SECRETOS ENTRE LOS TRILLIZOS...

By _cocainepink

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❝Los trillizos Jeon juraron que luego de la tragedia que sucedió, van pasar por desapercibidos, pero no se es... More

INTRODUCCIÓN
O1; PROBLEMAS
O2; ATERRORIZADO
O3; MISERABLE
O4; CURIOSIDAD
O5; LUJURIA
O6; REGRESO
O7; EL CAMBIO
O8; JUGAR SUCIO
O9; IMPOTENCIA
1O; RECUERDOS DOLOROSOS
11; MONSTRUO
12; VULNERABLE
13; HUMILLADA
14; ACCIDENTE
15; VENGANZA
16; CERCANÍAS PELIGROSAS
17; AGOTADOS
18; TAEJOON
19; FIESTA
20; PALABRAS DOLOROSAS
21; BESOS INESPERADOS
22; SECRETO DOLOROSO
23; SENTIMIENTOS
24; ENEMIGOS
25; RETRATOS
26; ENGAÑOS | PARTE 1
27; ENGAÑOS | PARTE 2
28; SALIR DEL CLÓSET
29; EL PASADO
3O; TORMENTO
31; CONFESIONES PELIGROSAS
33; DESTRUCCIÓN
34; ¿EL VERDADERO JUNGSUK?
35; VERDADES
36; LA CABAÑA
37; MIRADA DE TERROR
38; FINAL
EPÍLOGO

32; TRAIDOR

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By _cocainepink

𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐎𝐒 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐋𝐎𝐒 𝐓𝐑𝐈𝐋𝐋𝐈𝐙𝐎𝐒 𝐉𝐄𝐎𝐍

TRAIDOR

Las caderas de Jungsuk empezaron a moverse insistentemente, algo desesperado por el placer que le provocaba estar en el interior de Jimin. El rubio observaba cómo los ojos de él se cerraban, la manera en la que juntaba las cejas y cómo jadeaba de placer, pensando en que era capaz de correrse por tan sólo verlo, porque Jungsuk era jodidamente hermoso ante sus ojos. Este escondió el rostro en el cuello de Jimin, que estaba sobre él, ya que había comenzado a experimentar follarlo en diferentes posiciones, buscando así su favorita. Y tenerlo sobre él, parecía estar convirtiéndose en una.

Jimin al escucharlo gruñir cerca de su oído, tiró de su cabello a la vez que jadeaba al sentir cómo mordía su cuello. La punta del miembro de Jungsuk golpeando en su interior con dureza, lo hacía gritar. Su miembro se sentía tan grueso dentro suyo, que el rozamiento en sus paredes lo estaban enloqueciendo, por lo que tiraba de su cabello con fuerza, lo que parecía excitar aun más al pelinegro que empezó a embestirlo con más fuerza. Para la sorpresa de Jimin, este lo tomó de la barbilla con una de las manos, conectando así sus miradas, lo que le hizo sonreír mordiendo su labio inferior. Quiso acercarse a juntar sus labios, pero Jungsuk giró su cabeza, por lo que arrugó levemente la frente.

—¿Por qué me corres la cara? —preguntó rápidamente, sintiéndose desesperado por poder besarlo.

—¿Piensas en Jungkook mientras te follo?

—¿Qué? ¿Por qué me preguntas eso? —soltó una risa histérica.

—No evadas mi pregunta. Imaginas que soy él, ¿sí o no? —examinó con sus facciones endurecidas.

Jimin no se esperaba para nada aquella pregunta, pero ver aquel lado posesivo de Jungsuk, comenzaba a gustarle. Los pechos húmedos de ambos rozándose, al igual que sus músculos, hacían que el sentir sus pieles tocándose le provocara aun más sensaciones en ellos, y el rubio disfrutaba de verlo de esa manera. Celoso.

—Estoy enamorado de ti, Jungsuk —aclaró con una pequeña sonrisa, observando cómo sus facciones se iban relajando—. Tú me enloqueces en todos los sentidos —Jungsuk juntó sus labios, succionando los pomposos y rosados de él antes de introducir su lengua. Un beso húmedo, como necesitado—. ¿Y tú piensas en ella? —preguntó sobre sus labios—. ¿La extrañas?

Jungsuk no pudo evitar estremecerse al escucharlo, más por lo profunda que había salido su voz. Empezó a recordar cuándo follaba con Haesun, la humedad de hacerlo, la manera en que lo marcaba, su cuerpo retorciéndose de placer, cómo gritaba pidiéndole más. Pero ahora pensaba en que eso había sido completamente reemplazado.

Jimin era muchísimo mejor que Haesun.

Sentía que él lo enloquecía más, la manera en la que su interior apretaba y succionaba su miembro. No se podría cansar nunca de eso.
Hasta su calor se volvía demasiado, lo que hacía aumentar sus movimientos, cegándose por el placer insoportable que se provocaban.

—Nada se compara a follar contigo, cariño —confesó sobre sus labios, juntándolos por un momento hasta que mordió el inferior.

—¿Si estuviera aquí me elegirías? —preguntó inseguro conectando sus miradas, sintiendo cómo este se tensaba.

—Eso no es posible, Jimin.

—¿A-A qué te refieres?

Las caderas de Jungsuk, chocando contra las suyas ya comenzaban a provocarle dolor. El pelinegro ya no estaba teniendo reparo, lo tomaba con fuerza de las caderas, embistiéndolo con una brusquedad que se sentía demasiado bien para él.

—A que ella ya no está aquí —jadeó en su oreja, sin pensar, pero Jimin tampoco parecía hacerlo al gemir.

—¿No lo está? —inquirió repartiendo besos húmedos en su cuello, por lo que este inclinó la cabeza hacia un lado para darle más acceso, disfrutando más que nada el sentir sus labios húmedos y gruesos, la manera en la que recorría su cuello con la lengua.

—No. Es imposible que lo esté, cariño.

—¿Estás seguro de eso? —tiró de su cabello, para así verlo, por lo que este mordió su labio inferior, cerrando los ojos por un momento intentando pensar con claridad y no concentrarse en el interior de Jimin.

—Oh, ¡no puedo más, Jimin! —exclamó echando su cabeza hacia atrás mientras jadeaba, pero este lo tomó de la barbilla para que volviera a mirarlo.

—Responde.

—¡Lo juro! —habló rápidamente, y Jimin se aferró a él con fuerza, gimiendo más alto y agudo.

—¿Qué quieres decir? —preguntó entrecortado.

—Te amo, Jimin.

Este sonrió sobre sobre sus labios, olvidándose de todo por completo, para luego juntarlos en un beso descuidado y húmedo, mientras que Jungsuk al darse cuenta de lo cerca que estaba, lo agarró más fuerte sus caderas. Lo sujetaba empezando a moverse más rápido, Jimin gritando de placer por la manera en la que golpeaba con fuerza su interior, fue el primero en correrse con un largo y alto gemido, sintiendo cómo a su cuerpo lo recorrían espasmos de placer mientras que Jungsuk seguía embistiéndolo.

Seguir teniéndolo dentro suyo después de la manera en la que le hizo acabar era demasiado para el joven rubio, pues sentía que iba a romperlo.

No podía soportarlo más por lo que intentó apartarlo, gimiendo agudo, pero Jungsuk lo sujetó con más fuerza para seguir embistiéndolo, hasta que al cabo de unos pocos segundos de una placentera agonía para Jimin, sintió cómo su novio llenaba el condón de su esencia. Este gimió por lo alto a la vez que enterraba el rostro en su cuello y los dedos en sus caderas.

Jungsuk, intentando recuperar el aliento, levantó la cabeza encontrándose con el rostro sonrosado y sudado de Jimin, igual que el suyo.

—Yo te amo más, Jungsuk —musitó agitado, antes de juntar sus labios.

Al escucharlo sintió su corazón brincar, por lo que medio sonrió en el beso hasta que llevó la mano a su nuca para profundizarlo, aumentando el ritmo y el calor de su respiración.

Luego de eso, ambos decidieron pasar a darse una ducha. Jungsuk aún no podía creer todo lo que movía en él aquel rubio, que con tan sólo una sonrisa lo hacía sentirse en su hogar, más que nada por la manera en la que sus ojos se volvían pequeños. Se sentía tan bien con él, que no quería que por nada se fuese de su lado, menos si era por su culpa, por lo que intentaba hacer las cosas bien. Pues, estando a su lado era la única forma en la que lograba sentirse un poco vivo.

Mientras se bañaban, conversaban haciéndose reír, y Jungsuk aprovechaba a robarle algún que otro beso, lo que hacía que este sonriese.
Una vez que acabaron, Jimin decidió preparar algo para desayunar, pero al darse cuenta de que no tenía nada de lo que le gustaba en la alacena, decidió bajar para ir a la tienda. Jungsuk se había ofrecido en acompañarlo, pero este se negó.

El pelinegro terminó de colocarse la camiseta blanca, pasando los dedos por su cabello húmedo, echándolo hacia atrás aunque volvió a caer por su frente. Tuvo la intención de tomar su celular, pero al escuchar el timbre, arrugó la frente pensando si Jimin no se había llevado las llaves.
Rápidamente se dirigió a la puerta, observándolas en la mesa, por lo que sonrió al pensar en lo olvidadizo que podía resultar ser.

—¡Otra vez te has olvidado las llaves, cariño! —alzó la voz riendo, hasta que abrió la puerta encontrándose con una castaña que abrió los ojos a la par al verlo y tragó con dificultad—. ¿Hyesoo? ¿Qué haces aquí?

—Oh... ¿N-No está Jimin? —balbuceó nerviosa, lo cual llamó la atención de Jungsuk.

—¿Para que lo buscas? —interrogó alzando una ceja.

—Yo... Necesito hablar con él.

—¿Sobre qué?

Jungsuk no sabía porqué, si era por el hecho de que estuvo con sus dos hermanos, el que Jimin haya gustado de ella antes o algo más, pero sentía que el que pareciera tan nerviosa por verlo, no le provocaba nada de confianza, así que agradecía haberse quedado.

