Como un huracán (Vashwood Fan...

Від AustraliaSR

2.3K 202 33

Aquel ángel cayo en la tierra, lamentablemente tuvo que corromperse para poder sobrevivir. Nicolas d Wolfwoo... Більше

Introducción
Capítulo 2 - ¿También soñaste con un desierto?
Capítulo 3 - huyendo juntos
Lista de Fanfic (⁠◠⁠‿⁠・⁠)⁠-⁠☆
Escenas favoritas del manga
Escenas favoritas del manga 2
Escenas favoritas del manga 3
Escenas favoritas del manga 4
Escenas favoritas del manga 5
Escenas favoritas del manga 6
Escenas favoritas del manga 7
Escenas favoritas del manga 8
✨ Aviso ✨
Capítulo 1 - Reencarnación
Capítulo 2 - las flores huelen como el
Capítulo 3 - Al fin juntos
Un final diferente.

Capitulo 1 - Ángel o demonio

466 26 10
Від AustraliaSR

Nicolás no había tenido una vida fácil, creció en un orfanato que cerro cuando cumplió 13 años, sus hermanos menores fueron trasladados a otro lugar, era mas pequeño y no podían albergar a todos, no quería que sus hermanos pasaran trabajo así que salió a la calle a trabajar,  siempre actuó mayor que su edad, sin embargo aun era un niño y por muy maduro que actuara, se metió en muchos problemas. 

Livio, su mejor amigo y hermano del orfanato que también lo había acompañado, cuando vio sus manos manchadas de sangre decidió apartarlo de todo ese mundo, Nicolas no supo que trato hizo con aquellos hombres, pero logro liberarlo, estaba agradecido pero lamentablemente no pudo decirlo, no volvió a verlo después de eso.  

Paso meses duros, deprimido, volviendo hasta ese lugar solo para comprobar que su hermano siguiera vivo, pero siempre era echado a patadas, hasta que no recibió una carta de parte de su hermano fue que se calmo, le decía que todo estaba bien y que lo dejara en paz, que no lo buscara porque arruinaría todo por lo que había trabajado para liberarlo. Nicolas sentía rabia quería golpearlo por tomar una decisión tan arriesgada sin su consentimiento, pero no quería que por su terquedad terminaran lastimando a su hermano, le costo, pero acepto al final.

Con el tiempo la tranquilidad volvió a su vida, consiguió un trabajo decente, la paga no era mucha pero le funcionaba para vivir y poder pagar algunos gastos del orfanato, además le motivaba cada ves que le llegaba una carta de Livio, no era muy profundas simplemente unas palabras "estoy bien :b"  junto a una foto de su rostro posando de forma ridícula, eso era suficiente para que siguiera viviendo su vida. Todo iba bien, hasta su cumpleaños numero 23, Livio dejo de mandarles cartas y la llegada de un nuevo compañero de trabajo destrozo sus días de tranquilidad.

Nunca pensó que quedaría flechado, hasta ese momento su interés eran las chicas. Le gustaban altas, rubias, de piel delicada y ojos azules, talvez por eso sintió atracción instantánea cuando lo vio, encajaba con su tipo ideal, Alto, rubio, de ojos azules y una piel muy blanca que se sonrojaba por el mas mínimo rayo de sol. No tenia tiempo para esas cosas, estaba preocupado por la desaparición de Livio, pero hay estaba, aunque evitará el contacto visual su presencia era difícil de ignorar en aquel lugar.

Era muy torpe, distraído y ruidoso, el restaurante se convirtió en un campo de guerra con su llegada, las cosas volaban, la gente se quejaba, su jefe lo cambio 3 veces de puesto ese día, pasando de ser mesero, a pedir solo las ordenes y luego mandándolo a limpiar las mesas bacias,  al final lo castigo a la parte de atrás del restaurante, ordenándole a organizar las cajas llenas de alimentos en los estantes, si embargo eso tampoco lo hizo bien.

—¡Eres como un huracán! — comento Nicolás parándose en la puerta viendo el desastre que había provocado el chico nuevo.

