( ¡Necesitamos a un héroe! )
❝ BOBA FETT ❞
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DESPUÉS DE ESTAR VARIAS HORAS INCONSCIENTE, la Jedi se levanta asustada del lugar de donde estaba.
Y es que ciertamente, tenía razón de estarlo. Había tenido una visión donde Din estaba en peligro junto con el pequeño Grogu.
Pero no tenía sentido, Grogu estaba con Luke, con quien entrenaba para seguir el camino Jedi. No podía ser posible que estuviera con el, mucho menos en lo que supuso que sería Tattooonie.
—Debo irme. —Con cuidado se levantó.
—Tu cuerpo estaba pidiendo a gritos descansar, Violette. Por eso te desmayaste.
—Ya descanse lo suficiente. —Decía mientras agarraba sus cosas—. ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?
—Toda la noche.
—Ya esta por completarse los dos días... —Pausó, viendo a su alrededor—. ¿Venden galletas?
La ojiazul después de hacer sus mandados y ver que todo estaba listo, regreso al planeta donde estaban sus amigos. Tratando de ignorar la visión que había visto en sus sueños, negándose a aceptarlo.
Hasta que por fin llego, bajo de la nave rapido para encontrar con Ahsoka en el río.
—Veo que ya regresaste. —Sonríe—. ¿Estás lista?
—¿Donde está Grogu?
Se podía escuchar la desesperación de Violette, nerviosa mientras apretaba sus manos.
—El se fue.
—¿Como que se fue, Luke? Lo deje entrenando contigo, en buenas manos.
El mencionado se acercó a ella, lo suficiente para poner sus manos en sus hombros en una forma de tranquilizarla.
—Fue su decisión, él quiso seguir su camino con el Mandaloriano. No lo puedo obligar a hacer algo que no quiere ser.
—¿Por que no me dijeron lo que iba a pasar en esa montaña?
—Era parte de tu entrenamiento, el cual conseguiste y veo que incluso arreglaste el sable de Madison. —Respondió Ahsoka.
—También tuve unas... Visiones, algo del futuro. Era sobre Grogu y Din.
—Estas nerviosa y lo entiendo, pero ambos están capacitados para
—¡No! ¿No lo entiendes? Están en peligro, Ahsoka. No puedo dejarlos a su suerte sabiendo que puedo hacer algo por mi familia.
Luke solo observaba en silencio, entendiendo lo que había pasado Yoda con él cuando tuvo su visión de Leia y sus amigos Han Solo y Chewbacca. Y de cómo eso lo llevo indirectamente con su padre.
—Quiero ver tu sable de luz.
Violette lo tomó, encendiéndolo para que él dúo se quedara impresionado por el color.
—Es morado.
—Aún no está lista. —Afirmó el castaño.
—Creo que la fuerza y ella ya lo decidieron, Violette. Tu ya estás preparada.
—¿Es decir que ya puedo ir con ellos? —Ahsoka asistió, sintiendo como unos brazos la rodeaban.
Y es, a pesar de no poder tener lazos, Violette siempre fue todo lo contrario. Logrando incluso sacarle varias sonrisas al caballero Jedi.
—Supongo que es una despedida.
—Sabes que siempre podrás contar conmigo, Luke. Tu me has ayudado mucho, sobre todo con lo qué pasó en Viltis. Nunca podré pagártelo.
—No debes agradecer, Violette, fue un placer poder también aprender a tu lado. —Pausa, viendo al suelo—. R2-D2 te llevará a Tattooonie, donde están ellos dos.
—Que la fuerza te acompañe.
—Que la fuerza los acompañe. —Vio por última vez al dúo, agradeciéndoles.
No es que tuviera mucho en ese lugar, tomó lo necesario que es un poco de ropa y ya dispuesta a irse, vio a Ahsoka en la nave esperándola.
—¿Me irás a dejar tu acaso? —Bromeó.
—Ya quisiera hacerlo, pero tengo unas cosas que hacer. —Suspira—. Cuando te fuiste a Ilum, Din Djarin vino.
Violette simplemente asintió, no entendiendo.
—El vino a verte, creo que todos sabemos las razones. —De su bolsa saca un pequeño envoltorio—. Él quería dártelo, pero te fuiste.
Con delicadeza lo tomó entre sus manos.
—Fuiste una gran aprendiz, mi pequeña Padawan. Ahora vete, que se te hará tarde.
꒰ 🧿 ꒱
Tattooonie estaba en guerra, el aire y los bares lo demostraban. Boba fett había logrado mantener La Paz pero el sindicato no respetó el acuerdo.
Lo que los llevaba a estar en un bar en ruinas. Sin refuerzos, sin pueblo libre. Todos los habían acabado, siendo Fennec al ver una solución, ir tras el sindicato y acabar con ellos.
