-NARRA LARA-
Por fin había llegado el gran día. Estábamos en el pazo donde se iba a celebrar la ceremonia, en las habitaciones que nos habían asignado para que nos preparásemos. Nosotras estábamos en un lado, y los chicos en el contrario para que no nos encontrásemos, o más bien para que Ramón se resistiera a querer ver a la abuela antes de tiempo.
Todavía nos estaban peinando, la abuela en medio de Aurora y de mi. Veía sus manos moverse sin parar sobre los reposabrazos, nerviosa. Todo estaba perfecto, incluso el pequeño incidente del ramo que habíamos arreglado sin problemas.
Las peluqueras salieron de la habitación cuando estuvimos listas, ya con el pelo y el maquillaje listos. Las tres llevábamos maquillaje resistente al agua, éramos conscientes de que en algún momento acabaríamos llorando.
El pelo de Aurora se lo habían dejado liso, mientras que el mío lo habían ondulado un poco para hacerme un recogido en la parte baja, dejando dos mechones de pelo sueltos. A la abuela al tenerlo corto, simplemente se lo rizaron un poco y le dieron más volumen, poniéndole un broche dorado en la parte derecha.
Nos levantamos de las sillas y miramos los vestidos, colgados de las perchas.
- ¿Preparada nana? -sonreí
- Sí -dijo- vamos allá
Descolgamos su vestido y Aurora me ayudó a quitar la lona que lo cubría. Desabroché los botones de su espalda y mi amiga me ayudó a ponérselo a la abuela. Aurora abrochó su espalda y la abuela nos miró a ambas con una sonrisa.
- ¿Qué tal? -dijo
- Mírate tú misma nana, estás increíble -dije
La abuela se giró con cuidado, mirándose en uno de los enormes espejos donde anteriormente nos habían estado maquillando. Vi a través del reflejo como sus ojos ya querían llorar, pero se sacudió las manos dándose aire para impedirlo.
- Madre mía -dijo, acariciando la tela
- Está preciosa Celia -sonrió Aurora- los va a dejar a todos impresionados
Volvió a mirarnos a las dos y se acercó a coger nuestras manos con cariño.
- Gracias niñas -dijo- por todo, os toca
Aurora y yo nos miramos con una sonrisa y cogimos nuestros vestidos. La abuela nos ayudó a ponérnoslos, y nos quedamos de pie mirándonos la una a la otra antes de girarnos hacia el espejo.
No podía creerme lo bien que me veía, con el vestido y el peinado. Miré a Aurora, que estaba preciosa, con un vestido verde lima, que no llegaba al suelo del todo, le quedaba increíble.
- Estáis perfectas -sonrió la abuela- parecéis dos princesas
Por último, ayudamos a la abuela a ponerse los tacones, del mismo color que el vestido y con pequeños brillos en la punta. Los míos eran plateados, con una cinta que se ajustaba por encima del tobillo.
Cuando las tres estuvimos listas, nos miramos una última vez en el espejo.
- Solo queda una cosa -dijo la abuela
Se acercó al tocador y abrió una caja donde tenía las joyas, sacando una pulsera plateada.
- Toma cariño -dijo- no pudiste estar en la primera boda, pero ahora sí, y quiero que lo lleves. Era de mi madre.
Me acerqué a ella y cogí la pulsera entre mis manos. Era preciosa, brillante, rodeada por pequeños diamantitos.
- Gracias nana -sonreí
Le di un abrazo, y en ese momento sonó la puerta. Aurora corrió antes de que la abriesen y escondí a la abuela detrás de mí por sea caso.
- Soy yo -dijo papá- ¿puedo pasar?
Aurora se apartó para dejarle entrar. En cuanto vio a su madre, se le saltaron las lágrimas. Se acercó sonriendo y cogió sus manos, dejando unos besos sobre estas.
