Juste Un Pas || ChanBaek ||

By vnusx_

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ChanYeol decidió darse una pausa en la Universidad para hacerse cargo del negocio familiar luego de una trist... More

I Parte
III Parte
IV Parte

II Parte

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By vnusx_

El aroma a vegetación, el aire puro que emanaba la ciudad que lo vio nacer y lo crió. BaekHyun estaba nuevamente en Suncheon, hace años no hubiese creído que hubiera vuelto, pero ahora era una realidad y muchas cosas seguían intactas desde hace años. Su casa seguía ahí, el pequeño puesto callejero donde comía estaba ahí, el restaurante de la señora Woo seguía ahí. Aún recordaba los deliciosos fideos que eran una fiesta para su paladar, no iba a perder la oportunidad de probarlos una vez más aprovechando que estaba en la ciudad.

A pesar de estar feliz al estar en su ciudad natal, aún los nervios le dominaban, esos nervios llamados encontrarse con Park ChanYeol. Aunque lo último que sabía de él era que estudiaba en una universidad de Seúl ¿Qué tanto era la probabilidad de reencontrárselo? Tal vez una en un millón. No sabía dónde estaba él y las redes sociales tampoco le ayudaban del todo. En realidad, estaba muy ocupado manteniendo el negocio familiar y creando alianzas y fusiones con otras empresas que casi no pudo disfrutar de época de adolescente-joven. Ser el hijo de una familia de negocios no era interesante. Si pudiese volver atrás, hubiese preferido quedarse en Suncheon a disfrutar de su adolescencia e ir a la universidad y estudiar lo que verdaderamente le gustaba.

Por presión de sus padres y siguiendo el negocio se vio obligado a estudiar Administración de empresas. Si le hubiesen preguntado sus padres que hubiese querido estudiar en aquel momento, su respuesta habría sido muy diferente. Prefería a los animales y es que ChanYeol le enseñó mucho sobre ellos a pesar que él no era un experto,  pero si lo suficiente para darse cuenta que veterinaria era su mejor opción.

Salió del departamento donde se encontraba para caminar cuadras abajo en busca de esos deliciosos fideos que había extrañado. En su camino se percataba de cada rincón de la ciudad, recordando anécdotas en cada zona. Anécdotas que le hacían sonreír y sentirse nostálgico. El restaurante había cambiado, antes era una pequeña casa con unas cuantas mesas, ahora era muy diferente, se veía amplio y había un enorme cartel con el nombre del restaurante. El lugar estaba lleno desde afuera y es que era hora de almuerzo, además hasta donde recordaba el lugar era muy bueno y tenía mucha demanda.

Estaba apunto de abrir la puerta tomando la perilla, pero no se esperaba ver al chico de metro ochenta y cinco frente a él con una puerta de vidrio irrumpiendo su paso. Vaya que seguía igual. Cabello oscuro casi en forma de hongo con mínimas ondulaciones, su cuerpo grueso debido a su trabajo o a lo que fuese que estuviera haciendo. Seguía siendo el mismo Park ChanYeol pero con seis años más. Era aquel hombre que le entregó su cuerpo, aquel que le enseñó sobre los animales y lo bonito que era la naturaleza, aquel hombre que lo dejó con una cicatriz en el corazón, ese era Park ChanYeol. Se sentía tan intimidado que no era capaz de dar el primer paso, pero tampoco podría ser tan descortés no saludarlo. Por suerte y JongDae fue el que rompió la burbuja de incomodidad y desasosiego. Aún así sus palabras fueron como el viento, no recordaba lo que había dicho en ese entonces pero estaba muy seguro que se escuchó nervioso. Hubiese querido seguir hablando y más con ChanYeol pero el hombre se veía engorroso y al parecer sin la iniciativa de hablar al apenas saludarlo.

¿Había sido muy cortante al saludarlo? ¿Debió mostrarse más agradable? Esas preguntas se inundaban en sus pensamientos mientras se llevaba el plato de fideos a la boca. Admitía que estaban deliciosos pero con esos pensamientos no podía aclarecer su mente un cien por ciento. No esperaba que al apenas poner un pie en el pueblo lo primero que ocurriría sea encontrarse con su ex novio.

— Hijo, cuando termines de comer debes ir a la alcaldía para firmar unos documentos de permiso para poder iniciar con la construcción. Debe estar la señora Kim, mamá de JongDae — Indicó su madre.

BaekHyun no había oído del todo ya que seguía sumergido en sus pensamientos, pero sabía el itinerario del día. Era una persona muy ordenada y apuntaba todo su calendario en su teléfono para evitar cometer errores.