—Eso... Eso lo hablaré con él —soltó una risilla algo histérica, intentando actuar normal.

—¿Por qué pareces tan nerviosa, Hyesoo? —examinó con voz suave y una media sonrisa—. No soy ellos.

—No estoy nerviosa.

—¿Segura? Puedo notar que sí —las comisuras de sus labios se estiraban más, ensanchando su sonrisa.

—Creo... Creo que mejor me voy —murmuró jugando con las mangas de su chaqueta.

—Le diré que viniste. Adiós, Hyesoo.

Ella simplemente movió la mano despidiéndose, sintiendo cómo sus latidos parecían acelerados. Y es que, luego de lo que había hablado el día anterior con Jonghyun, sentía que ahora tampoco le daba nada de confianza Jungsuk, por lo que debía contárselo a Jimin.
Mientras que el joven dio un portazo, borrando rápidamente su sonrisa, sintiendo cómo luego de verla, la inquietud se había instalado en su pecho.

Los minutos pasaban, Jungsuk caminaba de un lado hacia el otro, por momentos tirando de su cabello al no poder parar de pensar porqué Hyesoo parecía tan nerviosa de verlo.
¿Jimin le había confesado lo que sucedió entre él y Haesun? ¿Había algo más? No sabía cuál podría ser, pero ambas lograban alterarlo de gran manera, ya que sabía que Hyesoo podría confesárselo sin dudar a su hermano porque estaban juntos.

Al escuchar unos toques en la puerto, la abrió encontrándose con Jimin, el cual tenía dos bolsas cargadas en sus manos. El rubio al verlo no pudo evitar sonreír, acercándose para depositar un beso en su labios.

Se dirigió rápidamente a la cocina dejando las bolsas en la mesada, pero al ver que el pelinegro seguía en la misma posición y parecía bastante tenso, llamó su atención.

—¿Está todo bien, bonito? —preguntó curioso.

—Hyesoo estuvo aquí —respondió provocando que el rubio levantase la cabeza, mirándolo sorprendido—. Vino a buscarte.

—Oh, luego la llamaré —dijo relajado, rompiendo uno de los huevos para llevarlo a la sartén.

—¿Jimin...?

—¿Por qué pareces alterado? ¿Está todo bien? —indagó algo preocupado.

—¿Tú le contaste algo a Hyesoo?

—¿Algo sobre qué? —arrugó levemente la frente y suelta una ligera risa.

—Sobre Haesun y yo. Le contaste algo, ¿sí o no? —examinó acercándose mientras que Jimin soltaba un suspiro.

—No, Jungsuk. No lo hice, ¿está bien? —aclaro limpiándose las manos con un paño—. No soy idiota.

Este pudo relajarse bastante, hasta que notó que ahora el que parecía algo molesto era él. Rápidamente se acercó al rubio que le daba la espalda, pasando las manos por su pequeña cintura mientras depositaba un beso en su mejilla. Luego escondió el rostro en el hueco de su cuello, aspirando su aroma que provocaba que se sintiese embriagado por él, arrepintiéndose por haber actuado de esa forma.

—Lo siento.

—Está bien, Jungsuk —dijo aunque este sabía que no era cierto.

—Jimin, en verdad lo lamento. Es sólo que... entiéndeme —suspiró—. Tengo miedo de que Jonghyun lo sepa. Jamás me atreví a confesárselo a alguien por esa misma razón. No puedo confiar en nadie luego de que Jungkook, mi propio hermano que me juró que no diría nada, me traicionara al decírtelo.

—Pues, si tanto miedo tienes, deberías confesárselo tú —apuntó amargo, volteando a verlo y notando cómo este lo miraba dolido, lo cual hizo que reaccionara a su comportamiento—. Lo siento, es que... Lo siento.

—Está bien.

—No. En verdad lo siento —murmuró arrepentido, pasando los brazos por su cintura para abrazarlo—. No quiero volver a estar mal contigo. Puedes confiar en mí, porque no se lo diré a nadie —aseguró acariciando su espalda—. Perdóname.

—Yo tampoco quiero estar mal otra vez. Tranquilo —dijo con suavidad, depositando un beso en su cabeza—. Estamos bien.

Jimin se sintió más relajado al escucharlo, aferrándose con más fuerza  a él mientras Jungsuk lo envolvía con sus brazos por un momento, hasta que el rubio volvió a encargarse del desayuno antes de que se les hiciese tarde.

—¿Por qué me hiciste esa pregunta? —indagó curioso, Jimin.

—Es que Hyesoo parecía algo... Alterada.

—¿Alterada?

—Eso noté.

—Oh, quizás pasó algo otra vez con Jungkook.

—¿Otra vez? ¿Con Jungkook? —interrogó colocándose a su lado ya que capturó todo su interés, mientras que su novio parecía tensarse—. ¿Qué pasó con él antes?

—N-No... No es nada.

—Jimin, cuéntame...

—No es nada.

—¿Jimin? —este lo miró con el semblante serio—. No debería haber secretos entre nosotros.

—Pero no se trata de mí...

—Sé trata de mi hermano, así que cuéntame.

—Jungsuk...

—Vamos, cuéntame —ordenó, por lo que este bajó la cabeza a la vez que suspiraba―. ¿No confías en tu novio? Acabas de decirme que puedo confiar en ti, así demuéstrame que es así, confiando tú en mí ahora.

—Hyesoo y Jungkook tuvieron un... Momento.

—¿Qué? ¿Cuándo?

—Hace unas semanas, pero yo no sé qué fue exactamente lo que pasó —decidió mentir, sintiendo su estómago revolverse—. Ella no quería fallarle a Jonghyun. Lo juro.

—Vaya...—musitó algo sorprendido.

—Jungsuk...—tomó sus manos para llamar su atención, mirándolo rogante—. Júrame que no dirás nada de lo que acabo de decirte. Júramelo, por favor.

—Tú tranquilo, porque de mi boca no saldrá ni una palabra, cariño —aseguró depositando un beso en su frente.

Jimin sonrió algo aliviado al escucharlo, para así volver a acercarse a preparar al desayuno, aún con algo de culpabilidad. Mientras tanto, Jungsuk intentaba reprimir una sonrisa al haberse enterado de un pequeño secreto de Jungkook, que podría causarle grandes problemas.











(...)







Jungkook se encontraba caminando hacia la entrada, hasta que su mirada se dirigió hacia un lado, observando cómo una castaña rodeaba la Universidad como si estuviese buscando a alguien.
Eso llamó rápidamente su atención por completo, por lo que decidió desviar su camino para seguirla, aunque la voz de su cabeza la gritaba que no era correcto y que debía pensar en Jonghyun. Pero en ese momento, todo su interés estaba en Hwang Hyesoo, por lo que apresuró su paso para así poder alcanzarla.

El pelicorto la tomó rápidamente del brazo, aprisionándola contra uno de los árboles, provocando que jadeara mientras él sonreía de manera ladina, apoyando la mano a un lado de su cabeza. Pues, en los últimos días había intentado seguir acercándose a ella, pero parecía estar tomando una distancia que él no lograba comprender para nada, ya que creía que estaban más que bien y que podría existir alguna oportunidad, aunque se recordaba que la castaña ahora estaba con su hermano, para así no cometer ninguna tontería.

—Siempre tienes que ser tan delicado —habló cínica, a pesar de los nervios.

—Y más cuando se trata de ti —murmuró observando cada centímetro de su rostro, provocando que se tensara.

La fémina observó sus gruesas cejas, el piercing que llevaba en una ceja y la cicatriz a un lado de este, bajando la mirada a sus orbes oscuros que lucían siempre tan vacíos, pero ahora parecían tener un pequeño brillo. Notaba la manera en que parecía observarla, y no pudo evitar bajar la mirada a sus delgados labios, los cuales estaban húmedos por haber pasado la lengua segundos antes, fijándose en el piercing a un costado en el inferior. Pero sentía cómo sus latidos parecían acelerarse porque recordaba lo dicho por Jonghyun, al cual hasta podía sentirlo, pero se decía que era por el temor.

¿Realmente Jungkook fue capaz de traicionar a su hermano? Por lo que le había dicho el pelilargo, no podía evitar sentir que sí.

—¿Qué quieres, Jungkook?

—¿Volvemos a estar mal? —inquirió desconcertado, sintiendo cómo una inquietud se instalaba en su pecho.

—Dime, ¿no estás con Aeri?

Al escuchar su pregunta, se estremeció a la vez que se alejaba, arrugando el rostro porque no comprendía de dónde había sacado eso. Ya siquiera hablaba demasiado con ella, a pesar de que había sido su apoyo esa vez en su casa, pero es que no quería lastimarla. No cuando ahora tenía en claro sus sentimientos.

Hyesoo lo volvía completamente loco.

—¿Jungkook?

Este al escuchar esa voz femenina, se incorporó rápidamente, girando su cabeza a ver a la pelinegra.
Esta los miraba con sus facciones endurecidas y sus manos empuñadas, demostrando su rabia. Hyesoo tragó con dificultad al notar que no apartaba su mirada de ella, como si la detestara.

—Estoy con Jonghyun, así que olvida tus malas intenciones, Jungkook —ordenó rodando los ojos, para así empezar a caminar.

Jungkook giró a ver cómo ella se marchaba, soltando un suspiro de frustración, pero volvió rápidamente su mirada a la pelinegra. Se sentía un verdadero imbécil en ese momento porque podía notar lo decepcionada que parecía, por lo que necesitaba una manera de resolver la situación ya que su corazón se encogía, pese a no poder corresponderle.

—Aeri...

—Olvídalo, Jungkook —dijo decepcionada, comenzando a caminar.

—Hey, ¿a dónde vas? —preguntó rápidamente siguiéndola—. ¡Aeri! ¡Por favor, espera!

—Nunca me lo dijiste —masculló volteando a verlo por un momento antes de entrar a la Universidad.

—Pero escúchame...—frustrado siguió intentando alcanzarla.

