13. [Verdades]
Atlas:
Después de salir del salón en donde se estaba celebrando la fiesta de papá, conducí hacia el puente viejo, en donde vería a Adeline para ponerle fin por una vez a nuestra enemistad.
« Yo no la odiaba »
« Solo pretendía hacerlo para que ella se alejara de mí»
Llegué en cuestión de minutos, estaba muy desesperado por verla de nuevo, el vestido que llevaba puesto le llegaba por encima de la rodilla y eso me encantó, amaba ver sus sensuales piernas en un vestido corto como ese.
Una notificación me llegó al celular, entré por curiosidad a la cuenta de instagram de la empresa de papá, hace diez minutos subieron una foto de Adeline besando a Hernán, algo sumamente hipócrita de ella porque decía no quererlo, pero sus actos y sus besos hacia mi padre me demostraban otra cosa, estaba muy enojado con ella por permitir ser la burla de papá cuando él estaba con su secretaria, engañándola, no quería que Adeline terminara como mamá.
« En eso estaba seguro »
Esperé durante quince minutos, Adeline no llegaba y lo peor que temía era que ella se fuera con papá, que cayera en su trampa.
« Joder »
« Como me dolía pensar en ella con papá »
Me dije a mí mismo que no iba a rogar, si no quería cenar conmigo, me iría y buscaría a otra mujer que estuviera dispuesta.
Unos cinco minutos después, un taxi llegó al puente, esperé y ella bajó de este, pagó con dinero en efectivo y caminó hacia mí con una sonrisa.
« No quería odiarla »
« No quería pensar en ella con papá »
— Hola, siento la demora.
— Pensé que no ibas a venir — Hablé, no sonreí ni la miré con cariño, solamente pensé en las cosas que ella pudo hacer con Hernán.
— Te dije que vendría. — Admitió.
— Papá te entretuvo bastante tiempo, hasta una foto se tomaron ¿La subiste tú?
— No, no la tomé ni la subí yo. Fue un socio de Hernán y...
— Y cada día me doy cuenta de lo hipócrita que eres.
— ¿Qué pasa? ¿Por qué me tratas así? Pensé que querías que viniera...
— ¿Te acostaste con papá antes de venir aquí?
— ¿Qué? ¿De qué hablas?
— La foto que subieron, lo estabas besando y...
— ¡No! ¡Todo fue una actuación y tú lo sabes bien! Me llamas hipócrita y no sabes lo que tuve que pasar, el asco que aguanté por besarlo sabiendo que besó antes a una de sus amantes, no tienes derecho a juzgarme.
— ¡Entonces dime la verdad! ¿Lo amas?
— ¡Me casé por dinero! Lo hice para que mis abuelos no perdieran la granja, lo supiste desde el principio y aún así me humillas, ni siquiera sé porque estoy aquí... — Adeline se dió la vuelta queriendo regresar, vi que sacaba su celular para llamar a un taxi.
No sé en qué momento la jodí, no quería que se fuera, no quería espantarla con mis estúpidos celos, porque eso era lo que sentía, celos de la mujer de mi padre.
— Adeline... — La llamé.
— No quiero escucharte más, me iré y olvidaremos que esto pasó, tienes toda la razón, no tengo vergüenza, me escapo de tu padre, le miento delante de sus socios y todo por venir a buscarte, estoy perdiendo la cordura.
— ¡No! No quiero que te vayas, lo siento. No sé por qué reaccioné así, sentí celos de que estuvieras con papá, no quería que fueras otro de sus juguetes — Suspiré — ¿Estás dispuesta a perdonar a este idiota y complacerme con tu compañía? De verdad quiero que vayamos a cenar.
— Atlas...
— Por favor, solo por hoy te demostraré lo que es una cita de verdad, con alguien que te quiere, que está interesado en ti.
— Atlas...
— No sé si piensas en papá, pero quiero que hoy seamos solo nosotros, como una pareja de amigos, no familia.
— Atlas, no sé si eres tonto o simplemente no quieres verlo, pero cuando estoy con Hernán pienso en ti y cuando estoy contigo disfruto demasiado de tu compañía, me gustas y no debería de verte de esa manera...
— ¿Lo estás diciendo enserio? — Adeline asintió y solo quise gritar de la felicidad, ella me gustaba desde el principio y saber que era correspondido me llenaba de gozo.
— Sí.
— Hoy será tu mejor noche, lo prometo — Me acerqué a ella, besé su frente y ambos subimos al auto, me moría por probar su boca pero aún era muy pronto, no sabía si ella quería dejarse llevar por el deseo o simplemente cenar conmigo como amigos.
Salí del puente viejo y la llevé a uno de los mejores restaurantes que conocía, estaba a la orilla de un mirador hermoso, solo quería que sus ojos brillaran como las estrellas que estábamos a punto de observar.
« Quería hacerla feliz »
« Quería ser el hombre ideal para ella »
(.........)
