Harry se estaba acabando de pintar los labios.
Se veía tan lindo.
Se miró al espejo y suspiró, se veía precioso pero eso no podía evitar que siguiera sintiéndose un poco triste.
Un año.
Llevaba un año comprándose artículos femeninos sin que nadie lo supiera.
Era jodidamente horrible esconder quien era pero... ¿Qué otra cosa iba a hacer?
Sí, era horrible salir del armario para entrar en otro pero... ¿Qué iban a pensar sus amigos y su familia si se enteraban de que era un chico trans femenino?
A muchos ya les había costado aceptar a Harry cuando su presentación de identidad era lo más masculino que podías ver... ¿Qué iban a pensar si se empezaba a pintar las uñas o confesaba que cada vez que pasaba por Victoria's Secret deseaba comprarse ropa interior de encaje?
Pensarían que es una persona rara que solo finge su identidad.
Ser trans es una liberación pero... También hay muchos estereotipos tóxicos en la comunidad trans. Si un chico trans es femenino en ciertos aspectos puede ser criticado por su propio colectivo. ¿No es triste? Ser criticado por personas que deberían entender tu miedo y tu dolor.
Y después está Louis... Harry podría soportar sentir que decepciona a un par de amigos o hasta a su familia pero, ¿decepcionar a su novio? No, eso sí que no. Se sentiría muy mal. El chico de rizos no estaba seguro de poder seguir adelante si sufría esa clase de rechazo de nuevo.
El principio de su transición fue una de las situaciones más duras que ha tenido que pasar por su vida y no sabe si podría volver a pasar por un sufrimiento parecido.
Toda la ansiedad y depresión que le vino a partir de eso... Estaba muchísimo mejor después de cuatro años... No podía volver a llorar cada día y desear estar muerto.
Miró el reloj que colgaba de la pared. Las siete y treinta y cuatro. Louis solía volver al apartamento que compartían a las ocho. Debía empezar a quitarse el pintalabios y el colorete. Además, también debía desnudarse, esconder el vestido que compró en secreto y fingir, cuando Louis llegara, que había estado prácticamente toda la tarde estudiando.
Estaba empezando a quitarse el colorete con una toallita desmaquillante cuando lo vio. Louis. Louis estaba detrás suyo, lo veía mirándolo boquiabierto por el reflejo del espejo. Harry se quedó petrificado. ¿Como había sido tan idiota? Ni siquiera había oído la puerta del apartamento cerrarse.
Harry se giró para mirar a su novio, sus propias manos temblaban y sentía la garganta seca pero sabía mentir bien. Sabía esconder lo que sentía. Sabía salir de una situación incómoda.
"Oh, hola, Lou. Llegas pronto." Soltó lo más natural posible, sonriendo. Se volvió a girar hacia el espejo y siguió sacando los restos de maquillaje de su cara.
Louis parpadeó.
"Hola, bebé... ¿Por qué llevas un vestido?"
Harry tragó saliva pero no reaccionó de ninguna manera.
"Taylor me lo dejó. Me dijo que sería divertido travestirse en Halloween. Ella llevará un traje y un bigote postizo."
El chico de ojos azules asintió, no muy convencido. No sabía ni qué decir.
"Y... ¿lo harás?"
"¿Hacer qué?"
"Ponerte un vestido en Halloween, amor."
El corazón de Harry se estrujó al escuchar el apodo.
"¿Qué pensarías si lo hiciera?"
Louis se acercó y abrazó a Harry por detrás, besando la parte posterior de su cuello.
"No puedes responderme con otra pregunta, bebé... Dime, ¿qué sucede?"
El pecho de Harry empezó a arder. No, no iba a pasar otra vez por esto.
"No sucede nada. Y no, no me pondré este estúpido vestido para Halloween. Soy un hombre."
Se quitó agresivamente el vestido y se dirigió a la habitación. Cogió su pijama y se empezó a vestir.
