¿Esto es real o un simple sueño?
Steven estaba aturdido, y apenas habían pasado dos semanas desde que azurita llegó el planeta tierra con ayuda de las diamantes. Y desde entonces, se la ha pasado haciendo bromas de mal gusto, ÚNICAMENTE dirigidas al joven mitad humano mitad diamante; desde una lata de sofá agitada hasta su lindo carro rayado con pintura aerosol, teniéndolo que llevar con su querido padre.
—Steven, ¿ocurre algo?
—¿Crees que no? —arquea una ceja fastidiado.
—Perdón, ¿sí? Tampoco sé la razón por la que estás así, si taaan solo me contaras —aumenta su tono de voz con molestia.
—Ahg, perdón, Spinel —se palmea ligeramente la cara—. No es tu culpa para que me comporte así contigo.
—Bueno, cuenta lo que ocurre.
—¿No te parece que azurita es muy molesta?
—Para nada, ella es muy amigable conmigo.
—Conmigo no lo es —afirma—. Desde que llegó me ha dejado una mala impresión y estoy comenzando a acertar, ya que solo se la pasa haciéndome bromas pesadas.
—¿No estarás exagerando?
—¡Para nada! —alza sus ambos brazos—. ¡Me da latas de soda agitadas, siempre termino empapado! ¡Incluso ayer en la mañana de hoy mi carro estaba rayado!
—Steven, yo no creo que ella sea así, podría haber sido alguien más; ella es muy linda, además se la pasa todo el rato conmigo para que tenga tiempo de hacerte todo eso —hace una mueca de confusión.
—¿Lo vez? También permanece siempre contigo.
—¿Y eso qué tiene de malo? ¿Te da celos o qué?
—No, no me da celos pero yo sé que su objetivo no es bueno, sé lo que digo.
—¿Entonces no sabes lo que digo? ¿Lo que yo digo está erróneo?
—¿Qué? No, yo no me refería a eso.
—Me estás diciendo que lo que digo no es cierto y que ella es una mala gema, solamente la estás juzgando sin alguna prueba, solo lo haces porque te genera una mala impresión.
—¡Ya te dije las pruebas! ¿Acaso tiene que hacer más para que me creas?
—¡Pero no hay ninguna donde esté ella realizándolo, pudo haber sido alguien más!
—Yo creo que la estás defendiendo mucho.
—¿Por qué será? ¿Será porque también estuvo sola? No tiene compañía, desde que inició la nueva era, ella fue abandonada...
—¡¿Y yo por eso tengo que soportar que me juegue bromas?!
Spinel abre los ojos sorprendida. —¡Y sigues diciendo que es ella!
—¡Porque así lo es! ¡Ella es mala, tú ni siquiera sabes lo que hizo porque ni estabas aquí! —cierra los ojos con fuerza.
Ríe. —Ah claro, no estaba aquí porque ¡ME LA PASÉ ESPERANDO A TU ESTUPIDA MADRE EN ESE REPUGNANTE LUGAR! ¡YO NO SÉ QUÉ OCURRIÓ PORQUE NO SABÍA QUE DEJÓ DE EXISTIR PARA TENERTE A TI Y HUIR DE TODO LO QUE OCASIONÓ! ¡TUVE QUE VER TU ESTUPIDO COMUNICADO PARA ENTERARME, YA QUE NADIE SE ACORDABA DE MÍ!
—¡Para venir a destruir mi hogar cuando yo no sabía lo que hizo mi madre! ¡Si no fuera por mí tampoco lo sabrías!
Agranda el puño. —Ah, claro... ¿Por qué no lo pensé? Steven Universe me reprocha que hace años le iba a destruir su planeta, Steven me lo estaría recordando en cada momento y haciéndome sentir culpable a pesar de que su madre me abandonó por seis mil años. Yo soy una simple ignorante que no sabe lo que dice porque no estuvo antes en el planeta tierra ya que su querida madre se olvidó de mí —golpea a Stiven arrojándolo hacia la pared de la casa.
Steven con dificultad se levanta, no tuvo tiempo para pensar y activar su poder de defensa. Cierra un ojo mientras frunce el seño molesto del reciente golpe.
—¡¿Qué te ocurre, Spinel?!
—¡Qué eres un idiota, Steven! ¡Te odio!
Spinel sale inmediatamente del lugar azotando la puerta de la vivienda, Steven ni siquiera volteó a verla debido al enojo que sentía ante la reciente discusión.