Estaba sobre un pies, balanceando 3 cajas que pudo sostener, mientras su otro pies sujetaba el estante que se había caído hacia el, por suerte era alto y tenia la suficiente fuerza para sostenerlo. Nicolás suspiro irritado, su jefe lo había mandando a vigilarlo, pero el se tardó en ir porque se sentía extraño estando a su lado, por culpa de eso no pudo prevenir aquel desastre y ahora podía imaginar el regaño que vendría por no evitarlo.

El chico lo miraba con una sonrisa nerviosa mientras se disculpaba. Sus brazos se estaban cansando de sostener las cajas. Le pidió ayuda a Nicolás, pero el solo lo miraba sin ganas, quería castigarlo para que aprendiera a no ser tan torpe dejándolo sufrir con esas cajas, o eso era lo que se decía, en realidad estaba hipnotizado viendo sus brazos, eran fuertes, se notaba que hacia ejercicio.

«!Mierda que me pasa!» sacudió su cabeza, no entendía porque su corazón de repente saltaba al imaginar esos brazos alrededor de su cuerpo. Sobre todo no comprendía porque se imaginaba en los brazos de un hombre. Tenia la cabeza en otro lado, deseaba poder tomar un cigarrillo y relajarse, pero le tenían prohibido fumar en el restauran. 

—¡Ah está bien! — dijo acercándose suspirando — ¡Sostendré el estante, deja las cajas en el suelo y no rompas más nada! — amenazó, sin embargo el chico sonreía alegre.

—¡Sabía que eras un buen tipo! ¡Gracias Nico!

—¡Nico! — repitió sintiendo su corazón paralizar ante aquel apodo —¡No te he dado la suficiente confianza para que me llames así! — reclamo enojado desviando la mirada para que no viera el rubor que se apoderaba de su rostro.

«¡Maldita sea enserio que me pasa!» pensó levantándose muy avergonzado, aquel chico seguía en el suelo con esa sonrisa. No podía descifrar si le resultaba irritante o linda, el aura al rededor de ese chico era tan extraña, pacifica, esa actitud tan positiva y alegre, su mirada cálida, sus pestañas largas que chocaban con sus mejillas cuando parpadeaba eran también claras como su cabello que con el reflejo de la luz parecía brillar en dorado, no entendía cómo podía existir alguien así, no creía en lo divino pero hasta el admitía que parecía un ángel.

Sintió el impulso de tocarlo, pero se detuvo abruptamente al ver que sus manos se levantaron, retrocedió con el rostro rojo de la vergüenza, tapo su cara y salió corriendo devuelta al mostrador con el corazón latiendo a mil en su pecho.

...

Esa noche, fue el primero en salir cuando el restaurante cerró, no quería volver a toparse con ese chico, deseaba en ese momento tener un auto para salir huyendo mas rápido, lamentablemente su único medio de trasporte, una moto vieja que había comprado reciente se había averiado, eso le pasaba por escoger baratijas, ahora tenia que tomar el autobús para ir a casa.

Por suerte había mucha gente caminando a esa hora así que estaba tranquilo, no obstante estaba seguro de que ningún asaltante se le acercaría, después de todo el parecía uno, las personas se le alejaban, su presencia solía atemorizar como si tuviera tatuado en la frente que era buen peleador. El trataba de cambiar su pasado, evitaba los problemas, sin embargo parecía que estaba en su destino pelear, atraía la violencia aunque no la buscara, al igual que aquel chico rubio con el caos. 

Mientras caminaba tenía esa necesidad de voltear a los lados, en el fondo estaba en conflicto deseaba alejarse pero también que estuviera cerca, sintió su pecho arder de la emoción y también se lamento cuando en realidad si lo vio. No obstante había algo raro, aquel chico rubio camino hacia un callejón.

«¿Que mierda está haciendo? » pensó con la preocupación creciendo en su interior sofocándolo porque aquel chico tan lindo e indefenso fuera atacado.

