La adrenalina lo recorría mientras caía, a la par de la inquietud que aquella oscuridad le provocaba.
Al momento del impacto este termino en un sendero de adoquín. El camino se extendía ante el, desapareciendo en un infinito horizonte.
Al levantarse y sacudirse la suciedad de la ropa, Sabo notó como el aire se sentía denso y pesado. Fue entonces que observó con aun mayor detalle donde se encontraba. Esto le hizo darse cuenta que había terminado en una especie de laberinto subterráneo.
Con una mezcla de aprensión y curiosidad, Sabo comenzó su viaje a través del laberinto. Los corredores retorcidos, adornados con intrincados grabados e iluminados por antorchas espeluznantes, creaban una atmósfera inquietante. Las paredes parecían susurrar secretos, y la disposición del laberinto cambiaba sutilmente, convirtiendo cada paso en un salto hacia lo desconocido.
"¡Ahhhhhh!".
Sobresaltado por el repentino grito, este busco el orígen de aquél grito tan desesperado.
Para la sorpresa de Sabo, este ubicó a Cavendish en un estado de pánico absoluto, su rostro retorcido por el terror mientras emitía un agudo "¡Ahhhhh!".
Intrigado por el alboroto, Sabo no pudo resistir acercarse para descubrir la fuente de la angustia de Cavendish, solo para descubrir que se agitaba y se inquietaba por una diminuta araña posada en su rostro.
"No puedo creer que te hayas asustado por una araña." comentó Sabo, una sonrisa traviesa dibujada en sus labios mientras luchaba por contener la risa.
Cavendish por supuesto no tardo en responderle evidentemente molestó. "Oh, porque es tan gracioso, ¿verdad? Gracias por iluminarme, claramente no me había dado cuenta." La cara de Cavendish se pinto de un rojo tomate.
"Pero en serio, ¿dónde estamos?" Pregunto Cavendish.
"¿No deberías saberlo? Después de todo, este es tu reino..." preguntó Sabo genuinamente curioso.
"Si lo supiera, no lo habría preguntado, ¿verdad?. Lo mejor que puedo ofrecer es lo que ese mocoso me dijo." Respondió un frustrado Cavendish, mientras se frotaba la frente.
"¡¿También te trajo un niño?!"
"Sí, y supongo por tu reacción que a ti también. ¡Genial! Ambos fuimos arrastrados aquí por unos niños fantasmas para demostrar nuestro valor, ¡Que predecible!" Cavendish pateó una piedra en su frustración.
"¿Demostrar nuestro valor? El mío no mencionó nada de eso." comento Sabo con la mano en su barbilla mientras reflexionaba más tranquilamente la situación.
"El mío me dejo un acertijo que irónicamente gira en torno a las arañas." admitió Cavendish, ajeno al hecho de que el entorno comenzaba a cambiar mientras hablaba.
"De todas las cosas, ¿por qué arañas? No son impo..." Se detuvo cuando Sabo le puso una mano en su hombro, para hacerle saber que algo estaba pasando.
"No me digas que..." dijo Cavendish.
Cavendish dirigió su mirada hacía el frente. Lo que vio hizo que su mandíbula cayera y sus ojos se abrieran incrédulos.
Ante ellos se encontraba una araña colosal, sus ocho patas correteando por el suelo con una precisión espeluznante.
"¿Decías?" murmuró Sabo con preocupación.
Cavendish tragó saliva, su valentía momentáneamente reemplazada por el miedo. "Yo..no me refería a..esto."
La araña emitió un siseo bajo sus mandíbulas chocando ominosamente. Parecía haber sido convocada por la mera mención de su nombre, una muestra de el poder de este laberinto.
Mientras el suelo temblaba bajo sus pies, Cavendish y Sabo intercambiaron una mirada de determinación. Puede que hayan sido arrastrados a esta situación, pero ellos no iban a retroceder.
Sabo apretó sus puños con fuerza.
"No tenemos idea de dónde estamos, pero si esos niños quieren que demostremos nuestra valia, ¡Qué así sea!".
Cavendish asintió, dejando de lado su frustración anterior para dar paso a su orgullosa determinación.
La araña se acercaba lista para atacar en cualquier instante. Ante esto Cavendish y Sabo estaban ya en posición de ataque.
