Hoy no me siento bien, mi resfriado empeoró. Tengo la nariz tapada y el cuerpo adolorido, no puedo salir de la cama.
Mi hermana se preocupó bastante así que le avisó a nuestros padres. Mamá me llevó al hospital, el doctor dijo que no es nada grave pero aún así debo quedarme en cama y descansar.
Cuando llegué a casa no había nadie, mis hermanos se habían ido a la escuela y la mayor al trabajo. Mis padres también se fueron. Así que me quedé sola.
Decidí subir a mi habitación, me puse la pijama nuevamente y me metí a dormir. Hoy no iré a clases.
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- Oye Seojun, ¿es necesario que vengas conmigo en autobús? Puedo ir sola - dijo mi hermana.
- Sí, es muy necesario - dije - ¿Qué pasa si esas chicas vuelven a molestarte?
- No lo harán, Lim Mi-rae las ahuyentó.
- ¿Por qué hablas de Mi-rae? - pregunté nervioso.
- ¿Por qué? ¿Cuál es el problema? - dijo Gowoon - Dios, cada que la menciono te pones raro.
- ¡Claro que no! - reclamé.
- ¡Claro que sí! Oye... no será que...
- ¡No, no y no! ¡No me gusta Lim Mi-rae! - respondí rápidamente.
- Por dios... Ni siquiera me dejaste terminar.
- Ah... ¿Qué ibas a decir?
- Pero descuida, no creo que le gustes.
- ¿Por qué no? - dije molesto.
- No eres su tipo - dijo segura.
- ¿Y cuál es su tipo? ¿Lo sabes, hablaron algo? - pregunté rápidamente.
- Por dios, sí que te gusta Lim Mi-rae - dijo mientras se adelantaba.
- ¡Que no! - dije intentando alcanzarla.
Llegamos a la escuela, mi hermana tomó su camino y yo el mío. Iba por el pasillo cuando me encuentro a los chicos.
- ¡Oye, Han Seojun! - llamó Chorong.
- Qué - dije mientras me acercaba.
- ¿Vamos a comer después de clases? - preguntó.
- Sí, deja le aviso a Mi-rae.
- ¡Uoooh! - gritaron - ¡Haré lo que digas! - dijeron burlescos.
- ¿Qué hacen? - dije serio.
- Es enserio... ¿cuándo aceptarás que te gusta? - preguntó Chorong.
- Ay por dios, no me gusta Lim Mi-rae.
- ¡Ahí viene! - gritó uno de los chicos.
- ¡Dónde! - dije mientras me volteaba.
Cuando lo hice, Lim Mi-rae no estaba. Los chicos se empezaron a burlar de mí. No entiendo porqué todo el mundo piensa que me gusta semáforo.
- Aish, ya basta - dije.
- Solo espero que cuando lo aceptes, no sea demasiado tarde - dijo uno.
- Sí, Mi-rae es muy bonita y tiene bastantes admiradores - comentó otro.
- Además... es una chica increíble, tienes nuestra bendición para salir con ella - dijo Chorong.
- Que no saldré con ella.
- Entonces lo haré yo - dijo uno de mis amigos.
- ¡NO! - dije rápidamente.
- ¡Uoooh! ¡Le gusta, le gusta! - corearon.
- Aish, como sea. Me voy.
Decidí irme puesto que mis amigos seguían burlándose de mí. Sinceramente me sentí raro cuando mencionaron que semáforo tiene admiradores... No lo niego, es bastante linda, tiene unos ojos únicos y brillantes, sus mejillas están llenas de pecas lo cual la hace ver tierna y sus labios.... Sus labios...
¡Basta! ¡No me gusta Lim Mi-rae y punto!
Llegué al salón, me fijé en el puesto de semáforo y estaba vacío... Supongo que llegará más tarde, me recosté sobre la mesa para esperarla. En eso, el maestro llega y da inicio a la clase, cuando levanto mi cabeza, ella aún no estaba.
Maldición, ¿le habrá pasado algo?
La clase transcurrió con normalidad pero estaba intranquilo, no paraba de pensar en Mi-rae. El día del campamento me dijo que estaba bien ¿Por qué no vino?
Cuando la clase terminó, me acerqué a la amiga de Mi-rae, no sé su nombre pero siempre están juntas.
- Oye - dije tocando su hombro.
- ¡Ah! - dijo mientras se volteaba - ¡Hola Han Seojun!
- ¿Eres amiga de Lim Mi-rae, verdad?
- ¿Amiga? No, soy su hermana Lim Jukyung - respondió.
- ¿¡Hermana!? - dije sorprendido - ¿Desde cuándo tiene hermana?
- Pues desde siempre, idiota - dijo Lee Suho uniéndose a la conversación.
- Soy su melliza.
- Ah... ya veo - dije - ¿Por qué no vino a la escuela?
- Sigue enferma, hoy fue al hospital.
- ¿¡Cómo!? ¿¡Por qué!? - dije alarmado - ¿Cuál hospital?
- Tranquilo - dijo la chica - No es nada grave, está en casa descansando.
