THE PRICE OF FREEDOM

By jenifersiza

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Después de su enfrentamiento con Voldemort al final de su primer año, Harry decide que ya está harto de que l... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54

Capítulo 28

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By jenifersiza

-¡Esa rata bastarda!- gritó Sirius, refiriéndose por supuesto a Dumbledore. Bella y Narcissa se limitaron a poner los ojos en blanco, pues hacía tiempo que habían renunciado a reprender a su primo por sus malas palabras.

Todas las familias se habían reunido en la mansión Potter el primer día de vacaciones, tras el regreso de los chicos. Al principio las cosas habían sido un poco tensas y formales entre Lysander y sus padres, pero cuando Bella había preguntado cautelosamente a su hijo si podía darle un abrazo, el joven se había derrumbado, cayendo en brazos de su madre mientras ambos sollozaban de alegría. Se habían trasladado a la sala de estar y Lysander se había acurrucado felizmente al lado de su madre, claramente deleitándose en el afecto maternal que la mujer le estaba otorgando alegremente.

Harry se había puesto un poco celoso, sabiendo que nunca sentiría el tacto de su madre y, en consecuencia, se había acurrucado junto a Severus. El hombre se había dado cuenta claramente de lo que Harry necesitaba sin que él tuviera que decir una palabra y al instante le había rodeado los hombros con el brazo. Por desgracia, Sirius lo había visto y había empezado a gritarle a Severus que "quitara sus asquerosas manos de su ahijado". Eso, por supuesto, no había caído bien en el grupo y se habían turnado para explicarle a Sirius la situación de los esponsales.

Había llevado tiempo meterle en la cabeza al hombre que la atención era inocente y necesaria. La información había tardado en calar en la cabeza del hombre y Sirius había permanecido decididamente poco convencido hasta que Narcissa le preguntó si Sirius conocía la naturaleza de Petunia antes de renunciar a la custodia de Harry.

-Bueno, había oído a Lily hablar de lo zorra celosa que era su hermana, pero no pensé que le transmitiría eso al hijo de Lily. Quiero decir que Harry era sólo un bebé y su familia así que eso tenía que significar algo, ella estaba obligada a amarlo-.

-¿Como Walburga te quería a ti?- había espetado Lucius, haciendo que Sirius palideciera.

Ante el empuje de Severus, Harry había relatado con cierta incomodidad algunos de los detalles de su crianza al grupo, cosechando miradas de simpatía por parte de los reunidos, con la excepción de Sirius, que se enfadó y disgustó al mismo tiempo por el trato dado a su ahijado, sobre todo cuando se enteró de la existencia de la señora Figg en la vida de Harry y del hecho de que Dumbledore debía de tener al menos cierto conocimiento de lo que ocurría en el número 4 de Privet Drive.

-Me encanta que te apresures a culpar a otros por la vida de Harry cuando fuiste tú quien lo puso en esa situación-, dijo Severus. -¿Qué, en nombre de Dios, te hizo entregar a Harry a Hagrid en primer lugar?-.

-Dijo que Dumbledore había puesto disposiciones para mantener a Harry a salvo y que era necesario-, resopló Sirius. -Hice lo que creí mejor para Harry-.

-¿Acaso lo comprobaste antes de entregar a Harry? Ese hombre podría haber sido el Señor Tenebroso disfrazado de zoquete con multijugos o algo así!- rugió Severus. -Podrías haber estado entregando a Harry a la muerte, pero no, conseguir tu venganza era más importante que garantizar la seguridad de tu ahijado-.

-¡No fue así!- Insistió Sirius. -Yo quería mantener a Harry conmigo pero Hagrid fue inflexible en que necesitaba llevar a Harry con Dumbledore para su seguridad. Intenté escapar, pero Hagrid me lo impedía a cada paso. Me habría aparecido, pero no quería arriesgarme con Harry, y menos en el estado en que me encontraba. Él también siguió. Me dijo que Dumbledore había dicho que Harry nunca estaría a salvo con Peter suelto, con su "habilidad especial". Sabía exactamente a qué se refería, y además tenía razón. Como rata, Peter sería casi imparable si decidiera atacar a Harry, y yo no podía correr ese riesgo, así que al final cedí y dejé que Hagrid se llevara a Harry, yendo por Peter por la seguridad de Harry, no por venganza-.

