El Vicepresidente de NuNew...

By Milberry88

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Hace seis meses los padres de Nunew murieron en un devastador accidente automovilístico, dejándolo al cuidado... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 11
Epílogo

Capítulo 10

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By Milberry88

Nunew ignoró a los pendejos ignorantes en el trabajo. Su mente estaba en Zee. Él había llamado a diario durante los últimos cuatro días. Se convirtió en rutina para Zee el llamar durante la cena para escuchar a Janis decirle acerca de su día. Zee se comprometió a conseguir una laptop así ellos podrían comunicarse cara a cara a través de la webcam si él tenía que salir de la ciudad de nuevo. De esa manera sería más fácil ayudarla con su tarea, también.

A Zee no le iba tan mal con Janis al explicarle los problemas a través del teléfono. Ella parecía entender. Nunew le había puesto el teléfono en el oído a Nat para que pudiera escuchar la voz de Zee. Nunew se río cuando escuchó a Zee hablar el idioma de los bebés a través del teléfono. Su corazón se derritió cuando Nat balbuceó, y  Nunew podía escuchar a Zee reír fuertemente en el otro extremo. Dios, él amaba a ese hombre.

Zee lo llamaría más tarde en la noche, cuando él sabía que los niños estaban dormidos y Nunew y Zee tendrían sexo por teléfono. Al menos esto le decía a Nunew que Zee estaba pasando sus tardes y noches con su familia, donde pertenecía. Eso detuvo a Nunew de preocuparse de que Z Zee pudiera estar calentando sus sábanas con una persona desconocida.

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Nunew fue sacado de sus pensamientos cuando Harold, el gerente de la fábrica, le gritó que fuera a su oficina. Nunew apagó su máquina y luego se apresuró para averiguar qué era lo que su jefe quería. Harold nunca había llamado a Nunew en su oficina antes, y estaba nervioso como el infierno por saber de lo que se trataba. Harold le hizo un gesto sobre un asiento mientras él cerraba la puerta de la oficina. A Nunew realmente no le gustaba la expresión en el rostro del hombre. Su instinto le decía que algo grande estaba a punto de suceder. Sólo que no sabía qué. La cara de Harold era sombría mientras tomaba asiento detrás de su escritorio. Las palmas de las manos de Nunew empezaron a sudar, mientras esperaba que su supervisor le dijera qué era todo esto. ¿Las noticias de que él era gay llegaron a su jefe? Sabía que eso no podría afectar su trabajo, pero aun así, sería una muy incómoda conversación.

Harold se aclaró la garganta, incapaz de mirar a Nunew a los ojos. Él tenía una apariencia culpable. La misma que Janis tenía cuando estaba ocultando algo. El corazón de Nunew comenzó a latir más rápido mientras una sensación amenazadora se apoderó de él.

—Tuvimos que hacer algunos recortes, Nunew. Por desgracia, eso significa que algunos de ustedes tienen que ser despedidos. Lo siento Nunew, pero tu nombre fue sacado con algunos otros.

Nunew se recargó, aturdido. ¿Había escuchado bien? No, no, no, él no podía haberlo hecho. ¿Cómo diablos iba a mantener a su familia? Harold conocía su situación, sabía que necesitaba este trabajo. Nunew se pasó la mano por la cara, preguntándose qué iba a hacer ahora. Podía sentir la rabia y la impotencia construyéndose dentro de él. Tenía dos pequeñas vidas que dependían de él. ¿Qué le iba a decir a Janis? No había otro trabajo alrededor de esta ciudad que pagara como este lo hacía, y estaban sobreviviendo a duras penas de este ingreso.

Harold lo miró con recelo. —No vas a hacer un berrinche, ¿o sí?

