Título: Recordando el amor
Universo: Pro-heroes
En este AU, Denki y Hanta tienen un hijo de 5 años, ambos tienen 28 años
La cabeza le daba vueltas y sentía que en cualquier momento le iba a estallar. Cuando abrió los ojos, no fue mejor; la luz, las paredes blancas y el molesto pitido de alguna máquina le estaban taladrando la cabeza, volteó hacía los lados en busca de algo que le diera una pista de donde estaba.
—Denki, al fin despertaste—la voz de su madre le hizo volver a cerrar los ojos—Llamaré al doctor—de reojo pudo ver como su madre tocaba un botón por encima de su cabeza y luego se sentó a su lado tomando una de sus manos.
—Mamá ¿Qué pasó?
—Tuviste un accidente en una de tus misiones como héroe
Denki se confundió y su expresión no lo oculto
—¿Cómo dices? ¿Pero si yo...?
El rubio no pudo seguir hablando, ya que un médico y una enfermera ingresaron a la habitación.
—Joven Sero ¿o prefiere que le digamos joven Kaminari? ¿cómo se siente?
—¿Qué?
—Soy el médico que ha estado a cargo de tu cuidado durante los últimos días—el médico dejó de lado el expediente de Denki luego de terminar de ver sus últimos estudios—¿Recuerdas algo de eso?
—No lo sé, todo es confuso
—Entiendo, sufriste un accidente en el trabajo y estuviste inconsciente durante tres días, ahora mismo estás en el hospital y te estamos brindando el mejor cuidado para que pronto puedas ir a tu casa
—Am...—Denki apretó los labios y vio de manera discreta a las personas presentes en la habitación, después se quedó viendo al médico con cierta desesperación, comenzaba a entrar en pánico, no sabía si él se había vuelto loco o los locos era el personal de salud y su mamá.
—¿Ocurre algo?
—Disculpe la pregunta, pero—volteo a ver a su mamá que ahora se veía asustada y luego volvió a ver al médico—¿Yo soy un héroe?
Jin se llevó las manos a la boca y vio con pánico al médico, quien ya le estaba dando indicaciones a la enfermera.
—Te haremos unos estudios más ¿si?—Denki asintió y vio con preocupación como el médico y la enfermera se iban.
¿Qué había pasado?
(...)
Jin y Denki se sentaron las siguientes dos horas a hablar de cualquier cosa que no tuviera que ver con la vida del menor después de la preparatoria, ambos intentaban evitar al elefante rosa en la habitación.
Denki no quería preguntar por su supuesto trabajo de héroe, pues su madre ponía una expresión desolada y odiaba verla así, media hora atras intento hablar sobre su prima, Kaori, pero su madre puso una expresión complicada y de manera renuente le confesó que él y ella no se hablaban desde hace tres años, no le quiso decir el porque y eso solo lo confundió más.
En el transcurso de las dos horas, el personal médico entraba y salía de su habitación, lo llenaban de preguntas y luego simplemente se volvían a ir, una vez incluso se lo llevaron a quien sabe donde a hacerle un estudio. Sinceramente comenzaba a frustrarse de no saber que estaba pasando, pero se negaban a decirle algo antes de "estar seguros".
Poco antes de que se cumplieran las tres horas, la puerta fue abierta nuevamente. Pero esta vez no era personal médico. Se trataba de un joven pelinegro con un traje color negro con detalles amarillos y blancos, su postura era tensa y su rostro reflejaba preocupación y alivo a la vez.
—Denki...
Denki lo vio con curiosidad, más aún cuando se acercó a su cama, no había sido un error.
—Disculpa si sueno rudo al decir esto, pero ¿quién eres?
Hanta se detuvo de golpe y rápidamente volteo a ver a su suegra, quien negó con la con la cabeza y bajó la mirada, aun sin soltar la mano de su hijo.
—Soy Hanta ¿no me recuerdas?
Denki negó
—No, lo siento
El pelinegro sintió un nudo en la garganta, eso no era bueno.
—Buenas tardes—Sero se sobresaltó con la llegada del médico, pero devolvió el saludo con un murmuró y volvió a ver a Denki con preocupación.
—Doctor ¿ya sabe que es lo que pasa?
—Así es joven Sero—Denki volvió a hacer una mueca—Debido a la contusión cerebral, usted tiene una amnesia postraumática, esto puede dura varias semanas o incluso varios meses
Denki comenzó a angustiarse. Creía que se sentiría mejor cuando supiera que era lo que tenía, pero era todo lo contrario ¿cuánto de su vida se estará perdiendo por este incidente?
—¿Qué podemos hacer para ayudarlo?