-¿Estás diciendo que Dumbledore sabía que eras inocente desde el principio?-, se quedó boquiabierto Harry.

-¿Por qué crees que me reía cuando llegaron los aurores, porque sabía que habían cometido un error y estaba seguro de que Dumbledore vendría a enmendarlo en cualquier momento?-, rió Sirius.

-Sólo que no lo hizo-, señaló Lucius. -Dejó que te pudrieras en ese agujero infernal sabiendo perfectamente que no habías traicionado a los Potter, incluso mientras él era jefe de los brujos y podría haber hecho que investigaran tu juicio, o la falta de él-.

-¡Esa rata bastarda!- rugió Sirius, arrojando su taza de té contra la pared. Aster apareció y la arregló, limpiando mágicamente el desastre y mirándo mal a Sirius.

-Vamos, primo-, le reprendió Bellatirx. -Comprendo tu sentimiento, pero ¿es eso realmente una excusa para dar más trabajo a los pobres elfos domésticos?-.

-Y hay niños presentes-, añadió Narcissa. -Sé que has estado maldiciendo como un marinero desde que saliste del vientre materno, pero algunos de nosotros preferiríamos que nuestros hijos no estuvieran tan inundados de ese lenguaje a tan temprana edad-.

-Lo siento-, murmuró Sirius. -Aunque sigo sin ver por qué todo esto significa que Harry tiene que estar prometido a Snivellus de entre toda la gente-.

Harry frunció el ceño. -¿Tienes que insultarlo así?-.

-¡Sí!- Sirius resopló. -Era un cabrón grasiento en el colegio y no parece haber mejorado con la edad. Entiendo que necesitabas a alguien que intentara alejar a Harry de las garras de Dumbledore, después de todo lo que me has contado por lo que ha pasado Harry, pero ¿quién pensó que él sería una buena elección?-.

-Yo-, anunció Lily, entrando en uno de los cuadros de la habitación. -Severus siempre fue un buen amigo para mí, incluso cuando yo no lo era para él, ¡y ni por un segundo pienses que te he perdonado por mentirme sobre lo que le pasó a Mary MacDonald! Debías saber que lo que decías era mentira-.

-¡Claro que lo sabía!- exclamó Sirius, levantando las manos, exasperado. -Era lo mejor. James dijo que era la única forma de alejarte de ese llorón. Nunca le diste ni la hora a James mientras fuiste su amiga y ya sabes lo enamorado que estaba James de ti-.

Lily negó con la cabeza. -A James le encantaba la idea de mí. Le gustaba tener una bruja muggle, guapa e inteligente, que pusiera en evidencia a todos los sangre pura. No le importaba lo más mínimo lo que yo pudiera querer en la vida. Creo que lo que más le decepcionaba era que yo no fuera una bruja mansa y maleable que se conformara con quedarse en casa y satisfacer todas sus necesidades-.

-Y nos llaman retrógrados-, se mofó Rodolphus.

-¿De verdad crees que son mejores?-. Se burló Sirius.

-Por supuesto-, Bella soltó una risita. -Puede que no trabajemos, pero no es por elección. No hay una sola división en el Ministerio que contrate a una mujer casada. La mayoría incluso rechaza a las viudas. Por eso tenemos que buscar alternativas laborales o arriesgarnos a volvernos locas. Yo me encargaba de llevar la finca de los Lestrange y, en concreto, la granja de ingredientes de pociones-.

-También es la razón por la que hago tantas obras de caridad-, añadió Narcissa.

-Y yo que pensaba que era tu intento desesperado de reconstruir el apellido Malfoy-, se burló Sirius.

-¿Tanto desprestigias mi nombre y aun así aceptaste mi ayuda?-. preguntó Lucius con incredulidad.

-No tenía muchas opciones-, gruñó Sirius.

-¿Pero no se trata de eso?- preguntó Corvinus. -A pesar de tu inocencia, ninguno de tus supuestos amigos se planteó venir a ayudarte, y por eso te viste obligado a aceptar la ayuda de Lucius. Incluso ahora te rechazan. Dumbledore podría haber acudido fácilmente en tu ayuda en cualquier momento desde tu arresto, y especialmente con el nuevo juicio, y sin embargo no estaba a la vista-.