El portal del templo brilla indicando la llegada de las Crystal Gems, ambas mostraban una expresión de preocupación al ya saber lo que pasaría gracias a la predicción de Garnet. Perla corre hacia Steven quien ya se estaba levantando del lugar mientras se sacudía el polvo generado por el impacto.
—¡Steven! —lo toma de los hombros—. ¿Qué ocurre?
—Yo tampoco lo sé, Perla. Azurita es la causante de esto, por su culpa Spinel y yo discutimos solo porque no cree que ella es mala; me ha estado haciendo bromas en cada momento y yo me estoy hartando de su actitud. Yo..., le grité.
—Viejo, ¿pero qué diablos? —Amatista miraba anonada la pared que estaba agrietada.
—Steven, tenían que haber guardado calma, no tienen que dejarse llevar por la furia de poder estar de acuerdo en sus ideas —interviene Garnet.
—Basta. Lo siento, chicas, no puedo escuchar por ahora; quiero estar solo —Steven salió de la casa hacia el domo.
—Rayos, apenas llegaron y ya se están peleando —dice Amatista incrédula.
—¡Amatista!
—¿Qué? Es la verdad.
—Será mejor que ellos estén solos por su propia cuenta, así podrán pensar sobre lo que hicieron.
—¿Sabes qué dijeron, Garnet?
—Lo siento, no puedo ver la conversaciones ajenas —aclara mientras acomoda sus gafas—. Pero sé que algo malo ocurrirá y no solo entre ellos.
—Cielos. Y todo parecía estar en paz con cada final de una novela —apoya la nuca en sus brazos Amatista.
Mientras tanto, una pequeña fusión caminaba sobre la arena a unos metros del templo. Sus pasos eran lentos y a le vez pesados, mientras una sonrisa de maldad adornaba su rostro bicolor.
—Querido Steven, para las diamantes y las gemas serás en lindo salvador de la galaxia y el que dio inicio a esta estúpida era —aletea sus alas comenzando a flotar sobre el aire—. Para otros su tesoro y su más grande amor. Pero para mí eres un ser insignificante; yo no aceptaré esta nueva era, yo no creeré en tus cuentos. Te haré la vida miserable.
Azurita daba maromas divertida. —Lo mejor de todo es que no estoy sola como creen —se recuesta en el aire mirando al cielo.
No obstante, al mirar hacia abajo, se percata de la presencia de una gema en particular, se trataba de Spinel. Baja inmediatamente para saludarla.
—Hola, Spinel.
—Hola, Azurita...
Su rostro denotaba molestia y a la vez tristeza, cosa que le causó curiosidad a la pequeña fusión; deseaba que tuviera que ver con su fabuloso plan.
—¿Estás bien, Spinel? Te noto extraña, en la tarde parecías estar tan alegre que no parabas de saltar.
—Pero ya no —afirma con la miraba baja—. Me peleé con Steven, me dijo lo que no debía, creí que ya era pasado pero veo que siempre lo recordará.
—¿Qué sucedió?
—Hace unos años yo llegué a la tierra con un objetivo, el cual era destruirla por ser el hogar de Pink Diamond. Ella se olvidó de mí y me dejó abandonada por seis mil años...
—¡Oh no, Spinel! —finge fruncir el ceño molesta—. Lo que hizo Pink es imperdonables.
—Eso lo sé. Sin embargo, Steven me hizo cambiar de parecer, me ayudó y me enseñó a amar de nuevo... Cómo verás, estamos en la tierra, queriendo decir que no la destruir.
—Eso es muy lindo, Spinel, qué magnífico que amaras de nuevo —sonríe con hipocresía—. Pero déjame decirte algo.
—¿Qué pasa? —la mira sin ánimo alguno.
—¿Has pensado que Steven pudo haber hecho con el propósito de que no destruyeras su hogar? Algo así como lavarte el cerebro; creo que así se expresan los humanos aquí —hace una mueva de desagrado.
—¿Dices que me mintió?
—Así es.
—Pero, dejamos de vernos por un largo tiempo; nos reencontramos por una reunión que hicieron las diamantes —baja la mirada nostálgica—, cómo olvidarlo...
—Sí, pero ¿también pensaste que pudo haber sido parte de su plan para que te acercaras y confiaras en él, creyendo que es bueno?
—Las gemas y diamantes confían en él..
—Seguro les lavó el cerebro también —rodea los ojos—. Lo hace por egoísmo, solo le interesa su seguridad.
—Yo..., no lo creo, es ilógico Azurita.
—Es obvio que te cuesta creerlo porque siempre has estado cerca de Steven, pero lo hace para que te pueda tener la mirada y no cometas algún desastre maligno. Usa tu confianza.
