Hijos de Dios

By EnigmaERI

45.3K 3.5K 943

🎖️ Ganador de los Premios Watty 2023 🎖️ Si te llegase una propuesta de trabajo de verano en unos importantí... More

Prólogo
• LISTA DE SUJETOS •
Parte I. Adaptación
Capítulo 1. Toma de contacto
Capítulo 2. Cien
Capítulo 3. Proyecto Theos
Capítulo 4. Clase magistral
Capítulo 5. El error de Apeiro
Capítulo 6. Examen de diagnóstico
Capítulo 7. Trabajo de equipo
Capítulo 8. Escapada en pareja
Capítulo 9. Sigma
Capítulo 10. Primer ataque
Capítulo 11. Dilema moral
Capítulo 12. Cero
Parte II. Colaboración
Capítulo 13. No confío en nadie
Capítulo 14. Nadie confía en mí
Capítulo 15. La casa de la ingeniería
Capítulo 16. Enfrentad las consecuencias
Capítulo 17. El topo entre nosotros
Capítulo 18. Aliados hasta el final
Capítulo 19. Reunión fúnebre
Capítulo 20. Una idea estúpida
Capítulo 21. Tarde de viernes
Capítulo 22. Noche de sábado
Capítulo 23. Última oportunidad
Capítulo 24. Clímax
Capítulo 25. La actriz de tus pesadillas
Capítulo 26. El último día de paz
Parte III. Lealtad
Capítulo 27. El joven del sector Alfa
Capítulo 28. Habitación Δ-247
Capítulo 29. Realidad o ficción
Capítulo 30. El séptimo sector
Capítulo 31. El ascensor de cristal
Capítulo 32. Había que intentarlo
Capítulo 33. Ascenso al cielo de Apeiro
Capítulo 34. Afecto
Capítulo 35. Escape de prisión
Capítulo 36. Punto de quiebre
Capítulo 37. Matar o morir
Capítulo 38. Cervatillo indefenso
Capítulo 39. La amistad no es para siempre
Parte IV. Preservación
Capítulo 40. Los jóvenes del sector Delta
Capítulo 41. Después de la tragedia
Capítulo 43. Más allá del pasillo
Capítulo 44. Conexión de mellizos
Capitulo 45. Desencadenante
Capítulo 46. ADN
Capítulo 47. Identidad
Capítulo 48. Preliminar
Capítulo 49. Golpe de estado
Capítulo 50. El último perdón de Apeiro
Capítulo 51. Remanentes del más allá
Capítulo 52. Las entrañas de Apeiro
Capítulo 53. La culpa era suya
Parte V. Perfección
Capítulo 54. La carga del pasado
Capítulo 55. Romper el ciclo
Capítulo 56. La oferta
Capítulo 57. Una última cena
Capítulo 58. Desconexión
Capítulo 59. El tiempo vuela
Capítulo 60. Un mundo perfecto
Capítulo 61. El hijo de Dios
Epílogo
Capítulo Extra. Respuestas
[???]
Proyecto Theos: Archivo oficial de sujetos
Hamartía
[Hamartía] ¡Inscripciones abiertas!

Capítulo 42. Omega

226 33 9
By EnigmaERI

—Adelante —indicó una suave voz desde el interior de aquella consulta médica.

Una joven visiblemente desorientada entró a la sala, analizando cada esquina de aquel lugar conforme se acercaba a la mesa de la doctora, que tenía grabado en su pecho un código bastante reconocible por cualquiera que estuviese familiarizado con Apeiro: Γ-AAA.

—Hola, Omega, ¿qué tal estás?

La novata líder de sector observó a su compañera antes de dar respuesta. Estaba delante de Gamma, la jefa del área dedicada a la biología y la medicina. La había visto tan solo una vez desde que llegó a Apeiro. O al menos que ella recordase.

—Creo... que bien —respondió, con una voz inocente.