Pero para la sorpresa de ambos la araña se detuvo, sus ojos brillando con un aire de otro mundo.
"Dentro de la telaraña de la vida,
aguarda un desafío,una prueba de coraje que seguramente irrita."
La araña empezo a hablar mientras su cabeza iba tomando la forma de un niño.
"A través de la oscuridad y las sombras, se desliza astutamente,desvelando cabezas, capa por capa, mientras habla."
Cabezas empezaban a surgir con cada nueva palabra.
"Un acertijo de gran importancia que debes recordar."
Sorprendidos, Cavendish y Sabo intentaron dar un paso atrás, solo para descubrir que sus pies estaban atrapados en telaraña.
"Con sus ocho patas, su presencia abunda,silenciosa y paciente, nunca orgullosa. Tejiendo hilos delicados con gracia y elegancia, simbolizando el viaje que debes perseguir con valentía."
Sabo intentó quemarla, pero nada parecía funcionar. En ese momento una pared surgió del suelo entre el y Cavendish.
"Cada hilo es una prueba, imponente pero justa,una oportunidad para demostrar tu voluntad. A través de laberintos de duda, debes avanzar,para encontrar la respuesta que quieres encontrar."
Una vez más, se encontraron solos.
La araña no se veía por ninguna parte, o eso creía Cavendish. Hasta que cientos de ojos aparecieron en las paredes, el acertijo resonó, rebotando por los pasillos.
"Su veneno es la duda, el miedo y la desesperación, pero debes persistir, mostrar coraje y determinación."
Cavendish intentó agarrar su espada pero quedo petrificado al ver que en su piel empezaban a aparcer manchas.
"Pues solo aquellos que enfrentan sus miedos más profundos, pueden desentrañar la verdad y secar sus lágrimas."
Entró en pánico mientras se encogía, su entorno se transformaba y de repente ya no podía ver.
En su ceguera, escuchó el último llamado.
"Así que enfrenta este acertijo,
Acepta el desafío que se encuentra ante ti. Demuestra tu valía, deja que tu voluntad brille intensamente,y conquista la red con un poder implacable."
"¿Qué estás haciendo? ¡¿Dónde está tu mascara?!" exclamó su hermana Amelia, interrumpiendo abruptamente el acertijo.
"No puedo encontrarla..." murmuró él, apartando vergonzosamente el cabello de su rostro. Amelia simplemente suspiró de frustración antes de tomar el asunto en sus propias manos y buscar la mascara ella misma.
"Aquí está, ¡ahora apresuremonos! Tenemos un lugar importante al que ir hoy."
Salió de la casa a lado de su hermana mientras manejaba con extremo cuidado su bastón guía, tratando de no chocar con nadie.
"¿Recuerdas cuando mencionaste que querías pasar un día a solas conmigo? Bueno, tenemos algo de tiempo antes de nuestra cita, así que..."
Sí, él recordaba.
Espera...
Había algo que estaba olvidando, algo importante...
"¡Prepárate para el día más increíble de tu vida!"
No, no podía ser tan importante. Descartó el pensamiento.
En este momento, Cavendish, o quien fuera que él fuera, permanecía completamente ajeno a su verdadera identidad como Cavendish.
"¿El parque? ¡Papá se volvería loco si se entera que fuimos!" Cavendish rió traviesamente, su anticipación creciendo mientras caminaba por el sendero arenoso. Era una ocasión rara para él escapar de los confines de su hogar, y tener a su hermana como cómplice lo hacía aún más emocionante.
A medida que entraron al parque, los sentidos de Cavendish despertaron ante el vibrante mundo que lo rodeaba. El aroma de la hierba recién cortada y las flores llenaban el aire, mientras el alegre canto de los pájaros añadía una banda sonora melódica a su salida clandestina.
Su hermana, siempre atenta a sus limitaciones, lo guiaba con un toque tierno y descripciones vívidas de los alrededores. Ella pintaba imágenes vívidas con sus palabras, describiendo a los niños jugando, los majestuosos árboles que bordeaban el camino y el lago brillante a lo lejos.
