Contención

By Nelsy_diazr22

13.7K 1.7K 260

El dragón de la mafia neoyorquina ha regresado, por su puesto, por su gente y por las cabezas de quienes lo l... More

Introducción.
Capítulo I
Capitulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capitulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capitulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34

Capítulo 13

268 47 2
By Nelsy_diazr22

Sofía.

La luz molesta al solo abrir los párpados. Estoy bañada en sudor con hebras de cabello pegadas a la frente.  Las sienes pulsando como martillos golpeando una y otra vez. Las arcadas no son tan amables con mi estómago.

Resisto dándome cuenta que aún es de noche, no es de día tratandose solamente de una lámpara que me ilumina la cara en lo que él hombre de casi dos metros se encuentra sentado en la oscura esquina. Su mirada la puedo sentir acuchillando mi ser. Desenmascarando hasta mi alma con tan poco.

Aunque vea solo su figura, basta para que el escalofrío sea tan potente que no pueda mantener la mirada. Jamás podría competir con un nivel tan malditamente infernal como el que maneja. Es el odio hecho persona. Es muerte segura. Es... Perdición asegurada.

__ ¿Qué hora es? - me agarro la cabeza debido al dolor. Las arcadas regresan. El sudor cubre mi cuello y las manos las cierro con la sábana como el único sostén.

No emite un solo sonido. Solo continúa sentado con las piernas abiertas a la misma distancia, aunque siento que cada vez está más cerca.

Sé que se trata de la droga. El infeliz de Dylan lo volvió a hacer. No lo vi venir, nunca me atreví a suponer que me iba a drogar en nuestro aniversario.

El muy maldito me las va a pagar.

La cabeza da giros y giros. El aire escasea y se vuelve como viento fuerte en la Antártida de repente causando que la arcada no la pueda contener.

Corro como puedo a la primera puerta que encuentro. Logro destapar la taza de baño vaciando mi estómago de tantas veces que el vómito me gana. Sudor. Mareos. Todo parece como...

__ La mezcla de drogas provoca que tu temperatura suba, las defensas bajen y la vulnerable situación sea aprovechada. - acaricio mi cuello. Por más que intente permanecer en pie no puedo hacerlo, de no ser por su brazo habría caído.

__ Debo irme. - articulo aferrada al marco de la puerta.

__ ¿Quien eres? - pregunta. Niego. No puedo abrir mi boca para nada, no ahora. - No la Sofía que me reta. La real. La que tiene cicatrices en la espalda y muñecas. La que tiene una marca en sus pierna y pesadillas que la hacen hablar.

Me muerdo la lengua, no debo hacerlo.

__ ¿Quién es la Sofía que pide ayuda a su verdugo? - presiona dando estocadas a mi fortaleza. - Habla y explica porque tienes esto.

Se abre la camisa para mostrar la marca de X que se extiende en el pecho al igual que en mi costado. La vista se me nubla al verlo y saber cuánto dolió y sufrí al momento que abrieron mi piel con un cuchillo. Niego como método de defensa.

__ La que mató a mi hijo. - manifiesta de golpe.

__ No lo maté. ¡Sabine me lo quitó! - me suelto. Estabilizo mis pies y Donovan me hace retroceder con esos pasos de plomo para acercarse. - Aléjate.

__ Habla. Dilo. - alcanza mi brazo. Quema su solo toque. - ¿Porqué me enviaste su cuerpo? ¿Porqué tuviste que quemarlo? ¿Porqué ser la mierda de ser humano que no protege a su propio hijo?

__ ¿Qué? - me paralizo. Mi mente me lleva a ese momento. Sangre. Huele a sangre.

Un bulto en sus brazos. Todo duele mientras me esfuerzo para no perder el conocimiento.

Ese es tu hijo. Murió. Como todo lo que quieras tocar. Tú sangre es impura al estar unida a un Hunt. Debe ser desechada.

Suplico porque me dejen verlo. Un segundo, solo necesité un segundo para saber que aspecto tenía, me lo negaron.

Un cuerpo frío cubierto por una sábana rota es lo que recibí. No. Él murió al nacer. No lo maté.

__ ¡No lo maté! ¡Era mi hijo! ¡No lo mataría jamás! - lo empujo golpeando su cara, cuello y pecho en la histeria que inicia. - ¡Mientes! ¡Estás mintiendo!

Me agarra de los brazos llevándome contra él. No pudo nacer con vida porque eso significa que Sabine me lo...

__ No lo hago. Un cuerpo fue entregado en mis manos, calcinado frente a mis ojos mientras estaba encadenado y abrían mi pecho. - la rabia es por parte y parte. - Tú lo enviaste. Provocaste mi caída para luego terminar tu tortura con su muerte. - reclama.

__ No pude enviarlo yo. Lo hizo Sabine y Ronald. - intento explicar al unir las piezas.

__ ¿Porqué debería creerte? - increpa furioso. No respondo. Solo tirito como si estuviera en una helada capaz de congelar mi alma. - ¡¿Porqué?!