—Deberán respetar sus límites, no fuercen su memoria eso podría causarle estrés y empeorar la situación, pueden proporcionar información en contextos adecuados, mostrar fotografías o compartiendo anécdotas—el médico suspiró—Pero sobre todo, tengan paciencia, esto no es algo simple y puede llegar a ser frustrante tanto como para el paciente como para los familiares.
(...)
Lo habían tenido dos días más en el hospital antes de confirmar que estaba lo suficientemente bien como para volver a casa. Ahora sabía varias cosas básicas sobre su vida actual.
Su nombre actual era Sero Denki, está casado con Sero Hanta; sigue viviendo en el mismo edificio donde vive su mamá solo que unos pisos más arriba, tiene veintiocho años de edad, estudió y se graduó de la UA y lleva diez años trabajando como héroe profesional; y lo que es más sorprendente y lo dejó en estado de shock por diez minutos era que, tenía un hijo de cinco años.
Este último dato si bien no era básico, lo descubrió porque le dio curiosidad saber quien era ese pequeño niño en la visera del auto. Ese pequeño dato le había provocado dolor de cabeza y otro pequeño ataque de pánico por no poder recordar a su propio hijo.
Ahora iba rumbo a su departamento donde al parecer vivía con su pequeña familia, su madre se quedaría con ellos el tiempo que tardará en recuperar la memoria y su hijo se quedaría con los padres de su esposo para su tranquilidad y la del niño.
Para su alivió, su esposo, había ido al supermercado a comprar la despensa y no esperaba su regreso hasta dentro de una hora o dos.
Jin abrió la puerta del departamento e hizo pasar primero a su hijo. Denki veía todo con curiosidad y algo de ansiedad, todo era tan desconocido y conocido a la vez. Recordaba haber venido a ese y a muchos departamentos más cuando su mamá los remodelaba para después ponerlos en renta, si no se equivocaba ese departamento era el único que su mamá le daba mantenimiento y nunca rentaba.
"Algún día cuando seas mayor, este será tu departamento" eso había dicho su madre.
—Ven hijo, te mostraré tu habitación—Denki se dejó llevar—Esta es tu habitación y la Hanta—el menor se puso rígido, su madre no lo obligaría a compartir habitación con un desconocido ¿O si? Sabía que era su esposo, pero él no lo recordaba y tener que compartir habitación con él, le dejaba un mal sabor de boca—Tranquilo, Hanta sugirió que durmieras aquí y el dormiría en otra habitación, es la de enfrente y la mia está al lado, cualquier cosa que necesites puedes pedirlo a cualquiera de los dos—Jin tomó las mejillas de su hijo con cariño y luego lo dejó solo en la habitación para que descansará, pero Denki no se creía capaz de poder descansar aunque fueran cinco minutos.
(...)
Han pasado tres semanas desde que Denki fue dado de alta del hospital, y el rubio ha empezado a sentirse cómodo con la presencia y las atenciones del azabache.
Durante estas tres semanas, Jin y Hanta se han organizado para no dejar solo a Denki en ningún momento del día. Por las mañanas, Sero se queda al lado de Denki mientras la mayor está en la panadería o administra el edificio. Por las tardes, hasta antes de la cena, la madre de Denki se queda a cuidarlo, y al final de la jornada los tres cenan juntos antes de irse a dormir para repetir el mismo ciclo al día siguiente.
Durante todo este tiempo, varias personas han ido a visitar a Denki para ver cómo se encuentra, aunque él no puede recordarlos. A pesar de que esto pareció decepcionar a sus compañeros, ellos no habían dejado de ir a su departamento para hacerle compañía de vez en cuando y proporcionarle información sobre su amistad y los años que llevan conociéndose cada que Denki lo solicitaba. Claro que esto no ayuda en absoluto, pero apreciaba que aún quisieran ayudarlo. Sin embargo, había algo que aún le causaba ruido.
—Mañana es mi descanso, iré a verlo
Y era que en esas tres semanas no había visto ni una sola vez a su hijo y eso le hacía preguntarse varias cosas.
¿Él estaba bien?
¿Se estaba alimentando bien?
¿Sabía del accidente y el porqué se estaba quedando con sus abuelos?