Abre los ojos. —¡No! ¡No es cierto! ¡¿Cómo sabes que eso es así?! ¿Por qué afirmas que él hace eso?
—Recuerda que es el hijo de Pink Diamond, la que te utilizó para divertirse y al final abandonarte como basura cósmica.
Cae de rodillas. —Tie...nes... razón...
Azurita le da la espalda para reírse victoriosa de su plan.
—Lo siento, Spinel, pero esa es la realidad. Habrás pasado tanto tiempo con él, pero todo ha sido con la intención de que no hagas nada malo, él no confía en ti; él finge creer en ti para que tú hagas lo mismo y pienses que te ama. A él solo le preocupa sus amigos, las Crystal Gems.
Spinel derramaba lágrimas sin apartar la vista de la arena.
—¿Acaso no sabías que él utiliza la confianza como estrategia? Se hace pasar por alguien más para que crean que es magnífico por su bondad y luego poder destruirlas y abandonarlas. Reitero, es Pink; hizo lo mismo con las diamantes y gemas del universo; no te quiere como tú crees.
—P-pero, me defendió de las diamantes, gemas y personas....
—Ay, Spinel, por supuesto que eso fue falso. Si alguien pregunta quién es experto en mentir, Pink o Steven, como se llame, es el indicado; nos mintió a todas; no haría excepción contigo, cariño.
—Hicimos tantas cosas juntos, no puedo creer que todo sea parte de una mentira.
—Si te abandonó por seis mil años, no dudes en algo que hizo por los años que llevas conociéndolo —cierra sus ojos—. Solo le importa salvar su estúpido planeta.
—¡¡NOOO!! —agranda el puño y destruye una gran rosa a causa de la furia.
—Además, si dices que hace un rato te recordó que llegaste a destruir el planeta, es porque quiere hacerte sentir culpable. Sus palabras son falsas —aletea hacia Spinel quien había avanzado unos pasos—. Si tanto te quiere, ¿por qué no ha venido a buscarte después de todo lo que te dijo? Si él se equivocó en lo que dijo, ¿eso no es lo que hace alguien cuando quiere de verdad?
Levanta la mirada. —Es cierto —gira hacia donde se ubicaba el templo—. Él no ha venido a buscarme, eso quiere decir que es verdad todo lo que dices. ¡TE ODIO, STEVEN UNIVERSE!
Spinel grita ante la decepción, furia, dolor y tristeza. Comienza a golpear reiteradas veces la arena entre lágrimas mientras aquellas marcas en sus mejillas se hacían más notarias, alargandose más despues de que comenzaban a hacerse pequeñas.
—Lo logré, logré que Spinel se pusiera en contra de Steven Universe —ríe.
—Yo no vuelvo aquí —con la mirada llena de odio, enrolla sus piernas como un resorte para dar impulso y alejarse de ese sitio en el aire.
—¡Hey, Spinel! —vuela hacia ella—. ¡Espérame!
Mientras tanto.
—White Diamond —Yellow corría hacia al antigua monarca de la galaxia originando un pequeño temblor en el suelo.
—¿Qué pasa, Yellow?
—White, las peridots han venido a informarme que en los últimos días se han registrado la desaparición de algunas gemas al norte de la galaxia.
—¿Cómo es posible eso?
—Desaparecen sin dejar rastro, no hay causa natural, es como si fueran secuestradas.
—¡Imposible! ¿Quién las estaría secuestrando? Desde hace miles de años, nunca había sucedió eso y mucho menos en esta era donde nadie está obligado a nada, todos deberían ser felices.
—White, siempre habrá alguien quien no siga esto, quien no está de acuerdo y busca planear algo maligno.
—¿Estás diciendo que alguien está secuestrando a gemas de la galaxia para fines negativos?
—Así es —se cruza de brazos.
—¡White, Yellow!
—Blue, ¿qué pasa? —Yellow gira hacia donde provenía la voz.
—Me acaban de informar la desaparición de algunas gemas al sur.
—¿Ves lo que te digo?
—Tenemos que planear algo para averiguar quién es el responsable.
—Enviemos un robonoide con grabación en tiempo real hacia las zonas donde se han reportado tales desapariciones —propone Yellow.
—Debe contar con la capacidad de camuflarse en el espacio, así evitamos que lo descubran.
—Está bien. Las peridots son geniales para esto, espero espero accedan y nos ayuden —menciona White.
—Es por el bien de las gemas —justifica Yellow.
Nadie se esperaría que una gran obscuridad albergaría en toda la galaxia.