__ ¡Porqué a mí también me encerraron! - suelto agrietando mi garganta. La vista se me nubla y él me suelta un segundo después. - También fui condenada a vivir por meses en una cueva a casi doscientos cincuenta metros bajo tierra. Sola. Con mi hijo creciendo en mi vientre y sin tí para que me ayudaras. ¡No me protegiste como decía tu promesa! - lo golpeó. - ¡Me dejaste sola, Donovan! Me dejaste sola. 

Me rompo por fin. Dejo caer mi frente en su pecho soltándome de golpe al sentir que arde su toque.

__ ¿Que fue lo primero que pensaste cuando me viste en el auto? - reclamo riendo - ¿Que se te cruzó por la mente al verme imperturbable en el auto? ¿Que te traicione? ¿Que te entregué? ¿Que me valió mierda lo que teníamos para dar tu ubicación?

No habla y la rabia solo aumenta.

__ ¡Dime maldita sea! ¡Sal de esa coraza de una buena vez y dime! Porqué te aseguro que ninguna de tus teorías acertó.

No sé mueve y a mí el dolor no me deja pensar

__ Me juzgaste antes de ver las cosas - le digo con la garganta ardiendo. - A mí también me apresaron, me encerraron en un maldito hoyo en donde pasaron meses para que viera la luz del sol. Me amarraron a un árbol dejándome bajo los rayos del sol dos días enteros con mi hijo esforzándose por sobrevivir - no puedo detener mis palabras - Fui golpeada. Castigada por llevar tu hijo en mi vientre a punta de látigos. Fui aislada. Fui abusada por esos asquerosos. - me derrumbo al verme llena de suciedad y sangre pegada a la piel mientras intentaba no desplomarse - Me daban comida una vez a la semana y el frío era atroz en ese lugar asqueroso.

Se sienta en la silla que estaba antes. Escuchando mi penurias sin decir absolutamente nada.

__ Y aún con todo eso, mi pequeño sobrevivió. Resistió cada día junto al mí. - me quiebro.

Se cubre la boca con las manos unidas y sus dedos chocando. No puedo hacer que vuelva a hablar por más que quiera que lo haga. Necesito algo de su afecto, de aquello que mostraba antes en cambio el hombre frente a mí ni me mira

__ ¡Di algo carajo! Porque yo siento que no puedo más y puedes volver a apuntarme con esa arma y disparar cuantas veces quieras porque no voy a detenerte, no ahora que me estoy muriendo por dentro al recordar que ya viene la fecha en la que...

Sello los labios. La ira no puede cegarme pero las lágrimas siguen arremolinandose, la garganta me quema como si algo atroz quiere escaparse de ahí

__ Continúa - es como una súplica pero no vuelve a hablar y yo tampoco - Que continúes.

Mi respiración se vuelve errática y la mano que descansa en mi vientre se torna como un hierro caliente que quiero arrancar. Debo salir de aquí.

__ ¡Que continúes, Sofía! - ruge furioso calcinando mi ser.

__ Mataron a mi hijo - hablo por fin - Me lo mataron. Por su golpes. Por su saña a querer que pagaras todo lo que te tocaba a tí. - la hiel me quema la lengua - Me mataron a mi bebé, Donovan

Las lágrimas salen unas tras otras con las imágenes de ese bebé que no pudo vivir por mucho que luché para que si lo hiciera. Lo cubría cada que llegaban por mí poniéndome en posición fetal, corría y golpeaba. Devolvía cuanto golpe podía y no logré hacerlo.

La falta de nutrientes, las caídas y la rabia de ellos hacia mí, me golpearon tantas veces con lo que encontraba. Ese bebé lo soportó todo y... Al final no fui capaz de protegerlo como debía

__ Dijeron que fuiste tú - dice de un momento a otro - Dijeron que lo mataron por ordenes tuyas. Que no querías nada mío.

Veo sinceridad en su mirada perdida. Cambiando a un oscuro lleno de maldad creciente

__ Tuve miedo al principio. - limpio mi frente. - Terror de traer algo tan indefenso a la vida. Pero era tuyo. - confieso. - No debíamos estar juntos. Era contrariar al destino. Jugar con lo que no podíamos...

Me trago el ácido en mi boca.

__ Lo amaba - susurro - Era tuyo y mío. La razón más grande para tenerlo y luchar, por los dos. Por él. Era mío, Donovan y me lo quitaron - la voz se me quiebra y los sollozos me invaden - Era mi razón de seguir, pero luego me obligaron a vivir cuando no quise hacerlo. - confieso - Me secaron el alma y pudrieron mi vida para condenarme a esto.

__ A mí me la arrancaron y pienso hacer lo mismo con ellos. - se levanta sin mirarme - Comerán las cenizas de su gente cuando les ponga las manos encima.

__ No importa lo que hagas. No volverá. No lo regresarás a la vida. 

__ Pero el haberlo tocado les costará la suya. - contesta - No lo hago por ti, ni te diré que me acompañes porque lo que hubo entre los dos se rompió hace mucho - con eso me esta matando y no se detiene - Fuimos fuego pero se extinguió.

