Rojo

By Tamymedina841

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Rojo es una chica con poderes extraordinarios, proviene del planeta "Luz de Luna". Su objetivo es encontrar l... More

Capítulo 1 "los origenes".
Capítulo n°2: "La Evolución de Rojo".
Capítulo n°3:"La Historia de los Planetas".
Capítulo n°4: "La Sección en el Palacio de Justicia Universal".
Capítulo n°5: "Muchos Secretos que Develar".
Capítulo n°5: Parte II "Monstruos Nocturnos".
Capítulo n°6: "Miedo, culpa y un gran susto".
Capítulo n°7: "Pluto: El Heredero del Reino Prohibido",
Capítulo n°8: "Los Ataques".
Capítulo n°9: "El planeta Critonia"
Capítulo n°10: "Un nuevo ataque se acerca"
Capítulo n°11:"Una visita que nadie esperaba".
Capítulo n°°12: Primera parte: "Viviendo en paz hasta que...."
Capítulo n°12: Segunda parte: ".... La oscuridad se apodera de todo".
Capítulo n°13: "La predicción y muchos misterios".
Capítulo n°14: "Un paraíso soñado".
Capítulo n°15: "La carrera por encontrar el libro comenzó".
Capítulo n°16:"La tumba del escritor Juman".
Capítulo n°17: "Huyendo de las aves rapiñas y el oscuro".
Capítulo n°18: Primera parte: "Las esferas del poder; la historia".
Capítulo n°18: Segunda parte: "Las esferas del poder".
Capítulo n°19: "Navidad negra".
Capítulo n°20: "La misteriosa desaparición de Cassie cobra sentido".
Capítulo n°22: "Suscitando al Mal".
Capítulo n°23: "Ander: morir antes de haber vivido".
Capítulo n°24: "Conexión: el lazo de sangre llama".
Capítulo n°25: Primera parte: "La oscura pone en marcha su plan".
Capítulo n°25: Segunda Parte: "Objetivo: obtener la esfera roja".
Capítulo n°25: Tercera Parte: "El trato que todos quieren".
Capítulo n°26: "Llego la hora de actuar".
Capítulo n°27: "El traslador que los llevara al Lobo Miurse".
Capítulo n°28: "Huida complicada".
Capítulo n°29: "El camino de las flores"
Capítulo n°30: "Averiguando la ubicación de la esfera de Fuego".
Capítulo n°31: "El planeta fuego".
Capítulo n°32: "Escapando de las Migrañas para llegar al rey Zodian".
Capítulo n°33: "Laberinto de brasas".
Capítulo n°34: "Inexplicable suceso ."
Capítulo n°35: "Enemigos en todas partes".
Capítulo n°36: "Primera Parte: Estrategia para no caer.
Capítulo n°36: "Segunda parte: El mal no se detiene".
Capítulo n°37: "Serpentari: Un paraiso de la naturaleza".
Capítulo n°38: "Cara a cara".
Capítulo n°39: "Reloj de cenizas".
Capítulo n°40: "Efecto solar".

Capítulo n°21: "Frente a frente con la verdad".

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By Tamymedina841

Rojo caminaba sin preocupaciones por el pasillo principal. Sus intenciones era pasar tiempo con sus amigos en el jardín. Fue a buscarlos en el comedor, en la biblioteca, aunque ninguno de ellos era fanático de la lectura.

Los encontró cerca del baño conversando. Horis estaba recostado en la pared mientras Pluto murmuraba algo entre risas. Desde que se fue Luz de Mar se ha respaldado mucho en sus amigos cercanos con los que comparte todo desde niños.

Llega para interrumpirlos e invitarlos a dar vueltas, pero no se había percatado que la noche ya había llegado. Ninguno se imagina que esta por suceder.

-No es raro que la noche se hay anticipado – comenta Horis confundido.

-No es algo que ocurra siempre – agrega Pluto.

Todos los estudiantes corren para ver qué pasa apoyados en las gradas admiran lo que causa miedo en los educadores, que saben de sobra quienes son.

A Rojo no le parece nada del otro mundo, pero puede notar la tensión mezclado con el miedo, que algo no anda bien.

-Vamos al comedor – jala Rojo a Pluto y Horis - ¡Rápido! – pide, aunque es una orden.

Ellos no se atreven a contradecirla porque ya la conocen, que cuando se le mete algo en la cabeza nadie la hace entrar en razón.

Polisuki dispersa a los estudiantes mandándolos a dormir por precaución. Pide a los guardias estar atentos a cualquier movimiento.

- ¿Qué te pasa, Rojo? – indaga Pluto ingresando en el comedor.

