Bandolera

By JeseeD1004

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Una Bandolera que le dan por la cabeza y termina perdiendo en su propio juego. Unas risas + algo de drama More

Bandolera
Génesis
Pride
Ben Wa
Desmadre
Postres
Luces. Cámara. Acción
Date Cuanta Amiga
Margaritas
Reagruparse
Parker
Cliff Edge
Ensalada
Honor
Gatas
Sorpresas
La Despedida
Hay que joderse
Abrázame, Ámame, Tócame...
La Bandolera
Extra

La Intensidad Bolleril

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By JeseeD1004






Entró al baño con la respiración algo entrecortada y las lágrimas a la bahía, su cabeza le daba vueltas y sabía que no era debido al vino, no, era mucho peor que eso. Luisita se iba... se iría con otra persona y le dejaría a ella y todo eso que había recientemente descubierto llevaba albergando por ella.

Pero ¿qué coño le pasaba a su amiga? ¿Cómo es que podía siquiera contemplar la idea? Para ella, toda aquella situación era simplemente absurda.

Sacudió la cabeza y se instó a tranquilizarse, abrió la llave y metió las manos en el agua fría sintiendo el contraste de su piel que ahora se sentía caliente, después de un rato cerró la llave y allí se quedó mirándose al espejo y por un momento no se reconoció. Esa no era ella, ella no era de las que se encerraba en los baños a llorar por una chica, ella no era de las que se agobiaba por los dramas de los demás. No, ella era relajada y todo se la sudaba, lo único que siempre le ha importado es pasarlo bien y no darle vía libre a quienes intentan cambiarla.

Ella era una Bandolera, libre como el viento, ella se reía del amor y los sentimientos y los bollodramas intensos. Ella no era esa persona del espejo... Excepto que sí lo era.

Ahora mismo, lo era.

La puerta del baño se abrió y entonces el reflejo de su inconsciente mejor amiga/ la chica de la que estaba enamorada le saludó con una sonrisa tímida y nerviosa. - Flor, déjame explicarte. -

Amelia se dio vuelta apoyándose en el lavado y se cruzó de brazos. - Es una locura, lo sabes ¿verdad? - Levantó el mentón. El agobio se le estaba volviendo fácilmente en rabia. - Por favor dime que lo que acaba de decir tu hermana no es cierto y no piensas casarte en menos de un mes y mucho menos mudarte a otro país. -

-Amelia...

-Es que coño, Luisita, ¿en qué estás pensando? - No la dejó hablar. - ¿Qué está pasando realmente? Esto está muy raro, tú no eres esta persona, eres impulsiva eso se sabe, pero esto ya es otro nivel, chica, esto raya lo absurdo de verdad. - Negó con la cabeza mientras fruncía el ceño.

-¿Me vas a dejar hablar o esto es solo un monólogo? - Luisita se cruzó de brazos también, ella esperaba incomprensión por parte de su amiga, pero tanto como enojarse por querer ser feliz, no se lo esperaba para nada.

-Es que no entiendo cuál es el afán. - Elevó las manos dejando salir una risita nerviosa. - ¿Por qué tantas prisas para todo? ¿Es que acaso estás embarazada? - Preguntó de la anda.

Y la rubia se acercó a ella con cara de consternación. - De la virgen de chueca será. - Respondió sarcásticamente. - ¿Pero de qué coño hablas, mujer? -

-¡Es que no entiendo nada! - Dijo exasperada. - Acaso tiene esta chica una enfermedad terminal y quieres cumplirle su último deseo antes de morir? -

-Pero quieres parar, no, no es nada de eso. -

-Es hija de la mafia y se a obsesionado contigo y te obliga a casarte con ella, ¿es eso? -

Luisita no pudo evitar reírse esta vez. - Que no, que no, que dejes de decir tonterías. - Se acercó a ella de nuevo. - Necesitas dejar de ver culebrones mexicanos con Andrea, amor. - Volvió a reírse ya a carcajada limpia.