 La cabeza de Nunew se lanzó a la pregunta de Harold. ¿Así que esto era porque él era gay? La sangre de Nunew hirvió al pensar que ellos habían encontrado una solución simple, para llanamente despedirlo a causa de ella. Incluso si fingían despidos, Nunew tenía la sensación de que los demás serían llamados de nuevo de inmediato, con él no lo harían. No debería estar ahí ahora mismo. Sabía que una persona no debía lidiar con una situación cuando está altamente emocional o estresada. No, él no debía estar ahí, porque quería lanzarse en el escritorio y jalar al pequeño desaliñado de Harold y patearlo hasta sacarle la mierda. Necesitaba irse antes de que terminara en la cárcel. Nunew podría haber manejado un despido si fuera por algo real. Pero él sabía que era una excusa para librarse del afeminado, maricón, y homo. ¿Cómo es que nunca había visto antes el verdadero carácter de los hombres con los que trabajaba?

—Voy a desocupar mi casillero — Nunew dijo con los dientes apretados mientras él se levantaba de la silla. Lo que le hacía creer que todo era una treta, era porque Harold no estaba tratando de darle palabras de aliento o decirle que haría unas cuantas llamadas telefónicas, algo que siempre había hecho en el pasado con cualquier persona que tenía que marcharse.

Nunew se encontraba en un estado de realidad irreal cuando salió, ni siquiera fue a su casillero o a registrar su salida en el reloj checador. Estaba furioso y muerto de miedo. Se dirigió a su carro y se subió en este, sentándose ahí mirando el lugar que había ayudado a Nunew a criar a sus hermanos. La realidad lo pateó trayéndolo a lo que acaba de suceder, y Nunew podía sentir que las lágrimas comenzaban a caer de sus ojos. Se las secó con las palmas de sus manos mientras trataba de componerse. Nunew no tenía ahorros para aguantar hasta que encontrara algo más. Al menos tenía un cheque más de pago. Puso su cabeza en el volante mientras la desesperanza lo cubría. ¿Qué demonios iba a hacer con un solo cheque de pago? La hipoteca se debía, junto con los gastos de la casa. ¿Qué pasaba con los pañales y la leche en polvo? ¿Las necesidades de Janis? ¿Los comestibles? Nunew sentía que el peso del mundo sobre sus hombros se volvía diez toneladas más pesado.

Se compuso lo suficiente para conducir hacia la señora Park. Pero no fue suficiente para que incluso prestara atención por donde iba. Menos mal que conocía el camino como la palma de su mano. Él sabía que era peligroso conducir así, pero la mente de Nunew había pasado de la ira absoluta a un adormecimiento. Él se estacionó en la cochera de la señora Park mientras miraba fijamente a la nada. Tendría que vender la casa ahora. Ellos no podrían sobrevivir por mucho tiempo a menos que encontrara otro trabajo de inmediato, y no había manera de que pudiera solventar una hipoteca. Nunew sintió su corazón afligirse al pensar en tener que vender la casa de sus padres.

Tenía que encontrar otra manera de salir de esto. Después de estar cerca de una hora sentado allí con sus pensamientos corriendo de un problema al siguiente, se dio cuenta de que el auto de la señora Park no estaba en la cochera. Nunew miró a su alrededor, preguntándose dónde habría ido. Janis no tenía escuela hoy debido a la reunión de algunos profesores, por lo que la mujer mayor tenía a ambos niños con ella.

Nunew salió de su carro de todos modos, y llamó a la puerta. No hubo respuesta. Sacó una pluma de la visera del auto y un pedazo de papel en la guantera y garabateó una nota para que ella le llamara a casa cuando regresara. Sabía que estaba pensando en lo peor por todos los eventos que estaban sucediendo últimamente, y su imaginación estaba volando. Mientras conducía por la calle hacia su casa, Nunew notó una patrulla en la entrada. Su corazón se fue a su garganta y amenazaba con ahogarlo mientras sus nudillos agarraron más fuerte el volante. Esto no podía ser bueno. Él tenía una abrumadora urgencia de conducir pasando la casa. Si no supiera que la policía estaba en su puerta, entonces el problema, cualquiera que fuera, no existiría. En cambio, Nunew frenó y apagó el motor. Se estacionó ahí mirando a la patrulla. Todo tipo de escenarios estaban desplegándose en su cabeza, pero él sabía en su corazón que algo malo le había pasado a Zee o a los niños. Nunew no podía ni siquiera pensar en vivir sin alguno de ellos. Se frotó las manos sudorosas en el pantalón y luego lentamente salió. El policía se fijó en él y bajó los escalones de enfrente para su encuentro.