Dejando a Din Djarin y Boba Fett.
—Por lo que veo, tenemos dos opciones. Una. Esperar a que estén en posición, e indicar un asedio, como ellos quieren.
—¿O...?
—Salimos ahora, los atrapamos por sorpresa y poder escapar a tu nave en el palacio.
—No puedo abandonar Mos Espa. Esta gente cuenta conmigo.
—Está bien, entonces moriremos en el nombre del honor.
A pesar de tener en su bolsa un anillo, haría lo que fuera por ayudar a Boba Fett, no solo por que lo ayudó a rescatar a Grogu. Lo ayudó a salvar a Violette, destruyó una base imperial solo por cumplir su promesa.
Y lo ayudó a no rendirse y lo no dejaría solo en estos momentos.
—¿Seguro quieres quedarte? ¿A pesar de Violette?
—El camino así es.
Y es que, Din sabía que si Violette estuviera a su lado, ella haría lo mismo.
Los dos mandalorianos a punto de salir, el negociador se levantó.
—¿Puedo ofrecer una alternativa? —Se acercó a ellos—. ¿Puedo continuar? Continuaré. Quizá no sepan esto de mi... ¿Como podrían? Salvo, quizás, por los vestigios que quedan en mi acento. Pero yo fui educado en Coruscant. No es que me haga superior de algún modo.
—Al punto.
—Asistí a una academia de elite, mis padres no era ricos ni mucho menos. Me especialice en negociaciones del consejo cívico. Ahora si se siente cómodo dándome poderes para negociar en su nombre, estoy seguro que nos conferían permiso para salir del planeta, con el peor caso. Algunos exagerados gestos simbólicos y también un intercambio de fondos.
—Muy bien. Dame tu tableta. Describiré mi declaración y cuánto estoy dispuesto a pagar.
Din podía observar como poco a poco el negociador salía a las arenas de Tattooonie donde ya hacían los mercenarios esperándolos.
Viendo desde la perspectiva de la castaña, Din entendió por que odiaba tanto la arena.
—Habla. —El líder de los mercenarios habló, observando cada detalle.
—Yo, Boba Fett como daimiode los territorios de Tattooonie que antaño pertenencias a Jabber el hutt, presentó la siguiente oferta... —Silencio—. Quizá si discutimos que estarían ustedes dispuesto a...
—Léela.
—Oferta: Nada. Se irán de este planeta con el negocio de especias. Si rechazan mis términos, las áridas arenas de Tattooonie volverán a colmarse de campos floridos fertilizados con los cuerpos de sus cuerpos muertos.
Los mercenarios se vieron entre sí incrédulos, apuntándole.
—Sus palabras...
Fue cuando ambos mandalorianos desde el cielo empezaron a dispararles. Descendiendo y acabando uno a uno. Varios daban batalla pero gracias a su armadura podían defenderse.
Pero cada vez venían más y más.
Logrando dejarlos en el suelo sin poder moverse. Hasta que vieron como una pequeña nave se acercaba y los ayudaban a ponerse a salvo.
—La gente de pueblo libre.
A pesar de la muerte de su comisario, decidieron salvar a su pueblo y acabar con la guerra y poner a salvo los mandalorianos.
—Lamento mucho lo del comisario.
—Lo mataron a sangre fría.
—No tenían que venir aquí.
—¡Claro que si! —Afirmó, disparando le a unos mercenarios—. El planeta merece más.
Al igual que el equipo de Boba Fett, los modificados llegaron.
—¿Están bien?
—Las cosas se pusieron difíciles.
Uno a uno iban regresando con el líder, acabando con cada uno.
—¡Cúbranme! —Todos vieron como Santo estaba siendo herido.
Siendo Din que lo cubría desde la espalda. Hasta que lo pusieron a salvo detrás de la nave.
—Tengo que confesarte que te daba por muerto. Te debo un buen baño en el tanque de Bacta cuando acabemos.
—¡Se retiran!
Todos festejaron felices, siendo Din el que uso su mira infrarroja notando como poco a poca se iba acercando un gran androide.
—Tenemos problemas. —Fue cuando apareció otro.
—Grandes problemas.
No solo por el tamaño, si no también por su barrera de protección. Todos disparaban pero nada los hacía detenerse. Incluso usando sus grandes cañones, nada lograba pararlos.
—¡Corran! Los distraeremos.
Pueblo libre y su equipo empezaron a correr, ambos cazarrecompensas usaron sus jeatpack para esquivar.
Din de igual forma trató con su sable oscuro, era imposible.
—Las armas de energía no sirven, las cinéticas tienen demasiada velocidad.
—¡Muévete! —Dijo mientras lo empujaba para que no lo aplastara—. ¿Puedes distraerlos?
—Por un tiempo, ¿pero para que?
