bad luck 𔘓 minsung os

By bxnghxn

1.2K 161 82

Por supuesto, se le aparece un vampiro en medio de la noche dispuesto a beber su sangre y en lo único que pue... More

"Please give me a second chance"

1.2K 161 82
By bxnghxn


—Los vampiros nunca dan segundas oportunidades.

JiSung escucha con aburrimiento las palabras de su maestra, afirmando en cada tortuoso minuto que esa mujer está más loca que el día anterior.

¿Por qué mierda debería importarle a alguien, de todos modos? No se han visto vampiros desde hace como mil años, y nadie es lo suficientemente estúpido como para caer ante alguno. JiSung sabía que este curso era una pérdida de tiempo, con una mujer tan supersticiosa como la señora Shin, hubiese preferido inscribirse en la otra opción.

Exhaló frustrado, ojalá pudiera retroceder el tiempo para decirle al JiSung del pasado que cambie de opinión y elija otra asignatura electiva. Pero no podía hacerlo, el tiempo avanzaba y Han sólo atrastraba arrepentimientos con él, no podía retroceder en el tiempo, y tampoco cambiar sus malas decisiones (por más inofensivas que parezcan).

—Espero que ninguno de ustedes sea tan desafortunado como para encontrar alguna de esas criaturas —concluyó con lástima la mujer, persignándose en el proceso mientras algunos de sus compañeros de clase de burlaban de ella. Probablemente compartiendo el mismo pensamiento inicial de JiSung.

¿Podrían callarse? El grupo de atrás siempre estaba murmurando y riéndose, Han los odiaba. Se creían divertidos pero sólo eran unos idiotas más del montón. Ojalá alguno se tropezara por las escaleras y arrastrara consigo a los otros cinco imbéciles para- oh, a veces tenía pensamientos crueles. Debería parar con eso.

JiSung siempre consideró que tenía mala suerte.

Sus padres fallecieron cuando tenía seis años. Una desaparición repentina, intensas búsquedas organizadas por sus familiares durante casi una semana, y finalmente sus cuerpos pálidos y muertos, con extrañas marcas en el cuello y rasguños profundos en el resto de sus anatomías, hallados a solamente cuatro calles ¿Cómo la policía no los encontró antes? Es un jodido misterio.

El pueblo era pequeño, y todo el mundo recordaba ese trágico incidente con miedo y superstición. Alegando que JiSung y su familia estaban malditos, que ese tipo de muerte era una confirmación de los sonados rumores acerca de que la familia Han trataba con almas oscuras, etcétera, etcétera. Ni si quiera las habladurías eran ciertas, simplemente las esparció algún idiota que pensó que era divertido y malditamente coherente.

Cuando postuló a la universidad algunas autoridades le prohibieron el ingreso en su primera postulación, ¡eso ni si tenía sentido ni uso de razón! ¿Qué creían que haría JiSung? ¿Maldecir el puto campus?

—Suelen merodear en lugares poco concurridos, algunos sólo tienen un tipo de sangre con el que alimentarse.

Eh... Ahora JiSung sí quisiera poder maldecir el lugar.

La hora acabó, finalmente, siendo su última clase del día a las ocho de la noche. Guardó las cosas en su bolso con rapidez, no queriendo escuchar más palabras de la mujer, y se levantó para salir rápidamente del salón.

—¡Si uno los atrapa deben recitar su oración favorita!

Está bien, JiSung se sintió un poco mal por no poder aguantar las carcajadas, pero era ridículo. La mujer lo era, la universidad también, sus compañeros aun más. Todos ellos deberían tener su vampiro personal para que así se reduzca la población o se les quite la libertad de exp- ah, JiSung estaba empezando a ser malo de nuevo.

Cuando avanzó por los pasillos, ignoró las risitas y comentarios desagradables hacia él. Como siempre hacía.

Las personas no olvidaban, siendo el pueblito tan pequeño, siempre se murmuraban de las mismas cosas una y otra vez.

Al menos en esta ocasión nadie fue a golpearlo o a empujarlo, tampoco alguien lo tomó de los cabellos para lanzarlo contra los casilleros. Sólo fueron algunos insultos o burlas.