__ Fácil para tí.

No habla y solo deja el arma en la mesa antes de dar media vuelta y abrir la puerta

__ Nunca me ha resultado fácil nada de esto y lo sabes - murmura antes de salir dejándome con el corazón vuelto mierda porque me quitaron a mi hijo ese día pero también me sacaron de su corazón mucho antes.

Me rompo, una vez más me rompo cayendo al suelo. Mis rodillas no tienen un soporte y solo lloro. Lloro por el pasado, los recuerdos y esas quemaduras que el alma no soportó porque no soy tan fuerte como decía, no soy inmune, no soy intocable.

Me dieron el golpe que no iba a soportar y me hundieron con cada vez que recuerdo que no fui capaz de mantenerlo con vida.

Todo regresa a mí, la sangre que salía de mi vientre la primera vez, el terror al oir que dijeron que estaba embarazada porque no era momento ni lugar para darme cuenta. Nadie sabía de lo nuestro oficialmente.

Mis lágrimas corren por mis mejillas, así de duras, así de crueles.

Conocí la ira de otros, no era la mujer que amaba la muerte cuando estaba intentando preservar su vida.

Me golpeaban cada vez que veían una mejoría, pero no lo hacían en mi vientre, no querían matarlo de golpes, querían que lo viera morir tan lento que doliera más. Quebraron mi voluntad.

No dejo de llorar hasta que escucho pasos suaves, quiero morir, desaparecer o que esta fecha no me sea recordada nunca más. Quiero estar en un lugar donde mi bebé y yo estemos juntos.

Necesito sentirlo y poder pedirle perdón por dejar que lo dañaran.

Unos brazos me rodean y su nariz se pasea por mi cabello en lo que mis sollozos me rompen el pecho al soltarlos unos tras otros. No dice nada pero puedo sentir algo cayendo en mi hombro que sé lo que es y cuanto le costará al mundo. No me importa porque este maldito mundo me dejó de importar hace mucho, no lo quiero y si para descansar debo arrasar con él, lo haré sin pensar en nada más que en la muerte que quiero encontrar.

Mis ojos se cierran contra su pecho, no puedo más. Solo quiero perder la consciencia, no sentir, no vivir, no oír ni saber nada más que la oscuridad atrayente que me invita a danzar ese baile sangriento y amargo con ella.

******

__ Hay aparatos para limpiar las peceras, pero me gusta hacerlo yo misma. - dice la monja que me pasa los peces. - Eso lo vuelve más personal. No le tomas cariño a lo que nunca has cuidado.

__ A veces es mejor no acercarse tanto a alguien. Puedes dañarlo más que cuidarlo. - murmuro concentrada en mi trabajo.

__ O solo dejar de pensar en auto compadecerte. No pensarás en la finalidad de la vida, si sigues creyendo que eres defectuosa.

__ No me creo defectuosa. Solo que la realidad de muchas de nosotras es que sabemos lo que somos. - alego dejando que termine a su gusto. Seco mis manos con una toalla. - ¿Sabe si...mi hermano volverá?

__ Dudo que lo haga. Pagó por la habitación y se fue sin decir más. Supongo que tenía mucho trabajo porque se veía apresurado. - me cuenta.

Veo que más inquilinos llegan y me aparto al ver a un pequeño con un carro de juguete que balancea por los aires a modo de juego. Kilian viene a mi cabeza y sé que debo volver por él, me necesita junto a él porque Dylan es capaz de lanzarlo a los perros, más ahora que siento que algo me une a él.

Compro ropa más adecuada. Pantalones y ropa que cubra todas las marcas para regresar sin pensar en que pueden ver que no me he desaparecido por ir a misa.

__ ¿Segura que estás bien? - pregunta Bruno por la línea. - Te escucho extraña.

__ No es nada. Solo tengo cansancio. - comento - Prometo no morir. - intento darle humor - Aún tengo mucha miseria que pagar junto a este mundo.

__ Sofía. - su tono de advertencia me hace reír por un segundo. - ¿Quieres hablar? Estoy libre.

__ No pasa nada. - repito. - ¿Ya conseguiste algo?

Se queda en silencio un momento. Exhala y lo oigo dar un chasqueo.

__ Estoy rastreando a Sabine. - sabe que no quiero hablar sobre mí otro tema ahora. Saber de su paradero ahora es más importante que antes. - Se ha registrado en hoteles cercanos a la ciudad. No se queda más de dos días. Ha llegado incluso a cancelar su reservación a solo seis horas de estadía. Desea no ser encontrada, pero tendrá la suerte de conocer a alguien que no le gusta cumplir deseos.

__ Activa la alarma con todos nuestros infiltrados para que al solo ver a alguien con las características se nos notifique. - demando. - Si está moviendose mucho es porque está huyendo o buscando a...

Me quedo en silencio.

Me lo dijo. Kilian la conoce y es por él por quien vienen. Solo que dudo mucho que se mueva sola. Recuerdo muy bien la relación que veía con Ronald, acordaron nunca separarse y lo han hecho real hasta donde recuerdo.

__ ¿Buscando a quien? - pregunta Bruno.

__ Al niño. - revelo cortando la llamada cuando llego a la casa.

Bajo a toda prisa llegando a la puerta donde el cañón de un arma me recibe. Reacciono por instinto apuntando a quien me tiene encañonada.