—¡Necesitamos refuerzos!
—¿¡De donde?! Se te acabaron los amigos.
—Protege a los demás. —Sin más salió volando de ahí, dejando a Din corriendo entre las calles.
Disparando a uno de esos androides para llamar su atención y salir corriendo. Dejando a uno con pueblo libre que se hacía resguardando en las casas de Tattooonie.
Din como podía se cubría con lo que encontraba, hasta que vio como Peli aparecía en un carruaje con sus androides.
—¡Mando! Aquí estás. Te tengo una sorpresa.
—¡Da la vuelta! —Con las manos trató de llevarla.
—¿Que? No te oigo.
—¡Que te des la vuelta!
Fue cuando vio al robot disparando hacia la dirección del mandaloriano que se dio cuenta de la situación.
—¡Da la vuelta! —Ordenó desesperada.
Din como pudo se subió al carro, disparando le desde atrás mientras le pedía a Peli que fueran más rápido.
—¡Vamos pedazo de chatarra! ¡Muévete más rápido! —Suspira, analizando por el cual buscaba al cazarrecompensas—. ¡Oye mando! Mira quien está aquí.
Del pequeño lugar donde estaba, quita el poncho que tapaba al niño.
—¿Que? —Dijo sorprendido mientras miraba a Grogu.
Aun más al verlo sin Violette, imaginándose lo peor.
Grogu a través de la fuerza saltó hacia el, abrazándolo.
—Hola pequeñito, también me da gusto verte. No sabía cuánto volveríamos a vernos. —Sonríe—. Esta bien, yo también te he echado de menos.
—¡Si, si! Yo también lo extrañé. ¿Donde está mi Jedi?
—¿No vino con el? —Mando vio a Peli, quien negó.
Mando temiendo lo peor, trató de ver el lado positivo. Ella debía seguir en su misión.
—Pronto hablaremos de eso, por que ahora estamos en un buen lío. —Bajo poco a poco al pequeño—. Mantente agachado y escóndete hasta que termine.
Cuando noto como tenía puesto la camiseta que había mandado hacerle.
—¡Después sigues con tu reencuentro y buscamos a la princesa! ¡Pero ahora tenemos un droide Scorpenek siguiéndonos!
Ambos disparaban.
—¿Que hace el aquí?
—Los caminos de la fuerza trabajan de manera misteriosas.
Hasta que el androide que los llevaba lo alcanzo un disparo, destruyéndose y dejándolos caer.
Din rápidamente con su jetpack alcanzó al niño para tomarlo entre sus manos y que este no se golpeara en el proceso. Cayendo rápidamente al suelo.
Ahora sin nada que los protegiera, se escondieron al escuchar un rugido.
Todos en Tattooonie miraban asombrados al gran monstruo salir de las arenas, y no solo eso, si no también boba fett encima de él.
Saltando hasta la arena, el gran amigo de Boba golpeaba sin parar al droide.
—No te muevas, deja que yo me encargue. —Din dejó al pequeño seguro, sacando su sable.
Atacándolo desde atrás mientras que el amigo de Fett trataba de destruir el escupo. Din subió a la cima del androide rompiendo sin esfuerzo sus partes y así romper su escudo.
Grogu que vio todo desde el lugar seguro que estaba, camino hasta el centro de la calle y con la fuerza trataba de detener el droide que atacaba con sus patas las piernas de Din.
El mandaloriano adolorido por la caída solo se podía a limitar a ver el droide enfrente de él que lo atacaba.
Hasta que este cayó ligeramente al suelo, siendo que Grogu le quitó una pieza en forma de circulo para jugar. Pero esto no impidió al droide levantarse nuevamente y querer atacar al grupo.
—¡Vete con él Niño! —Ordenó, disparando como podía.
—¡Necesitamos a un héroe! —Gritó como pudo Peli, tomando al Niño.
Fue cuando la máquina se detuvo, elevándose y empezar a ser presionado para después ser destruido. Entre el humo, Din pudo distinguir una figura.
Siendo rematado por el amigo de Boba fett que tomó al droide con su mano y tirarlo hacia las afueras de la ciudad.
—Violette... —Pronunció Din en el suelo, levantándose como pudo de la arena.
—Te dejó por cinco meses, y resulta que estas en medio de una guerra. —Dio un salto, muy grande para ser exactos.
Acelerando el corazón del mandaloriano.
—Veo que no nos hemos presentando. —Vio al otro cazarrecompensas, identificándolo por estar en la nave de Gideon.
—Boba Fett.
—Gracias por cuidar de mi familia. —Volteó a ver a Din, que ya hacía con Grogu en sus manos.
—¡Que gran entrada! —Festejó Peli—. Es decir, dije: ¡Necesitamos a un héroe! Y apareces tu.
Violette solo sonrió, negando varias veces para ahora si ver bien a su familia.