- Bien, vamos Jukyung - dijo Suho.
- ¿A dónde van? - pregunté.
- Oh... Suho me ayudará a cuidar a Lim Mi-rae.
- ¿Puedo ir? - dije.
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Me sentía mejor, aún estornudo mucho y tengo la nariz tapada pero menos que antes. Decidí bajar puesto que en mi habitación hacía demasiado calor.
Me preparé algo para comer y me senté en el sofá, puse una película. Quería disfrutar mi momento a solas.
En eso, la puerta principal se abre pero no volteó a ver.
- ¡Lim Mi-rae! ¡Ya estoy en casa! - dijo mi melliza a mis espaldas.
- Genial - dije sin voltear a verla.
- Te tengo una sorpresa - dijo.
- ¿Enserio? - dije sin prestarle atención.
- ¡Sí, mira quien vino a verte!
- Jukyung... - dije mientras me paraba - ¿Por qué tanto miste...?
¡Mierda!
¿¡Qué hace Han Seojun aquí!?
- Hola semáforo - dijo burlesco.
- ¿Qué haces aquí?
- Vine a verte - respondió.
- ¿Por qué o para qué?
- Bueno, faltaste hoy y no pude molestarte en todo el día - dijo burlesco - Así que decidí visitarte.
- Vaya, que suerte la mía - dije sarcástica.
- ¿No me vas a saludar? - reclamó Lee Suho.
- Lo siento... Hola Suho - dije mientras me acercaba a él.
- ¡Oye! - me apartó Seojun - Estás enferma, ¿por qué te le acercas? Estás infecciosa.
- ¡No estoy infecciosa! - dije ofendida.
- Lo que sea, solo no lo saludes así.
- Pero yo...
- ¡Está bien, basta de pelear ustedes dos! - dijo Jukyung - Ahora, ayúdenme a preparar algo para Mi-rae.
Los tres se dirigieron a la cocina, no me dejaron acercarme para nada pues ellos querían cuidar de mí. Me senté a terminar mi película mientras ellos preparaban la comida.
En eso llega Han Seojun a mi lado, trae una manta en sus manos, la coloca sobre mis hombros y me revuelve el cabello. Luego va a la cocina nuevamente.
Veo salir de allí a mi hermana y Suho, dijeron que Seojun se encargaría de cocinar pues quería preparar algo especial. Ellos empezaron a limpiar la casa para así sentirme mejor.
Una vez cada uno terminó con la limpieza, se sentaron a mi lado. En eso, Han Seojun llama avisando que la comida está lista. Nos sentamos todos a comer.
- ¡Guau! ¡Está delicioso! - dice Jukyung.
- Lo sé - dice Seojun egocéntrico.
- Está bueno - dijo Suho.
- ¿Y a ti? ¿Qué te parece? - me pregunta Seojun.
- Mmm le doy un cuatro de diez - dije bromeando.
- Es que al tuyo le puse veneno - respondió jugando.
- ¡Maldita sea Han Seojun!
- ¡Es broma! - dijo riendo - Jamás te haría daño.
En ese momento todos nos quedamos callados. Lee Suho y Lim Jukyung nos miraban pícaramente. Rompí el hielo.
- Ah... ¿Cu-cuándo aprendiste a cocinar? - dije nerviosa.
- Desde niño, le pedí a mamá que me enseñara, así podría ayudar cuando sea necesario.
- ¿Siempre haz tenido que hacerte cargo de todo? - preguntó Jukyung.
- No siempre - dijo él - Últimamente mamá a estado enferma, es por eso que lo hago ahora.
- ¿A vuelto a enfermar? - preguntó Suho.
- No, por suerte no.
- Debes decirme si la señora Park necesita ayuda - dije - Realmente la aprecio, quiero ayudar si puedo.
Terminamos de comer, la comida que preparó Seojun estaba deliciosa pero claramente no lo admitiría delante de él. Lee Suho y Lim Jukyung limpian la mesa. Mientras tanto Seojun me ayuda a lavar los trastes.
- ¿Te sientes mejor?
- Sí, aunque aún estornudo - respondí.
- ¿Por qué no me dijiste?
- Ah... Eso... No creí que te importase.
- No digas eso - dijo serio - Todo lo que tenga que ver contigo me importa... Tú me importas.
Cuando dijo eso lo miré. Nuestras miradas se encontraron y volvimos a estar así por un rato.
- ¡Hey! ¿Terminaron? - dijo Jukyung mientras entraba a la cocina.
Desviamos la mirada al instante, siguiendo con lo nuestro.
- Ah... Solo me queda este - dije - Oye Seojun, ¿puedes quitar mi pulsera por favor?
Le extendí mi muñeca y él vió la pulsera. Ver su sonrisa me hizo feliz, saber que le importa que la use me alegra mucho.
- ¿Te gustó? - dijo mientras la quitaba.
- Sí, es muy bonita. Gracias.
- La hice cuando era niño... Me costó mucho, así que la guardé para darla a alguien especial.
- Vaya... ¿Desde cuándo soy especial para ti? - dije burlesca.