- Estás fabulosa mamá -sonrió
- Gracias hijo
- Y tu futuro marido está muriéndose de nervios
- ¿Qué hora es? -pregunté
- Las 11:50, ¿estáis listas para salir? -dijo papá
- Sí -sonrió la abuela- estoy lista
- Yo me voy a mi sitio, os veo en nada -sonrió Aurora- estás preciosa Celia, nos vemos en unos minutos
Salió de la habitación después de darnos un último abrazo, cerrando la puerta detrás suya. Papá agarró mi mano y nos miró a ambas con una sonrisa enorme.
- Las mujeres de mi vida -dijo- estáis preciosas
- Gracias papá
- Voy a ver si ya están todos allí, en 10 minutos vuelvo y salimos
- Vale -dijo la abuela- no tardes
Papá le dio un beso en la frente y salió de la habitación, dejándonos solas. La abuela agarró mis manos con fuerza. Podía ver en sus ojos los nervios, lo ansiosa que estaba.
- Todo va a salir bien -sonreí- ya casi estás
- ¿Seguro que estoy guapa?
- Estás increíble abuela
- Estoy tan feliz de que estés aquí y de que seas mi dama de honor
- Yo también
- Ya verás cuando te vea Pablo
- No me digas eso, o la que no saldrá seré yo
La abuela soltó una pequeña risa y me acarició la mejilla con su mano. Papá volvió minutos después. Era la hora.
- Bien, vamos allá -dijo- están esperando
La abuela se enganchó del brazo izquierdo de mi padre y yo me agarré del otro. Salimos de la habitación y bajamos las escaleras de piedra que nos llevarían al jardín donde estaban todos los invitados.
Solté a papá y me quedé por detrás de ellos, dejando que se adelantasen unos pasos. Desde lejos ya se veían las sillas, y todas las cabezas que esperaban a la novia. Joder, no recordaba que fuesen tantos.
Tragué hondo, con mi estómago revolviéndose a cada paso que dábamos. Si yo estaba así, no quería ni imaginarme la abuela.
Sabía que Gavi y Aurora estaban en primera fila, junto a Martín y sus padres. Lucas estaba en el altar detrás de Ramón, esperando a que llegásemos.
La música empezó a sonar y todos se levantaron, mirando hacia nosotros. Intenté relajar mi cuerpo para que mis piernas no temblasen, sería muy fácil caerse con estos tacones en la hierba.
Fui detrás de mi padre y la abuela, caminando a través del pasillo, con todos los invitados sonriéndonos. Estaban nuestros primos, tíos, familiares de Ramón, incluso algunos que no conocía.
El corazón empezó a latirme con fuerza cuando estuvimos cerca del final. Aún no podía verlo, pero sabía que estaba ahí y que estaba esperando que llegase.
Vi a Martín, que me sonrió con emoción, estaba guapísimo con ese traje azul oscuro. Aurora estaba detrás, y cuando di otro paso lo vi. Llevaba un traje negro, y mis manos temblaron cuando vi que su corbata era del mismo color que mi vestido. Estaba más guapo que nunca.
Sus ojos recorrieron hasta el último rincón de mi cuerpo, parándose en mis ojos. Su boca se curvó en una sonrisa de lado que hizo temblar mis piernas. Podría haberme quedado allí en medio, congelada bajo su mirada, pero tenía que seguir.
Tuve que apartar los ojos de los suyos para seguir caminando y no caerme de morros. Vi a Ramón emocionarse cuando la abuela se puso frente a él, y yo me quedé detrás, agarrando su ramo y el mío.
No quería mirar a Gavi, porque sabía que si lo hacía no haría caso a nada de la ceremonia. Estaba tan guapo, e iba a juego conmigo. Joder, quería comermelo a besos.
Papá se puso al lado de Lucas y dio comienzo la ceremonia. A medida que se acercaba el momento en el que tenía que dar mi discurso, me moría de vergüenza. La abuela se había empeñado en que quería que hablásemos tanto yo como Lucas y papá, pero visto desde ahí arriba daba un miedo terrible.