—Me alegra oírlo. ¿Has recuperado algún recuerdo?

Se paró a pensar en aquella pregunta. No, no recordaba absolutamente nada desde el "accidente". Tampoco es que tuviese recuerdos de este, solo sabía que ocurrió.

Supuestamente, Omega era nueva en Apeiro. Llevaba muy poco tiempo en las instalaciones cuando un accidente en uno de los laboratorios de su sector le hizo entrar en un coma que la dejó inconsciente por un par de días. Eso no fue lo peor, sino que al despertar lo hizo amnésica. No sabía quién era, cuántos años tenía, dónde vivía... Apenas sabía qué era Apeiro cuando despertó. Tuvo que empezar de cero.

Afortunadamente, sus compañeros de trabajo fueron tan amables de ponerla al día y hacerle saber sus datos personales básicos. No tenía familia —que ellos supiesen— y no conocían su nombre ya que, al igual que el resto de líderes, allí se la trataba como "Omega" a secas. Tenía 21 años —todos le decían que parecía más joven— y se graduó de la carrera de física hace tan solo un año.

No hizo demasiadas más preguntas porque, desde que despertó la tarde del día anterior, todo el mundo se dedicó a acelerar su proceso de reincorporación al trabajo. Sabía que la necesitaban pero, ¿por qué era tan importante para Apeiro si acababa de llegar? ¿Por qué había sido ascendida en tan poco tiempo? Sus dudas nublaban su cabeza, pero hacía el esfuerzo de mantenerlas al margen. Ella también debía colaborar con el resto para poder volver al trabajo cuanto antes. Ya tendría tiempo para recuperar sus memorias, o al menos saber la verdad de su pasado.

—No, no recuerdo nada más —indicó.

Gamma asintió con lástima y anotó algo en sus informes.

—Está bien. Definitivamente tu amnesia es un caso grave, pero no creo que sea problema que trabajes mientras lidias con ello. Has sacado la nota perfecta en el examen de conocimientos requeridos para ser líder de Apeiro —le informó, mientras deslizaba por la mesa un papel con los resultados de aquella prueba de la que hablaba—. Por alguna razón, no has perdido mucho conocimiento científico.

Sin entenderlo muy bien, Omega revisó las respuestas a las complicadas cuestiones que le hicieron en el examen que tomó aquella mañana. No entendía por qué no había olvidado cosas tan concretas cuando no era capaz de recordar ni su nombre.

—Supongo que está bien —dijo, intentando conformarse con lo que le tocaba vivir—. Entonces... ¿Puedo volver al trabajo?

—Si, puedes —la mujer de bata blanca y pelo rubio ceniza hizo una pausa—. Pero te asignaremos un tutor que te supervisará durante un tiempo, ¿sí?

Omega arqueó una ceja.

—¿Cómo que tutor? Si soy la líder de mi sector.

—Claro, pero eso no tiene nada que ver. Tu tutor no es de tu sector, sino que se trata de otro líder con más experiencia: Alpha.

Alpha... Había oído hablar de aquel hombre, pero no lo había visto aún. Es más: no había hablado con ninguno de sus compañeros desde que despertó a excepción de Gamma, la encargada de su recuperación y quien la atendió durante el coma. Fue afortunada, la verdad: era una mujer bastante cordial y amable que la convenció para que no perdiese los nervios y se quedase en Apeiro mientras investigaban una forma de curar su amnesia.

La puerta se abrió detrás de la joven y pudo oír una voz grave y ronca pedir permiso para pasar. Gamma sonrió a aquella persona y le indicó con un gesto que entrase. Fue ahí cuando Omega se volteó e hizo su primer contacto visual con el hombre del que le acababan de hablar.

—Buenas tardes, Omega. Me alegra ver que estás mejor.

—Alpha, ¿verdad?

El muchacho asintió con una sonrisa.

—¿Puedo sentarme?