-Presiento que esta por suceder algo bastante malo – dice perturbada por lo que sintió haya fuera.

-Deja de ser tan paranoica – pide Horis – ya es tarde para escuchar tus tonterías. Mejor vamos a dormir.

-NO – grita ella - ¡Perdón! Lo que he dicho es serio. No podemos dormir atacaran pronto.

- ¿Por qué crees que se trata de un ataque? – Pluto rasca su cabeza nervioso.

-Porque la noche llego anticipadamente – señala la oscuridad, aunque el salón este iluminado no se ve a larga distancia – y los profesores se encuentran nerviosos tampoco saben cómo hacerles frente a los oscuros.

- ¿Qué buscaran? – interroga – Acá no hay nada que les pueda interesar.

-Te equivocas – musita Rojo – todos lo que estamos acá desarrollamos poderes y eso es una razón para buscar nuevos reclutas, además...

- ¿Además que? – Pluto quiere que termine de hablar.

-El libro de las esferas del poder se perdió o lo robaron – sentándose los dos observan como Horis toma comida de la mesa – Resulta que desapareció y ya me he cansado de buscarlo, pero no obtuve resultado de su paradero.

-Seguramente eso es lo que quieren – dice Horis con la boca llena de comida.

El pánico entra cuando las velas se apagan con una ráfaga de viento, pero no hay viento eso es lo extraño.

-Por ningún motivo se atrevan a salir corriendo – la advertencia va para Horis que se encuentra en shock – ¿Pluto? ¿Puedes hablar?

-Claro que puede – habla una voz molesta, pero conocida - ¡Hola, querida! ¿Me has extraño?

La luz se vuelve a hacer. Iluminando su rostro que denota superioridad y seguridad en sus acciones, pese a haber estado nerviosa unos minutos antes.

- ¡Casie! – exclama en un susurro.

-Sí, soy yo – sostiene a Pluto del cuello ahogándolo para que no pueda hablar mientras Horis se desploma en el suelo del susto – ¡Que amigo tan valiente tienes!

- ¿Qué quieres? – dubitativa no sabe si actuar o esperar – Con razón tu misteriosa salida del colegia. Trabajaba para ellos como infiltrada.

-Bien, bien adivinaste – ironiza aplaudiendo – Lo que quiero es ser la reina del planeta al cual pertenezco.

Rojo no comprende el motivo de su osadía al revelarse como una traidora. Las dos están atentas a cualquier movimiento que puedan realizar cualquiera.

- ¿Para eso eras uno de ellos? ¿Para obtener el título de reina?

-Claramente, no, sin embargo, mi tío pacto con el rey Criptón la lealtad de los suyos a cambio de vengar la muerte de mi madre. Y que crees, tengo delante de mis ojos a la hija del asesino de mi progenitora.

Rojo niega con la cabeza tratando de no mostrarse débil frente al enemigo.

-Tú, no eres más que el medio para llegar a mi objetivo – Pluto lucha para zafarse – Destruir el universo y ser una de sus creadoras.

-No la... es... escuches, Rojooo – murmura Pluto con falta de aire.

-Nada de lo que dices es verdad – habla entre dientes elevando la cólera que corre por su sangre – Tú solamente nos utilizaste. Te creíamos nuestra amiga, pero fuiste a contarle todo al enemigo.

- ¿Y qué esperabas? ¿Quedarme callada? Claro que no – suelta a Pluto y este cae al suelo tratando de tomar aire para no cortarse – Odia cada minuto que pasaba en este maldito lugar, odiaba ser la amiga buena cuando en realidad era oscura. Corre por mis venas sangre oscura – corta su brazo para demostrarlo – soy mala desde que nací. Hice muchas cosas a sus espaldas y ni cuenta se dieron. Ustedes no valen nada.

La chica del cabello de fuego ayudaba a su amigo mientras despreciaba a Casie con la mirada. Su voz estaba llena de odio, rencor y no le quedaba dudas que esa no era la amiga que ellos querían en un pasado lejano.

-Ya di lo que necesitas para irte – grita Rojo tratando de mantenerse en calma.

- ¡Qué curioso! – exclama observando el lugar con odio – Estamos en el único lugar donde no me sentía estúpida – sigue acariciando el cuchillo de astas - ¿Qué ocurre que todavía no estas prendida fuego?

-No pretendo caer en tu trampa – contesta siendo un volcán a punto de explotar – Entonces, ¿Qué es lo que buscas? Dilo de una vez.

- ¡Así sí! – exclama entre risa – Quiero que me entregues el libro de las esferas del poder y no niegues que no lo tienes porque sería una lástima incendiar esta maravillosa construcción con tus amigos adentro.