—Cinco meses, ¿no crees que fue demasiado tiempo?
—Necesitabas a un héroe, y aquí estoy.
—Pensé que... Ya no querías verme, por lo qué pasó allá. —Trago saliva—. Me alegra verte.
Fue cuando un mercenario los atacó, Violette con sus muñeca detuvo los disparos, regresándolos.
—¡Las pulseras!
—Fue un gran detalle, Beskar. —De su traje se levantó sus mangas, mostrando sus pulseras.
Y es que, Din buscó por ese tiempo Beskar no solo por su credo. Si no también para poder darle ese regalo junto al pequeño con su camiseta para que estuvieran a salvo.
—Son de la buena suerte. Como tú me diste la tuya, pensé darte algo que te hiciera sentir... En casa.
Fue ahora que este le mostró la pulsera que le había dado Violette en Nevarro, justo antes de bajar de la Razor Crest y hacer un trato con Greef.
Ambos sonrieron, recordando esos momentos que parecen que pasaron hace años. Pero no era lo único, Violette también se acomodó su traje, específicamente en su cuello para que se diera cuenta que traía consigo el collar de su credo cuando pensó que iba a morir.
—Esto me hace sentir en casa. —Sonrió.
Pero ahora miles de preguntas llenaban la cabeza del mandaloriano.
—¿Que sucedió? ¿Por que están aquí?
—Cuando llegaste con nosotros, yo debía hacer esto. —De su cinturón sacó su sable, encendiéndolo.
A lo que sorprendió a Din, y es que era morado. Todo lo contrario al que tenía anteriormente. Sabía más o menos el significado del color, ya que Ahsoka le había tratado de explicar.
—Pero veo que ahora tienes el tuyo. ¿Acaso es? —La castaña vio el del cazarrecompensas, dudando.
—El sable oscuro, se lo gane a Moff Gideon cuando fui por el pequeño.
—Junto una nueva Nave. —Asintió.
—Disculpen interrumpir su conversación amorosa, pero solo para decirles que estamos en medio de una guerra con un monstruo y droides asesinos.
Ambos se sonrojaron, asintiendo mientras le entregaban al pequeño para asegurarse y ponerse al salvo.
—Como los viejos tiempos. —Dijo Violette al sentir como Din la tomaba de la cintura para ir con los demás con su jetpack.
Mando fue al centro de la ciudad, donde ya hacía pueblo libre junto con Boba Fett, quien su amigo había sido descontrolado.
—¡El amiguito de Fett destruirá toda la ciudad! —Dijo mientras miraba todo el caos.
—¿Podrías detenerlo?
—Si, puedo hacerlo.
—Haré que baje, tu haz tus cosas Jedis. —Violette sonrió, negando.
Mando la dejo en el suelo donde ya hacían todos viendo el caos que estaba ocasionando. Destruyendo la torre y jalar la campana como juguete personal. Violette fue con los demás para saber si estaban bien, entrenándose que Cobb vanth estaba muerto.
—Lo siento tanto, era un buen hombre y de palabra. —Fue cuando sintió algo caerse.
Viendo como ahora el monstruo quería comerse a Din.
—¡Violette! ¡Hay algo que te quiero preguntar!
—¿¡Justo ahora?! Lo harás después.
—¡Se que si no lo hago ahora, no podré hacerlo después! —Decía mientras sujetaba los dientes del monstruo.
—¡No me dejas concentrarme!
—¿¡Te gustaría casarte conmigo?! —Con una mano abrió la boca del monstruo y con otra atrajo a Din hacia ella.
Cayendo hacia ella, quedando Din arriba de ella en medio de la arena.
Grogu que llegó con Peli, se concentró en tranquilizarlo y dormirlo, quedando plácidamente en las arenas.
Lo que provocó al caer, varía arena entrara en el cuerpo de la castaña.
—¿Es en serio? —Dijo mientras lo miraba, llevando una de sus manos a sus mejillas.
—Nunca he hablado más en serio como lo estoy haciendo ahora contigo, Violette.
Varias lágrimas cayeron sobre la ojiazul, quien no podía de la emoción. Asintiendo varias veces mientras le daba varios besos en su casco.
—¡Si! ¡Si quiero!
—¡Que vivan los novios! —Gritaron todos emocionados, celebrando por la victoria, si no también por los futuros novios.
Din ya consciente en la posición que estaban, se levante y ayuda a Violette a limpiarse la arena. Agachándose y enseñándole en anillo de Beskar que también mando a hacer.
Violette le ofreció la mano, siendo que este delicadamente le puso el anillo en su dedo.
Dándole un beso Keldabe.
—Vamos con lo demás. —Ambos tomados de la mano y con Grogu sujetado de Din.
Sabían que no necesitarían de nada más.