enchanted ; bowuigi

By -nonhearted

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⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀" debajo de la bestia que ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀era bowser había un ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀padre cariñoso y un ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀mar... More

01. ay, pobre toad
02. qué duro es ser papá
04. tiempo de vals

03. solo pero no mal contactado

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By -nonhearted

enchanted ; @-MAOMAO

♡ • Ya que la heladera de Luigi estaba llena por primera vez desde que empezó a vivir solo - diez años atrás - él se dio el gusto de almorzar bien, prepararse un postre y tomar un baño de burbujas larguísimo con el estómago lleno.
Esa era la felicidad para Luigi.
Para alguien que tiene un empleo tan poco redituable como lo es ser plomero pocas eran las ocasiones en las que Luigi se daba sus gustos, y fue gracias a su amabilidad innata, así que la pensaría dos veces la próxima vez antes de decir que a la gente buena nunca le pasan cosas buenas.

Lentamente Luigi se hundió en la bañera llena de burbujas, permitió que el agua caliente le quitara las presiones y se fueran todas a través de su bigote. En eso, su teléfono sonó.
"¿Hola...?" contestó pasado de relajación , "Secretaria de la alcaldesa Paulette", "¡Oh, Toadette!" brincó Luigi de la bañera y abrió los ojos como platos "¿cómo anda todo por allí?", "Muy bien señor Luigi, gracias por preguntar. Me comunicaba por usted por el banquete de reelección, se hará éste sábado para cerrar la campaña de la alcaldesa Paulette y usted y su hermano no pueden faltar. ¿Qué dice?", "Oh, suena bien, estaré ahí", "Me alegro de oírlo, lo veremos el sábado a las ocho en el Salón Champiñón", "Sí... seguro", "Buenas noches", "Adiós."
La toad que hace de secretaria de la alcaldesa colgó apenas Luigi se despidió y el hombre quedó sentado en su bañera con el teléfono en la mano y la mirada perdida, "Un banquete, ¿ah?, qué mala pata..." susurró.

Luigi no estaba seguro si se sentía de ánimos para estar en una fiesta.

En realidad no era que a Luigi no le gustan las fiestas, todo lo contrario, a él le encanta pasarla bien con sus conocidos y celebrar el éxito de una amiga como lo es la alcaldesa Paulette, pero había un problema que le revoloteaba desde hacía rato en la cabeza y es que por primera vez iría a un evento sin acompañante, o mejor dicho que iría sin su hermano Mario al lado.

"Podría preguntarle pero..."

Conociéndolo, seguramente Mario ya tendría con quién ir, lo que significa que Luigi debería ir solo al banquete, y él es del tipo introvertido, no le gusta que lo estén mirando mientras camina por su cuenta entre 500 personas.
Además Luigi es una de las personalidades más importantes del Reino Champiñón, sería inevitable que lo observaran con sus enormes ojos de toad de todas formas.

"Tal vez Daisy quiera ir... ¡No, no entres en ese callejón otra vez Luigi!"

Al final todo indicaba que Luigi debería ir solo al banquete y que quedaría como la tercera rueda entre Mario y su acompañante.

Si tan sólo conociera a una persona que pudiera acompañarlo a él y ayudarlo a no sentirse fuera de lugar durante una noche calurosa de verano.

"Mamma mía..."

Pero Luigi no conocía a muchas personas disponibles una noche de sábado.

Después de un accidentado aunque placentero fin de semana es que Luigi volvió al trabajo duro.
El lunes comenzó con varios pedidos de plomeria para los Super Mario Brothers a través de la ciudad y que no les quedó de otra que dividirse las tareas para cumplir con sus fieles clientes.
Mario se ocupó de la parte oeste de la ciudad - siendo el ayuntamiento y dos restaurantes - mientras que Luigi de la este. A decir verdad Mario era quien la tenía más complicada por la magnitud de los trabajos, no obstante Luigi se quiso matar cuando vio que él tenía pequeños pero muchísimos pedidos en pequeña escala, entre ellos una escuela en las montañas.