Pero Amelia no reía, al contrario, se veía mucho más frustrada. - ¿Entonces qué es? Porque esto no tiene ningún sentido. -

Luisita agarró sus hombros para que la mirara a los ojos. - La respuesta es muy simple, flor. - Amelia esperó. - Me he enamorado. - Se encogió de hombros sonriendo tiernamente.

La cara de Amelia pasó de frustración e incomprensión a una de asco total, era una mueca entre el desprecio y la incredulidad. - No acabas de decir semejante pavada por favor. - Rodó los ojos

Luisita la miro ofendida. - Oye que te estoy hablando en serio, solo porque tu seas incapaz de sentir algo remotamente parecido no significa que los demás seamos incapaces también. - Y aquella puya la hizo retroceder, Luisita notó el cambio en sus ojos. - Joder, perdóname no quiero ser grosera, pero con qué derecho vienes tú a desvalorizar mis sentimientos. -

-No es lo que estoy haciendo Luisita. -

-Es lo que has dicho. -

-No, no lo es. - Refutó de nuevo, un poco si lo era, pero no lo admitiría. - Lo que estoy es preocupada. - Esta vez fue el turno de la rubia de poner los ojos en blanco. - Estamos hablando de alguien que apenas conoces, estamos hablando de casarte legalmente, de unirte a esa persona y peor aún, mudarte ni siquiera a otra ciudad, sino a otro país con esa persona... ¿Entiendes la pedazo de locura que es? -

-Es que yo no lo veo así, Amelia. - Rebatió la rubia. - Para mi es que es tan simple como que no quiero esperar, ¿esperar a qué? -

-Esperar a ver si resulta ser una asesina serial, por ejemplo. -

Luisita no pudo evitar reírse. - No es el fin del mundo, ni tan absurdo Amelia. Estoy enamorada, punto. -

Amelia al escucharla decir aquello de nuevo agachó la cabeza tragando grueso. - ¿En serio estás dispuesta a dejar todo por esta persona? Tu familia, tus amigos, tu trabajo... -

-Puedo trabajar en cualquier parte, flor y lo sabes. - Sonrió como respuesta obvia.

-Claro... - Amelia sintió lentamente. - Y así mismo puedes conseguir nuevos amigos, claro. -

-Vale, ahora si que estás exagerando, eso no fue para nada a lo que me refería y lo sabes bien. - Negó con la cabeza. - Seguiremos siendo amigas, hablaremos todo el rato y vendré a visitarte y tú harás lo mismo. La gente hace esto todo el tiempo, Amelia y no es la gran cosa. - Se acercó nuevamente agarrando las manos de su mejor amiga. - Nada va a cambiar entre nosotras, te lo prometo. -

-Va a cambiar todo, rubia, no sé como no te das cuenta. - Agachó la cabeza de nuevo.

-Amelia, yo le quiero. - Sus palabras hicieron que la mirara a los ojos de nuevo. - Esto que siento no lo he sentido antes, es diferente esta vez, yo en serio le quiero y no veo razón para esperar cuando ella quiere lo mismo que yo. - Se encogió de hombros. - Sabes lo raro que es, encontrar a una persona que comparta tu misma idea de vida, que quiera lo mismo que tú y que además te ponga como prioridad. Ella es todo eso para mí. -

Los ojos de Amelia se encharcaron, sintiendo un nudo en la garganta crecer. - Ya... es que Luisita... -

-¿Tu crees que hay una razón para que deba esperar? Dímelo, aquí y ahora ¿Acaso hay algo que no estoy viendo? - Preguntó preocupada cuando los ojos de su amiga se cristalizaron.

Amelia casi sentía que en cualquier momento se quedaría sin respirar, tenía las palabras en la punta de la lengua y aún así no encontraba la valentía suficiente para decirlas, podía sentir su corazón ir desbocado y su piel erizarse con la anticipación y aquellos ojos marrones no se lo ponían nada fácil, deseaba tanto poder gritar lo que llevaba dentro y decírselo a la cara, que le escuchara el llanto silencioso de un sentimiento que le consumía por dentro mientras la tenía que escuchar hablar de amor hacia alguien que no era ella.