Su rostro me hace girar y dar un golpe a la mano, el viejo es listo a la hora de mantenerse armado. Un vendaje cubre su mejilla derecha hasta la frente mientras Dylan está de pie detrás suyo.

__ ¿Donde estabas? - cuestiona con una acusación que claramente lanza en mi contra.

__ Pregúntale a tus hombres que tanto presumes. Te gusta ponerlos en un trono pero no impidieron que no sé quién me sacara de su círculo de seguridad para ir a tirarme a muchos kilómetros de aquí. - reclamo. - Si vas a disparar, hazlo. Ahora no estoy de humor para luchar por mi vida.

__ Si estás pensando en traicionarme, te juro...

__ No voy a traicionarte porque la lealtad que juré queda revocada. - lo empujo. - Usaron esa maldita droga de nuevo. ¿Que pretendías? ¿Que me embarace de tu hijo para joderme totalmente? ¿En serio?

Puedo sentir su desprecio.

__ Otra más de tus jugarretas y te prometo que será la última vez que usas tus manos. - recalco. - Y la diferencia de tí, no me cuesta nada hacer valer mis promesas.

__ Te vas a arrepentir. - farfulla.- No eres más que un trato que no debí firmar. Has sido de ayuda, pero ahora te conviertes en una roca que voy a apartar de una patada.

__ Ahí los genes que se mezclaron en Dylan.

En verdad me jode ver su cara y ahora desfigurada es peor. Hay seres horribles tanto fuera como por dentro, siendo ese el caso de Abraham Myers.

__ ¿Viste quien me hizo esto? - me preguntan - La hija de Raúl tenía el cristal que lo hizo, ¿Fue ella? - vuelve a preguntar. - ¿La viste?

__ No vi nada. - vi mucho más que el causante de todo. Vi a Lukyan.

Pero no entiendo qué hace aquí si se supone que no le gusta tener interacción con el mundo como auto castigo.

__ ¿Puedo pasar? - toco al verlo concentrado en su comida. Asiente con la boca llena. - Ahora la que no ha comido soy yo.

Extiende su mano para darme uno de sus nuggets de brócoli. Lori sabe qué cocinar para él, sabe cómo hacerlo comer sano y a la vez que sepa bien.

__ Sabía que volverías. - sigue comiendo. - Aunque el hombre de voz alta haya dicho que no lo harías.

__ Al hombre que habla fuerte no hay que prestarle atención. - lo acompaño. - Dice incoherencias. Solo cree en mi cuando te digo que mientras esté a mi alcance, seguiré regresando.

Me da miedo pensar en esa promesa porque a mi bebé le juré que cuidaría de él y terminé por decepcionarlo seguramente.

__ Lo sé. - no sé cómo puede adoptar la pose de una persona de negocios que solo espera lo sirvan, pero así se ve con la espalda recostada en el taburete y su bandeja frente a él. He llegado a pensar que es un hombre en el cuerpo de un niño. Se comporta como tal cuando habla conmigo.

Desde la primera vez que lo vi ese pinchazo en mi tórax se volvió algo que mi cuerpo reconoce cada vez que estoy frente a él. El color de ojos es similar al mío y eso...

Sus pupilas brillantes me hacen sucumbir a mi lado emocional. Es como si no quiere que nadie le niegue nada, tal cual alguien que cree se merece el mundo.

No Sofía. Él no podría...

Sacudo la cabeza. Me estoy volviendo loca. Pensando en lo que deseo no llegaré a nada.

Su libro de dibujos está fuera de la mochila con garabatos sobre la imagen de la mujer cargando un niño.

__ Escribí tu nombre. - me dice. - Sofía.

Sonrío por inercia. Se enternece mi corazón de oírlo lo que intenta decir, de ese modo que cree que soy yo, no podrá distinguir la maldad de lo bueno para él.

__ ¿No vas a preguntar sobre cómo Abraham se hirió? - no volteo hacia Dylan cuando avisa de su presencia. - Como obtuvo ese vendaje.

__ No, pero supongo que lo sabré de todas formas. - bufo.

__ ¿Con quien estuviste, Sofía? - increpa. Ignoro su pregunta entregando el libro a Kilian hasta que siento un tirón de cabello. Me suelto empujándolo para alejarme. - ¿Quien te hizo eso?

Sus dedos apuntan mi cuello y me doy cuenta que lo tengo descubierto. Las marcas son leves, pero aún se notan.

__ ¿Con quien te estás revolcando? - no le permito que me toque. - ¿Quien es tu amante?

__ Deja la paranoia. Si tuviera un amante estaría con él y si tus sentidos visuales no te fallan, estoy aquí, escuchando tus reclamos.

__ No juegues conmigo. - masculla.

__ Está gritando. - murmura el niño.

Kilian se me pega en la pierna y lo sostengo al verlo agitado. Dylan lo mira. Preveo sus intenciones logrando esquivar su mano que quiere quitarmelo.

