Entre dos placeres ©

Oleh yeimy_Mora

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Atlas Bradford es estudiante de medicina, su vida está llena de tranquilidad hasta que su padre se vuelve a c... Lebih Banyak

Advertencia:
Prólogo:
1. [La granja de los Riggs ]
2. [Una decisión]
3. [La propuesta de matrimonio]
4. [La mudanza]
5. [Día de actividades]
6. [Nuestra boda]
7. [Luna de ¿Qué? ]
8. [Visita al mar]
9. [Mi hijastro]
11. [Noche de películas]
12. [Reuniones]
13. [Verdades ]
14. [La dueña de mis fantasías +18]
15. [Corazones rotos]
16. [Revelaciones]
17. [De regreso a la granja]
18. [Los abuelos Riggs]
19. [El doctor]
20. [Hola, me llaman Romeo+18]
21. [Sorpresas]
22. [Problemas en el paraíso]
23. [Noche de travesuras]
24. [Desayuno familiar]
25. [Teodoro Bradford]
26. [Conociendo a mi suegro]
27. [Patrimonio Bradford]
28. [El gran día]
29. [Fuertes emociones]
30. [Pasiones ocultas +18]
31. [No es lo que parece]
32. [Traiciones]
33. [Falsas acusaciones]
Epílogo
Capítulo Extra

10. [Es solo tú mejor amigo]

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Oleh yeimy_Mora

10. [Es solo tú mejor amigo]

Atlas:

Mi noche no fue del todo tranquila, estuve varias horas sin dormir apreciando a mí madrastra, odiaba verme como un adolescente pero no tenía otra alternativa.

« Ella me llamaba »

« Algo en ella me atraía »

Al día siguiente me desperté antes que Adeline, caminé a mi habitación y tomé una ducha.

Como lo había suponido, papá no llegó a dormir.

« No sabía con cuál gatita estaba »

Adeline durmió muy bien a mi lado y por un momento me vi tentado a tomarla de la cintura y pegarla a mí.

Eliminé esos pensamientos de mi cabeza, tomé mis libros y partí a la universidad.

« Debía ponerme al día con mis clases »

Al llegar al lugar, vi a mi amigo Marco desde la entrada.

Caminé hacia él y lo saludé.

— Atlas, no puedo creer que estés aquí, pensé que te tomaste lo de las vacaciones enserio.

— Lo sé, me dejé llevar por el alcohol — Admití, los últimos días siempre pasaba tomando.

— Me enteré que tú padre se casó, muchas felicidades.

— No, fue lo peor que me pasó, la odio.

— Lo sé, debe de ser una bruja.

« Una bruja muy preciosa»

— Exacto, solo quiere la herencia de papá.

— Que mal, no sé por qué hay tantas mujeres así — Asentí y el timbre sonó, ambos caminamos a la clase de biología celular, por dicha el tema de mi madrastra quedó olvidado.

— Buenos días jóvenes, hoy tendrán que hacer grupos de dos, después de esto les dejaré una investigación en parejas también. — Todos asentimos hacia el profesor, saqué mis apuntes y me dispuse a prestarle atención a su clase.

Después de casi tres horas estudiando como era que un tejido podía regenerarse tan rápido, sonó de nuevo el timbre, fui con Marco a comprarme algo de comer, después continuamos con la clase de química general.

— Atlas.

— ¿Si?

— ¿Adelantamos un poco de la investigación hoy? No quiero dejarlo para el fin de semana, mi primo  vendrá y quiero pasarla con él.

— Sí, vamos a tu casa.

— Atlas papá está en casa, no nos dejará en paz.

— Entonces en la biblioteca.

— Seré claro, quiero conocer a tu madrastra.

— ¿De verdad? ¡Tiene cincuenta años! Es una abuela.

— Igual no me importa, quiero saber que tan bruja es.

— No Marco, a mí casa no podemos ir.

— Atlas no seas aburrido, así comemos allá.

— Marco...

— ¿No quieres que la conozca? ¿Es muy fea? — Asentí, tenía que mentir a toda costa porque sabía que Marco apenas la viera coquetería con ella.

« No quería eso »

— No vamos a ir.

— A veces eres tan imbécil.

— Marco si te llevo a mi casa, verás a la bruja de papá, cocina horrible y es muy rara.

— Quiero conocerla.

— ¡Bien! ¡Joder como insistes! — Rogaba al universo que Adeline no estuviera en casa.

« Por favor »

— ¡Ja! Siempre te gano en todo.

— Terminemos con las clases y luego nos iremos.

— Conoceré a la bruja de Hansel y Gretel — No sabía como decirle que ella no era una bruja, si no una reina que necesitaba a un hombre, uno que de verdad la hiciera sonreír.

Sin duda Marco estaría dispuesto a darle la felicidad que mi papá no y eso lo odiaba.

« ¿En qué mierda me metí? »

(.......)

Nuestras clases se pasaron rápido, era la una de la tarde y en todo el trayecto a mi casa no dejé de pensar en Adeline y Marco, tenía ese mal presentimiento de que él quisiera coquetear con ella por verla tan joven.

« Ojalá papá estuviera en casa »

— Muero por conocer a la bruja.

— Ya la verás — Dije sin ánimos.

Detuve el auto delante de mi casa, bajé de este y abrí la puerta.

— Hola Adeline — saludé a la nada porque ella no se encontraba en la sala.

— Creo que la bruja no está — Dijo Marco y cuando vimos bajar a Adeline por las escaleras con unos shorts cortos de mezclilla ambos suspiramos, se veía muy guapa.