—¡Hey, JK! —exclamó una voz masculina.

Este tomó el brazo de Aeri, a la vez que giraba a ver a su mejor amigo, el cual corría para alcanzarlo.
Su respiración era pesada y su cabello castaño rizado estaba desordenado, cayendo por su frente, mirando a su amigo con su particular sonrisa cuadrada.

—Hey, ¿qué sucede?

—¿Piensas entrar a tus clases hoy? Yo terminé y quería ir a beber algo —mencionó con una sonrisa, pero al ver a la pelinegra, arrugó levemente la frente—. ¿Quién es ella? —preguntó por lo bajo.

—Ella es Choi Aeri. Es alguien importante para mí —expresó con una sonrisa mirándola por un momento, notando cómo ella se sorprendía y luego miraba nerviosa al castaño. Este tenía sus ojos abiertos a la par por la sorpresa, pero volvió a mirar a la joven, tomando del brazo a su amigo para acercar los labios a su oreja.

—¿Soy yo a tiene cierto parecido con... Ya sabes quién? —tanteó provocando que Jungkook se separara rápidamente al tensarse, por lo que Taehyung volvió a observar a la fémina—. Oh... ¿Importante?

—Exacto, aunque eso parecía imposible —pasó el brazo por los hombros de ella, observándola.

Ella conectó sus miradas, notando la sinceridad en los suyos, lo que hizo que sintiese cómo la rabia se esfumaba y su corazón se agitaba. En ese momento, se detestaba por haber actuado tan impulsiva, pero es que era algo que estaba volviendo a ella.

—¿De qué forma? No me digas que al fin tienes una verdadera novia —soltó una risilla, por lo que Jungkook rodó los ojos.

—Es mi amiga.

—Soy Kim Taehyung. Mejor amigo del idiota de Jungkook.

—Lo sé. Él me ha hablado de ti —admitió tímida con una media sonrisa, sintiendo una punzada en su pecho que intentaba ignorar.

—Oh, ¿hablas de mí? —preguntó con una sonrisa de picardía.

—Ya, olvida eso. ¿Cómo va todo con tu chica?

Taehyung comenzó a contarle acerca de su salida con la joven que parecía tenerlo hechizado, aunque estaba algo incómodo por la presencia de la fémina. Aeri caminaba junto a ellos, con una pequeña sonrisa en su rostro al seguir siendo abrazada por el pelinegro, el cual escuchaba atento a su mejor amigo.

Ella sólo podía pensar en cuánto deseaba que ese "amiga" que salió de los labios de Jungkook, se transformara en algún momento en un "novia". Pues, con él estaba realmente segura de lo que quería, al contrario de lo que le había sucedido con Jungsuk, que se había obligado a estar con él por sentirse tan agradecida por todo lo que había hecho por ella. Sí había llegado a gustarle en algún momento, pero Jeon Jungsuk no era para nada la clase de chicos que a ella siempre le habían gustado.
Quizás porque siempre lo sintió demasiado inocente, demasiado bueno para ella. Y Jungkook siempre había demostrado ser todo lo contrario. Justo su tipo.











(...)











Hyesoo había acabado sus clases, agradecida porque por momentos había cruzado alguna que otra mirada con Jungkook, sin comprender qué parecía estar pasando con él.
Ahora se encontraba fuera de la Universidad, sentada en una banqueta de madera mientras esperaba que su mejor amigo saliese de su última clase. Estaba exhausta y sólo quería llegar a su casa, sin ganas de volver a ver a Jonghyun luego de lo que este se había atrevido a confesarle.

Había recibido un mensaje de él sobre a qué hora acababa sus clases, el cual no le respondió al saber que seguramente podría querer que se vieran.
Aún intentaba procesar toda la información que recibió, sintiendo una inquietud instalada en su pecho que quizás debía tratarse de temor. Prefería seguir con una venda en sus ojos, creyendo que Jonghyun no sería capaz de algo así, que podía llegar a ser la persona que le entregaría todo lo que siempre deseó al pensar en el amor, porque él había empezado a hacerle bien, a enamorarla, pero ahora cada vez que pensaba en él sentía miedo.

Quería alejarse, pero a la misma vez recordaba su promesa y de lo que podía llegar a ser capaz, por lo que prefería intentar fingir que todo estaba más que bien entre ellos.

—¡Aquí estoy!

Al escuchar esa voz masculina, no pudo evitar sobresaltarse al haber estado perdida en sus pensamientos, lo que hizo que el rubio soltase una risotada mientras que ella se levantaba suspirando.

—Qué buen humor —comentó cruzándose de brazos.

—Y tú qué malhumor.

—¿Por qué tanta sonrisa? —pregunto curiosa.

—Oh... ¿Qué puedo decirte? —soltó una ligera risa, sintiendo sus mejillas arder al recordar—. Tuve una muy buena mañana con Jungsuk, ¡y hasta me confesó que me ama! —exclamó emocionado.

Ella no pudo evitar tensarse, ya que antes le hubiese pedido detalles sin dudar, porque adoraba ver a su mejor amigo bien y que le contase sobre cómo iba todo con Jungsuk. Pues, le encantaba la pareja que hacían, y el pelinegro se le hacía un buen novio para su amigo, porque por lo poco que lo conocía, estaba segura de que no era cómo sus hermanos. Pero ahora, luego de saber lo que podía llegar a esconder y de haberlo visto en la mañana, el tan sólo escuchar su nombre, provocaba que sintiese su estómago revolverse y cómo aquella inquietud se intensificaba.

—Hey, ¿por qué esa cara? ¿Qué te sucede hoy? ¿Pasó algo con Jungkook? —interrogó preocupado acercándose.

—Creo que cometimos un grave error.

—¿Otro más? ¿A qué te refieres? —frunció el ceño.

—Jamás debimos acercarnos a ellos, Jimin. Tenías toda la razón —murmuró observando hacia la entrada por temor de ver a alguno de los trillizos.

—¿Qué? ¡Explícate, Hyesoo! —exigió frustrado.

—Jonghyun... Jonghyun ayer me confesó tanto —explicó nerviosa—. No puedo sacarme de la cabeza todo lo que me ha dicho. Ahora me siento asustada.

—¿Qué rayos te ha dicho? —la tomó de los hombros para que dejase de moverse, ya que sólo lograba ponerlo nervioso también a él.

—N-No sé cómo decírtelo...

—¡Sólo habla! ¡Me estás poniendo de los nervios, Hyesoo!

La fémina sentía sus latidos acelerados mientras mordía el interior de su mejilla, intentando mantener la calma y así poder soltar las palabras. Pero es que el ver los ojos mieles de su mejor amigo, el pensar en cómo podía llegar a romper su corazón, quizás de alguna manera, porque este veía a Jungsuk como el hombre perfecto, provocaba que se sintiese mal consigo misma por hacer algo como eso. Y es que no era capaz de mantenerse callada, porque se trataba de algo importante que él debía saber, para así bajar de aquel pedestal a Jungsuk.

—Puede... Puede que Jungsuk haya sido un posible amante de Haesun —soltó con voz temblorosa.

Jimin sintió cómo si un balde de agua fría le cayese encima, ya que jamás se esperó que ella pudiese soltarle eso. No pudo evitar tensarse mientras desviaba la mirada, por lo que Hyesoo arrugó levemente la frente, porque se había esperado muchas reacciones de su parte, pero en ninguna actuaba tan tranquilo.

—¿Por qué no pareces tan sorprendido? —examinó observando cómo este masajeaba su nuca—. Park Jimin, ¿tú lo sabías? ¡¿Tú lo sabías y me lo ocultaste?!

—Hyesoo...

—¡¿Qué carajos?!

—¡Era un secreto! ¡Se supone que siquiera Jonghyun lo sabía!

—¿Q-Qué rayos...?

—Me enteré hace apenas unos días...

—¿Y estás más feliz que nunca con él? —cuestionó desconcertada, arrugando el rostro.

—Hyesoo...

—Entonces, ya no es necesario que te cuente que Jungkook también pudo ser otro amante de Haesun, y que ya confirmé que sí estoy saliendo con un maldito asesino —masculló sintiendo cómo la rabia y el miedo la envolvían—. ¡Porque tú todo eso ya lo sabes y jamás me lo dijiste para alejarme a tiempo de él!

—Espera, ¿qué carajos acabas de decir? —preguntó sintiendo cómo se le dificulta procesar la información.

—¿Eso no te lo dijo tu Jungsuk?

—¿Hyesoo?

Estos al escuchar aquella voz femenina, voltearon rápidamente sobresaltados, encontrándose con la pelinegra que se acercaba a ellos. Jimin, al verla, no pudo evitar endurecer sus facciones ya que sabía que Jungsuk todavía tenía una debilidad por ella, lo que seguía provocando su molestia. Mientras que la castaña, al verla arrugó levemente la frente por lo extraño que se le hacía porque Aeri nunca se le acercaba.

—¿Sucede algo? —se acercó desconcertada, lo que Jimin también lo hizo, pero con sus facciones endurecidas.

—Sólo quiero pedirte que dejes de buscar a Jungkook —enfrentó su mirada mientras que Hyesoo no pudo evitar reír sorprendida.

—¿Disculpa?

—Lo que has escuchado, Hyesoo.

—Escucha, Aeri...—intervino Jimin, acercándose más a ella—, a quien debes pedirle eso es a tu novio. Es él quien la busca.

—Sé muy bien que follaron hace poco, y que no te importó Jonghyun, así que eso tampoco habla bien de ti —apuntó pasando de Jimin, el cual al escucharla tragó con dificultad mientras que Hyesoo parecía atónita—. Sólo déjalo en paz, porque ahora está conmigo. Tú deberías intentar mejorar tu relación con Jonghyun.

Hyesoo observó cómo ella volteó para comenzar a caminar, mientras que sentía su sangre hervir por sus palabras, sin poder creerse que supiese algo como eso. Detestaba pensar en que tenía razón, pero a la misma vez sabía que ahora era Jungkook el que la buscaba.