El cura me llamó para que me acercara, y la abuela me regaló una sonrisa para tranquilizarme.
Allí delante, viendo tantos ojos que me miraban, tuve que bajar la vista a mis manos. Respiré hondo y busqué sus ojos, para que me diesen la tranquilidad que necesitaba.
Gavi me sonrió desde su sitio y pude distinguir un "te amo" en sus labios. Mi corazón se relajó y miré a los novios que tenía delante.
- Bueno -dije- no hay palabras que expliquen lo feliz que estoy hoy de poder estar aquí. Solo quiero decirte nana que estoy muy feliz por ti, que eres maravillosa y te mereces cada cosa buena que pueda pasarte en la vida. Me has criado, has luchado por mi y por Lucas, nos lo has dado todo, y ya es hora de que alguien te devuelva todo lo que has hecho, todo el amor que has dado sin parar durante toda tu vida. Hasta hace unos meses, solía pensar que el amor como el que tenéis no existía, que es imposible querer tantísimo a una persona hasta el punto de querer compartir el resto de tu vida con ella. Pero ahora sé que eso es real -miré a Gavi, que no apartó un solo segundo sus ojos de mi- sé que las personas están destinadas, que hay alguien ahí fuera para cada uno de nosotros y que no importa lo que pase, porque si el destino os quiere juntos, así acabaréis. Me ha costado mucho entender que el amor a veces no lo es todo, que hace falta comprensión, comunicación, que te escuchen y saber escuchar, ser un equipo. Y vosotros lo sois, sois el mejor equipo. Cuando os miro, veo todo lo que deseo para mí en una relación. No hay un solo día en el que no os digáis lo mucho que os queréis, incluso los defectos que pensáis que el otro odia, en realidad los ama. Como cuando la abuela hace trampas y Ramón solo se ríe al ver lo adorable que es, o cuando él no es capaz de hacer unas simples galletas y Celia tiene que enseñarle aunque ya lo haya hecho cientos de veces. Os amáis, pero sobre todo amáis esas partes del otro que creéis que debéis cambiar. Y eso es el amor, no sólo aceptar lo bueno de una persona, también lo malo, y enamorarte de ambas partes con igual intensidad.
Estoy muy feliz por vosotros, de tenerte en nuestra vida Ramón, de lo mucho que quieres a mi abuela. Sé que estará bien a tu lado, y eso me tranquiliza. Os quiero mucho.
La abuela ya estaba llorando, y mentiría si dijese que yo no estaba a punto. Me acerqué a ella para darle un suave abrazo y lo repetí con Ramón.
Volví a mi sitio y esta vez fue papá el que salió a hablar. Evité de nuevo mirar a Pablo, porque si lo hacía empezaría a llorar. Había dado un discurso sobre que la comunicación era la base de una pareja, y nuestra relación carecía mucho de eso.
Cuando dieron el "sí", todos aplaudieron con fuerza. Caminaron por el pasillo, llenándose de arroz que tiraban los invitados, y fueron hasta la zona donde se sacarían las fotos.
Todos los invitados empezaron a levantarse y bajé del altar, acercándome a mi novio.
Vino corriendo hacia mí, parándose a unos centímetros, lo suficiente para tener una vista completa de mi cuerpo.
- Ni siquiera sé qué decir -dijo
- ¿Que estoy guapa?
- Joder -suspiró- estás impresionante amor, eres la persona más bonita de toda esta puta fiesta, del mundo entero
Mis mejillas ardieron de calor y me acerqué a besarlo. Su mano se apoyó sobre mi mejilla y sonrió sobre mis labios.
- ¿Cómo sabías el color de mi vestido? -pregunté con una ceja en alto
- Secreto
- Ya, Aurora -sonreí
- ¿No te gusta?
