Canción de olvido | Revali x...

By sweeetiecherry

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• 🖇🌾 Luego del cataclismo que acabó con todo un reino, Link, el campeón hyliano, logró sobrevivir. 100 año... More

Prólogo
1. Canción del recuerdo
2. Flores secas
3. En el séptimo día
4. Tanto te buscaba
5. Prófugos
6. Estrechez de corazón
7. Nada nuevo bajo el sol
8. Mientras el mundo se derrumba
9. Antes de ti
10. Como el sol en el cielo
11. Luz y narcisos
12. Hay una luz que nunca se apagará
13. Hombre de nieve
14. Lucha sin fin
15. Mi buen amor
16. Señor amante
17. Ella usó mi cabeza
18. Perfecta
19. Noche en la ciudad
20. Por amarte
21. Tu misterioso alguien
22. Sí al cielo
23. Un amor violento nos fulminó
24. Me gustas tanto
25. Ya no hablamos más
26. No me hables de sufrifr
27. Trátame suavemente
28. Eso que tú me das
29. Con suavidad
31. Mentira
32. Trenza
33. Nacer para morir
34. Una nube cuelga sobre mi
35. Corta mi labio
36. Buscando tu sueño
37. Buscando tu sueño 2
38. La despedida
39. Rogando
40. El Mañana
41. Girasol
42. Cactus
43. Enamorado tuyo
44. Tu rostro
45. Alguien en el camino
46. Clamar tu nombre

30. Una oportunidad más para verte

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By sweeetiecherry

Revali llegó al gran comedor a pasos apresurados, pero no desesperado, su semblante seguía igual de serio, vio que estaban todos los campeones, la princesa, algunos soldados invitados que comían como si no hubiese un mañana y el rey, se le notaba despistado, sumido en su mundo.

— lo lamento Mipha, no pude encontrar a Sidon — se acercó a la zora, ambos se miraban con complicidad, como si estuviesen siguiendo un plan telepáticamente — no te preocupes Revali, seguro aparecerá luego...

— perdón Mipha, estaba hablando con él hace un rato y lo perdí de vista, los niños son muy escurridizos — Daruk se rascó la nuca con vergüenza, le costaba mirar a Mipha a los ojos, se sentía culpable de que su pequeño hermano se haya perdido, fue el último que había hablado con él y no se dio cuenta cuando desapareció. La princesa zora se acercó al campeón goron y acarició el brazo que estaba más cerca de ella — no es tu culpa Daruk, Sidon suele perderse de manera recurrente, pero es un niño y es muy curioso, es normal en él — le regaló una dulce sonrisa, el goron se relajó por unos momentos al ser consolado.

— ¿dónde está la hyliana que vino contigo, Revali? — interrumpió Urbosa, el susodicho no sabía si lo preguntaba con intenciones de molestarlos (porque se habían alejado juntos) o porque realmente estaba preocupada — ahora tenemos dos personas perdidas — habló con ironía y se cruzó de brazos.

Link y Zelda se acercaron a los campeones, preguntaron que había ocurrido y Mipha les contó sobre Sidon y que no podía encontrarlo en ningún lado, además agregó que se había topado con Revali y Kaira en la entrada de un pasillo y les pidió ayuda con la búsqueda del pequeño zora.

— seguramente por eso Kaira no ha aparecido, pero creo que ella ya conoce un poco este lugar ¿no? — intervino la zora; el semblante de Zelda detonaba preocupación, no tenía planificado que sus invitados se perdiesen en el gigantesco castillo.

— debería ir a buscarla — agregó Link tajante, se encaminó al pasillo donde Kaira había ido, pero Revali no le dejó seguir caminando, se interpuso en frente de él. Le había prometido a su amada no hacer escándalos, pero tal como en el inicio de su enamoramiento, se le hacía complejo controlar aquel nuevo sentimiento: los celos.

— creo que yo debería ir a buscarla — Revali observaba a Link con desdén, el hyliano se había molestado por su actitud ¿por qué no le dejaba ayudar? los campeones podían intuir el accionar del orni, Urbosa y Daruk se regalaban miradas pícaras y cómplices, mientras que Mipha tenía una sonrisa en el rostro, como si estuviese viendo una escena romántica.

