DELICATE | julián álvarez

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"Mi reputación nunca estuvo peor, y soy consciente de que esto no es lo mejor, pero aún así me gustaría que m... Více

DELICATE
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TRECE DE DICIEMBRE, PRIMER SEMIFINAL DE QATAR. Faltaba menos de una hora para que Argentina se enfrentara a Croacia en el Estadio Lusail, ese mismo estadio que había sido testigo de varias de las victorias de la Scaloneta durante el mundial, estadio que estaba que explotaba de la cantidad de gente que había en el lugar para ver quien sería el primer finalista.

Gianna se encontraba ya en su asiento con Allegra y la familia de Julián, ya que Oriana había optado por ver el partido junto a su familia, gracias a que Catherine ya no estaba como la invitada de Por el Mundo Mundial, gracias a que los últimos partidos le tocaban a Lali, y por ende podía verlos junto a toda su familia.

La cordobesa sacó de su bolso un paquete de galletitas, tendiéndoselo a Agustina que estaba con Allegra a upa, la nena portando la camiseta con el número veintiuno al igual que su madre. Después del partido contra la naranja mecánica, las redes habían dado un giro de ciento ochenta grados y ya no se hablaba de la falta de minutos de Paulo sino de lo bien que había estado en ese partido, de su penal que había sido el decisivo, y del baile que les había pegado a los defensores de Países Bajos, sobre todo a Ambroos. Gianna estaba completamente feliz por su hermano, porque por fin había tenido la oportunidad de demostrar para que estaba en Qatar, y que su posición entre los elegidos era completamente merecida. La Joya había brillado y todo el mundo lo había visto.

— Ahí salen los chicos. —incluso si Agustín no hubiera dicho eso, Gianna podría haberlo notado por la forma en que de golpe se había desatado una oleada de aplausos y gritos en todo el estadio, entre los que podía oírse principalmente "Messi".

Gianna aplaudió junto a los demás, sonriendo de forma radiante cuando vio que Julián y Paulo entraban al campo riendo junto a Enzo, siguiendo a los demás para comenzar con el calentamiento. Ni Gianna ni Julián le habían dicho a los demás que ahora eran una pareja oficialmente, los únicos que sabían eso eran Paulo y Oriana, porque después de todo eran los que habían ayudado a Julián cuidando a Allegra para que tuvieran su momento. Luego de que Paulo había dejado a Allegra dormida en la cama, el cordobés se acercó a ellos y los observó de forma expectante hasta que finalmente los dos asintieron con sus cabeza, sonriendo mientras Julián abrazaba a Gianna por la cintura. El grito de emoción que pegaron Oriana y Paulo casi despertaba a Allegra, pero es que ambos estaban demasiado felices por ellos, sobre todo por Gianna, sabiendo lo mucho que ella merecía a alguien que le dieran todo el amor del mundo y que Julián era la persona indicada para eso.

La recién formada pareja había preferido esperar a después del partido para contarle a sus familias y amigos, y en cuanto a los medios y el resto de la gente no tenían pensado hacer ningún anuncio oficial, ni nada. Simplemente decidieron empezar a dejarse ver y que la gente sacara sus propias conclusiones, no iban a ocultarse ni tampoco iban a hacer un gran show al respecto, la relación era de ellos, no de los fans o los medios.

— ¡Hola Juli! —la familia Álvarez y los que estaban alrededor soltaron una risa cuando Allegra agitó sus manos en el aire, saludando a Julián que estaba en la cancha observándola con una sonrisa y devolviendo también el saludo a pesar de que no llegaba a oírla por todo el ruido que había. Luego la mirada del cordobés se posó en Gianna, guiñándole un ojo, cosa que no pasó desapercibida por la familia de él, pero prefirieron no decir nada.

— Este es el momento de la revancha. —dijo Rafael cuando finalmente los dos himnos ya habían terminado y los jugadores se ponían en sus posiciones— Creo que venimos teniendo un nivel mucho mejor que Croacia, aunque después de lo que pasó con Brasil...

Gianna observó a los miembros de la Scaloneta y las expresiones determinadas en sus rostros, incluso la forma en la que habían cantado el himno demostraba que habían venido para dejarlo todo en esa cancha— Pasaron muchas cosas raras en este mundial, ya me puedo esperar cualquier cosa. Pero espero que salga todo como queremos.

Y cuando el árbitro pitó, el partido dio inicio. Una vez más Julián estaba de titular mientras que Paulo en el banco, pero a pesar de estar en esa posición, se nota que Paulo estaba mucho mejor, con energías renovadas gracias a todo lo ocurrido en el partido previo.