—Claro, claro —indicó la amnésica mientras se echaba un poco a aun lado para que pudiese sentarse en el banquillo.

—Llegas justo a tiempo —indicó Gamma, alegre—. Le estaba comentando a Omega que te responsabilizarías de ella durante unas semanas, al menos hasta que veamos que vuelve a rendir al completo.

—Por supuesto. Será un placer echarte una mano para que te ubiques más rápido. Ser líder de Apeiro... es un marrón ya de por sí, no me quiero imaginar con amnesia.

—Además —interrumpió la doctora—, últimamente todo está un poco revuelto. Se vienen unos meses duros, así que va a tocarte hincar los codos, Omega.

La física miró a Gamma con confusión, asustada por aquel comentario.

—¿Qué ha pasado? ¿Fue por mi accidente?

—¡No, no! Tranquila, lo tuyo fue un caso aparte, pero que contribuyó a que la bola se hiciese más grande. El problema es que llevamos unos meses centrados en un proyecto importante al que le hemos dedicado demasiadas horas. Ahora que ha acabado, tenemos que retomar el resto de proyectos que hemos dejado a un lado. Y no son pocos.

—Entiendo —dijo con calma, a pesar de sospechar que había algo más que aún no querían contarle—. Pondré todo lo que pueda de mi parte para ayudaros a pasar esta... crisis, supongo.

Gamma rió levemente ante la inocencia de su nueva compañera.

—Sí, supongo que podemos catalogar todo esto como una crisis.

Alpha y Omega abandonaron el recinto y se pusieron rumbo al metro de Apeiro: el supervisor quería tener una charla con ella antes de ponerla a trabajar, por lo que se la llevaría a una cafetería de su sector. Tampoco es que por parar a tomar un café Apeiro fuese a explotar.

—Entonces... —dijo mientras tomaba asiento e invitaba a su compañera a hacerlo también— No recuerdas nada sobre ti.

—Nada —confirmó apenada—. No sabría ni cuántos años tengo si no fuera por vosotros.

—Debe ser horrible.

—Lo es. Aunque intento calmarme pensando que quizá he vivido cosas que preferiría olvidar. Así no me apetece tanto recuperar la memoria, ¿sabes? —confesó con una sonrisa algo forzada— De todas formas, sí que me carcome por dentro la duda.

Alpha asintió mientras sorbía el café y pensaba una respuesta.

—Seguro que Apeiro puede ayudarte, eventualmente, a recuperar la memoria. Tengo entendido que hay algunos proyectos trabajando en encontrar la forma de curar amnesias severas.

—¿Es posible?

—Desafortunadamente, no por ahora —le explicó con calma—. A ver, el cerebro es como un ordenador. Cuando eliminas un archivo y pasa cierto tiempo, pierdes la oportunidad de revertir la acción, se borra para siempre. ¿Entiendes?

—Bueno, sí.

Omega removió el té con su cuchara, cabizbaja y cada vez más preocupada de que jamás le volviesen sus recuerdos perdidos.

—Está bueno. ¿Qué lleva?

Extrañado, Alpha arqueó una ceja.

—¿No sabes qué es el té matcha?

—Si lo sabía, también lo he olvidado.

—Cuando dices que no recuerdas nada... ¿Realmente te refieres a absolutamente nada?

—Mi mente está vacía. A ver, sé hablar, caminar, acciones básicas y conocimiento.

—Especifica.

—No sé a qué sabe el café que te estás tomando, pero sí puedo explicarte, por ejemplo... la teoría de Fourier.

—No tiene sentido, aunque imagino que alguna explicación tendrá.

—Lo sé. Pero mira, lo agradezco, así al menos no pierdo también el trabajo.

Era, cuanto menos, una situación extraña. La conversación fluyó hacia otros temas más interesantes y menos agobiantes para Omega, cosa que agradeció: necesitaba distraerse un rato. Lamentablemente, su tutor tenía otros planes para ella en cuanto saliesen de la cafetería.

