M4LDITO AMOR | Souichi Tsujii...

By ItsLizRios

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Durante largos años, él maldecía a todo aquel que no soportaba. Su interés por la magia negra y el vudú seguí... More

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By ItsLizRios

Después de ese torpe accidente donde Souichi casi caía y al final cayó junto con Hanna, con él encima de ella, no tuvo de otra que separarse antes de caer más en locura y hacer algo que podría asustarla.

Hanna salió de su cuarto al quedar libre de Souichi, aunque ella esperaba algo no quiso asustarlo. Bajó y trató de actuar normal cuando vio al señor Tsujii ya a punto de cenar junto a su esposa.

- Buenas noches, señor Tsujii - saludó

- Hanna, hola, vente hay que cenar -

Su plato estaba ahí, lo había olvidado de solo estar pensando en Souichi y lo ocurrido hace poco, ella tomó lugar en el suelo encima de un suave cojín, agradeció los alimentos y cuando iba a dar el primer bocado, unos pasos en las escaleras sonaron y los tres voltearon... Souichi venía bajando las escaleras con la charola, la cual dejó en la barra de la cocina y después tomó su plato para acercarse a la mesa centrada, su lugar fue estar frente a Hanna.

Sus padres se mostraban sorprendidos.

Souichi nunca había cenado con ellos. Y cuando decía nunca, es porque ni de pequeño lo había hecho.

- ¿Les molesta si los acompaño? - preguntó con cierta timidez

- No, claro que no, adelante, hijo mío - dijo el padre

Souichi agradeció con un asentimiento de cabeza, Hanna no dejaba de verlo cuando volvieron a mirarse, Hanna le sonrió al verlo presente y conviviendo con ellos.

La madre estaba que lloraba ahí mismo, de como su hijo menor estaba cenando junto con ellos y con la compañía de Hanna, la mujer sabía que ella tenía algo que ver. Un presentimiento, su sexto sentido tal vez, intuición, algo en ella sabía que la joven que estaba a su lado era responsable del cual su hijo había decidido por salir de su habitación y salir para cenar, por primera vez, con sus padres.

La cena transcurrió en silencio, pero no incómodo, los cuatro disfrutaban de la comida y de vez en cuando Hanna le daba miradas a Souichi quien lograba atraparla y haciéndola sonreír, él se sonrojaba.

- Estuvo muy delicioso, señora Tsujii - dijo Hanna después de terminar - Debería enseñarme a cocinar estos platillos para cuando regrese a mi país -

- ¿Qué? ¿Piensas regresar? -

Souichi ayudaba a recoger la mesa escuchando la conversación de su madre y Hanna, y sintió un pinchazo al pensar que ella se iría.

- Ou, no digo que me iré pronto, pero en algún momento tendré que ir - sonrió

- Tienes razón. Bueno, cuando quieras cocinamos juntas y te enseño mis mejores platillos -

- Eso me encantaría -

Ambas mujeres estuvieron platicando un rato en la cocina mientras Hanna lavaba los trastos y la señora Tsujii recogía la barra, Souichi no dejaba de verla y se acercó para dejar el resto de trastos, sintió nervios teniendo a Hanna cerca de nuevo.

- Ya me iré a dormir, cariño - habló el señor Tsujii

- Claro, cielo, que descanses -

Se despidieron con un tierno beso.

A lo que los jóvenes se sonrojaron por presenciar aquello, ambos adultos rieron.

- Quiten esa cara, no es nada fuera de lo normal un simple beso - dijo el señor Tsujii con burla - Al rato ustedes estarán igual -

- ¿Qué? ¿Nosotros? No, no, nosotros.... - Hanna intentó excusarse

Los señores Tsujii volvieron a reír.

- No hablaba de ustedes en específico, sino, cuando tuvieran pareja, ya saben, pero si ustedes dos quieren... -

Souichi y Hanna desvían miradas y siguen en lo suyo, lavando trastos y limpiando la mesa de centro. La señora Tsujii le da una mirada pícara a su esposo dándole a entender algo, él sólo asintió tratando de ocultar una sonrisa después de la escena con su hijo y Hanna. De verdad que no creían que Souichi, su hijo menor, con el que tanto habían batallado por lo problemático que era... se encontrara sonrojado ante el comentario de su padre, no recuerdan haber visto ese color en él y les daba una felicidad inmensa de pensar que tal vez su hijo podría haber cambiado por la fémina que se hospedaba con ellos.