La princesa notó la tensión entre ambos, sabía de antemano que no se llevaban bien, pero le era extraño que Revali no le permitiese a Link buscar a Kaira — por favor no discutan — dijo Zelda acercándose a  ambos, Link buscó ayuda en los orbes de la princesa, estaba preocupado por Kaira, a pesar de haberla visto antes en el castillo e intuir que conocía el lugar, hasta para él le era difícil orientarse en un lugar tan grande, además que había un niño curioso entre medio, ambos podrían estar en peligro.

— d-deberíamos dejar que ella vuelva sola — interfirió Mipha con timidez — hay que confiar en Kaira y que estará bien — sabiendo el previo contexto sobre la relación entre Kaira, Revali y los posibles celos de éste, pensó que era la decisión más sensata. La zora vio que Zelda no estaba de acuerdo, quería comentarle el por qué de su decisión, pero sería contar un secreto, algo que de lo que ni siquiera ella debía enterarse y lo supo por error.

— tiene razón — dijo Urbosa acercándose a la princesa, acarició sus suaves cabellos para calmarla — ambos estarán bien, Mipha está tranquila por su hermano, tu también deberías estarlo por Kaira — recordó el nombre de la hyliana gracias a la zora que la nombró con anterioridad. Zelda elevó un poco la cabeza para ver a Urbosa, le regaló una amplia sonrisa.

Luego de aquel momento tenso, los campeones decidieron seguir con lo suyo, conversando, comiendo del buffet o bebiendo deliciosas bebida. Revali se preguntaba por qué Kaira se estaba demorando tanto en salir, no era necesario tanto preámbulo para que no sospecharan tanto lo que pudo haber pasado entre ellos dos — donde te metiste... — susurró para él mismo, si no aparecía en un par de minutos más iría a buscarla, vio de reojo a Link, que a pesar de estar pegado a la princesa, su mirada se desviaba hacia el pasillo donde había ido Kaira — que fastidio.

Como si la diosas se hubieran puesto de acuerdo, Kaira llegó al gran comedor acompañada de un pequeño zora, estaba levemente encorvada porque llevaba al niño de la mano y necesitaba alcanzar su altura para tenderle la mano. Revali y Link fueron los dos primeros en dare cuenta, el hyliano suspiró aliviado al verlos sanos y salvos, en aquel momento todos voltearon, Mipha corrió en dirección a su hermano y se agachó para hablarle frente a frente.

— ¡Sidon! ¿dónde estabas? estaba preocupada por ti — el zora soltó la mano de Kaira y solo miró el suelo avergonzado — lo vi jugando en el pequeño jardín que está dando la vuelta este pasillo, está completamente sano — agregó Kaira con una sonrisa, Mipha se levantó y abrazó rápidamente a Kaira por el cuello — muchas gracias por traerlo, supuse que estaría bien, pero me preocupa no tenerlo cerca.

— no me agradezcas, me alegro que no haya pasado nada malo — correspondió el abrazo de la zora, en ese entonces Zelda se había acercado a pasos apresurados, seguida de Link — ¡ay por las diosas! estaba muy preocupada, me alegro de que estén bien — le sonrió a ambos — Link estaba a punto de ir a buscarlos — Kaira se topó con los ojos del hyliano, el cual solo sonrió levemente avergonzado — lamento haberles preocupado, pero no podía volver sin Sidon.

El pequeño zora miró a Kaira y le regaló una amplia sonrisa como forma de agradecerle, eso la enterneció completamente. Revali miraba la situación de lejos, tenía muchas ganas de interrumpir y decir que él también quería ir a buscarla, no solamente Link, pero no se iba a dejar dominar por los celos, haría lo posible para controlarlos y echarlos de alguna manera de su cuerpo.

Luego de algunas charlas triviales entre las personas perdidas y las princesas, Kaira se acercó a Revali el cual fingió que no la veía — hola — sus palabras fueron simples e inclusos frías, pero su sonrisa burlona detonaba todo lo contrario, el orni volteó su cabeza para ver a su amada, le siguió el juego y solo asintió con la cabeza como un saludo.

Las miradas de ambos expulsaban chispas, de lejos se podía notar la tensión que había entre ellos, deseaban volver a besarse, abrazarse, o simplemente acercarse más sin que nadie se entrometiera.

El resto de la velada avanzó sin ningún percance, Kaira conversó con todos los campeones, se presentó correctamente y Revali bebió algunas copas de zumo de manzana, no le apetecía beber alcohol. 

En un momento Link fue de igual manera a buscar una bebida, vio a Revali sumido en sus pensamientos cerca de la barra, quería preguntarle por qué fue tan protector con Kaira en aquel momento, pero no tenía ganas de armar otra discusión, mucho menos contarle su anterior experiencia con la chica, por lo que decidió alejarse de él, fingiendo que no estaba ahí.