- Desde siempre.
Antes de volver a mirarnos por la eternidad, entró mi hermana. Ella y Suho decidieron jugar a un juego de mesa. Me pidió ir a nuestra habitación y buscar el juego "club"
Iba a ir sola, pero Seojun insistió en acompañarme, por suerte ordené la habitación antes de bajar.
- Así que comparten habitación - dijo examinando todo.
- No, solo me gusta tener dos camas - dije sarcástica.
- ¡Guau! Tienen muchos videojuegos - dijo - ¿Son tuyos?
- Sí - dije mientras buscaba el juego de mesa - Sé que debe estar por aquí.
- Vaya, tienen muchos cómics - dijo - ¿También son tuyos?
- No, son de Lim Jukyung - dije mientras seguía buscando.
- ¿Por qué no tienen fotografías de ustedes?
- Ah... Eso... No nos gusta tomarnos fotos - dije siguiendo con lo mío.
- ¿Y esto que es?
- ¡LO ENCONTRÉ! - exclamé feliz.
Cuando miré a Han Seojun, ví que tenía una caja en sus manos. Esa caja contenía fotografías de Jukyung y mías en nuestra antigua escuela.
¡Mierda!
- ¡Oye! ¡Dame eso! - dije mientras me acercaba a él.
- ¿Por qué? - dijo escapando - ¿Qué tienes aquí?
- ¡Son cosas privadas! - dije acercándome - ¡Dámela!
- ¿Acaso son cartas de amor para mí? - dijo burlesco mientras se alejaba.
- ¡Ya quisieras Han Seojun! - dije intentando atraparlo.
- Si la quieres... ¡Intenta tomarla! - dijo mientras elevaba su brazo con la caja.
- ¡Dame eso!
Seojun se movía de un lado a otro con la caja en mano, elevó su brazo para así no poder tomarla. Él era más alto que yo.
Daba pequeños saltitos para intentar tomar la caja.
- ¡LA TENGO! - exclamé.
Cuando por fin alcancé la caja, perdí el equilibrio al igual que él. Ambos caímos.
Cuando la espalda de Seojun tocó el suelo, terminé por caer sobre él. Todo pasó tan rápido que cuando me di cuenta Han Seojun y yo nos estábamos besando.
¡Mierda!
Mis labios tocaron por completo los suyos, ninguno de los dos podía reaccionar.
Hasta que se escuchó a alguien subir las escaleras.
- Oye Mi-rae encontras...
- ¡Aquí está! - dije rápidamente - Toma, vamos a jugar.
- ¿Están bien? Sus mejillas están rojas - dijo Jukyung.
- ¡Sí! Estamos perfectos - disimulé.
Bajé rápidamente las escaleras, puse el juego sobre la mesa y comencé a armarlo. Luego de eso mi hermana y Seojun bajan.
- ¿Estás bien? - dijo Suho - ¿Tienes fiebre? - preguntó mientras tocaba mi frente.
- Eh-eh N-no... Es-estoy bien - dije nerviosa - Solo juguemos.
Empezamos a jugar. Nos divertimos bastante, pero aún no me podía creer lo que había pasado.
Besé a Han Seojun.
Luego del juego vimos una película, Han Seojun no habló nada, solo se limitaba a darme miradas. Cuando terminó, ambos chicos se fueron a casa.
Subí a mi habitación, detrás llegó mi hermana en busca de información pues ya sospechaba que algo había pasado. Yo lo negué todo.
Al día siguiente mi nariz se había despejado pero aún estornudaba. El doctor me dijo que estaría así unos días, solo debía esperar a que los medicamentos hicieran efecto.
Me dirigí a la escuela. Estaba bastante nerviosa por encontrarme con Seojun, no sabía si actuar normal o hablar de lo que pasó ayer.
Llegué al salón y me dirigí a mi banco, Han Seojun ya estaba allí durmiendo sobre su mesa.
- Hola - dije a Suho.
- Hola - respondió - Toma - dijo mientras ponía el bombón sobre mi mesa.
- Graci...
- ¡ACHÍS!
- ¿Fuiste tú? - preguntó Suho.
- No, no fui yo - dije.
- ¡ACHÍS!
Cuando me volteo para ver quien era, me encuentro a Seojun limpiando su nariz.
¡Maldición, lo contagié!
- ¡ACHÍS! - volvió a estornudar.
- Oye... - dijo Suho - ¿Qué pasó ayer?
- A-ah... E-eh... Yo...
- ¡ACHÍS! - seguía.
En eso Seojun levanta su vista y se encuentra con todos observándolo. Luego, se topa con mi mirada y sus mejillas empezaron a tornarse muy rojas. Me sentí nerviosa y mis mejillas igual me traicionaron.
- ¡ACHÍS! - estornude yo.
- ¡ACHÍS! - hizo él.
- ¡Uoooh! ¿Qué está pasando? - gritaban y murmuraban.
Seojun y yo nos quedamos mirando. No puedo creer que esto esté pasando.
Nos besamos y se contagió.
¡Trágame tierra!