Después de hablar con Soojin me quedó un mal sabor de boca, realmente me estoy sintiendo muy nerviosa.
Entré nuevamente al edificio, me topé con Hyunjin.
– ¡Hola Mi-rae! – exclamó alegre – ¿Cómo estás?
– Para nada bien.
– ¿Qué ocurre? – preguntó.
– ¿Haz notado que no me llevo bien con Eun-ji?
– Sí – dijo – Habían rumores de que la odias y estás celosa, incluso que comentabas que era malvada – siguió – Vaya película que se montaron.
– En realidad – dije – Es verdad.
– ¿Cómo?
– Me contó como llegó a ser reconocida, y es horrible... Manipuló a todo el mundo para realizar su carrera profesional en solitario.
– ¿Ella te lo dijo?
– Sí.
– ¿Y no crees que solamente es una broma?
– Claro que no – dije – Lo dijo muy enserio.
– Por dios – dijo – ¿Quién sería capaz de divulgar sus fechorías?
– Pues porque no me considera una amenaza.
– ¡Un gran error por su parte! – bromeó.
– Lo digo enserio Hyunjin...
– Basta Mi-rae, ella solo estaba bromeando, estoy seguro – dijo – Alguien no puede engañar a todos con solo pestañear.
– ¡Ella sí!
– Escucha, si quieres evitar quedar como mentirosa, deberías dejar de desconfiar tanto de ella – dijo – ¡Ya sé, te sientes algo celosa por su relación con Seojun, es algo normal, pero durante todo este tiempo te ha demostrado que es buena! ¡Todos cometemos errores!
– ¡Pero es verdad! – exclamé – ¡Ella me lo confesó todo!
– ¡Solamente estaba jugando contigo! – dijo – Ella sería incapaz de hacer algo así.
Es inútil seguir insistiendo, no vale la pena seguir hablando con él.
Me dirigí al salón y me senté junto a Suho. Apoyé mi cabeza sobre mi escritorio. De pronto Suho toca mi hombro y me levanto para mirarlo.
– Hey – dijo – Por fin pude hablar con Seojun, intenté sacar un poco de información pero no lo logré – siguió – Siempre evitaba el tema o salía otro.
– ¿Enserio? – dije – ¿Lo haz visto hoy?
– Solamente en la mañana – respondió – Lo más probable es que se ausente hoy, se siente agotado por los ensayos.
Por un momento me quedé callada. Pensé en decirle a Suho de la conversación que tuve con Eun-ji pero no quiero que se enoje conmigo, además ellos son amigos de antes.
Preferí desistir.
La clase transcurrió con normalidad, una vez terminó salí del salón. Iba caminando por el pasillo cuando me encuentro de frente con Eun-ji.
– Me lo han dicho todo Lim Mi-rae, todo – dijo – Ni te imaginas como me siento en este momento...
– ¿Qué te han dicho? – pregunté irónica – ¿Qué eres una mentirosa y manipuladora?
– ¡Y además sigues! – dijo – ¡Y delante de todos! ¡O-ouhh!
No lo puedo creer, también puede llorar cuando quiera.
¡Dios que falsa es!
– ¡Eres horrible, pensé que eramos amigas! – alegó – He intentado todo para acercarme a ti, pero siempre me haces sentir mal – siguió – ¡Hubiera preferido jamás haberte conocido!
– ¡Deja el teatro! ¡Eres ridícula!
– Mi-rae...
En eso Jukyung se acerca a nosotras, se posiciona a un lado de Eun-ji.
– Mi-rae, por favor, detente – pidió mi melliza – No arreglas nada.
– ¡Por Dios Jukyung! – exclamé molesta – ¡Es obvio que finge! ¡Solo mírala!
Eun-ji tapó su rostro y comenzó a "llorar"
Maldición, esto fue mala idea. No debí dejarme llevar por el impulso.
– ¿Qué ocurre? – preguntó Hyunjin uniéndose a la conversación.
Mierda, debo terminar esto, o quedaré como la mala de la película.
Intentaré calmar la situación pues nadie me cree.
– Lo siento... – dije – No quería herirte.
Eun-ji levantó su mirada.
– Estaba un poco celosa... Te prometo que no volverá a ocurrir.
– Es demasiado tarde – respondió Eun-ji – Me haz dañado mucho. Realmente pensé que seríamos buenas amigas, incluso pensé que ya lo éramos y tú... ¡Me apuñalaste por la espalda, diciendo a todo el mundo que soy una manipuladora! ¡Y no es así!
– ¡Ya te he dicho que lo siento! – exclamé.
– ¡No me grites! – exclamó y volvió a llorar.
