
QUINCE
DIECISÉIS
DIECIOCHO
DIECINUEVE
VEINTE
VEINTIUNO
VEINTIDOS
VEINTITRÉS
VEINTICUATRO
VEINTICINCO
VEINTISÉIS
VEINTISIETE
VEINTIOCHO
VEINTINUEVE
TREINTA
TREINTA Y UNO
TREINTA Y DOS
TREINTA Y TRES
TREINTA Y CUATRO
FINAL
Se me olvidaba

DIECISIETE

748 80 55
By Madmosel_57

El desayuno había sido devorado por Jin en poco tiempo, en otras circunstancias quizá se hubiera puesto exigente con ese simple platillo que había degustado, pero en ese momento el gran apetito que tenía lo único que hizo fue que lo sintiera como una verdadera delicia culinaria.

Mientras satisfacía a su estomago hambriento y revoltoso dejó de pensar por un momento en esa situación desagradable en la que estaba, ese sándwich simple y soso le había transportado a tener pensamientos diferentes a los que había tenido desde que llegó a ese lugar.  También de alguna forma no le había prestado la mínima atención a la fija mirada ajena que tuvo todo el tiempo encima, pero hubo un momento en el que su inocente ensoñación pasó a segundo plano y su mirada se conectó con la del moreno enfrente de él. Dejó de masticar y le sostuvo la mirada al contario por unos segundos. 

 —Oh, por Dios  —soltó el moreno tras haber dejado escapar quizá todo el aire que en ese momento sus pulmones retenían—. Tienes los ojos más preciosos que los míos han visto jamás  — halagó con el mismo tono de voz lleno de suspiros. 

Ante lo dicho no obtuvo reacción alguna por parte de Jin. El rubio siguió mirándolo sin mover un solo musculo; y tampoco es como si tuviera algún tipo de obligación o simples ánimos de reaccionar de alguna forma positiva. ¿Qué debía hacer?  Dentro de su cordura no era convincente agradecer por el halago, estaba recibiendo halagos de su captor, agradecerle no estaba dentro de sus deseos, por lo que solo ignoró al moreno y se dispuso a terminar con su sándwich. 

El moreno un poco decepcionado pensó en alguna forma de escuchar la voz del más joven, no podía permitir que Jin le ignorara de esa manera, él no era así. 

—¿Te gustó el sándwich? —aprovechó la oportunidad para preguntar, pues vio que Jin había terminado de comer. 

De nuevo silencio y la misma mirada frágil se dirigió directamente a sus ojos de nuevo.

—Respóndeme algo, lo que sea —pidió Kim como último recurso pacifico. 

—No... No estaba mal... Lo disfruté —finalmente Jin respondió con voz suave. 

—¿En serio? Te prometo que haré lo que sea con tal de que tu próxima comida esté más rica y así lo disfrutes más —prometió con la emoción más alta ahora que había escuchado una frase más larga y estable salir de los labios de su menor. 

—Sí... ¿y cuando podré regresar a casa? —preguntó con la esperanza de recibir una fecha no tan lejana por respuesta, o al menos una explicación que le calme un poco. 

Ahora el moreno era el que no soltaba palabra alguna, o al menos se mantuvo así por unos treinta segundos. 

—¿Quieres tomar un baño? Tenemos agua caliente —trató de cambiar el tema de conversación.

Jin se levantó y dejó bruscamente encima de la mesita de noche la charola que antes estaba utilizando como soporte. 

—¡No, no quiero tomar un baño, quiero irme de aquí! —la desesperación hacía gran acto de presencia en todos sus movimientos. Desde que se puso de pie sus extremidades inferiores no dejaron de moverse, repetitivos golpes en el suelo de madera eran dejados por sus pies descalzos. 

Namjoon se puso de pie de igual forma y dio un par de pasos más cerca a la posición del rubio.

—Respira y cálmate, no te pongas así —trató de calmar al contrario. Sus manos quisieron tomar las contrarias, pero Jin no lo permitió.

—¿¡Cómo quiere que me calme!? ¡Estoy lejos de mi casa, a solas con usted y ni siquiera sé porqué decidió tenerme aquí!—. Todo lo que estaba conteniendo salió en ese grito.

—¡Cállate, cállate y no me levantes la voz! —Kim señaló al menor con su dedo índice en señal de advertencia. El estruendo de su voz haciendo claro su enojo hizo que Jin se sobresaltara en su lugar, no esperaba tal reacción—. Se supone que ni siquiera debe cruzar por tu linda cabecita la idea de levantarme a mí la voz —esta vez con un poco más de calma haciendo acto de presencia hizo énfasis en el pronombre personal seguido de la preposición—. Voy por un par de toallas que puedas usar. —Y con eso salió de la habitación pero dejando la puerta de esta abierta.

El moreno entró a la habitación con toallas dobladas en las manos, esta vez sí cerrando la puerta tras él. 

—Deberá ser un baño rápido y no cerrarás la puerta —ordenó con un notable enojo aún presente. 