Sus piernas ya había reaccionado antes que su conciencia, cuando se dio cuenta había ido hasta aquel callejón a buscarlo. El pecho le dolía por el miedo  de encontrarlo violado por algún depravado. Sin embargo fue lo contrario.

Aquel chico estaba parado delante de unos hombres en trajes, uno de ellos tenia el pelo azul que le caía hacia un lado y cargaba un traje blanco muy llamativo.

—!Entonces aquí estabas! !No sabes el dolor de culo que ha sido tener que buscarte maldito bastardo! — hablo irritado aquel hombre —  !El quiere que te traiga con vida, pero ya estoy cansado, no importa cuando haga por el, si tu vuelves seré ignorado!

—!Entonces no le digas que me encontraste Legato! — dijo nervioso pero sin dejar de ser amigable, eso irrito aun mas aquel hombre, saco un arma.

—!Si vuelvo sin noticias seria peor que ser ignorado el me odiaría! !Prefiero matarte así no tendrás mas opción que solo dejarte ir! 

—!Oye! !Oye! !Espera! !hablemos calmadamente no es necesario recurrir a la violencia! —rio nerviosos retrocediendo. 

El disparo, Nicolas se paralizo, pero no por el miedo sino por la impresión, aquel chico esquivo la bala, sin embargo no parecía consiente de su agilidad porque se sujeto el pecho aterrado y gritando. El no podía deducir que si estaba fingiendo para distraer al del pelo azul o en realidad era muy suertudo para que las balas no lo lastimaran. Logro parase detrás de Legato y en un juego infantil de tocar su hombro y moverse al otro lado cuándo volteo, tomo su arma y lo apunto. Nicolas pensó que le dispararía, pero el solo uso el arma para intimidar, con sus largas piernas, pateo las de Legato haciéndolo caer y con el mango del arma lo noqueo, su mano se mancho uno poco de sangre que salió de su boca, el la sacudió cuando arrojo el arma hacia un lado.

Nicolás estaba impresionado y al mismo tiempo aterrado, aquel chico que parecía un ángel en ese momento se veía como el diablo, esos ojos azules brillaban en la oscuridad con tanta intensidad y su mirada tonta y relajada había sido tragada por aquello ojos serios y llenos de enojo y remordimiento. Miraba la sangre salir de la boca del peli azul y el arma en el suelo, mientas respiraba agitado y apretaba los puños, levanto el brazo y en un suspiro ahogado masajeo su cuello levantando levemente su camisa en la espalda dejando ver lo que parecían ser cicatrices profundad tallada en su piel.

A Nicolás se le erizo la piel, no podía dejar que notará su presencia, no sabia que podría hacerle a el, así que salió corriendo ante de que lo viera.

...

Esa mañana estaba cansado, tenia ojeras bajos sus ojos y bostezaba perezosamente mientas se apoyaba de la mesa en la recepción del restaurante. Estaba irritado, pero no era por el cansancio de no haber dormido, sino por aquel chico rubio. No entendía que pasaba, delante de él estaba de nuevo, pero está ves era torpe e idiota, tropezaba con sus propios pies, irradiaba ese aura que quemaba como un sol, hablando con los clientes y sonriendo sin parar mientras les tomaba el pedido.

Nicolás golpeaba con inconformidad sus dedos sobre el mostrador, no podía sacarse de la mente lo sucedido ayer en la noche, y parecía como si solo hubiera tenido una mala pesadillas, porque justo delante de él aquel chico no parecía capas de matar ni una mosca, la forma en como se movía, sentía que se caería en cualquier momento, sus manos tan delicadas y suaves solo lo hacían fantasear con tomarlas y entrelazadas con la suya, lo imaginaba acostado y sobre el aquel chico pasabas sus pálidas manos por todo su cuerpo desnudo, acariciando y besándolo delicadamente, sin embargo también se imagino esas manos al rededor de su cuellos ahorcándolo mientras le susurraba al oído cosas sucias tornándose rudo y sexi.