No detestaba a Aeri por su comportamiento, ya que entendía perfectamente las inseguridades que podría provocarle alguien cómo él.

—¡Ten cuidado con él, Aeri! —advirtió provocando que ella se detuviera y volteara a verla.

—Tú no lo conoces como yo, Hyesoo.

—Créeme que lo conozco mejor que tú —aseguró acercándose a ella, la cual sonreía amarga.

—¿Qué puedes saber que yo no? —cuestionó cruzándose de brazos.

—¿Le has preguntado sobre Haesun? —examinó con una sonrisa amarga al igual como la miraba ella.

—¿Qué?

—Pregúntale sobre lo que sucedía entre ellos. Es más, pregúntale sobre la última noche de ella —al animó acercando sus rostros—. Tú no sabes quién puede llegar a ser verdaderamente, o sí, pero sólo estás cegada. Créeme que te entiendo, pero es mejor que te mantengas alejada de alguien así antes de que sea tarde, Aeri.









(...)









Jungkook observaba a Aeri, la cual miraba por la ventana de su departamento, pareciendo estar perdida en sus pensamientos, lo que llamaba por completo la atención del pelinegro. Pues, este al acabar sus clases, no dudó en escribirle ya que sabía que ella había acabado las suyas y se encontraba en su departamento.
No tenía ánimos como para ir a su casa sabiendo que sentiría la mirada de pena de su hermano, y que cuando su padre llegara, también la de él. Pensaba que su vida estaba lo suficientemente jodida, que siempre se sentiría miserable, y quería buscar alguna manera de poder ser feliz, pero cada cosa que intentaba, le hacía saber que nada jamás le bastaría.

Este suspiró sacudiendo su cabeza para empezar a acercarse a Aeri, pero una vez que a paso lento llegó a su lado, ella giró a verlo, lo que hizo que pudiera notar que parecía intentar descifrarlo, y eso le desconcertaba.

—¿Qué sucede?

—Nada.

—Aeri, desde que he llegado aquí que estás extraña —recalcó alzando una ceja—. Dime qué sucede.

—¿Sigues teniendo sentimientos por Hyesoo? —preguntó enfrentando su mirada, notando cómo este se sorprendió por su pregunta.

—¿Qué? ¿Por qué me preguntas algo como eso?

—Sólo tienes que responder sí o no —volteó para comenzar a caminar  mientras escuchaba a este reír histérico, llevando las manos a su cabeza.

—Aeri, eso no importa...

—Sigues sin responder.

Soltó un suspiro dirigiéndose al sofá para tomar asiento ya que estaba sintiéndose demasiado tenso, porque no le gustaba para nada cómo ese día Aeri parecía no dejar de hacerle escenas por Hyesoo, aunque tenía más que buenas razones, pero no eran nada más que amigos, así que lo ponía histérico.

—Aeri, si los tengo eso no importa. Lo que importa es que tú entiendas que no puedo corresponderte —puntualizó intentando sonar calmado mientras ella giraba a verlo con la ceja alzada, acercándose.

—No puedes tenerlos.

—¿Por qué?

—Porque ella está con Jonghyun —recalcó intentando no sonar exaltada, y él parece tensarse.

—Claro que sé eso. Lo nuestro fue sólo sexo —aclaró con algo de dificultad por la incomodidad.

Jungkook podía notar cómo ella parecía intentar descifrar si estaba mintiéndole o no, sintiendo cómo la tensión crecía al punto de ser asfixiante.

—Jungkook...—murmuró acercándose más, colocándose a horcajadas, lo que hizo que él abriera los ojos a la par por la sorpresa.

—¿Qué carajos haces, Aeri?

—¿Aún sigues deseándola de esa manera? —preguntó preocupada, tomándolo del rostro para intentar buscar la respuesta en su mirada.

—Ya te dije que fue sólo sexo. Y ya, quítate, ¿está bien?

—P-Pero...

—Eres importante para mí, muñeca —aseguró con una media sonrisa, llevando la mano a su barbilla—. No quiero lastimarte, pero necesito que entiendas...

—No tienes de qué preocuparte...

Él quiso relajarse al escucharla, pero esta vez lo sorprendió por la manera intensa en que comenzó a besarlo.
Los pomposos labios de ella hacían presión sobre los suyos, obligándole a que le diese acceso a su boca, lo cual aceptó sintiendo su pecho arder.
No entendía porqué estaba accediendo, pero sus lenguas comenzaron a luchar por el dominio, y la pelinegra se apegaba más a él.
Podía sentir su calor corporal, la manera en la que pasaba sus brazos alrededor de sus anchos hombros, llevando las manos a su corto cabello.

Jungkook estaba sorprendido ya que jamás había hecho algo así, pero no podía evitar dejarse llevar.
Rompieron el beso por un momento para tomar aire, él creyendo que ya había acabado, pero al contrario, ella volvió a besarlo. Era sorprendente, pero no iba a decir que le disgustaba, porque disfrutaba de la manera en que lo besaba como si lo necesitara.
Él recorría su boca con la lengua, sintiendo cómo se le aferraba más, pero cuando se presionó, este se estremeció, por lo que la tomó de los brazos para separarla.

—¿Q-Qué haces, Aeri? ¿Qué intentas? —preguntó entrecortado por la falta de aliento a causa de los besos intensos.

—¿No quieres? —frunció el ceño, sintiendo sus mejillas arder por la vergüenza.

—No quiero que hagas ésto solamente porque crees que podría fijarme en ti —aclaró molesto.

—N-No es así...

—No tienes que mentirme. Tú no eres así —aseguró intentando alejarla, pero ella no se lo permitía

—No te enojes conmigo...

—No estoy enojado, pero ya es suficiente, Aeri. No hagas ésto. No está bien.

—No me alejes, por favor —suplicó angustiada, lo que provocó que él dejara de ejercer fuerza en sus brazos para alejarla—. Jungkook, por favor...

—Está bien. Está bien —repitió por lo bajo y soltó un suspiro intentando poder relajarse para hablarle—. No estoy enojado contigo.

Aeri se aferró rápidamente a él, sintiendo cómo segundos después, Jungkook la envolvía con los brazos con algo de fuerza, haciéndole saber que sus palabras eran ciertas.
Eso ayudaba a que se relajara, pero seguía con aquella inquietud en su pecho, por lo que levantó un poco la cabeza para verlo. Él se encontraba con sus ojos cerrados, su respiración más tranquila, pero ella comenzó a repartir besos por su mentón haciendo que se tensara.

—Aeri...

—Quiero avanzar un poco más —confesó por lo bajo, lo que hizo que él abriera los ojos a la par y bajara la cabeza para verla—. Tú me das confianza para poder hacerlo.

—¿A qué te refieres?

Al contrario de responderle con palabras, volvió a juntar sus labios, siendo correspondida por un Jungkook que estaba bajando completamente la guardia. Este llevó la mano a su rostro, profundizando más el beso mientras la otra mano la pasaba por su cintura, volviendo a apegarla a él.
El empezar a sentirse deseada por Jeon Jungkook, provocaba que aquellas inseguridades comenzaran a desaparecer y que sintiese que era capaz de corresponderle a sus sentimientos.

Aeri estaba dejándose llevar por una manera que no se esperaba, pero es que el que la besara llegando a ser salvaje, su manera de tomarla, provocaba que no pudiese pensar con claridad. Estaba siendo esclava de sus impulsos, al punto de comenzar a presionarse contra él nuevamente.
Un sonido involuntario escapó de su garganta mientras, Jungkook, algo inseguro bajaba lentamente las manos, pero al no saber cómo podría tomárselo, volvió a subirlas. Para su sorpresa, Aeri llevó las manos a las suyas para así bajarlas hasta su trasero, por lo que este sonrió por un momento, pero volvió a juntar sus labios sintiéndose más tranquilo.

Aeri seguía presionándose, sintiendo cómo un cosquilleo bajaba por su vientre y más intenso cuando Jungkook apretó su trasero, haciendo que se presionara con más fuerza.
Un gemido escapó de sus labios, aumentando sus movimientos, y Jungkook intentaba que pudiese sentirlo más porque eso ya no le bastaba y a ella tampoco.

—¿Puedes quitarte el pantalón? —preguntó entrecortado.

—¿Qué?

—Sólo el pantalón, y yo también lo haré—explicó entre besos—. Es para sentirnos más. Va a gustarte, muñeca.

La fémina sintió cómo los nervios empezaban a invadirla, pero el hecho de pensar en sentirlo más, le gustaba. Insegura se levantó sintiendo sus piernas temblar, pero aun así, obedeció.
Cuando él pudo ver sus bragas de encaje blancas, sus muslos gruesos y pálidos, tragó con dificultad, porque en ese momento quería abalanzarse sobre ella para besarla y poder hacerla suya, pero al notar cómo su rostro se encontraba enrojecido por la timidez, se desabrochó los pantalones.

Al bajárselos hasta las rodillas, permitiendo que ella pudiese notar su erección por los bóxers blancos, volvió a mirarla. Ella aún temblorosa se acercó, sintiendo cómo este pasaba las manos por su cintura, para así ayudarla a colocarse a horcajadas otra vez.
Jungkook llevó la mano a su barbilla para rozar sus narices por un momento, hasta que volvió a juntar sus labios.
Los nervios iban esfumándose, por lo que volvió a pasar sus brazos alrededor de sus hombros, dejándose llevar. Jungkook pasó las manos por sus piernas desnudas, sintiendo lo suave y cálida que era su piel, hasta que volvió a colocar las manos sobre su redondo trasero, gruñendo al apretarlo, provocando que ella se presionara. Gimió estremeciéndose al sentir lo duro que se encontraba, pero eso sólo provocó que quisiese volver a repetirlo.

Comenzó a restregarse con más fuerza y rapidez, mientras que este enterraba los dedos en sus nalgas, controlando un poco sus movimientos. Podía escucharla gemir sobre sus labios, sintiendo cómo empezaba a descontrolarse por el placer, lo que provocaba que tuviese cerrar los ojos, diciéndose que debía mantener el control. Pero la realidad era que, por primera vez, deseaba más que nada poder estar dentro de ella.
Jungkook gruñó comenzando a mover sus caderas, intentando sentirla más, lo que la hacía gemir por lo alto a la vez que tiraba de su cabello.