__ ¡Cuidado! ¡Con el niño no te metas!

__ ¿Ya lo quieres? - interroga preso del enojo -  Eres una tonta. En cuanto vengan por él, negociaremos su devolución. - suelta la lengua. - ¿Creíste que lo tendrías para siempre? Déjame terminar con tus sueños. No vas a reemplazar al que dejaste morir, porqué seguramente este también morirá. - se burla - Y esta vez me voy a asegurar de que lo veas en primera fila.

Kilian tiembla aferrado a mi pierna.

__ Voy a averiguar quién es tu amante y te juro, que seré quién le corté las manos por tocarte. - escupe enfadado. - A mí nadie me ve la cara, Sofía. Y tú más que nadie sabe lo que puedes obtener si llegas a cansarme con evasivas y traiciones.

__ Largo. - demando cubriendo los oídos del niño.

__ Disfruta tus últimos días con vida, bastardo. - manifiesta con crueldad hacia el niño que cierra los ojos.

En cuanto se marcha cierro la puerta con seguro. Puedo arreglarmelas con él después, ahora la prioridad es ver al niño que no me puedo llevar de aquí. Debo solucionar eso.

Odio haber caído en lo mismo. Sobretodo cuando no tengo salidas para un individuo más que yo, cuando no había previsto escapar de esto.

__ Mírame, Kilian. - acuno su rostro. - Olvida lo que dijo Dylan. Ten claro que no podrá hacerte daño.

Asiente más calmado de lo que creí.

__ Si algún día te digo que corras, lo haces. Si te digo que te escondas...

__ Lo haré. - dibuja una sonrisa cómplice.

__ Eso está bien. - beso su frente. Aún tiene restos de comida en sus comisuras, las cuales aparto con el pulgar. - Saldré esta noche. Cierra la puerta con seguro, si no soy yo, no abres.

Vuelve a  sacudir la cabeza juiciosamente. Entiende que estamos en aprietos. Tanto él como yo no queremos estar más aquí, pero en todo caso la única que puede ver por el otro, soy yo.

Como si tuviera alas en los pies, alargo el paso para salir por mi computadora. La llevo hasta el dormitorio en el cual me encierro por largas horas, revisando los planos que estudio centímetro a centímetro.

Me contacto con un experto en falsificación, hago el pago por adelantado y me asegura que en tres días debo ir a recoger lo que pido. Tal vez esté actuando impulsiva, solo que no tengo tiempo para pensar mejor las cosas.

Dylan puede ser un imbécil, pero no miente y eso que en pocos días negociarán la entrega del pequeño puede ser verdad.

Un ruido de muchas cosas cayendo me hacen voltear a la ventana. Volteo a la cama, viendo al niño que se despertó. El ruido regresa y este solo cierra sus ojos una vez más.

Asomo solo para darme cuenta de cómo una pared es tirada al ser impactada con un auto. Pienso que se trata de crear un lugar nuevo, hasta que me doy cuenta que estan probando el vehículo que no reconozco el modelo. 

Revisan los daños y apuntan en una libreta lo que deben arreglar. Fallos que tuvo siendo Abraham quien pide que le incorporen toda clase de defensa.

Siento la mirada de alguien, pero solo me enfoco en las llaves que le entregan a mi suegro. Los añade al llavero que carga a todos lados y se retira alegando que no soporta el dolor.

Tiene que ser una herida grande para que se vea tan afectado. No es sólo un rasguño. Sus gritos apartan a todo mundo y cierro la ventana para que deje dormir al niño.

No sabía que algo como eso estaba en prueba, mi dormitorio es completamente hermética e insonorizada. Es a lo que se refería Kilian con las cosas que caen. Seguramente no quieren mi conocimiento sobre ello porque no confían en mí.

Nunca han tenido la disposición de darme un poder absoluto, libertad de moverme a mi gusto porque saben lo que puedo hacer y temen que mi complot inicié por ahí. Solo que nunca ha pasado por mi cabeza involucrar a gente incapaz de mantenerse de pie.

No voy a cometer el error una segunda vez.

Salgo por la ventana, asegurándome que Kilian siga dormido. Espero que no despierte en toda la noche ya que tomará tiempo mi objetivo esta vez.

Me deslizo en la oscuridad de la propiedad, hay seguridad por decisión y comodidad de Dylan. Pero me aprendí de memoria las rutas de vigilantes, horarios y rondas. Todo eso sirve, controla lo que se desea, siendo en este caso una salida fortuita.

El auto me espera entre ramas que lo cubren. Es el que uso de emergencia, conduzco sin encender las luces.

__ Estoy en la cafetería frente al edificio de los Lander. - expone Elisa. - Su gente se dispersó cubriendo mayoritariamente el frente, aunque sabemos que no descuidaran su alrededor.

__ Avísame si hay cambios. - corto la comunicación sin despegar los ojos del frente mientras tanto preparo mi silenciador, cartuchos y las dagas curvas que coloco en la manga. En caso de ser necesarias no tendré problema con ello.

Entrar a un edificio perteneciente a un clan entero, del cual no solo figura el apellido Lander me será como obra de romanos, dificultoso.