VAMO' VAMO' SELECCIÓN, HOY TE VINIMO' A ALENTAR

— ¡DALE! ¡NO ES FALTA ESO! ¡LEVANTATE Y SEGUÍ TEATRERO DE MIERDA! —gritó Gianna viendo como uno de los croatas se tiraba al piso en una supuesta falta hecha por Tagliafico.

Rafael carcajeó al escuchar a Gianna— Menos mal que Allegra tiene los audífonos esos que bloquean el ruido.

Gianna soltó una risa— Por algo se los compré.

A los diez minutos del primer tiempo todos los argentinos habían comenzado a cantar el nombre de Diego Maradona a modo de reconocimiento, era increíble como resonaba por todo el estadio.

— ¡GRACIAS POR SER TAN MUERTO PERISIC! —Gianna soltó una carcajada cuando el jugador del Tottenham apuntó al arco argentino pero el tiro se desvió bastante— Bueno, como que podrían ir haciendo un gol ya, ¿no? Ya me están poniendo nerviosa y no estoy lista mentalmente para otro partido con penales.

Agustina asintió, pasándole otra galletita a Allegra— Vamos a penales de nuevo y voy a necesitar una coca porque la presión se me va a ir al subsuelo.

HOY HAY QUE GANAR Y SER PRIMERO, ESTA HINCHADA LOCA DEJA TODO POR LA COPA.

— ¡VAMOS JULI! —la de ojos claros, se inclinó con cuidado hacia adelante ya que tenía a la nena en brazos, viendo como Julián recibía un pase, en el minuto treinta del primer tiempo, prácticamente estando solo lo que le daba una gran oportunidad de gol. El jugador de Calchín estaba a nada de llegar al área cuando el arquero de Croacia se colocó frente a él para tratar de frenar la pelota, chocando contra su cuerpo y provocando que ambos terminaran tendidos en el suelo. Un quejido escapó de los labios de Gianna al ver a como Julián había terminado deslizándose de panza en el piso por el impacto— ¡ES PENAL ESO! ¡ES PENAL! ¿NO? —preguntó mirando a los hermanos Álvarez que asentían, gritando también que debían cobrar penal a favor de Argentina. El futbolista del City permanecía tirado en el piso, su mirada en el árbitro aguardando a su veredicto mientras sus compañeros se acercaban a reclamar lo recién ocurrido, el árbitro indicándoles que estaba hablando con los árbitros del VAR.

— Dios, el Dibu no está mirando. —comentó Rafael provocando que todos miraran el arco contrario donde el Dibu estaba con una rodilla en el piso, su cuerpo en dirección contraria, mirando precisamente su arco.

Gianna sonrió— Creo que esa ya se volvió su cábala también.

— Que se ponga hasta a bailar si sirve para que ganemos. —dijo Agustín provocando la risa de los demás.

— ¡ESOOOO! ¡GOOOOOOOL! —gritó Gianna con entusiasmo, dando saltitos en su lugar provocando la risa de Allegra, y siendo abrazada por Agustina cuando Lionel Messi pateó la pelota desde el punto de penal, logrando que esta inflara la red, y consiguiendo así un cambio en el marcador que ponía a Argentina en la final de la Copa del Mundo— ¡QUE GRANDE QUE SOS LIONEL! ¡LA TRANQUILIDAD CON LA QUE PATEA! ¿CÓMO HACE? DIOS.

MESSI, MESSI, OLE, OLE, OLE, OLE, MESSI, MESSI. Coreaba todo el estadío el nombre del delantero argentino mientras este festejaba con sus compañeros, una gran sonrisa en su rostro que imitaba a la de todos los hinchas argentinos.

— ¡PASALA HERMANO! —escuchó Gianna el grito de Rafael cuando vio que Julián recibía la pelota de parte de Messi antes de pasar la mitad de la cancha, empezando a correr con muchísima velocidad, mientras era seguido por tres jugadores de Croacia. Parecía que Julián trataba de acomodar la pelota para pasársela a alguno de sus compañeros, como el caso de Molina que también se había pegado la corrida junto a él para acompañarlo, pero nunca llegaba a tenerla de la forma correcta, cada vez más cerca del arco contrario.