En cambio Louis se quedó en el baño, extremadamente confundido por el comportamiento del rizado mientras cogía el vestido que había sido tirado al suelo. La etiqueta. El vestido aún llevaba la etiqueta. Era un vestido nuevo. Sabía perfectamente que era todo una gran mentira. Ese vestido no era de Taylor. Louis sintió algo raro en el pecho, le dolía el corazón. ¿Por qué Harry le estaba mintiendo? ¿Por qué a él?
Acarició la suave tela del vestido y suspiró. Cogió un poco de confianza y salió del baño, confrontando a su novio.
"Bebé..."
Harry estaba limpiando sus lágrimas con una de las mangas de la camiseta de su pijama.
"¿Podemos hacer que nada de esto ha pasado?"
Louis quería decir que no. Louis quería solucionar esto, quería que Harry confiara en él y le contara lo que pasaba pero simplemente soltó:
"De acuerdo, todo está bien."
💐
Nada estaba bien.
Louis se prometió a si mismo no tocar el tema pero era duro. Aún más duro cuando pillaba a Harry mirando algo femenino en una tienda y se tensaba al darse cuenta de que era observado. Aún más duro cuando veía pequeños rastros de pintauñas azul en las uñas de su novio. Aún más duro cuando Harry era capaz de llevar durante días un gorro si alguien había pensado que era una chica por su media melena. Aún más jodidamente duro cuando miraba los ojos de Harry y notaba su tristeza. Su novio no estaba bien. Su novio estaba sufriendo y él simplemente estaba allí, viéndolo todo en silencio. Se sentía fatal. No podía seguir así.
Louis se paró delante de la tienda y tragó saliva.
Miró las letras brillantes y entró. No había estado en una tienda de "mujer" desde que iba al centro comercial con su madre y sus hermanas. Era raro entrar solo. Estaba lleno de mujeres. ¿Así es como se sentía Harry? ¿Por eso tenía tanto miedo de mostrar esto? ¿Tenía miedo de ser visto como una mujer cuando no lo era?
"Perdone... Ehm... Estoy buscando un regalo para mi pareja... ¿Podría ayudarme? No sé mucho de esto." Le preguntó Louis a una dependienta.
La dependienta sonrió, enternecida por la timidez del chico.
"Por supuesto, ¿qué le gusta a su novia?"
Louis la miró y aunque no era necesario dar explicaciones, lo hizo. Lo hizo porque sintió que debía hacerlo.
"Novio. He venido aquí por mi novio. He visto que le gusta maquillarse en casa... ¿Qué debería comprarle?"
La dependienta sonrió aún más.
"Es muy lindo de tu parte que quieras hacer esto por él. Acompáñame, tengo varias ideas."
Louis sonrió también.
💐
Harry llegó al apartamento después de un día duro en la universidad. En realidad, para ser honesto, habían sido unas semanas duras. Sí, semanas, en plural. Su autoestima estaba por los suelos y no tenía ganas de hacer nada. Era difícil levantarse por las mañanas pero prefería forzarse a estar bien que preocupar a los demás.
Se tiró en la cama y suspiró. Quería sentirse lindo. Ponerse pintalabios o tal vez pintarse las uñas pero... No podía. No debía. Louis podría llegar en cualquier momento y no podía volver a cagarla. Su novio parecía haber olvidado el suceso del vestido. No podía volver a exponerse de esa manera.
Gruñó contra el edredón. Se odiaba tanto. ¿Por qué no podía ser como los demás chicos trans? ¿Por qué tenía que sufrir tanto? ¿Qué habría hecho en una vida pasada para tener que pasarlo tan mal en la que tenía en la actualidad?
El rizado escuchó como la puerta principal se cerró. Louis acababa de llegar. Tenía que intentar poner su mejor sonrisa. No debía preocupar a la única persona que lo soportaba.
"¿Amor?"
Harry se incorporó con las pocas fuerzas que tenía y sonrió cuando vio a su novio entrar a la habitación dejando una bolsa en el suelo.
"Hola, Lou."
Louis lo miró con ojos brillantes. Harry se veía precioso: su media melena un poco alborotada por haber estado tumbado, sus hermosos ojos verdes y sus mejillas ligeramente sonrojadas. Se acercó y lo besó, empujándolo contra la cama.