– Lim Mi-rae ya basta – dijo Hyunjin – ¿Acaso no ves que la estás hiriendo?
– ¡Solo intento decirles la verdad! – reclamé.
Miré a mi melliza, esta me dió una mirada de decepción. No me cree
– No me mires así Jukyung. Me conoces más que nadie, sabes que soy incapaz de inventar algo así.
– Ven Jun Eun-ji – dijo mi melliza – Vamos a sentarnos.
¿¡QUÉ!? ¿¡NO ME CREE!?
– Hyunjin...
Este se unió a las dos chicas. Los tres se fueron y me dejaron allí, sola.
Maldición, todos escucharon la conversación. Están murmurando cosas sobre mi.
Cuando dirigí mi vista a Eun-ji, esta me estaba sonriendo de forma burlesca mientras nadie más miraba.
Salí rápidamente de allí y me dirigí a un salón vacío. Me senté en un banco y apoyé mi cabeza sobre la mesa.
– Te ves pálida – dijo Suho – Pasa algo... ¿no es cierto?
– No te preocupes – dije – Todo está bien.
– ¿Estás segura? – preguntó – Ya te dije, puedes contarme todo porque siempre estaré de tu lado.
Levanté la cabeza y miré a Suho a los ojos. Me decidí y le conté todo.
Le di cada detalle y cité cada palabra que Eun-ji dijo, pero él no parecía sorprendido.
– Sabía que esto podría pasar...
– Cómo... ¿lo sabías? – pregunté extrañada – ¿Sabías lo que hizo? ¿Pero cómo?
– El primer día que nos encontramos con ella, fuimos a un restaurante después de dejarte a ti y Jukyung en casa – dijo – Ella recibió una llamada así que contestó, quería ir al baño así que me puse de pie – siguió – Cuando me acercaba al lugar, me percaté de que Eun-ji estaba en un lugar apartado, me acerqué. Estaba hablando con su manager, le dijo que tenía un plan para llevarse a Seojun y que así formara parte de la banda.
Mierda.
– Dijo que para ello, haría lo imposible – siguió – Es por eso que pretende quererlo, porque lo necesita.
Esa bruja.
– ¿Y todo el mundo se ha puesto del lado de Eun-ji?
– Sí... Hasta Hyunjin y Jukyung...
– Ha sabido darle la vuelta a la situación para ponerla a su favor, además se ha vuelto muy cercana a tu hermana... Imagino que si no hubiese escuchado esa llamada tal vez también le hubiese creído.
– Claro que no – dije – Eres muy astuto.
– No es cuestión de ser astuto o no, sino de la relación que tienes con las personas. Además, si me dijesen lo mismo de ti tampoco lo creería. Eres alguien importante para mí. Y ahí soy como todo el mundo – terminó por decir.
– Aún así creo que hubieses investigado.
– Escucha – dijo – Deberías irte a casa y descansar, mañana solucionamos esto juntos.
– No puedo – dije – Si me voy ahora, todos creerán que ella tiene la razón y yo estoy montando un espectáculo por celos, debo impedir que se hagan rumores sobre mi.
– ¿Y planeas hacerlo encerrada aquí?
– No me atrevo a salir sola por los pasillos.
– Entonces ve a casa – insistió – Mañana vuelves con más ánimo y recargada de energía, ¿de acuerdo?
– De acuerdo – respondí.
– Me alegra escuchar eso.
– Gracias Lee Suho... No sé que haría sin ti.
– Probablemente te habrías escondido toda la tarde aquí – dijo – Así que te ahorré el resto del día.
– Tsh – bufé.
Suho salió del salón, tomé mi mochila e hice lo mismo. Iba caminando por el patio cuando me encuentro con alguien.
– Han Gowoon – dije.
– ¡Unnie! – exclamó – Me he enterado cosas de ti no muy agradables.
– No Gowoon, no es lo que crees...
– Unnie, me ayudaste a enfrentarme a esas bravuconas – dijo – Y me protegiste de todo aquel que se burlara de mi – siguió – Es por eso que quiero escuchar tu versión.
– Gracias Gowoon...
Le conté la confesión que me hizo Jun Eun-ji. Al igual que Suho no omití ningún detalle.
– ¡Que bruja! – exclamó la menor.
– ¿Me crees? – pregunté sorprendida.
– Claro que sí – dijo – Te conozco y sé que eres incapaz de inventar una cosa así, es tan complejo que ni a mí se me hubiese ocurrido.
Genial, alguien más que me cree.
– Vamos a tener que ser astutas – dijo – Primero debemos conocer sus debilidades.
– Sí... he pensando en golpearla – dije – Pero sería peor.