Sí, JiSung los detestaba con todo su amargo corazón.

Odiaba que lo lastimaran, él tenía el deseo interno de algún día sentirse realmente protegido. Quería que lo cuidaran, tal vez que le den algunas caricias reconfortantes y un abrazo... Le gustaría encontrar el calor de otra persona a su alrededor. Pero sólo recibía odio, ¿había hecho algo mal? Él sabía que no, pero aun así se hacía la misma pregunta todos los días.

Al salir lo recibió la fría brisa nocturna y una soledad con un silencio ensordecedor. Prefería salir por el lugar menos transcurrido para evitar más miramientos o molestias, así que, no era sorpresa encontrarse completamente solo.

Algún búho o lechuza ululaba a lo lejos, escondido entre los frondosos árboles dándole inicio a su jornada bajo el manto oscuro e infinito. El vaho rompía los labios de JiSung, quien no se había percatado de lo frío que estaba el lugar hasta ese momento. No habían ni estrellas ni luna llena. Sólo estaba JiSung caminando bajo las nubes espesas y un atisbo de luz lunar extraña, escuchando grillos y cigarras, arrastrando su calzado por el camino más corto a casa donde lo esperaba Felix, su primo, probablemente intentando alguna receta extraña que Han se forzaría a comer para no herir sus sentimientos.

A mitad de camino en el bosque, escuchó un crujido detrás suyo que intentó ignorar, hasta que se hizo constante y veloz. JiSung aceleró sus pasos, sólo un poco, desviándose del trayecto hacia la espesura entre los árboles y el inicio de tierra húmeda y hojas más verdes que antes.

El crujido se detuvo, pero ahora podía escuchar susurros a través del viento, y cálidas caricias invisibles en cada palabra contra su oído. Estaba delirando, y no puede negar que tiene miedo. Tiembla y jadea mientras continúa avanzando, ¿quién está siguiéndolo? ¿Alguien de la universidad que quiere jugarle una broma? ¿Felix decidió darle alcance?

No tropezó, pero sus pulmones empezaron a pedirle más oxígeno y su corazón palpitaba más fuerte contra su pecho. Tenía una terrible condición física, tan humillante y desagradable, otra razón más para arrepentirte de ser Han JiSung.

Todo parecía enfriarse, la temperatura disminuía de repente. Como si estuviesen entrando a invierno cuando realmente apenas empezaba el otoño. Los árboles se mecieron ante el fuerte viento, las hojas volaron en círculos y pronto JiSung se detuvo.

En frente suyo estaba un hombre. Uno indiscutiblemente guapo con una sonrisa siniestra que debió asustar a JiSung.

Pero Han, siendo de la única forma que conoce, empezó a disociar.

Ah, era tan idiota.

Pero no pudo evitarlo, ese sujeto le recordó a su último novio. No es que se parecieran (jodidamente no), pero JiSung solía creer que era guapo, tanto que no podía entender por qué le pidió salir. ¿Cómo alguien como él podría fijarse en Han JiSung?

Hasta que se acostaron. No le costó mucho entrar en la vida de JiSung y posicionarse entre sus piernas. Un fin de semana que Han creyó ser el mejor de su vida, convirtiéndose en sólo horror cuando llegó el día lunes. Todo el mundo sabía, y reían y susurraban. JiSung era tan fácil; Y el tipo otro idiota más del montón que sólo lo había usado.

—Hey.

Vaya, el chico caliente seguía allí todo ese tiempo.

Ahora JiSung creía que se veía un poco espeluznante. Avanzando en la penumbra, con la piel tan blanca como la nieve que anhelaba ver algún día, los ojos brillando en un carmesí como el de la sangre y esa encantadora sonrisa exhibiendo... ¿Acaso eran colmillos?

—¿Buenas noches?

JiSung estaba algo asustado, pero jamás perdería los modales.

Es broma, sólo estaba muerto de miedo y lo primero que se le ocurrió fue saludar.