—¿Chawarin perdpiriyawong? —preguntó el policía mientras se acercaba. Nunew tragó saliva, su garganta estaba seca, y luego asintió. Agarró fuerte las llaves en su mano mientras su cuerpo entero se sacudió.

—Ha habido un accidente. Necesito que me siga al hospital. Nunew fue lanzado hacia el pasado. Un pasado que oró por nunca volver a tener que revivir mientras él tuviera aire en sus pulmones. Los recuerdos empezaron a llegar de nuevo de la misma conversación que había tenido meses antes. En ese entonces, fueron sus padres. ¿Pero ahora? Nunew escuchó hablar al policía. Sonaba como una voz lejana. Parpadeó un par de veces mientras trataba todo lo posible por salir de la niebla en la que estaba y centrarse en el hombre de pie delante de él.

—La señora Park estuvo implicada en un accidente de tres coches y lo nombró a usted como el tutor legal de los menores. Están en el Mercy General.

Nunew se dio la vuelta y corrió a su carro, torpemente intentando meter la llave en el encendido. Ni siquiera se preocupó por el policía gritando para que viajara con él. Nunew aceleró el motor y corrió por las calles, hacia su familia. Implacables gruesas lágrimas corrían por su rostro mientras oraba porque Janis y Nat estuvieran bien. Esto no podía estar pasando, no de nuevo. NO, DIOS, POR FAVOR, NO. Nunew se secó los ojos haciendo todo lo posible para conducir. Él tenía que pensar positivamente. Ellos sólo estaban esperando en la sala de emergencias mientras que a la señora Park le tomaban algunas radiografías. Sí, eso era todo. Todo estaba bien. Cada maldita cosa estaba bien.

Nunew se preguntó si estaba siendo castigado por Zee. ¿Dios le había dado la espalda a su pequeña familia porque Nunew encontró amor y consuelo en los brazos de otro hombre? ¿Es por eso que Mark le dio la espalda a él? ¿Por eso acababa de perder su trabajo? ¿Por eso todo su mundo se caía a pedazos a su alrededor? Sólo hace unos pocos días todo estaba bien en el mundo. Él tenía el amor de un hombre bueno, su familia estaba feliz, y tenía un trabajo y un mejor amigo. La vida era perfecta. Por lo menos pensaba que su vida había sido perfecta.¿Cuántas veces había llegado a su casa encontrando a Zee cocinando para ellos? ¿Cuántas veces Nunew se encontró a sí mismo deseando el toque de Zee? ¿Sus besos? Tal vez él no estaba destinado a ser feliz. Tal vez, sólo tal vez, él estaba destinado a vivir miserablemente como un castigo por algo que había hecho que se llevó a sus padres, y estaba engañando al destino por tratar de ser feliz con su familia, la cual incluía a Zee. Su visión era borrosa por los ataques de llanto que nublaban sus ojos y la migraña que comenzaba a golpetear en su cabeza mientras se estacionaba en la orilla de la calle. Tenía que componerse si iba a entrar en el hospital en una sola pieza.

¿Y si renunciaba a Zee? ¿Podría eso cambiar todo? ¿Janis y Nat estarían bien si él regresaba a solo existir? ¿Estarían ellos sentados esperándolo pacientemente en lugar de lesionados? OH, JODER. Él iba a vomitar. Nunew abrió aventando la puerta del carro y se dejó caer sobre sus manos y rodillas, vomitando violentamente. Se volteó sobre su trasero, su espalda golpeando la puerta del auto mientras las lágrimas seguían cayendo. Si eso significaba que su hermano y hermana sobrevivieran, renunciaría a Zee. Renunciaría al hombre que hizo que su vida valiera la pena de vivirla. Él sería miserable por el resto de su vida, pero haría lo que sea que tuviera que hacer para asegurarse de que sus hermanos estuvieran a salvo. Nunew dio un puñetazo contra la puerta del carro y luego se secó su cara y boca con la manga mientras subía al auto. Pensamientos caóticos volaron a través de su cabeza mientras conducía de vuelta en el camino.¿Qué tan grave era? ¿Era sólo un golpe en la cabeza o sus vidas peligraban? ¿Eran ambos niños o sólo uno de ellos? ¿Estaban aún con vida? La policía se había presentado en su casa, por lo que tenía que ser grave.