—Sigma me ha pedido que pasemos por su oficina.

La joven tragó saliva.

—¿El jefe?

—Sí.

—¿Para qué?

—Pues... para conocerte, supongo. No os habéis visto aún, es normal. Suerte has tenido de que vayas a hacerlo tan pronto.

—¿Cuánto tardaste tú?

—Como dos meses desde que me ascendieron a líder de sector.

—Hm.

Omega dio un último sorbo a su té y se puso en pie bruscamente.

—Bueno, pues vamos ya.

—No, mujer —rió Alpha ante la reacción de la chica—. Nos ha citado a las 13:00.

—Ah —dijo mientras se volvía a sentar y consultaba la hora. Aún quedaban treinta minutos—. Qué cuadriculados sois con los horarios.

—Es una norma de la organización. Se nos enseña a ser lo más puntuales posible —explicó—. Si se nos ha convocado a una hora, debemos presentarnos a esa hora, ni un minuto antes ni uno después.

—¿No puedes salir antes por si, no sé, surge algo que te retrase?

—Aquí no va a suceder nada que pueda retrasarte, todo está calculado para que así sea. Si sales antes, estás perdiendo tiempo de tu anterior tarea. Y si estabas descansando, estarías perdiendo tiempo de descanso, lo cual también es importante.

Omega arqueó una ceja. No se esperaba esa forma de pensar.

—Dais un poco de miedo.

—Dije lo mismo cuando me contrataron, pero... te acostumbras.

Unos diez minutos después, los dos líderes tomaron rumbo al sector central. Tal y como Alpha dijo, nada los interrumpió ni atrasó. A la una en punto, ambos estaban en lo más alto del sector Sigma, ante los amplios y pulidos portones que conducían al hogar del dueño de la gran organización.

Las puertas se abrieron y aquella misteriosa figura encapuchada hizo acto de presencia, tan silencioso y estirado como siempre. Sus apariencias sorprendieron a Omega: no le transmitía una buena sensación.

—Bienvenida a Apeiro, Omega.

—Muchas gracias.

Sigma les invitó a pasar y los condujo a un ornamentado despacho. La pared del fondo estaba hecha completamente de vidrio y podía observarse al otro lado el resplandecer del mar. La joven observó su majestuosidad. "Así que trabajamos en la costa", pensó. Le gustaban las vistas. Según ella, Apeiro necesitaba más ventanas.

—Bueno —prosiguió Sigma una vez sentado en su sillón de cuero—, solo te llamaba para un par de cosas. La primera es, ¿estás a gusto con el servicio de Alpha?

Omega miró a su jefe y, acto seguido, al muchacho que la había acompañado durante la última hora, a quien sonrió con serenidad.

—A ver, le conocí hace poco menos de dos horas. Pero sí, bastante.

—Me basta, las primeras impresiones son importantes —Sigma se giró al otro líder—. Alpha, no me decepciones.

—No lo haré, Sigma.

—Ya, eso dicen todos. En fin, lo segundo es entregarte esto.

Sigma dejó deslizar sobre la mesa una extraña llave dorada de aspecto peculiar. Omega la observó para darse cuenta de que la cabeza tenía forma de la letra representativa de su sector: una omega mayúscula.

—¿Qué es esto?

—Una llave para acceder al núcleo de Apeiro.

La joven volvió a mirar el artefacto mientras pensaba en una respuesta. Seguía sin entenderlo.

—Pero eso... no está en mi sector, ¿no?

—Claro que no, está en este —respondió. Tras un discreto suspiro, decidió dar una explicación más completa—. Digamos que el mes pasado tuvimos un problema y hemos decidido aumentar su seguridad. Cada líder tiene una llave, y es 100% imposible abrir la puerta que comunica a la sala del núcleo sin las siete, por lo que nos obliga a estar todos de acuerdo si queremos acceder a ella. Guárdala como si te fuese la vida en ello, ¿sí?