— ¡GOL! ¡GOL BOLUDO! ¡GOOOOL! —gritó Gianna sin creer lo que acababa de pasar, soltando una carcajada cuando vio como Julián sonreía mientras pateaba la pelota cuando el arquero se le puso en frente y casi terminando en el piso una vez más, pero esta vez logrando que la pelota ingresara en el arco. El estadio completo estaba enloquecido con la jugada y la corrida que Julián Álvarez se había mandado, mientras este era abrazado por Messi, abrazo al que luego se sumaron todos los demás, incluso los jugadores del banco.

— ¡QUE HIJO DE PUTA! ¿CÓMO VAS A HACER ESE GOL? —dijo Agustín mientras todos se abrazaban.

Allegra en los brazos de Gianna no entendía demasiado, pero aún así pegaba gritos para tratar de acompañarlos en el festejo, sonriendo cuando mostraban a algún jugador que conocía en las pantallas que habían distribuidas en el estadio.

— ¡JULI! ¡JULI, MAMI! ¡ALLÁ! —gritó señalando con su manito cuando vio que en la pantalla aparecía la imagen de Julián sonriendo y haciendo su característico festejo donde arrojaba telarañas, Allegra haciendo ruidos con su boca como si ella también estuviera arrojando telarañas mientras movía sus manos en el aire. Pero la cosa no quedó ahí, porque sabiendo que las cámaras lo enfocaban, Julián señaló la zona donde sabía que estaba sentada su familia con Gianna y Allegra, haciendo hacia la cámara una letra "A" con sus dedos. Gianna sintió como su corazón se derretía y sus ojos se ponían cristalinos porque Julián acababa de dedicarle su gol a Allegra, que reía y aplaudía mientras todos gritaban eufóricos. Y a pesar de que Gianna sabía que Julián no llegaba a verla ni a oírla, susurró un "Gracias", completamente agradecida por la forma en la que Julián era con su hija.

— ¡Te dedicó el gol a vos, Alle! —le dijo Rafael sonriendo al ver como la nena hacía que tiraba besos hacia la pantalla donde seguían enfocando a Julián con los demás jugadores argentinos.

Creo que soy yo la que va a necesitar la coca, porque se me va bajar la presión si sigue haciendo esas cosas. Pensó Gianna recordando las palabras de Agustina en los primeros minutos del partido.

Mariana por su parte también observaba todo con ojos cristalizados mientras Gustavo la abrazaba, porque sabía que si Julián había tomado la decisión de hacer eso era para dejar en claro lo mucho que esa nena le importaba, para dejar en claro el cariño que le tenía. Mariana no veía la hora de poder decir que Allegra era su nieta, la mujer no veía la hora de que su hijo decidiera elegir su felicidad y se declarara a Gianna.

Desde donde estaban podían ver al director técnico de Croacia pasando con frustración las manos por su cabello, la desesperación comenzando a invadirlo porque las cosas no estaban saliendo como quería.

— El partidazo que se está mandando el Juli. —murmuró Agustín viendo como los jugadores salían de la cancha para poder irse a los vestuarios. Y es que Julián estaba muy activo en la cancha, parecía estar con otras energías, aún más enfocado y preciso que los partidos anteriores, como si algo hubiese cambiado en él, y eso era algo que todos los que estaban mirando el partido, tanto dentro como fuera de la cancha, habían notado— Creo que nunca lo vi tan arriba como hoy, mamita.

Y claro que algo había cambiado, solo que casi nadie sabía de eso. Julián estaba jugando como nunca, y todo se debía a la felicidad que sentía por lo ocurrido la noche anterior, porque finalmente tenía a Gianna a su lado.

Gianna sonrió viendo como al acercarse al lateral, Paulo se acercó a Julián entregándole una botella de agua y abrazándolo por los hombros mientras ambos reían.

Para cuando arrancó el segundo tiempo quedó claro que Argentina no tenía intenciones de permanecer en ese dos a cero que habían conseguido durante los primeros cuarenta y cinco minutos, sino que iban por más. A menos de cinco minutos de arrancar el segundo ya habían hecho un tiro al arco que había sido atajado por el arquero croata de pedo, los argentinos lamentándose porque de haber sido gol era tremendo.

Aunque no eran los únicos que habían salido a tratar de anotar, porque los jugadores de Croacia trataban de buscar cualquier forma que tuvieran de acercarse al arco argentino, a pesar de que les estaba resultando complicado por lo bien que estaba funcionando la defensa.

— ¡CUTI LA PUTA MADRE! ¡BAJA UN CAMBIO, CULIADO! —gritó Gianna cuando vio que el Cuti cometía una falta pelotuda pero que le costaba una tarjeta amarilla. La escritora vio como el jugador cordobés le decía al croata que dejara de exagerar, provocando que soltara una risa.