Deseaba tanto por fin decirlo...

-¿Amelia? -

La escuchó llamarla y parpadeó rápidamente dejando escapar el aire de sus pulmones, sus hombros cayeron. - Nada, lo de lesbiana primeriza lo llevas bien al extremo, cariño. - Sonrió a duras penas guiñándole el ojo haciendo que Luisita se riera sonoramente.






-Me lo podrías haber dicho allí mismo, ¿sabes? - Dijo Luisita con una sonrisa casual. - A ver si sí me abstenía de decir todas esas cosas enfrente tuyo. - Acarició el hombro de la morena sentada a su lado.

-Y ¿qué se suponía que iba a decir? Luisi no te cases con Miss simpatía 2007 porque estoy idiotamente enamorada de ti, pero al mismo tiempo como que me dan mis pajasos mentales sobre el romanticismo y el amor y los sentimientos. - La miró incrédula. - No sé Rick, capaz y te reías en mi cara. -

-No me habría reído. - Respondió Luisita no muy segura y tras una mirada conocedora terminó por reírse. - Bueno es que, si me lo hubieras dicho así pues claro que voy a reír, es que tu a veces eres un poco intensa. -

-Dice la que se iba a casar a cuatro meses de conocer a la chica y saber lo que es un orgasmo de verdad. - Alzó la ceja juzgandora.

-Oye no perdona, Yo ya sabía lo que era un orgasmo desde antes. - Levantó el dedo como manera de hecho.

-Hombre claro, los que te di yo más de una vez. - Le sonrió de lado con picardía.

La rubia rodó los ojos. - Exagerá como siempre. -

-Cada vez que terminabas con tus novios venias a mí, rubia, ¿Dónde estoy exagerando? -

Luisita se rió. - Joder, pero porque estaba vulnerable y tú estabas ahí y ya sabes...

-Y una mano ayuda a la otra, claro que lo sé. - Asintió a sabiendas. - Yo te di buena mano, si que sí. -

-Ughrr cállate ya. - Luisita le dio un empujón.

-Y lengua también. - Se inclinó a ella moviendo la lengua de arriba abajo rápidamente.

-¡Basta, tarada! - Se carcajeó dándole una palmada en el muslo a la morena contagiándola de las risas. - Joder siempre igual contigo, no te tomas nada en serio. -

-Intento aligerar el mood, que es diferente. -

-Sí pero que estábamos en un momento intensito de la historia, chica. - Se tapó la cara riéndose.

-Pues por eso. - Respondió Amelia en medio de las risas también. - Aquí una de cal y otra de arena. -

Luisita frunció el ceño. - ¿No era una de cal y dos de arena? -

-Eso es en el arroz. - Se quedó pensativa. - Y es que yo que coño voy a saber, aquí la de alma de albañil era la Sofia, no yo. - Se carcajeó con gusto.

-¡Cabrona! - Se rió ella también.







Amelia se encontraba en pijama tirada en su enorme sofá en la sala de su apartamento con una taza de palomitas de maíz en su abdomen mientras veía una comedia romántica con el ceño fruncido, iba criticando cada escena, cada dialogo, con cara de fastidio; cuando escuchó el timbre de su puerta.

Resopló sin ganas de levantarse de su cómoda posición, pero siguieron tocando y ya ella no podía soportarlo, así que interrumpió su momento de miseria para levantarse y abrió.

Se encontró con sus tres fieles amigas detrás de la puerta. - Venimos equipadas. - Dijo Alina levantando las manos. - Pizza, cerveza, tarros de helado y si te quieres poner fina, un poco de vino también. - Andrea y Marina mostraron sus abastecimientos.

-Yo traje un poco de magia verde por si te apetece también. - Marina agregó despreocupadamente simulando llevarse un porro a los labios.

Amelia solo rió brevemente y abrió la puerta más para dejarlas pasar. - No era necesario que vinieran chicas, estoy bien. - Caminó con sus amigas hasta la sala y se tiró de nuevo en el sofá descuidadamente.