- Me encanta
Volví a besarlo y escuché el clic de una foto. Me separé viendo a Martín sonreír unos centímetros más atrás, sacándonos fotos.
- Estás increíble Lari -sonrió
- Gracias, tú también estás muy guapo Tino
- Oye chicos -dijo Aurora- vamos a las fotos
Gavi entrelazó nuestros dedos y fuimos hasta la parte del jardín preparada para hacer las fotografías, con el fotógrafo ya empezando a sacarlas.
-NARRA GAVI-
En cuanto la vi acercarse por el pasillo, con ese vestido, con el pelo recogido y las flores rosas en sus manos, mi corazón se volvió loco. Estaba tan bonita, tan impresionante, que podría haberme arrodillado ante ella ahora mismo.
Escucharla hablar, saber que parte de lo que decía era por nosotros, me hizo querer subir a ahí y besarla delante de todos, pero tenía que calmarme.
Por fin la ceremonia terminó y pude besarla, tenerla cerca y admirar lo preciosa que estaba. Podía quedarme horas solo viéndola a ella, disfrutando la chica que tenía a mi lado.
Mientras miraba como se sacaba fotos con los novios, con mi hermana y Martín, no podía evitar fijarme en cada rincón de su cuerpo. No había nada allí que me hiciera quitar los ojos de ella, que me interesase más que mirarla todo el tiempo. Saber que esa mujer era mía, que yo la tenía en todos los sentidos, era lo mejor que podía pasarme en la vida.
- Pablo, ven -sonrió Celia
Me acerqué a ellos y rodeé la cintura de mi novia. El fotógrafo nos sacó una foto y entonces los novios se apartaron.
- ¿Dónde vais? -preguntó Lara
- Ya hemos acabado con todos los invitados -dijo Ramón- pero aprovechad vosotros
- Pero -dijo
- Cariño -la cortó su abuela- estáis preciosos, sacaos fotos
Lara sonrió y se giró mirándome. Pasó las manos por mi cuello y unió nuestros labios. El fotógrafo nos ayudó a posar, y terminamos sacándonos más fotos de las que creíamos.
- ¡Oye ya! Que hay que irse a comer -dijo Martín
- Espera espera -dijo Lara- una los cuatro
Martín y Aurora se acercaron corriendo a nuestro lado. Nos colocamos y nos sacamos una foto juntos.
- Ala ya -rió Martin- ahora a zampar
Los cuatro subimos en el coche de Martín. Lara iba detrás conmigo, con su mano apoyada sobre la mía en el asiento.
Llegamos al restaurante y todo era precioso, las sillas, las mesas, la decoración. Celia lo había hecho de manual, y tenía un gusto precioso.
Seguimos los carteles que nos indicaban nuestra mesa. Lara estaba entre Martín y yo, y Aurora a mi otro lado. En la mesa de los novios estaba el padre de Lara y la hija de Ramón, que era la madrina.
- Pues ya está -dijo Martín- se acabó el sufrimiento
- Y que lo digas -rió Lara
- Ha sido precioso -sonrió Aurora- yo quiero casarme ya
- Y yo -dijo Lara
Giré la cabeza mirándola con las cejas levantadas, y los tres estallaron a reír.
- Aún no cariño -dijo- más adelante
- Vale -reí
La comida fue entrando poco a poco. Había un montón de marisco, más que el que había comido en toda mi vida, aunque teniendo en cuenta que estábamos en Galicia no me parecía raro.
Lara me presentó a algunos tíos suyos que estaban cerca, y primos. No es que tuviese mucha relación con ellos, pero eran familia al fin y al cabo.
Después del postre, los novios abrieron el baile. Los ojos de mi novia brillaban al ver a su abuela tan feliz, y yo solo pude coger su mano y tirar de ella hacia la pista de baile.
