Hoy me levanté determinada. Comenzaría con el plan de conquistar a Han Seojun.
Anoche soñé con él. Hubo momentos donde pensé que tal vez el destino no nos quiere juntos.
¡Así que forzaré al destino!
Mientras mi hermana hacia su rutina de maquillaje, yo le contaba mi plan. Utilicé un pizarrón para ordenar mis ideas y hacerlo más divertido.
Ella solo se limitaba a escucharme y decir "Si" a todo lo que decía.
Una vez me vestí, bajé a desayunar. Terminé y me dirigí a la escuela. Llegué al cruce peatonal y esperé mi turno.
- ¡YO SOY SU TORONJITA!
Volteé para ver quien gritó.
- Señor Han - dije al mayor.
- A-ah Lim Mi-rae - dijo nervioso - Es que me gusta mucho la toronja.
- Ajá.. mire señor Han - dije - Enserio me encantaría ser su cupido, pero debo encargarme de mi misma primero.
- ¿Ah? - exclamó él.
- ¡Uy, es nuestro turno! - dije alegre mientras veía luz verde - ¡Lo veo en clase!
Crucé a la siguiente calle hasta llegar a la escuela. Entré.
Me dispuse a buscar a Han Seojun pero no lo encontré por ningún lado.
La campana sonó y me fui al salón. Una vez dentro ví a Seojun, estaba durmiendo.
Le llegaba luz en el rostro, así que puse mi mano para impedirlo. De pronto abrió los ojos.
- Mi-rae - dijo mientras levantaba la cabeza - ¿Sigo soñando?
- Jajaja, no niño, no estás soñando - dije burlesca - Pero es interesante saber que sueñas conmigo.
- ¿Cómo? - dijo somnoliento - ¿¡Ah!?
Una vez se percató de lo que había dicho sus mejillas se tornaron rosa.
Me dirigí a mi banco y me senté junto a Suho.
- Toma - dijo poniendo el bombón sobre la mesa.
- ¡Gracias! - dije contenta.
- Oye, te ves contenta - dijo pícaramente Suho - ¿Pasó algo?
- Nada aún mi querido amigo - dije - Pero haré que pase de todo.
- ¿Y cómo harás eso?
- Forzaré al destino - respondí determinada - Y tengo un plan maestro para que funcione.
- Tú y yo debemos ponernos al corriente - me dijo - ¿Almorzamos juntos?
- Hecho.
En eso el maestro Han entra al salón. Se ve triste.
- ¡Buenos días! - dijimos al unisono.
- Buenas tardes chicos - dijo triste.
- Profesor, es de mañana - decían algunos.
- Como sea - dijo y miró al frente - Necesito que te retires si no eres de nuestra clase - dijo a Jukyung.
- Profesor - llamó Hyunkyu - Ella es Lim Jukyung.
- Claro que sí, Ju... ¿Jukyung? - dijo sorprendido.
- ¡Sí! - respondió mi melliza.
- ¿Eres Lim Jukyung?
- Sí - volvió a decir.
- Jukyung... - dijo dramáticamente - ¿Y Mi-rae, dónde está?
- ¡Aquí! - dije levantando mi mano.
- Oh... ahí estás - dijo en el mismo tono - Bienvenidas chicas - dijo y empezó a llorar.
- ¿Se encuentra bien? - preguntó una alumna.
- Quiero decir, estaba preocupado por ustedes - dijo tocando su pecho - No podía seguir soportando esto.
El señor Han se volteó dando la espalda y comenzó a llorar. Todos gritaban para consolarlo.
Luego se volteó otra vez y limpió sus lágrimas.
- Bueno chicos... lo siento mucho - dijo un poco más calmado - ¡Volvieron las mellizas! - dijo y empezó a llorar otra vez.
- ¡Siéntase mejor! ¡Siéntase mejor! - coreaban algunos.
- Lo siento... ¡Las mellizas están aquí! - dijo y volvió a llorar.