Abandono el vehículo a una distancia razonable. Cierro la campera hasta el cuello, amarro mi cabello y mezclarme entre el gentío me resulta fácil. Varios vendedores de mercancía por los festivales a realizar, tomo una gorra oscura que coloco para cubrir mi rostro, unos guantes que esconden mis huellas optando por obtener unos auriculares que coloco en mi oreja viéndome como una transeúnte más.

Sweet but Psycho resuena en mis oídos, comprando un café en la cafetería a la cual entro, tarareo la canción por lo bajo hasta llegar a la mesa donde coloco el vaso mirando la entrada.

__ Los dos autos de la izquierda son los de Terrence Lander. - miro a Elisa abanicarse con una toalla de papel mientras lee una revista de veterinaria. - El del agua es su jefe de seguridad. Maneja a todos con una simple orden a través de su transmisor.

__ Si lo controlo puede solicitar que no queden tantos cerca de Terrence. - comento. Le muestro algo en la revista que tiene referente a las aves y asiente. - La posibilidad de llegar a él no puedo perderla. De seguro ya ha tenido comunicación con Ronald.

__ Por eso reitero que es mejor esperar a Bruno. Él sabe cómo intervenir las cámaras de seguridad para no ser visitas al entrar. - exclama indecisa. - No hay prisa si no has tenido noticias de...

__ Ahora la hay. - me levanto con lo que dijo Dylan repitiéndose en la cabeza. - El tiempo vale y esperar tres días a que Bruno regrese es demasiado.

Ya perdí mucho tiempo, sin poder cobrar lo que me hicieron. Quedarme a esperar lo que dicte la suerte es mera estupidez.

__ Espero no estemos cometiendo un error. - me sigue. - Eso sería peor que quedarnos sin hacer nada.

Replantearme las decisiones que he tomado toda mi vida, ahora no es una opción. No voy a retroceder cuando me las he apañado para estar entre quienes tuvieron que ver, de alguna forma, con la caída de los Castel y contribuyeron para sacar a los Hunt del camino. Por eso no confío en la calma de quién vino al mundo a crear tormentas.

Ha trabajado arduamente en sostener su nombre sobre el resto para que venga a tratar de convencer de su falta de interés de ser lo que fue.

Siendo una joyería de exclusividad, con un apellido que es conocido por ser extremo en cuánto a resaltar, no nos cuesta mucho pasar entre un grupo de señoras que vienen saliendo.

Visualizo mi objetivo retirarse. Sube al segundo piso con dos hombres más, habla por su dispositivo de contacto con su equipo en lo que me acerco a vitrinas con una extensa gama de aretes. Las esmeraldas predominan entre los brillantes, una señora le pide al dependiente que le muestre algunos.

Elisa se prueba un anillo con diamantes, preguntando al tipo por una piedra en especial. Sabe que no la manejan y es justo lo que quiere, el sujeto la deja sola para ir por el encargado aprovechando que entró a la zona segura para hacerme cargo del sensor y cámara que genera más riesgo.

Me las arreglo para pasar. Subo las escaleras hasta llegar a la segunda planta. En completo silencio doy con la puerta que abre el sujeto al que busco, no lo dejo hablar tomando su manzana de Adán con una mano, doy con la esquina de mi mano a su bajo cuello empujándolo dentro.

__ ¡¿No entiendes que con su regreso nos hará trizas?! - un grito impotente llega a mis oídos. - ¿Que supones que hará si estamos indefensos?

__ No tiene tanta gente como antes. - reitera Dan, su hijo. - Se le puede temer en el momento que tenga a miles a su  disposición. No ahora que puede ser exterminado sin tanto drama.

__ En ocasiones quiero matarte yo mismo. - suelta Terrence - Si me alejé de clanes fue para evitar ser perseguidos pero vas y te alías con un capo sin lealtad, traicionando a los líderes.

__ No seas básico. - escucho papeles agitarse en el aire. - Los números no nos favorecían. Nos iban a eliminar al vernos inservibles. ¡Nos salvé!

__ Lo que hiciste fue postergar nuestra muerte. - contraría el padre. - Solo nos condenaste. A tu madre, tu hermana y la niña estúpida que crees te quiere para algo más que solo vivir en una casa sin carencias.

__ No metas a Ava en esto. - con el dispositivo del jefe de seguridad que puse a dormir envío la orden de dispersarse, que cubran las salidas. Miro por la perilla, se organizan así que solo queda esperar.

La discusión continúa sin ponerle fin al tema de ser un imbécil que se le dio por jugar al responsable de un clan que hundió. Todos los que están armados salen dejando a dos de ellos custodiando la puerta.

Preparo el arma en un solo click que apunto a ellos hasta que oigo como el cierre de emergencia se activa. Las luces rojas parpadeando y es Dan el que sale precipitado exigiendo los saquen por la azotea.

Un proyectil les rompe el cráneo y este se cubre la cabeza deseando no ser el siguiente. Siempre fue un cobarde.

__ No le hagas daño. - Terrence Lander aparece por el umbral con ese pacífico carácter. - Cooperará.

Antes que pueda hablar un agujero aparece en su frente después de un sonido fuerte que roza mi oreja, apunto en esa dirección decidida a volar los cesos de quién sea. El tipo cae de rodillas en lo que veo a Donovan cruzar el pasillo con el arma en mano.