— No entiendo por qué vinieron al pueblo cuando este proyecto está a mi cargo — Musitó para si mismo sin mucho logro pues, la señora Byun había alcanzado a oírlo negando con la cabeza en un principio.

— Se que es tu proyecto, pero siempre es bueno tener una mano amiga y sobretodo si es de tu familia. Además, si necesitas apresurar alguna cosa, nosotros tenemos contactos — Se escucharon los tacones de di madre ubicándose al frente de él — Es tu primer proyecto, hijo mío. Tu padre y yo queremos asegurarnos que salga percecto para que la primera plana diga que el hijo predilecto de los Byun ha lanzado con éxito su primer hotel ¿No es brillante? — En su rostro se dibujó una sonrisa de tan solo imaginar el éxito al que podría alcanzar su menor hijo.

— No puedes decir que soy el predilecto, ¿que hay de BaekBoom? Él también es tu hijo y el mayor — Suspiro por si no fuera poco cansado de que le llamen "el hijo predilecto". Predilecto significaba ser el favorito, pero en su familia esa palabra tenía un significado muy diferente. Para los Byun, predilecto era el que trabajaba arduamente para generar ganancias de la compañía, era ser el hijo explotado, al que le prohibían la diversión y el que debía cuidar su imagen a toda costa. Sabía que era el predilecto porque siempre le hizo caso a sus padres. A veces, él quería ser como BaekBoom poder sentir esa libertad de trabajar sin presión ni estrés, de poder salir a citas o salir con sus amigos sin miedo a los medios de comunicación y a qué saquen alguna situación de contexto.

— BaekBoom es un rebelde. Aunque trabaje para la compañía, no es mejor que tú.

— Que no genere grandes ganancias no quiere decir que es malo, BaekBoom vive una vida — Refutó.

— Puede vivirla pero todo tiene sus límites, BaekHyun — Odiaba ese lado de sus madre sacando en cara el lado negativo de su hermano — En fin, saldré un momento con unos posibles clientes. No lo olvides, ir a la alcaldía.

BaekHyun solo se limitó a asentir.

Una vez que terminó de comer botó todo en el tacho de basura y minutos después salió hacia la alcaldía para encontrarse con la madre de JongDae.

Estacionó su auto frente al lugar y entró. Pudo reconocer a algunas personas a quien no dudó de saludarlos con el abrazo más caluroso posible y con respeto. Muy por dentro se sentía en casa y seguro al estar en el pueblo.

— Hola, busco a la alcaldesa Kim de parte de Byun BaekHyun.

La mujer detrás del mostrador le sonrió, típico de una secretaria o ayudante, lo que des que fuere.

— ¡Hola, BaekHyun! Claro, por favor espera en esos asientos. En este momento la alcaldesa Kim está en una reunión, en unos momentos te atenderá.

— Muchas gracias...

— Soy YuNa, Choi YuNa — Respondió.

— Muchas gracias, YuNa ¿eres de por aquí? Nunca te he visto o tengo muy mala memoria.

— Oh no, no soy de aquí. Soy de Seúl y conseguí este trabajo gracias a mis padres porque ellos son de acá — Susurró lo más bajo posible.

— Felicidades por tu trabajo, la señora Kim Ed muy buena. Aún no me acostumbré a llamarla alcaldesa — arrugó su nariz en respuesta.

— ¿Conoces a la alcaldesa?

— Claro, es mamá de mi amigo de escuela. Podría decir que es mi tía solo que no la veo hace mucho y eso me pone nervioso.

— Espera, ¿tú eres el de la familia de los empresarios Byun? — Le señaló indiscretamente con el dedo a medida que su boca formaba una "o" por el asombro.

— Soy ese mismo — Asintió con su cabeza.

— Vaya, son muy populares en Seúl y en Japón también, tan solo un hotel y es muy demandado. Es un honor conocerte — Extendió su mano siendo recibida por BaekHyun y dando un pequeño saludo. De pronto el teléfono sonó avisando que el castaño podría entrar a la oficina de la señora Kim.

El encuentro con la alcaldesa salió mejor de lo que esperaba. Su reunión se había basado en firmar algunos documentos aceptando que no habría daños colaterales ante el gran proyecto de BaekHyun, priorizando la naturaleza y los recursos naturales que posee la ciudad. Asimismo, el castaño le contó un poco sobre cómo beneficiaría a la ciudad recalcando que quería ayudar a SunCheon a crecer económicamente. Lo cual, la señora Kim había quedado encantada en que el pequeño BaekHyun que alguna vez recordó siga teniendo ese afecto por su pueblo buscando que crezca en mejor. Pero, no todo era rosa.