«¡Mierda! » pensó alarmado al darse cuenta de que se había excitado.

No quería mirar hacia su pantalón, pero podía sentirlo, se sentía muy avergonzado y aterrado, había mucha gente además si su jefe llegaba y le pedía que buscara algo no podría irse del mostrador o notaría su erección.

Para su mala suerte no fue su jefe quien llegó sino aquel chico. Salto y sintió el ardor correr por su cuerpo cuando lo tuvo frente a su rostro.

—¡Oye Nico! — dijo, su voz suave hizo estremecer aún más su cuerpo empeorando su situación — ¡Tienes alguna toalla está muy mojado!

—¡QUE!— grito alarmado, su rostro se había tornado rojo, y el calor que sentía ya era sofocante.

«¿Se dio cuenta? ¿Como?» pensó apretando las piernas avergonzado, sin embargo fue mala idea el roce del pantalón apretado lo hizo excitar aún más. ahogo aquel gemido mordiéndose los labios.

—¡Hablo de la mesa, una niña dejó caer su baso de agua! — explicó apuntando.

Solo fue un mal entendido, sin embargo Nicolás no se relajo, ya tenía la cabeza muy calientes por la vergüenza, daba vueltas y tenía esa necesidad fuerte de querer tocarse para bajar esa erección.

—¡Ir-Iré a bus-ar... eso! — dijo tratando se sonar normal, aunque sus labios temblaban.

Corrió, hizo como que iba hacia la cocina pero se perdió luego en el baño.

...

Esa noche no salió temprano como quería, su jefe lo había dejado limpiando en la cocina como castigo por supuestamente holgazanear en el trabajo. No era por flojo que no hizo bien sus tareas, sino por intentar evitar aquel rubio irritante. por su culpa duró encerrado en el baño por horas y luego se perdió para fumar en la parte de atrás del local para tratar de olvidar lo que acaba de hacer con su cuerpo. Pero aún así, incluso después de horas se sentía sucio, no entendía cómo pudo reaccionar así, no era un adolescente virgen, era un adulto y ya había estado involucrado sexualmente con mujeres antes, pero aún así solo oír su voz lo hizo correrse. Suspiro apoyándose del lavaplatos, solo recordarlo hacia que el calor de su cuerpo aumentará, pero no quería volver a excitarse, sobre todo por aquel chico tan extraño.

—¡Maldito, le romperé esa cara de ángel que tiene! — se quejó lanzando la esponja llena de jabón.

—¡Vaya pero que rudo!

Aquella voz lo paralizó, sintió su alma abandonar su cuerpo cuando lo vio aparecer entre la oscuridad. Sus ojos azules brillaban con intensidad como si fuera un depredador apunto de atacar a su presa.

—¿Que hac...?

No lo dejo hablar, lo acorraló contra la pared, estaba muy cerca y su mirada era aterradoramente amenazante. De nuevo aquel ángel había desaparecido, solo podía ver al diablo en su mirada.

—¡Dime te doy miedo! — dijo sujetando su barbilla  y acercándolo más su rostro —¡Se que viste lo que hice ayer! ¡Es por eso que huiste de mi hace rato!

No respondió, no podía, su cabeza daba vueltas y podía sentir como sus mejillas se ruborizaban hasta quemarlo. No había sido por el miedo, si no por su pene que iba a explotar, pero tampoco podía decir algo así. No obstante no tuvo que hacerlo, el lo noto al ver lo rojo que estaba.

—¿Estas caliente? — dijo apartando su mano de su rostro. Luego miro hacia su pantalón. El se río —¡Ajajajaja perdón si te incomode, no sabía que eras gei! — dijo volviendo a actuar como un tonto inocente.

Nicolás sintió la rabia apoderarse de su cuerpo, apretó los puños y hablo golpeando el aire.

—¡NO LO SOY! — afirmó, sin embargo en su interior la duda de sus propias palabras solo hicieron sentir inseguro — ¡Cualquier persona se incómoda si alguien de la nada parece y se acerca asi  — excusó desviando la mirada.