Sirius se limitó a encogerse de hombros, así que fue Severus quien contestó.

-Para asegurarnos de que no puedas formar parte de la vida de Harry. Por eso intentamos mantener los esponsales en secreto, porque sé que Dumbledore intentará encontrar alguna forma de interferir si se entera-.

-Como debe ser-, argumentó Sirius. -Tú eres veinte años mayor que él. Harry no debería verse obligado a atarse a ti-.

-¿Y cuál es la alternativa? ¿Obligarme a volver a estar bajo el pulgar de Dumbledore?-. Harry se burló. -Si fuera por él, seguiría en casa de los Dursley en vacaciones. Al menos de momento tenemos una excusa para mantenerme alejado y, en el peor de los casos, siempre puedo pagar a los Dursley para que vuelvan a hacer la vista gorda y pueda volver a disfrutar de mi verano en lugar de verme obligado a hacer tareas como siempre o a estar encerrado en esa habitación minúscula-.

-No creo que me fíe de dejarte con esta panda-, resopló Sirius, -aunque tienes razón, yo tampoco me fío de Dumbledore, así que me voy a quedar aquí contigo. También estaré de chaperon en cualquiera de esas citas que sé que tienes que tener para asegurarme de que no haya nada raro-.

Harry puso los ojos en blanco. -Sabes que activamos el encantamiento de castidad, ¿verdad?-.

-Hay formas de evitarlo-, se rió Bellatrix.

-No ayuda-, resopló Harry.

-Ya sé que es verdad-, descartó Sirius. -Sé que tío Cygnus sólo tenía quince años cuando nació Bella, mamá hablaba de ello a menudo-.

-Por no hablar de Pollux-, se rió Corvinus.

-Lo sé-, hizo un mohín Sirius. -Mamá siempre estaba paranoica con que dejara preñada a alguna bruja mientras yo estaba en el colegio, aunque nunca tuvo que preocuparse de que eso ocurriera-.

-¿Por qué?- preguntó Harry.

Sirius se encogió de hombros. -No me interesa ninguna-.

-¿Tú también eres gay?- inquirió Harry.

-¿Con todos esos pósters de chicas desnudas en sus paredes?-. Lily se rió pero Sirius frunció el ceño.

-¿Qué quieres decir con también? Creía que todo esto de los esponsales era para disimular-.

-Lo es-, Harry se encogió de hombros, -pero eso no cambia el hecho de que me atraen los chicos-.

-¿Y todo el mundo lo sabe y le parece bien?-. balbuceó Sirius.

-¡Por supuesto!- fue la respuesta de todos los presentes, dejando a Sirius boquiabierto.

Sirius frunció el ceño. -Creía que los sangre pura siempre despreciaban ese tipo de cosas-.

-Algunos lo hacen-, admitió Lysander. -Sé que los Longbottom lo hacían y estoy bastante seguro de que los Weasley también, por nombrar algunos-.

-El lado luminoso siempre ha sido más conservador-, suspiró Narcissa, -aunque tía Walburga podía ser igual de mala a veces-.

-En cierto modo me alegraba de que nunca quisiera que visitáramos Grimmauld Place-, rió Bellatrix.

-Probablemente fue lo mejor-, murmuró Sirius. -De todos modos, me niego a dejar que corromp a Harry con su mala influencia. Que Dumbledore tenga defectos no significa que estos tipos tengan razón-.

-¿No intentarás mantener la mente abierta?-, suspiró Harry. -Si Dumbledore estaba dispuesto a tirarte así debajo del autobús, ¿no crees que también podría haberse equivocado en otras cosas?-.

-Sabes que los Lestrange torturaron a una pareja hasta la locura, ¿verdad?-. se burló Sirius.

-¡No lo hicimos!- resopló Bellatrix. -No digo que no lanzáramos el crucio, pero estábamos intentando encontrar a nuestro hijo, que había sido secuestrado, así que creo que teníamos cierta justificación, sobre todo después de que los Longbottom admitieran que habían escondido a Lysander en alguna parte, pero que nunca nos lo dirían. No es que pudiéramos haber acudido a los aurores, difícilmente nos habrían creído a nosotros antes que a los Longbottom, no a gente que había sido acusada de ser mortífagos. Te prometo, sin embargo, que estaban perfectamente bien cuando ese bastardo de Moody apareció y sólo perdieron la cabeza después de que estuviéramos bajo custodia-.