- Iré a dormir - dijo Souichi - Buenas noches, descansen -

Y Souichi en grandes zancadas subió las escaleras, la señora Tsujii sonrió en grande por escuchar a su hijo darle las buenas noches.

- También me retiro, señora Tsujii. La cena estuvo deliciosa, gracias de nuevo - Hanna secó sus manos y salió de la cocina

- No tienes nada que agradecer, Hanna, nuestra casa es tu casa ahora -

- Gracias, de verdad le debo una grande -

- No te preocupes, siempre y cuando ayudes con deberes estaremos bien - sonrieron las dos - Anda, ve a descansar -

- Buenas noches - deseó y subió de nuevo

Caminó por el pasillo dando vuelta a la izquierda para ir a la habitación, antes de deslizar la puerta sintió una presencia más por lo que volteó viendo entre la oscuridad a Souichi. Solo estaba ahí con una mirada pesada hacia ella, Hanna sintió el escalofrío pasar por su espalda y sentirse nerviosa ante él.

Parecía eterno ese momento donde se miraban, ambos con una mirada que no podría describir, sería... ¿con cariño? ¿Amor? Se veían de una forma que solo ellos mismos se entendían sin saber que era lo mismo que sentían. Atracción.

- Descansa, Souichi - dijo Hanna sacándolo de sus pensamientos

Quiso esperar para saber si le respondería, pero el sueño le pesaba más así que ingresó a su habitación cerrando detrás de ella. Souichi quedó en el mismo lugar tratando de acomodar todos sus pensamientos, se sentía frustrado por no entender nada de lo que sentía.

¿Qué le estaba pasando? Su cabeza daba vueltas, en el lado izquierdo de su pecho algo parecía pincharle y sus manos temblaban. Cada vez que a su mente llegaba la imagen de Hanna, todo aquello empezaba a sucederle, su voz al despedirse de él lo hizo ablandarse.

Souichi no podía más.

- Me rindo... -

Hanna.

Segundo día de clases.

Me sentía bastante bien para ser apenas martes, así que me alisté una vez recogiendo el futón y sacando lo que usaría hoy.

("Debería empezar a desempacar el resto de maletas...")

Salí del cuarto y apenas dando el primer paso a las escaleras, me encontré con Souichi, ahí estaba de pie manteniendo su mirada en mí. Noté como sus mejillas estaban levemente teñidas, entonces dirigí mi vista a los clavos de su boca los cuales sobresalían y los movía de un lado a otro.

- Buenos días, Souichi - di mi mejor sonrisa

A pesar de mi estancia en pocos días, habían sido tan raros recordando todo lo sucedido y que ahora me encuentre en situaciones poco comunes y que jamás me había pasado, peor aún, que tenga sentimientos por cierto chico que estaba a unos pasos frente a mí.

("¿De verdad te gusta? Solo míralo, es tan... diferente y raro, también es interesante y lindo...")

- Buenos días - saludó

Me sorprendió el que haya respondido, después de eso fue el primero en dirigirse a las escaleras y no tardé en seguirlo. Bajando vimos a la señora Tsujii sirviendo el desayuno, al vernos su sonrisa se agrandó y nos llamó para el desayuno.

Fue un momento agradable sin importar el silencio que había por parte de los tres, no hubo mucho que platicar y solo disfruté de la comida, de vez en cuando lograba atrapar a Souichi mirándome y al verlo ese color rosado se apoderaba de sus mejillas.

Era lindo verlo así, pero seguía con esa curiosidad de saber porqué maldice y porqué tiene ese aspecto tan pálido.

- Tengan un bonito día, muchachos - nos despidió la señora Tsujii

Salimos de casa y empezamos nuestro camino al colegio, Souichi seguía teniendo la delantera y yo iba a unos pasos atrás. Aún no era momento de estar en confianza como para estar a su lado y tal vez conversar en el recorrido, a pesar de lo ocurrido no podría hacerlo.