Andrea miró a su alrededor, había ropa tirada y platos sucios en la cocina, botellas de cerveza en la mesa auxiliar en frente del sofá y palomitas de maíz en el suelo. - Este desorden para nada propio de ti nos dice lo contrario. - Se sentó en el sillón diagonal a donde estaba escurrida su jefa y amiga. - ¿Qué ocurrió con la rubia? -

-Eso, que desde la cena con su hermana malvada hace dos días no hemos sabido nada. - Marina se sentó al otro extremo de la morena y agarró de la taza de palomitas llevándoselas todas a la boca.

-Supe por Luisita que ya se ha ido, regresa para la despedida de soltera y la boda. - Alina completó sentándose en la alfombra frente a la mesa auxiliar abriendo la caja de la pizza para empezar a comer. - Sofia ha vuelto también. - Miró de reojo a Amelia esperando alguna reacción.

La morena sin embargo siguió comiendo palomitas de maíz mirando la pantalla de su tv sin darle importancia a lo que sus amigas le acaban de decir. - Que bien por ella. - Fue todo lo que dijo.

Las chicas se miraron preocupadas hasta que Andrea se levantó de su lugar y se acercó al televisor desconectándolo. - Ok, basta de esta mierda. -

-¡Oye! Yo estaba viendo esa mierda que dices. - Amelia le tiró algunas palomitas en protesta.

-Basta de esconderte aquí, llevas dos días en esas y es suficiente. - Andrea ni se inmutó. - Vas a hablar con nosotras y nos vas a decir que ha pasado, porque claramente algo pasó con la rubia el día de la cena. -

-Follamos en el baño. - Dijo sin importancia.

-¡¿PERDONA?! - Gritaron al mismo tiempo.

Amelia se echó a reír. - Nah, ojalá pero nada, porque soy tonta. - Hizo una mueca.

-Muchacha no nos digas esas cosas. - Alina se llevó una mano al pecho.

-Pero, ¿entonces que ha pasao? - Marina seguía comiendo de sus palomitas hasta que Amelia le dio un manotazo. - ¡Auch! -

-Nada que me ha dicho que las prisas por casarse es porque está enamorada. - Respondió medio riéndose medio comiendo. - Mira tú que ridiculez. - Andrea se miró con Alina preocupada. - Hay gente por ahí casándose para tener acceso al seguro de salud o la ciudadanía en otro país y esta dizque casándose por amor, puff... - Resopló en burla.

-Amelia...

-¿Es que quién hace eso? Quien en su sano juicio se casa hoy en día. - Lanzó la pregunta retórica. - Ya te digo yo a ti que por amor solamente no es, la vida está muy cara, capaz se necesita compartir gastos, pero ella no, ella se casa porque está enamorada, porque no ha sentido nada parecido antes, porque no ve razón para esperar. - Mientras hablaba sus ojos se cristalizaban y sus amigas escuchaban atentas con el corazón encogido.

-Talvez si le hablaras de tus sentimientos le darías una razón. - Andrea propuso con duda.

-Que lo he pensao, me ha preguntado que si tengo alguna razón y tuve la oportunidad de decirle a la idiota que estoy enamorada yo de ella y no pude. - Amelia hablaba indignada consigo misma.

-Pero ¿Por qué? - Alina preguntó esta vez.

-¡Pues porque me dio miedo! - Amelia prácticamente gritó y se sentó con la espalda recta, agarró una cerveza de la mesa y le dio un trago largo. - Me da miedo y ya no solo a su respuesta sino a todo, es que, ¿quién coño hace eso? Quien conoce a alguien y cuatro meses después no solo está enamorado sino listo para casarse como si eso fuera ir al super por lentejas, ¿Cómo se confía en alguien así? -

-Un desquiciado, esos son los únicos capaces. - Andrea tomó su cerveza también. - Y definitivamente alguien que no ha visto la Rosa de Guadalupe. - Negó con la cabeza en incredulidad, entrando en esa espiral con su amiga.