El corazón de Cavendish se llenó de gratitud por el amor inquebrantable de su hermana y el extraordinario esfuerzo que hizo para hacer de este día algo especial para él. A pesar de su ceguera, podía sentir la magia del parque envolviéndolo.
Encontraron un banco apartado bajo un frondoso roble, cuyas ramas ofrecían un abrazo reconfortante y una protección de miradas indiscretas. Cavendish se recostó, permitiendo que la serenidad del entorno lo envolviera. La suave brisa susurraba entre las hojas, revelando secretos de alegría y libertad.
A medida que las horas se desvanecían, se deleitaban con los placeres simples que el parque ofrecía.
Mantuvieron conversaciones sinceras, compartieron risas, fue hermoso.
A medida que el sol comenzaba a descender, arrojando un resplandor dorado sobre el parque, se preparaban a regañadientes para irse.
Mientras caminaban, la voz de su hermana temblaba ligeramente. Revelando un indicio de nerviosismo.
"Hay alguien a quien quiero que conozcas." dijo ella con un tono suave pero teñido de una tensión subyacente.
"¿Quién es?" preguntó Cavendish lleno de una inocente curiosidad.
"Un hombre muy talentoso y elegante que dirige un circo no muy lejos de aquí." explicó ella, eligiendo cuidadosamente sus palabras. "Pensé que te gustaría ir…"
El corazón de Cavendish dio un salto de emoción.
"¿Crees que me dejaría tocar a los animales?" Cavendish preguntó mientras daba pequeños saltos de alegría.
Su hermana dudó por un momento, una expresión de conflicto cruzó su rostro.
"No estoy segura, pero hablaré con él y veré qué puedo arreglar. Solo prométeme que te quedarás con él hasta que regrese para recogerte más tarde, ¿de acuerdo?"
Cavendish asintió con confianza en su hermana inquebrantable. Nunca dudó de sus intenciones, la idea de quedarse solo en el circo no cruzó su mente debido a la emoción.
Llegaron a la entrada del circo, donde un hombre elegante vestido con un traje a medida los saludó con una sonrisa encantadora. Su sombrero de copa añadía un aire de misterio a su comportamiento, y sus ojos brillaban con una mezcla de carisma y avaricia.
"Ah tu debes ser B...." dijo el hombre, su voz suave como la seda. "Tu hermana me ha hablado mucho de ti. Bienvenido a mi humilde circo."
Cavendish irradió alegría, extendiendo la mano hacia el hombre. "¡Mucho gusto, señor!".
El hombre estrechó la mano de Cavendish, ocultando un destello de malicia en sus ojos. "Oh, querido niño el gusto es mío." respondió, su voz goteando de entusiasmo falso.
Con una última mirada hacia su hermana, que lucía una expresión triste ocultada por una sonrisa forzada, Cavendish siguió al hombre hacia el circo, sin ser consciente de la trampa que le esperaba. El ambiente bullicioso y el leve aroma a serrín llenaban el aire, avivando su anticipación por el gran espectáculo que se avecinaba.
Pasaron las horas y Cavendish absorbía ansiosamente los sonidos del circo.
Las risas y los aplausos de la multitud lo envolvían como una sinfonía de alegría, eclipsando momentáneamente cualquier duda persistente.
Cuando el acto final concluyó, Cavendish se encontró solo en un rincón débilmente iluminado del circo. La atmósfera una vez jubilosa se desvaneció, reemplazada por un silencio inquietante que le erizó la piel. La confusión nubló sus pensamientos, preguntándose por qué su hermana no había regresado como había prometido.
De repente, una cruda realidad comenzó a hacerse evidente para Cavendish. Sus oídos captaron susurros, fragmentos de conversaciones entre el personal del circo. Hablaban de espectáculos extravagantes, del "Niño Guepardo Ciego." que cautivará al público y de las fortunas que obtendrían gracias a su peculiar condición en la piel como su ceguera.
El miedo apretó el corazón de Cavendish mientras las piezas del rompecabezas encajaban. La súplica de su hermana de que se quedara con aquél hombre, la ausencia de su regreso, todo apuntaba a una traición que nunca había imaginado. Las lágrimas brotaron en sus ojos ciegos mientras una sensación de abandono lo invadía.