Era una clara amenaza, pero Rojo había perdido el libro. Aunque misteriosamente se extravió de su habitación no se encontraba segura de quien fue el autor. Pensaba en silencio para envolverla, quitarle tiempo y así conseguir ayuda, sin embargo, Pluto no podía ayudarla mucho porque su estado de salud era deplorable.

- ¡QUE RAYOS ESPERAS PARA DARMELO! – la paciencia de Casie comenzaba a agotarse sobre todo al ver que Rojo no se movía.

-El libro lo deje en mi habitación – dice

-Querrás decir en nuestra antigua habitación – sonríe de costado sin quitar sus ojos de ella – Bien, vamos por el no hay tiempo que perder.

No tiene de otra que seguir sus órdenes, ya que esta desventaja y si la provoca podría cometer una locura como quemar vivos a todos. Sin embargo, ella dudaba que Casie lo hiciera.

Caminaban en lo oscuro, la chica de fuego iba primero mientras Casie lleva un mechero para alumbrar. Sus pasos eran cautelosos, concentrada en cualquier movimiento que pudiera tener la víctima y algo nerviosa porque faltaba poco para conseguir lo que le pidieron.

Rojo meditaba para a sus adentros cual sería la mejor solución. Ya que el libro se lo llevaron tenía que darle una lección.

Los escalones parecían que nunca se terminarían. Casie comenzaba a fastidiarse en silencio.

-Ya había olvidado que estas estúpidas escaleras nunca llegan a su fin – murmuraba.

- ¡Wow que fácil te rindes cuando quieres algo! – comenta su ex compañera – Dime, Casie ¿Te sientes orgullosa de ti misma amenazando a lo demás? ¿Serias capaz de matar por ellos?

Ella no supo que responder porque no sentía seguridad dentro suyo respeto a lo que había insinuado, Rojo. Casie pensativa se repetía esas mismas preguntas, pero no haya una respuesta con certeza. Tenía miedo también odio por lo que ha pasado hace varios años con su madre, aunque nada se lo impedía no quería convertirse en una asesina.

-Ya veo que no – Rojo contestó por ella cuando arribaban al sector de las habitaciones.

- ¡Cállate y camina! – ordeno Casie haciendo rechinar sus dientes.

En los pasillos nadie merodea, no había ni una sola alma que pudiera ayudarla y la pregunta surgió en su cabeza ¿Dónde se han metidos todos?

-Quieres saber dónde están, ¿verdad? – hablo como si leyera su mente – Bueno, alguien los dormidos así que es mejor que no esperes a nadie, absolutamente a nadie.

Un escalofrío recorrió su cuerpo al sentir el viento que se colaba por las rendijas de las ventanas. Faltaba algunos pasos para llegar, pero Rojo sentía la presencia de un aura diferente entre las dos. No la veía, sin embargo, su esencia la olía a kilómetros de distancia. El alivio que su alma sintió era inexplicable porque no pretendía ver morir a nadie, no por esta vez.

- ¿Qué ocurre? ¿Por qué te detienes? – preguntó mirando a su alrededor buscando algo que le indicara su repentino ensimismamiento - ¿Qué hay? ¡Dilo!

-Nada – balbuceo.

Continuaron, pero el aura de esa persona se intensificaba más a medida que se acercaban a la habitación. Transmitía seguridad, paz y la señal de que algo harían para salvarla a ella y sus amigos.

-Abre la puerta y deja de perder el tiempo – ordena con tono tembloroso.

Rojo hace lo que pide. Por debajo de la misma se podía notar una luz azul palpitante cuando entraron todo era oscuridad. Casie sentía intranquilidad y el miedo empezaba a apoderarse de ella, no quería entrar en pánico, pero algo la molestaba.

- ¡Búscalo! – grito - ¡Rápido! – dijo al ver que ella no se movía.

Casie tiraba las mantas al suelo buscándolo, sin embargo, no encontraron nada. Rojo solo la estaba guiando para hacerla enojar, tener más tiempo y atacar. Sus poderes cambiaron con el transcurrir de los días ya no se alteraba con cualquier cosa, sino que los utilizaba en una situación de emergencia o peligro.

Y en la que se encontraba, era una de ellas. Ya no tenía excusas, debía decirle la verdad o la frustración de su plan truncado acabaría con ella.

-La verdad, Casie es que el libro se perdió – suspiro de alivio – alguien lo robo y no he vuelto a verlo.

- ¿Qué? – sus ojos se querían salir de su órbita cambiando la expresión de sorpresa a una llena de ira - ¡Y AHORA ME LO DICES!