Su feminidad parecía arder por la fricción, pero a la misma vez sentía un gran placer, por lo que aumentó más los movimientos. La forma en la que le gemía cerca del oído, tirando de su cabello y cómo su humedad se traspasaba, no lo ayudaba para nada al pelicorto, por lo que enterró los dedos en su trasero volviendo los movimientos más duros.

—¡M-Me encanta, Jungkook! —confesó entre gemidos.

—Estás volviéndome loco, Aeri —murmuró soltando un gruñido.

—¡Ah! Sigue haciéndolo así.

Este no dudó en obedecer, fingiendo embestidas más duras mientras ella tiraba de su cabello con más fuerza, chillando al sentir cómo alcanzaba su orgasmo. En ese momento, sus piernas parecían temblar y tomó una gran bocanada de aire, para luego apoyar la cabeza en el hombro de este que gruñía.
Su miembro palpitaba y dolía por las ganas de sentir cómo su vagina podría llegar a apretarlo, pero se decía que debía seguir manteniendo el control.
Suspiró inclinando su cabeza hacia atrás mientras cerraba los ojos, decidiendo contar para no seguir perdiéndose en la imaginación, lo cual no le ayudaba para nada.

Cuando ambos sentían que habían logrado recuperar el aliento, y Jungkook logró hacer a un lado aquellos pensamientos, ella comenzó a acariciar su cabello. Lo tomó de la barbilla, él observando sus mejillas sonrosadas por la timidez, pero ella aún así dejó un beso sobre sus labios.
El que él no hiciese nada que demostrase rechazo, logró que la fémina se relajase y sonriese, volviendo a juntar sus labios en otro pequeño beso. Pero mientras más lo observaba, era cómo si también lograra recordar más las palabras de Hyesoo, y Jungkook notaba cómo volvía a encontrarse otra vez tensa, lo que hacía que la frustración volviese a él.

—¿Qué sucede ahora, Aeri?

—N-No es nada...

—Dime. No me gusta estar así contigo —pronunció con suavidad.

—No quiero que llegues a enojarte conmigo —mencionó con temor.

—Hey, no me enojaré contigo. Además, por más que lo he intentado, no me sale al tratarse de ti, muñeca —le regaló una sonrisa tranquilizadora.

—Promete que no vas a enojarte conmigo.

—Lo prometo.

—E-Está bien. Necesito que me respondas algo.

—Dime.

—¿También ha pasado algo entre Haesun y tú? —interrogó con algo de temor, observándolo fijamente.

Al escucharla sintió cómo un escalofrío recorría su espina dorsal mientras sacaba las manos de su cintura. Aeri, por más que lo intentaba, no podía descifrar su manera de mirarla, porque sus ojos la mayoría de veces lucían vacíos, y esta vez, no era la excepción.

—¿J-Jungkook...?

—¿Por qué demonios me preguntas algo como ésto?

—Porque... Porque empecé a sentir curiosidad. Si ella estuvo con Jungsuk...

—No quiero hablar sobre ésto.

—¡Pero necesito saber! —exclamó desesperada, notando cómo su respiración se volvía pesada—. Al menos dime lo que pasó antes de que ella despareciera...

—¡No sé qué rayos pasó, Aeri!

—T-Tú estuviste allí...

—¡¿Dé donde carajos has sacado eso?! —preguntó entre dientes, tomándola bruscamente del brazo para acercar sus rostros, provocando que ella lo mirase asustada porque, por primera vez, sentía lo peligroso que podía ser él—. ¡Dime!

—J-Jungsuk me lo dijo...—decidió mentir, porque recordaba perfectamente que cuando intentó hundir a Hyesoo, sólo logró que Jungkook y ella follen. No iba a equivocarse otra vez cuando sus celos están ganándole.

—¡¿Qué más te dijo ese imbécil?! ¡Responde!

—¡Nada más! ¡Lo juro!

—Llegué muy tarde, así que no se qué rayos te ha dicho ese imbécil. Además, si hubiera sentido algo por ella, ¿no crees que me hubiera obsesionado contigo como hizo él? —cuestionó alzando una ceja, para luego hacerla a un lado bruscamente y levantarse para subirse los pantalones.

—¡¿Qué haces?!

—¡Me marcho! ¡¿No es acaso obvio o ahora eres estúpida?! —preguntó entre dientes.

—Dijiste que no te molestarías, y ahora hasta me insultas —musitó angustiada con sus ojos cristalinos.

—Pues, ¿qué crees? —giro su cabeza para verla con cinismo—. Jamás cumplo mis malditas promesas, y contigo no va a ser la excepción.

Este, sin más, comenzó a caminar hacia la puerta, escuchando sus desesperados llamados, pero su enfado en ese momento era muchísimo mayor como para poder pensar con claridad.
No quería recordar, no quería sentir cómo la ira volvía a invadirlo sin importarle absolutamente nada.










(...)







Jonghyun sentía su sangre hervir al haber buscado a su novia por toda la universidad, y al enviarle un mensaje de texto que no fue respondido, por lo que decidió buscarla en su departamento.
Se decía que debía relajarse, lo cual se le estaba dificultando demasiado, así que inhaló y exhaló intentando no seguir recordando, para luego darle unos toques a la puerta. Esta no tardó demasiado en abrirse, por lo que Jonghyun empuñó las manos esperando ver a la castaña, pero al encontrarse con el padre de ella, sonrió falsamente.

—Oh, Jonghyun, qué sorpresa —sonrió colocándose el reloj en la muñeca—. ¿Qué haces aquí? ¿Vienes a ver a Hyesoo?

—Buenas tardes, señor —saludó intentando sonar normal—. ¿Está aquí?

—Sí, llegó hace una hora —asintió, por lo que Jonghyun mordió el interior de su mejilla—. Pasa. Ya debo marcharme.

—Oh, está bien.

—Por favor, dile a Hyesoo que no me espere para la cena —volteó a verlo al salir y le sonrió—. Adiós, Jonghyun.

—Claro. Adiós, señor Hwang —le devolvió la sonrisa, aunque falsa, para luego borrarla rápidamente al cerrar la puerta.

Tomó una bocanada de aire, intentando mantener la calma e ignorar cómo parecía tener un incendio en medio del pecho por la ira acumulada. Al sentirse un poco más tranquilo, exhaló comenzando a caminar hacia la habitación de la castaña.
En cuanto estuvo frente a la puerta blanca, siquiera fue capaz de tocar, tan sólo abrió para entrar, observando cómo ella que se encontraba sentada en la cama con la notebook y un cuaderno al lado de ella, la cual se sobresaltó al verlo y escuchar cómo daba un portazo. El rostro del pelinegro podía demostrar lo molesto que estaba, lo que hizo que sintiese un escalofrío recorrer su espina dorsal al encontrarse con aquella mirada tan oscura.

—J-Jonghyun, ¿qué haces aquí? —preguntó temerosa, dejando la notebook en la mesa de noche.

—Tu padre acaba de marcharse y dice que no lo esperes para cenar —mencionó intentando sonar relajado, pero con cada paso que daba parecía que los nervios de Hyesoo aumentaban.

—P-Pero ¿qué haces aquí?

—¡¿Por qué demonios hoy Jungkook se ha acercado a ti?! —examinó entre dientes, tomándola bruscamente de los brazos haciendo que se levantara de la cama, chillando de la sorpresa—. ¡¿Por qué dejaste que se acerque a ti de esa forma?! ¡Responde!

—¿D-De qué hablas?

—¡¿Crees que no los vi?! ¡Te vi desde la ventana cuando estaba en clase! —confesó sacudiéndola—. ¡Dime porqué! ¡Dímelo!

—Por favor, relájate —suplicó con voz temblorosa y los ojos cristalinos.

—¡No me hagas perder más la paciencia y responde! ¡¿Te ves con él a escondidas?!

—¡Suéltame, por favor! ¡Me lastimas! —exclamó ahogando un sollozo, sintiendo cómo su piel ardía por la fuerza ejercida.

—¡No te soltaré hasta que me digas la verdad! ¡Dime porqué demonios ahora pareces no odiar a mi hermano!

—¡Dije que me sueltes! —gritó sacando las fuerzas necesarias para poder empujarlo, provocando que este la suelte y retroceda. Rápidamente ella rodeó la cama para alejarse, sintiéndose aterrorizada mientras Jonghyun la observaba con su pecho subiendo y bajando de manera violenta, empuñando las manos—. ¡No te vuelvas a acercar a mí! —ordenó al ver cómo este daba un paso hacia adelante con la intención de hacerlo—. ¡Aléjate!

—¿Por qué? ¿Ahora me tienes miedo? —examinó alzando una ceja, volviendo a dar pasos hacia adelante, observando cómo ella se abrazaba a sí misma intentando contener el llanto.

—¡Vete! ¡Vete, por favor!

—Sólo quiero que respondas de una maldita vez —masculló tomándola del brazo, aprisionándola contra la pared provocando que su espalda chocara y jadeara por el dolor, mirándolo con lágrimas brotando y temblando de miedo—. Sólo te gusta ser tratada así cuando es Jungkook el que lo hace, ¿verdad?

—¡Estás loco! —escupió intentando empujarlo.

—¡Tú me pones de esa forma al no contestarme! —replicó volviendo a empujarla contra la pared, haciéndola chillar—. ¡Dime de una vez qué te traes con Jungkook!

Jonghyun se había dicho a sí mismo que cambiaría, que en su relación con Hyesoo sería amabilidad, dulzura, pero quizás la oscuridad no podría jamás esfumarse. Aquella oscuridad que era él mismo. No tenía paz, ni descanso producto de los celos, la ira, la amargura de sentir cómo la historia parecía repetirse.
El tan sólo recordar cómo al estar en clase miró hacia la ventana pudiendo ver a Jungkook y a Hyesoo, la cercanía, la manera en que la tomaba, provocó que volviese a ser el Jonghyun del pasado. Estaba volviéndose a ahogar en sí mismo sin ser capaz de pensar con claridad, tan sólo dejándose llevar por todo lo que estaba sintiendo, aunque sabía lo peligroso que fue en un pasado.

