Habían transcurrido 4 años desde que Lee Minho se había interesado en el mundo del BDSM.
Al año de haberse iniciado en ese mundo había conseguido por fin un sumiso, fue una relación llena de placer y pasión donde los límites estaban bien definidos, su sumiso era hermoso y complaciente pero todo se complicó cuando Félix había incumplido los acuerdos.
Primero porque la relación que habían establecida era de cero sentimientos de por medio y Felix su Sub le había comenzado a tener actitudes que demostraban que estaba teniendo sentimientos por él, pero asumio que se equivocó cuando descubrio que habia comenzado a tener una relacion con otro Dom.
Cuando el trato era una relación monogama.
No mentiría, le había dolido mucho que su Sumiso le mintiera y que lo engañarán de esa manera, ya que la relación de Dominante y Sumiso se basa en la confianza que incluso llega a ser mucho más fuertes que en parejas que práctican el sexo vainilla.
Con todo eso había ocultado ese gusto por el BDSM en lo profundo. Tenía ya 1 año sin practicar el BDSM, y no es que no lo intentara pero en este mundo, era muy difícil ser aceptado con un gusto tan...peculiar.
Había tenido relaciones con un par de chicos después de Félix, pero eran muy débiles para su gusto, no tenían disciplina, y aunque las sesiones de BDSM no siempre terminaban en sexo, él tenía que tener el control, para poder sentir placer.
Pero eso estaba a punto de cambiar...