Cuando el sol se estaba escondiendo, el rey dio por finalizada la pequeña fiesta, había pedido encarecidamente que no llevasen regalos, ya que, aunque estuviesen festejando un casi cumpleaños, no era momento de festejar de manera tradicional. Todos se despidieron del rey yde  todas las persona encargadas del buffet.

Kaira buscó con la mirada a Revali, el cual fue el último en salir, lo esperó para salir a su lado, no conversaron, simplemente caminaron juntos hasta la puerta principal  del castillo. Una vez fuera observaron el cielo estrellado sin dejar de caminar, las estrellas brillaban más que nunca y había luna nueva, Kaira incluso creía que se había acercado más hacia ellos por el gran tamaño de esta.

— iré a dejarte a tu hogar, y luego me marcharé — comentó Revali — ¿seguro? 

— sí, no quiero que algo malo te pase, después de todo sigues siendo mi invitada aunque el rey haya terminado la velada — Kaira le soniró dulcemente a su amado — gracias por su consideración y caballerosidad, señor Revali — bromeó, el susodicho, solo rodó los ojos pero con una sonrisa divertida en el rostro.

Cuando los campeones, Sidon y Kaira atravesaron las tres puertas gigantes que protegían el castillo, supieron que era momento de despedirse, todos tomaban distintos caminos para sus respectivas aldeas.

— fue un gusto conocerte Kaira, espero coincidir contigo en un futuro — se despidió Urbosa estrechandole la mano a la hyliana, esta correspondió con dulzura — igualmente, espero que llegues bien a tu hogar.

Luego Daruk se acercó a Kaira, la miró de pies a cabeza analizando cada detalle, ahora que sabía que era la enamorada de Revali la veía con otros ojos, no dejaba de sonreír divertido y eso confundió un poco a Kaira — ¡eres realmente talentosa muchacha! te he escuchado cantar varias veces y eres impresionante, y... — se agachó para susurrarle — Revali no dejaba de tararear tus canciones — para su mala suerte Revali había escuchado, y Kaira soltó grandes carcajadas, el orni le hizo callar y le amenazó nuevamente, dejandole en claro que no se metiera en asuntos que no eran de él, Daruk hizo caso omiso y se largó a reír con la hyliana.

Cuando la risas cesaron, Mipha se acercó a Kaira y volvío a abrazarla en la misma posición de antes — gracias por todo Kaira, Sidon y yo te lo agradecemos mucho — Kaira correspondió, pero no pudo evitar sonrojarse cuando la zora le susurró — en serio lamento lo que ocurrió, te prometo que nadie se enterará.

— s-sí... no te preocupes — sintió muchos nervios y emociones extrañas cuando recordó aquel incidente done ella y Revali se besaban con fervor y desesperación. Cuando ambas se separaron, Revali fue a despedirse de los campeones, mientras que Sidon se acercó a Kaira y volvió a sonreírle como antes, la hyliana juró que moriría de ternura allí mismo, acarició suavemente la cabeza del zora, eso hizo que se sonrojara levemente.

Cuando todos tomaron sus propios caminos, Kaira guio a Revali en dirección a su hogar, caminaban a la par, pero el orni seguía todos sus pasos.

— por allá está la pastelería de mis padres — apuntó una pequeña casa con un gran ventanal, en el se veía una vitrina, pero estaba vacía, y así fueron conversando, Kaira le mostraba cosas de la ciudadela, le contaba anécdotas suyas y de Meyrath cuando eran niños o secretos del lugar. Llegaron a una pequeña plaza, debido a lo peligroso que era andar de noche no había nadie en ella, Kaira se vio tentada a sentarse con Revali para disfrutar un poco de su compañía, no sabía cuando volvería a verlo y quería disfrutar cada segundo que le quedaba junto a él.

Buscó el ala del orni, y lentamente se fue acercando hasta que le acarició dulcemente, eso hizo que Revali parara en seco por la sorpresa, Kaira aprovechó para entrelazar sus dedos con los ajenos, el campeón miraba su mano, no podía creer que estaban entrelazados en público, a pesar de estar solos, se encontraban en un lugar público, sonrojado miró a Kaira, la vio igualmente sonrojada y con el brillo de la luna en su rostro, eso le volvió loco.