—¡Déjame en paz! ¡Suéltame, idiota! —exigió intentando zafarse de su agarre.

—¡Te comportas como ella!

—¡Púdrete!

—¡Eres tan perra...! —escupió enfurecido cuando ella logró soltarse, pero fue sorprendido recibiendo una bofetada de ella que le hizo girar el rostro.

—¡Vete al demonio, Jonghyun!

Este llevó su mano temblorosa a su mejilla enrojecida, sintiendo su piel arder y cómo un cosquilleo recorría su cuerpo, mientras su pecho subía y bajaba por la respiración pesada. Hyesoo tragó con dificultad cuando este volvió a conectar sus miradas, y pudo notar cómo sus orbes parecían haberse oscurecido aun más.

—V-Vete de mi departamento —ordenó temblorosa, arrepintiéndose por completo al no comprender su manera de mirarla.

—Vuelve a hacerlo —bajó la mano, permitiendo que ella viera su mejilla enrojecida.

—¿Q-Qué?

—Hazlo otra vez.

—¡No! ¡Quiero que te vayas! —exclamó histérica—. ¡Ya no quiero estar contigo! ¡Vete!

En ese momento, Jonghyun volvió a acercarse peligrosamente a ella, por lo que Hyesoo al sentir miedo de lo que pudiera hacerle, acabó obedeciendo a lo que le pidió anteriormente. El rostro del pelilargo giró hacia el lado contrario esta vez, ella sorprendiéndose cuando pudo escucharlo jadear llevando la mano a esa mejilla que ahora también estaba enrojecida.

Esta vez, cuando sus miradas volvieron a conectarse, la fémina logró descifrar lo que estaba sintiendo. Lujuria.
Jonghyun estaba sobreexcitándose y no sólo por todas las emociones que anteriormente estaban dominándolo, sino también por la manera de actuar de la castaña, por cómo se había atrevido a abofetearle provocando que los recuerdos lo invadieran.
Si la historia estaba repitiéndose, Jonghyun ahora quería que se repitiera la manera en la que acababan follando despreocupados, con furia y con fuerza, a golpes y a besos, sin disculpas ni pretextos. Aunque ahora se tratara de Hwang Hyesoo, y no de la joven que lograba envenenarlo.

—¡¿Qué haces?! ¡No me...!

Hyesoo no fue capaz de terminar de hablar al sentir los delgados labios del pelinegro sobre los de ella. La besaba con fuerza, aferrándose a su cintura para apegarla a su cuerpo y así sentir su calor corporal, mientras introducía la lengua en su boca, explorándola, a pesar de que ella tenía sus manos en el pecho para intentar apartarlo.

—¡Estás enfermo! —gritó al lograr apartarlo, y pasó las manos por sus labios—. ¡No te acerques a mí!

Hyesoo no lograba comprender cómo sus palabras o lo que hacía no lograba que este volviera a enfurecer o se alejara sino, al contrario, parecían motivarlo mucho más. Jonghyun la tomó de la nuca para volver a besarla con hambre, con necesidad, y ella dejara de intentar separarlo al sentir cómo la tomaba con fuerza entre sus brazos para impedirlo.
La fémina bajó la guardia, moviendo su lengua con la misma lujuria y pasando los brazos por sus anchos hombros, entregándose por completo a él.

Sus dientes chocaban por aquel beso profundo, húmedo y lleno de lujuria, olvidándose completamente de todo, pensando únicamente en el deseo que sentían. Hyesoo bajó las manos a sus pectorales, por lo que él no dudó ni un segundo en romper el beso para quitarse la camiseta, provocando que ella quedase embelesada al ver su torso musculoso, los tatuajes que cubrían sus brazos. Pero este no se quedó solamente así, al contrario, comenzó a deshacerse de toda su ropa quedando solamente con sus bóxers negros, permitiéndole a ella notar su prominente erección.

La fémina jadeó cuando volvió a aproximarse a ella de manera enorme y peligrosamente, haciéndole sentir más pequeña y débil. Sus lenguas chocaron, entrelazándose, mientras las manos temblorosas de ella pasaban por el pecho desnudo de Jonghyun, pero este la hizo dirigirse hacia la cama, echándola de manera brusca sobre esta, provocando que jadeara por la sorpresa.
Rápidamente se colocó sobre ella, volviendo a besarla con intensidad mientras introducía las manos por su suéter, sintiendo cómo se estremecía ante su tacto cálido. Subió hasta sus senos al no tener sostén, amasando con algo de fuerza uno, pellizcando el pezón, escuchando cómo hacía un sonido involuntario con la garganta mientras tiraba con fuerza de su cabello, haciéndole gruñir de satisfacción.

Ella rompió el beso para quitarse el suéter junto a la camiseta, por lo que Jonghyun le quitó los pantalones de algodón, observando sus bragas negras. Los labios de este se dirigieron a su cuello, besándolo, lamiendo y succionando, presionando su erección contra el sexo de ella.
Hyesoo gemía y arqueaba la espalda, buscando poder sentirlo más, empuñando nuevamente su cabello con fuerza para así obligarlo a que la besara, lo que hizo que este sonriera de manera perversa.

Entre besos y caricias, acabaron deshaciéndose de su ropa interior, Hyesoo inclinándose hacia el cajón de la mesa de noche para pasarle un condón a Jonghyun, el cual se lo colocó rápidamente bajo la atenta mirada de ella. Al volver a juntar sus labios, este la sorprendió cuando la hizo colocarse sobre él, robándole un chillido por la sorpresa.

—Necesito ver tu hermoso cuerpo saltando sobre mí, mi amor —dijo con voz profunda en su oído, escuchándola gemir al sentir la punta de su miembro rozarle la entrada.

Hyesoo lo rodeó bien con sus piernas, besándolo de manera erótica, sintiéndose más que nunca adicta a los besos de Jonghyun, el cual se enterró con violencia, provocando que ella rompiera el beso al chillar por el dolor mezclado con el placer de sentir cómo su carne iba abriéndose con algo de dificultad ante su duro miembro. Este gruñó ante la sensación de su caliente y estrecha vagina, comenzando a moverse mientras sentía cómo se aferraba a él, inclinando su cabeza hacia atrás.
Al verla en esa posición, inclinó su cabeza hacia adelante para buscar sus senos, lamiéndole los pezones, por lo que la castaña jadeaba sintiéndolo cada vez más profundo, moviéndose ambos enloquecidos por el placer.

Hyesoo empuñaba su cabello con fuerza, haciéndole gruñir, obligándolo a juntar sus labios.

—Dime cuánto me repudias —ordenó entrecortado por su respiración pesada, volviendo a besarla, aunque ella parecía confundida por lo que le pedía—. Dime cuánto me odias. Dime que odias sentirme.

—Jonghyun...

—Hazlo, por favor —pidió desesperado de manera casi inaudible.

—N-No haré eso.

—Por favor...—gimoteó sobre sus labios—, necesito escucharlo.

—¿Por qué necesitarías eso? —preguntó confundida, abrazándolo con más fuerza, deseando poder centrarse tan sólo en el placer que le generaba.

—Hazlo —murmuró en su oído—. Necesito escucharte decírmelo.

Jonghyun cerraba los ojos, recordando la manera en la que antes lo hacían con Haesun, cómo ella lo incitaba, lo excitaba y lo torturaba con sus palabras.
Disfrutaba cuando lo humillaba, lo dominaba, poder probar cada bocado de ella, demostrarle cuánto disfrutaba ser dominado por ella, para así poder ver en sus ojos la excitación, lujuria y deseo, que le permitiera saber que también la tenía a su merced. Era así, por más que luego acabara con su corazón destrozado, hasta preguntándose si sus palabras en realidad era ciertas, porque en sus ojos sólo podía ver lujuria y no amor. No el mismo que él tenía por ella.

—Jonghyun...

—Está bien para mí. Hazlo —notó la inseguridad en su mirada al no saber si era buena idea o qué podría decir, pero quería complacerlo, por lo que este juntó sus labios haciéndole saber que estaba bien—. Sólo hazlo.

Hyesoo se preguntaba cómo era posible que pudiese pedirle que le dijera ese tipo de cosas mientras follaban, porqué tenía una necesidad cómo esa. Pensaba en qué podía decirle, qué tipo de cosas se decía, pues jamás había hecho algo cómo eso y no quería llegar a herirlo, aunque eso parecía que era justamente lo que Jonghyun quería.
Este seguía embistiéndola, pero podía notar en su mirada la manera en que le suplicaba que dijese lo que tanto necesitaba.

—¿Crees...? ¿Crees que puedes hacerme sentir algo? —preguntó algo insegura mientras él conectaba sus miradas, endureciendo sus facciones—. No me generas nada más que asco. Estás tan necesitado de atención, Jonghyun, y nadie quiere acercarse a ti porque estás enfermo —Jonghyun comenzó a empujar su miembro con fuerza dentro de ella, aumentando sus movimientos, provocando que ella tuviera que ahogar los gemidos—. ¡Sí! ¡Estás muy mal de la cabeza!

Los dedos de Jonghyun se enterraban con fuerza en la piel pálida de la fémina, por lo que seguramente quedarían marcas, pero a ninguno parecía importarle. El crujido de la cama hacía armonía con el golpeteo de sus pieles, al igual que los sonoros gemidos, por más que ella mordía su labio inferior para callarlos, lo que sólo motivaba más al pelinegro. Las manos de él recorrían su cintura, bajando hasta su trasero, abriéndole las nalgas mientras su miembro salía y entraba con más fuerza.

Hyesoo sentía que estaba volviéndola loca por la manera en que arremetía con ferocidad, por lo que también estaba motivándola, sin pensar en absoluto.