— No me dijiste que tenías una hermanastra — Me susurró Marco y después avanzó hacia Adeline para saludarla.

— Hola, me llamo Marco y soy el mejor amigo de este bobo. — Sonrió a mi lado y después utilizó su sonrisa de cazafortunas.

— Hola, mucho gusto — Adeline le ofreció la mano y este la tomó.

— No sabía que Atlas tenía una hermanastra.

— No soy su hermana, soy su madrastra.

— ¿Madrastra? ¿No tenías cincuenta años?

— No, soy Adeline la esposa de Hernán.

— Pensé que eras una señora mayor, al menos eso fue lo que me comentó Atlas.

— Lo siento, a veces le gusta hacer bromas.

— Eres muy amable Adeline — Intervine yo — Pero tenemos que hacer un trabajo así que dejamos pasar.

— ¿Quieres algo de tomar antes de subir?

— Prefiero almorzar, de verdad tengo hambre.

— Pues la comida está hecha, pueden ir a dejar sus cosas y luego comer conmigo — Ofreció mi madrastra, solo quería desaparecer, Marco no dejaba de darle miraditas coquetas.

Subí con mi amigo y una vez que estuvimos los dos dentro de mi habitación hablé:

— Me importa una mierda que la veas guapa, es mi madrastra y no pasaré la vergüenza de que tú te la comas estando con mi papá.

— Pensé que de verdad era una bruja, pero es un manjar. — Marco se subió a mi cama — ¿Viste esas piernas? ¡Joder! Tú papá se ganó la lotería.

— Le ofreció dos millones para que se casaran.

— Si yo hubiera tenido el dinero lo habría hecho, no lo juzgo, escogió muy bien.

— Solo deja de pensar en ella como si fuera una mujer, es mi madrastra.

— ¿Cuántos años tiene?

— Treinta.

— Yo me caso y jamás le doy el divorcio.

— ¡Cállate ya Marco!

— ¿No sabes de dónde la sacó tú papá? Necesito una así. — Hizo una pausa y continuó — Eres tan idiota y tú estás jodido, tienes a la tentación hecha mujer en tu casa ¿Acaso no tienes ojos? Es muy sensual sin ella quererlo ser.

— Deja de hablar así de ella, vamos a comer mejor.

— Tengo hambre pero no de comida.

— ¿Qué estás insinuando? — Pregunté furioso, soporté sus estúpidos comentarios y aún así no se callaba.

— Que si ella quiere estar conmigo, no la dejaré ir, no soy igual de imbécil que tú, me encanta y punto.

— Respeta a mi madrastra, ella no sabe de la maldad que tú cargas, viene de un pueblito y...

— Tú papá es él que tiene que cuidarla, si no está dispuesto a cuidar la carne, otro vendrá a comerla.

— Cállate la boca de verdad, me duele la cabeza.

— A ti en nada te afecta, solo es otro juguete de Hernán,cuando la bote entraré yo a ayudarla.

Con ese último comentario estúpido bajamos a comer, Adeline se portó muy amable en todo el almuerzo, Marco no dejaba de verle los senos y en un momento ella se puso incómoda.

Odiaba que él la viera como una carnada pero así era yo, Adeline estaba rodeada de muchos lobos y papá no sabía cuidarla.

— Muchas gracias por el almuerzo Adeline, estaba delicioso pero no me extraña de una mujer tan hermosa cómo tú.

— No fue nada — Adeline sonrió hacía Marco.

— ¿Hay algo que no hagas bien?

— Hasta luego Marco, te llevaré mañana la otra parte de la maqueta que falta — Interrumpí yo, me despedí de él y después este salió por la puerta sin dejar de ver a mi madrastra.

Ya habíamos terminado el trabajo, después de comer lo llevé rápidamente a mi habitación, este no dejaba de hacerme preguntas sobre Adeline.

« Estaba tranquilo después de que se fuera »

— Es muy simpático tu amigo — Opinó Adeline y caminó hacia la sala.

— Y te estaba comiendo con los ojos.

— ¿Le dijiste que tenía cincuenta años? ¿Tan vieja luzco?

— ¿No viste como te coqueteó? No quería que viniera a molestarte.

— Atlas...

— ¿Por qué fuiste tan amable con él? ¿Acaso te gusta?

— Porque por lo menos tú amigo sí conoce de modales.

— ¿De verdad? ¿Dices que es mejor que yo?

— Sí, al menos él me saludó cuando entró.

— Y también quiere follarte, lo noté. ¿Acaso engañarías a papá con él?

— Como me dijiste ayer, tengo que darle un poco de su propia medicina.

— ¿Sabes lo que creo? — Pregunté.

— ¿Qué? — Me contestó Adeline.

— Que solo buscas maneras de ponerme celoso.

— Solo eres mi hijastro, Hernán es el que debería ponerse celoso.

— No puedes verme como tú hijastro y yo no puedo verte como mi madre, te pones nerviosa cuando estoy a tu lado y... — Me acerqué más a ella y le hablé en el oído — Solo yo puedo hacer que te pongas nerviosa y tiembles ante el paso que vaya a dar, no te gusta papá, me prefieres a mí y siempre será así.

— Atlas — Susurró.

— Puedo sentir el calor de tu piel y las ganas de besarme que tienes, no juegues más conmigo porque la que se va a quemar eres tú.

— ¡Atlas! ¡Basta!

— Buenas tardes madrastra — Con eso me despedí y subí a mi cuarto dejando a Adeline con la respiración agitada, cuando llegué me senté en la cama, tenía una erección del demonio y no era el único que estaba afectado por mis palabras.

« Ella también »

(........)







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