Nancy me había vendado el torso tapándome así la heridas. Ahora estábamos yendo hacia su casa para coger las pistolas que tenía en su habitación. Todavía procesaba que Nancy Wheeler tuviese armas en su casa.
-¿No podíamos haber ido por un sitio que no diera tan mal rollo?
-Estamos cerca, creo. Ya casi hemos llegado. Tranquila.
Seguimos caminando hasta llegar a la casa de los Wheeler. Vimos todo de enredaderas por alrededor de la casa.
-Contratad una asistenta, Wheeler.
-Venga, quiero salir de aquí cuanto antes.
Fuimos hacia la habitación de Nancy. Ella abrió su armario y cogió una caja de zapatos, pero ahí solo había unos tacones.
-Eso no son pistolas.
-El tacón es de aguja, pero preferiría unos proyectiles letales.
-¡Eh, Kiara!
Me giré para ver qué pasaba. Bajé las escaleras y vi a Steve en la sala de la casa.
-¿Oyes eso? ¡Es Dustin!
-¿Steve? ¿Acaso estás delirando? Dustin no está...
Paré al oír la voz de Dustin. Empecé a gritar su nombre junto a Steve.
-¡Dustin! ¡Dustin!
-¡Dustin!
Los restantes del grupo bajaron para vernos a Steve y a mí.
-¡Dustin! ¿Nos oyes? ¡Dustin!
-¿Hola? ¿Dustin?
-¿Qué hacéis?
-Está aquí. Dustin. ¡Está aquí!
Robin puso su mano en mi frente.
-¿No tendrá la rabia?
Negué con el ceño fruncido.
-Está en las paredes o algo. Escuchad. Dustin. ¡Dustin!
-Lo que nos lleva a la cuestión de antes...
Nos pusimos a gritar su nombre para intentar a ver si nos oía. Nancy recordó como Will pudo hablar con Joyce cuando estaba aquí: con luces. Fuimos directo a la sala donde había una lámpara con varias luces. Había una especie de brillos alrededor de ella. Pusimos nuestras manos y empezamos a moverlas.
-Impresionante.
-Se siente bien.
-¿Os sabéis el código morse?
-No.
-¿S.O.S. cuenta?-todos nos giramos a verlo.-¿Eso es útil?
[...]
-¿No podéis volver por el portalago?
-¿Qué es el portalago?
-El portal del lago.
Nancy escribió "vigilado".
-Tenemos una teoría que igual os sirve. El portalago no es el único portal. Hay portales donde ha habido víctimas.
-¿Sabéis de qué narices está hablando?
-En la caravana de Eddie debe haber otro portal. Fue donde murió Chrissy, ¿no? Pues debe haber uno ahí. ¿A cuántos quilómetros está tu casa?
-11 quilómetros.
-Puede que tu casa esté atrapada en el pasado, pero siempre habéis tenido bicicletas, ¿verdad?
[...]
Estábamos en la caravana de Eddie. Los chicos que estaban al otro lado pusieron un colchón.
-Esas manchas son de... No sé de qué son.
Dustin llegó con una cuerda hecha por sábanas.
-No sé si eso funcionará, pero allá vamos.
Tiró la cuerda y llegó a nuestros pies. Dustin tiró de ella para asegurarse de que no se cayera, y efectivamente, no se movió.
Empezamos a subir. Primero fue Robin y luego Eddie. Ahora le tocaba a Nancy.
-Nos vemos al otro lado.-dijo Steve.
Nancy pasó sin problemas y ahora me tocaba a mí.
-Voy a decir que no me arrepiento de nada. Ha sido... alucinante. Adiós, cowboy.
Cuando pasé por el otro lado, sentí como si cayera en un vacío. Todo estaba negro. Cuando me tiré al suelo, sentí un gran dolor en la espalda. Me levanté y miré alrededor. Estaba dentro de una piscina. Giré y giré para situarme, pero no sabía exactamente donde estaba.
-¿Recuerdas lo que hiciste, Kiara?-oí una voz.-¿O ya lo has olvidado? Cuando mato a alguien... nunca se me olvida.
La piscina empezó a llenarse de sangre. Subí como pude por las escaleras de la piscina. Cuando estuve a fuera de ella, todo a mí al rededor había cambiado. Recordé el dibujo que hizo Max. Yo estaba ahí, Vecna me cogió. Oía el sonido del reloj por todas partes, pero este estaba flotando a mi derecha.
-Sé que me has estado buscando, Kiara. Has estado muy cerca, muy cerca de la verdad. ¿Cómo está Brenner?
En un segundo se me vino un recuerdo. Yo estaba junto a un hombre con pelo blanco, alto. Tenía la mano alzada.
-Me gustaría visitarlo, pero he estado ocupado.
Delante de mí estaban los cuerpos inertes de Fred, Chrissy y Patrick
-Muy ocupado.
Me teletransporté en la misma casa, pero limpia y no estaba hecha trizas. De ahí salió una familia con una niña y un niño.
-Es increíble. Es como un cuento de hadas. Un sueño.-la niña se fue directo al piso de arriba
-Alice, no corras.
-¡Es enorme!
Me fijé al niño que estaba detrás de los adultos, cabizbajo.