—¡Sólo eres un jodido miserable!  ¡Jamás...! ¡Ah! ¡Jamás podrás follarme tan bien como hizo él! —gritó siendo invadida por el orgasmo que sacudió su cuerpo por completo—. Oh, ¡mierda! ¡Jonghyun!

—¡Maldita zorra! —llevó la mano a su cuello, haciéndola chillar cuando con facilidad la hizo recostarse en la cama—. ¡Te demostraré que soy mejor que él!

El cuerpo de Jonghyun cubría el suyo, dejando caer su peso, provocando que Hyesoo quisiera chillar al sentirse asfixiada por esa razón, además de que seguía tomándola del cuello, pero giró con algo de dificultad su cabeza para intentar tomar una bocanada de aire, sin ser capaz de asimilar cuándo este volvió a enterrarse con profundidad y rapidez haciéndole gritar.
Su grande cuerpo la tenía aprisionada y su miembro la tenia a su merced, siendo duro con cada golpe, logrando enloquecerla aunque estaba doliéndole.

Podía escuchar cómo le gruñía en el oído, el golpeteo de sus cuerpos, dejándose llevar otra vez aunque él ya no estaba siendo nada complaciente, sino al contrario, quería verla completamente necesitada de él.
Un chillido escapó de sus labios al sentir los dientes de él en su cuello, mordiendo con fuerza por un rato, para luego lamer y besar, siendo una mezcla de dolor y placer, aunque al separarse podía sentir tan sólo el ardor de la mordida.

Jonghyun quitó la mano de su cuello para bajarla a su feminidad, sintiendo cómo le empapaba los dedos con los fluidos, pero aún así los llevó a su punto sensible. Hacía movimientos circulares, sobreestimulándola, por lo que un par de embestidas bastaron para que ella se retorciera siendo invadida por otro orgasmo, esperando que él decidiera acabar porque sentía que el dolor aumentaba y estaba exhausta.
Jonghyun había vuelto a llevar la mano a su cuello, siguiendo con las embestidas de manera salvaje, su respiración siendo cada vez más rápida y pesada, recordando sus palabras mientras su visión se nublaba. Escondió rápidamente su rostro en el hueco del cuello de ella, apretando el agarre y sintiendo cómo le enterraba las uñas en su muñeca, a lo que él gruñía al llenar aquel condón.

Jonghyun intentaba recuperar el aliento, todavía sintiendo cómo ella intentaba quitar su mano, lo cual hizo al reaccionar, dejando caer su peso sobre ella aunque respirara con dificultad y
ambos estuvieran sudados, como también ardiendo.

—J-Jonghyun...—pronunció con dificultad, llevando la mano a su cuello, intentando recuperar el aliento, pero sentía cómo este se aferraba a ella.

—Lo siento —musitó con un hilo de voz, rompiendo en llanto aún con el rostro escondido en el hueco de su cuello.

Hyesoo intentaba asimilar todo lo que había sucedido, pues si bien había disfrutado de gran manera como nunca antes pensó que pasaría junto a Jonghyun, más por aquel "fetiche" que parecía tener. Pero ahora al tenerlo llorando en sus brazos, todo se le hacía mucho más incómodo, porque ya no sabía qué rayos pasaba con aquel joven. Pues, no sabía qué decir o hacer ya que Jonghyun no dejaba de sorprenderla con sus formas de reaccionar, así que la necesidad de alejarse de él, tan sólo parecía aumentar, aunque no sabía cómo hacerlo cuando anteriormente en él había encontrado algo de estabilidad, bienestar y de paz.

Se mantuvo así por un momento, ella sintiendo cómo sus latidos ya no estaban acelerados, cómo su llanto parecía ir calmándose hasta que él se quitó de encima, sacándose el condón con una mano mientras con la otra limpiaba sus lágrimas, para así colocarse los bóxers y dirigirse al baño. Hyesoo se levantó para buscar su ropa, colocarse sus bragas y la camiseta, aún sintiéndose temblar y un dolor en su entrepierna.

Al ver a Jonghyun volver a entrar a la habitación, sorbiendo su nariz con sus ojos enrojecidos, desvió la mirada al no saber qué decir mientras este empezaba a colocarse la ropa.

—¿Te irás? —preguntó por lo bajo al cabo de unos segundos, acercándose a él que estaba sentado en la cama, colocándose las botas militares. Quiso apoyar la mano en su hombro, pero este se apartó—. Jonghyun, si es por lo que dije hace un momento...

—¿Me quieres, Hyesoo? —examinó con voz temblorosa, conectando sus miradas para permitirle ver sus ojos cristalinos, cómo parecía estar a punto de desmoronarse otra vez.

Ella tragó con dificultad ante su pregunta, pues si se la hubiera hecho antes de confesarle todo, no dudaría en contestarle que sí, que lo quería, que estaba enamorándose de él y quería más que nada que tuvieran algo sano y lindo. Pero ahora al saber todo lo que escondía, la situación que acababan de vivir, ya no sabía qué era lo que sentía por Jonghyun, además de miedo

Este al darse cuenta de que no es siquiera capaz de mirarlo y parecía debatirse sobre qué decir, se levantó rápidamente sintiendo su corazón encogerse.

—Por favor, miénteme —pidió tomándola de los brazos mientras ella abría los ojos a la par.

—Jonghyun, te dije que ya no quiero estar...

—¡No! No termines conmigo. No me hagas ésto, por favor —suplicó con un hilo de voz, cayendo de rodillas, lo que hizo que ella se sorprendiera por su manera de actuar, por lo que estaba pidiéndole—. ¡Puedes mentirme! ¡Miénteme tan bien que haga que te crea!—exclamó levantando la cabeza para conectar sus miradas, permitiéndole ver sus lágrimas rodar por sus mejillas—. Tú no me lastimes como ella, por favor.

Hyesoo sintió un nudo formarse en su garganta al escuchar cómo se lo suplicaba desesperado, cómo se aferraba a ella deseando que no lo dejara, que no le rompiera así el corazón.

—Jonghyun, no hagas ésto —exigió con voz temblorosa.

—No quiero estar sin ti. Tú eres lo único bueno que tengo en este momento —sollozó apoyando la cabeza en su abdomen—. No me lastimes. No cuando estoy lleno de sentimientos por ti.

—¡Tengo miedo de ti! —confesó histérica, provocando que él la mirara sorprendido.

Este se levantó tembloroso, sin ser capaz de sentir cómo sus lágrimas siguen rodando mientras ella rompió en llanto, deseando que pudiera marcharse porque temía que le llegara a hacer algo. Y al contrario, Jonghyun llevó la mano a una de sus mejillas con la intención de limpiar sus lágrimas con delicadeza, pero ella quiso alejarse por el temor.

—No te haré daño —aclaró con suavidad.

—P-Por cómo actuaste...

—Sólo necesitaba una respuesta.

—Hoy le dejé en claro que estoy contigo, pero tú me...

Shh...—dio un paso hacia adelante para acercarse más a ella, llevando la mano nuevamente a su mejilla. Hyesoo cerró los ojos a la vez que sollozaba por lo bajo, rogando que no le hiciera nada—. No volverá a pasar. Seré mejor por ti, ¿sí?

—Por favor, no me hagas lo mismo...

Jonghyun, al escucharla, sintió una presión en su pecho y ganas de derrumbarse porque no podía creerse que luego de haberse abierto con ella, le temiera de esa manera, aunque si lo pensaba con claridad, era de esperarse. Pues, lo que le había sido capaz de confesar era realmente grave.

—¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste? —se atrevió a preguntar, notando cómo este negaba repetidamente con la cabeza sin tener alguna respuesta.

—Escucha...—acunó su rostro, obligándola a conectar sus miradas—, no sé qué sucedió, pero... pero voy a intentar recordar. Lo haré —aseguró asintiendo con la cabeza—. A ti no voy a hacerte daño. No me lo permitiré. Tú no eres ella —murmuró juntando sus frentes—. Sólo... no me dejes.

Jonghyun la envolvió en sus brazos con fuerza, escuchando cómo ella sollozaba por lo bajo, deseando poder quitarle aquel miedo, borrar de su memoria lo que se atrevió a contarle. Hyesoo se mantenía quieta sin ser capaz de corresponderle, desesperada por no saber cómo alejarlo de ella sin que fuese capaz de explotar en su contra.
El pelinegro se separó, mirándola angustiado, pero juntó sus labios en un pequeño beso.

—Te quiero como no tienes idea, Hyesoo —musitó antes de comenzar a caminar hacia la puerta.

—¿C-Cómo harás para intentar recordar? —se atrevió a preguntar antes de que él cruzara la puerta, por lo que volteó a verla.

—Buscaré a alguien que seguramente no podrá negarse a decirme qué sucedió —respondió, por lo que ella frunció el ceño por el desconcierto mientras limpiaba sus lágrimas—. Te veré mañana, ¿sí?

Jonghyun salió del departamento, y ella al escuchar la puerta cerrarse, cayó sentada en la cama rompiendo en llanto mientras se abraza a sí misma, notando  las marcas en sus brazos por la fuerza que ejerció el pelinegro. En ese momento comenzaba a sentirse miserable, detestándose por haber conseguido enamorarlo, sin esperar que también despertara sus sentimientos y lo detestara por haberle confesado quién era en realidad, quitándole la venda de los ojos.









(...)







Jungsuk estaba en la azotea del edificio donde vivía junto a Jimin, parado sobre el borde, observando hacia abajo. Estaba a más de veinte metros de alto, sintiendo cómo se estremecía ante la sola la idea que aparecía por sus pensamientos, torturándolo.
Sentía cómo su largo cabello se despeinaba por la brisa fresca, mientras su visión se nublaba por las lágrimas y sus latidos se aceleraban por lo que quería atreverse a hacer ya que la voz de su cabeza no dejaba de susurrarle. Y es que ya no tenía paz alguna, aunque quizás lo que quería era empezar a vivir, pero ¿cómo podría siendo incapaz de ayudarse y nadie tampoco podía hacerlo? La verdad era que estaba resignándose.