Luego salió del salón.
Dios, esto debe ser por Heekyung.
¿Qué le hizo al pobre hombre?
Iba caminando por el pasillo, en eso me encuentro con Han Seojun y mis chicos. Me acerqué a ellos.
- ¡Hola muchachos! - dije alegre.
- ¡Lim Mi-rae! - gritaron al unisono.
Chorong me tomó entre sus brazos y me abrazó con fuerza. Luego me dejó delicadamente en el piso.
- ¿Cómo estás? - preguntó.
- Ahora... - dije mirando a Seojun - Mejor que nunca.
- ¡Vamos a comer! - gritó uno de mis chicos.
- ¡Si! - gritó el resto.
Estaba dispuesta a ir pero Seojun tomó mi mano.
- No te vayas - dijo.
- ¿Qué ocurre? ¿Estás enfermo? - dije preocupada mientras tocaba su frente.
- Necesito decirte algo importante - dijo serio - ¿Podemos hablar en privado?
- Seguro, vamos al...
- ¡Lim Mi-rae!
Una voz llamó mi nombre. Volteé en aquella dirección y lo ví acercarse.
- ¿Hwang Hyunjin? - dije sorprendida.
- No puedo creer que estemos en la misma escuela - dijo llegando hasta mí - ¿No crees que es el destino?
- Esto es asombroso - dije contenta - ¿Por qué no me dijiste?
- Me acordé una vez que te dejé en tu casa - dijo - Por cierto, toma esto.
Me entregó un llavero que me regaló cuando estaba en YongPa High School. El primero se me había perdido, así que prometió darme otro.
- ¡Lo recordaste! - dije y tomé el objeto.
- Jamás lo olvidé, siempre me acuerdo de ti.
- Por cierto, él es Han Seojun - dije señalando - Es alguien muy importante para mí.
Han Seojun estiró su mano y Hyunjin la recibió. Ambos se quedaron mirando por unos segundos.
- Bueno... Han Seojun - dije rompiendo la tensión - Él es Hwang Hyunjin, iba en mi antigua escuela.
- Soy su mejor amigo - dijo Hyunjin.
- ¿El que la ignoró cuando estaba sufriendo? - dijo rudo Seojun.
Hyunjin no respondió, solo se quedó mirando a Seojun.
- Bueno... ¿Ya viste la escuela? - pregunté.
- Aún no - respondió Hyunjin - Pero ahora que te encuentro podrías darme el tour.
- Iré con ustedes - dijo Seojun.
- ¡Claro! - dije contenta - ¡Vamos!
Tomé del brazo a Seojun. Hyunjin caminó a mi lado.
Recorrimos varios lugares de la escuela, de pronto quise ir al baño.
Cuando volví Seojun no estaba.
- ¿Y Seojun? - pregunté.
- Dijo que debía hacer algo - respondió Hyunjin - Que luego te veía.
- ¿Le habrá pasado algo? - dije preocupada.
- No lo creo, se veía bien - dijo relajado.
- Pero quería hablar algo importante conmigo - dije en el mismo tono - Iré por él.
- Hey - tomó mi brazo Hyunjin - No te preocupes, dijo que debía arreglar un asunto. Seguramente te habla al rato, mejor sigamos con el recorrido.
No muy convencida acepté. Pero durante el paseo seguía pensando el Han Seojun.
Espero esté bien.
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Seguíamos caminando, de pronto Mi-rae quiso ir al baño. Me quedé a solas con Hwang Hyunjin.
- ¿Hace cuanto conoces a Mi-rae? - me preguntó el chico.
- La conocí este año - respondí serio - Tuvimos un pequeño accidente y después me enteré que era mi compañera de salón.
- Debe gustarte mucho, ¿cierto? - dijo con aire de superioridad - Por tu forma de mirarla.
- Sí, me gusta mucho - dije mirándolo.