"Ay no..." suspiró Luigi visiblemente agotado luego de haber cumplido con más de veinte pedidos "¿una escuela? ¿no quieren llamarme de una cárcel también?" es más, seguramente le había llenado el kilometraje a su camioneta y vaciado el tanque de tanto viaje, así que decidió pasar por una estación de gasolina antes de ir a las montañas y quedarse varado allí como un pendejo.

Luigi bajó de la camioneta, fue a la bomba de gas, pasó su tarjeta de Ypf y le pidió a un empleado que llenara su tanque con 20 galones en lo que él pasaba por la tienda de la gasolinera a por un café que le restaurara temporalmente la energía.
Luigi no era muy fan del café pero a veces era necesario para seguir existiendo.

"Son dos monedas de oro" dijo el cajero al plomero con su café "efectivo o tarjeta", "Tarjeta, toma" contestó Luigi y le dio su tarjeta al chico que lucía inexplicablemente puberto. El chico pasó la tarjeta que Luigi siempre llevaba encima para cubrir los desastres de Mario y un sonoro BEEEEEEP de la máquina escáner hizo al corazón del bigotón later muy rápido.
"Dice que no tiene fondos" aclaró el cajero "¿efectivo?" y Luigi asintió sudando frío porque NO TENIA EFECTIVO, "Ahora qué hago, ahora qué hago" pensaba don plomero sintiéndose culpable por haber bebido el café antes de siquiera entregar la tarjeta "¡Llamará a la policía!, o peor... ¡llamará a Mario!"
Por eso siempre hay que salir con efectivo. Luigi no entendía cómo es que él - siendo tan precavido - se olvidó de una regla de la adultez tan básica, "¡¿COMO NO LO VI VENIR?!"
El cajero solamente suspiró acostumbrado a esa clase de situaciones.

En lo que Luigi sufría otra crisis de las miles que sufre a diario por pequeñeces, el que estaba atrás en la fila se movía de un lado al otro de manera inquieta, después soltó un jadeo de sorpresa y le tocó el hombro a Luigi asustándolo.
"¡MAMMA MIA!" chilló Luigi de un salto "¡Por todos los fantasmas de la mansión! ¡¿qué pasa?!" y se volteó para encontrar la sonrisa tímida - pero colmilluda - del gerente del supermercado "¡¿Gerente?!", "Hola Luigi."

El bigotón sonrió por inercia al ver a el amable gerente que fue tan considerado con él - cuando en realidad Luigi fue el amable pero jamás lo admitirá - y de repente sus preocupaciones se habían ido volando, como si el buen humor del gerente se le hubiera contagiado.
¿Quién podía estar tan contento a las once am?

"¡Gerente! ¿qué hace aquí? ¿aún no entra a trabajar?" inquirió Luigi, "No, entro al mediodía, ¿y tú?", "Oh, cumpliendo con el deber... hoy había muchos pedidos para el negocio y mi hermano y yo tuvimos que dividirnos las tareas, en general trabajamos juntos pero hoy sí o sí debimos dividirnos o no alcanzaríamos a cumplir con todos los pedidos", "Ya veo, es duro ser plomero", "Tan duro como una tubería galvanizada de ocho pulgadas", "¡Jajaja!, literalmente no sé qué es eso."

La risa del gerente también fue contagiosa para Luigi, ambos empezaron a reírse como tontos mientras el cajero tamborileaba sus dedos en el mostrador esperando a que el más bajo se dignara a pagar el café, sin embargo Luigi prácticamente se había olvidado del tema del café apenas el gerente apareció con su peculiar - pero agradable - sonrisa.