El desconocido se acercó, su sonrisa deslizándose un poco más y un brillo extraño expandiéndose en su mirada de una manera terrorífica. Como si estuviera analizando a JiSung de pies a cabeza, sus ojos recorrían su cuerpo y la lengua rosada aparecía entre sus labios, rozando juguetonamente uno de sus filosos colmillos.

No decía nada, y JiSung empezaba a pensar miles de cosas, todas con un final desagradable.

"Oh, Dios, va a matarme".

—¿C-Cuál es tu nombre? —JiSung decidió que al menos le gustaría saber el nombre de su asesino.

El hombre se detuvo, parpadeando un poco antes de exhalar una risa suave, en contraste con su apariencia tenebrosa.

—MinHo.

Su voz era encantadora, saliendo en un hilo casi volviéndose un susurro con el ritmo del anochecer, no iba de acuerdo al aspecto tenebroso que le mostró a JiSung. MinHo de repente empezó a lucir distinto, su mirada aumentando el extraño brillo ámbar, esa sonrisa diabólica adquiriendo un toque meloso y los colmillos reduciendo su tamaño.

JiSung se perdió en la apariencia perfecta de MinHo. Todo él era precioso.

—¿Por qué estás caminando a solas tan tarde, JiSung?

El mencionado parpadeó aturdido, intentando ignorar que MinHo sabía su nombre. ¿Cómo lo conocía? No recuerda haberlo visto antes, probablemente sería algo muy memorable.

—T-Tenía clases —tembló patéticamente.

MinHo asintió con la cabeza, acercándose hasta dejar pocos centímetros de distancia, disfrutando la respiración irregular y acelerada de JiSung, quien permanecía de pie en la misma posición. Han no se movía, intentando pensar en cualquier cosa que lo distraiga de lo inmensamente atractivo que era MinHo.

—Hmm, ¿no crees que es algo peligroso?

JiSung asintió, casi gimiendo cuando la respiración de MinHo estuvo contra su cuello. Un latido más de su pulso acelerado y los labios de MinHo besaron su piel, haciendo a JiSung flaquear hasta casi desplomarse en el suelo.

Era estúpido. JiSung se sentía como el ser más estúpido del planeta.

Por supuesto, se le aparece un vampiro en medio de la noche dispuesto a beber su sangre y en lo único que puede pensar JiSung es en cómo se sentiría ser follado y besado por él. Tiene que dejar de pensar con la polla o tendría muchos problemas más tarde.

—¿Por qué estás tan nervioso? —preguntó cínico MinHo, sonriendo sobre la piel acanelada, burlón y demandante a espera de una respuesta.

—¿Vas a matarme? —preguntó Han sin titubear, intentando reunir el coraje suficiente para formular algo decente con su lengua y cerebro.

MinHo dejó escapar dulces risas en un suspiro, y JiSung se aferró a la melosa melodía, deseando mantenerla en sus recuerdos. MinHo sabía que cada una de sus acciones tenía efecto en JiSung, lo sostenía en la palma de su mano con cada sonrisa o suspiro, disfrutando de la marioneta que lo alimentaría el resto de la noche.

JiSung no lo sabía, pero el final sería el mismo en cada uno de los universos existentes.

—Deberías hacer otra pregunta, chico bonito.

Chico bonito. Nunca nadie le había llamado así a JiSung. Todos se alejaban de él, y si no había distancia es porque estaban lastimándolo. Sus parejas anteriores fueron personas desagradables en su mayoría, burlándose de él y humillándolo de todas las formas posibles.

JiSung jamás había sido halagado, al menos no verdaderamente, todavía menos por su físico. Siempre se consideró alguien promedio o inferior, ¿quizá porque el mundo le metió esa idea en la cabeza? Disgustado con su cuerpo y su rostro, el desagrado constante por sí mismo martilleando en su cerebro todos los días como un recordatorio diario de que nadie lo querría. Han estaba acostumbrado a las miradas de superioridad y al maltrato físico.

—¿Te... Te parezco bonito?

MinHo sonrió, acercando sus dedos fríos a la mejilla cálida, acariciando su sonrojo mientras asentía con la cabeza.

—Muy bonito.