Una puerta crujía al abrirse, y el elegante hombre, desprovisto ahora de su encantadora fachada, emergía de las sombras. Sus ojos brillaban con avaricia mientras se acercaba a Cavendish, una sonrisa calculadora en sus labios.
"Bien, bien, mi querido B..." el hombre escupió, su voz goteando malevolencia. "Bienvenido a tu nuevo hogar, el espectáculo más grande de la ciudad."
El corazón de Cavendish se hundió bajo el peso de la traición de su hermana. La realización de que lo habían vendido como una mercancía para el entretenimiento de otros aplastó su espíritu. El circo, antes un lugar de maravilla, se había transformado en una prisión, con barrotes invisibles pero sofocantes.
El agarre del elegante hombre se apretó alrededor del brazo de Cavendish, forzándolo a avanzar.
Los corredores del circo revelaban un laberinto retorcido de jaulas y exhibiciones peculiares. Ojos curiosos asomaban a través de los barrotes de hierro, algunos llenos de lástima, mientras otros consideraban a Cavendish nada más que una curiosidad, una rareza para mirar boquiabiertos.
El hombre se detuvo abruptamente y lo instó a seguir adelante, llevándolo a un espacio desconocido. Ajeno a su entorno, Cavendish se encontró en un entorno completamente diferente. Se hizo evidente que lo habían colocado en algún tipo de exhibición.
Aunque incapaz de percibir los cientos de pares de ojos fijos en él, Cavendish escuchó atentamente las risas colectivas y los comentarios que llenaban el aire. Cada sonido atravesaba su corazón, recordándole su posición. La cantidad de burlas y murmullos intensificaba el peso de su situación.
"¡Alguien haga que pare! ¡Por favor!" Gritó, su voz llena de desesperación, mientras sentía que la exhibición giraba en círculos, acompañada por el creciente sonido de risas.
"Ha... cerlo... pa... rar..." Su voluntad de luchar se disipaba gradualmente en el aire. Aferrándose fuertemente a sus piernas, buscando consuelo y seguridad.
"Su veneno es la duda, el miedo y la desesperación, pero debes persistir, mostrar coraje y determinación, pues solo aquellos que enfrentan sus miedos más profundos, pueden desentrañar la verdad y secar sus lágrimas". Un susurro, recordándole cierto acertijo, llegó a sus oídos.
Y de repente recordó quién era.
Todo comenzaba a cobrar sentido.
"¡Todo esto es una prueba, ¿No es así?! ¡Entonces que continué, no le tengo miedo!" gritó mientras apretaba sus puños con fuerza.
¿Qué demonios estaba haciendo hace unos momentos? ¿Rendirse?.
¿Desde cuándo el espléndido, impresionante y extraordinario Cavendish permitía que comentarios triviales disminuyeran su valía?.
"Así que enfrenta este acertijo,
Acepta el desafío que se encuentra ante ti. Demuestra tu valía, deja que tu voluntad brille intensamente,y conquista la red con un poder implacable."
Cuando la visión de Cavendish regresó repentinamente las voces resonaron. Se encontraba en la azotea de su reino, en medio de la quietud de la noche.
"¿De verdad tenía que ser esto?" maldijo su suerte al darse cuenta de lo que estaba a punto de presenciar.
"Hola, ¿quién es?" Sophie iba de camino a su casa en plena noche cuando notó la figura de alguien acercándose.
"¿Príncipe Cavendish?" El príncipe hizo su aparición o al menos lo que aparentaba serlo.
Estaba a punto de irse cuando de repente el príncipe se precipitó hacia ella, levantando su espada en un intento de matarla.
"¡Cavendish, abre los ojos!" Cavendish se imploró a si mismo. El no quería presenciar cómo una de esas hermosas damas que siempre lo habían apoyado era brutalmente asesinada por sus propias manos. Así que cerró los ojos, pero sabía que tenía que abrirlos en algún punto.
No tenía control sobre su cuerpo, no importaba lo que intentara, no podía detenerlo y tenía que enfrentarlo.
"Príncipe, ¿qué está haciendo?" Finalmente abrió los ojos al escuchar el miedo en la voz de la dama. "¿Por qué no despiertas?" preguntó la dama, mientras el tiempo parecía detenerse repentinamente.
"Yo..."