"Y cómo está Junior, ¿desayunó el cereal? ¿le gustó?, espero que no esté causándole problemas a la toad otra vez", "Oh no, no, no, no, no, no, Junior está muy feliz con su cereal, el sábado que viene él irá de nuevo de compras y me aseguraré de que la góndola esté llena de su cereal favorito, pero se disculpó con Toadlyn, no te preocupes, siempre lo hace, ese niño aprende rápido de sus errores", "Qué alivio... se ve que tiene un buen padre", "¡No digas eso, me apenas, jajaja!", "Eh... ejem, señor", "¿Hm?", "¿Pagará su café o seguirá socializando?", "¿El qué?" Luigi miró el café que casi se terminaba "Oh, cierto" sonrió incómodo "supongo que sí..." pero no tenía ni una moneda encima.
El gerente observó en silencio unos segundos y pareció entender qué sucedía, y también porque vió cómo la tarjeta de Luigi fue rechazada, así que sacó su billetera y le extendió dos monedas al cajero.
"Tome, pago por él, y también mi carga de nafta" dijo para sorpresa de Luigi, "Gracias, pueden irse señor", "¡Ten buen día muchacho!"
El gerente salió llevándose a Luigi con él sin que el más bajo opusiera resistencia creyendo que Luigi era tímido, siendo que en realidad Luigi no sabía qué decir. ¿Gracias? ¿te debo una?, todas sonaban muy estúpidas.

Los dos se detuvieron frente a las bombas de gas con la intención de desperdirse, o al menos esa era la del gerente, pero Luigi estaba tieso como virgen de yeso.
"¿Eh... Luigi?" se atrevió a preguntar el gerente "¿Está todo bien?, pareciera que ese café tenía algo que no debía tener..."
Bueno, Luigi jamás había consumido esa clase de sustancias, así que sería incapaz de distinguir si se las metieron al café sin su consentimiento.
"S-supongo" dijo el bigotón con la mente espaciada "es que... tú... me pagaste el café", "¡Jaja, sí!" exclamó el gerente muy contento "Te dije que te debía un favor, y ese fue mi favor, de nada" sin embargo Luigi negó repetidas veces con la cabeza y las manos desconcertando al gerente, "¿Pasa algo malo?", "Es que..." jadeó Luigi abrumado sin saber porqué "no puedo permitirlo, te devolveré el dinero en cuanto pase por el cajero", "No tienes qué, sabías que tenía que devolverte un favor, tómalo por favor Luigi", "¡No, no, no!" chilló el aludido "¡no puedo!", "Entonces... ¿de qué otra forma puedo devolverte el favor?, sabes que te debo uno, no me hagas quedar mal" el gerente sonaba apenado y le sonrió de igual forma a Luigi, por lo que el bigotón se rascó la mejilla y asintió dudoso, "Bueno, sí... pero ya encontraré algo que puedas hacer por mi", "Espero que sí, no me molestaría vivir en deuda contigo pero todos necesitamos ayuda a veces, ¿sabes?, no estamos solos."

Irónicamente Luigi siempre se sentía solo. Como también lo estaría el sábado vale la pena agregar.

"¿El sábado?" preguntó al aire y el gerente inclinó la cabeza confundido, "¿Luigi?", "¡EL SÁBADO!" dijo de nuevo pero más fuerte "¡EL SÁBADO ESTARÉ SOLO!" bueno, no era para enorgullecerse, "¿Y eso porqué?", "B-bueno, hay una gala por la reelección de Paulette" se dispuso a explicar "y nos invitaron a mi hermano y a mi, pero yo sé que él llevará a su novia y yo tendré que ir como la tercera rueda y no quiero", "¿Entonces?", "Entonces pensé que TÚ podrías ¡ser mi acompañante!", "¿Disculpa?"

Lentamente la sonrisa emocionada de Luigi se desmoronó.

"¿N-no... quieres?" titubeó. Al parecer la idea sólo sonó bien en su cabeza. "No es eso" dijo el gerente con un dedo bajo el mentón "Es que... ¿una gala?, no soy bueno en eventos formales, y menos uno donde hay toads y humanos. No me llevo tan bien con ellos, por eso escogí un empleo en el que estoy tras una computadora-", "¡Está bien, no pasa nada!" lo interrumpió Luigi de golpe "¡Fue una idea tonta, olvídala!" y es que se sentía muy avergonzado por haber asumido que el gerente aceptaría acompañarlo solamente porque le debía un favor.

Luigi se despidió antes de que el otro le refutara algo y se subió a su camioneta, condujo lo más rápido que el límite de velocidad en autopista le permitió y se bajó en la escuela que debía reparar para callar la voz en su cabeza que le repetía que estaba bien menso.

gracias por leer <3

me tardé pero tengo una excusa xd bueno no, no tengo; ¡regálame una estrellita si te gustó el capítulo!

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