[...]
Estaba viendo el niño como cogía una viuda negra cuando sentí una presencia detrás de mí. Me giré para ver quién era, el mismo niño. Estaba en ático, observando como el chico dibujaba una de las arañas que estaban en uno de los botes que tenía delante.
Ahora estaba en el jardín, viendo como mataba a un conejo con la mente.
Al igual que Eleven.
Entré rápidamente en la casa, aterrorizada. Oí una música. Me dirigí al comedor, donde toda la familia estaba reunida. El mismo niño cerró los ojos y su madre empezó a levitar mientras las luces parpadeaban. Sus huesos se estaban quebrando y después cayó en la mesa. Me quedé atónita.
Ahora el padre estaba delante de la puerta inconsciente. La niña estaba en el suelo y su hermano le estaba con los ojos cerrados mientras le caía sangre por la nariz hasta que se desmayó.
La escena cambió situándome delante del niño, mientras un hombre que se me hacía conocido -no sé de dónde— le estaba tatuando en la muñeca un "001".
[...]
Intentaba escaparme por los pasillos, pero las puertas estaban cerradas. Vi una que tenía trozos de madera para impedir el paso. Quité una con desesperación.
-Kiara.
Tragué saliva y me giré a ver quién era. Vi a Vecna acercándose a mí.
-¿Qué crees que haces? No es hora de que te vayas.
Me giré otra vez para intentar quitar otra vez la madera de la puerta y cuando conseguí quitarlo, fui hacia el tercer trozo.
-Ahora que has visto de dónde vengo, me gustaría mucho mostrarte de dónde vienes tú.
Quité la pieza restante y abrí la puerta, pero entré en un sitio equivocado. Delante estaba el mismo hombre que vi antes.
- Siéntate, Kiara.
Las luces se apagaron, y cuando volvieron a encenderse estaba sentada en las silla. Intentaba zafarme del agarre de las enredaderas, pero me apretaban demasiado. Vecna se acercó a mí.
-Quiero que se lo cuentes a Eleven todo lo que veas.
Acercó su mano en mi cabeza y cuando la abrió, vi unas visiones del pasado y del futuro.
[...]
Estaba en la sala de juegos. Estaba jugando al ajedrez con 011 hasta que vinieron dos hombres y gritaron mi nombre.
-¡012! Ven con nosotros. Papa te busca.
Los seguí hasta que me dejaron delante de una puerta. La abrieron y me dejaron dentro.
-Hola, 012. ¿Qué tal estás?
-Bien.
-Me alegro. Ven, siéntate. Hoy vamos a practicar tu poder, 012. Eres muy poderosa, ¿sabías.
Negué con la cabeza y me senté a la silla que estaba delante de él.
-Quiero que hagas parpadear esta bombilla.
Intenté con todas mis fuerzas centrarme solamente en la bombilla. Quería que papá de sintiera orgulloso de mí.
Bombilla.
Céntrate en la bombilla.
En cuanto menos lo esperé, el objeto que estaba delante de mí empezó a parpadear. No dejé de mirarlo y cada vez los parpadeos eran más intensos. Aunque quisiera que parara no podía. Mis impulsos no me ayudaban mucho. De tanta fuerza ejercida, las luces de la habitación explotaron por la cantidad de energía que transmitía.
-Eres muy poderosa, 012. Recuérdalo y nunca te olvides.
Dicho eso, se fue de la habitación. Después de eso todo se volvió negro y al principio pensé que despertaría, pero no. Volví al mismo sitio de antes, pero en una habitación diferente.
No podía moverme; mis brazos estaban sujetadas por unos cinturones al igual que mis piernas. Giré repetidas veces mi cabeza para ver si podía ver algo que me ayudase a salir. Pero en ese momento entro papá con unos hombres siguiéndole. El último hombre que entró en la habitación, traía una máquina consigo. No entendía lo que pasaba hasta que conectaron unos cables en la máquina para ponerme unos conectores en los costados de mi cabeza.
-012, esto te dolerá un poco, pero pronto te irás y ya no sentirás nada.
-¿Irme? ¿A dónde?
No me respondió, así que me lo quedé mirando pero salió después de unos minutos. Uno de los señores ajustó algo y empezaron a contar hasta tres. Y antes de que dijese algo, un dolor penetró en mi cabeza.
Duele.
Duele mucho.
Pegué un grito y después de eso sentí que nadie me sujetaba. Miré a mí alrededor, y vi a los tres hombres tirados.
Estaban muertos...
Yo los maté.
Y a partir de ahí, todo lo vi negro.
[...]
Me desperté y por no ser de Steve habría caído al suelo.
-No pasa nada, estás conmigo, estás bien.
No pude aguantar y empecé a llorar. Steve me abrazó.
-No pasa nada, estoy aquí. Ya estás con nosotros, a salvo.
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POR FIN ACTUALIZOOOO!! TENÍA MUCHAS GANAS.
Seguro que ya había personas que sospechaba que Kiara era un experimento del doctor Brenner, pero si había dudas, pues ya las tenéis resueltas. *guiño guiño*
Bueno pueeees os dejo con la intriga para el siguiente episodio.
Byeeee
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Maia <3