- ¿Realmente crees que sea mutuo? - dijo - Digo... conozco desde hace tiempo a Mi-rae y sé sus gustos.
- ¿Y crees que tú formas parte de esos gustos? - dije molesto.
- ¿No te lo dijo? - comentó - Mi-rae solía estar enamorada de mí.
No respondí nada. Solo lo miraba con desprecio.
- Eso era antes - dije - Ahora sus sentimientos pudieron haber cambiado.
- ¿Y si no? - dijo con seguridad - Verás, me di cuenta muy tarde que también me gusta... Cuando se cambió de escuela pensé que jamás volvería a verla... Pero ya ves las vueltas que da la vida.
Solo lo miré.
- Tal vez el destino nos junto por alguna razón... Y esta vez no pienso desperdiciar mi oportunidad - dijo serio.
No contesté nada y me fui.
Estaba enojado y celoso, realmente estaba decidido a confesar mis sentimientos a Lim Mi-rae, ¿por qué es todo tan complicado?
Me senté en una banca. Comencé a pensar en lo que me dijo aquel chico.
"¿Realmente crees que sea mutuo?"
Es verdad, ni siquiera sé si Lim Mi-rae gusta de mi o no. Por eso planeaba decirle hoy, pero la aparición de este chico complicó las cosas.
¿Y si sigue enamorada de él?
¿Ahora qué hago? No quiero ser solo su amigo. Quiero estar con ella, siendo su novio. Pero me da miedo perderla.
¡Maldición!
Me puse de pie y comencé a caminar, patee con enojo una lata que había en el piso.
- ¡Ay! - se quejó alguien.
Cuando levanté mi vista ví que era Juyoung. De pronto se cubrió el rostro.
- Oye... - dije acercándome - ¿Estás bien?
Seguía con el rostro tapado y empezó a sollozar.
- ¿Estás llorando? - pregunté - Disculpa... pero no la patee tan fuerte.
- Seojun... - dijo entre lágrimas mientras me miraba - ¿Qué haré ahora?
Se acercó a mí y me abrazó, empezó a llorar otra vez.
- ¿Qué dices? - pregunté - ¿Acaso te rechazó mi hermana?
- Realmente me gusta Gowoon - dijo - Pero ella no siente lo mismo que yo.
Esas palabras me hicieron recordar a Mi-rae. Saber que tal vez siga enamorada de su amigo me pone triste.
- Cuando la veo... pienso en lo linda que es - dijo Juyoung - ¿Cómo puedo ser amigo se ella?
- Sí... - dije triste.
- Yo sería... un muy buen novio - dijo.
- Así es...
- No sabía... que dolería tanto no corresponder a alguien - dijo llorando.
Lo abracé y palme su espalda.
- Nadie lo sabe... - dije triste.
- Pero sabes - siguió - Si intentaste todo, no hay arrepentimiento.
Se separó de mi.
- Cuando me rechazó al confesar mis sentimientos - dijo - Por fin... puedo avanzar.
Aquella frase me hizo pensar. Si renuncio a Mi-rae jamás sabré si corresponde a mis sentimientos, tengo dos opciones.
La primera es que sienta lo mismo y estemos juntos. O la segunda es que me rechace para poder avanzar.
No puedo abandonar la guerra sin haber peleado antes.
Entré nuevamente al edificio, quería estar solo y pensar un rato. Entré a un salón.
Cerré la puerta y cuando volteo, me percato que Mi-rae está aquí. Recostada y durmiendo sobre un banco.
Me acerqué sin meter ruido y me senté en el banco que estaba a un lado.
La miré.
Se veía tranquila y en paz. Su rostro era muy bonito, tenía unas facciones muy pinceladas que a la vez la hacían delicada. Su nariz y parte de sus mejillas y frente estaban llenas de pecas. Sus labios eran perfectos, el arco de cupido resaltaba en su labio superior mientras el inferior tenía un grosor proporcionado.
Ella es perfecta.