Y explota incendiando la recamara al querer desaparecer, pero ese la luz azul palpitante la retiene empujándola por los aires. Ni siquiera tiene fuerzas para intentarlo de nuevo.

Rápidamente se pone de pie como si fuera un relámpago. Rojo esta tentada en explotar, aunque el aura azul se lo impide. Neutraliza sus poderes para que no lastime a nadie ni a ella misma. Casie vuelve a lazar llamas pretendiendo quemar al aura, pero falla porque el fuego se funde con él transformándose en uno solo.

Al ver nada funciona sale corriendo, Rojo la sigue para asegurarse que nadie salga herido. El aura azul también las imitas llegando antes de que su defendida, unas potentes manos salen de la luz y toman a Casie elevándola por los aires.

El cristal de la ventana se rompe al chocar con su cuerpo lo que provoca una lluvia de vidrios pequeños. La respiración de Rojo sube y baja sabiendo que podría estar herida. Pero no puede lamentarse ya que ella prefirió estar con el lado opuesto que con sus amigos.

El aura desapareció quedando un fornido caballero delante de sus ojos. La luz volvió, por lo que podía ver su rostro. Le era familiar, aunque no recordaba donde lo había visto. Hizo una reverencia cuando otras dos figuras más ingresaron por la ventana rota parándose a su lado.

Una de ella, era Luz de Mar. Portaba en sus manos guantes azules igualito a todo su atuendo, pero una tiara de esferas adornaba su cabellera blanca como el papel.

-Hola mi querida amiga – sonreía Luz y Rojo no lo podía creer, pensó que nunca más la vería - ¿Cómo has estado?

-Supongo que bien – dice elevando la vista al agujero - ¿Por qué viniste? Pensé que ya no te vería.

-Siempre que necesites ayuda vendré, pero olvide decirte un pequeño detalle cuando me marche.

- ¿Cuál? – el misterio envolvía a Luz de Mar rodeada de los caballeros de las esferas del poder - ¿Ellos quiénes son? – indago curiosa por saber.

-Mi nombre es, Matus, caballero de la legión perdida – se presenta el que lleva atuendo azul, pero un brazalete negro.

-El mío es, Mar Atheneo, guardián de las esferas del poder – él lleva vestidura similar que, a su compañero, aunque se diferencia por portar túnica bordada con esferas que brillan desde lejos.

- ¿Y tú, Luz de Mar?

-Yo soy la reina de la Legión Perdida y apoyo a los guardianes de las esferas del poder – comenta sacando un libro de entre su ropa – Yo fui quien se robó el libro para protegerlo que no caiga en manos equivocadas.

-Ya veo – musita Rojo perpleja con su confesión – temí que no fuera aparecer.

-Ten, te lo devuelvo – Rojo lo mira dubitativa – todavía te falta leer algunas cosas importantes.

- ¿Cómo cuáles?

-En su momento lo sabrás – Matus le susurra algo en su oído a Luz – Bien, Matus. Rojo ya tenemos que marcharnos, seguramente nos encontraremos en otra aventura, pero déjame decirte que te extraño y que todo esto – se mira su vestido – lo hice para ayudarte y proteger al universo de los oscuros. ¡Hasta pronto!

Rojo avanza unos pasos para fundirse en un abrazo derramando lágrimas no quieren soltarse.

-Yo también te extraño muchísimo – balbucea cuando están abrazadas – y cuídate por favor.

-Gracias, lo haré.

Le toma un segundo hacerse a la idea de que volvió a marcharse. Después recuerda que sus amigos estaban con ella cuando sucedió todo. Va en su búsqueda, pero Pluto no está.

Prácticamente recorre todo el sitio buscándolo, sin embargo, no tenía noticias de él. Claramente los oscuros se lo habían llevado, de eso no quedaba duda.

Rendida y abatida regreso a su habitación. Todo volvía a la normalidad, aunque el miedo seguía latente en el aire. Además, la culpa la invadía y la hacía pensar cosas horribles de ella.

Atravesó la sala, las escaleras y la puerta, sentándose en su cama acomodo sus rodillas a la altura de su pecho comenzando a llorar por Pluto.

Él era lo último que quería perder. Era y es su amor de infancia, aunque nunca se lo haya confesado. El único amigo sincero que le quedaba, pero esos malditos se lo arrebataron.

- ¡Juro por las almas de mis padres que, si le pasa algo, pagaran con su vida! – musito entre sollozos.

Dormiría por un rato porque ya nada podía hacer tampoco sabía a donde se dirigían o si lo dejaron en algún sitio. Sentía frustración en ese momento.


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