__ Pequeña rata bocona. - una bala le atraviesa la pierna a Dan obteniendo los gritos atroces que rompen sus cuerdas vocales. - No te costaba nada quedarte callado y seguir en tus juegos de maricon, pero optaste por firmar tu muerte.

__ Voy a irme. - súplica el chico. - No sabrás de mí. - sabe que no tiene escapatoria haciendolo lloriquear más.

__ Difícil que lo cumplas. Debo encargarme por mí mismo si quiero que todo salga bien. - me mira por encima del hombro con esa fatalidad que carga en ellos. - Ya que a otros les queda grande hacerlo. Cobraré cada gota de su sangre que fue derramada.

Bajo el arma. Tiene los mismos motivos. Lo hago yo o é, obtendrá lo que prometí. No voy a discutir en un sitio como este, ni tengo nada más que seguir cuando todo acabó para este clan.

Dudo mucho que los deje vivir, o al menos desearán no hacerlo.

__ Es mejor que no interfieras en mi camino. - freno mis pasos. - Si quieres huir que sea lo antes posible. No pienso detener nada.

Entiendo lo que hará.

Quiero decirle lo que tengo en la punta de la lengua, verlo con algo más que no sea esa sensación de haber perdido hasta el último gramo de lo que hubo, solo que lo que se perdió fue tan...

Giro sobre mis talones a su puesto. He cometido tantos errores en la vida que me he puesto en jaque sin ayuda de nadie. Alcanzo su boca y Donovan, pese a tener del cuello a Dan reacciona introduciendo su lengua en mi cavidad para causar el desorden del cual no puedo huir si se trata de él.

Estuve perdida por el dragón que admitir que ahora sucede igual me atemoriza.

__ Esto no cambia nada.

__ Nunca ha representado un cambio. - destruye con solo una frase. Me trago el ácido en mi boca conteniendo mi respiración para casi salir corriendo del lugar.

Cambio de salida, yendo por el callejón que sirve para salir sin llamar la atención de nadie. Una transeúnte más, una que dejó le quitaran su presa esta vez.

Pero los motivos son los mismos. Nos quitaron la vida y sé que no será rápida la muerte de ninguno. Tanto Donovan como yo, no estamos dispuestos a dejar sin cobrar cada una de las ofensas y traiciones en nuestra contra.

Elisa me acompaña hasta el auto que uso para volver a la casa.

__ Hay algo que debes ver. - manifiesta nerviosa. - Es importante.

__ No puedo ir ahora. Debo regresar con Kilian, está en peligro.

__ Es justamente por eso. Pero es demasiado peligroso hablarlo en la calle. - asegura. - Tengo algo que puede cambiar el rumbo de tu vida.

Observo un poco de temor y hasta diría que felicidad, lo cual es ilógico pero ahí está. Lo tiene en su rostro sin saber que lo provoca.

__ ¿En tu apartamento al anochecer? - asiente. Sea lo que sea, veo que es de gran interés para ella que lo sepa.

Aunque dudo mucho se trate de tanto peso como supone, en este punto tengo mucho más en que pensar.
Siendo casi las tres de la mañana subo por la entrada habilitada hacia el dormitorio de Dylan. Llego al balcón conectado al mío, hasta entrar a mi habitación despojándome de la chaqueta y la camisa más gruesa dejando solo la que se ciñe en mi piel.

El instinto me avisa del cambio. En completa oscuridad camino hasta el armario, el cajón está vacío, no me alarmo, enciendo el móvil revisando mis mensajes en lo que voy hasta la cómoda dónde saco dos agendas que coloco abriendo una, tanteo con los dedos el bolígrafo cuando la presión en mi costado advierte de lo que ocurre. Escribo iluminando con el móvil hasta que la cercanía es adecuada para deslizar el botín en el suelo, tirándolo al piso para incrustar la punta del boli en sus costillas y reducirlo sin problemas.

Una bala se escapa. El silenciador me hace ver que el intruso venía por mi cabeza, pero no basta con ser bueno para lograr acabar conmigo.

__ ¿Quien eres? - encajo más al fondo el bolígrafo. Aprieta los dientes. - ¿Quien te envió?

__ La basura se debe eliminar. - dice. Lucha por quitarme de encima. Rueda a la derecha, lo hago a la izquierda. Me levanto a tiempo de evadir su puño para verlo dirigirse a la ventana.

Alcanzo el arma con el que le atravieso la pierna. Cuando la misión del sicario se complica huyen, cuando la de un asesino que ejecuta sin lástima lo hace, este busca la manera de cumplir con el trabajo. Con vida no se va, por mucho que sea más grande.

__ ¿Quien eres? - repito. Se agarra la pierna herida mirandome con ese gesto de acércate un poco más y sin la mínima duda lo hago. De su espalda saca el cuchillo que blande, y le arrebato sin esfuerzo. - ¿Quien te envió? Y no pienso repetir la pregunta una vez más.

