Entre dos placeres ©

By yeimy_Mora

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Atlas Bradford es estudiante de medicina, su vida está llena de tranquilidad hasta que su padre se vuelve a c... More

Advertencia:
Prólogo:
1. [La granja de los Riggs ]
2. [Una decisión]
3. [La propuesta de matrimonio]
4. [La mudanza]
5. [Día de actividades]
6. [Nuestra boda]
7. [Luna de ¿Qué? ]
8. [Visita al mar]
9. [Mi hijastro]
10. [Es solo tú mejor amigo]
11. [Noche de películas]
13. [Verdades ]
14. [La dueña de mis fantasías +18]
15. [Corazones rotos]
16. [Revelaciones]
17. [De regreso a la granja]
18. [Los abuelos Riggs]
19. [El doctor]
20. [Hola, me llaman Romeo+18]
21. [Sorpresas]
22. [Problemas en el paraíso]
23. [Noche de travesuras]
24. [Desayuno familiar]
25. [Teodoro Bradford]
26. [Conociendo a mi suegro]
27. [Patrimonio Bradford]
28. [El gran día]
29. [Fuertes emociones]
30. [Pasiones ocultas +18]
31. [No es lo que parece]
32. [Traiciones]
33. [Falsas acusaciones]
Epílogo
Capítulo Extra

12. [Reuniones]

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By yeimy_Mora

12. [Reuniones]

Adeline:

Los días habían pasado, después de mi accidente con Atlas, no lo volví a ver seguido, tan solo nos veíamos cuando Hernán llegaba a la casa, eso era pocas veces a la semana ya que casi no dormía allí.

Ya había iniciado mis clases de contabilidad, estaba tomando un técnico que me ayudaría a conocer mejor sobre el sistema contable, las clases eran presenciales y la universidad quedaba cerca de nuestra casa.

Por temas de incomodidad no matriculé en la misma universidad que Atlas, él no quería verme y yo tampoco quería incomodarlo a él.

Bastante había tenido de mí, había invadido su hogar y ahora teníamos que compartir todo; su casa, su papá y sus intereses porque ambos queríamos lograr la meta de graduarnos.

Mis días siguientes no fueron fáciles, casi no recordaba nada de mí formación académica y los primeros días del curso los sentí muy difíciles, no tenía preparación de nada y mi memoria no manejaba esos conocimientos.

« Nunca los había tenido retenidos »

Lo único que recordaba de la secundaria eran las clases de matemática y las odiaba, esa materia nunca fue mi fuerte.

Hernán habló conmigo la noche anterior, me había regalado un kit de tecnología muy avanzada, tenía una laptop, un celular y unos audífonos de último modelo, todo de primera calidad que probablemente valían igual o tal vez más que la granja de mis abuelos, el terreno era costoso pero estaba tan descuidado que perdió valor.

Gracias al cielo Hernán hizo modificaciones y en cada logro o construcción que levantaban, Hernán me mostraba las fotos de lo hermosa que se estaba volviendo esa tierra que era patrimonio de nuestra familia.

Hoy tenía una misión, ahora lo llamaba así, ya no eran citas casuales para demostrar el cariño que le tenía a mi esposo, ahora eran misiones por cumplir, ya sabía la metodología que tenía Hernán, era el marido perfecto ante la vista de todos y el amante lujurioso en la oscuridad, le encantaba pasar tiempo con sus gatitas.

Mi propósito de la noche era asistir a una fiesta con mi marido, una gran cena se inauguró por obtener un socio multimillonario que aportó una capital para la empresa sumamente grande, Hernán era el principal invitado ya que él fue el que trajo al cliente.

« Era muy bueno en los negocios »

« Pero era un pésimo marido »

Tomé una ducha rápida, estaba tan cansada porque hoy tuve clases y no me fue de la mejor manera, rápido me peiné el cabello y tomé un vestido negro con escote en los senos, la parte de arriba era transparente y el largo no era tan preciso, el vestido llegaba más arriba de mis rodillas, por una vez en mi vida no quería verme tan elegante, solo quería acabar la noche para poder dormir.

— Adeline ¿Estás lista cariño? — Hernán me llamó del otro lado de la puerta.

Salí del baño apresuradamente, entre más rápido nos fuéramos, más rápido podría volver y dormir por fin.

— Si, solo me falta el perfume — Tomé la botella de fragancia y me apliqué en mi cuello, el olor era fresco, adoraba los olores ligeros.

— Bien, te esperaré abajo — Después de que Hernán bajó, yo también lo seguí, cerré la puerta de la casa y entré al auto.

— ¿Atlas no va asistir? — Pregunté, mi hijastro no se veía por ningún lado.

— No, dijo que se quedaría con una chica.

— Bien — Asentí tragando la punzada de incomodidad que me recorrió, no sabía por qué, pero escuchar que Atlas tenía novia me hizo sentir inquieta.

« Yo no era el centro de atención »

« Pensaba que él estaba soltero »

— ¿Cómo vas con la universidad? Me siento muy orgulloso de que tomaras la iniciativa.