Por alguna razón, JiSung recordó al sujeto que lo golpeó hace un par de semanas.

"Luces adorable con sangre en la cara, ¿no crees?", preguntaba sosteniéndolo de los cabellos para obligarlo a verse al espejo del baño. Probablemente él fue uno de los peores.

—Dilo de nuevo —pidió con un susurro entrecortado.

Y MinHo obedeció.

—Eres tan bonito, Han JiSung.

El tipo iba a matarlo, y aun así JiSung se lanzó a sus brazos y a su boca. Se entregó en bandeja de plata, todo a cambio de algo desconocido. Sin embargo, eso no fue lo más sorprendente.

No, eso llegó cuando MinHo correspondió su abrazo y lamió sus labios. Lo estrujó con un afecto extraño y lo besó con necesidad, impregnando el aroma de su existencia y enseñándole el deseo que le recorría intensamente. MinHo le entregó protección; Aquella que anheló tanto tiempo ahora provenía de un desconocido, de un ser de la noche que podría acabar con él en cualquier momento.

Y JiSung lo disfrutó. Él malditamente lo hizo.

Se besaron fuertemente, lamiendo y chupando. JiSung gimió contra los suaves labios de MinHo, deslizando su lengua a través de ellos para tocar uno de los colmillos, y MinHo jadeó ansioso en respuesta, apretándole la cintura y descendiendo hasta su trasero.

MinHo colocó uno de sus muslos entre las piernas de JiSung, presionando contra su erección, alentándolo a montarlo. Han empezó a molerse contra él, jadeante y extasiado, agonizando por las olas de placer cada vez más desastrosas en el océano del líbido. Golpeando y golpeando con un compás exuberante, similar al de los movimientos de JiSung y los suspiros de MinHo.

—Eres tan bonito —repitió MinHo en su oído, gruñendo suavemente—. Y todo mío, ¿no es así?

JiSung asintió efusivamente, cerrando los ojos tan fuerte que las manchas de colores se encendieron detrás de sus párpados. Las estrellas también explotaron y las lágrimas resbalaron por sus mejillas carmín, trazando un camino por su piel hasta perderse en la ropa de ambos. Han se sostuvo con más fuerza del más alto, gimiendo dulce como la miel, cabalgando en busca de su orgasmo mientras el aliento de MinHo volvía a estar en su cuello.

MinHo le dio un apretón a su trasero antes de pasar a desabrochar sus pantalones con habilidad, una de las manos blancas y con venas marcadas rozó agradablemente el vientre de JiSung y pronto se adentró en su ropa interior, la bajó sin dificultad y empezó a acariciar su longitud. Inició tocando la cabeza de su polla palpitante, esparciendo el líquido transparente desde arriba hacia abajo, ajustando su puño para que esté lo suficientemente apretado para JiSung.

Más gemidos se derramaron de la boca de JiSung, entre cada beso no faltaba algún siseo o exhalación, un pequeño grito, un lloriqueo agradable. MinHo sonrió, el pene de JiSung se sentía pesado y agradable en su mano, los sonidos viscosos de sus movimientos resonaban bajo sus respiraciones, jalaba de arriba hacia abajo buscando que su chico bonito se corriese en un orgasmo alucinante. MinHo quería verlo derretirse en sus brazos, besar su boca hasta que doliera y morder su cuello hasta estar saciado.

—¿Puedo llegar al final, JiSung? —ronroneó MinHo, dándole otro beso sin detener el movimiento de su muñeca, acelerando—. Déjame morderte, cariño.

Y JiSung ni si quiera dudó—. Muérdeme, por favor —MinHo interrumpió el flujo de sus palabras con su lengua una vez consiguió la respuesta que quería.

JiSung seguía follando el puño de MinHo, jadeando y gimiendo sin vergüenza mientras movía sus caderas sobre el muslo del mayor y recibía la estrechez ardiente. Y MinHo lo consentía con todo el gusto del mundo, besándolo, tragando sus gemidos y adentrando su lengua para tocar la ajena con movimientos desordenados.

—¿Estás cerca, cielo?

