Narra Giselle
Buenos Aires, Argentina.
Me desperté tipo 11 porque anoche me fui a dormir tarde y Lionella todavía seguía dormida. Tenía mensajes de Joaquín, que estuve esperando todo el día pero no de esta forma.
Empecé a sobrepensar en que seguro se había enterado de lo que pasó con Enzo y algo así fue.
Estaba enojado y lo entendía.
Abrí la nota y estaba esto. Era lo de Langoni pero dentro de la nota había un link que llevaba a una nota mucho peor. Los paparazzis se habían enterado de que Enzo estuvo con Lio y ahora todo el país lo sabía y la sospecha que venía de antes incrementaba cada vez más.
Nisiquiera abrí la nota de Enzo porque ya me imaginaba la cantidad de boludeces que iba a decir. Eso no me preocupaba, odio a los periodistas y su manera de exagerar todo y meterse dónde nadie los llama. Quería hablar con Joaquín y decírselo cuánto antes apenas llegara a Italia pero estos hijos de puta se me adelantaron.
Si antes me sentía mal ahora me sentía muchísimo peor y Joaquín tenía toda la razón. Tenía ganas de agarrar el primer vuelo a Italia e ir con él para contarle como fue todo. Él no se merecía esto. No iba a quedarme así, entonces lo llamé.
Estuvo sonando su teléfono hasta que me contestó.
- Hola. - Dijo.
- ¿Cómo estás mi amor? ¿Cómo llegaste?
- Por suerte bien. Fue un viaje re cansador y encima llegando me encontré con esto. Sinceramente no sé que decirte ya.
- No me digás eso, yo no quería que Enzo la vea, no quería ni mucho menos era mi intención que salga en todos lados.
- ¿Y cómo la vio entonces? ¿Te puso un arma en la cabeza? Encima no pudiste esperar ni que pasen 2 dias de que me fui. No quiero ni hablar. ¿Dónde está Lionella?
- Durmiendo...
- Perfecto, me llamas cuándo esté despierta que quiero hablar con ella nomás.
- No, pará, dejam... - Dije y cortó la llamada antes de que pudiera completar la frase.
Tiré el celular con bronca para cualquier lado y me tapé la cara con las manos. Me sentía la persona más estúpida del mundo. Joaquín no se merecía todas estas cosas. Tenía bronca encima por Enzo y su actitud tan determinada, y me odiaba por no ponerle frenos y ser tan blanda.
En mi celular tenía más mensajes y notificaciones al respecto pero lo último que quería era ver eso en estos momentos.
Me levanté de la cama y fui al baño. Cuándo salí me cambié y desperté a Lio.
- Amor. - Dije tocando su pierna suave para despertarla. - Despertate bebé de mami.
- No... - Dijo arrugando la entreceja con sueño todavía.
- Sí, dale. Despertate así hablás con papá.
- ¿Papá Cucu? ¿O papá Enzo? - Me dijo sentándose en la cama. Yo me quedé en shock por esto que había dicho y no podía creer que esas palabras hayan salido de su boca. Inmediatamente me puse a pensar porque lo podría haber dicho y lo primero que se me ocurría era pensar que Enzo le dijo algo al respecto mientras yo no prestaba atención. Igual seguía con un shock tremendo y me empezó a doler el pecho de solo escuchar esas palabras salir de su boca de una forma tan inocente.
- ¿Cómo que papá Enzo, mi amor? ¿Que decís? - Le respondí mostrándome tranquila.
- Si mamá.
- ¿Quién te dijo eso? Él no es tu papá, tu papá solo es papá cucu y nadie más. - Acaricié su pelito mientras le explicaba la situación.
- ¿Y por qué anoche dijiste eso mamá? - Me interrogó con inocencia.
Ahí fue cuándo me acordé. Venía hablando en el auto con Langoni.
FlashBack.
- ¿Qué pasó?
- Bastante complicado. Con él salí desde que éramos muy chiquitos... Y bueno no sé, Lionella es hija de él. Pero no se hizo cargo, y bueno ahora quiere venir como si nada. Es muy pesado.
- Aah. Con razón me fulminó con la mirada cuándo me vio con ella. Entiendo todo. Que hijo de mil.
Fin del Flashback.
Lionella venía en la parte de atrás del auto, me distraje y dije eso en frente de ella. No me di cuenta en el momento. Me sentía la persona más pelotuda del mundo. No paraba de mandarme una cagada trás de otra y en este momento estaba intentando contenerme las lágrimas para no llorar en frente de Lio.
La miré y ella estaba haciendo pucherito conteniendo las lágrimas.
- ¿Qué pasa mi vida? - La abracé.
- Yo "quierro" solo papá cucu. - Me abrazó y se puso a llorar. - ¿En dónde está papá cucu?
- Se fue Lio. Nosotras dentro de poquito vamos con él.
Ella no entendía por más que le siga explicando y la siguiente media hora sólo fueron de ella llorando y yo tratando de consolarla.
- Mirá Lio. ¿Querés que hagamos video llamada con él? - Dije usando mi último recurso para calmarla.