Para el minuto sesenta y siete, Messi obtuvo la pelota y desplazándose por el lateral derecho de la cancha se adelantó todo lo que pudo tratando de evitar a los jugadores croatas, tratando de evitar que pudieran arrebatarle la pelota cuando ya estaba tan cerca del arco. Pero viendo que patear desde esa posición iba a ser imposible, el antiguo diez del Barcelona le entregó la pelota a Julián, que también estaba en el área, y que pateando con fuerza aprovechó la distracción del arquero y los defensores centrados en Messi para arrojarla hacia la red.

Gritos de goles resonaron por todo el estadio, todos los hinchas argentinos eufóricos por el resultado que estaban obteniendo hasta el momento. Gianna se abrazaba a Agustina mientras Allegra gritaba y reía en los brazos de Agustín, que la había alzado a upa, mientras festejaban el segundo gol de Julián en el partido.

— ¡JULI! ¡JULI! ¡OLE, OLE, OLE, OLE! —gritaba Gianna sonriendo y viendo como los jugadores se tiraban encima de Julián para festejar lo que era el tercer gol de Argentina, consiguiendo así la revancha por el último enfrentamiento con los croatas donde habían perdido en un tres a cero.

— ¡AH BUENO! —dijo Agustín viendo como Julián miraba a la cámara que lo estaba enfocando haciendo su típica celebración para luego colocar sus dedos de forma que estos hicieran una letra "G", su segundo gol del partido tenía dueña y no quedaba duda alguna de que esa era Gianna Dybala, mucho menos después de que señaló la zona donde ellos estaban sentado, guiñando un ojo mientras sonreía.

— ¿Algo para contar, Giannita? —le dijo Gustavo riendo mientras que ella se ponía toda roja.

Dios mío, lo quiero tanto. Pensó Gianna viendo como el jugador del City sonreía volviendo a su posición.

Al costado de la cancha, en el banco de suplentes podía verse a los jugadores saltando y agitando sus camperas en el aire mientras cantaban al ritmo de la hinchada, igual de eufóricos que los hinchas, sabiendo que si todo continuaba de esa forma el pase a la final era algo seguro.

Fue en el minuto setenta y tres que Scaloni volvió a realizar cambios, y una vez más pudo ingresar Paulo en un intercambio con Julián, que abandonó la cancha siendo ovacionado por todos. Y si bien hubo intentos de gol en los minutos de partido que quedaban para darle fin al mismo, intentos en los que Paulo tuvo una increíble participación, ninguno de ellos logró entrar en el arco.

Para cuando el árbitro pitó todos los argentinos se encontraban llorando de la emoción, y Gianna no era la excepción. Allegra la miraba con curiosidad mientras ella dejaba numerosos besos en su cabeza, repitiendo "Pasamos a la final hija, pasamos a la final", sintiendo como los hermanos Álvarez se acercaban para rodearlas en un abrazo con Agustina, y luego eran abrazadas por Mariana y Gustavo que estaban igual de emocionados que ella.

Había sido el partido más tranquilo hasta el momento para los argentinos, pero probablemente también uno de los más emocionantes. Como eran las vueltas de la vida, cuatro años atrás Croacia le ganaba a Argentina tres a cero, y ahora era Argentina quien le ganaba tres a cero, dejando a Croacia fuera del Mundial y consiguiendo el pase hacia la final del Mundo.




CUANDO ORIANA VIO A SU CUÑADA Y ALLEGRA, lo primero que hizo fue acercarse a ellas para abrazarlas con fuerza, Gianna una vez más sintiendo como se le empañaban los ojos por la emoción de todo lo que pasaba.

— Les dedicó los goles, Gia. —le susurró Oriana en el oído, porque era consciente de que los demás todavía no sabía de la relación entre su cuñada y Julián— ¡Es un dulce!

Gianna asintió sin poder dejar de sonreír— Te juro que no pensé que iba a hacer eso, me morí de amor Ori. —respondió ella en otro susurro aprovechando que seguían abrazadas, pero rompieron el abrazo cuando escucharon que Allegra se quejaba ya que estaba en medio del abrazo.

— ¡Ay hermosa de la tía! ¿venís a upa conmigo? —Oriana le tendió el brazo mientras se dirigían hacia la zona de los vestuarios junto a los demás familiares y amigos, a su lado la familia Álvarez.