—Hanta...—llamó Denki a su pareja, mientras este se encontraba ocupado haciendo el desayuno—¿Crees qué puedas traer a Ryo? Quiero conocerlo y no solo por fotografías
Sero dejó de hacerlo que estaba haciendo y vio a su pareja con preocupación—No... no creo que sea buena idea—respondió con cautela, con los días aprendió a esperar lo que sea cada que algo se le negaba a Kaminari, normalmente el mayor no insistiría en el tema y se iría a algún lado de la casa a entretenerse con algo, otras simplemente se deprimia y solo una vez se enojó—Él no sabe que no recuerdas nada y no quiero hacerles pasar un mal rato, a ninguno de los dos
—Entiendo tu preocupación por eso, se que es por eso principalmente que Ryo se fue a quedar con tus padres, pero ¿podemos intentarlo, por favor?—insistió Denki.
Hanta suspiró derrotado, después de todo siempre ha sido débil hacia su pareja y eran muy pocas las cosas que podía negarle.
—Está bien, lo intentaremos, pero si te sientes abrumado puedo ir a dejarlo con mis padres de nuevo
A Denki se le iluminaron los ojos y asintió con entusiasmo, entonces Hanta y Denki comenzaron a planear la visita de Ryo para el día siguiente y si todo salía bien, Ryo no tendría que regresar con sus abuelos.
(...)
Al día siguiente Sero salió de su departamento hacía la casa de sus padres antes de las nueve de la mañana. Denki se había quedado a hacer el desayuno, Hanta se había negado al inicio, pues tenía miedo a que su pareja se accidentara, pero Denki aseguro recordar perfectamente bien como se trabajaba en la cocina.
Denki estaba terminando de servir la fruta con yogurt cuando la puerta de entrada se abrió.
—Denki, ya regresamos
—¡Mami!
Denki inconscientemente sonrió al escuchar esa voz infantil, tomó el plato que le faltaba llevar a la mesa y salió de la cocina para encontrarse con su pequeña familia.
—Bienvenidos, vengan, vamos a desayunar—el pequeño niño brincó de emoción y antes de sentarse a desayunar, fue a lavarse las manos en compañía de su padre.
Cinco minutos después, y luego de haber agradecido por la comida, la pequeña familia se encontraba desayunando juntos, disfrutando del momento y de las conversaciones animadas del pequeño Ryo. Ver a su familia completa hizo que Denki se sintiera feliz.
Ver a Hanta bromear con su hijo y ser tan cariñoso con él hizo que su corazón se acelerara, por primera vez desde el accidente pudo ver a Hanta como su pareja y no como un extraño con el cual se había casado. Recordó cómo se sentía estar enamorado de él, cómo se sentía su piel al contacto con la de Hanta, cómo se sentía su corazón al latir junto al suyo.
Kaminari se sorprendió ante sus pensamientos, pero no se sintió asustado o confundido, estos sentimientos se sentían perfectos, era como estar completo nuevamente, había estado tan ocupado preocupándose por no poder recordar nada y en recuperar la memoria que había olvidado lo que era sentir amor de verdad. Ahora, mirando a Hanta interactuar con su hijo, volvía a sentir ese amor que había perdido. Era un sentimiento hermoso y alentador, y Denki sabía que tenía mucho que agradecer a su pequeña familia por ayudarlo a recuperar ese sentimiento, aunque aún había un largo camino por recorrer, aún debía recuperar la memoria.
Cuando terminaron el desayuno, Denki se ofreció a lavar los platos, pero Hanta se negó, alegando que Ryo quería pasar tiempo con el rubio, al observar al niño, pudo notar la impaciencia en su mirada azabache, entonces Denki aceptó y se llevó al niño a su habitación que había estado en desuso las últimas semanas.
—Mami ¿cómo te sientes? Estuve muy triste por no poder verte, abuelita dijo que no podías cuidarme porque tenías que descansar ¿es eso cierto mami?—preguntó el pequeño inclinando la cabeza con curiosidad.
—Si, es cierto, el doctor dijo que tenía que descansar y temía no poder cuidarte adecuadamente
El niño formó una pequeña "o" con su boca.
—Pero mami y papi siempre me han cuido bien
—Y lo seguiremos haciendo—respondió alborotando el cabello negro del niño—Ahora ¿qué te parece si jugamos un rato?
—¡Si!
Ryo corrió hacía su baúl de juguetes y con emoción comenzó a llevarlos hacia Denki.
Un rato después Hanta se unió a su familia en el cuarto del pequeño y así pasaron la tarde, jugando y contando historias de fantasía y anécdotas con las cuales el rubio no se sentía abrumado por escuchar.
Entonces Denki supo que no necesitaba recuperar su memoria para saber que le alegraba tener este tiempo en familia, claro que si algún día llegaba a recordar, sus memorias eran más que bienvenidas.
Mientras tanto, disfrutaría el tiempo que pudiera con su familia, un día a la vez y si no recuperaba sus memorias, al menos podría creer nuevas.