— Estoy fascinada con tu idea, BaekHyun. Desde ya los pueblerinos y yo estamos agradecidos contigo. Pero, ellos están un poco preocupado sobre los malestares que puede causar la construcción — Explicó la señora Kim tomando un folder con hojas — Mucho de ellos están inconformes por si sus cultivos y la ganadería puede verse afectada o si obstruyes el canal a su cause original. Nunca hemos tenido problemas cuando llueve en SunCheon pero si tú quieres construir cerca al canal, no quiero que haya alguna obstrucción y desvíes ese camino a otro lugar que no sea el original.

BaekHyun tomó el folder leyendo cada petición escrita a mano por cada integrante del pueblo. Podía notar la preocupación que es lo que le estaba explicando la alcaldesa.

— No se preocupe por ello, en cuanto al canal, puedo asegurarle que nada de eso ocurrirá. En todo caso puedo darle una copia de los planos y realizar una reunión con el pueblo para que puedan confiar en mi y en cuanto a los malestares de la construcción puedo brindarles un espacio temporal a aquellos que se vean afectados.

— Los pueblerinos están más preocupados por sus cultivos que por sus casas, BaekHyun. Son sus ingresos...

— Tiene razón, yo trabajaré de la mano con especialistas para poder orientarme y saber qué hacer ante esa situación — Aseguró manteniéndose firme a sus palabras y transmitiendo seguridad. Pudo notar aquello viendo una sonrisa amplia en la señora Kim.

— Entonces, tienes todo mi permiso para construir a partir de mañana. Estoy muy orgullosa de lo bien que has crecido.

Su conversación se desvió a otro rumbo siendo ahora más personal y en cómo me había ido a BaekHyun desde que se graduó de la escuela. La señora Kim se notaba tan feliz por los logros que había alcanzado el amigo de su hijo, casi como si fuera su propio hijo. No se había equivocado al decir que era muy buena en todo sentido.

🌿

Al día siguiente de encargaría de convocar una reunión con ayuda de la alcaldesa afuera de la alcaldía asimismo iba  ayudarle en buscar a los mejores técnicos que pudiesen ayudarle con el tema de evitar daños colaterales a los vecinos. Según la señora Kim, no había mejor técnico que aquellos que conocían muy bien SunCheon.

A primera hora de la mañana luego de haber ideado la reunión, fue hacia el lugar en donde iban a empezar la construcción. Ahí, esperado a los técnicos a los que de refería la alcaldesa. Era la primera vez que BaekHyun contrataría a técnicos que no fueran de su confianza ni conocimiento pero, si eso le daba tranquilidad al pueblo entonces no le quedaba de otra opción que acceder. Estaba fuera de su auto mirando el gran área con arena y maleza, estaba tan emocionado de poder dar inicio a un proyecto que venía trabajando por años y que ahora podrá hacerse realidad. Años de esfuerzo, de universidad y sacrificó estaban dando sus frutos y ya no iba a ser la sombra de sus padres. Ahora podría actuar por si solo y este solo era el inicio, la pequeña parte del todo que de le avecinaba.

Escuchó un auto a lo lejos que inclusive levantaba el polvo puesto que las pistas no estaban piba mentadas. Pudo ver por las lunas que no eran polarizadas. De piloto iba JongDae, no era de esperarse que fuera él, sabía que tenía una titulación en Ingeniero Civil. Pero no logró descifrar quién era su copiloto debido al polvo y al fuerte sol que había salido hoy. Muy dentro suyo tenía las esperanzas si de trataba de ChanYeol. No hay mejor opción que el mejor agrónomo del pueblo.

Y no se equivocó, al ver su cabellera y la ran altura supo que se trataba de él. Se puso nervioso nuevamente pero automáticamente se autojuzgó tildándose de ridículo. Ambos estaban ahí como profesionales, agrónomo Park y administrador Byun. No había otra relación más allá de esa, sólo eran socios que trabajarían por un tiempo limitado. Podía convivir con ello.

Una tercera persona bajó del auto, algo que no se esperaba. Pero al parecer la señora Kim de tomó muy en serio las peticiones de quienes la habían escogido.

Los tres de acercaron hacia él.