—¡Perdón, solo quería saber porque huiste de mi todo el dia! — dijo entre risas, con su mano izquierda rascaba la parte de atrás de su cuello, parecía que era una especie de habito.

—¡Si te vi anoche! — confirmo y la mirada calmada del rubio súbitamente cambio, pero Nicolás hablo antes de que se volviera amenazante — ¡Pero no fue por eso que te evitaba!

—¡A no! ¿Entonces porque?

—¡Porque eres irritante y me caes mal! — aseguro, aunque era mentira, pero no podía decirle que era porque sentía atracción y una muy fuerte.

—¡No te da curiosidad saber porque...!

—¡No! — lo interrumpió — ¡Ya te dije no me caes bien, si estás involucrado en alguna mierda rara no es mi problema! ¡Así que mejor olvidemos que esto paso! — al decir eso pudo ver cómo la expresión del rubio se relajo.

Sin dura era muy raro, si quería saber qué ocultaba, como un chico que parecía un ángel tan delicado podía pelear de esa forma, pero no quería perder más la dignidad, no podía seguir involucrándose, debía limitar su trato a algo más que laboral.

—¡Enserio que eres fascinante Nico!  —dijo con una sonrisa que iluminó sus ojos.

«¡Mierda idiota di mi nombre bien!» pensó sonrojándose de nuevo, tapo su rostro con su brazo.

—¡Cállate pelos necios! ¡Ya déjame en paz! — reclamo furioso, aunque era una tapadera, su corazón latía con fuerza y se lamentaba por insultarlo.

—¡Pelos necios! ¿Pensé que era Ángel? — dijo levantando una ceja pícaro, recordándole sus palabras haciendo que se avergonzara más. Nicolás iba a explotar, al ver aquel lado atrevido, ese chico estaba lleno de sorpresas —¡No seas tan malo tengo nombre, soy va... digo Erick! — dijo con una sonrisa nerviosa, estaba mintiendo, era era obvio, pero su mente no podía coordinar con su cuerpo paralizando con el mas mínimo toque, el poso su brazo en el hombro de Nicolás, sin embargo este lo sacudió.

—¡Aléjate de mi! — fue lo único que pudo decir. Se alejo enojado, tanto con el por burlarse y con sigo mismo por esos sentimientos tan extraño que no lo dejaban en paz. —¡Yo me voy cierra tu! — ordeno agarrando la llave del local y lanzándola bruscamente, pero el chico era muy ágil las atrapó sin esfuerzo en el aire. Nicolás volteo sus ojos.

«¡A la mierda el amor, ese rubio lo que verdaderamente haces es irritarme! » pensó cerrando la puerta con fuerza.

.
.
.
.
.
.
.

Espero les haya gustado el primer capítulo  (⁠ ⁠ꈍ⁠ᴗ⁠ꈍ⁠) 

Los dejo con algunos Fanart: 

Vash comiendo donas (⁠◕⁠ᴗ⁠◕⁠✿⁠) 

A Wolfwood le dará algo \(*O*)/

(No se cual es el artista de estas dos imágenes, si saben escríbanlo en los comentarios) 

@SHIYAA__

@FREISKAMAZE

@NoahAsai

Продовжити читання

Вам також сподобається

604K 81K 46
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
569K 51.7K 42
Mazaki Suki es estudiante de primer año, compañera de los grandes jugadores del equipo de voleibol: Hinata Shoyo y Kageyama Tobio. Ella es amante de...
73.7K 6.1K 18
"No, claro que no, es obvio que no me gusta Bradley, el es mi enemigo y... Maldito idiota, sal de mi mente, haces que mi corazón se acelere." Max es...
475K 9.8K 7
𝙃𝙤𝙪𝙨𝙚 𝙊𝙛 𝘽𝙡𝙖𝙘𝙠 || 𝐒𝐚𝐠𝐚 𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 "Ser una Black digna de su apellido" Madelyn siempre tuvo esos pensamientos al saber q...