— Bien, es muy cansado pero creo que estoy haciendo lo correcto para mí futuro.

— No tienes que irte después del año, si aún quieres seguir conmigo, eres libre de quedarte, nada me haría más feliz.

— No he pensado en eso — Admití, ni por un momento esa idea pasó por mi cabeza antes.

« ¿Quería quedarme? »

Aún era muy pronto para decidir.

— Siempre contarás con mi apoyo aunque no estemos juntos.

— Hernán...

— ¿Dime?

— Si quieres que me quede, ¿Por qué tienes amantes? ¿Por qué no eres hombre de una sola mujer?

— Adeline este es un tema muy personal para tratar, lo único que te puedo decir es que una vez me enamoré y entregué todo por esa chica, pero ella se aprovechó de eso y me volvió mierda, por eso no confío más en las mujeres. Nadie merece mi confianza absoluta.

— ¿Ni siquiera yo?

— ¿Quieres intentarlo de verdad conmigo? ¿Con un viejo mujeriego? No soy fácil de llevar. — No contesté a porque tampoco tenía respuesta para eso.

— Te quiero cariño, me pareces una mujer sumamente atractiva pero no estoy dispuesto a arriesgar todo lo que tengo por otra mujer, ya no. — Con esa respuesta dió el tema por cerrado y continuamos el camino en silencio.

« Hernán tenía muchos traumas »

« Y yo no estaba lista para ayudarlo »

(........)

Unos quince minutos después ya estábamos en la fiesta, la entrada fue muy incómoda ya que cada amigo que Hernán conocía, lo saludaba y también hablaba de mí, no me sentía muy segura y no me gustaba ser el centro de atención de tanta gente, pero a todos los saludé con educación y sonreí.

« Tenía que ser una buena esposa »

— Me sentaré un momento en la mesa — Le dije a Hernán, mis pies dolían, los zapatos de tacón alto que me puse ya me estaban molestando.

— Adelante cariño, ahorita te llevo una copa de vino — Asentí y me marché a la mesa, gracias al cielo no era compartida, solo estaríamos nosotros solos porque ya estaba cansada de socializar con los amigos de Hernán, ninguno me daba buenas vibras.

Esperé un tiempo, Hernán se había ido con una de sus "secretarias" eso fue lo último que vi antes de que se desapareciera por un pasillo, mi copa de vino nunca llegó y cuando estaba dispuesta a ir a buscarla por mi misma, unos brazos desde atrás tomaron mis hombros, un aliento mentolado me susurró al oído:

— Aquí tienes una copa — Le agradecí a Hernán, porque al menos tuvo la decencia de traerme algo de beber.

— Gracias cariño — Seguí nuestro juego.

— No fue nada mamá — De inmediato me puse rígida, Atlas estaba detrás de mí con un traje hermoso, muy elegante y no cabía duda de que también sexy, todo en él se veía a la perfección.

« La tentación en forma de hombre »

— ¿Qué haces aquí? — Pregunté — Hernán dijo que no vendrías.

— Cambié de parecer, quería ser parte de la familia, papá, mamá y yo.

— Deja de llamarme así.

— ¿Por qué? ¿No eres mi mamá?

— ¡No! Soy tu madrastra.

— Es lo mismo.

— No es lo mismo ¿En qué llegaste?

— En mi auto, supuse que estarías aburrida sin mí, mamá siempre se aburría.

— ¿Venías con ellos cuando habían cenas de este tipo?

— No, me quedaba con mi niñera — Atlas tomó asiento al frente de mí, su mirada se centró en mis senos descubiertos, el escote no escondía nada, cuando me miró se mordió el labio en un acto tan sumamente sexy, cerré mis piernas ante la anticipación.

« ¿Qué estaba pasando? »

« ¿Por qué de pronto me sentía húmeda? »

— Deberías decirle a Hernán que estás aquí.

— ¿Para qué? Tú sabes que solo vine por ti, no me interesan las relaciones falsas que papá tiene con sus socios, solo quería ver si eras capaz de soportar estar en la alta gama.

— Pues ya ves que estoy bien de hecho...

— Lo único que veo es que estás aburrida, cansada y con ganas de experimentar una cena de verdad — Miré los aperitivos que estaban en la mesa, Atlas tenía razón, tenía hambre y todas las comidas exóticas que estaban en la mesa no eran de mi gusto, habían muchas salas extrañas, cortes de pato y probablemente otros animales que no me atrevería a probar.

— ¿Qué me aconsejas? — Pregunté, quería que me dijera que podría comer.

— Que nos vayamos de aquí, te llevaré a un lugar mágico y luego podemos ir por una cena.

— No puedo irme contigo.

— ¿Por qué? Vivimos en la misma casa.

— Se vería muy sospechoso que salga contigo cuando debería estar con mi marido.

— Deja de llamarlo así, no puedo creer que seas tan ciega, papá se está comiendo a su secretaria en este momento y tú piensas en qué dirán, ¿De verdad?