— gracias por invitarme... lo pasé muy bien — el ambiente se había envuelto en ternura, la voz de Kaira era acaramelada, sus ojos reflejaban amor y enamoramiento al igual que las esmeraldas de Revali, no podía dejar de observar su rostro, de lejos cualquiera notaría que se amaban con locura, que se deseaban con desesperación, que se querían sin miedos, que buscaban ser felices juntos.

— g-gracias a ti por venir — respondió sin más sumamente nervioso. Hubo un momento en el que solo se miraban, sus miradas hablaban por ellos, el corazón del orni latía a mil por segundo, sus deseos de abrazarla se hacían más fuertes e insistentes, pero su amada fue más rápida y rodeó su cuello con sus brazos, escondió su rostro en el pecho, tal como aquella vez que se quedó dormida en Vah Medoh. Revali no dudó en corresponderle, posó sus alas sobre la espalda ajena, y una de ellas subió hasta su cabello, entrelazó sus oscuras hebras entre ellos.

— deberías usar ese cintillo más seguido... 

— ¿tú crees? solo lo uso en ocasiones especiales.

— me trae buenos recuerdos de aquella vez que me dedicaste esa canción... — el orni recordó ese encuentro agridulce, donde no aguantó más, donde su corazón necesitaba explotar, añoraba decirle a la hyliana lo mucho que la amaba, que la necesitaba cerca, que deseaba escucharla cantar cada mañana y reír cada noche, que sus dedos se escondan en su plumaje.

Kaira levantó la mirada, vio el rostro de sus amado, sus ojos brillaban y transmitían mucho amor, sonrió aún más al notar que parecía un adolescente enamorado.

cuando por primera vez te vi, supe que el cielo era para ti y para mi, y para ti y para mi... — Kaira comenzó a cantar con suma dulzura, su voz era más baja, casi un susurro, pero Revali entendía cada palabra que salía de su deleitable boca.

Su plumaje se esponjó como nunca antes lo había hecho, si bien Kaira le había escrito esa canción, su mirada estaba concentrada en su guitarra, esta vez no poseía ningún instrumento, solo era su voz, y sus ojos miel lo miraban directamente a él, traspasaban su alma.

gastaré toda mi vida en comprar la tuya, gastaré toda mi vida y más... 
No necesitaba ningún instrumento, para el campeón su voz era más que suficiente para tocar cada fibra de su ser, cada vez que Kaira cantaba un verso su sonrisa se hacía más amplia y tonta.

porque un amor violento nos deslumbró, un amor violento nos fulminó... — Kaira cantó los últimos coros para luego finalizar con su dulce sonrisa característica. Revali estaba completamente fascinado, su mente rememoró aquella vez que la escuchó cantar por primera vez desde el cielo, en ese mismo lugar, una voz dulce que de su boca salían letras lúgubres, pero ahora esa misma voz le estaba cantando a él, solo  a él, esa voz le había dedicado una canción que decía Revali entre la letra pequeña.

— no te imaginas lo mucho que te amo, Kaira, desde que tu voz resonó en mi cabeza, desde que te vi en la aldea, nunca pude sacarte de mi cabeza, y tampoco quería hacerlo — en aquel momento pensó en ejercer el ritual orni, para él eran tontas cursilerías, pero Kaira sacó a la luz su fugaz y enterrado deseo de entablar esa conexión especial con alguien.

Se dijo así mismo con anterioridad que no iba a sobre pensar, y así lo hizo, bajó una de sus alas y entrelazó sus dedos fuertemente con los ajenos — quiero que seas mi otra mitad, por la eternidad, verte en otras vidas y que nos amemos sin más.

¿a qué se refería con eso? Kaira estaba dudosa pero levemente entusiasmada, Revali había escupido esas palabras y supuso que no lo pensó tanto como solía hacerlo con toda sus decisiones.

— ¿puedo?  — con sus alas tocó la corona de su amada, le estaba pidiendo permiso para sacarla de su cabeza, ésta accedió, el campeón la quitó con mucho cuidado, a penas se desprendió de sus cabellos Kaira arregló algunos mechones despeinados que habían quedado. 

— ahora, sácame una pluma.

 — ¿q-qué? — quedó atónita, seguía sin entender lo que estaba planeando.