Harry le siguió el beso, intentando olvidar su malestar. El chico mayor se separó y miró al más joven, acariciándole suavemente las mejillas.
"Joder, te ves tan hermoso."
Harry se sonrojó aún más. Louis era tan bueno con él siempre.
"Tu eres aún más lindo, Lou."
Louis le apartó el pelo de la cara, acariciándole suavemente los rizos.
"Te he comprado unas cosas."
El chico de rizos frunció un poco el ceño. ¿A caso se había olvidado de alguna fecha importante?
"Aún quedan meses para mi cumple."
Louis negó.
"No es tu regalo de cumpleaños, amor."
El chico de ojos verdes miró como Louis se levantaba y iba a por una bolsa que había dejado en la entrada de su habitación. Se incorporó, sentándose en la cama. Por alguna extraña razón su corazón latía con fuerza y le sudaban las manos.
"No tienes que comprarme cosas, Lou. Ya haces mucho por mi."
"Sé que no tengo que hacerlo pero... Siento que te mereces un detalle así."
Louis le tendió la bolsa para que la abriera y sus manos temblaron un poco. ¿Por qué estaba tan nervioso?
Harry cogió la bolsa y la colocó en su regazo. En el momento de abrirla su corazón se paró. Maquillaje. En la bolsa había un rímel, un colorete rosa, una pequeña paleta de sombra de ojos, un lipgloss y un pintauñas azul cielo.
"Louis..."
Su novio negó.
"No he olvidado lo de ese día... El día del vestido y... Y lo siento mucho si no quieres nada de esto. Está bien si lo odias, podemos devolverlo pero... Pero he visto cómo has cambiado. Han cambiado algunos de tus gustos. ¿Sabes que todos cambiamos? No es algo malo. Solo quiero que veas que puedes confiar en mi. Realmente no entiendo lo que pasa por tu cabeza últimamente pero siempre puedes contármelo, bebé."
"No debería... No debería tener todo esto."
Louis frunció el ceño.
"¿No deberías? Joder, bebé... Venga, dime. ¿Cómo te llamas?"
Harry parpadeó.
"¿Qué?"
"¿Cómo te llamas?"
Harry frunció un poco el ceño, confundido.
"Me llamo Harry."
"¿Cuál es tu género?"
"Soy... Soy un chico. Mi género es masculino."
"¿Tus pronombres?"
"Él."
"Exacto. Ahora dime, ¿yo dejaría de ser un chico por llevar mis uñas pintadas?"
Harry mordió sus labios, queriendo llorar.
"Amor, ¿yo dejaría de ser un chico por llevar un vestido?"
El rizado empezó a llorar, fuerte.
"No, Lou, seguirías siendo un chico."
Louis suspiró, dándose cuenta de todo lo que Harry había estado aguantando simplemente por la manera en la que lloraba.
Atrajo a Harry a su pecho y lo abrazó mientras este se desahogaba.
"Entonces, ¿por qué piensas que tú no lo serías, bebé?" Le preguntó suavemente mientras le acariciaba la espalda, aún abrazándole. "Eres un chico. Eres mi hermoso novio."
Harry asiente, separándose un poco y limpiando sus lágrimas con la manga derecha de su sweater.
"Gracias por no juzgarme, Lou."
Louis no pudo hacer nada más que sonreír.
"No tienes nada que agradecer, ángel."
No todo iba a ser fácil para los dos pero, en el fondo, sabían que siempre estarían bien mientras tuvieran la compañía el uno del otro.
Louis siempre iba a amar a Harry con o sin maquillaje. Con vestido o con pantalones. Masculino o femenino. ¿Por qué? Porque Louis estaba enamorado de la esencia de Harry, de todo lo que era, es y será SU CHICO.
💐 Dedicado a todas las personas trans que no lo están pasando bien por no tener cispassing o por no poder encajar en los estúpidos estereotipos impuestos en esta sociedad. Sois válidos, válidas y válides. Merecéis respeto. Merecéis amor. Merecéis tener una buena y feliz vida siendo vosotrxs mismxs.