— No tienes que ser tan grosero, por supuesto que sé que ahora está teniendo sexo con la primera que se aparezca...

— A veces pienso que te gusta que se aprovechen de ti. — Atlas se levantó de la mesa listo para irse y tuve la tentación de seguirlo, de verificar si era cierto ese lugar mágico, si existía porque ya quería conocerlo.

— Quiero ir contigo — Admití antes de pensarlo.

« ¿Qué estaba haciendo? »

— ¿A llorar como una niñata por papá? No gracias.

— De verdad, quiero saber si ese lugar mágico existe.

— Me iré primero — Los ojos azules de Atlas vibraron, su respiración se agitó y pude ver el fuego que envolvía su iris.

« Yo me estaba sintiendo igual »

— Ve y busca a papá, dile que te duele la cabeza luego saldrás quince minutos después que yo y tomarás un taxi, al chófer le dirás que te deje en el puente abandonado, yo te esperaré allí.

— Bien, nos vemos después.

— Adeline, necesito saber que dejarás que la noche fluya sin siquiera pensar en papá, no soy su sustituto cuando ustedes peleen, no quiero que estés conmigo pensando en él. —Lo que Atlas no sabía era que yo pensaba en él a diario, él era el que me gustaba, no Hernán.

« Me gustaba mi hijastro »

— Si te digo que pienso en ti todos los días ¿Me creerías?

— Es mejor que guardes silencio si no quieres que te tome aquí mismo, has lo que te dije. — Con una última mirada se fue, vi como su grande espalda desaparecía del lugar.

Esperé quince minutos para buscar a Hernán, por fortuna él llegó a nuestra mesa y tomó la copa que Atlas me trajo, bebió todo el contenido de un solo trago y luego habló:

— Lo siento, estaba ocupado...

— Lo sé, tienes el cuello de la camisa lleno de labial de tú amante...

— Adeline...

— No me des explicaciones, solo tenme un poco más de respeto, si se enteran de tus aventuras no te cubriré más.

— Lo siento — Ignoré su disculpa y dije lo que tenía que decir.

— Me duele la cabeza, llamaré a un taxi para irme a casa.

— Te llevaré, es lo menos que puedo hacer.

— No, quiero irme sola, en este momento apestas a otra mujer.

— ¿Estás segura?

— Sí, te veré en casa.

— Adeline, no llegaré a dormir.

— Entonces te veré dentro de unos días.

— Lo lamento, lamento no darte mi tiempo ni cambiar, no sé cómo hacerlo.

— Tal vez simplemente no quieras hacerlo — Tomé mi cartera y me levanté de la mesa.

— Querida Adeline, ¿A dónde vas? — Un socio de Hernán se acercó a nosotros y lo odié por eso, estropeó mi momento para escapar de ese espacio tan asfixiante.

— Le duele la cabeza, se irá a dormir.

— ¿Por qué tan pronto? — Volvió a preguntar el señor, Hernán se levantó de la mesa y tomó mi cintura.

— La acompañaré afuera — Dijo mi marido.

— Primero quiero guardar este maravilloso momento con una foto, el día en que Hernán se enamoró de una hermosa joven.

— No es necesario — Opiné yo.

— Claro que sí, quiero que todos vean la celebración que tenemos hoy — Hernán me tomó de la barbilla y me besó, sus labios tocaron los míos, cerré los ojos con asco para no verlo, odiaba tener que besarlo después de que él estuvo largo tiempo con otra mujer, el olor de su secretaria seguía allí.

El flash de la cámara nos avisó cuando la foto fue tomada, el socio de Hernán nos mostró la fotografía y de verdad parecíamos enamorados.

— subiré la foto al instagram de la empresa, que tengan una feliz noche y Adeline que sigas mejor — Asentí con agradecimiento, por lo menos mi mentira fue creída.

— Lo siento — Volvió a decir Hernán, besé su mejilla porque nos estaban viendo, no fui capaz de probar su boca otra vez, sentía vergüenza de que fuera tan descarado.

— Que pases buenas noches Hernán — Me despedí y salí del lugar, tomé el taxi y le dije al chófer la dirección que Atlas me dió, estaba muy impaciente por verlo, necesitaba que ya dejáramos la formalidad, estaba dispuesta a conocer los lugares que me quería mostrar.

« Quería llegar rápido con Atlas »




(.........)









Nota de autora:

Hola gente hermosa 👋🏻 ¿Cómo están? ¿Cómo va su semana santa?

El día de hoy les traigo capítulo 😄 y sé de verdad que pasó bastante desde el último que publiqué, no he tenido tiempo para escribir y a veces la inspiración tampoco está 🥺😢 espero poder seguir escribiendo así dure tiempo para subirlo, solo pido paciencia a los que siguen la historia.

¿A dónde creen que Atlas llevará a Adeline? 😈 Muy pronto capítulo+18, no olviden votar, comentar y compartir si les gusta la historia 💗

(Les dejo una imagen del vestido de Adeline)

Besotes 💋

M.M.











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