- Nono Pablo, que se me da fatal -rió
- Y a mi, pero no será tan malo
Agarré su cintura y pasó los brazos por mi cuello. Empezó a sonar una música lenta típica de boda, y Lara escondió una sonrisa en sus labios.
- ¿Qué? -reí
- Nada, estás guapísimo -dijo
- Tú eres lo más bonito que he visto en mi vida Lara
- Pablo -se sonrojó
- No puedo evitar la pensar cómo será el día que nos casemos, lo bonita que estarás de blanco, joder es que podría arrodillarme ahora mismo
Apreté su cuerpo contra el mío y nuestras narices se rozaron.
- Estás muy seguro de querer casarte conmigo -susurró
- Porque quiero pasar el resto de mi vida contigo
- ¿Sabes que tienes 18 años y que el resto de tu vida es mucha vida?
- Me da igual, te quiero hoy, mañana y siempre
Sonrió débilmente, cerrando los ojos y apoyando nuestras frentes, con nuestros cuerpos moviéndose lentamente al ritmo de la música. Cogí su mano y le di una vuelta, viendo como su vestido se movía con ella, agarrándola de la cintura para volver a pegarla a mi cuerpo.
- ¿Y me vas a querer pase lo que pase? -susurró mirándome a los ojos
- Siempre
- Es que ...
- ¡Chicos!
Nos separamos cuando escuchamos a Martín acercarse. La música lenta terminó y empezó a sonar una con más ritmo.
- ¡A bailar! -gritó
Mi hermana se acercó también, tirando de nosotros para que bailásemos con ellos. La gente empezó a animarse y todos nos mezclamos bailando.
Ver a Lara reír y bailar era de las mejores cosas de mi vida, que fuese feliz me provocaba a mi la misma felicidad. Mi hermana me pidió que les sacase una foto a ambas, y así lo hice.
Por la tarde empezaron a traer los sorbitos de limón y Lara corrió hacia la mesa para coger uno.
- Amo esto -dijo
- Yo creo que es lo mejor de las bodas -rió Martin- a parte de la comida y el alcohol
Nos sentamos a tomar los sorbitos en las sillas. Estábamos cansados de tanto bailar y a las chicas los tacones ya les empezaban a pesar. Normal, menudas pirámides se habían puesto.
Lara estaba entretenida mirando su móvil, y me asomé viendo cómo subía unas fotos a insta.
- Cotilla -rió
- Conmigo sube una sola eh -dije
- Celoso
Sonreí contento cuando me hizo caso.
Vía Instagram
@laraapombo
C&R💍❤️
Etiquetados: @pablogavi @aurorapaezg @martin_vazquez
Le gusta a @siramartinezc, @pedri, @albaoterod y 5.382 personas más.
Comentarios:
@pedri: ¿quien le ha puesto la corbata a Gavi? Seguro que él no 😂
↪️ @pablogavi: tu madre
@ansufati: ¿y ese sevillano en traje? Ay si estuviera yo ahí 😏
↪️@laraapombo: estoy yo, tranquilo 😘
↪️@ansufati: no soy celoso, tranquila
@siramartinezc: joder que guapos todos 😍😍😍😍
@albaoterod: Lari estás preciosa, todos 🫶🏼
@pablogavi: mi foto tenía que ir en la portada, no última 🙄. Aún así te amo mucho mi amor, estás preciosa 💘
↪️@pedri: Gavi siendo Gavi
↪️@laraapombo: celosin, te amo más ❤️
@XXXX: LA CORBATAAA, VAN A JUEGO😍😍
@XXXX: como la mira en la ultima foto 🤩🥲
@XXXX: 🙄🙄🙄 q mal
Ver 1382 comentarios más
Después de terminarnos nuestros batidos, Aurora y Martín siguieron bailando, mientras nosotros salimos a la parte de afuera del restaurante, donde había una colchoneta para los más pequeños.
Dos gemelos de unos siete años se acercaron corriendo a Lara y tiraron de su mano con insistencia.