Para él fui su víctima enumerada posiblemente, subestiman todo el tiempo como si todo el inocente fuera sinónimo de cara amable. Al dirigirse por apariencias llevan a errores.

__ No debería estar viva. No debió haber salido. No debe continuar libre. - es como algo ensayado o escuchado en otros porque no son sus palabras y no me conoce más que de ser quién terminará con su camino en este negocio.

__ Sabine Castel. - digo y mueve su cabeza en señal de negativa.

__ Quiere lo que le robaron. - se ríe con la boca llena de sangre. - Mientras tú me detienes. Ellos van sacando su diamante.

Mi corazón se paraliza. La sangre se congela y sin esperar salgo disparada a la otra habitación. Le disparo a las cámaras para que la alarma se active, empujo la puerta pero no cede obligándome a volar el cerrojo de un balazo viendo a los tipos que cargan al pequeño inconsciente sobre el hombro de uno.

No pienso dos veces fijando al primero y romperle la cabeza con el proyectil que suelto. Voy por el segundo, sin embargo antes de poder hacerlo cae al suelo con un agujero atravesando su pecho. De seguro la seguridad de la casa ya se puso en marcha.

Levanto la sábana con la cual lo cubrieron, lo muevo y no despierta. Lo drogaron. Lo cargo escaleras abajo cuando Dylan me alcanza.

__ ¿Que ocurrió? - pregunta.

__ Necesito un médico. - le digo a uno de los vigilantes que pasan a toda prisa hacia el piso superior. - ¡Rápido!

__ ¿Que pasó? - insiste Dylan.

__ Hay que sacarlo de aquí. Vienen por él. - lo pongo en mi regazo buscando no moverlo mucho ya que el terror no me deja pensar. - Ronald viene por él.

__ El médico. - llega un sujeto corriendo. El que Abraham tenga uno a poca distancia me sirve en esta ocasión cuando lo revisa. Toma sus signos vitales mientras me aferro al pequeño con el temor de recibir palabras similares a...

__ Le dieron un tipo de somnífero. - me explica. - No se puede hacer más que esperar a que el efecto acabe ya que no me permiten hacer estudios.

__ ¿Quien no lo permite?

__ Yo. Solo al llegar a un hospital dará su paradero. - determina - Ese niño no debe salir de esta casa, mucho menos para ser expuesto a...

__ Vendrán por él de nuevo. - me muevo. - Lo hicieron esta vez y sabes que Ronald no se detendrá hasta llevárselo.

__ Ya tiene casi cuatro años. Debe pasar por su ritual de aceptación a su destino. - lo sostengo más fuerte. - Es su iniciación o la finalización de su ciclo al no ser considerado apto para ser un próximo líder.

__ No lo van a matar. - me interpongo.

__ ¿Porque tú lo dices? Te recuerdo que dejaste morir a tu propio hijo sin que pudieras hacer nada ¿Que te hace creer que este si podrás cuidarlo? - me recuerda el viejo a quien quiero cortarle la lengua. - Mejor acepta que ese niño tiene solo dos salida. Lo llevan al templo de purificación o lo matan.

__ ¿Tú que sabes? Lo único que haces es crear toda la mierda que tu hijo se mete a la nariz. No piensas en nada que no sea...

Una explosión retumba en el noroeste de la propiedad. Cubro a Kilian cuando una segunda vez se levanta una bola de fuego que rompe los cristales que salen disparados hacia todos nosotros.

Alcanzo a cubrirnos con el mueble a tiempo que la oleada de aire caliente arrasa con todo a su paso. Los oídos me duelen con el estallido y dos cortes medianos arden en mis brazos

__ ¡Señor, dicen que hay algo que debe ver! - exclama uno de los vigilantes que está atrás de la columna. - Me dicen que asome por la ventana.

Nadie se atreve. No es seguro. Esperamos un ataque más, disparos y otra explosión más no hay nada más que un silencio de todos y la gente de Abraham afuera cubriendo cada centímetro para cuidar de sus jefes.

__ ¡Es seguro! - avisan siendo uno de ellos que salen primero. Camina con cautela hasta la ventana, despacio seguido del médico y otros hombres que cubren la ventana con el rostro descolocado.

Están viendo algo que los dejó atónitos y sé que debo saber de qué se trata. Me levanto con el niño entre mis brazos moviéndose ligeramente, despertando por fin.

Pero no es eso lo que capta mi atención si no la palabra hecha con combustible que se quema a lo lejos, pudiendo verse desde donde estamos.

Retorno

La letra R está mucho más grande siendo el indicativo de quién se trata y acaba de volver.

Continue Reading

You'll Also Like

1.1M 49.5K 118
las imágenes no son mías yo solo los traduzco si tu arte aparece aquí y 💜no estás de acuerdo envía mensaje para borrarlo gracias 🧡...
268K 8.7K 101
1-Serguirme 2-Comentar ideas 3-Vota por cualquier cap caps donde hay,Chisme,Peleas,Amor, más☝🏻🤓😉
769K 61.6K 42
Noveno libro de la Saga Amor Incontrolable (SAI) Dante era una caja de sorpresa. Un libro no lo podemos juzgar por su portada. Yo siempre prefería ju...