Después de nuestra cena, estábamos sentados frente a un mirador, se podía ver toda la vista de la ciudad de Los Ángeles, era un lugar realmente mágico porque la oscuridad se mezclaba con las luces de los edificios más altos, pequeños rayos de luz se podían ver a lo lejos.
Era una ciudad en miniatura gracias a la vista del mirador.
— ¿Te gusta lo que ves? — Adeline asintió, ella tenía frío, no quería darle mi chaqueta y tapar la maravillosa vista de su cuerpo, pero fui caballero y le presté mi abrigo.
— Gracias.
— ¿A dónde quieres ir después de aquí? — Pregunté, estaba desesperado porque me diera un indicio de que quería besarme.
« Lo necesitaba »
— No lo sé, Hernán no llegará a dormir, me lo dijo antes de irme de su cena.
— No entiendo por qué es tan descarado, tiene a una mujer hermosa a su lado y lo único que hace es lastimarla.
— No quiero a tu papá, ni siquiera siento nada cuando lo veo.
— Eso no le da derecho a jugar contigo.
— Lo sé.
— Toda la vida ha sido así, desde niño recuerdo que nunca pasaba en casa. — Tomé una respiración y continué — no quiero que termines como mamá...
— No lo haré porque no lo amo.
— ¿Y si lo llegas a querer? ¿Te afectarán las cosas que él haga?
— No sé si llegaré a quererlo, pero mientras tú y yo vivamos en la misma casa es imposible.
— ¿Por qué? — Mi corazón latió con fuerza.
— No puedo dejar de fijarme en ti, eres su hijo y sé que tienes novia pero...
— ¿Quién te dijo que tengo novia?
— Hernán, dijo que no vendrías a su cena porque te quedarías con una chica.
— Pues te mintió, no tengo novia — Adeline asintió y sus ojos se iluminaron ante la posibilidad.
« ¿Una posibilidad de qué? »
« No lo sabía, tenía que averiguarlo »
— ¿Nos vamos a casa? — Ella asintió y me vi fuertemente tentado a tomarla y besarla.
« Atlas contrólate »
— Tu papá no llegará a dormir así que quizás podamos ver la parte de la película que nos faltó.
— Haremos lo que quieras Adeline.
— Pensé por un momento que esta noche sería un fracaso, al principio te portaste tan odioso conmigo, no sé que nos pasa, pero creo que tenemos que cambiar esa parte del carácter tuyo. No sé cuándo estás feliz y cuando no — Dijo Adeline y asentí porque ella tenía razón, la necesitaba en mi vida para cambiar.
— Solo necesito a alguien que sepa domarme.
— ¿Domarte? — Asentí a su pregunta.
— Sí, una jinete, alguien con fuerza, autoridad, sensualidad; que se atreva a montarme.
— Atlas... — Mientras caminábamos su respiración se volvió irregular y la mía también.
Mi miembro temblaba ante la idea de ella montándome con fuerza, intentando calmar el deseo intenso de mi interior, el deseo de poseerla para saber si era tan adictiva como lo parecía.
« La necesitaba tanto »
« Mi sistema no podía sacarla de mi cabeza »
— Aún seguiré esperando a la candidata perfecta. — Afirmé.
« Te seguiré esperando a ti »
— Bien. — Dijo ella y juntos entramos al auto, conduje media hora y cuando por fin estábamos frente al portón de seguridad de la propiedad Bradford, mi mente no dejaba de pensar en las mil y un ganas que le tenía a mi madrastra, no llevábamos meses de conocerlos, aún así quería estar tan dentro de ella que cuando caminara, solo me sentiría a mí.
« Su hombre »
— ¿Quieres ir por unas palomitas? — Le pregunté, cuando entramos a la sala ninguno de nosotros sabía que hacer.
« Eran los nervios »
« La desesperación por tenerla »
« ¿Sería posible? »
— Sí ¿Quieres algo de tomar? — Me preguntó ella.
— Una coca cola estará bien — Dije y mientras Adeline se quitaba mi chaqueta aproveché y subí a mi habitación, fui al baño y me lavé la cara, le dije mil veces a mi reflejo en el espejo que se comportara, que solo era mi madrastra.
Pero mi mente y mis ganas de besarla no ayudaban. Tomé un paquete de chiles de menta que tenía por si llegaba alguna conquista a casa, nunca metía a las chicas a mi cama, generalmente las llevaba a un hotel, mi cama era solo para mí.
Pero con Adeline era diferente, solo quería amanecer con sus dos largas piernas envueltas en mi cintura, con su sexo cerca del mío, con tan solo una distancia de una estocada para entrar.
« Para probarla »
Tomé tres condones por si se daba la oportunidad con ella, rogaba que fuera así, rocié perfume en mi cuello y pecho, tenía que estar muy impecable para ella, tenía que gustarle.
Después de tardar unos minutos bajé a su encuentro, Adeline ya había programado la película, ya sabía cómo usar el control del televisor.
Ella estaba en el sofá, sentada con sus piernas estiradas, es una posición cómoda.
— Siéntate — Señaló el lado disponible, me senté a su lado y tomé mi gaseosa.
— ¿En qué parte va la película? — pregunté.