- ¡A la colchonetaaa! -gritó uno
- Niños, que llevo vestido y tacones -rió Lara
- Quítatelos -dijo el otro
- Eso amor, quítate el vestido -le guiñé el ojo
Levantó una ceja mirándome, ahorrándose el comentario guarro por tener a los niños delante.
- Si convencéis a Pablo, entro -dijo
Los dos pequeños pasaron sus ojos hacia mi, sonrieron cómplices y se agarraron a mis piernas.
- ¡Vamos! -gritaron- que si no la prima Lara no viene
Entrecerré los ojos mirando a mi novia, que reía con la imagen que estaba viendo.
- ¿Queréis ir? -pregunté
- Sii
Los cogí a cada uno en un hombro y corrí hacia la colchoneta. Me quité los zapatos y entré con ellos.
- ¡Bieeen! -gritó uno- ¡Lara vamos!
Mi novia se acercó al borde de la colchoneta sonriendo. Se sacó los tacones dejándolos donde todos los zapatos, y puso un pie sobre el inflable.
Me levanté y tiré de su mano, cayendo hacia atrás, con ella encima de mi. Admiré de cerca su sonrisa, que aceleró mi corazón. Daba igual cuanto la mirase, siempre tenía el mismo efecto sobre mi.
Se levantó, saltando con los niños. Hice lo mismo y jugamos con ellos hasta que no pudimos más. Uno de ellos, Aaron, se tiró sobre mí y caímos al suelo de la colchoneta. Su hermano repitió el gesto y acabé con ellos dando vueltas a mi alrededor saltando, mientras Lara se agarraba la barriga de la risa.
- ¿Y tú de qué te ríes? -pregunté
- ¡Eso! -dijeron los niños a la vez
- ¡A por ella! -grité
- ¡Noo! -rió
No le dio tiempo a escapar cuando los niños la tiraron igual que a mi. Acabó tumbada a mi lado, mientras los gemelos le hacían cosquillas. Me quedé embobado mirándola, como si no hubiese nada mejor en este mundo.
Los niños corrieron a tirarse de nuevo del pequeño tobogán dejándonos libres y Lara giró la cabeza mirándome.
- Te od...
La corté besando sus labios. Su mano se apoyó sobre mi mejilla y mi lengua se metió en su boca para saborearla.
- ¡Puaaaj! -escuché a un niño
- ¡Que asssco!
Nos separamos viendo cómo los niños nos miraban con cara de asco. Ambos reímos y decidimos salir de la colchoneta.
Me puse los zapatos, pero a Lara le costó más.
- ¿Me ayudas? -preguntó
- Claro, sube el pie
Levantó el pie, apoyándolo sobre mi rodilla, y até el cordón de sus tacones. Me levanté pasando la mano por la abertura de su vestido, acariciando su pierna. Lara me miró desde arriba y agarró mi corbata para besarme cuando estuve a su altura.
- Aquí hay mucho niño -reí
- Ven
Tiró de mi mano y bajamos una cuesta. Pasamos un cartel de prohibido y entramos en una habitación en la que no deberíamos estar.
- ¿Se puede estar aquí? -dije
- ¿Qué crees?
- Que no
Asintió besándome, pegándome a su cuerpo con su mano sobre mi nuca. Mis manos bajaron por su espalda y se posaron sobre su culo, apretándolo.
Suspiró sobre mis labios y se subió sobre una mesa que había detrás, abriendo las piernas para meterme en medio. Una de mis manos acarició su pierna, subiendo hasta su muslo.
- Amor, me pone muchísimo esto -susurré- pero tenemos que subir
- No vamos a follar aquí, solo quiero besarte, disfrutar de lo guapo que estás
- Bueno, la primera idea me hacía ilusión
Sonrió sobre mi boca, uniendo nuestros labios de nuevo. Bajé por su cuello dejando húmedos besos, haciendo que sus piernas se apretasen contra mi.