Jungsuk estaba colapsando.

Parecía nadie darse cuenta que a veces no podía dormir, sólo se quedaba despierto mientras se perdía en sus recuerdos dolorosos y torturantes. A veces no era capaz de comer, a veces siquiera estaba, y es que, desde que el dolor se instaló en él, caminaba entre las personas creyendo que seguía vivo, tratando de creer en algo que ya no parecía ser para él.
Podría buscar ayuda, pero sentía que había caído demasiadas veces, así cómo en todas se había levantado perdiendo pedazos de él. Partes que ya no existían en absoluto en Jungsuk.

Ahora ya no sabía quién era, sintiéndose en una pausa que nunca acababa. Recordando todo el jodido tiempo esa noche en la que su vida comenzó a desmoronarse al punto de ya no ser capaz de ignorar cómo se sentía, cómo a su padre le generaba rechazo, cómo Jungkook ahora estaba con aquella joven en la que veía un poco de la mujer que lo enloqueció y lo hizo sentirse vivo, cómo ahora la relación con sus hermano parecía haberse destruido. Se sentía completamente solo, aunque la voz en su cabeza le gritaba que después de todo era lo que se merecía.
Sólo deseaba desesperadamente morir de una vez, porque ya no era capaz de seguir soportando el dolor, la culpa, aquellos recuerdos que llegaban a asfixiarlo.

Las lágrimas brotaban sin parar mientras un sollozo escapaba de su boca al decirse que debía juntar valor para hacerlo de una vez, y así acabar de una vez por todas con todo ese dolor, con ese infierno al que llamaba vida.

Jungsuk acabó dando un paso hacia atrás, bajando del borde mientras sollozaba desgarradoramente al detestarse por no atreverse por miedo. Pasaba las manos por su cabello, tirando de este con fuerza, porque significaba seguir sintiendo que no encajaba en ningún lugar, lo cual lo consumía. Era seguir con aquella vida que estaba acabando con él.

Al escuchar la puerta abrirse, limpió rápidamente sus lágrimas, inhalando y exhalando para relajarse.

—Jungsuk...

Aquella voz masculina provocó que se estremeciera al tratarse de Jonghyun, pero aún así sorbió su nariz para girar a verlo. Podía observar sus facciones endurecidas, cómo su flequillo desordenado y rizado caía por su frente, vistiendo de negro como siempre y sus típicas botas militares.
El mayor notó con facilidad sus ojos enrojecidos e hinchados, ya que no llevaba gafas, su nariz y mejillas sonrosadas, su pecho subiendo y bajando, dándose cuenta de que no era el único que ese día parecía estar colapsando, así que lo llevaba a preguntarse si acaso Jungkook se encontraba igual esa tarde.

Quizás debía preguntarle a Jungsuk qué estaba sucediendo con él, pero se decía que no debía prestarle atención para nada, ya que tenía que desaparecer muchas dudas que no dejaban de torturarlo y estaban acabando ahora con su relación.

Ya no podía posponerlo más.

—¿Qué haces aquí, Jonghyun? —preguntó casi por lo bajo.

—Necesito hablar contigo.

—¿Sobre qué?

—Sobre esa noche —respondió dando un paso hacia adelante, mirándolo fijamente, notando cómo se tensaba—. Quiero recordar.

—¿P-Por qué vienes a mí? Jungkook...

—Apenas han pasado días desde su confesión. No quiero cargarlo más —aclaró alzando una ceja—. ¿Por qué? ¿No quieres hablar tú?

—No.

—¿Por qué, Jungsuk?

—Y-Ya te he dicho que... Es muy difícil para mí —murmuró alejándose.

Jonghyun sabía que eso era más que verdad, porque Jungsuk parecía no poder soportar ninguna emoción fuerte ya que se paralizaba. Pues, lo poco que podía recordar de esos días, luego de ese suceso, era cómo Jungsuk parecía aún shockeado, siquiera hablaba o parecía moverse.

—Quiero recordar. Quiero saber absolutamente todo lo que sucedió.

—Ya basta. Tienes que olvidar lo que pasó —habló con dureza, empuñando las manos—. ¡Estás con Hyesoo!

—¡No puedo dormir en paz desde esa noche! ¡No me siento bien, carajo!

—Pues, entonces toma las malditas pastillas, Jonghyun —espetó sorprendiéndolo por un momento.

—No quiero hacerlo. No quiero sentirme vacío todo el jodido tiempo. No quiero sólo desear dormir —explicó entre dientes—. ¡Sólo quiero que me ayudes, Jungsuk! ¡¿Por qué no puedes hacerlo?! ¡¿Acaso no ves que ésto está acabando conmigo? ¡Ayúdame, hermano!

—¡Déjame en paz, Jonghyun! ¡No puedo hablar de eso! ¡Juramos no hacerlo, así que olvida esa mierda, porque ella ya no forma parte de nuestra vida! ¡Ya no está!

Jonghyun sentía su visión volverse nublada por las lágrimas acumuladas, porque la verdad era que no quería recordar para nada esa madrugada, pero si eso lo llevaba a despejar sus dudas, a no repetir la historia, entonces, lo ayudaría aunque a la misma vez podría destrozarlo.

—¿De nuestra vida? —inquirió con la voz ahogada y ríe histérico.

—Sabes... Sabes que éramos amigos —recalcó tembloroso.

—¿Amigos? ¿Qué clase de amigos, Jungsuk? —examinó agrio—. ¿Esa clase de amigos de pueden conversar sobre sus vidas y hacerse reír? —se acercó peligrosamente, alzando una ceja— ¿O la clase de amigos que follan a escondidas?

Jungsuk, al escucharlo, sintió cómo la sangre abandonaba por completo su cuerpo y siquiera era capaz de recordar cómo se respiraba. Este daba pasos hacia atrás, tembloroso, mientras que Jonghyun seguía acercándose de manera amenazante.

¿Cómo sabía acerca de lo que pasaba entre ellos? ¿Jungkook había vuelto a traicionarlo? Era lo que se preguntaba.

En ese momento, no era capaz de reaccionar, no podía pensar con claridad porque el miedo lo había invadido, al punto de sentir que su corazón iba a salirse de su pecho. Y Jonghyun al verlo de esa manera, sentía su corazón dar un vuelco porque era como si pudiese confirmar aquella sospecha.

—No, no, no...—musitó negando repetidamente con la cabeza.

—Siempre creí que eras el que mejor corazón tenía de los tres, que eras alguien inocente, por eso te defendía hasta de Jungkook y de nuestro padre —apuntó entre dientes—. Pero ahora... Ahora me doy cuenta de que no eres para nada inocente. ¡Eres un hijo de puta! ¡El peor de los tres!

—No me trates así, por favor —suplicó sollozando, Jungsuk—. ¡N-No es así! Yo soy bueno, Jonghyun —aseguró con un hilo de voz, asintiendo repetidamente—. J-Jamás haría algo así. Tú me conoces...

—¡Eres un maldito traidor! ¡Todos los jodidos años que pasé defendiéndote! ¡Me traicionaste, Jungsuk! ¡Me traicionaste a mí! ¡A tu propio hermano! —gritó enfurecido y lo empujó, provocando que perdiera el equilibrio por un momento y sus facciones se endurecieran—. ¡¿Cómo pudiste ser capaz?! ¡Maldito infeliz!

—¡Lárgate de aquí! ¡No sabes un carajo! ¡Vete!

—¡Jungkook tenía razón sobre ti! ¡No eres una víctima para nada! —escupió mirándolo desprecio.

—¡¿Por qué vienes a gritarme a mí cuando deberías decírselo a Jungkook?! ¡Él es el que está ahora con Aeri porque se parece a ella y lo sabes! —gritó histérico con su rostro enrojecido, mientras las lágrimas brotaban—. ¡Él es el hijo de puta, no yo! ¡Mírame, Jonghyun!

—¡No intentes engañarme, Jungsuk! ¡Ya no caeré en un maldito juego! ¡Tú me traicionaste!

—¡Sí no me crees, entonces lárgate! ¡Yo estoy siendo sincero contigo!

—¡¿Sincero?! ¡Tú no eres más que una mierda! ¡Sólo has sabido engañarnos muy bien a Jungkook y a mí! —replicó entre dientes, acercándose peligrosamente—. ¡Eres la peor basura! ¡Y vas a arrepentirte porque...!

—¡Cállate, imbécil! ¡Cállate de una vez porque juro que soy capaz de ma...!

—¿De matarme? —completó cínico, acercándose mientras ríe histérico—. ¿En verdad tú serías capaz de algo así, Jungsuk? ¿Tan equivocado estábamos contigo?

De un momento a otro, Jonghyun cayó al suelo, soltando un quejido ya que Jungsuk había impactado su puño contra el rostro de él, sin ser capaz de reaccionar a lo que había hecho por primera vez. Pues, jamás en todos los años que pasaron fue capaz de atreverse a golpear de esa manera a uno de sus hermanos, pero sentía que había perdido la cabeza al darse cuenta de que su hermano había finalmente descubierto uno de sus oscuros secretos.

¡Hola!

Un capítulo bastante intenso, ¿cierto? ¿Por qué creen que Jungkook actuó así cuando Aeri le preguntó sobre Haesun? ¿Será que Jungsuk va a usar aquel secreto que le contó Jimin, en contra de Jungkook? ¿Qué creen que va a pasar ahora entre Jonghyun y Jungsuk?

NO ME ODIEN POR LO QUE ESCRIBÍ DE AERI Y JUNGKOOK. Sé cuánto la odian y hasta a mí me cae pésimo, ahora imagino que ahora la odian más por mentir acerca de que Jungsuk fue quién le habló de Haesun JAJAJA

Como ya empezó la cuenta regresiva, les recomiendo prepararse mentalmente para todo lo que se viene jujuu

Espero que les haya gustado el capítulo, si es así, no se olviden de votar y comentar

¡Nos leemos pronto!

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