— Hola, no pensé que fueran ustedes los expertos para este trabajo — Susurró dando la mano a cada uno en modo saludo. Su vista no iba más allá a de los hombros, no se atrevía ver a ChanYeol a los ojos.

— Quien mejor que los nacidos en SunCheon — Exclamó JongDae — Trabajaremos juntos con ChanYeol, JunMyeon y yo por unos meses. La promoción se vuelve a unir — Vaya que JongDae sabía como poner el ambiente más incómodo que antes, siempre ha sido su especialidad.

— ¿JunMyeon? No te había reconoció — Esta vez, el castaño puso toda su atención en el nombrado. Exactamente su físico había cambiado a como lo recordaba — ¿cuál es tu profesión?

— Soy Ingeniero industrial, JongDae me contactó apenas ayer para ayudar.

— No se preocupen, todo esto es remunerado. No puedo permitir que desperdicien su tiempo gratis — Respondió BaekHyun negando con la cabeza — Les daré una copia de unos planos y les explicaré mediante una presentación lo planeado. Yo... — Mordió su labio inferior mirando alrededor, no había algún lugar en donde podrían hablar tranquilos, ni sentarse — ¿Estaría bien si vamos a un café? Podremos hablar más tranquilos.

Los tres aceptaron, o al menos JunMyeon y JongDae asintieron con la cabeza. Los tres embarcaron en su auto y BaekHyun en el suyo yendo la cafetería más cercana que se encontraba de donde estaban. Ahí, les habían aportado un espacio para ellos, similar a una zona exclusiva. Mientras esperaban sus pedidos ya hechos, BaekHyun había empezado a explicar en lo que se basaría su proyecto dando todo detalle y respondiendo a cada pregunta por parte de JunMyeon y JongDae. El castaño podía notar que ChanYeol estaba atento a sus palabras pero no emitía ningún sonido, podría asegurar que ni si quiera estaba respirando. En su mente mantenía que estaban teniendo una relación de profesional a profesional por lo cual no se podía ver dejar caer por las actitudes del opuesto. BaekHyun quería escuchar cada recomendación de cada uno en cómo podía evitar esos daños y se dio cuenta que trabajan muy bien y conocían mucho del tema. Al momento de que ChanYeol habló no fue otra cosa que palabras de un ingeniero agrónomo pero aún así con una pista de frialdad y cortante. Sus palabras fueron precisas sin más ni menos, inclusive no se podía permitir responder o añadir un comentario porque el pelinegro no se lo permitía indirectamente.

No solo él pudo sentir esa atmósfera, sino los otros dos también. Tanto así que ambos decidieron pararse excusándose con ir al baño y pedir algo extra quedando solo los dos en ese espacio que inundaba sus fosas nasales de incomodidad. BaekHyun no podía echarse atrás ni presentar riendas por la actitud del pelinegro, no se lo iba a permitir. Tomó aire nervioso, dispuesto a hablar.

— ChanYeol, quiero que sepas que el trabajo que estamos realizando es sumamente profesional por lo que te pedirí...

— ¿Te estás oyendo?

En realidad, el castaño no esperaba que el ajeno hablara, mucho menos que lo interrumpiera.

— ¿A qué te refieres? — BaekHyun frunció el ceño confundido.

— Desapareces seis años y cuando apenas te veo ¿lo primero que dices es eso? — ChanYeol tomaba fuertemente su taza sin iniciativa a tomarlo.

— Desde que decidiste venir aquí es porque sabes lo que implicaría, ChanYeol. No puedo mezclar mi vida personal con mi trabajo. Este es mi primer proyecto y no dejaré que nadie lo arruine — Ambas palmas se posaron sobre la mesa apoyando sus brazos e inclinándose hacia delante.

— Vine porque la madre de JongDae me lo pidió. No creas que tú eres la razón, BaekHyun — Su voz era tan áspera ahora, es muy diferente a la voz que anteriormente le dedicaba muchos te amo — No confío en ti desde que llevas el apellido Byun, son capaces de todo sin importarles los demás. Siempre has sido así.

El mencionado apretó sus labios, las palabras del pelinegro estaban siendo muy hirientes.

— No te permito que hables así de mi familia y si quieres lo mejor para los demás entonces debes cooperar y no ponerte a la defensiva.

Podría solo alzar su mano y propinarle un golpe a ChanYeol. No como profesional, sino como BaekHyun, su ex novio. Las ganas no le faltaban pero no podía comportarse de esa manera si necesitaba el apoyo del pelinegro. Sabía que él era el favorito del pueblo y si ChanYeol trabajaba para su proyecto entonces todos lo apoyarían.