Si esta pesadilla tenía alguna coherencia, debía estar actualmente dormido con Hakuba a cargo, haciendo lo que quisiera. La única diferencia era que, por primera vez, estaba presenciando lo que Hakuba hacía mientras él estaba dormido.
La única forma de liberarse de esta pesadilla era superar la voluntad de Hakuba.
"¡Estoy despertando!" Sintió la presencia de Hakuba luchando por mantenerlo en un sueño profundo, pero Cavendish había alcanzado su límite. Luchó contra ello, liberando inconscientemente una onda de Haki del Conquistador.
Convocó hasta la última gota de su espíritu y se mantuvo firme al finalmente despertar.
La chica y su entorno desaparecieron, dejándolo una vez más atrapado en ese laberinto.
"¡Bravo!, eso fue impresionante. De verdad me has demostrado lo equivocado que estaba sobre ti." El breve silencio fue abruptamente interrumpido por el sonido de aplausos. Cavendish se giró para encontrarse cara a cara con un hombre que llevaba una máscara con una sonrisa.
"Bien, creo que es hora de la gran revelación, ¿no es así?" El imponente hombre declaró mientras se quitaba la máscara, revelando un rostro cubierto de manchas blancas.
Sin embargo, lo que impactó a Cavendish fue el parecido que compartían. Era como si de alguna manera estuvieran relacionados o tuvieran alguna conexión.
"Es un placer conocerte finalmente, nieto mío." dijo el hombre con una sonrisa, dejando a Cavendish completamente desconcertado.
"¿Nieto? ¡Pero tú no eres mi abuelo! ¿Quién te crees para hablarme así?" Cavendish respondió molesto por el extraño que se refería a él de esa manera. Era evidente que este hombre no podía ser su abuelo. Su verdadero abuelo estaba…
Oh...
¡Mierda! ¿Podría ser?
"Tu abuelo, el fundador de este reino. El único y verdadero Bourgeois." declaró su supuesto abuelo con la confianza inquebrantable.
"Si realmente eres mi abuelo, ¿Acaso eres un fantasma?" Hacer tal pregunta parecía tonto, considerando lo obvio de la situación. Sin embargo, Cavendish buscaba desesperadamente una confirmación.
"En efecto, pero por ahora dejemos eso de lado. Tú buscas respuestas y estamos cortos de tiempo." La sonrisa de Bourgeois fue reemplazada por un ceño fruncido.
"No hay nadie en está isla que pueda vencer a Peter, no importa cuánto se esfuerzen. Ustedes están destinados a fracasar." La declaración de su abuelo le dio envió escalofríos por la espina dorsal.
"A menos que logres sacar la espada de Preso de aquella piedra." Los ojos de Cavendish se abrieron de par en par ante la sugerencia de su abuelo.
"Lo has presenciado, has oído su llamado. Esa espada posee una voluntad, una persona dentro de ella. Incluso si hubieras intentado sacarla antes, no habrías tenido oportunidad contra aquella voluntad que reside en la espada. ¿Cómo lo se?, Antes no podías poner a Hakuba en su lugar, su voluntad superaba la tuya…" Bourgeois hizo una pausa, permitiendo que Cavendish procesara el peso de sus palabras.
"Por eso te he presentado este desafío, una prueba de voluntad. Necesitabas enfrentar tus miedos cómo enfrentar a Hakuba, para demostrar que tu voluntad supera la suya." las palabras de Bourgeois cortaron el aire como un viento helado.
"Y felicidades, ahora estás preparado para empuñar la espada. Creo que eso cubre todo, pero si tienes alguna pregunta, siéntete libre de hacerla." Bourgeois concluyó su explicación y Cavendish asintió en acuerdo. De hecho, tenía algunas preguntas que hacer.
"¿Qué fue esa primera pesadilla? ¿Quién era yo en ese sueño?" preguntó Cavendish sin dudarlo, incapaz de sacarlo de su mente.
"Temes a la fealdad, a las consecuencias que la acompañan y al repudio que genera. Es bastante evidente dada tu actitud de 'Soy el hombre más hermoso del mundo' " las palabras de Bourgeois dejaron a un Cavendish confundido.
"¿Acaso no es cierto?" Cavendish inclinó la cabeza, aún perplejo.
