Su shock inicial no demoro en sucumbir, transformándose en genuino y puro deleite, siguiéndole el beso que el omega empezó. Se dejo llevar por el calor del momento y la sensación que esos suaves labios le producen, al grado de olvidarse que no están solos en esa sala.
—¡Consíganse una habitación!—gritó Clint interrumpiendo el momento al notar que el beso se estaba intensificando.
Stephen, regresando a la realidad, se separo un poco aturdido, clavando la mirada en esos ojos de ensueño, solo para segundos después huir de ellos, parpadeando insistentemente y fijando su mirada en todos los chicos que gritan borrachos y eufóricos.
—Ahí lo tienen, perras—expresó un Tony, apenas con aliento, sonriente y desfachatado, comportándose como siempre, algo que a Stephen le esta costando trabajo hacer, realizando un esfuerzo descomunal por aparentar estar bien y que eso no lo afecto—. Bueno—jaló el brazo del alfa—, si nos disculpan, nosotros ya nos vamos, tenemos que terminar lo que empezamos.
—Oh, por favor, no queremos detalles—dijo Barton casi escupiendo su bebida.
Se despidieron de todos y salieron de la casa lo más rápido que pudieron. Una vez afuera solos, a Stephen le esta costando mucho verlo a los ojos, siente que de hacerlo, su cara se coloreará del más intenso carmín.
—Sube, te llevo a tu casa—ordenó Tony.
—No, estoy bien. Me voy por mi lado—negó, esta lo suficientemente nervioso y tenso como para aceptar ir con él y de verdad desea evitar un incómodo momento—. Te... Te veo en Química—respondió presuroso para salir disparado dejando a Tony solo con un mal sentimiento de que lo echo a perder, aunque también con muchas inquietudes, por lo que no insistió más y se subió a su coche.
Durante el resto de la noche no pudo dejar de dar vueltas en su cama y pensar en ese beso, en el calor de su boca, en el sabor de sus labios, en lo bien que se sintió y en lo mucho que ahora quiere que eso se repita. No logra comprender porqué lo disfruto tanto, quizás solo es porque no ha besado a alguien en un tiempo o, aunque le cueste admitirlo, Tony es muy bueno besando.
Decidió abandonar el tema y se propuso a olvidarlo, sin éxito alguno, el sabor de sus labios sigue impregnado en los suyos atormentándolo.
Tony pasó toda la mañana buscándolo, temiendo que ahora lo este evitando. El no verlo en la clase de Química le dio un mal presentimiento, tal vez Stephen ya no quiere saber más de él y puede entender la razón, rompió los límites que se habían acordado.
Al termino de las clases, se quedo esperándolo en la salida, por las escaleras. Sabe por Wong que sí asistió a la escuela y su conclusión que ahora lo evita por haberlo besado cobra sentido. Sus pensamientos frenaron al ver al chico acompañado de Wong del que se despidió rápidamente. Soltó un suspiro de alivio y no dudo en acercársele.
—Hola, Stephen.
—Hola.
—¿Podemos hablar?—preguntó en un susurro.
El chico asintió y se dirigieron al parque, donde tomaron asiento en una banca.
—No te vi en clase hoy—señaló el castaño.
—Se me hizo tarde—se excusó.
—Escucha, sé que debes estar molesto conmigo y lo entiendo.
—¿Qué?—repuso realmente confundido.
—Disculpa por haberte besado sin tu consentimiento.
—No no, para nada, no estoy molesto—aclaró enseguida.
—Stephen, no debí besarte así...—alegó resoplando abatido—. En mi defensa, me sentí presionado.
—No te preocupes, yo entiendo perfectamente la situación—espetó comprensivo—. Tranquilo. No estoy enojado.
—¿Seguro?—instó aun con pizcas de preocupación.
—Seguro. Descuida. No es la gran cosa... ¡Es solo una tontería!
—Así es—confirmó forzando una sonrisa—. Yo no sentí nada.
—Yo tampoco. Fue como besar a una pared—contraatacó.
—Una pared que no sabía besar.
—Sí...
Finalmente, después de haberlo evitado mucho, hicieron contacto visual y como si estuvieran coordinados, se inclinaron hacia adelante para darse un rápido beso en los labios y corroborar su punto.
—¿Ves? Nada.
—Sí, no sentí nada—afirmó el alfa.