-¡Estás culpando a Alastor Moody de lo que les pasó a los Longbottom!- Exclamó Sirius.

-¿Por qué no?- Preguntó Rodolphus. -Ese hombre estaba más que feliz de lanzar los imperdonables después de que Crouch los hiciera legales. No me sorprendería que no hubiera sido él quien se lo sugiriera al hombre en primer lugar. ¿No puedes decirme honestamente que crees que Moody está en lo correcto?-.

-Vale, puede que no sólo Dumbledore esté podrido-, suspiró Sirius. -Pero ya sabes quién no era un santo-.

-Nadie está diciendo que no hubiera malas prácticas en ambos bandos, pero eso no lo convierte necesariamente en el diablo-, argumentó Corvinus.

-No intentes engañarme-, gruñó Sirius. -¡Ese hombre era un asesino a sangre fría! ¿Y los Prewett o la familia Bones?-.

-¿Personas que forman parte de tu pequeño grupo de vigilantes?- preguntó Lucius. -No eran inocentes. Los Prewett habían atacado a los Rosier en su casa, la familia apenas salió con vida y probablemente no lo habría hecho si no hubiéramos llegado hasta ellos tan rápido como lo hicimos-.

-Y no pudo haber atacado a la familia Bones como todo el mundo dice-, argumentó Rabastan. -Teníamos una reunión cuando eso ocurrió-.

-Parece que no has tenido todos los datos querido primo-, se rió Narcissa. -Quizá debas reflexionar un poco ahora que eres libre, ya que parece que tu querido lado luminoso no es tan bueno como les gusta hacer creer-.

-Han pasado muchas cosas de las que no te das cuenta-, añadió Harry. -Dumbledore me mantuvo a propósito en la oscuridad durante toda mi vida. No había razón para que no me informara de mi herencia, o incluso de la magia, antes de recibir la carta de Hogwarts-.

-Excepto por el hecho de que tiene el control de tus derechos de voto en el Wizengamot-, señaló Lucius. -Durante la última década los ha utilizado para aprobar las leyes que ha querido-.

-Siempre creí que los tuyos le impedían aprobar cosas-, preguntó Sirius.

-Difícilmente-, se burló Corvinus. -Esa es la excusa que usa cuando no quiere aprobar algo pero no quiere quedar mal por decirlo. Créeme cuando te digo que puede aprobar leyes fácilmente a pesar de nuestras protestas cuando quiere-.

-Sí, como esa ridícula Ley de Protección de Muggles que Arthur Weasley redactó el verano pasado-, gruñó Lucius. -Como si cualquier sangre pura en su sano juicio fuera a permitir que se aprobara una ley así, que básicamente daba carta blanca a los aurores para hacer redadas cuando les diera la gana-.

-¿De qué otra forma esperas que puedan seguir la pista de lo que haces?- Preguntó Sirius.

-¿Y las libertades personales? ¿Inocente hasta que se demuestre lo contrario?- replicó Corvinus. -Pensaría que tú más que nadie entenderías los defectos de perseguir a alguien basándose en meras suposiciones-.

-Pero tú eres culpable-, resopló Sirius.

-¿De qué crímenes?- preguntó Harry.

-¡De ser mortífagos, para empezar!- gritó Sirius.

-Eso nunca fue técnicamente un crimen-, dijo Lucius, -y como señalamos no cometimos ningún crimen del que el Ministerio o la orden de Dumbledore también fueran culpables, así que tengo que preguntarme por qué crees que todos somos tan malvados-.

-¿Aparte de practicar regularmente Artes Oscuras?-. Sirius resopló.

-No es más que otra forma de magia-, señaló Narcissa. -Los hechizos de Luz pueden usarse para dañar a la gente tanto como los Oscuros-.

-Theo expuso ese argumento en el debate-, reflexionó Harry.

-Es un chico listo-, asintió Severus.