—M-Muy cerca —JiSung respiró con fuerza, exhalando temblorosamente.

MinHo le dio otro beso antes de dirigir su boca a su nuevo lugar favorito, el cuello de JiSung, sus colmillos aparecieron hasta casi relumbrar entre la noche y con ellos atravesó la piel de terciopelo.

JiSung gritó, el clímax glorioso arrollando sus principios y cualquier atisbo de razón que amenzaba con mostrarse. MinHo continuaba masturbando su polla mientras el semen salpicaba en tiras blancas y viscosas, arrastrándose por su extensión o cayendo en las ropas de los dos. JiSung perdió todo rastro de fuerza, siendo sostenido fácilmente por MinHo.

Y MinHo bebía su sangre, hambriento y deseoso, gimiendo ante el dulce rojo. Había pasado tanto tiempo desde que probaba esa clase de néctar tan precioso. El pulso de JiSung contra los labios de MinHo resultó incluso embriagante cuando continuaba chupando, no queriendo desperdiciar ni una sola gota, concentrado totalmente en tragar.

MinHo se separó después de darle una lamida a los dos puntos en su cuello, asegurándose de que el más bajo esté lo suficientemente estable de pie. Los labios del más alto brillaban en rojo vivo, jadeaba exhibiendo los colmillos con los que ahora JiSung fantasearía toda su vida.

JiSung jadeó con sorpresa cuando MinHo volvió a tomarlo de la cintura, atrayéndolo a un último beso. JiSung probó su propia sangre, que sorprendentemente no le disgutó, suspiró, tomó aire, y MinHo acarició su mejillas antes de atraerlo a un abrazo.

Caliente. ¿Por qué el cuerpo de MinHo se sentía caliente? JiSung no se quejó, de todas formas, sólo correspondió el abrazo e inhaló el aroma del vampiro. Deseando recordarlo, conservarlo. Porque entre tantas personas, MinHo fue el único que se fijó en él.

JiSung empezó a divagar, sólo un momento, imaginando cómo se sentiría si las personas dejaran de burlarse de él. ¿Podrían darle un abrazo después de hacer las paces? JiSung sería demasiado feliz con algo como eso. Quizás alguien como MinHo (o MinHo) estaría bien. Sentir esa calidez abrumadora ocasionaba que su corazón palpite más rápido, con emoción y afecto floreciendo agradablemente hasta llevar la misma sensación por el resto de su anatomía.

MinHo llevó una de sus manos al pecho de JiSung, sintiendo lo fuerte y rápido que vibraba su corazón escondido.

Luego tomó la mano de JiSung y la llevó a su propio pecho, al lugar en el que se supone estaría su propio corazón.

—¿Puedes escuchar algo? —preguntó en un susurro, manteniendo el silencio ensordecedor entre la penumbra que repentinamente volvía a ser algo aterradora.

JiSung negó, relamiendo sus labios.

—Si estaría vivo podría compartir los mismos sentimientos y deseos que tú, justo aquí. Justo ahora —MinHo alejó la mano que estaba en el pecho de Han y la llevó a su cuello, presionando suavemente—. Pero yo no estoy vivo, JiSung.

Ahora apretó con fuerza, y JiSung no podía respirar.

—¿Qu-Qué hac-

Pataleó cuando MinHo lo alzó un poco, sus pies ya no tocaban el suelo y su visión empezaba a nublarse entre lágrimas. Necesitaba respirar.

—Me diste permiso para llegar al final, ¿no es así?

"¡Si uno los atrapa deben recitar su oración favorita!".

Oh, cierto, ¡cierto! Oración preferida, sí, , sí... JiSung no tenía ninguna, ni si quiera pertenecía a alguna religión. ¿Sería mal momento para pedirle a Dios que lo rescate con algún milagro? Probablemente.

Jodida mierda, jodidas malas decisiones y jodida mala suerte.

Estaba sumergido en desesperación y el llanto de pánico. Todo bajo la atenta mirada de MinHo, quien ahora permanecía con el rostro sin ningún tipo de emoción, sólo escaneándolo con esos horribles iris carmesí.