—Vale —contestó, más confundida que antes. ¿No podían llegar un minuto antes o después a una reunión, pero tenían problemas en la sala más importante de la organización? Apeiro cada vez le parecía un lugar más extraño, y no había que tener amnesia para darse cuenta de que aquello no era normal. O igual solo era una consecuencia de aquella crisis de la que Gamma habló.

—Pues venga, fin de la sesión —Sigma se levantó y les apuntó a la puerta con uno de sus pálidos dedos—. Esperamos mucho de ti, Omega.

La joven asintió con una sonrisa nerviosa y caminó por detrás de Alpha para salir de las instalaciones. Una vez en el pasillo exterior, suspiró y miró a su tutor con confusión.

—¿Ese es el jefe de Apeiro?

—Es curioso, ¿verdad?

—Hombre, curioso... un poco —admitió avergonzada—. No es malo decirlo, ¿no?

—Casi todos coincidimos en eso. Mientras no te oiga Beta...

La física asintió y volvió a caminar en silencio. No pudo resistirse por mucho más tiempo a hacer otra pregunta.

—¿Qué pasó con el núcleo?

—Información confidencial.

—Me gustaría saber por qué es tan importante guardar esta llave, ¿sabes? Soy una líder, si todos vosotros lo sabéis, ¿por qué yo no puedo?

—Porque no estabas aquí cuando pasó, así que no te incumbe.

—¿Qué más da? La llave la tengo yo.

—Entonces tu sucesor como Omega también tiene que saberlo solo porque será la próxima persona en tener la llave, según esa lógica.

—Pues mira, estaría bien que se le vaya dando contexto a los futuros líderes, ¿no? Que te pidan hacer algo sin saber el por qué es raro.

Alpha suspiró.

—Bueno, supongo que tienes razón. Pero, por favor, no hables de esto con nadie más. Mucho menos con trabajadores por debajo tuya. O con Beta.

—Por supuesto —respondió—. Oye, ¿tanto miedo le tienes a Beta?

—No, pero está un poco chalado. Parece más fiel a Apeiro que el propio Sigma.

—Ah.

—Bueno, pues... —el muchacho hizo una pausa para pensar, como si estuviese pensando en las palabras adecuadas— digamos que un grupo de sujetos casi consiguió colarse.

—¿De sujetos?

—Sí. Intentaron escapar de Apeiro y usaron el núcleo a su favor. Fue un buen intento, el mejor que he visto, y mira que pocos no han sido. Fueron los... participantes del proyecto Theos.

Algo hizo clic en la cabeza de Omega. Alguien le había hablado de aquel proyecto antes o, como mínimo, lo había leído por ahí. Debía ser aquel importante proyecto del que Gamma había hablado.

—Ese proyecto... —la joven pensó en su siguiente pregunta—. ¿Qué les pasó? ¿Escaparon?

Alpha tragó saliva, permitiendo a la física intuir que su respuesta no iba a ser ni de lejos agradable.

—Todos murieron.

Continue Reading

You'll Also Like

5.4K 869 12
Y sí derrepente todo lo que conoces ha sido una mentira,Ya mucho antes pensado y con propositos Satanicos.Si eres de aquellos en busca de la verdad...
159K 5.2K 5
David y Gabriela se han mudado a una nueva casa. Lo que no saben, es que están a punto de vivir el capítulo más oscuro de sus vidas. ...
218K 8.3K 39
Una maldición recae sobre la niña. Muchos quieren sacar provecho de su don. *** Desde su nacimiento, la familia de Kendra ha esperado y observado. L...
12.2K 1.4K 40
En el año 737, Planeta Vegeta. T/N era un guerrero saiyajin de clase baja con un nivel de poder superior al promedio. Fue enviado a la Tierra con su...