Había bastante ruido mientras esperaban porque estaban todos eufóricos, comentando lo que había sido el partido, los goles, el pase a la final, quién podía llegar a ser el candidato y decenas de cosas más hasta que finalmente los jugadores comenzaron a salir del vestuario. Uno de los primeros en salir fue Paulo, que directamente se acercó hacia donde estaban ellas esperando, sonriendo al verlas y abrazándolas con fuerza mientras saltaban entre risas por haber pasado a la final, felicitando a Paulo por el tiempo que había jugado y lo bien que lo había hecho.

— Ningún boludo el pibe. —le dijo Paulo en un susurro a Gianna observándola con diversión, mientras ella colocó sus ojos en blanco. El jugador de la Roma dejó un beso en la cabeza de su sobrina, que estaba en brazos de su madre otra vez, para luego acercarse a Oriana, abrazándola por la cintura y dejando un beso en su frente mientras hablaban en voz baja. Gianna sonrió con dulzura al verlos de esa forma, al ver a su hermano tan feliz con su pareja.

La escritora se movió hacia un costado, apartándose de donde se encontraban todos reencontrándose con los jugadores, para darles espacio. Gianna dejó a Allegra de pie en el piso, agachándose para quedar a su altura, pidiéndole que por favor se quedara quiera mientras le acomodaba los rodetitos que le había hecho, y que se habían desacomodado por todo el movimiento durante el partido.

— ¿Qué vas a querer cenar hoy, Alle? —le preguntó mientras arreglaba el jardinero que la nena tenía puesto— ¿Un puré con patitas? ¿Para festejar que pasamos a la final?

— ¿Y si mejor las invito a comer? —fue entonces que se percataron de la presencia de Julián que las observaba con una sonrisa.

— ¡Juli! —exclamó Allegra acercándose a él y alzando sus brazos para que la levantara, cosa que Julián no dudó en hacer. Ya había saludado a su familia, que ahora hablaban con la de Enzo, por lo que había aprovechado a acercarse a ellas.

— ¿Viste que te dediqué un gol, pulga? —le preguntó dejando un beso en su cachetito con dulzura— ¿Te gustó? —Allegra asintió, diciendo gracias mientras se abrazaba al peluche de Pascal y escondía su rostro en el hombro del futbolista— ¿Y a mamá? ¿Le gustó la dedicación a ella? —preguntó ahora dando un paso hacia Gianna, una sonrisa pícara en sus labios.

— Me encantó, me encantaron las dos, fue un gesto re lindo.

— Lo mínimo que merecen es eso. —murmuró él, acercando su rostro al de ella para besarla.

— ¡Eh! ¡Eh! ¿Qué hacemo' ahí? —antes de si quiera poder dejar un beso fugaz en sus labios, la voz de Otamendi llamó la atención de Gianna y Julián, quien apretó sus labios en una delgada línea tratando de no reír mientras giraba su cabeza para ver qué pasaba. Y las ganas de reír fueron enormes cuando vio que todos se encontraban observándolos sin entender qué estaba pasando, como si le hubiesen salido dos cabeza.

— ¿Darle un beso a mi novia? —cuestionó él con una sonrisa inocente.

Las caras de los demás eran totalmente dignas de una foto, incrédulos de lo que acababan de escuchar.

"¿QUÉ DIJO?" "¿QUÉ ACABA DE DECIR?" "¿QUE VERGA TENÍA EL AGUA ESA? CREO QUE ESTOY EN PEDO" Una carcajada brotó de los labios de la pareja cuando vieron lo alterados que se encontraban todos, las chicas chillando de emoción porque al toque habían entendido lo que estaba pasando, y los jugadores pasando su mirada de Gianna a Julián para luego mirarse entre ellos.

— Repetí lo que dijiste culiado, me parece que escuchamos mal. —dijo el Cuti— No puede ser, dijiste que estabas besando a tu... Naaah, no puede ser, fue delirio colectivo seguro.

— ¿A mi novia? Sí, dije eso. —respondió Julián con una sonrisa radiante, abrazando a Gianna por la cintura con su brazo libre ya que con el otro sostenía a Allegra a upa.

— ¡Me jodes! —dijo Rafael soltando una carcajada— ¡Al fin boludo! —el mayor de los Álvarez se acercó para abrazar a la pareja y felicitarlos junto al resto de la familia Álvarez, siendo luego seguidos por el resto de los jugadores y sus familias.

Mariana era una de las más emocionadas, dándole la bienvenida oficialmente a la familia a ambas Dybala, diciendo lo feliz que estaba por Gianna y su hijo, y que no podía estar más orgullosa.