"Como decía..." Bourgeois sonrió, claramente irritado.
"Como mencioné antes, tenías que experimentar tus miedos. Por eso experimentaste la vida de aquellos que no son considerados bellos. En esa llamada pesadilla, no eras nadie más que tu propio abuelo, yo." Bourgeois hizo que Cavendish enfrentará su miedo a la fealdad. Solo los de voluntad fuerte pueden superar tales pruebas, solo los resilientes pueden soportar los desafíos más difíciles y preservar su autoestima.
Si Cavendish posee la fuerza de voluntad que afirma tener, debería ser capaz de sobreponerse a la degradación. Debería ser capaz de poner su excesivo amor propio a la prueba definitiva.
Al levantarse y negarse a permitir que las opiniones de los demás lo destruyan, su fuerza de voluntad se fortaleció. Sin embargo, fue el segundo desafío el que realmente puso esa voluntad a prueba, enfrentar a Hakuba.
Bourgeois no podía mantener contacto visual con las personas, pero sus palabras golpeaban como una bala en la cabeza.
"Sabes por qué fuiste exiliado, Cavendish. En plena noche, mientras dormías, Hakuba tomó el control y mató a muchos de nuestros mejores soldados, así como a una dama inocente esa fatídica noche. Fuiste exiliado porque no pudiste enfrentar a ese bastardo, así que la única forma de probarte a ti mismo era volver a esa noche y detenerlo despertando tu del Haki conquistador." Las palabras de Bourgeois abrumaron a Cavendish de dolor.
No pudo detener a Hakuba en aquel entonces, no pudo despertar. Pero hoy...
"Pero hoy, lo detuve. Y ahora, soy más fuerte, lo suficientemente fuerte como para sacar esa espada,¿Cierto?" Cavendish habló con una confianza inquebrantable.
"Sí, y ahora te mostraré un camino que lleva directamente a los Jardines de Kensington..." Bourgeois hizo un gesto, revelando un nuevo pasaje en el laberinto. "Ve y recupera la espada. Luego, úsala para derrotar a Pan..." Le ofreció a su nieto una sonrisa mezclada con amargura.
"Antes de irme, ¿cómo demonios lograste todo esto? ¿Un laberinto? ¿Pesadillas? ¿Fantasmas? ¿Arañas gigantes?" Cavendish se negó a irse sin decirle a su despreciable abuelo lo que pensaba y entender cómo diablos logró todo esto.
"Oh, ¿recuerdas todo ese asunto con la piedra de los sueños? ¡Sorpresa! La piedra está escondida en algún lugar de este laberinto." exclamó Bourgeois, rascándose la cabeza mientras le daba a su nieto una sonrisa nerviosa.
"Estás bromeando, ¿verdad?" respondió Cavendish, con un leve tono de inquietud en su voz.
"Diseñé este laberinto para ocultar la piedra de el mundo, no solo de Peter. Verás, la piedra tiene un poder notable sobre los sueños y los deseos. Puede hacer realidad incluso las ideas más salvajes, como encantar este laberinto, otorgar a ciertos fantasmas la capacidad de interactuar, hasta cierto punto con los vivos. Es bastante extraordinario, ¿no crees? Sin embargo, hay un pequeño detalle, los efectos son temporales y efímeros. Para hacer que perduren para siempre, necesitamos la otra piedra, la de la eternidad." explicó Bourgeois, haciendo todo lo posible para aclarar la situación.
"Bueno, creo que es hora de que me vaya". dijo Cavendish, con una sonrisa confiada en su rostro mientras se dirigía hacia los Jardines de Kensington.
"¡Espera! Antes de irte, debes saber qué le sucedió a tu amigo." exclamó Bourgeois, deteniendo a su nieto.
"Mientras uno de ustedes debe recuperar la espada, el otro debe adquirir la piedra antes que el Intermedio. Diseñé este lugar tan bien que nadie podra robar la piedra, excepto Peter. No importa que bien hice este lugar, siempre sabía que la posibilidad de que lo derrotará existiría. Por eso cree a las mosqueteras y me encargue de que mis descendientes supieran qué Peter no se detendrá hasta conseguir lo que quiere, ¡aunque eso signifique la destrucción de nuestra isla!" La gravedad de las palabras de su abuelo se hizo evidente para Cavendish.