—¿Qué? —La expresión facial de Jin denotaba incredulidad—. No pienso dejar que usted me vea desnudo. —A la par que hablaba señalaba al mayor con su dedo índice, aun cuando le habían enseñado que hacerle eso a mayores era una imperdonable falta de educación, pero... ¿acaso llevarse en contra de su voluntad a las personas no lo era?

Kim cubrió por completo con su propia mano a la contraria acusadora que lo señalaba. 

—Nunca dije que te veré desnudo, dije que dejarás la puerta abierta —ahora su voz se escuchaba mucho más calmada que cuando explotó por completo, pero eso no garantizaba absolutamente nada—. Por favor, toma las toallas y entra al baño.

Jin negó

—No —esa simple y única palabra salió de la boca del rubio.

—¿En qué momento te di a entender que estás en posición de decidir? —preguntó—. ¡Jin, por favor, entra al baño y no me hagas enojar más! —Lo que el moreno no esperaba que sucediera y que definitivamente hizo que el arrepentimiento apareciera en él, fue ver como gota tras gota los ojos del rubio se llenaban de lágrimas, y el como una a una se resbalaban por sus pomposas mejillas que ahora por el llanto se empezarían a tornar de un tono más rojizo. 

—¡No... no me gusta que me griten, deje de gritarme! —Los hipidos interrumpían la correcta vocalización de sus palabras. Ahora Kim no podía ver como las gruesas lágrimas escapaban de sus cuencas, pues el rubio ahora cubría su rostro con ambas manos. 

Namjoon se acercó al cuerpo contrario y sabiendo que sería rechazado lo cubrió en un intento de abrazo; aún cuando golpecitos eran dejados en su pecho siguió con su objetivo.

—Discúlpame, pero así como tu odias que te griten yo odio que me quieran llevar la contraria, entonces ninguno de los dos volveremos a hacer eso, ¿verdad? —Ahora que los golpes e intentos por alejarlo habían cesado se atrevió a llevar su mano hasta la cabellera despeinada contraria y la acarició con suavidad. Los hipidos y lloriqueos ya no se escuchaban tan fuerte y poco a poco el rubio parecía empezar a calmarse por completo—. ¿Quieres pedirme... ahora con amabilidad lo que quieres? —preguntó recibiendo de inmediato un corto asentimiento por respuesta. 

Jin se separó del desordenado abrazo y antes de empezar a hablar secó con un poco de fuerza su rastro de lágrimas. 

—¿Puedo... puedo ducharme con la puerta cerrada, por favor? —preguntó con un hilo de voz casi inexistente—. No quisiera sentirme incomodo teniendo la puerta abierta con la posibilidad de que me vea sin ropa. —Los frecuentes hipidos aún hacían que sus palabras no fueran tan claras o fluidas. 

—Te voy a permitir hacerlo... —aceptó el moreno —. pero con la condición de que no le pondrás seguro, ¿entendido? —Después de la condición impuesta por él mismo y un asentimiento del menor, atrajo con un poco de firmeza y fuerza al rubio hacía un nuevo intento de abrazo.

En minutos ya ambos se encontraban dentro del baño, Kim le enseñaba donde estaba cada cosa, y también le ayudo con el agua caliente. 

En el momento en que el rubio cerró la puerta Namjoon a paso apresurado se dirigió a por algunas prendas que Jin pudiera utilizar. En menos de dos minutos ya estaba de regreso, pero ahora con ropa en las manos. Tras acomodar las prendas a un lado de la cama se acercó a la puerta del baño y trató de escuchar cualquier ruido extraño por el que tendría que alarmarse, pero lo único que escuchó fue el sonido del agua caer, nada por lo que preocuparse. 

Los minutos pasaban uno tras otro y el moreno empezaba a desesperarse, una ducha no debía tardar tanto... ¿o sí? 

No estaba seguro, pero podía apostar a que más de veinte minutos ya habían pasado. Daba vueltas frente a la puerta del baño, atento a cualquier señal sospechosa o fuera de lugar, pero nada. 

—Jin... ¿estás bien? —preguntó con el objetivo de obtener una respuesta, sin embargo ninguna  llegó, un silencio ensordecedor era lo único presente, y el sonido de la regadera se había detenido—. Jin, responde, maldita sea —maldijo con la zozobra a tope. 

El moreno con frustración pasó su cabello por entre sus dedos con fuerza. 

—Voy a entrar —advirtió antes de acercar su mano hasta el pomo de la puerta, justo cuando iba a girarlo la puerta se abrió.

 La vista era la de Jin con el cabello completamente empapado, envuelto con una bata toalla pero de forma incorrecta, pues los extremos del cinturón de la bata apenas y estaban medio cruzados entre ellos. La toalla no caía del todo ya que el rubio apresaba entre sus propias manos los bordes de esta para que no callera. 

—¿Por qué no respondías? —preguntó el moreno después de inclinarse un poco para poder ver hacia el interior del baño y asegurarse de que todo estuviera en orden. 