Nunew pensó en el hermoso pequeño rostro de Janis, sus hermosos ojos  junto con su cabello castaño y largo. La forma en que siempre ayudaba y el musical tono de su risa. La forma en que ella pretendía estar bien pero Nunew había visto la pequeña mirada perdida en sus ojos. El aspecto que decía que quería a su mamá y papá de nuevo. Nunew se había sentido de la misma manera hasta que Zee había aparecido en su vida, irrumpiendo en su camino y mostrándole a Nunew que podía, de hecho, tener una vida de nuevo. Nunew no podía perder a su Janis. No podía vivir sin ella. Pensó en Nat. Sus balbuceos y majestuosos ojos color miel. La forma en que chillaba cuando Nunew lo arrojaba en el aire. Las lindas caras que él hacia cuando estaba durmiendo.  Nunew incluso quería escucharlo llorar de nuevo. Nat sabía que era su hermano, pero el bebé parecía más como un hijo para él ahora. Se moriría si algo le sucediera a Nat.

Nunew viró el auto en el estacionamiento de emergencia y pisoteó los frenos. Lanzó el carro en el cajón del estacionamiento y salió, corriendo hacia la sala de emergencias. Estaba en un ataque de nervios en el momento en que llegó al mostrador que tenía al personal médico detrás de él.

—Mi hermana y hermano están aquí. ¿Dónde están? —gritó. Él sentía como si sus nervios estuvieran expuestos. Su cabeza le dolía tanto que Nunew se sentía como si fuera a vomitar de nuevo.

—Dígame sus nombres, señor —dijo una enfermera en voz baja mientras lo miraba con simpatía.

— Janis y Nat Perdpiriyawong. — Nunew estaba temblando, y su estómago estaba virando de nuevo. Ella estaba tomando demasiado tiempo en la búsqueda de la información. VAMOS. Los ojos de la enfermera se levantaron con el rostro suavizado aún más mientras agitaba la mano hacia los cuartos traseros. 

—Sígame. Nunew la siguió por el pasillo, con ganas de gritarle por caminar y no correr para llevarlo con ellos. La anticipación de averiguar el estado de ellos lo estaba matando. Ella lo guio en una habitación y le dijo a la enfermera a cargo quién era él. Nunew estuvo seguro de que Nat estaba bien. Su asiento de seguridad le había salvado la vida. Su aliento, que había estado contenido por mucho tiempo, salió de sus pulmones. Caminó en la habitación y cargó a Nat, casi aplastando al pequeño contra su pecho mientras el alivio lo inundaba. Su pequeño niño estaba bien. Dejó caer una lluvia de besos por todo el rostro de Nat y sostuvo su pequeña cabeza en el pecho. 

Nunew se volvió hacia la enfermera, tragando para hacerle la siguiente pregunta. —¿Qué hay de Janis? ¿Dónde está? ¿Qué le pasa? ¿Por qué no está en la misma habitación?

La enfermera sonrió débilmente hacia él, haciéndole correr escalofríos por su columna vertebral. Nunew colocó a Nat de vuelta en la cuna del hospital. Tenía que hacerlo. No había manera de que sostuviera a Nat si estaba a punto de recibir malas noticias. Nunew tenía miedo de dejar caer al pequeño en medio de su terrible momento de dolor.

—Ella sufrió heridas más graves, señor. No pudimos esperar por su consentimiento. Fue llevada de urgencia a la sala de operaciones tan pronto como fue traída aquí. —La enfermera dio un paso más cerca, poniendo su mano sobre la parte superior del brazo de Nunew.