— solo hazlo  — le exigió con dulzura — ¿no te dolerá? — se imaginaba que desprender una pluma de su cuerpo emitía un dolor similar a que le quitaran un mechón de cabello a un hyliano. Revali rio por lo bajo  — niñita, todos los días se me salen plumas, hazlo sin miedo — cada vez le agradaba más que le dijera niñita, sonrió con picardía y acercó su mano al ala izquiera del orni — si te duele me dices — enredó sus dedos en su suave plumaje, luego de unos segundos dejándose hundir por sus plumas, arrancó una con rapidez, le sorprendió no ver ninguna expresión de dolor en el contrario.

— ¿qué piensas hacer? — Revali vio que las flores de la corona de Kaira eran reales, sus tallos estaban enredados en el alambre que le daba forma al cintillo, soltó una de las flores, liberando el tallo del nudo que estaba en el trozo de alambre, le pidió a su amada que pusiera la pluma sobre el tallo de la flor, para luego volver a anudarlo en la corona, esta vez la pluma arrancada se anudó en conjunto con el tallo, ahora la corona tenía una pluma colgando de una de las flores que estaban pegadas en ella.

Miró a Kaira a los ojos y le entregó la corona — los ornis tenemos un ritual, en el que a través de nuestras plumas prometemos amor, lealtad y adoración eterna, generalmente se intercambian pluma entre ornis o las amarran juntas, y se puede hacer entre amigos, familia o tu pareja, y yo quiero prometértelo a ti, no me importa si no eres orni, eso no me va a impedir sentir todo esto por ti, permíteme a través de este ritual característico de mi pueblo demostrarte con cuánto fervor te amo y admiro, y que una vida sin ti sería como vivir sin alma, respirar sin tener pulmones, volar sin tener alas, eres lo que me complementa, y eso será así eternamente, porque me conozco y sé que nunca sentiré todo lo que siento por alguien más, siempre serás tu, Kaira.

Kaira quedó estupefacta, el rosa atacó sus mofletes los cuales comenzaban a arder cuál día soleado en el poblado gerudo, vio la corona de flores y la pluma que colgaba con sumo amor y cariño, acarició la azulada pluma, y muchas lágrimas amenazaron con salir.

Levantó la mirada para ver a su amado, el cuál había vuelto a su semblante serio, pero su voz y sus palabra eran dulces como el caramelo, sin embargo su seriedad le dio la confianza de que hablaba en serio, no era un amor esporádico, a pesar de llevar poco tiempo demostrándose cariño, se amaban desde aquel momento que se vieron, el hilo rojo se encargó de conectarlos y atarlos sin posibilidad de escapar, ambos intentaron hacerlo, trataron de cortar el hilo, pero eso era imposible.

— Revali, yo...  — comenzó a reír bajo y dulcemente cuando sintió las lágrimas caer por sus mejillas, se sentía una tonta llorando por esas cosas, las secó rápidamente para seguir hablando, se tragó toda la emoción para que no entorpeciera su habla — no tenía idea de que existía este ritual, me siento completamente halagada ser yo la elegida, antes estaba resignada a verte de lejos, admirarte como una persona externa a tu vida, pero poder compartirla y formar parte de ella es un sueño cumplido para mi... yo quiero que eso pase, que todo el cataclismo se acabe, para que podamos estar juntos, tengamos una casa con muchas margaritas, árboles, y un lugar donde puedas entrenar y no debas alejarte de mi, todos mis versos son para ti, todas mis melodías son inspiradas en ti, tú robaste mi corazón, pero me alegra tanto que haya pasado, porque yo también estoy completamente enamorada de mi.

Antes de que Revali pudiese hacer algo, Kaira le entregó su corona — quiero que tú la tengas, y cuando estés entrenando o te enfrentes a la calamidad la veas y pienses en mi, en que siempre te estaré esperando, estés donde estés esperaré pacientemente a que llegues, para recibirte con un beso y tomar tu mano hasta que las diosas lo quieran.

Aquella noche de luna nueva, en la plaza de la ciudadela, sellaron su amor, teniendo de testigo el firmamento nocturno, no necesitaban tener invitados, un gran vestido o una ceremonia costosa para firmar aquel pacto. Estaban dispuesto a amarse, sin importar lo que digan los demás.

Tanto se buscaban, y aprendieron a amar.














Hola! he estado publicando mucho últimamente porque he tendio tiempo libre y quise usarlo para dejar varios capítulos listos <3 mañana ya volveré a mi rutina cotidianda, por lo que puede que actualice con menos recurrencia, aún así no dejaré la historia inconclusa. Gracias a todxs por todo su apoyo en este puñado de letras <33333

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