—Tus ojos son iguales a los de él, y tu corazón late tan rápido como el de ella.

¿Él estaba hablando de...? ¿Acaso MinHo...?

—Es una lástima que compartieras su tipo de sangre —lamentó MinHo con la misma expresión malvada—. Me gustas tanto, JiSung. Llevo siguiéndote mucho tiempo.

Ahora tenía sentido. Las marcas en el cuello y las heridas profundas. JiSung tenía el mismo tipo de sangre que ambos.

—Suelo torturar a mis víctimas antes, pero... Contigo seré diferente, ¿qué te parece?

JiSung dejó de forcejear, sólo un momento, sostuvo las manos de MinHo y ya no distinguió calor en ellas, lo recibió el frío de un tipo muerto, sin corazón, y sin ninguna clase de afecto por él, ¿quizás?

De alguna forma empezaba a resignarse, ¿qué perdía, de todas formas? Felix estaría bien, sus padres y hermanos aún estaban vivos, podría superarlo en un tiempo. Las personas probablemente continuarían murmurando cosas estúpidas sobre JiSung y sus difuntos padres, agradecerían que por fin JiSung ya no esté.

JiSung se dio cuenta de que todo este tiempo había sido muy conformista. ¿Por qué nunca se defendió? ¿Por qué siempre eligió quedarse callado? Después de todo, nada de lo que decían sobre él era cierto. Por su culpa Han estaba ansioso la mayor parte del tiempo, alerta a cualquier idiota que quisiese golpearlo, asustado de irse a dormir pero no despertar por lo cansado que estaba al final de día.

Estaba solo, completamente indefenso. Y eso MinHo lo sabía perfectamente.

No estaba perdiendo nada. Su existencia en el mundo acabaría y casi nadie lo notaría, continuarían caminando y riendo, ajenos a su agonía y sufrimiento. JiSung no cree que estos últimos minutos hayan sido los peores, porque toda su vida después de los seis años fue una completa tortura.

MinHo vio esa resignación formarse en charcos sobre sus pupilas, descendiendo como lágrimas de aflicción y arrepentimiento. Pidiendo compasión silenciosamente, JiSung no quitó sus ojos de él en ningún momento, viéndolo fijamente mientras se desmayaba ante su agarre.

—No quiero matarte, JiSung.

Y Han lo sabía, podía ver aquel extraño atisbo de pena entre el rojo profundo.

—Aun así lo harás —susurró como pudo, ahogándose entre el fuerte agarre y sus propios sollozos rotos.

No quería morir, realmente no quería hacerlo. Podría volver a empezar si le dan otra oportunidad, sería más fuerte y no necesitaría de protección. Atesoraría más cosas, viviría un poco más. Él podría... Podría...

La luna casi inexistente brilló intensamente, siendo rodeada por estrellas incontables y amarillas que tintineaban burlándose de él, restregándole a JiSung que ellas eran libres y él no.

—P-Por favor —suplicó al borde de la inconsciencia con dificultad, asfixiándose y llorando—, dame una segunda oportunidad.

—Oh, chico bonito —MinHo niega, esta vez forzando la sonrisa cruel que debió de haberse deslizado naturalmente, tomando una mano de JiSung con facilidad antes de llevarse la zona del antebrazo a la boca—. Los vampiros no dan segundas oportunidades.

Tal vez JiSung jamás dejaría de tener mala suerte.

Continue Reading

You'll Also Like

170K 4.5K 30
la tipica historia de universos viendo otros universos atraves de pantallas flotantes que aparecerán en sus mundos aunque también agregare otras cosa...
875K 129K 101
Toda su vida fue visto de menos y tratado mal por las personas que decían ser su familia, estaba cansado de que todas las noches llorara por aunque s...
5.2K 576 7
Al cruzar la mirada con él, un torrente de miedo invadió por completo a Jisung, sumiéndolo en la incertidumbre sobre las capacidades de aquel chico. ...
18.8K 2.3K 29
❝JiSung no quería a nadie más que MinHo como roommate❞ » Primero año de economía, primera fiesta. JiSung disfrutaba con sus amigos, hasta que se topó...