— El chico ya murió y ella empezó a ver alucinaciones de él, piensa que aún se encuentra a su lado.
— Sabes, a veces creo que esos amores no existen.
— Yo sí creo en ellos, en alguna parte del mundo debe estar tú otra mitad, alguien que dé la vida por ti y que seas su primero en todo.
— ¿Puede existir?
— Creo que es cuestión del deseo, si deseas tener a alguien ideal para ti a tú lado, lo tendrás sin importar el precio.
— ¿Y si el precio es muy alto? ¿Y si no son perfectos ante la sociedad? — Pregunté, tenía que pagar un precio por ella, no importaba si me quedaba sin vida por ello.
— Lo que importa es que sean perfectos en una habitación, al aire libre; sin que importe la crítica de los demás.
— ¡Wow! Eso estuvo poético — Dije.
— Creo que cursi — Negué, me gustó mucho saber la percepción que tenía del amor.
— ¿Has tenido novios antes?
— Tuve solo uno, fue mi único en todo pero se metió con una amiga, mi abuelo casi lo mata de un tiro con su escopeta, aunque no lo creas no deja que nadie me dañe.
— Eso si que no lo sabía, tu abuelo es peligroso — Reí imaginando como el abuelo de Adeline sacaba a ese imbécil de la propiedad.
— A veces somos peligrosos por amor.
— A veces podemos cometer locuras por el amor, traicionar a un familiar y hasta traicionarnos, pero vale la pena.
— Tal vez valga la pena. — Dijo ella y asentí, continuamos viendo la película en silencio y cuando la terminamos, reproducí una al alzar,
"365 días" decía el título y la comenzamos a ver.
Al pasar los minutos, llegamos a la parte en donde la pareja tenía relaciones sexuales, cargadas de desespero, hambre mutua y solo pude seguir observando deseando ser ese hombre pero en lugar de tener a esa chica, deseaba tener a mi madrastra, tomarla como él la tomaba a ella.
« Duro y sin filtro »
« Profundo y sucio »
— ¿Alguna vez te han hecho sexo oral? — Adeline me miró atónica ante mi pregunta y continué — Deseo mucho a una mujer en estos momentos, sería mejor que eso tipo — Dirigí mi mirada al hombre de la pantalla — Le abriría las piernas a esa chica y enteraría mi cabeza en su sexo, no la probaría aún, primero vería sus labios, abriría su canal para que mi lengua pueda probar todo el néctar sin desperdiciar una solo gota — Adeline ya no veía la película, solo seguía el movimiento de mis labios.
— Mordería su clítoris y la haría gemir más fuerte que la chica de la película, chuparía como un vampiro sediento por su sangre, probaría su canal con mi lengua y la llevaría al orgasmo con dos dedos mientras mis labios succionan todos sus jugos.
— Atlas...
— La pondría de espaldas en este mismo sillón y solo por ser nuestra primera vez juntos usaría un condón, mis dedos seguirían entrando y saliendo y después, solo después dejaré que sienta mi miembro, entrando en ella de una sola estocada, para que me sienta, su sexo se abriría para mí y apretaría mi miembro como un guante a la perfección, joder.... — Hice una pausa, estaba a punto de venirme con mis palabras, las fantasías que tenía con mi madrastra.
— Ella me ordeñaría tan bien, sacaría hasta la última gota de mi semen... Y solo cuando termine dentro suyo, podré centrar mi atención en sus dos melones maduros...
— Oh Atlas... ¿Con quién imaginas todo eso? — Su pecho subía y bajaba, el sudor recorría su frente y solo quería chuparla para que viera el efecto que tendría mi lengua en ella.
— Contigo, solo contigo Adeline. Desde que te conozco quiero ponerte en mis rodillas y azotar ese culo tuyo, probar tus montículos de carne y deleitarme con tu piel roja por el sonrojo...
— Ahhhhhhh....
— ¿Me dejarás? ¿Me dejarás chuparte hasta que te vengas en mi boca?
— No podemos...
— Sí, podemos hacerlo hoy y olvidar mañana pero maldición.... Después de probarte solo me harás más adicto a ti.
— Nadie....puede saberlo — Ella hablaba con dificultad y yo solo quería que me dijera que si.
— Nadie la sabrá, lo prometo.
— Tómame, lléname de ti — No hizo falta que pidiera más, tenía muchos planes para ella pero primero probaría el sabor de su sexo, la fuente de mi adición.
— Vamos a mi habitación — Adeline apagó el televisor, tomé su mano y subí a mi cuarto con ese cuerpo de diosa a mi lado, el causante de mi falta de sueño por las noches.
Ella tenía las mejillas rojas, pero no sería lo único que quedaría rojo, la haría mía.
« Como debió ser desde el principio »
(...........)
Nota de autora:
Hola gente hermosa ¿Cómo están? 👋🏻
Vamos calentando motores, próximo capítulo hot 😈
Les dejo unas imágenes alocadas de los besos que se vienen entre estos dos 🌚
Besotes 💋
M.M.