-Bueno, pueden esgrimir todos los argumentos inteligentes que quieran, eso no significa que de repente vaya a confiarles a todos la seguridad de Harry-, hizo un mohín Sirius.

-¿Qué crees exactamente que vamos a hacer con él?- preguntó Severus.

-¡Entregárselo a Voldemort para empezar!- Sirius resopló.

-Si iba a hacer eso, ¿no crees que habría sido más inteligente que lo hiciera durante el verano, cuando nadie vigilaba a Harry?-. Severus sonrió satisfecho.

-Voldemort está muerto, Sirius-, suspiró Harry. -La guerra ha terminado y cuanto antes te des cuenta, mejor-.

-Aun así voy a vigilarte de cerca, Harry-, dijo Sirius. -Cometí el error de no tenerte cerca antes, no voy a volver a cometerlo-.

-Está bien-, cedió Harry. -Si te hace sentir mejor quédate aquí y vigila. No es que tengamos nada que ocultar y con suerte verás lo bueno que es Severus conmigo-.

-Bueno, si Sirius se une a tus pequeñas excursiones mientras estás aquí, no veo por qué no deberíamos hacerlo todos-, sugirió Lucius.

Harry se resistió. -¿Es eso posible?-.

-Técnicamente no hay un límite máximo en el número de acompañantes que uno puede tener, ya que muchas reuniones de esponsales suelen tener lugar en torno a la familia-, sonrió Narcissa.

-Sólo quieres ver más del mundo muggle-, se rió Severus.

-Con fines puramente económicos-, argumentó Lucius. -Me han señalado que hay un hueco importante en el mercado de las actividades recreativas de magos y quiero investigar sobre el asunto antes de comprometerme con alguna empresa en particular-.

Aquel comentario sorprendió a Sirius, que se quedó mudo mientras el grupo organizaba lo que podrían hacer durante las vacaciones, una vez que los chicos hubiesen terminado los deberes, claro.

Las vacaciones transcurrieron entre castillos y museos, días de playa y salas de juegos. Un fin de semana, el grupo llegó incluso a visitar Disneylandia, en París. La habitación de Harry se fue llenando rápidamente de recuerdos y fotos de todos los días que habían pasado fuera, y se pasaba las tardes contándoles a Lily, Dorea y Charlus sus diversas hazañas, incluso enseñándoles una foto de Lucius con las orejas de Mickey Mouse que hizo que todos se partieran de risa. Harry se alegró de ver cómo Sirius se iba acercando poco a poco al grupo con el paso de las semanas. Estaba claro que aún desconfiaba un poco de los motivos de la gente, pero poco a poco empezaban a derribar sus muros. Probablemente ayudaba el hecho de que sus cartas a sus antiguos amigos habían sido completamente rechazadas, algo que enfurecía a Harry, sobre todo al ver la cara de abatimiento que ponía el hombre cada vez que llegaba una lechuza y no traía una carta para él. Sin embargo, le hacía estar más contento que nunca con su decisión de apoyar a Lysander, y con su decisión de dejar de lado a Ron, ya que los Weasley eran una de las familias a las que Sirius también había contado como amigos.

Tom también se había unido a ellos en algunas de sus salidas, junto con Bartemius Crouch Junior. Al parecer, Tom estaba ayudando a Barty a recuperarse después de haber sido prisionero de su padre durante tanto tiempo y Tom pensó que también sería bueno para él estar cerca de sus viejos amigos. Todavía tendía a pegarse a Tom o a Rabastan, pero poco a poco estaba saliendo de su caparazón y Harry se alegraba de ver cómo el hombre inteligente y ocurrente se hacía a sí mismo.

Sin embargo, estaba claro que los fantasmas de Azkaban seguían atormentándolo, al igual que al resto del grupo. Corvinus había arreglado que todos vieran a sanadores mentales. A Harry le costó convencer a Sirius de que fuera, e incluso después de que Harry volviera al colegio, pero lo tomó como una pequeña victoria y esperaba que sirviera para aliviar la preocupación de Sirius por él y, con suerte, para ayudar a su padrino a aceptar el lugar de Severus en su vida, sobre todo porque en un futuro no muy lejano tendrían que pasar todas las vacaciones de verano.

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