-O Criminal Minds. - Añadió Marina tomando vino directamente desde la botella. - O cualquiera de esos programas de asesinos. Es que tenía que ser rubia, le falta calle. - Negó también indignada.

-Quieren callarse todas de una puta vez. - Alina les llamó la atención fuertemente. - Es Luisita de quien estamos hablando aquí. -

-Sí, exacto y la rubia ha perdido la cordura. - Marina se burló.

-O ella realmente está enamorada. - Alina se encogió de hombros recibiendo miradas mordaces de sus amigas. - Lo siento, sé que no es lo que quieres escuchar Amelia, pero está pasando justo frente a tus ojos. -

-Ughrrr odio esta mierda. - Amelia volvió a escurrirse en el sofá llevándose las manos a la cara. - Este es el mayor desgaste de energía que se puede tener en la vida. -

-¿Qué cosa? - Preguntó Andrea confundida.

-Estar enamorada. - Resopló la morena. - Esta no soy yo. - Negó sin levantar la cabeza y sus ojos se inundaron. - Yo soy esta persona, yo no lloro por personas que no me dan ni la hora del día, yo no sé nada sobre el romanticismo ni me interesa aprender. - Se rió amargamente. - Yo soy de las que se preocupa por los demás, soy egoísta y despreocupada, no me gusta compartir mi espacio y tiempo con nadie, no me interesan los sentimientos de otros y sus mierdas... Me gusta divertirse, pasarlo bien y al día siguiente volver a repetir misma historia distinto escenario. Yo no soy esta persona. - Repitió amargamente.

-Excepto que lo eres. - Marina se limpió los labios con una servilleta y la miró seria, Amelia clavó sus ojos en ella. - Sí te preocupas, sí te interesas, sí que eres cursi, sí que das de tu espacio y de tiempo, sí que lo haces... Con ella. - Marina le hizo ver con una sonrisa tierna y Andrea y Alina la miraron sorprendida con la seriedad poco característica con la que hablaba la mujer. - Haces todas esas cosas con ella, porque eso es lo que es estar enamorada y sí, es una mierda y sí, es un desgaste a veces, pero también es lindo y es por eso que te da tanto miedo, porque al fin al cabo son tantas cosas que no sabes que hacer con ello. - Asintió sonriéndole.

Se quedaron calladas unos segundos largos hasta que Amelia volvió a hablar. - ¿Desde cuando eres tan sabia y conocedora? -

Todas se rieron. - Porque tu y yo somos más parecidas de lo que creemos. No es que seamos incapaces de enamorarnos, es que nos cuesta un poquito más porque no lo entendemos o porque directamente no se puede entender y eso nos jode mentalmente. -

-¿Marina algo que quieras compartir con la clase? - Alina preguntó al verla emocionada en un intento por quitarle hierro al asunto.

La castaña se echó a reír con los ojos algo anegados. - Yo estuve enamorada una vez. - Confesó con una sonrisa triste. - Y sentía que me consumía por dentro de la dicha y el desconcierto, todo al mismo tiempo. - Se abanicó la cara tratando de contener las lágrimas de los recuerdos.

-Que intensas somos las lesbianas por Dios. - Andrea se limpió el rabillo del ojo y su comentario hizo reír a las demás.

-¿Qué se supone que debo hacer ahora? - Preguntó de la nada Amelia. - El plan de robarme a la novia suena encantador solo si la novia me corresponde, de lo contrario solo estaría siendo una gilipollas arruinando una pareja que solo desea ser feliz. - Se burló con una mueca de fastidio en la cara.

Alina se levantó de su lugar y se acercó a ella agarrando su mano, la miró con tristeza y esa mirada solo hizo crecer el nudo en la garganta de la morena. - Parte de querer a la otra persona también es saber cuando dejar ir. - Dijo con pena en su voz. - Es cuando no piensas en ti sino en la felicidad de la otra persona, incluso si su felicidad no es contigo. -

-¿Incluso si siento que se está equivocando? - Amelia preguntó tragando grueso.