Nunew retrocedió. Él no quería simpatía. Quería saber qué jodidos pasaba con su Janis. —Su cabeza pasó a través del parabrisas delantero, y su cráneo se llevó la peor parte del impacto. Su cerebro está hinchado. Los doctores están tratando de disminuir la presión. Ella no llevaba puesto el cinturón de seguridad.

—¡N-N-No! — Nunew agarró su cabeza y salió de la habitación. No, no, no. No su pequeña Janis. DIOS, NO. Nunew se desplomó contra la pared y lentamente se deslizó hacia el piso. Inclinó su cabeza y lloró en sus manos. Pensamientos de ella muriendo a causa de una lesión cerebral tomaron su mente y lo arrojaron a otro reino, un reino de puro infierno y entumecimiento que le llevaría toda una vida superar. Nunew miró hacia arriba para ver al personal observándolo de cerca. Todos ellos tenían simpatía en sus ojos, pero no era la familia de ellos la que estaba a punto de romperse. Él no quería su compasión. Quería que Janis estuviera bien. Los brazos de Nunew ardían por abrazarla, por decirle que la amaba. Él quería escuchar sus regaños por no comer apropiadamente y dormir suficiente. Quería ver a Zee sentarse a la mesa de la cocina, mientras que ella se quejaba acerca de cuán duro eran las matemáticas viéndolo echarse a reír, diciéndole que podía hacerlo. Él quería a su Janis.

Nunew se empujó del suelo y miró alrededor en la sala de emergencia. Se sentía un forastero y fuera de lugar. Nada parecía tener sentido para él. No. Él estaba de vuelta en casa viendo una película con su pequeña familia, en los brazos de Zee y tratando desesperadamente de no dormirse. Pero se había quedado dormido. Estaba teniendo una pesadilla en ese momento y Zee, o Janis, lo sacudirían para despertarlo en cualquier momento. 

Nunew caminó por los pasillos sin rumbo fijo. Visiones de sus padres sonriéndole mientras ellos le decían adiós. No había tenido aún la oportunidad de decirle adiós a su pequeña pícara. ¡NO! Nunew agarró su cabeza. Él no tenía necesidad de decirle adiós. Ella iba a estar bien. Ella era una soldadita fuerte, y ella saldría de esta. Levantó la vista para ver que estaba de regreso en la sala de espera. Él vio una cabina telefónica en la pared del fondo. Nunew se acercó y aturdido levantó el auricular. Echó unas cuantas monedas y luego marcó a la habitación de Zee en el hotel. Zee contestó al segundo timbre.

— Zee Pruk Panich .

Nunew cerró los ojos fuertemente cuando la voz que más anhelaba penetraba en su bruma y lo hacía caer contra la pared. Quería que Zee estuviera ahí con él. Necesitaba que estuviera ahí con él. No podía hacer esto solo, no otra vez.

—¿Hola?

— Janis, Janis, Janis.

—¿Nunew? ¿Qué le ha pasado a nuestra Janis? — Zee preguntó con calma, pero había una clara tensión en su voz.

—C-Cabeza. C-Cerebro. A-Accidente automovilístico. — Nunew tiró el teléfono y lanzó sus manos sobre su cara. Decirlo en voz alta hizo que la realidad se volviera verdad. Nunew se golpeó la frente contra la pared al lado del teléfono público, incapaz de lidiar con todo eso.

Podía oír a Zee gritando su nombre a través del receptor, pero Nunew estaba demasiado lejos ahora. Acababa de perder a sus padres no hacía demasiado tiempo, ¿y ahora Janis? Él no estaba preparado para manejar todo eso. Su mente se negó a procesar lo que estaba pasando. Estaba rebelándose contra lo que estaba sucediendo en su vida. Era demasiado. Condenadamente demasiado. Primero fueron sus padres, después su mejor amigo, su trabajo, y ahora su Janis. Nunew estaba perdiendo mucho y muy rápidamente. Salió de la sala de emergencia, dejando el teléfono colgando de su cable mientras él aturdidamente caminaba hacia su auto.

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