Se aparto un poco y clavando su mirada en otro lado que no fuera los brillantes ojos de Tony, el silencio que de pronto se instauro entre ellos comenzó a ponerlo nervioso, para su alivio el chico que lo acompaña no tardo en romperlo.
—Es una lástima que Steve se haya ido antes de la fiesta y no nos haya visto.
—Sí, eso seguro lo hubiera derribado.
—Bueno... Yo...—hablaron al mismo tiempo, callando de inmediato y soltando una risita.
—Dime, habla tú primero—alentó Stephen cediéndole la palabra.
—Ok, yo... He estado pensando que deberíamos besarnos así más seguido, para que, ya sabes, no sospechen. Claro, siempre y cuando tú estés de acuerdo, porque...
—¡Siii!—respondió en automático interrumpiéndolo—. Digo, sí—dijo más tranquilo tratando de recuperar la compostura—, yo... estoy de acuerdo con la idea. Entiendo que tenemos que besarnos si queremos que nos crean—expresó sin poder desaparecer del todo su entusiasmo.
—Sí—ensanchó una sonrisa—, ya ves la actitud tan escéptica que tiene Nat. Necesitamos hacer más creíble el asunto.
—Ok, sí, yo lo entiendo, la note esa noche. Pondré todo de mi parte para aparentar una feliz y enamorada pareja de novios y derribar a Steve Rogers.
—Me parece genial. ¿Sabes? Creo que deberíamos de practicar un poco, para que nos salga bien y no vernos tan sobre actuados.
—Bien pensado.
Ambos se acercaron y empezaron a practicar, coordinándose y entendiéndose bastante bien en dicho proceso que no eran capaces de detenerse, solo lo hicieron cuando el alfa recibió una llamada de su madre, teniéndose que despedir.
Como casi todas las mañanas en la escuela, se encontraron y acordaron verse más tarde, con la diferencia que esta vez hubo un fugaz beso en los labios que para nadie paso desapercibido.
—¡Guau!—exclamó una voz femenina.
Un sorprendido Stephen se giro abruptamente y, al hacerlo, comprobó que no es su imaginación.
—Christine...
—Guau, la cosa si va en serio—comentó perpleja abrazando sus libros—. Nunca imagine que terminarías siendo novio del mismísimo Tony Stark.
—¿Por qué te sorprende tanto?
—Mmmh... No lo sé...—se encogió de hombros y por un momento bajo la mirada, gesto que Stephen encontró extrañamente desconcertante.
—No me digas, ¿es por qué Tony es el chico más popular e inalcanzable de toda la escuela?—espetó un tanto irritado.
—No... En realidad... Quiero decir... No creí que terminarías involucrándote con alguien tan pronto—confesó honesta luego de titubear tanto.
—Bueno, tú te involucraste con otra persona tan pronto me terminaste—apuntó.
—Ah—rodó los ojos—, ¿así que solo se trata de eso? ¿Una especie de revanchismo? Es tan típico de ti...
—¿A qué vienen esos comentarios?
—Por nada—dijo alejándose de ahí golpeando un poco el hombro del chico evidentemente molesta, cuya molestia Stephen no logra comprender la causa.
En su hora libre, aprovecho el tiempo en la biblioteca en compañía de Wong, con quien comparte el mismo gusto por la lectura. Estaba muy concentrado en aquellas letras hasta que una mano en su hombro interrumpió su lectura, algo que, más que causarle enojo, provoco un sentimiento de inmensa dicha.
—Hey, aquí estás.
—Tony, ¿qué haces aquí? ¿No se supone que tienes clase?—inquirió sorprendido reprimiendo la tonta sonrisa que su presencia genera e ignorando por completo la atenta y analítica mirada que tiene Wong sobre él.
—El profesor no vino—respondió dejándose caer en la silla de a lado—. ¡Hurra!
—Ah, eso es genial—pronunció sin despegar su mirada de él.
—¿Haciendo tarea?—preguntó observando sus libros.
—En realidad no, solo pasando el tiempo.
—Vaya, que oportuno—comentó Wong repentinamente llamando la atención de los dos, viendo aparecer a Steve Rogers.
—Esta es la oportunidad perfecta—murmuró Tony quien no titubeó y se acercó al chico más alto sin vacilar, plantándole un profundo beso en los labios y, esta vez, Steve esta ahí para presenciarlo.
Disculpen la tardanza, espero les guste. Muchísimas gracias por leer.