Fragmento OO5 ;; Días de lluvia
07-04-2009
A los dos días desde que pasó de la pelea, los niños se habían perdonado. Kei pidió disculpas durante horas, y Tadashi rogó que no se preocupara desde el primer "lo siento" que escuchó.
Ambos estaban sentados en las camillas, el rubio leyendo un libro y el pecoso mirando por la ventana empapada por la lluvia que comenzó hace aproximadamente un cuarto de hora.
- ¿Quieres salir? - preguntó Tsukishima al ver los ojos llenos de brillo de su amigo.
- ¿¡EN SERIO?! - con una emoción inmensa se levantó de la cama, aún agarrando su querido dinosaurio.
- Sí, claro. Voy a pedirle permiso a los enfermeros.
- una sonrisa se formó en la cara del más alto, acto seguido, se levantó, también agarrando su peluche conjunto y fue a preguntar.
Unos minutos de súplicas después volvió al cuarto con una expresión emocionada, indicando que sí podían ir.
Ambos agarraron un paragüas y ropa impermeable que tenían en el armario del hospital.
Después de vestirse salieron del hospital, llegando al jardín infantil de este. Se sentaron en el húmedo césped y miraron el cielo completamente nublado.
El más alto amaba este tipo de días, pues antes de internar en el hospital salía con su hermano a jugar bajo la lluvia, además del “exquisito” olor a tierra mojada.
Al pecoso no le gustaban mucho esos días, pues no podía ver el sol, sin embargo, eso no le impidió que al llegar al hospital comenzara a enamorarse de ellos, gracias a Tsukishima.
Yamaguchi metió su mano en el bolsillo del pantalón habitual que solía llevar, encontrando ahí las pulseras que hizo anteriormente.
— ¡Mira! — dijo sacando una de ellas, que era un conjunto de estrellitas amarillas y moradas.
— ¿Y eso? ¿cuándo lo hiciste? — preguntó agarrándola, y cuando su mirada volvió a dirigirse hacia Tadashi vió que ya la tenía puesta.
— Hace dos días, pero no pude dártelo..
Ahí acabó la amena charla, ya que optaron por tan solo tomarse la mano y mantener un cómodo silencio.
Aproximadamente una hora después la lluvia comenzó a ser torrencial. Así que rápidamente volvieron al hospital.
Llegaron y dejaron la ropa impermeable en el armario de nuevo, y también los paragüas en el paragüero.
Volvieron a sus camillas, y ambos volvieron con sus cosas. Yamaguchi agarró su libreta para dibujar y Tsukishima comenzó a leer.
Eran las 7.24 de la tarde. Todo estaba tranquilo por el momento, hasta que un “achís*” se escuchó en el cuarto.
*Achís: Onomatopeya de un estornudo.
Ese sonido llamó la atención de Tsukishima. — ¿Cómo puedes enfermarte siempre tan rápido? — preguntó.
Y así quedó un momento más entre los chicos, un momento que siempre extrañarán.
Nota del Autor:
Siento mucho la poca creatividad del capítulo, lo ameno que es y el atraso. Pero mi telefóno se rompió y recién consigo la cuenta de nuevo.
Por cierto, he visto que tengo más lectores. Muchas gracias a todos, hermosos. 😭
¡Hidratense y coman bien!