Ella se pasó las manitos por sus ojos para limpiarse las lágrimas y asintió con la cabeza. Me levanté para ver dónde había tirado mi celular
Cuándo por fin lo encontré tenía una rotura en medio de la pantalla. No le di importancia y entré al contacto de Joaquín, dudé unos segundos pero le hice videollamada. Lio estaba esperando sollozando. Es increíble como se pone cada vez que Joaquín está lejos y lo mucho que lo ama.
Me atendió y sólo alcé a Lio dándole mi celular para que hable. Yo no iba a decir nada.
- ¡Hoolaa mi amor! - Dijo Joaquín atendiéndola con una sonrisa apenas la vio.
- ¡Papá cucu! ¿En dónde estás? - Dijo ella viéndolo feliz de poder hablar con su papá. Por fin había dejado de llorar.
- En Italia mi bebé, pero ya vas a venir vos conmigo y te voy a dar un abrazo gigante. ¿sí?
- Sí papá... Te extraño mucho. - Le dijo con pucherito.
- Yo también mi vida pero ¿por qué estuviste llorando? A papá no le gusta que llorés.
- Porque te extrañé papá.
- Ay mi amor, te amo mucho. Pero no llores sino papá llora también.
Siguieron hablando bastante mientras yo sólo escuchaba. Ella le contaba mil cosas y él la escuchaba y también le hablaba de otras cosas. En un momento les tomé una screen porque estaban con la misma expresión y me pareció tierna.
- Mamá, saluda a papá cucu. - Dijo Lio derrepente enfocandome a mí con la cámara del celular. A Joaquín no se le borró la sonrisa ni un segundo. Me sorprende cada vez más como finge estar bien conmigo siempre que estamos peleados para no transmitirle nada a nuestra hija.
- Hola. - Dije con una sonrisa también fingida.
- Hola mi amor. ¿Estás cuidando bien a Lio? - Dijo de broma creando una conversación conmigo para que Lio escuche.
- Decile que sí mamá. - Interrumpió Lionella hablando bajito aunque se la escuchaba igual. Joaquín soltó una carcajada.
- Obvio que sí. La cuido muy bien.
Ella me quitó el celular rápido y comenzó a hablar de ayer, lo que me puso demasiado nerviosa porque no quería que mencione lo de que escuchó Enzo era su papá y yo me meta en un problema más con Joaquín.
- Papá, ayer fui a ver a Boca. Mamá me llevó. - Dijo ella y él la escuchaba atento aunque nada tonto con sus preguntas.
-¿En serio? ¿Y qué hiciste? - Preguntó
Ahí es cuándo más me puse nerviosa. Era obvio que me iba a mandar al frente y decirle todo y era capaz de contarle lo que escuchó. Sentí una presión en el pecho y que este era mi fin con Joaquín, me iba a matar.
- Vi el partido papá.
- ¿Viste el partido? ¿Y cómo jugaron?
- Así cómo tú juegas papá. Súper muy bien. ¿uándo voy a ir a tu partido?
Lio dijo sólo eso y ahí cambió la conversación, sentí como el alma me volvía al cuerpo. No quería que ahora Joaquín se entere también eso por otra persona que no sea yo, otra vez.
- Cuándo vengas con mamá a Italia. Y te voy a dedicar muchos goles. ¿Querés?
- ¡Siii! ¿Y a mamá también?
- A mamá también.
- ¿Escuchaste mamá? ¡¡Papá va a hacernos muchos goles!! - Me dijo Lionella muy feliz. Joaquín se rió por su felicidad.
Cuándo ya iban hablando más de una hora, tenían que cortar. Joaquín tenía cosas que hacer allá. Lio no quería como era de esperarse pero tuvieron que cortar. Se quedó llorando y él también se notaba en su cara que quería llorar por verla así. Cortamos la llamada y Lio lloró por un ratito más y se calmó.
- Vos sabés que a mí y a papá nos pone tristes que llores mi amor. - Le dije abrazándola tratando de solucionar algo.
Ella se refregó los ojitos y me miró.
- Está bien mamá. No lloro. - Me dijo sollozando y empezando a calmarse.
- ¿Qué tenés ganas de hacer? - Le pregunté.
- No sé mamá. Quiero jugar.
- Ya sé. Vamos a salir a comer y vamos al parque
¿Querés? - Le dije con una sonrisa.
- Sí mamá vamos, vamos.
Para Lio cualquier actividad que incluía salir de casa era un excelente plan. La cambié para que podamos salir. Comimos pasta porque es de las comidas que más le gusta a ella y nos fuimos a caminar. Necesitábamos un día para las dos juntas.
- ¿Cómo estás mi amor? - Le pregunté mientras caminábamos al auto.
- Bien mamá. Muy bien. Me divertí con vos. - Dijo mirándome con una sonrisa.
enzojfernandez ha reaccionado a tu historia. 😍
enzojfernandez ha respondido a tu historia: Me muero de amor ❤️😍
a tucucorrea le ha gustado tu historia.
tucucorrea ha respondido a tu historia: El amor de mi vida 🥰
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