Unas cuadras después, ya íbamos a cruzar la calle que nos llevaría directo al colegio, esperamos a que pasara un auto que venía, pero no sucedió pues frenó delante de nosotros.

- Ese imbécil de nuevo - gruñó Souichi

Lo seguí cuando quiso rodear el auto y cruzar antes de que más vinieran, pero un jalón en mi brazo hizo que retrocediera y mi espalda chocara de manera agresiva contra ese auto. Solté un quejido por lo brusco que había sido aquel quien se atrevió a rodearme, tuve que alzar la mirada por la altura del chico que estaba frente a mí.

- Hola, preciosa ¿eres nueva por aquí? - dijo mostrando una sonrisa muy arrogante - Suerte que te encontré y pude salvarte de ese bicho raro -

Miró hacia donde estaba Souichi viendo todo, su mirada no tenía expresión alguna.

- ¿Bicho raro? - susurré e hizo molestarme - Creo que confundes las palabras, lo que haces es acosarme... no salvarme. Ahora suéltame de una jodida vez -

- No te hagas la ruda, preciosa - jaló de mi muñeca para estamparme contra su pecho - Eso no funciona conmigo, si quieres ser ruda entonces hazlo pero en mi cama -

Mis sentidos no podían estar más que alertas ahora en presencia de una persona altamente idiota, su sonrisa arrogante y aroma a cigarro solo podía pensar en el tipo de hombre que era. Cuando me soltó la muñeca para después agarrar mi cintura, ahí es donde no controlé la fuerza y estampé mi puño contra su rostro, justamente en la nariz que al instante empezó a sangrar.

Varios de los estudiantes que andaban alrededor, vieron la escena y empezaron a murmurar, el tipo se retorció en el suelo gimiendo de dolor.

- Vuelve a tocarme y me encargaré de deshacerme de ti - dije bajando un poco la cabeza hasta donde estaba

- ¡Eres una puta bruja! -

- Gracias, que encantador de tu parte -

Retrocedí dejándolo tirado y escuchando sus quejidos a mis espaldas, cuando me dirigí con Souichi me di cuenta que él ya había cruzado dejándome atrás. Lo miré del otro lado, no volteó en ningún momento y solo siguió caminando.

- ¡Eso estuvo genial, Hanna-san! -

Escuché gritar a mis espaldas. Volteé y me encontré con una chica de baja estatura, más baja que yo incluso, cabello encima de los hombros, traía unos enormes anteojos y su mochila en vez de traerla en la espalda la traía colgando desde adelante, parece que ya la había visto antes.

Es la chica que se despidió de mí el día de ayer, en la salida.

- Pude haberlo hecho mejor - sonreí y ella rió

- Se lo merecía -

- ¿Y quién es ese idiota? - pregunté y ambas cruzamos - No lo había visto antes -

- Es Katashi Yoshida, le gusta meterse en problemas, estaba suspendido por una semana y apenas hoy regresó -

- Mm que mala suerte... ¿cuál es tu nombre? -

- Soy Aiko Okada - extendió su mano y la tomé con gusto

- Un placer, Aiko, soy Hanna Denkins -

- Lo sé, chica de intercambio, todo el colegio sabe ‐ sonrió

- No creí que ser una chica nueva fuera algo novedoso aquí -

- Eres extranjera y mencionar que tienes, literalmente a todos, embobados por lo hermosa que eres -

- Qué absurdo -

Ambas reímos y nos encaminamos a la entrada del colegio, estuvimos platicando durante el camino al salón y por primera vez podía hablar decentemente con alguien sin tener que discutir o que trataran de humillarme en mi segundo día. Las miradas seguían y era incómodo tener a gente tras de ti solo por ser nueva.

De Souichi no supe hasta llegar al salón de clase, era de los primeros en estar ahí. El resto lo ignoraba y otros lo apuntaban y se reían después, él parece no darle importancia.

Parecía que todo iría normal ese día, hasta que llegó la hora del almuerzo...

Si no menciono el país de donde viene Hanna, es que realmente no sé cual poner jajaja

Piensen en cualquiera, no habrá mucha referencia de donde viene.

Espero les guste y una disculpa por las tardanzas.

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