Cuando me di cuenta, estaba sonriendo. Recordé todos los momentos que hemos vivido, desde el día en que nos conocimos hasta ahora.
El viento sopló con fuerza, provocando que su cabello tapase parte de su rostro. Me acerqué cautelosamente y aparté el mechón con delicadeza.
Mi teléfono comenzó a sonar. Mi-rae despertó.
- ¡Oh! - dije rápidamente y alejándome - Despertaste.
- Oye, te busqué por todos lados - dijo estirando sus brazos - Me tenías preocupada.
- Quise darte algo de privacidad con Hwang Hyunjin - dije - Debían ponerse al corriente.
- Ah, sí - dijo - Ya le enseñé la escuela, ahora dime, ¿qué debías decirme?
- Eso... quería decirte que me alegra que te quedaras - dije - Me hubiese entristecido tu partida semáforo.
- ¿¡Uy, acaso esto es una confesión!? - dijo burlesca.
- Ya quisieras pequeña - dije egocéntrico.
Ambos reímos.
- Por cierto... escuché que tú ayudaste a que borren los videos - dijo mientras sonreía - Muchas gracias.
- No hay nada que agradecer - dije - Haría cualquier cosa para devolver tu sonrisa.
Ella sonrió. Nos quedamos mirando fijamente a los ojos. Son hermosos, tiene un brillo especial que me hace querer verlos por horas.
En eso la puerta se abre.
- Lim Mi-rae.
Maldición, es este tipo otra vez.
- Hwang Hyunjin - dijo ella mientras se volteaba.
- ¿Te gustaría ir por un helado? - dijo él.
- ¡Seguro! - dijo ella - ¡Ven con nosotros Han Seojun!
Iba a decir que no, pero eso sería darle chance a Hyunjin.
- Claro, ¿por qué no? - dije entusiasta mientras me ponía de pie.
Mi respuesta pareció no agradarle al chico, pues me dió una mirada de pocos amigos.
Salimos de la escuela y nos dirigimos a una heladería.
Cuando llegamos allí, nos sentamos en una mesa del local.
- Bien, iré a comprar - dijo Mi-rae - Diganme sus sabores.
- Frutilla - dijimos al unisono Hyunjin y yo.
- Genial, así es más fácil.
Mi-rae entró a la tienda para comprar los helados. Me quedé nuevamente solo con él.
- Pensé que entendiste lo que dije hace un rato - dijo él - Veo que no captas indirectas.
- No, me cuesta un poco - dije burlesco - ¿Por qué? ¿Intentabas decir algo?
- Bien, seré claro entonces - dijo serio - Aléjate de Lim Mi-rae.
- ¿Por qué? - pregunté irónico - Se supone que le gustas, ¿no? ¿por qué te preocupa que esté cerca?
- Ya te advertí, no pienso perder esta oportunidad.
- Yo tampoco - dije firme - No pienso desistir hasta decirle lo que siento.
- ¿Acaso quieres sufrir una decepción?
- Lo haré si es necesario - dije - Pero no me rendiré sin haber luchado por ella.
- ¿Piensas que corresponderá a tus sentimientos? ¿Quieres perder?
- ¿Te parece esto un juego? - dije molesto - Ella no es ningún juego y si no corresponde a mis sentimientos me encargaré de que no sufra por tipos como tú.
- ¿Y cómo piensas hacer eso?
- ¿Lo quieres averiguar? - dije amenazador - No me rendiré con Lim Mi-rae, haré todo lo posible por conquistar su corazón.
La puerta se abrió y salió Mi-rae con los tres helados. Se sentó y empezamos a tomar el gélido.
Hablamos de cosas triviales, pero sobre todo Hyunjin se encargaba de mencionar su pasado. En ciertas ocasiones el chico y yo nos dábamos miradas de odio.
Por más celos que sintiese me contuve. Pues quiero hacer las cosas bien, no renunciaré a Lim Mi-rae tan fácil.
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