Alina se encogió de hombros. - Es su decisión, mi vida. -

Los ojos de Amelia se encharcaron y su labio inferior tembló. - Y qué hago con esto que siento yo, ¿eh? - Preguntó con un hilo de voz. - ¿A dónde me lo llevo? ¿Dónde lo pongo? ¿Cómo me lo quito de encima? Porque si es así como va a ser, mejor no quiero. - Se limpió las primeras lágrimas de los ojos. - Porque duele, duele mucho. - Apretó la mano de su amiga. - Y no se supone que duela, el amor no debería doler tanto. - Se echó a llorar ahora sí sin pena ni vergüenza.

-No debería, no. - Alina le dio la razón limpiando sus mejillas con su mano libre.

-Uff la intensidad hermanas. - Marina comentó de la nada limpiando sus mejillas también.

Y se rieron de la nada. - Puta Marina. - Andrea se abanicaba la cara. - Y no vamos ni borrachas ni fumadas, esto es real, mi gente. - Volvieron a reír entre lágrimas, cerveza y pizza fría.





Mientras tanto desde el otro lado de la historia, una Luisita recostada en la cama sentía a su novia rodearla con por la cintura dejando un delicado beso en su cuello. - ¿En qué piensas? - Preguntó Sofía abrazándola.

-Amelia. - Respondió como si aquello fuera suficiente.

-¿Volvieron a discutir? Seguro que en nada lo arreglaran. - La chica le sonrió desde la espalda besando su cabello.

-No viste su cara. - Luisita insistió mirando a la nada. - Ella parecía devastada, enojada, pero devastada al mismo tiempo. - Suspiró pesadamente. - Nunca la había visto así. -

-Bueno tu piensa que son mejores amigas y saber que te vas no debe ser fácil para ella que está tan unida a ti, ¿no? -

-Todo el mundo sigue diciendo eso. - Luisita se dio vuelta mirando a su novia con el ceño fruncido. - Todos me dicen lo difícil que es para ella ¿y qué hay de mí? Para mí tampoco es fácil separarme de ella, esos tres meses lejos fueron una tortura. - Recordó su tiempo separadas luego de la pelea por su ex novio.

-Bueno estuviste conmigo esos tres meses, tanto como tortura no fue tampoco. - Sofia se echó a reír.

-Eso no tiene nada que ver. - La rubia la miró aún con el ceño fruncido. - Que estuviera contigo no significa que no la extrañara o que no añorara su cercanía, escuchar su voz, su risa, sus bromas sexuales y sus payasadas. -

-Lo sé, no era eso a lo que me refería. -

-Es que parece que aquí la única que sufre con esta separación es ella y no es así. - Volvió a darle la espalda a su prometida. - A mí también me duele que nos distanciemos. - Sus ojos inadvertidamente se cristalizaron. - Yo ya la echo de menos y aún no me he ido. -

Sofia volvió a abrazarla. - Pues habla con ella, no permitas que estas semanas antes de que deban despedirse estén llenas de malos recuerdos, discusiones y distancia. - Besó su mejilla dulcemente. - Sé lo importante que es ella para ti y sé que no te irás tranquila si no lo arreglan, así que arréglalo, está en tus manos. -

Luisita no dijo nada pensando en su amiga con preocupación cuando la pantalla de su teléfono se iluminó con un mensaje nuevo, lo agarró, desbloqueó la pantalla y su corazón dio un saltito al comprobar que era un mensaje de Amelia, leyó con atención para luego fruncir el ceño sin entender muy bien. - Amelia quiere que le ayude a encontrar una casa. - Dijo en voz alta mirando a la pantalla. - Se quiere mudar de su apartamento de soltera a una casa. - Repitió sin creérselo.


___________________________________________

Buenas las tengas todas las señoras aquí presentes ...

Esta vez no vengo a disculparme por la tardanza porque pa'qué pero si me disculpo por la intensidad de este capítulo 🙊 A veces todo lo que necesitamos es una lloradita, pizza fría y a dormir.

Kudos ❤️

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