– No unnie – dijo – Debemos jugar a su mismo juego, pero para ello debemos saber que cartas tiene en mano y cuales esconde.
– Es casi imposible – dije – Créeme, es mucho más hábil de lo que crees.
– Eso es porque no haz investigado bien – dijo – Déjamelo a mí, el hecho de que Seojun y ella sean cercanos me permite estar más al pendiente.
– Genial – dije – Gracias Gowoon.
Abracé fuertemente a la menor y me fui a casa.
Estaba tan agotada del día que solo llegué a dormir. Cuando me desperté a la mañana siguiente me dirigí a la escuela.
Pero debí quedarme en cama, todo el mundo me miró cruelmente cuando atravesé la puerta de la escuela.
– ¡Mira, aquí está el verdugo! – bromeó Song Kang.
– ¿Qué haces aquí? – pregunté.
– ¿Por qué? – dijo – ¿Acaso vas a matarme o martirizarme?
No contesté, solo lo quedé mirando.
– ¡Bueno vamos! – exclamó – ¡Di algo! ¡Defiéndete!
– Hice lo que me aconsejaste...
Él solo me miró.
– Nadie me creyó...
– Así veo... – dijo – Vine a hacer una entrega... Escuché los rumores...
No dije nada.
– Por lo que oí eres una auténtica canalla, casi el diablo personificado – bromeó.
– Lo haces a propósito, ¿cierto?
– Está bien, lo siento – dijo – Era para que tuvieses una buena reacción ante el problema, pero te quedaste de piedra... Pudiste haber fingido aunque sea.
– Lo siento, estoy un poco de los nervios...
– No me sorprende – dijo – No debe ser nada agradable que toda la escuela te mate con la mirada.
– Me reconfortas mucho Kang, gracias por todo – dije – Hice bien en contarte.
– Claro que sí – dijo – Estoy de tu lado así que no te preocupes.
Sonreí ante el comentario.
– Por cierto – siguió – ¿Seojun sabe de esto?
– No – dije – No ha venido a la escuela, así que no está enterado. He preferido no decirle pues si lo hago querrá venir y necesita descanso.
– Ya veo.
Después de eso me despedí de Kang. Seguí mi camino y me topé con Hyunjin.
– Hola Hyunjin, que tal...
– Muy bien, gracias.
Dijo y se fue. Vaya, me recuerda a la vez que creyó los rumores en YongPa... No me sorprende, aunque igual me decepciona.
Entré al edificio. Me acerqué a Taehoon que estaba esperando a alguien.
– Hola Taehoon, ¿cómo estás?
– Bien... Gracias...
– ¡Amorcito! – gritó Sooah – Ya estoy...
Dejó de saltar y me miró.
– Hola Sooah...
Esta simple decidió no contestar. Tomó a Taehoon del brazo y se fueron.
Seguí mi camino y entré al salón. No había nadie así que me senté y puse mi cabeza sobre mi banco.
– Así que...
Levanté mi cabeza para ver de quien se trataba.
– Lamentas no haberme dejado tranquila, ¿no es así? – dijo con superioridad Eun-ji.
Me puse de pie y me acerqué a ella, quedando frente a frente.
– No te saldrás con la tuya esta vez – dije.
– Ya lo hice – dijo burlesca.
Después de esa frase abandonó el salón. Yo hice lo mismo a los pocos minutos.
Debo preguntarle a Gowoon si ha conseguido información.
Durante el camino me topé con Hyemin.
– Hola Hyemin – dije – ¿Cómo estás?
– Bien, gracias – dijo incómoda.
– ¿Tú también vas a evitarme?
– L-Lo siento Mi-rae... No me siento cómoda contigo... Estás actuando igual que como lo hacías en YongPa... Ya sabes.
– Entonces... Crees en Jun Eun-ji.
– Pero no es sólo Eun-ji – dijo – Mucha gente vió su discusión ayer.
– Ja...
No quise seguir con el tema así que me fui. Me dirigí al gimnasio.
Allí estaban mis chicos. Me acerqué a ellos.
– No hemos oído nada bueno de ti hoy – dijo Chorong.
– No me apetece hablar de ello – dije cansada.
– Deberías – dijo el gordete – Somos tus amigos, estamos aquí para apoyarte.
– Así es – dijo otro – Eres nuestra diosa, confiamos en ti.
– Son muy amables chicos – dije – Pero realmente no tengo ganas de hablar del tema.
– De acuerdo – dijo Chorong – Pero sabes donde encontrarnos.
Salí del gimnasio en busca de Gowoon. Me dirigí al piso de su salón. Mientras la buscaba sentía todas las miradas sobre mi.
Dios, quiero que todo esto termine.