— Sólo vine por trabajo, luego me iré. Así que no te preocupes — Extendió su mano tomando un poco de café helado. El pelinegro lo sacaba de sus casillas.

El ambiente de volvió un tenso y de podía sentir en el aire. Ambos estaban al tanto que los dos ex novios habían tenido una amena conversación.a cafetería era pequeña y podían escuchar absolutamente todo, es por ello que de habían demorado intencionalmente por si algunos de ellos quisiera añadir alguna queja . Pero no sucedió tal cosa, fue todo lo contrario, ambos estuvieron sumergidos en su celular y batallando por quien le daba más sorbos a su café.

La reunión terminó con algunas sugerencias por parte de JongDae y que en había concluido que la idea de BaekHyun no era para nada mala, ni si quiera buscaba hacerle un daño al pueblo. ChanYeol tenía razón, BaekHyun llevaba el apellido Byun pero era solo eso, él era muy diferente. No se asemejaba ni lo mas mínimo a un Byun.

JunMyeon y él se pararon para retirarse, ChanYeol fue tras de ellos ya que habían llegado en grupo. Pero lo que no se esperaba era que JongDae le haya cerrado la puerta en la cara y haber echado seguro para acelerar y dejarlo varado. Podía esperarse eso de su mejor amigo, no había duda. Maldijo en sus adentros rascando su cabeza con fastidio, de verdad JongDae sabía como tocarle las pelotas.

No había traído su carro por lo que no le quedaba de otra que caminar hacia su casa a unos treinta minutos a pie.

— Hey, ¿irás a casa caminando? Está lejos — Preguntó BaekHyun saliendo de la cafetería y sorprendido al encontrar aún al pelinegro ahí.

— No me queda de otra, dudo que JongDae regrese por mi — Respondió restándole importancia.

— Puedo llevarte, estoy en el camino.

— Muy amable de tu parte, BaekHyun. Pero hace mucho que dejé de pedir ayuda y más si se trata de ti — ChanYeol entrecerró los ojos llevando su mirada al menor.

— ¿Podrías ser un poco maduro? — El castaño se cruzó de brazos parándose frente al ajeno — Seis años, ChanYeol ¿podemos al menos llevarnos bien hasta que terminemos de trabajar?

El pelinegro bufó con cinismo.

— ¿Pensaste en mi aunque sea un poco en esos seis años? Te importó poco el tiempo que te dediqué porque apenas tus padres te abrieron las puertas a su compañía corriste como perro faldero.

— Ni si quiera sabes que es lo que pasó. No tienes derecho a hablar así de mi, no te lo permito — Respondió entre dientes el castaño. Lo que menos le costaba creer era que al parecer ChanYeol había guardado rencor en él, años de rencor y enojo que estaban siendo desatados cada que entablaban una conversación — Me debes odiar y se nota en cada palabra tuya, pero preferiría obviar ese tema que ha quedado en el pasado. Prefiero centrarme en lo que tengo ahora gracias a mis sacrificios.

— Ser el hijo de padres ricos y corruptos no se le puede llamar "sacrificios", BaekHyun.

El nombrado tragó saliva un poco fuerte y desvió su mirada. No podía ver al hombre que dijo amar hace unos años diciendo esas palabras con tanta frialdad y facilidad.

— Te estás pasando de la raya — Se limitó a decir.

— Se le dice la verdad, deberías saberlo.

— Eres tan inmaduro...

Fue lo único que pudo decir antes de caminar en dirección a su auto, subirse en él y desaparecer del área lo más rápido posible. Su pecho dolía, claro que si. Las palabras de ChanYeol fueron como estacas directamente a su corazón. No sabía si era la misma persona a quien juró amar por siempre un día antes de desaparecer. No era quien siempre le daba palabras de aliento y que había hecho muchos esfuerzos para poder llegar a ser alguien en la vida, ni a quien había prometido no ser como sus padres.

Sus padres eran la hierba mala en su vida pero, no podía hacer nada. Al fin y al cabo eran las personas que lo habían criado, que se habían preocupado en que no le falte nada ¿Tan malo era recibir el apoyo de tus propios padres? Quienes te enseñaron a decir tus primeras palabras, quienes estuvieron en tu primera competencia de natación, quienes siempre te apoyaron.

Recargó su mejilla en el timón volviendo a realizar el escenario de su anterior conversación con el pelinegro y solo podía concluir que ChanYeol estaba muy fuera de control cada que se veían.

A lo mejor lo odiaba.

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