"Sabo, ¿qué desafío debe enfrentar? ¿Es realmente necesario, especialmente para él quien tiene que ir por la piedra cuando estamos cortos de tiempo?" Cavendish preguntó mientras su sombrero le cubría el rostro con su sombra.
"Si realmente desean tener una oportunidad de ganar, la fuerza por sí sola no será suficiente. No, el conocimiento también es indispensable." afirmó Bourgeois de manera contundente, reconociendo que comprender la verdad de ese día era esencial para su triunfo.
El día que lo perdió todo.
"Él enfrentará la angustia de no poder salvar a quienes más lo necesitan. Ese es el precio de conocer la verdad, no hay desafío más grande que ese." concluyó llenó de pesar. El conocimiento podía ser la carga más pesada de todas.
Sin embargo, también podía ser el arma más poderosa.
"Y el conocimiento puede salvar vuestras vidas. Ve y recupera la espada, mientras tu amigo adquiere las otras dos cosas que necesitan." dijo Bourgeois, quitándose su sombrero y sosteniéndolo en el pecho, en un gesto de gratitud y confianza.
Cavendish asintió, finalmente saliendo del laberinto.
Mientras tanto, Sabo se encontraba atravesando una implacable manta de densa niebla, del tipo que se extendía infinitamente hacia el horizonte. Después de lo que pareció una eternidad, la niebla comenzó a disiparse, revelando una multitud bulliciosa ante él.
Sabo intentó interactuar con las personas que lo rodeaban, pero para su asombro, su mano y comentarios simplemente atravesaban a las personas, como si él fuera solo un espectador en medio de ellos.
"Ven conmigo, persigamos sueños, hagamos historia."
En medio de los gritos de la multitud, una voz emergió, capturando la atención de Sabo. Su mirada se movió rápidamente, buscando la fuente de la repentina oleada de emoción, hasta que sus ojos se posaron en un magnífico escenario que comandaba la atención.
"Encontraremos un camino y un lugar para ser, lejos haremos nuevos recuerdos."
En ese gran escenario se encontraba una figura diminuta, una niña, cuya voz etérea llenaba el aire con una exquisita belleza y ternura.
"El tiempo y el espacio, como polvo estelar, se desvanecerán, avancemos con fe y estaremos bien."
Envuelto en la atmósfera del gran escenario, la pequeña irradiaba una presencia cautivadora.
"Observa cómo el suelo se desvanece."
La voz etérea de la niña resonaba en el aire, tejía una telaraña de exquisita belleza y emociones tiernas que conmovían el corazón de todos los presentes.
"En lo alto de la atmósfera, podemos desaparecer, desaparecer, dos corazones chocarán."
Millones de luces aparecieron, como si las estrellas hubieran bajado para bailar junto con la hermosa voz de la pequeña.
"En el cielo, mirando hacia abajo en la noche, somos luz de estrellas, luz de estrellas."
La niña comenzó a flotar mientras el humo emergía desde atrás, tomando la forma de un nombre.
"Entre la luna y las luces de la ciudad,
somos luz de estrellas, luz de estrellas."
Decía, Wendy.
PRÓXIMO CAPÍTULO:
WENDY DARLING
★ Notas del autor:
Bourgeois es el Abuelo de Cavendish. Este tiene ceguera y Vitiligo. Es el francotirador de la tripulación de Prince. El ya habia echo apariciones en capitulos anteriores, como en el final de la primera saga. Como también en el inició de este arco.
▶ Comentarios del autor:
¿Que les pareció este capítulo?.
Ya estamos a nada de entrar de lleno a la historia de Palila y Prince. Que paso el día que murio este, como también que paso después de que Palila se sacrificara por Marco. Las cosas se empiezan a revelar en los próximos capítulos.
Ya tengo listo el próximo capítulo en ingles, falta que mi editor me de sus opiniones para ver si se necesita mejor algo. Y entonces toca traducir.
Tratare de tráelo lo más pronto posible, lo cual es está misma semana máximo la otra.
Por cierto los que pusieron atención en notas anteriores saben que Palila esta inspirada en Wendy Darling....
Ya saben que va a pasar....