—Es que nunca había utilizado una de estas, me daba vergüenza preguntar. —No mentía, toda su vida había utilizado toallas de las comunes, utilizar una bata como toalla era algo que nunca había hecho, por lo que a la hora de intentar ponerla se le dificultó un poco, y al escuchar los llamados tras la puerta se puso aun más nervioso.

El moreno analizó un poco más el comportamiento del menor. Al verlo con la mirada gacha, dirigiéndola a sus propios pies descalzos y húmedos recordó que no había traído ningún tipo de pantuflas para que utilizara. Soltó un suspiro y optó por no reclamarle nada por no haberle respondido cuando le llamaba. 

—Tengo esta ropa para ti; estoy seguro de que no es de tu talla pero pronto tendremos ropa que sí te quede a la medida —habló mientras señalaba al trio de prendas en la cama a sus espaldas—. Olvidé traer algo para tus pies, mientras voy por ello puedes ir poniéndote la ropa. 

El moreno salió de la habitación halando la puerta tras él pero sin cerrarla por completo.

Jin observó las prendas de ropa dobladas perfectamente sobre la cama, sin verlas a detalle ya sabía o presentía que no le quedarían muy a la medida, pero seguro que así lo ayudarían más con el terrible frío. Con rapidez terminó de secar su cuerpo y se dispuso a vestirse rápido, no quería que el moreno regresara y que lo encontrara sin ropa aún. 

Cuando terminó con la ropa se sentó en una de las esquinas de la cama y con rapidez pasaba la toalla por su cabello empapado en agua. Había salido del baño y el agua contenida en su cabello estaba tibia, pero para ese entonces ya el frío había hecho de las suyas y el goteo frecuente y frío en su cuello empezaba a molestarle. Sus acciones se vieron interrumpidas por la entrada del moreno nuevamente, quien ahora llegaba con calcetas, pantuflas y un secador para el cabello. 

—Déjame ayudarte con eso —dijo después de soltar lo que llevaba en las manos—. Sí te queda bastante largo —comentó refiriéndose a lo largo que le quedaba el pantalón de tela suave que el rubio llevaba puesto. Se agachó hasta poder doblar un par de veces las botas de dicho pantalón y hasta que el largo de estas ya no fuera un problema. 

Jin se dejó hacer y continuó tratando de secar por completo su cabello. Cuando el moreno dio por terminada sus anteriores acciones tomó con una de sus manos el secador y con la otra tomó al menor de cabellos dorados por la muñeca; y así hasta llevarlo al sillón que tenía un tomacorriente que utilizaría para el secador. 

El moreno agradecía que el rubio no hubiera puesto resistencia a nada, y simplemente se dejó secar el cabello por el moreno, aunque tenía unos notables nervios asechándole, pues sus manos estaban enredadas entre sí; siendo esta acción un símbolo de nerviosismo.  

Buenas buenas 

Me pasó de todo, peleé con unos mens que querían robarme el celular, tendré que estar yo loca para dejarme robar un celular de forma tan pendeja.

Entré a balonmano y estoy teniendo gran éxito, gracias a Jehová.

Estoy en practicas de danza... diarias; aún no he organizado bien mi horario, y ando bien desordenada. No me alcanza el tiempo para nada. 

Entré a gimnasia... Volví a jugar baloncesto, ando toda adolorida. Siento que estoy siendo más productiva pero dejo de pensarlo cuando me doy cuenta de lo desordenada que estoy siendo. 

Aproveché para actualizar hoy que llegué un poco más temprano de las practicas de danza. Ya esta semana que entra voy con toda a full, ya con más orden en mi vida. NECESITOOO ORDEEEEEN 

PERDÓN POR TRAER UN CAPITULO DE TAN SOLO 2100 PALABRAS, PERO QUERÍA ACTUALIZAR. 

Prometo que la próxima actualización ya no tardará tanto... Es que si no actualizaba hoy mañana se cumpliría un mes de estar perdida. Obviamente no iba a permitir eso. 

YA SOMOS 👁3.06 K LECTURAS YEIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII 

Hasta pronto 

Continue Reading

You'll Also Like

163K 4.4K 30
la tipica historia de universos viendo otros universos atraves de pantallas flotantes que aparecerán en sus mundos aunque también agregare otras cosa...
369K 14.7K 43
-Desnudate -ordenó. -p-pero creí que... -respondí trantando de sonar inocente. -¡HAZLO O LO HARÉ YO! -Gritó. Podía notar como la mirada de Chris se...
72.1K 3.8K 17
Yoongi creyó que solo sería una vez y ahí acabaría el deseo que tenia de su primo, pero nunca había estado tan equivocado. Se había enamorado de algu...
104K 8K 88
[FINALIZADA] TORRELUNA 1 Daphne lo tiene claro. No piensa volver a casa con la cabeza gacha demostrándole a sus padres que es la fracasada que ellos...