- No te lo has quitado -susurré tocando el colgante con mi inicial
- ¿Por qué iba a hacerlo? -sonrió
- No sé, como es dorado y tus tacones y la pulsera son plateadas
- El día que me lo quite, será cuando lo nuestro termine para siempre
- Entonces te enterrarán con él
Volví a besarla, hasta que recordé algo y la miré a los ojos.
- Antes en la ceremonia has dicho que deseas un amor como el de tu abuela -dije- alguien que quiera todos tus defectos, yo los amo
Esbozó una pequeña sonrisa y quiso decir algo, pero la interrumpí.
- Amo hasta el más pequeño detalle de ti, todo lo que odias yo lo adoro, porque sin eso no serías tú, no serías la mujer que quiero. Tú eres la persona destinada a estar conmigo, y sino, yo me encargaré de hacer que lo seas
Sus ojos brillaron por las lágrimas que se acumularon en ellos. Dejó un suave beso en mis labios y acarició mi mejilla con su dedo.
- Yo también amo cada parte de ti Pablo, no hay nada que quiera que cambies, solo que ambos mejoremos juntos
- En eso estamos, yo creo que vamos bien ¿no? -sonreí
Mi teléfono empezó a sonar en mi bolsillo cortando lo que iba a decir. Vi que era una llamada de Aurora, así que descolgué.
- Probablemente estéis follando en algún lugar oculto -dijo- pero despegaos que Celia va a dar un discurso
- No estamos follando, cerda, y ya vamos
Colgué la llamada y Lara atrapó su labio inferior entre sus dientes.
- No hagas eso, o si estaremos follando -dije
Sonrió bajándose de la mesa y cogió mi mano para salir de allí. Tuve que recolocarme la erección para que no se notase mucho, pero sin problema.
Llegamos al interior del restaurante y Celia estaba sobre el escenario con un micrófono.
- Ay madre -dijo Lara
Nos acercamos, quedándonos al lado de Martín y Aurora.
- Bueno -dijo Celia- yo antes quería invitar a mi nieta a subir
Lara negó con la cabeza, pero Celia insistió y tuvo que acabar subiendo. Le di un golpe en el culo para animarla y terminó al lado de su abuela sonre el escenario, que cogió su mano y le dedicó una tierna sonrisa.
- Estoy muy contenta de estar aquí -dijo Celia- de compartir este día con familia y amigos, pero también hay algo muy importante que me muero por decirle a todo el mundo. Mi nieta, aquí presente, es uno de mis mayores orgullos. Prácticamente es mi hija, y no puedo callarme y ocultar lo orgullosa que estoy de ella, de todo lo que se ha esforzado, y de que ha conseguido el sueño de su vida y se va a estudiar a Francia durante tres años, hasta que termine la carrera.
¿Qué?
- Ostia puta -susurró Martín
Los ojos de mi novia chocaron con los míos, y la decepción, el dolor y el enfado se abrieron paso por mi cabeza, haciendo que quisiese huir de ahí a toda prisa.
No podía ser verdad. No podía irse, y menos aún habérmelo ocultado. Tenía que ser mentira. Me quedé unos segundos congelado, intentando procesar lo que había escuchado.
La gente empezó a aplaudir, y sentí las ganas de Lara de bajar corriendo, pero me largué de allí antes de que pudiese hacerlo y cogerme.
————————————————————
NOTA DE LA AUTORA
Buenas tardes🥰
Antes que nada, he tentando buscar imágenes parecidas, pero es imposible, o sea que echadle imaginación JAJAJJA
Mañana os subiré el último capítulo de esta semana, yo creo que os he atendido bien eh, no os podéis quejar. A partir de lunes ya empiezo las clases, así que volverá a ser un capítulo cada sábado.
Que tengáis buen día y que disfrutéis mucho ❤️