— ¿Entonces están juntos? —cuestionó Enzo sonriendo mientras abrazaba a Julián— ¿Todo legal? ¿Todo oficial?

Gianna asintió soltando una risa— Sí, Enzo, todo eso.

— ¿Vos lo sabías y no dijiste nada? —le reclamó De Paul a Paulo que soltó una risa.

— Obvio que sabía, es mi hermana y ayudé a Julián con el tema de la propuesta, pero no me tocaba a mí contarlo si la relación es de ellos.

— ¿Desde cuando están juntos? —preguntó Agustín, todos estaban atentos a la nueva pareja formada y es que todos estaban esperando al momento en el que por fin los dos se avivaran y se juntaran, si era tan obvio que hasta ya era muy exasperante verlos de esa forma.

— Ayer a la noche, le pedí a Paulo que se quedaran con Allegra así yo podía salir con Gianna para hablar tranquilos. —explicó Julián dejando un beso en la cabeza de Gianna con suavidad y otro en la de Allegra.

— ¡POR ESO LLEGASTE CON ESA SONRISA DE PELOTUDO AYER! —exclamó el Cuti abriendo sus ojos con sorpresa al hacer la conexión.

— ¡Y NO DIJISTE NADA, RATA INMUNDA! ¡SOMOS TUS AMIGOS! —se sumó Enzo provocando que los demás rieran.

Gianna soltó una carcajada— Con Juli habíamos acordado decirlo después del partido, por eso no les dijo nada manga de teatreros, ¿no les alcanza con los showcitos que se mandan en la cancha?

— Claaaro, ahora entiendo por qué jugó así. —dijo el Papu riendo— Tenía con qué estar motivado, yo pensé que se había dado un saque antes de jugar.

— ¡Alejandro! —lo retó Linda mientras los demás se cagaban de risa por las palabras del Papu.

— Yo pensé que ayer se había medio dopado, si andaba sonriendo como un boludo, por ahí se había fumado algo por ahí, vieron que acá están con esas cosas raras. —dijo el Dibu.

— Sos pésimo para disimular, culiado. —habló entonces Paulo soltando una risa— Ayer cuando volvimos le decía que dejara de sonreír tanto y se trataba de poner serio, pero al toque volvía a sonreir, dios mío, posta parecía sedado.

— Hay que conseguirles la camiseta del City para las dos ahora. —dijo Rafael mientras comenzaban a dirigirse todos juntos a la salida en dirección hacia el micro que aguardaba por los jugadores.

— Ni se te ocurra, si no conseguí que se ponga la del United tampoco se va a poner la del City. —se quejó Lisandro señalándolos con su dedo mientras Muri reía a su lado.

— También... ¿Quién se va a querer poner esa camiseta tipo wachiturro? —preguntó el Cuti riendo con Nahuel.

— Allá se la están poniendo.

Una carcajada resonó en todo el grupo mientras Muri le reprochaba a Lisandro que se cagaba de risa por lo que acababa de decir.

Mientras los demás jugadores se despedían de sus familias de forma momentánea, ya que debían volver al predio antes de volver a salir con ellos, Julián se encontraba hablando con Gianna, pasándole a Allegra para que la tomara en sus brazos.

— Me pego otra ducha cuando llegamos y las paso a buscar, ¿te parece? —cuestionó el cordobés acercándose para dejar un beso en la cabeza de Allegra con suavidad.

— No hay apuro, hace tranquilo que nosotras te esperamos, ¿no Alle? —la nena asintió con su cabeza, sonriendo y luciendo como una copia de su madre en miniatura.

— Bueno, vayan pensando qué quieren ir a comer, y si alguien se porta bien podemos volver a los jueguitos. —Allegra soltó un grito emocionado.

— Juli tendrías que descansar, acaban de jugar un partido. —le dijo Gianna observándolo con preocupación, un gesto que derritió a Julián por completo— Podemos dejar eso para otro día.

Julián negó con su cabeza— Ya voy a tener tiempo para descansar, ahora quiero salir con ustedes y disfrutar juntos. —el cordobés dejó un beso en la frente de Gianna, para luego observarlas con una sonrisa— Las veo en un rato, las quiero.

— Nosotras a vos. —respondió Gianna observando junto a Allegra como Julián se subía al micro de la Selección, saludándolas a través del cristal junto a Paulo que se había sentado a su lado.

Un suspiro contento escapó de los labios de Gianna. Era increíble lo feliz que tener a Julián y a Allegra le hacía. 





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