Encontré a la menor en un salón. Entré y me acerqué a ella.
– ¡Gowoon! – exclamé – ¿Encontraste algo de información? ¿O tienes alguna idea?
– No, lo siento unnie – dijo – He estado haciendo otras cosas.
– ¿Otras cosas?
– Unnie... – dijo – ¿Haz hablado con mi hermano?
– No... ¿por qué?
– Cuando lo veas... lo entenderás.
Me dirigí nuevamente a mi piso. Caminé por el pasillo, de pronto veo a Seojun que hablaba por teléfono en un salón vacío. Me acerqué.
– Estupendo – dijo – Seguro... – siguió – Ajá, si... Le prometo que lo pensaré y le daré una respuesta.
Será que...
– Seojun...
Se volteo y me miró. Su rostro no parecía contento de verme... No como antes.
– Qué ocurre.
– No me digas que hablas con el manager de Eun-ji... ¿Acaso tienes mala memoria o simplemente eres idiota?
– Escucha Mi-rae – dijo – Debí contarte desde un principio – siguió – Eun-ji me ofreció una oportunidad para debutar en su grupo, en el extranjero.
Mierda.
– ¿Aceptarás?
– No lo sé...
...
– ¿Es por su promesa? – pregunté – ¿Piensas cumplirla?
– ¿Qué sabes tú de eso?
– Todo Seojun... – dije – Lo sé todo... – seguí – No puedo creer todo lo que haces por ella, cuando nunca te devolvió el favor.
– Por favor Mi-rae – dijo – Mi decisión no influye en ella, sino en ti – siguió – El hecho de que me haya gustado en un pasado no significa que con su presencia lo vuelva a hacer, tú eres quien me gusta.
– Sí, claro...
De pronto revisó su teléfono.
– Escucha Mi-rae – dijo – ¿Podrías dejarme solo?
– Seojun...
– Escuché lo que pasó con Eun-ji – dijo – Si te soy sincero estoy molesto.
– ¿Le creíste?
– Ella me llamó llorando – dijo – Me contó lo que pasó.
No puedo con esto.
– Seojun... ¿Le creíste?
– Mi-rae, normalmente no estoy en contra de nuestras pequeñas riñas, pero no es el momento – dijo – Tengo que hablar de negocios. Por favor, necesito estar solo.
– ¿Estás de broma?
– Solo vete.
Sus ojos se tornaron fríos. Jamás me había hablado así.
No quise seguir allí así que salí del aula.
Mi ojos se empañaron, pero no de pena sino de rabia.
Iba caminando por el pasillo y me topo nuevamente con Gowoon.
– ¡Unnie! – exclamó – Mira lo que encontré de Eun-ji.
– ¿Qué es esto?
– Es el blog de su antiguo compositor – dijo – Y lo que dice de Eun-ji no es muy adulador – siguió – Escribió un artículo muy detallado de su comportamiento, pero fue censurado.
– ¿Enserio?
– Sí – dijo – Pero logré contactar con el hombre – siguió – Me comentó que salía con él y otro chico al mismo tiempo, por ello tuvieron una pelea que terminó a golpes y ambos fueron despedidos. Su propósito era aprovecharse de su posición para así obtener un mejor puesto.
– ¿Puesto de qué?
– Básicamente seguir siendo solista – dijo – Al parecer cuando se unió a Rock Star Records pensó que no formaría equipo, pero al llegar allá se tuvo que unir a uno – siguió – Ha hecho de todo para ser solista.
– Y si ha hecho tanto, ¿por qué no lo consigue?
– Porque su voz es aburrida al igual que sus canciones – dijo la menor – El hombre me comentó que han tenido que usar computadora para arreglar su voz para obtener más vistas en sus videos.
– Dios, es una falsa... – dije – Pero no entiendo, si tanto desea ser solista, ¿por qué necesita a Seojun?
– Su manager le ha conseguido una pequeña gira, pero con la condición de conseguir a un guitarrista y compositor.
– Claro... Y con el video que se publicó de Seojun habrá pensando que está al nivel.
– Así es – dijo – La tipa es una auténtica bruja, tiene a todos comiendo de la palma de su mano.
– Hasta Seojun...
– No te preocupes por él – dijo – Él sabe lo que hace y a quién quiere. De momento intenta no meterte en más problemas con esta chica, buscaré más información.
– Gracias Gowoon.
La jornada escolar terminó. Nadie se me acercó en todo el día. No ví a Seojun después de nuestra conversación.
Llegué a casa y me acosté sobre la cama. Me siento realmente abrumada. Miraba el techo buscando respuestas pero nada.
Lágrimas brotaron de mis ojos hasta quedarme dormida.